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SEMANA 4

Psicodiagnóstico
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INTEGRACIÓN Y LECTURA DEL


PSICODIAGNÓSTICO

Introducción

Los conceptos que van a guiar este documento serán el texto y su consiguiente
lectura, siempre en correspondencia al psicodiagnóstico, texto complejo y
entramado donde están presenten símbolos, formaciones de síntomas, criterios y
relaciones, todo desde un marco multidimensional.

Lo primero a tener en cuenta es que para la integración del proceso


psicodiagnóstico, se hablará de indicadores que permitirán identificar ciertas
variables del material clínico que se han obtenido. Si bien estos indicadores
aclaran el panorama y sirven como guía de lectura, no son índices clasificatorios
de conclusiones psicopatológicas rígidas. De esta forma, la propuesta a
desarrollar no agota extensivamente la mirada del psicodiagnóstico, siendo este
más amplio y una fuente inagotable de sentidos.

Al proponer una lectura, se busca delimitar ciertas propiedades del objeto


complejo a tratar y los parámetros teórico-técnicos a ser observados. Durante el
psicodiagnóstico entendido como un “proceso vincular técnico encuadrado”, la
lectura sería cómo fijar el foco y capturar ciertas dimensiones profundas de la
subjetividad que se expresan en signos, índices e indicadores por medio de
recurrencias y correlaciones que están presentes en todo el proceso.

De esta forma se piensa que diferentes personas logran relatar a un mismo tipo de
cuadro o modalidad de comunicación, ya que ofrecen constantes en cuanto al
conflicto central, puntos de fijación y las defensas dominantes, por ejemplo una
modalidad fóbica o depresiva o histérica implica una idea o cosmovisión del
espacio de la gente del tiempo del propio cuerpo de las interacciones temidas
deseadas una organización del sistema de valores que son capaces de ser
observados en la producciones de test y configuradas como constantes por un

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psicodiagnosticador entrenado, sin embargo como se expresó, no hay


sistematizaciones rígidas.

I. El Juicio Clínico del Proceso


Psicodiagnóstico
El proceso psicodiagnóstico lleva al evaluado a enfrentarse a consignas,
encontrarse con tareas e instrumentos de distinta cualidad; gráficas, visuales,
verbales y lúdicas. Este encuentro produce efectos de significación por el
mecanismo de proyección que, mediante convergencia de ciertos dinamismos,
darán ciertas cualidades subjetivas que diferencian a los sujetos.

La reflexión clínica son los pasos que se deben seguir para elaborar una hipótesis,
por medio de la transformación de datos que desemboca en un juicio sobre el
evaluado. Se intenta llegar al conocimiento de un sujeto mediante recursos técnico
y, para esto selecciona, jerarquiza, ordena, compara, busca intermitencias,
completa y se explora que la hipótesis sea sustentada en la reincidencia de datos
similares que refuercen las convergencias de datos con el fin de obtener
coherencia.

Se tomarán tres criterios técnicos para analizar el material según Lunazzi (1992):

Recurrencia: redundancia de un idéntico indicador en varias zonas de un mismo


gráfico o gráficos diversos. Esto se aplica a otras técnicas en sus diferentes
componentes.

Convergencia: redundancia de una cadena dinámica que se formula a través de


indicadores diferentes e, incluso, en algunos casos opuestos.

Inferencia: operación de intelección por la que se pasa una verdad a otra que se
juzga en razón de su unión con la primera, la deducción es una inferencia.

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II. Indicadores del Proceso


Psicodiagnóstico

Para comenzar a realizar una ojeada del psicodiagnóstico, se tomará como eje el
diagnostico estructural de Kernberg, quien va a integrar el análisis descriptivo,
entendido como síntomas y conducta, la historia familiar y la compresión de las
características intrapsíquicas estructurales de un sujeto. La visión de Kernberg
utiliza las relaciones objetales internalizadas que son reactivadas en la trama de
las relaciones interpersonales actuales (Kernberg, 1992).

