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CONCEPCIÓN DIOSDADO

FRANCISCO RODRÍGUEZ VALLS


JUAN ARANA (Editores)

NEUROFILOSOFÍA:
PERSPECTIVAS CONTEMPORÁNEAS

THÉMATA •PLAZA Y VALDÉS


SEVILLA• 2010 •MADRID
ÍNDICE

Este libro se publica con el apoyo del Departamento de Filosofia y Lógica y de la Facultad de Filosofia
de la Universidad de Sevilla.

© De los autores.
© Editorial Thémata: 2010
© Plaza y Valdés Editores: 2010

Editorial Thémata
CI Italia, 10. 41907-Valencina de la Concepción (Sevilla) ESPAÑA TIf: (34) 955 720 289
E-mail: jacintochoza@hotmail.com Web: www.themata.net

Plaza y Valdés,S.L. Plaza y Valdés, S.A, de C.V.


Calle de las Eras, 30, B. Manuel Maria Contreras, 73.
28670-Villaviciosa de Odón Colonia San Rafael
Madrid (ESPAÑA) 06470 México, D.F. (MÉXICO)
TIf: (34) 916 658 959 TI f.: (52) 55 509720 70
E-mail: madrid@plazayvaldes.com E-mail: editorial@plazayvaldcs.com
Web: www.plazayvaldes.es Web: www.plazayvaldes.com.mx

ISBN: 978-84-92751-69-3 DL: Se-6844-2009

Impresión: Publidisa Impreso en España

Derechos exclusivos de edición reservados para Editorial Thémata y Plaza y Valdés Editores.
Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin autorización escrita de los editores.
ÍNDICE

Este libro se publica con el apoyo del Departamento de Filosofía y Lógica y de la Facultad de Filosofía
de la Universidad de Sevilla.

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©Editorial Thémata: 2010
© Plaza y Valdés Editores: 2010

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C/ Italia, 10. 41907-Valencina de la Concepción (Sevilla) ESPAÑA Tlf: (34) 955 720 289
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ISBN: 978-84-92751-69-3 DL: Se-6844-2009

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Derechos exclusivos de edición reservados para Editorial Thémata y Plaza y Valdés Editores.
Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin autorización escrita de los editores.
- Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 9
- ¿Hacer de la necesidad virtud? Apuntes sobre las transformaciones
de la Ética por el influjo de las ciencias empíricas, Hugo Viciana.
Université de Paris-1 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 11
- Los límites de la física en la comprensión de la conciencia. La
propuesta de Roger Penrose, Héctor Velázquez Fernández.
Universidad Panamericana (México) ......................... 37
-Materia e identidad, en clave darwinista, Pedro Jesús Terue!.
Universidad de Murcia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 49
- ¿Influye el alma en el cuerpo? Una propuesta ante algunos
argumentos filosóficos derivados de los datos de la neurociencia,
Francisco Rodríguez Valls. Universidad de Sevilla ............. 77
- Aclaraciones sobre la inteligencia y el lenguaje de los animales,
Leopoldo José Prieto López. Ateneo Regina Apostolorum (Roma) .. 93
- Motivos y causas en la descripción de la acción y sus implicaciones
antropológicas, Ricardo Parellada. Universidad Complutense . . .. 103
- ¿Se puede producir con materia una mente?, José Ignacio
Murillo. Universidad de Navarra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 119
- Algunas respuestas a las críticas al materialismo en el problema
mente-cerebro, Martín López Corredoira. Instituto Astrofísico de
Canarias ................................................ 129
- De espejos y sistemas nerviosos. La mecánica de la reflexión,
Javier Hernández-Pacheco. Universidad de Sevilla ............ 141
- La teoría de la mente: de la inteligencia artificial a la inteligencia
híbrida, José Luis González Quirós. Universidad Rey Juan
Carlos 1 ................................................. 151
- Entender mejor la libertad: un enfoque interdisciplinar entre
Neurociencia y Filosofía, José Manuel Giménez Amaya. Universidad
Autónoma de Madrid . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 177
- ¿ Se reduce el ansia de curiosidad intelectual meramente a leyes de
la materia cósmica?, Concepción Diosdado GÓmez. Universidad de
Sevilla .................................................. 191
- ¿Existe algo así como una explicación neuronal de la conciencia?,
Juan Arana. Universidad de Sevilla ......................... 203

***
\f

PRESENTACIÓN

Durante las últimas décadas han conocido un auge extraordinario


las ciencias que se ocupan del sistema nervioso. La pujanza de la
investigación en este campo por fuerza había de tener consecuencias
filosóficas, pues toca muy de cerca la intimidad humana. Sin embargo,
no son los filósofos quienes hasta el presente han protagonizado la
reflexión sobre el al significado profundo de dichas investigaciones. La
causa hay que atribuirla a la lamentable dispersión teórica que reina en
la cultura occidental desde al menos doscientos años. De hecho, casi
siempre han sido los neurocientíficos quienes han asumido la respon-
sabilidad de diseñar una antropología basada en lo que hemos averi-
guado del cerebro. Así han ido surgiendo rudimentos de una disciplina
que bien podría denominarse neurofilosofia. La denominación no será
quizás del agrado de sus cultivadores, pues ellos suelen considerarse
ante todo científicos y, si dedican algún cuidado a la valoración global
del hombre, entienden que lo hacen como prolongación natural de sus
investigaciones empíricas. No obstante, el alcance de lo que se dice
desmiente la modestia de los que lo dicen. Por otro lado, dada la poca
importancia que los propios interesados conceden a tales incursiones,
seguramente no tomarán a mal que los filósofos recuperen cometidos
que nunca debieron desatender. Para ello es indispensable que estos
úlimos actúen con humildad y respeto. Humildad por la parte de culpa
que su colectivo arrastra en el mutuo extrañamiento de las distintas
ramas del saber. Respeto por otra parte a los hechos, teniendo buen
cuidado sin embargo de no confundirlos con las adherencias interpre-
tativas que siempre contaminan su presentación. Con seguridad es en
esta problemática donde más urge abrirse a perspectivas interdiscipli-
nares, a fin de superar la mediatización del prejuicio teórico y la ins-
trumentalización del conocimiento.
En este libro el lector encontrará trece contribuciones al diálogo
entre ciencia y filosofía en torno a problemas de la mente y conducta
humana. Todos son filósofos por vocación, aunque algunos ejerzan
profesionalmente la investigación científica. Aunque predominen
concepciones que cabría llamar humanistas, la pretensión de los editores
ha sido reunir planteamientos interdoctrinales, puesto que no puede ni
debe ser obviado el naturalismo característico de muchas valoraciones
contemporáneas de la relación mente-cerebro. Creo que puedo hablar
en nombre de todos los autores si digo que no nos mueve el deseo de
atacar ciertas tesis o defender otras. Lisa y llanamente queremos pene-
trar un poco más en el conocimiento del ser y actuar del hombre.

