Está en la página 1de 6

Un octubre terrorífico atrapados en casa

El Halloween más espantoso para los


comerciantes
● Orígenes y miedos del día de los brujitos
Por: Alejandro Jaramillo

Ilustración por Alejandro Jaramillo

Día de los brujitos, el día de los niños, o Halloween son algunos de los nombres con los
que se le conoce a la celebración del 31 de octubre en Colombia donde las personas
salen a las calles disfrazadas a pedir dulces y convivir con sus familias y amigos.

La festividad tiene su origen en las tradiciones celtas del norte de Europa, donde antes se
conocía como Samhain o fiesta de fin del verano, donde se celebraba el final de la
temporada de cosechas en países del norte de Europa, y eran considerados paganos
antes de que el cristianismo llegara allí.

El nombre de Halloween nació en Inglaterra con la frase “All Hallows' Eve" que da a
entender que es el comienzo de la víspera de todos los santos, una celebración que ha
sido tomada por el cristianismo para hacer contrapeso a esta fiesta que consideran
pagana. La celebración sigue teniendo mucha repercusión y una de sus razones es el
factor de los disfraces. Esta práctica tiene origen también en las tradiciones de los celtas,
pues en este día se creía que los fantasmas salían a deambular por las calles a
aterrorizar personas. Por esta razón, la gente se ponía máscaras a la hora de salir para
que los espíritus se confundieran y no los atacaran.

La expansión del Halloween

A mediados del siglo XlX empezó una migración masiva de europeos a Norteamérica a
causa de la hambruna. La celebración se comenzó a popularizar en el continente
americano pero su pico llegó después de la Segunda Guerra Mundial. A partir de ese
momento y gracias a la televisión, donde se pasaban especiales de Halloween, se
comenzó a trasladar a otros países y así llegó a Latinoamérica.

En los años 70 Halloween fue adoptada por las clases más adineradas de Colombia hasta
que los medios impulsaron la festividad en la mayoría de la población y se popularizó
en las grandes ciudades.

“En la escuela nos hacían una fiesta ese día, donde compraban un marrano para cada
grado, desde primero hasta quinto, y a uno lo dejaban irse disfrazado. Los disfraces los
hacía uno mismo, y había muchos que iban de viejito, de gitana, de campesino y de
bruja”, mencionó Beatriz Rodríguez, una madre de familia y habitante de Medellín que
vivió los inicios del Halloween en el país en los años 60.

A pesar de todo, la festividad también ha tenido sus detractores. La iglesia desde el


inicio la ha catalogado como una festividad pagana y previene a sus feligreses de lo
que esta fecha significa.

“Halloween es la negación a la vida, es el culto a la muerte. Es una fiesta pagana porque


habla más de las tradiciones humanas que de las divinas. Es más una fiesta supersticiosa
que una fiesta teológica. En esta celebración Dios no se involucra de manera racional”,
declaró el Padre Samuel Villa, de la parroquia San Felipe Apóstol de Sabaneta.

Sin embargo, el padre Villa reconoce que las personas no se toman la fiesta como algo
malo, sino que tiene una connotación más folclórica que macabra.
“Yo no he sido conflictivo con rechazar que las personas de la iglesia celebren
Halloween. La gente ya no lo hace con el mismo sentido, ya no se tiene un miedo a la
muerte. Tampoco lo hacen temiendo por ejemplo a un brujo, un duende, un hechicero,
sino que las personas lo hacen con un sentido muy cultural y como una oportunidad para
divertirse”, sostuvo.

“Yo creo que tenemos que cambiar la mentalidad.


A la muerte no hay que tenerle miedo”

En el entorno religioso se tienen varios miedos acerca de Halloween. Algunas personas


se ven preocupadas con lo que ocurre en esta fecha. El padre Villa ha entendido que hay
personas que tienen miedos con lo que pasa en la festividad. “Hay gente que es muy
fanática, tanto de un lado como del otro. Están los que creen en los espíritus malignos
y en la muerte misma como un suceso negativo y muy difícil de entender. También
existen los que tienen ese temor y esa angustia por atribuirle algo a Dios que no es de
Dios, entonces viene ese problema de pensar que es algo “diabólico de personas que
no tienen fe”, y por lo tanto algunos se vuelven muy violentos contra esa fiesta. Yo creo
que tenemos que cambiar la mentalidad. A la muerte no hay que tenerle miedo. Las
fantasías que creamos entorno a la muerte hay que admirarlas como el producto de una
mente conflictuada, mas no como una realidad para vivir”.