Las ideas de Kernberg utilizan las relaciones objetales y son de gran utilidad, ya
que permiten trabajar y diagnosticar con tres amplias organizaciones estructurales
de la personalidad; las estructuras neuróticas, psicóticas y limítrofes, las cuales
representan tres grandes criterios de diferente funcionamiento que son índice de
diferenciación clínica, estas son:

1) Prueba de realidad.

2) Integración de las representaciones del objeto y de sí mismo.

3) El nivel primario o secundario de los mecanismos defensivos.

III. Organizaciones Estructurales de la


Personalidad

Para hablar de la organización estructural de la personalidad es necesario


introducir el pensamiento de Kernberg, quien difiere de otros autores exponentes
de la teoría de las relaciones objetales (tales como Klein y Mahler), en que se
enfoca menos en el inicio de los conflictos patogénicos y más en el estado actual
de los pacientes. Distingue tres grupos de problemas accesibles al tratamiento

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psicológico: neuróticos, desórdenes poco severos como accesibles al psicoanálisis


y problemas más severos factibles de tratar con psicoterapia expresiva.

Considera la patología neurótica como una regresión a algo relativamente


integrado y reprimido del self infantil, pertinente a representaciones del objeto
parental suficientemente integradas e inconscientes. La integración del self y del
objeto ha sido alcanzada y actúa en forma estable y hay conflicto entre el yo y el
superyó.

En patologías más severas actúa el splitting como defensa primaria. En un grupo


intermedio la represión coexiste con el splitting, las inhibiciones son débiles y la
impulsividad marcada. La represión incluso es usada si hay una rápida reversión y
una alteración entre momentos en que la autorrepresentación es activada,
mientras la representación del objeto es externalizada en otra figura.

En niveles severos de patología del carácter, identifica una disociación defensiva


primitiva o escisión de las relaciones del objeto internalizadas, marcada por una
pérdida de la integración del self y de las representaciones del objeto, por
proyecciones de un núcleo primitivo del superyó, por la escisión, impulsividad,
pérdida de empatía y expresión no modulada de la libido y la agresión. Kernberg
(1992) Ubica esta escisión en pacientes borderlines, antisociales, con múltiples
desviaciones sexuales, narcisistas, adicciones e incluso en psicosis analíticamente
tratables.

El diagnóstico estructural busca la comprensión de las características


estructurales intrapsíquicas de las personas. Las estructuras,

desde un punto de vista psicoanalítico, son configuraciones o modos de

organización relativamente estables o duraderas de los procesos

mentales, como por ejemplo la organización del psiquismo en un aparato

psíquico (ello-yo-superyo). Dentro de estas estructuras hay a su vez

subestructuras, como por ejemplo las defensas, las relaciones objetales

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interiorizadas, etc., y, desde un punto de vista dinámico, dentro de las

estructuras hay conflictos. La estructura no es entonces una suma de

síntomas sino un ordenamiento interno, un orden orientado hacia una

finalidad, que es la de estabilizar el psiquismo actuando como mediadora

entre los distintos factores etiológicos (genes, historia, ambiente, etc.)

(Kernberg, 1992).

Ahora bien, ¿cómo darse cuenta si una persona tiene una organización estructural
neurótica, psicótica o límite? Para ello se deben analizar ciertos aspectos
específicos, que Kernberg llama criterios estructurales, y que básicamente son
cuatro y pueden detectarse tanto a nivel manifiesto como latente:

1) El grado de integración de la identidad.

2) Las operaciones defensivas que habitualmente emplea.

3) La capacidad para la prueba de realidad.

4) Criterios estructurales adicionales, como las manifestaciones no específicas de


debilidad yoica, la capacidad de sublimación, el modo de control de los impulsos,
etc.