Juan Arana
Sevilla, Diciembre de 2009

-9-
I
II
I
i

¿SE PUEDE PRODUCIR CON MATERIA UNA MENTE?


José Ignacio Murillo. Universidad de Navarra

Resumen: Aceptar la posibilidad de producir la mente presupone que ésta tiene


determinadas características que le permiten ser objeto, en sentido propio, de una
acción productiva. No todo puede ser producido. Algunas realidades sólo pueden
ser generadas. Esta distinción implica atribuir a la materia algunas propiedades y
recuerda algunos aspectos de la reflexión aristotélica sobre la vida.
Abstract: The acceptation of the possibility of producing a mind presupposes in it
certain features to be an adequate object of a productive activity. Not aH can be
produced. There are sorne things that on1y can be generated. This cfistinction implies
to accept sorne properties of matter and remind in sorne way the reflections of
Aristotle about 1ife.

La pregunta con que se abre mi intervención no es novedosa. Por lo


pronto, es el desafío que ha dado lugar a toda una disciplina: la deno-
minada Inteligencia artificial. No se trata, por supuesto, de pretender
una respuesta definitiva a un interrogante tan traído y tan llevado
como éste. De todos modos, la Inteligencia Artificial, junto con todos
los desarrollos técnicos y las reflexiones teóricas a que ha dado lugar,
no está exenta de algunos presupuestos. Y son algunos de estos presu-
puestos los que me gustaría examinar.
La respuesta a esta pregunta depende en primer lugar de lo que se
entienda por las tres nociones que están implicadas en ella: producir,
materia y mente. Como probablemente son las dos últimas las que han
recibido un tratamientos más pormenorizado, vaya comenzar por la
primera, cuya aparente evidencia no la exime de dificultades.
«Producir», en efecto, tiene un sentido patente, difícil de definir,
que, de entrada, implica poner algo en la realidad. Denominamos
producción a una relación de procedencia de una cosa respecto de otra,
pero sólo cuando cumple algunas condiciones. En primer lugar, la
producción presupone que el productor tiene de algún modo la inicia-
tiva y, en segundo, que, por más que se implique en el proceso, resulta
distinto tanto de él como de la cosa producida.
La producción se aplica de un modo muy especial a las realizacio-
nes que parten de la libertad humana. Podemos decir que las abejas
producen la miel e incluso, aunque de un modo quizá más inapropia-
do, que los árboles producen flores o frutos; también es verdad que se
dice que una determinada reacción produce determinados compuestos;

-119 -
pero, en mi opinión, se trata de un uso metafórico, pues la reacc~ón no acorde con la concepción romántica del arte, que lo concibe como
es una realidad distinta de la cosa producida, sino el proceso rmsmo. manifestación, a través de la acción humana, de algo divino o infinito 4•
Dejando de lado lo que diga el diccionario y sea cual sea el origen El verbo «crear» se contrapone al verbo producir en algo que nos
de la palabra, propongo que el sentido primario de producción, es sirve para delimitar algo más el contenido de esta última. «Crear» se
decir donde usamos el término con más rotundidad, es para nosotros aplica de modo preferente a la originación que no presupone nada, que
aqueÍ que tiene como punto de partida al hombre en cuanto ~uje~o no se apoya en una materia. En esta contraposición, la noción de mate-
libre1 . No resulta extraño si caemos en la cuenta de que la experiencia ria se encuentra vinculada al producir. Producir consiste en transfor-
de nuestra capacidad de producir ~i~~e un l~gar, ~ecisivo en nue~t;a mar una materia de modo que algo nuevo resulte.
comprensión - al menos, en la vision precientíflca - de la nocion Esta reflexión nos introduce ya en el otro concepto que incluye la
misma de causalidad2 • pregunta, el de materia. ¿Hasta qué punto es esencial la materia a las
Pero la noción de producción incluye algo más. Hemos mencionado producciones humanas? ¿De qué tipo de materia se habla? La noción
la iniciativa del productor y la distinción entre éste y lo producido. A de materia tiene en efecto un campo semántico muy amplio, pero me
ello hay que añadir que la relación entre ambos ~mplica una cierta atrevería a decir que tomamos su sentido primario - sin que esto
superioridad, un dominio. El productor puede deJar algo suyo en la quiera decir que éste sea física o metafísicamente el más relevante -
obra, pero se comporta respecto de los materiales con que trabaja.de del contexto que estamos tratando. No creo que sea casual que cuando
manera despótica, según el sentido que concede a e.sta expresión Aristóteles quiere definirla acuda a la imagen de la producción5 • La
Aristóteles, es decir, les impone un fin diverso del que tienen natural- estatua se hace con una materia, es decir, de algo previo sobre lo que
mente3. Ésta es por otra parte, una buena definición de «violencia». Así imponemos nuestra idea.
que cabe decir que el productor ejerce violencia sobre lo externo para Si también consideramos productos humanos a las obras de la
dar lugar a su producto. . inteligencia, la materia adopta en ellas una forma más sutil, aunque no
¿Y cuál es la relación entre el productor y lo producido? La expe- menos real. Para que cualquier producción humana alcance consisten-
riencia humana recoge ejemplos de productores que, de un modo u cia e independencia precisa de, un soporte, una materia sobre la que se
otro, se postran ante sus productos. Esta es, en efecto, la definición de plasme y que le permita permanecer fuera del productor. Parece que
la idolatría. Sin llegar tan lejos, también el artista puede encontrar en su algunas creaciones son más inmateriales, y, en efecto, pueden estar sólo
obra algo que de algún modo lo sobrepas.a. Sin ~mbargo, siempre ~ue «en la mente», sin salir de ella, como una obra literaria o una sinfonía.
se dan estos fenómenos, el verbo producir cormenza a mostrarse ma- Pero sólo existen en relación a la materia en que pueden realizarse y,
propiado. De hecho, la producción artística tiende a llamarse e~ oca~io­ en este sentido, tienen también materia.
nes creación, no sólo para acentuar la novedad de lo producido, smo Así pues, la materia es aquello con lo que se puede producir algo y
también, me parece, para aportar una connotación trascendente, muy el soporte en que se realiza. Se trata de la distinción aristotélica entre la
materia ex qua y materia in qua. Cabe, por tanto, dar una definición de la
materia, aunque no sea la única, por referencia a la producción y al
[1] El Diccionario de la RAE propone como primera acepción -entre ocho - del ~érmino
«producir» la siguiente: «Engendrar, procrear, criar. Se usa hablando más propiamente producto de ésta: la materia es la condición sine qua non de la produc-
de las obras de la naturaleza, y, por extensión, de las del entendimiento». La ción. En este sentido, resulta una redundancia afirmar que se produce
argumentación de este artículo está basada sobre la opinión de que el sentido de la con materia o desde la materia, a no ser que especifiquemos a qué tipo
palabra «producir» se opone a otros sentidos de la originación, y, er:- concreto, a este de materia nos referimos.
primero que aporta el diccionario. Por lo tanto, ~e exch~y~ coro? es12uno ~en.e~ segundo
sentido de la palabra «espurio» que ofrece este rmsmo Dicc10nario) dicho significado, que Otro aspecto que hay que considerar a la hora de determinar el
ya no es el habitual salvo, tal vez, en determinados contextos. sentido de producción a que nos referimos es la relación que existe
L2] Hans Jonas señala la experiencia de l'.1 propia actividad con;io a priori respecto de la entre producción y reproducción. Si producir implica un dominio
comprensión del mundo externo. «La vivencia de la fuerza viva, concretamente de la
propia, en la actividad del cuerpo es la base empírica para las abstraccioi;i.es de los sobre lo producido, éste, en principio, puede ser reproducido. Precisa-
conceptos universales de eficiencia y de .cau~~lidad, y es el «~squ~~atismo» del mente es el tipo de materialidad característico de los productos huma-
movimiento del cuerpo vivo dotado. de drreccion, !1º. el de un~ mt~ición neutral y
receptiva, el que media entre la formalidad del entendrmiento y el dmam;smo de lo real:'·
Jonas, H., El principio vida. Hacia una bi~logía filo~ófica, Tro'.ta, Ma~nd 2000, 3~. S~n
necesidad de sostener esta tesis, resulta evidente la rmportancrn que tiene la expenencrn [4] Cfr., por ejemplo, Schelling, F. W. J., Sistema del idealismo trascendental, Anthropos,
de la propia actividad transformadora para comprender, al menos precientíficamente, la Barcelona 2005 (2 ed.), 619 ss.
realidad. [5] «Llamo materia, por ejemplo, al bronce, y forma, a la figura visible, y compuesto de
[3] Cfr. Política, I, 2, 1254b, 3-11. ambas, a la estatua como con¡unto total». Cfr. Metafísica, VII, 3, 1029ª2-7.

