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8.2 Problemas contables que genera la inflación. Efectos en los rubros del patrimonio y de
los resultados. Inclusión de componentes financieros en los precios.
La inflación tiene múltiples efectos microeconómicos, que distorsionan las medidas contables
que se aplican en moneda nominal (sin ajustes por inflación). Los principales son:
Por la inclusión de componentes financieros en precios de bienes y servicios: Se debe tener en
cuenta que: Algunos comerciantes no facturan precios de contado, sino a plazo; En tales casos,
la contabilidad debe diferenciar:
el precio de contado, que es un ingreso por venta o un costo (según de que lado se
mire la operación) expresado en moneda del momento;
el componente financiero contenido en el precio facturado, que es una diferencia
entre un importe en moneda del momento (el ingreso o el costo ya indicado) y otro en
moneda de la fecha de vencimiento estipulado para el pago (la suma a cobrar o pagar).
Esta cuestión tiene que ver con los criterios de medición contable de costos e ingresos y no
con la elección de la unidad de medida, pero cuando la contabilidad no discrimina el precio de
contado de los componentes financieros, el ingreso por la venta o el costo no quedan
expresados en moneda de la fecha de la transacción sino en moneda de un momento
posterior.
Por otra parte, las tasas de interés (tanto las explicitas como las implícitas en los precios
facturados) son normalmente mayores cuando la inflación es mas alta. Debe esperarse, por
ende que a mayor tasa de inflación y a igualdad en el plazo de financiación, mayor sea la
proporción del interés implícito contenido en un precio a plazo.
Sobre las acumulaciones y comparaciones de mediciones: Aunque se depuren los componentes
financieros implícitos en ciertos precios y se apliquen criterios de medición contable
adecuados, las mediciones efectuadas a un momento dado quedan, en el mejor de los casos,
expresadas en moneda de poder adquisitivo de ese momento. Esto alcanza, por ejemplo, a los
ingresos por venta, los costos, los valores descontados, los valores corrientes y los valores
recuperables.
Por supuesto, las mediciones expresadas en monedas de momentos diversos no son
susceptibles de comparaciones, combinaciones o acumulaciones que resulten sensatas.
En general:
A. Están afectadas las comparaciones que se realizan entre:
Las mediciones contables primarias de activos y pasivos (basadas en sus importes
históricos o en sus valores corrientes) y sus respectivos limites (los valores
recuperables en el caso de los activos y los costos de cancelación en el caso de los
pasivos);
Sucesivas mediciones de activos y pasivos, ya sea para calcular resultados de tenencia
o simples variaciones (como las de los fondos, como parte del proceso de preparación
de un estado de sus orígenes y aplicaciones);
Ingresos y costos relacionados, para calcular ganancias y pérdidas de actividades.
B. Están distorsionadas las acumulaciones de:
Los aportes y retiros de los propietarios;
Las mediciones contables de activos que se haya resuelto expresar al costo o sobre su
base (sea: al costo menos depreciaciones);
Los ingresos y los gastos de un periodo;
Las ganancias por valorizaciones y las pérdidas por desvalorizaciones de activos,
puestas en evidencia por la aplicación de valores corrientes o por las comparaciones
entre las mediciones primarias y sus correspondientes valores recuperables.
Los importes expresados en moneda nominal tienen poderes adquisitivos diversos, de modo
que de sus comparaciones y acumulaciones surge información que no reúne algunas de las
cualidades que ella debería satisfacer para ser útil, salvo cuando los efecto de la omisión de los
ajustes por inflación es insignificante. Los requisitos en cuestión son:
Aproximación a la realidad: pues las mediciones obtenidas no son representativas de
lo que se pretende describir.
Confiabilidad: por la falta de aproximación a la realidad.
Comparabilidad: por razones ya expuestas.
Integridad: porque se omite información sobre los resultados que ocasiona la tenencia
de la moneda usada para preparar los informes contables, que pasan inadvertidos
cuando la contabilidad compara mediciones puramente nominales.