Kernberg desarrollará sobre todo los tres primeros. A estos criterios estructurales,
se los denomina también criterios de diferenciación clínica, porque precisamente
permiten diferenciar los casos clínicos entre sí: un neurótico utilizará cierto tipo de
defensas, un psicótico otro, etc. y del mismo modo cada organización de la
personalidad tendrá su propio grado de integración de la identidad, su propia
capacidad para la prueba de realidad, etc. Las diferencias entre los tres cuadros
clínicos indicados en cuanto a integración de la identidad, operaciones defensivas
y prueba de realidad aparecen resumidas en el siguiente esquema 1. Sintetizando:
el diagnóstico estructural consiste en identificar organizaciones estructurales de la
personalidad, sobre la base de ciertos criterios estructurales.

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ESQUEMA 1 - DIFERENCIACIÓN DE LA ORGANIZACIÓN DE LA


PERSONALIDAD

CRITERIOS NEURÓTICO LÍMITE PSICÓTICO


ESTRUCTURALES
La capacidad de prueba de realidad
se preserva: diferenciación del sí-
mismo y el no sí-mismo, lo
intrapsíquico de los orígenes externos
de percepciones y estímulos.
Ocurren alteraciones en relación con
PRUEBA DE
la realidad y en los sentimientos de
REALIDAD
realidad.
Existe capacidad La capacidad de
para evaluar al sí- prueba de
mismo y a los realidad se
demás en forma pierde.
realista y con
profundidad.
Representaciones del sí-mismo y de
los objetos precisamente limitados.
Difusión de identidad: aspectos
contradictorios del sí-mismo y de los
demás pobremente integrados y
INTEGRACIÓN mantenidos aparte.
DE LA Identidad Las
IDENTIDAD integrada: representaciones
imágenes del sí-mismo y
contradictorias de los objetos
del sí-mismo y de están
los demás delimitados

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integradas en pobremente, o
concepciones de otro modo
comprensivas. hay una
identidad de
delirio.

Represión y Principalmente defensas de escisión


defensas de alto y de bajo nivel: idealización primitiva,
nivel: formación identificación proyectiva, negación,
reactiva, omnipotencia, devaluación.
aislamiento,
OPERACIONES anulación,
DEFENSIVAS racionalización,
intelectualización.

Las defensas protegen al paciente Las defensas


del conflicto intrapsíquico. La protegen al
interpretación mejora el paciente de la
funcionamiento. desintegración y
de la fusión sí-
mismo/objeto. La
interpretación
conduce a la
regresión.
Fuente: material basado en (Kernberg, 1992).

IV. Conceptos Articuladores


Psicodiagnósticos

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Cuando se dice que se debe analizar la integración de la identidad, la prueba de


realidad y las operaciones defensivas, se puede replicar que eso es muy teórico y
que se necesita averiguar cómo aparecen esos criterios en lo que el sujeto dice o
hace en las entrevistas o en los test. Para ello se debe concretizar más, lo cual es
posible realizar en dos etapas sucesivas (esquema 2): primero, se disciernen los
aspectos o dimensiones más abstractos de cada criterio diagnóstico llamados
ejes, y segundo, dentro de cada eje se disciernen sus aspectos más empíricos y
concretos, llamados fenómenos indicadores.

Estos tres elementos, que desde los más abstractos a los más concretos son
entonces los criterios diagnósticos, los ejes y los fenómenos indicadores, reciben
en conjunto el nombre de conceptos articuladores psicodiagnósticos, así llamados
porque permiten articular o conectar la teoría con la realidad.

Por ejemplo, un aspecto más concreto de las sistematizaciones defensivas es la


represión primaria. Pero este eje todavía tiene cierto nivel de abstracción y se
debe buscar entonces un aspecto de la conducta todavía más concreto, por
ejemplo, si hay mantenimiento o pérdida de la conciencia de interpretación, lo cual
ya es detectable empíricamente. En el esquema 2 se indican los diferentes ejes y
fenómenos indicadores de los tres criterios estructurales de Kernberg.