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pero, en mi opinión, se trata de un uso metafórico, pues la reacc~ón no acorde con la concepción romántica del arte, que lo concibe como
es una realidad distinta de la cosa producida, sino el proceso lllismo. manifestación, a través de la acción humana, de algo divino o infinit0 4•
Dejando de lado lo que diga el diccionario y sea cual sea el origen El verbo «crear» se contrapone al verbo producir en algo que nos
de la palabra, propongo que el sentido primario de producción, es sirve para delimitar algo más el contenido de esta última. «Crear» se
decir donde usamos el término con más rotundidad, es para nosotros aplica de modo preferente a la originación que no presupone nada, que
aqueÍ que tiene como punto de partida al hombre en cuanto ~uje~o no se apoya en una materia. En esta contraposición, la noción de mate-
libre1 . N o resulta extraño si caemos en la cuenta de que la expenencla ria se encuentra vinculada al producir. Producir consiste en transfor-
de nuestra capacidad de producir ~i~~e un l~gar, ~ecisivo en nue~t;a mar una materia de modo que algo nuevo resulte.
comprensión - al menos, en la VISIon precIentífIca - de la nOCIon Esta reflexión nos introduce ya en el otro concepto que incluye la
misma de causalidad2 • pregunta, el de materia. ¿Hasta qué punto es esencial la materia a las
Pero la noción de producción incluye algo más. Hemos mencionado producciones humanas? ¿De qué tipo de materia se habla? La noción
la iniciativa del productor y la distinción entre éste y lo producido. A de materia tiene en efecto un campo semántico muy amplio, pero me
ello hay que añadir que la relación entre ambos ~mplica una cierta atrevería a decir que tomamos su sentido primario - sin que esto
superioridad, un dominio. El productor puede dejar algo suyo en la quiera decir que éste sea física o metafísicamente el más re1evante-
obra, pero se comporta respecto de los materiales con que trabaja.de del contexto que estamos tratando. No creo que sea casual que cuando
manera despótica, según el sentido que concede a e.sta expresIón Aristóteles quiere definirla acuda a la imagen de la produccións. La
Aristóteles, es decir, les impone un fin diverso del que tIenen natural- estatua se hace con una materia, es decir, de algo previo sobre lo que
menté. Ésta es por otra parte, una buena definición de «violencia». Así imponemos nuestra idea.
que cabe decir que el productor ejerce violencia sobre lo externo para Si también consideramos productos humanos a las obras de la
dar lugar a su producto. . inteligencia, la materia adopta en ellas una forma más sutil, aunque no
¿Y cuál es la relación entre el productor y lo producIdo? La expe- menos real. Para que cualquier producción humana alcance consisten-
riencia humana recoge ejemplos de productores que, de un modo u cia e independencia precisa de, un soporte, una materia sobre la que se
otro, se postran ante sus productos. Esta es, en efecto, la definición de plasme y que le permita permanecer fuera del productor. Parece que
la idolatría. Sin llegar tan lejos, también el artista puede encontrar en su algunas creaciones son más inmateriales, y, en efecto, pueden estar sólo
obra algo que de algún modo lo sobrepas.a. Sin ~mbargo, siempre ~ue «en la mente», sin salir de ella, como una obra literaria o una sinfonía.
se dan estos fenómenos, el verbo prodUCIr COlllienza a mostrarse ma- Pero sólo existen en relación a la materia en que pueden realizarse y,
propiado. De hecho, la producción artística tiende a llamarse e~ oca~io­ en este sentido, tienen también materia.
nes creación, no sólo para acentuar la novedad de lo prodUCIdo, smo Así pues, la materia es aquello con lo que se puede producir algo y
también, me parece, para aportar una connotación trascendente, muy el soporte en que se realiza. Se trata de la distinción aristotélica entre la
materia ex qua y materia in qua. Cabe, por tanto, dar una definición de la
materia, aunque no sea la única, por referencia a la producción y al
[1] El Diccionario de la RAE propone como primera acepción - entre ocho - del ~érmino
«producir» la siguiente: «Engendrar, procrear, criar. Se usa hablando más propIamente producto de ésta: la materia es la condición sine qua non de la produc-
de las obras de la naturaleza, y, por extensión, de las del entendimiento». La ción. En este sentido, resulta una redundancia afirmar que se produce
argumentación de este artículo está basada sobre la opinión de que el sentido de la con materia o desde la materia, a no ser que especifiquemos a qué tipo
palabra «producir» se opone a otros sentidos de la originación, y, er:- concreto, a este de materia nos referimos.
primero que aporta el diccionario. Por lo tanto, ~e excl~y~ com? eSI?uno ~en.e~ segundo
sentido de la palabra «espurio» que ofrece este IDlsmo DICcIOnarIO) dicho SIgnifIcado, que Otro aspecto que hay que considerar a la hora de determinar el
ya no es el habitual salvo, tal vez, en determinados contextos. sentido de producción a que nos referimos es la relación que existe
l2] Hans Jonas señala la experiencia de l~ propia actividad COD;lO a priori respecto de la entre producción y reproducción. Si producir implica un dominio
comprensión del mundo externo. «La VIVenCIa de la fuerza VIVa, concretamente de la
propia, en la actividad del cuerpo es la base empírica para las abstraccio~es de los sobre lo producido, éste, en principio, puede ser reproducido. Precisa-
conceptos universales de eficiencia y de. cau~~lidad, y es el «~squ~~atismo» del mente es el tipo de materialidad característico de los productos huma-
movimiento del cuerpo vivo dotado. de drreccIOn, ;tOo el de un~ mt~IcIón neutral y
receptiva el que media entre la formalIdad del entendIIDIento y el dmanusmo de lo rea!».
Jonas, H:, El principio vida. Hacia una bi~logía filo~ófica, Tro~a, Ma~rid 2000, 3~. S~n
necesidad de sostener esta tesis, resulta eVIdente la lIDportancIa que tiene la expenencIa [4] Cfr., por ejemplo, Schelling, F. W. J., Sistema del idealismo trascendental, Anthropos,
de la propia actividad transformadora para comprender, al menos precientíficamente, la Barcelona 2005 (2 ed.), 619 ss.
realidad. [5] «Llamo materia, por ejemplo, al bronce, y forma, a la figura visible, y compuesto de
[3] Cfr. Política, 1, 2, 1254b, 3-11. ambas, a la estatua como conjunto tota!». Cfr. Metafísica, VII, 3, 1029'2-7.

