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FLECOS
-Sarina escribe-
cada salto a su cuerpo es una travesía peligrosa
leopardos animales extraños decorados
oscuros deslizan por la escalera
"alguien murió drogado en un burdel"
Alguien murió drogado en un burdel
un tieso adorno de metal bronce observa
continúa el cuento elemental del destino con los labios
intoxicados de órdenes y poses fingidas
(Colmena o la avenida
se reduce a una sola presencia
o belleza como basura y frases
sin cuidado: belleza introducida
en el mismo gran murmullo destrozadas
en las mismas mil palabras monócromas
como en una clara obra de arte)
Y analizo
juego
armo el óleo
empapada de estaciones
en el estar mostrando mi cuerpo a una máquina solar
que no me distingue que busca entre los amotinados
la noche su fin de semana como los ladrillos donde
volcarse y crecer duramente crecer
bloquear el cielo de plomo metálico
RETRATOS DE ARENA
A Lucha Reyes
4
maquinando la nostalgia al caer
volverse revolcarse y aún
con los dolores en la punta de la
lengua y la palabra en la mano
-y quisiera que no me implanten más sonrisa
que la mía- tú procedes
seco el otoño en las alcantarillas en una
habitación París se prepara en el lecho amado
musita el eco del estornino cae el vaso de agua
en la pared rodea la ventana estornudas
No están allí los sauces ni el sabor avinagrado
de la fruta madura con el calor de esta ciudad
madre se resiente porque estás tan lejos y también
ella reclama un rato a solas mientras rebana el
pan rancio del día y que su cintura lo cargue todo
a ti aguafiestas
entonces no veo forma de dirigirme a ti
y seguramente no te importe tanto hablar
de causas perdidas un día de sol
bajo estos árboles moribundos a tu edad
se hace más clara e intensa la visión de lo imperceptible
vuelven en el color de las cosas olores sabores
sueños y quién sabe Amanda sonría
peinando con sus manos lacias las piedras del jardín
en un Paraguay desbordado por ríos de plata
y brillante leche -decorados de feria-
y hagas para mí un recuento inmediato de los personajes
que empiezan a llenar las calles de héroes anónimos
para asistir al primer concierto de un verano
atroz sin más música que los ruidos armonizadores
de esta ciudad tranquila y chirridos de pájaros
todos elegantes -hombres sencillos-
bajo sombreros los mayores -sofocados-
inclinados ordenadamente echados algunos en el grass
perfecto de Europa
esperando alguna lluvia diferente a la ácida
que anunciaron esta mañana los titulares
-última reunión de científicos por el fin de la guerra-
Pero me hablabas de ese jardín un poco más al sur
y al este en la boca del mar y de sus rosedales perfumados
como de una joya preciosa retratada en estos almanaques
por el fin de la guerra pues te aburren
mis preguntas y esta raya que trazé ataviada por un
largo viaje para identificar la ceniza de tu rostro
bronceado y limpio en la multitud es igual a la de los
mapas Ahora mismo la siento perdida en una ciudad
y en el tiempo
A Víctor Humareda
mojado
con la mano en los bolsillos
silbando una tonada a la hora incierta
-un pájaro se deja caer en la brisa de la mañana-
también yo cierro los ojos anegados de humo
paladeo la arena derretida y pura
comienzo con las palabras del día
voy
tras el polvo encaminado al rincón
ahí un retazo de papel se desvive en un retrato
HUAYRONA-SANTO CRISTO
(tomaré esa línea para visitarlos)
III
PERIÓDICO MURAL
En noches como ésta me acerco
nudo de sirenas y descoloridos carteles hacia el camino
empapada de polvo
en una pintura formidable
dejando atrás recordando
mi voz arrastra su disonancia y sumerge tu sombra en cada estría
del tapiz de oscuridad fulminante
a Ceci
-asustado maltrecho
todas las señales le apuntan-
¿qué pasaje llevo en los bolsillos? sin tapa sin
pasaporte la gente se pregunta por mí
los libros se preguntan por mí
dejé mi rúbrica como el perfil los grandes
hombres que pasaron desapercibidos
hasta el día de su muerte
una muerte cruel de brazos
cruzados
el sueño es un cuaderno sin anotaciones reales
y mi vida puede ser vista desde las dos caras
de la moneda una es el brillo del sol
pero no es el sol realmente nunca fue el sol
como todos creyeron el sol -habría que preguntarse
con los ojos cerrados- nunca hubo tal respuesta
sigo recibiendo rayos esclavo dueño de no sé qué
poderes divinos me viene por el lado materno
tanto orgullo tanto orgullo
¿quién dice que lo perdí todo?
lo inimaginable existe y tú
envuelves un fajo delgado de billetes
negros y silbas
cuentas
billetes negros como alas en la oscuridad