ESQUEMA 2 - CONCEPTOS ARTICULADORES PSICODIAGNÓSTICOS

Criterios de Analizables en Fenómenos indicadores en


diferenciación ejes batería y entrevistas
clínica

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a) Congruencia a) Dimensión congruencia


expresada en: congruencia con
1) Prueba de consignas, congruencia con
realidad (sentido estímulos (distorsiones
y juicio de perceptuales), congruencia con
realidad) interpretaciones (orientación en el
tiempo y el espacio), distorsiones
del sentido, etc.
b) Adecuación b) Dimensión cualidad del
pensamiento, reconocible en
conciencia de interpretación, en las
administraciones e interrogaciones,
Pensamiento evaluación, capacidad de
rectificación, capacidad de
anticipación de consecuencias,
influencias relativas a los procesos
primario y secundario, etc.
Integrada, fragmentada, difusa,
a) yuxtapuesta. Discriminada-confusa.
Representaciones Contradicciones: resueltas-
de identidad contrapuestas, autoestima y
2) Integración de
representación de sí. Imagen
la identidad y
corporal, según se manifiesten en el
relaciones
proceso psicodiagnóstico.
objetales
Diferenciados, indiferenciados,
simbióticos, parcial-total, elección de
b)
objeto analítico, narcisista, según
Representaciones
proyectados en la batería, constancia
de vínculos
objetal, superyo, integrado-no
integrado.
3) a) Represión Censura, operaciones prerrepresivas

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Operaciones primaria (función o posrrepresivas, su rigidez o


defensivas barrera) flexibilidad, su éxito o fracaso,
mantenimiento de la conciencia de
interpretación, tono emocional,
moderación temática y equilibrio
versus proyecciones masivas,
coartación, fracasos, transgresiones
en clisés y fenómenos de procesos
primarios de pensamiento,
bizarrerías, pérdidas de la conciencia
de interpretación, etc.
Dirección y control: capacidad de
demora y persecución de un objetivo,
b) Regulación de capacidad de tolerancia frente a
impulsos emociones intensas: ansiedad,
angustia, frustración y pérdida,
capacidad o grado de incapacidad de
experimentar tales emociones, etc.

Creatividad y disponibilidad de
energía libidinal para fantasear y
crear. Capacidad de trabajo:
c)
participación, colaboración, logros,
Funcionamiento
humor- goce, placer, satisfacción en
sublimatorio y
ejecuciones. Capacidad de
creatividad
reparación. Capacidad de utilizar
recursos y experiencia,
disponibilidad para nuevos
aprendizajes, etc.
Fuente: Lunazzi (1992, p. 58).

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V. Características del Bordeline o


Limítrofe
La categoría del diagnóstico estructural se empieza a ver cuando se tiene dudas
para encuadrar a un paciente como neurótico o psicótico y, por tanto, se estás
ante la emergencia de un caso límite (bordeline). El diagnóstico estructural ayuda
y complementa los otros diagnósticos para poder ubicar al sujeto en esta tercera
condición de trastorno mental.

Kernberg establece que los casos límites presentan las siguientes siete
características:

1) Síntomas descriptivos: si bien las sintomatologías y los rasgos de carácter no


son criterios estructurales, permiten orientar hacia ellos. Indicadores importantes
del bordeline son la ansiedad, la neurosis polisintomática (fobias, hipocondría,
tendencias paranoides), tendencias sexuales perversas polimorfas, estructuras
prepsicóticas (paranoide, esquizoide, hipomaníaca), neurosis y adicciones por
impulso (drogadicción, alcoholismo, etc.) y trastornos de carácter de menor nivel.

2) Integración de la identidad: en el bordeline aparece el síndrome así llamado por


Kernberg de difusión de identidad. Esto significa que no existe una identidad
integrada o bien una integración pobre. Puede separar el yo del no-yo, pero no
puede integrar en su yo aspectos contradictorios (buenos y malos), y tiene una
visión múltiple y fragmentada de los otros y de sí, siendo esta poco realista.