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nos la que los convierte en reproducibles. El instrumento. que se ha cación de una regla previa, aun cuando puedan ser regularizadas a
diseñado puede ser repetido y el poema declamado y copiado una y posteriori. De todos modos, una de las formas de abordar el reto de
otra vez. . producir una mente consiste en obtener una máquina que, mediante la
En todos los sentidos de producción humana que estamos ª!lahzan- aplicación de reglas, por sutiles y complejas que resulten, sea capaz de
do está implicada la mente. La mente se e~cuentra en el on~en del realizar las mismas tareas, es decir, de resolver los mismos problemas
producir humano como un elem.ento determmant~. No es extrano, por que la mente humana es capaz de resolver. Así, ateniéndones a la
tanto, que el proyecto de producir una mente adqmer<;t una envergadu: formulació!l de Minski, bastarí~ realizar un computador que fuera
ra metafísica, que obliga a que ésta -la mente-se mterrogue por si capaz de simular el comportarmento humano - entendido como un
misma. De la respuesta dependen las esperanzas de la empresa, P1:1~s resultado externo-para poder decir que hemos producido una mente.
sólo si la mente es como los otros productos, y, por lo .tanto, tan;ibien . Otros, sin en;ib~r&o, son críticos frente a este programa, porque
reproducible, puede ser producida como alg? exte.rno ~ md~pen.dient~. piensan que lo distmhvo de la mente no es tanto la capacidad de resol-
Según la conocida afirmación de Marvi? 1':1mski, la mtehgencia ve:_problemas ?~un cierto tipo cuanto algunas propiedades que acom-
artificial «es la ciencia de hacer que las maqumas6 hagan cosas que panan a su actividad. Uno de los defensores de esta postura, quizá el
requerirían inteligencia si las hicieran los hombres» • Resulta digno d~ más conocido, es John Searle9 • Con su ejemplo de la habitación china,
notar -y esta definición es una prueba de ello- que las formas.habi- Searle muestra que es una falacia identificar dos realidades en virtud
tuales de plantear este problema parecen presuponer que pro?ucrr una de q~e producen los mismos res?-ltados .. Cabe seguir unas reglas que
mente consiste en producir algo que :i;meda pro~ucrr lo _mIS.mo que perrmtan transformar un mensaje en chino en otro en castellano sin
produce la mente humana. El plantearmento es, .~si, reduphcabvamen- que esto nos legitime para sostener que quien las sigue sabe chino.
te productivo: parece que todo, al menos ta.mbie!l.la mente, se P1:1ede Saber, al igual que ser consciente, sería una realidad «interior» inde-
producir, y que la naturaleza de las cosas se identifica con la capacidad pendiente de cualquier resultado.
de producir determinados resultados. Quizá algunos defensores de la primera postura se sentirán tenta-
También los dos planteamientos más usuales respecto a esta cues- dos a pedir como prueba externa de que en la mente hay algo más que
tión nos revelan, en mi opinión, aspectos importantes del pro~lema. lo que se puede traducir en resultados la producción de un resultado
Para algunos la mente tiene que ver ante todo con la capacidad de externo. y. o~serv~ble que. sólo pueda ,proceder de eso que se señala
resolver problemas7 • La diferencia entre el modo mental de resolver como distmhvo e irreductible. Esto sena señal, probablemente, de que
problemas y el que tienen otros organismos -de los cuales podemos sostienen, aunque sea inconscientemente, una tesis que, según Leonar-
decir de algún modo que los resuelven, a veces, como en el caso de las do Polo, es característica de buena parte del pensamiento moderno: el
plantas, sin que quepa atribuirles una mente - es qu~ ~a mente ~e principio del resultado10 •
plantea objetivamente los problemas y los resuelve c?n logica, es decrr, Para algunos, la limitación que los defensores de la segunda postura
que es capaz de objetivar también las reglas que aplica. . imponen a las máquinas equivale a señalar la insuficiencia del materia-
En gran medida el modo lógico de. operar se caracten~a ,rorque lismo. Pero en el caso de Searle, y no es el único, su tesis se presenta
trabaja con reglas. El uso de la preposicion «con» -con logica, con como perfectamente compatible con el materialismo o el naturalismo.
reglas - en este contexto es premedit~~o, P?rqu~ el lugar de las reglas E.ste autor distingue entre dos posturas respecto a la Inteligencia Artifi-
en la actividad mental es una cuesbon discutida. Parece claro que ~ial. 1:J1:ª de ellas es la que denomina Inteligencia Artificial fuerte, que
seguir reglas es una actividad que !iene límites y, además, en la exp~­
8
identifica la mente con un programa. La segunda, la de la Inteligencia
riencia humana no faltan las soluciones que no se deducen de la aph-
[9] Cfr. Searle, J. R., The Mystery of Consciousness, New York Review of Books New York
1997. Una postura semejante en varios aspectos es la de Thomas Nagel en «Conceiving
[6] «La inteligencia artificial», Marvin Minsky, fundador del I:aboratori? de Inteligencia the impossil?le and the mind-body problem, Philosophy, vol. 73, n. 285, July 1998, 337-352.
Artificial del MIT en «Better Mind the Computen>, en Semantic Informatwn Processmg, p. [10] «El radical moderno se puede llamar el «principio del resultado»: Lo radical en el
V. Cit. Copeland; J., Artificial intelligence. A philosophical introduction, Blackwell, Oxford hombre es el resultado. (... ) Hegel dice que el Absoluto es el resultado. ¿Qué se destaca
cuando se dice esto, en dónde se detiene la atención? Cuando se dice que el Absoluto es
1993, 1. . 1 ·1 1 . l . t d ti el r~sultado se destaca que e~ hombre es un ser capaz de producir o, como se dice ahora,
[7] Cfr. Copeland, J., Op. cit.; Crane, T.~ The Mechanical Mmd. A p 11 os'?Jl ucq. m ro uc on
to mind, machines and mental representatwn, Routledge, London 2003 (2 edition), 114 ss. de mnovar o crear.( ... ) No s!illplement~unserque actúa, que se mueve, se conduce o se
[8] Cfr. Wittgenstein, L., Philosophische Untersuchungen, Bla~kwell, Oxf?rd.19s8, §217 Y comp?rta, como hace ~1:1 animal. El ar1:nru.1l no produce, no hay resultados atribuibles a
§219; Vicente Arregui, J., «Sobre el gusto y la verdad práctica», Anuano Filosófico, 1990 su acción que sean suficientemente entitativos, reales». Polo, L., Persona y libertad, Eunsa,
Pamplona 2007, 183.
(XXIII), 163-176.

