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Lo que debe saber sobre el aparato reproductor de las vacas

Además de brindarnos leche y carne, una hembra bovina cumple con albergar a la
cría que extenderá su linaje, y con ello garantizará el futuro de la explotación
pecuaria. Aquí le explicamos de forma breve cuáles son los órganos que
componen esta importante parte del cuerpo de la res.
 
Si bien un ganadero no está obligado a conocer en forma detallada la anatomía y
fisiología del animal, es importante que tenga un conocimiento básico sobre las
partes externas e internas del sistema reproductor, teniendo en cuenta que es un
aspecto esencial de cualquier explotación.
 
Esta información es comparable a la que recibimos en la primaria sobre anatomía
humana, que no nos convierte en médicos pero sí nos da una idea del
funcionamiento del cuerpo. El mismo razonamiento podría aplicarse a los bovinos.
 
Esta entrega estará centrada en el aparato reproductor de la hembra bovina, que
es mucho más complejo que el del toro y esencial para la ganadería. (Lea: 3
razones por las cuales se debe hacer una evaluación reproductiva)
 
El sistema está constituido por los órganos internos y externos. Los primeros
incluyen 2 ovarios, 2 oviductos, 2 cuernos uterinos, un útero, el cérvix y la vagina,
mientras que los segundos son el vestíbulo vaginal y la vulva. La vejiga se
encuentra bajo todo el aparato reproductor, mientras que el recto está ubicado por
encima.
 
La vulva
 
Es la parte más externa y está formada por los labios vulvares, que miden
aproximadamente 12 cm de longitud y el clítoris, que se encuentra en la comisura
ventral. Tiene 3 funciones principales: permitir el paso de orina, abrirse en el
momento de la cópula y servir de canal del parto.
 
Los labios de la vulva tienden a verse secos y arrugados en estado normal,
pero cuando la vaca entra en celo, la vulva se ensancha y adquiere una apariencia
rojiza y húmeda.
 
Inmediatamente después se encuentra el vestíbulo vaginal, que conecta con la
vagina y está marcado por el orificio uretral. Este representa el primer obstáculo
en la inseminación artificial, IA, pues la pipeta podría ser introducida por este
orificio.
 
La vagina
 
Este órgano mide 25 y 30 cm de largo e inicia justo después del vestíbulo hasta
llegar a la cérvix. En la monta natural, la vagina funciona como el receptáculo del
semen depositado en la porción anterior, y también cumple como vía de salida del
feto durante el parto.
 
El cérvix
 
También llamado cuello uterino, esta estructura de tipo cilíndrica y paredes
gruesas de 8 a 10 cm de longitud establece la conexión con el útero. El cérvix
facilita el transporte de espermatozoides hacia la luz del útero, actúa como
reservorio de las células y se relaja durante el celo para hacer posible la apertura
del canal cervical.
 
Está compuesto de tejido conectivo denso y músculos, y es la referencia de los
inseminadores al momento de aplicar IA a una vaca. (Lea: El cérvix, mitos y
verdades de esta región productiva de las vacas)
 
Su interior tiene 3 o 4 anillos que le facilitan otra función, la de proteger el útero del
medio ambiente, aunque representan el segundo obstáculo para la IA. En la
gestación, el conducto cervical queda sellado por un moco viscoso que evita el
transporte de esperma o la invasión de bacterias.
 
Cabe recordar que el tamaño, la consistencia y la forma del cérvix varían de
acuerdo a la edad del animal, su raza, el número de partos que haya tenido, entre
otros factores.
 
El útero
 
El útero comienza con el cuerpo uterino, que mide alrededor de 2-4 cm de largo y
sirve de conexión entre el cérvix y los cuernos uterinos. En el cuerpo uterino es
donde debe depositarse el semen durante la IA.
 
A partir de allí, el tracto reproductor se divide y los órganos vienen en pares, que
inician por los cuernos uterinos. Estos están formados por 3 capas musculares y
una red de vasos sanguíneos. (Lea: 4 enfermedades que afectan los ovarios de
las vacas)
 
La principal función del útero es proveer el ambiente ideal para el desarrollo del
feto, aunque también desempeña otras como el transporte de espermatozoides al
sitio de fecundación y la regulación de la vida del cuerpo lúteo gracias a la
producción de prostaglandina.
 
Los oviductos
 
Estos conectan con los cuernos uterinos y su función es transportar los óvulos.
También se conocen como trompas de Falopio, miden alrededor de 25 cm y se
encuentran divididos en 3 segmentos:
1. La porción más baja, cercana al útero, se llama Istmo y funciona como
reservorio de las células reproductoras masculinas, que se adhieren a las
paredes.
2. La porción más alta, cercana al ovario, se conoce como Ámpula o ampolla.
Su diámetro es mayor que el del primer segmento y es aquí donde ocurre la
fecundación, por una señal química que libera a los espermatozoides
adheridos al Istmo.
3. La última parte se conoce como Infundíbulo, que es una estructura en
forma de embudo. Este es el encargado de recibir al óvulo cuando es
expulsado del ovario.
Los ovarios
 
Los ovarios son los órganos principales del aparato reproductor de la hembra,
pues ellos cumplen 2 funciones importantes: la producción de óvulos (función
exocrina) y de hormonas, principalmente estrógenos y progesterona (endocrina).
 
Mide entre 2-4 cm de largo por 1-2 de ancho. En términos generales, se encarga
de organizar y dirigir toda la vida sexual de la hembra, regulando el ciclo estral con
la liberación de hormonas y de un óvulo cada 10-21 días.
 
En su superficie se encuentran 2 estructuras: los folículos y el cuerpo lúteo (CL).
Los primeros están llenos de fluidos y varían en tamaño, hasta llegar a los 20 mm.
El más grande se denomina “dominante” y es el que ovula cuando el animal entra
en celo, por influencia de las hormonas gonadotropinas (FSH y LH).
 
En el espacio que queda después de la ovulación, se forma un cuerpo
hemorrágico que luego se transforma en CL. Al momento de la palpación rectal, la
detección del CL sirve para comprobar si ocurrió la fecundación, en caso contrario
se degenera alrededor del día 14.
 
Los folículos produce los estrógenos, responsables de la conducta sexual durante
el estro, mientras que el CL secreta progesterona, responsable de la inactividad
sexual y del mantenimiento de la gestación.
 
Otros aspectos a considerar
 
César Augusto Gómez Velásquez, médico veterinario, señaló que un ganadero
debe prestar atención a dos aspectos: la comisura vulval y la placenta expulsada
luego del parto. (Lea: Conozca todo sobre el síndrome Freemartin y la infertilidad
en vacas)
 
“El ganadero tiene que observar los labios vulvares para ver cómo están
estructurados. Debe ser muscular, que permita su cierre o su dilatación cuando
haya un parto o para expulsar orina. Y sobre todo que tenga un tamaño
proporcionado al de la hembra”, precisó.
 
El experto agregó que cuando en una novilla de buen tamaño, se evidencia una
vulva pequeña, esto puede ser un indicio de un bajo desarrollo a nivel genital, por
lo cual se debe descartar o enviar a matadero.
 
Con respecto a la placenta, anotó que debe estar limpia, un color normal (que no
sea amarillento o negro), que sus cotiledones placentarios no reflejen ningún
proceso de infección parasitaria o bacteriana, y que en general, no presente un
estado de putrefacción.

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