3) Operaciones defensivas: de la misma forma que en psicosis, en los casos


límites las defensas son primitivas, especialmente la escisión, consistente en
mantener separadas fases opuestas del yo, para controlar la ansiedad
concerniente con dicho conflicto. Otras defensas primitivas son: la idealización
primitiva, o sea percibir objetos externos como completamente buenos o
totalmente malos; ciertos tipos primitivos de proyección en especial la
identificación proyectiva, donde se siente el impulso al mismo tiempo que se lo
proyecta sobre el otro, al cual se teme y, por tanto, debe ser controlado; la

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negación, que implica negar la carga afectiva de las representaciones


contradictorias; y la omnipotencia y devaluación, es decir un yo excesivamente
sobreestimado o subestimado, respectivamente.

4) Prueba de realidad: si lo que distinguía a los bordelines de los neuróticos era la


difusión de identidad y las defensas primitivas, lo que distingue ahora a los
bordelines de los psicóticos es que los primeros tienen intacta la prueba de
realidad, ya que logran discriminar el origen (intrapsíquico o externo) de estímulos
y percepciones, y de evaluar la conducta propia en términos de cánones sociales
comunes. En el límite no hay alucinaciones ni delirios.

5) Manifestaciones no específicas de debilidad yoica: los aspectos “específicos”


eran las defensas primitivas. Aspectos no específicos son la falta de conductos de
sublimación y un adecuado control de impulsos.

6) Falta de integración del superyo: a diferencia del neurótico, los bordelines y los
psicóticos tienen un superyo muy primitivo basado en representaciones sádicas e
idealizadas. Esto se manifiesta como culpas muy intensas y vaivenes depresivos
del humor. No obstante, hay algunos casos límites con una relativamente buena
integración superyoica.

7) Características genético-dinámicas de los conflictos instintivos: en los


bordelines, estas características son difíciles de discernir en las entrevistas
diagnósticas.

Hay cinco características genético-dinámicas destacables: 1) excesivas


formaciones agresivas edípicas: el rival es aterrador; 2) exagerado amor por
idealización del otro (heterosexual u homosexual, según se trate del Edipo positivo
o del negativo, respectivamente); 3) el carácter irreal del rival amenazante y de la
figura idealizada, hace que ambos aspectos se unan en la fantasía en una sola
figura, mediante un proceso de condensación; 4) las luchas genitales sirven a
significativas oficios pregenitales (el pene como algo que alimenta, la vagina como
boca hambrienta, etc.); esto aparece también en otras organizaciones que no son
bordelines, pero si va unido a un monto grande de agresión, es típico del caso

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límite; 5) Los bordelines muestran una edipización prematura, lo que se ve en las


entrevistas, en la rápida edipización de la transferencia.

Conclusión
Como conclusión se puede diagnosticar neurosis, psicosis o caso
límite,,analizando en el paciente: integración de la identidad, operaciones
defensivas y prueba de realidad (esquema 1). A su vez, para analizar cada uno de
estos tres criterios se debe detallarlos aún más con el fin de acercarse al plano
empírico, recurriendo a los ejes y a los fenómenos indicadores (esquema 2).

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Referencias Bibliográficas

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UNIACC (2015). Introducción al curso Pruebas Psicológicas III. Pruebas

psicológicas III. Lea esto primero (Semana 1).

UNIACC (2016). El psicodiagnóstico y sus tipos. Pruebas Proyectivas. Lea esto

primero (Semana 2).

UNIACC (2016). Introducción al curso psicodiagnóstico. Pruebas Proyectivas. Lea

esto primero (Semana 1).

Si usted desea referenciar este documento, considere:

Villate, P. (2017). Integración y lectura del psicodiagnóstico. Psicodiagnóstico. Lea

esto primero (Semana 4).

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