-122- -123 -
nos la que los convierte en reproducibles. El instrumento. que se ha cación de una regla previa, aun cuando puedan ser regularizadas a
diseñado puede ser repetido y el poema declamado y copIado una y posteriori. De todos modos, una de las formas de abordar el reto de
otra vez. . producir una mente consiste en obtener una máquina que, mediante la
En todos los sentidos de producción humana que estamos a!lahzan- aplicación de reglas, por sutiles y complejas que resulten, sea capaz de
do está implicada la mente. La mente se e~cuentra en el on!ien del realizar las mismas tareas, es decir, de resolver los mismos problemas
producir humano como un elem.ento determmant~. No es extrano, por que la mente humana es capaz de resolver. Así, ateniéndones a la
tanto, que el proyecto de producrr una mente adqmer<;t una envergadu: formulació!l de Minski, bastarí~ realizar un computador que fuera
ra metafísica, que obliga a que ésta -la mente-se mterrogue por SI capaz de sImular el comportanuento humano - entendido como un
misma. De la respuesta dependen las esperanzas de la empresa, p~~s resultado externo -para poder decir que hemos producido una mente.
sólo si la mente es como los otros productos, y, por lo .tanto, tar~hIen . Otros, sin en:b~r&o, son críticos frente a este programa, porque
reproducible, puede ser producida como alg? exte.rno ~ md~pen.dIent~. pIensan que lo dIstrntIvo de la mente no es tanto la capacidad de resol-
Según la conocida afirmación de MarvI? l'1mskI, la rntehgenCla ve:,problemas ?~ un cierto tipo cuanto algunas propiedades que acom-
artificial «es la ciencia de hacer que las maqurnas hagan cosas que panan a su actIVIdad. Uno de los defensores de esta postura, quizá el
requerirían inteligencia si las hicieran los hombres» 6. Resulta digno d~ más conocido, es John Searle9 • Con su ejemplo de la habitación china,
notar -y esta definición es una prueba de ello- que las formas.habI- Searle muestra que es una falacia identificar dos realidades en virtud
tuales de plantear este problema parecen presuponer que pro?ucrr una de q~e producen los mismos res?-ltados .. Cabe seguir unas reglas que
mente consiste en producir algo que Jimeda pro~ucrr lo .lllls.mo que pernutan transformar un mensaje en chino en otro en castellano sin
produce la mente humana. El planteanuento es, .~SI, reduphcatIvamen- que esto nos legitime para sostener que quien las sigue sabe chino.
te productivo: parece que todo, al menos ta.mbIe!l.1a mente, se p~ede Saber, al igual que ser consciente, sería una realidad «interior» inde-
producir, y que la naturaleza de las cosas se IdentIfIca con la capaCIdad pendiente de cualquier resultado.
de producir determinados resultados. Quizá algunos defensores de la primera postura se sentirán tenta-
También los dos planteamientos más usuales respecto a esta cues- dos a pedir como prueba externa de que en la mente hay algo más que
tión nos revelan, en mi opinión, aspectos importantes del pro~lema. lo que se puede traducir en resultados la producción de un resultado
Para algunos la mente tiene que ver ante todo con la capaCIdad de externo. y. o~serv~ble que. sólo pueda lroceder de eso que se señala
resolver problemas7 • La diferencia entre el modo mental de resolver como dIstIntIvo e IrreductIble. Esto sena señal, probablemente, de que
problemas y el que tienen otros organismos -de los cuales podemos sostienen, aunque sea inconscientemente, una tesis que, según Leonar-
decir de algún modo que los resuelven, a veces, como en el caso de las do Polo, es característica de buena parte del pensamiento moderno: el
plantas, sin que quepa atribuirles una mente - es qu~ ~a mente ~e principio del resultado10 •
plantea objetivamente los problemas y los resuelve c?n 10gIca, es decrr, Para algunos, la limitación que los defensores de la segunda postura
que es capaz de objetivar también las reglas que aphca. . imponen a las máquinas equivale a señalar la insuficiencia del materia-
En gran medida el modo lógico de. operar se caracten~a 'porque lismo. Pero en el caso de Searle, y no es el único, su tesis se presenta
trabaja con reglas. El uso de la preposIcIon «con» -con 10gIca, con como perfectamente compatible con el materialismo o el naturalismo.
reglas - en este contexto es premedit~~o, P?rqu~ el lugar de las reglas E.ste autor distingue entre dos posturas respecto a la Inteligencia Artifi-
en la actividad mental es una cuestIon dIscutIda. Parece claro que ~Ial.l!~a de ellas es la que denomina Inteligencia Artificial fuerte, que
seguir reglas es una actividad que !iene límites y, además, en la exp~­
8
IdentifIca la mente con un programa. La segunda, la de la Inteligencia
riencia humana no faltan las solUCIOnes que no se deducen de la aph-
[9] Cfr. Searle, J. R, The Mystery of Consciousness, New York Review of Books New York
1997. Una postura semejante en varios aspectos es la de Thomas Nagel en «Conceiving
[6] «La inteligencia artificial», Marvin Minsky, fundador dell:aboratori? de Inteligencia the impossi1?le and the mind-body problem, Philosophy, vol. 73, n. 285, July 1998, 337-352.
Artificial del MIT en «Better Mind the Computen>, en Semantic InformatlOn Processmg, p. [10] «El radlcal moderno se puede llamar el «principio del resultado»; Lo radical en el
V. Cit. Copeland: J., Artificial intelligence. A philosophical introduction, Blackwell, Oxford hombre es el resultado. (... ) Hegel dice que el Absoluto es el resultado. ¿Qué se destaca
cuando se dice esto, en dónde se detiene la atención? Cuando se dice que el Absoluto es
1993,1.
[7] Cfr. Copeland, J., Op. cit.¡ Crane, T.~ The Mechanical Mmd. . A pI11'1 osr;¡¡l' .m tro duc ti on
lIcql' el r~sultado se destaca que e~ hombre es un ser capaz de producir o, como se dice ahora,
to mind, machines and mental representatlOn, Routledge, London 2003 (2 edltion), 114 ss. de mnovar o crear. (... ) No s!IDplement~ un ser que actúa, que se mueve, se conduce o se
[8] Cfr. Wittgenstein, L., Philosophische Untersuchungen, Bla~kwell, bxf?rd. 19S8, §217 y comp?rta, como hace ~~ anlIDal. El aI1fID',II no produce, no hay resultados atribuibles a
§219¡ Vicente Arregui, J., «Sobre el gusto y la verdad práctica», Anuano FIlosófico, 1990 su acclón que sean suflclentemente entitahvos, reales». Polo, L., Persona y libertad, Eunsa,
Pamplona 2007, 183.
(XXIII),163-176.