La pandemia y el comercio

Otro aspecto que se ha fortalecido con el paso de los años y la popularización de esta
fiesta son las ventas, pues esta fecha se ha convertido en una aliada del comercio. El año
pasado, según Fenalco, se estimó que la venta de disfraces representó para la economía
$1.000 millones de pesos aproximadamente, sin contar las salidas de las familias, las
reuniones de amigos en lugares de fiesta, y la vida nocturna que se revitaliza con esa
festividad.
Este año debido a las condiciones que
impone la Covid-19 se espera que sea duro
para la economía de los que más se veían
beneficiados. En Medellín la Corporación de
Comerciantes del Centro (Corpocentro) se
pronunció y determinaron que no se van a
regalar dulces el 31 de octubre. “Hagamos
celebraciones virtuales, este no es el

Ilustración por Alejandro Jaramillo

momento para salir a pedir dulces al centro de Medellín. Tenemos que esperar al 2021 y
ahí si hacemos una celebración en grande”, comentó el director de Corpocentro Jorge
Mario Puerta. La medida también ha sido tomada por algunos centros comerciales y a
esto se le suman las órdenes que desde el Ministerio de Salud se están dando como
permitir a los alcaldes decretar toques de queda para evitar el contagio.

"Las recomendaciones que salieron del comité asesor son totalmente claras.
Primero, no fiestas; de ninguna manera queremos fiestas de adultos o de
niños en el entorno de Halloween", declaró el ministro de salud Fernando Ruiz
Gómez.

Mientras tanto, los negocios buscan cómo mantener las ventas y que no signifique una
pérdida tan grande. Tal es el caso de El Palacio de los disfraces, un negocio que se
dedica a la producción de trajes para Halloween desde hace 25 años, ubicado en el
centro de Cali.

“Por la pandemia la gente está temerosa a


alquilar disfraces”
“Somos un negocio de alquiler y venta de disfraces. Lo normal es que el alquiler sea
nuestro fuerte en octubre porque hay personas a las que no les conviene invertir en un
traje solo para un día, por eso decidimos apostarle mucho al alquiler. Pero por la
pandemia la gente está temerosa a alquilar disfraces pues creen que se pueden contagiar
por medio de ellos. Nosotros manejamos una buena limpieza, disfraz que entra disfraz
que se manda a lavandería. Por ese lado si se ha afectado, pero la venta se ha movido un
poco más”, comentó Yuli Ávila, administradora de Palacio de los Disfraces.

Para comerciantes como Ávila es importante saber cuáles son los disfraces más
demandados para poder tener un buen control de los encargos. “En los niños, los trajes
que más se venden y no pasan de moda son los superhéroes clásicos, personajes como
Gokú e incluso el de policía se vende mucho. A las niñas les gustan más las princesas
que están de moda y ya no se ven tanto los disfraces como de bailarina, bruja o
mariposa”. En Amazon los primeros puestos de los disfraces más vendidos los ocupan La
Casa de Papel, Harley Queen, esqueletos, princesas y vampiras.

Estos negocios tienen usualmente en octubre su mes más fuerte del año. Sin embargo,
los otros meses tiene otras maneras de que el negocio de los disfraces pueda continuar.
“Cuando no es Halloween nosotros nos
aliamos con colegios privados y en el
momento en el que realizan obras de teatro,
presentaciones o bailes, nosotros lo que
hacemos es confeccionarles a ellos los
trajes que necesitan”, declaró Ávila.

Halloween en Colombia desde sus inicios


ha sido una festividad centrada en los niños,
pero a medida que pasa el tiempo los
Ilustración por Alejandro Jaramillo
adultos también se sumaron a la
celebración. Las empresas de confección han comenzado a producir tallas más grandes
para que los padres, parejas, o amigos adultos puedan salir a lucirse el 31. Al negocio
también se han sumado las sex shops, que han visto una oportunidad lucrativa con el
tema de la lencería y los disfraces. Pero este mes también sufrirán las consecuencias del
aislamiento.

“Las ventas de disfraces se pueden ver afectadas en un 70%, y probablemente


pueda haber toque de queda, por esta razón no habría fiestas, y disminuye
mucho las ventas”, declaró Saray Espinoza, administradora de Lencería
Colombia. Las sex shops basan su mercado de disfraces de octubre en las fiestas
que se realizan en discotecas y lugares de ocio nocturno en la ciudad, donde es
común que los jóvenes, especialmente las mujeres, opten por llevar atuendos de
este tipo.

Pero la tradición de los disfraces no es únicamente para las personas. Hoy a las mascotas
también se les puede ver en las calles con divertidos atuendos que sus amos les compran
para salir con ellas a vivir la experiencia. De esta práctica también sacan provecho los
negocios de mascotas.

“Carnaval Pet Es una página temporal que nosotros habilitamos en octubre, el resto del
año vendemos más que todo accesorios para mascotas, así como ropa entre otros. No
nos ha ido mal este año, de hecho, se ha movido más el negocio. Nuestros fabricantes
pensaban que nosotros no íbamos a realizar pedidos porque no teníamos mucha fe
para esta fecha, pero en realidad nos han hecho demasiados encargos. La gente no solo
compra el disfraz para salir a la calle, sino también para tomarle la foto a su mascota y
para así no dejar a un lado la fecha”, comentó María Camila Castro, administradora de
Carnaval Pet.

“Los disfraces de mascotas que más se venden son los de perros pequeños, con la
temática de superhéroes como la más demandada. Además, los dueños crean varios
grupos con perros de la misma raza, por ahí se ha difundido mucho nuestro negocio y así
empiezan a hacernos pedidos”, finalizó Castro.

También podría gustarte