-122 - -123 -
Artificial débil, sólo afirma que se puede producir una máquina con la vida aparezca12 •
conciencia. Searle se adscribe a esta última. No podemos excluir, según Bien pensado, no es extraño este interés por reproducir la mente de
él, que una máquina pueda hacer lo que hace el cerebro humano un modo independiente al que conocemos, pues parece que gran parte
-producir conciencia-, pero la realización de esa posibilidad supone del atractivo de producir una mente consiste en que realmente la produz-
que tiene que hacerlo real e íntegramente. Por el momento, lo que camos, con lo que esto implica de dominio sobre nuestro producto. Y
sabemos es que esto lo hace el cereóro y el estudio de cómo es y funcio- esto se mostraría plenamente si consiguiéramos aislar lo que hace
na ese órgano parece para él un dato relevante para resolver el proble- mente a la mente para introducirlo en otro tipo de configuración.
ma11. En cambio, en mi opinión, a lo que Searle apunta es a un tipo de
Se podría decir que la tesis de Searle es, en cierto sentido, más realidad que, aun siendo material, parece resistirse a ser producida o,
materialista que la que combate. Es cierto que los partidarios de la al menos, a ser producida de ese modo. Podría parecer lo contrario,
Inteligencia Artificial fuerte - como el mismo Searle los denomina - pues, como hemos visto, se adscribe a la IA débil, pero en su plantea-
piensan que se puede producir una mente con elementos materiales; miento el modo en que la mente - en particular, la conciencia - se
pero ellos tienden a poner el acento sobre el diseño, es decir, sobre lo produce adopta un interesante matiz.
que el diseñador impone a la materia. Se trata, por tanto, del sentido Searle, en efecto, se muestra inclinado a hablar de emergencia para
clásico de producción, en el que la materia es soporte, pero no forma nombrar el modo en que la mente, con todas sus propiedades, se rela-
parte intrínseca de lo que en ella se realiza. ciona con la materia en la que la supone realizada. Pero la emergencia
Recordemos que existe una discusión acerca del modo de producir contiene una alusión al misterio. Uno de sus ejemplos es el de las
inteligencia que tiene que ver con este problema. Para algunos, la moléculas de agua de cuya reunión surgen, o emergen, propiedades
mente se puede reproducir en máquinas que procesen la información como la liquidez. Así, al parecer, las interacciones entre las neuronas
materialmente de un modo distinto a como lo hace el cerebro. Para podrían dar lugar a propiedades macro como la conciencia o la inten-
otros, el diseño de la inteligencia artificial pasa por amoldarse al modo cionalidad. Pero, ¿cómo? Para Searle, ex hypothesi es algo que debe
en que funciona el cerebro. El diseño de redes neuronales como alter- ocurrir, si afirmamos que sólo hay neuronas, pero hay que reconocer
nativa a la arquitectura tradicional de los ordenadores, sería una prue- que no sabemos cómo.
ba de que para actuar como la mente hay que hacer las cosas como la También resulta interesante del planteamiento de Searle su alusión
mente las hace. Y si se supone que la mente es algo que hace el cerebro, a la materia y a su condición de materia biológica. Con ello admite que
no tendríamos, por principio, derecho a nutrir esperanzas de alcanzar la materia puede ser cualificada, que no todas las configuraciones son
a hacer lo que hace la mente de otro modo. A no ser, claro está, que se extrínsecas, como puede dar a entender la actividad productiva. Y es
probara lo contario. que si, siguiendo el razonamiento de Searle, aceptamos que la emer-
Ahora bien, hay que tener en cuenta que, en este contexto, las redes gencia es capaz de «producir» extrañas realidades, estamos afirmando
neuronales son con frecuencia tan sólo un modelo, una forma de proce- que lo importante no es tanto lo que nosotros hacemos con la materia
sar la información, y no un intento de reproducir materialmente el cuanto el modo en que aprovechamos sus propiedades.
cerebro y su funcionamiento. Hasta tal punto que las redes neuronales La observación de Searle nos remite de nuevo al concepto de pro-
se implementan habitualmente en ordenadores con un sistema operati- ducción y a otra de las distinciones que delimitan su significado. De los
vo tradicional, que procesa secuencialmente la información. Nos halla- vivientes orgánicos no decimos con propiedad que sean producidos,
mos de nuevo ante una reproducción o simulación del modo en que se aunque sea evidente que sólo aparecen de y en la materia y que son
comporta la vida y no ante el intento de poner las condiciones para que fruto de determinadas intervenciones sobre ella. Para ellos reservamos
el término «generación». Éste término nos evoca otro campo semántico,
[11] «To summarize my general position, then, on how the brain research can proceed in el del nacimiento, la naturaleza, es decir, la physis en el sentido griego
answeríng the questions that bother us: the braín is an organ like any other; it is an del término13 • Lo peculiar de la generación es que en ella no impone-
organíc machíne. Consdousness is caused by lower-level neuronal processes in the brain mos un esquema previo, sino que, en todo caso, ponemos las condicio-
and is itself a feature of the brain. Because it is a feature that emerges from certain
neuronal activities, we can think of it as an «emergent property» of the brain. An
emergent property of a system is one that is causally explaíned by the behavior of the [12] «Computers play the same role in studying the brain that they play in any other
elements of the system; but it is nota property of any individual elements and it cannot discipline. They are ínunensely useful devices for simulating brain processes. But the
be explained simply as a summation of the properties of those elements. The liquidity of simulation of mental states is no more a mental state than the símulation of an explosíon
water is a good example: the behavior of the H20 molecules explains liquidity but the is an explosion». Ibidem, 18.
individual molecules are not liquid». Searle, J. R., Op. cit., 17-18. [13] Cfr. Aristóteles, Metafísica, V, 4, 1014b16-1015ª20.

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Artificial débil, sólo afirma que se puede producir una máquina con la vida aparezca12 •
conciencia. Sear1e se adscribe a esta última. No podemos excluir, según Bien pensado, no es extraño este interés por reproducir la mente de
él, que una máquina pueda hacer 10 que hace el cerebro humano un modo independiente al que conocemos, pues parece que gran parte
- producir conciencia - , pero la realización de esa posibilidad supone del atractivo de producir una mente consiste en que realmente la produz-
que tiene que hacerlo real e íntegramente. Por el momento, 10 que camos, con 10 que esto implica de dominio sobre nuestro producto. Y
sabemos es que esto 10 hace el cereoro y el estudio de cómo es y funcio- esto se mostraría plenamente si consiguiéramos aislar lo que hace
na ese órgano parece para él un dato relevante para resolver el prob1e- mente a la mente para introducirlo en otro tipo de configuración.
mallo En cambio, en mi opinión, a lo que Searle apunta es a un tipo de
Se podría decir que la tesis de Sear1e es, en cierto sentido, más realidad que, aun siendo material, parece resistirse a ser producida o,
materialista que la que combate. Es cierto que los partidarios de la al menos, a ser producida de ese modo. Podría parecer 10 contrario,
Inteligencia Artificial fuerte - como el mismo Sear1e los denomina- pues, como hemos visto, se adscribe a la lA débil, pero en su plantea-
piensan que se puede producir una mente con elementos materiales; miento el modo en que la mente - en particular, la conciencia - se
pero ellos tienden a poner el acento sobre el diseño, es decir, sobre 10 produce adopta un interesante matiz.
que el diseñador impone a la materia. Se trata, por tanto, del sentido Searle, en efecto, se muestra inclinado a hablar de emergencia para
clásico de producción, en el que la materia es soporte, pero no forma nombrar el modo en que la mente, con todas sus propiedades, se rela-
parte intrínseca de 10 que en ella se realiza. ciona con la materia en la que la supone realizada. Pero la emergencia
Recordemos que existe una discusión acerca del modo de producir contiene una alusión al misterio. Uno de sus ejemplos es el de las
inteligencia que tiene que ver con este problema. Para algunos, la moléculas de agua de cuya reunión surgen, o emergen, propiedades
mente se puede reproducir en máquinas que procesen la información como la liquidez. Así, al parecer, las interacciones entre las neuronas
materialmente de un modo distinto a como 10 hace el cerebro. Para podrían dar lugar a propiedades macro como la conciencia o la inten-
otros, el diseño de la inteligencia artificial pasa por amoldarse al modo cionalidad. Pero, ¿cómo? Para Searle, ex hypothesi es algo que debe
en que funciona el cerebro. El diseño de redes neuronales como alter- ocurrir, si afirmamos que sólo hay neuronas, pero hay que reconocer
nativa a la arquitectura tradicional de los ordenadores, sería una prue- que no sabemos cómo.
ba de que para actuar como la mente hay que hacer las cosas como la También resulta interesante del planteamiento de Searle su alusión
mente las hace. Y si se supone que la mente es algo que hace el cerebro, a la materia y a su condición de materia biológica. Con ello admite que
no tendríamos, por principio, derecho a nutrir esperanzas de alcanzar la materia puede ser cualificada, que no todas las configuraciones son
a hacer lo que hace la mente de otro modo. A no ser, claro está, que se extrínsecas, como puede dar a entender la actividad productiva. Y es
probara lo contario. que si, siguiendo el razonamiento de Searle, aceptamos que la emer-
Ahora bien, hay que tener en cuenta que, en este contexto, las redes gencia es capaz de «producir» extrañas realidades, estamos afirmando
neuronales son con frecuencia tan sólo un modelo, una forma de proce- que lo importante no es tanto lo que nosotros hacemos con la materia
sar la información, y no un intento de reproducir materialmente el cuanto el modo en que aprovechamos sus propiedades.
cerebro y su funcionamiento. Hasta tal punto que las redes neuronales La observación de Searle nos remite de nuevo al concepto de pro-
se implementan habitualmente en ordenadores con un sistema operati- ducción ya otra de las distinciones que delimitan su significado. De los
vo tradicional, que procesa secuencialmente la información. N os halla- vivientes orgánicos no decimos con propiedad que sean producidos,
mos de nuevo ante una reproducción o simulación del modo en que se aunque sea evidente que sólo aparecen de y en la materia y que son
comporta la vida y no ante el intento de poner las condiciones para que fruto de determinadas intervenciones sobre ella. Para ellos reservamos
el término «generación». Éste término nos evoca otro campo semántico,
[11] «To surnmarize my general posítion, then, on how the brain research can proceed in el del nacimiento, la naturaleza, es decir, la physis en el sentido griego
answeríng the questíons that bother us: the braín is an organ like any other; it is an del término13 • Lo peculiar de la generación es que en ella no impone-
organíc machíne. Consciousness is caused by lower-Ievel neuronal processes in the braín mos un esquema previo, sino que, en todo caso, ponemos las condicio-
and is itself a feature of the brain. Because it is a feature that emerges from certain
neuronal activities, we can think of ít as an «emergent property» of the brain. An
emergent property of a system is one that is causally explaíned by the behavior of the [12] «Computers play the same role in studying the brain that they play in any other
elements of the system; but it is not a property of any individual elements and it cannot discipline. They are ínunensely useful devices for simulatíng brain processes. But the
be explained simply as a surnmation oi the propertíes of those elements. The liquidity of símulation of mental states is no more a mental state than the simulatíon of an explosion
water is a good example: the behavior of the H20 molecules explains liquidity but the is an explosion». Ibidem, 18.
individual molecules are not liquid». Searle, J. R, Op. cit., 17-18. [13] Cfr. Aristóteles, Metafísica, V,4, 1014b16-101Sa20.

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nes para que algo ocurra. Y cuando ocurre, aparece algo que está frente distinta de la que tienen los verdaderos productos. La vida siempre se
a nosotros, como los productos artificiales, pero que no se limita a comporta de un modo peculiar respecto de las acciones que la ponen
reflejar los fines que le hemos impuesto, sino que ostenta unos fines en el ser.
que forman parte de su configuración. Aristóteles fue quizá el primero que intentó formular teóricamente
Los teóricos de la inteligencia artificial suelen relativizar la distin- esa diferencia. El resultado de ese esfuerzo es su distinción entre las
ción entre lo vivo y lo inerte, pues reducen la vida a un conjunto de actividades perfectas y las imperfectas14• Precisamente, el prototipo de
propiedades que pueden ser reproducidas por una materia artificial- estas últimas es la producción, aunque este detalle, siendo importante,
mente dispuesta. Creo que el planteamiento de Searle nos devuelve, no es lo decisivo. Las actividades perfectas poseen el fin. Los aristotéli-
por el contrario, a las reflexiones aristotélicas sobre la vida, pues, en mi cos posteriores tradujeron al latín esta distinción hablando de activida-
opinión, la tesis de la emergencia alude - si bien toscamente, desde el des inmanentes y transitivas: la acción inmanente perfecciona al agen-
punto de vista ontológico- a la vida y, además, la atribuye de algún te. El viviente es aquel que alcanza fines y los posee en su interior.
modo a la mente. Para Aristóteles, la mente, el nous, no es una anomalía en el orden
Searle identifica la mente con un rasgo o producto de algo distinto, de los vivientes, sino la forma más alta y perfecta. Si el camino que él
el cerebro. Sin embargo, si la mente es una realidad biológica, como él emprendió -un camino que la biología moderna parece haber abando-
sostiene, creo más acertado sostener con Aristóteles que ese «rasgo» del nado hace mucho tiempo - no está totalmente equivocado, se puede
cerebro tiene que ver precisamente con aquello que le hacer ser lo que conjeturar que el progreso en el conocimiento de la mente y de su
es: «la vida es el ser de los vivientes». La desaparición de ese rasgo que relación con la materia deberá más en el futuro a la reflexión sobre los
llamamos vida no es la desaparición de una propiedad de algo sino, sin avances de la biología que a los desarrollos de la ingeniería.
más, la extinción de algo, de una sustancia, el viviente.
Así, el misterio de la conciencia es una parte del misterio de la vida. ***
Con ello nos volvemos a encontrar en la línea de una de las tesis clási-
cas que ha sido olvidada en el pensamiento moderno: la mente es una José Ignacio Murillo
forma de vida y, por tanto, sólo se da en los vivientes. Departamento de Filosofía
Universidad de Navarra
De este modo, la pregunta por la posibilidad de producir una mente 31080 Pamplona
nos pone frente al problema de entender la vida. Si la vida se puede
reducir a un conjunto de procesos que producen determinados resulta-
dos, nada parece impedir que podamos reproducirlos. ·Pero la vida
tiene algo de elusivo y misterioso para una concepción de la materia y
de la realidad que la reduce a mero sustrato de objetos producibles y
reproducibles.
En cambio, la idea de producir una mente se encuentra más en
consonancia con la separación entre vida y razón. Para esta visión, que
ha tenido muchos defensores desde el siglo XIX, el pensar es un instru-
mento de la vida para alcanzar sus fines. En ella se ha llegado incluso
a contraponer la vida a la razón, porque se entendía a esta como un
conjunto de procesos formales y objetivos y, por lo tanto, inertes. Como
se ve, el proyecto de producir la mente ha sido precedido por la desvi-
talización de ésta.
La tesis que defiendo ahora no es, por tanto, que la mente no se
puede producir porque no es algo material. Lo que está en juego directa-
mente en esta argumentación no es el problema clásico de si el acto de
la mente es el acto de un órgano. Por el contrario, considero que hay
muchas cosas meramente materiales que no se pueden reproducir. En
concreto, ningún organismo viviente puede ser producido. Y no por-
que no consten de materia, sino porque su relación con la materia es
[14] Cfr. Aristóteles, Metafísica, IX, 6, 1048b18-36.

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nes para que algo ocurra. Y cuando ocurre, aparece algo que está frente distinta de la que tienen los verdaderos productos. La vida siempre se
a nosotros, como los productos artificiales, pero que no se limita a comporta de un modo peculiar respecto de las acciones que la ponen
reflejar los fines que le hemos impuesto, sino que ostenta unos fines en el ser.
que forman parte de su configuración. Aristóteles fue quizá el primero que intentó formular teóricamente
Los teóricos de la inteligencia artificial suelen relativizar la distin- esa diferencia. El resultado de ese esfuerzo es su distinción entre las
ción entre lo vivo y lo inerte, pues reducen la vida a un conjunto de actividades perfectas y las imperfectas14• Precisamente, el prototipo de
propiedades que pueden ser reproducidas por una materia artificial- estas últimas es la producción, aunque este detalle, siendo importante,
mente dispuesta. Creo que el planteamiento de Searle nos devuelve, no es lo decisivo. Las actividades perfectas poseen el fin. Los aristotéli-
por el contrario, a las reflexiones aristotélicas sobre la vida, pues, en mi cos posteriores tradujeron al latín esta distinción hablando de activida-
opinión, la tesis de la emergencia alude - si bien toscamente, desde el des inmanentes y transitivas: la acción inmanente perfecciona al agen-
punto de vista ontológico- a la vida y, además, la atribuye de algún te. El viviente es aquel que alcanza fines y los posee en su interior.
modo a la mente. Para Aristóteles, la mente, el nous, no es una anomalía en el orden
Searle identifica la mente con un rasgo o producto de algo distinto, de los vivientes, sino la forma más alta y perfecta. Si el camino que él
el cerebro. Sin embargo, si la mente es una realidad biológica, como él emprendió - un camino que la biología moderna parece haber abando-
sostiene, creo más acertado sostener con Aristóteles que ese «rasgo» del nado hace mucho tiempo - no está totalmente equivocado, se puede
cerebro tiene que ver precisamente con aquello que le hacer ser lo que conjeturar que el progreso en el conocimiento de la mente y de su
es: «la vida es el ser de los vivientes». La desaparición de ese rasgo que relación con la materia deberá más en el futuro a la reflexión sobre los
llamamos vida no es la desaparición de una propiedad de algo sino, sin avances de la biología que a los desarrollos de la ingeniería.
más, la extinción de algo, de una sustancia, el viviente.
Así, el misterio de la conciencia es una parte del misterio de la vida. ***
Con ello nos volvemos a encontrar en la línea de una de las tesis clási-
cas que ha sido olvidada en el pensamiento moderno: la mente es una José Ignacio Murillo
forma de vida y, por tanto, sólo se da en los vivientes. Departamento de Filosofía
Universidad de Navarra
De este modo, la pregunta por la posibilidad de producir una mente 31080 Pamplona
nos pone frente al problema de entender la vida. Si la vida se puede
reducir a un conjunto de procesos que producen determinados resulta-
dos, nada parece impedir que podamos reproducirlos.· Pero la vida
tiene algo de elusivo y misterioso para una concepción de la materia y
de la realidad que la reduce a mero sustrato de objetos producibles y
reproducibles.
En cambio, la idea de producir una mente se encuentra más en
consonancia con la separación entre vida y razón. Para esta visión, que
ha tenido muchos defensores desde el siglo XIX, el pensar es un instru-
mento de la vida para alcanzar sus fines. En ella se ha llegado incluso
a contraponer la vida a la razón, porque se entendía a esta como un
conjunto de procesos formales y objetivos y, por lo tanto, inertes. Como
se ve, el proyecto de producir la mente ha sido precedido por la desvi-
talización de ésta.
La tesis que defiendo ahora no es, por tanto, que la mente no se
puede producir porque no es algo material. Lo que está en juego directa-
mente en esta argumentación no es el problema clásico de si el acto de
la mente es el acto de un órgano. Por el contrario, considero que hay
muchas cosas meramente materiales que no se pueden reproducir. En
concreto, ningún organismo viviente puede ser producido. Y no por-
que no consten de materia, sino porque su relación con la materia es
[14] Cfr. Aristóteles, Metafísica, IX, 6,1048b18-36.

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