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UNIDAD 1.

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La responsabilidad civil es una de las fuentes de las obligaciones y se caracteriza por ser la obligación de
resarcir que surge como consecuencia del daño provocado por un incumplimiento contractual
(responsabilidad contractual) o de reparar el daño que ha causado a otro con el que no existía un
vínculo previo (responsabilidad extracontractual), sea en naturaleza o bien por un equivalente monetario,
habitualmente mediante el pago de una indemnización de perjuicios.

Es el reproche que se le hace a alguien para buscar reparar un daño.

Díez-Picazo define la responsabilidad como «la sujeción de una persona que vulnera un deber de
conducta impuesto en interés de otro sujeto a la obligación de reparar el daño producido». Aunque la
persona que responde suele ser la causante del daño, es posible que se haga responsable a una persona
distinta del autor del daño, caso en el que se habla de «responsabilidad por hechos ajenos»,como ocurre,
por ejemplo, cuando a los padres se les hace responder de los daños causados por sus hijos o al
propietario del vehículo de los daños causados por el conductor con motivo de la circulación.

El objetivo principal de la responsabilidad civil es procurar la reparación, que consiste en restablecer el


equilibrio que existía entre patrimonio del autor del daño y el patrimonio de la víctima antes de
sufrir el perjuicio.

Posee un aspecto preventivo, que lleva a los ciudadanos a actuar con prudencia para evitar
comprometer su responsabilidad;
y un aspecto punitivo: sanción indemnizatoria

1 DERECHO PRIVADO III – RESPONSABILIDADES – BOLILLA 1.-


Funciones de la responsabilidad civil
Función demarcatoria
Función compensatoria
La responsabilidad civil tiene una clara
función demarcatoria entre aquello que
está permitido, es decir dentro del libre Función preventiva
ámbito de actuación y aquello que está
prohibido por la norma, que no La función compensatoria,
necesariamente tiene que estar tipificada. también llamada resarcitoria También tiene la responsabilidad
Este principio de libertad en Argentina o indemnizatoria, es para civil una función preventiva, es
está expresamente consagrado en el algunos autores la única decir de actuación ex ante de
artículo 19 de la Constitución, cuando función o la más importante que el daño ocurra, de evitación
dice que “ningún habitante de la Nación de la responsabilidad civil. de que el perjuicio suceda. En
será obligado a hacer lo que la ley no Con esta función el derecho realidad si nos atenemos a la letra
manda ni privado de lo que ella no
prohíbe”. También está formulado en el de la responsabilidad civil del principio alterum non laedere,
interviene después (ex lo que este ordena primero es
artículo 14 cuando garantiza a los precisamente no dañar al otro, lo
ciudadanos el derecho de “ejercer post) de que el ilícito ha
industrias lícitas”. Igualmente podemos ocurrido para restablecer que puede perfectamente
agregar que de ese mismo artículo 19 de las cosas al estado anterior entenderse como actuar antes de
la Constitución Argentina surge el (ex ante). que se dañe. El principio no está
principio neminen laedere cuando formulado “siempre hay que
El código civil y comercial en
comienza diciendo que “Las acciones indemnizar” o “procura
su actual artículo 1708 habla
privadas de los hombres que de ningún indemnizar”, poniendo el énfasis
de una obligación de
modo ofendan al orden y a la moral en la compensación ex post, en
“reparar” el daño. Creemos
pública, ni perjudiquen a un tercero están vez de la prevención ex ante. El
que es la palabra justa para
sólo reservadas a Dios y exentas de la dicho popular “más vale prevenir
autoridad de los magistrados”. Puede describir el objetivo de la
que curar” tiene aquí plena
incluso afirmarse que la función responsabilidad civil.
aplicación.
demarcatoria es en la Argentina de hoy
una exigencia constitucional de un mismo
artículo, que sienta dos principios: la
libertad de actuación y el neminen
laedere.
ARTICULO 1708 CCyC.- Funciones de la responsabilidad. Las disposiciones de este
Título son aplicables a la prevención del daño y a su reparación.

El Código consagra la función bipartita de la responsabilidad civil: prevenir y reparar. De este


modo la responsabilidad comprende dos etapas del daño: actuar ex ante para impedir su producción,
continuación o agravamiento, estableciéndose un deber general de hacer (realizar una acción positiva para
evitar causarlo) o de abstención (omitir ejecutar una conducta potencialmente lesiva). Acaecido el hecho,
se presenta la clásica función resarcitoria que cuantitativamente es la más importante. Es importante
destacar que las dos funciones de la responsabilidad no son excluyentes y, llegado el caso, pueden
concurrir total o parcialmente.

Art 1710.- Deber de prevención del daño. Toda persona tiene el deber, en cuanto de ella dependa,
de:

a) evitar causar un daño no justificado;

b) adoptar, de buena fe y conforme a las circunstancias, las medidas razonables para evitar que se
produzca un daño, o disminuir su magnitud; si tales medidas evitan o disminuyen la magnitud de un
daño del cual un tercero sería responsable, tiene derecho a que éste le reembolse el valor de los
gastos en que incurrió, conforme a las reglas del enriquecimiento sin causa;

c) no agravar el daño, si ya se produjo.


2 DERECHO PRIVADO III – RESPONSABILIDADES – BOLILLA 1.-
Se consagra el deber general de actuar para evitar causar a las personas y a las cosas un daño no
justificado, es decir de adoptar las conductas positivas o de abstención conducentes para impedir su
producción o agravamiento. Ello así en la medida que esa conducta dependa de la persona ("en cuanto de
ella dependa", dice la norma) y en base a la buena fe y la razonabilidad, lo que implica analizar las
circunstancias de cada caso.
En el ámbito contractual se otorga al contratante razonable, cuidadoso y previsor la facultad de
suspender el cumplimiento de su obligación frente a la amenaza de daño derivada del menoscabo de su
contratante en su aptitud para cumplir o en su solvencia.
Este art tmb es importante porque cuando hay amenaza de un daño, se puede prevenirlo. Esta acción da
lugar a un proceso cuya finalidad es terminar con una sentencia que establezca que ese evento no debe
producirse, durante ese proceso, pueden pedirse medidas cautelares cuya finalidad es adelantar los
tiempos del mismo.

Art 1711. Acción preventiva. La acción preventiva procede cuando una acción u omisión antijurídica
hace previsible la producción de un daño, su continuación o agravamiento. No es exigible la
concurrencia de ningún factor de atribución.

Orígenes y evolución.-
La responsabilidad civil es tan antigua como la humanidad misma, la diferencia es que variaron los
métodos con el paso del tiempo.
Los antiguos romanos, sintetizaron los grandes principios jurídicos en tres axiomas, a los que el
derecho podría reducirse como mínima expresión y no obstante ser suficientes para abarcar todos los
aspectos a regular por las normas:
 Honeste vivere (vivir honestamente),
 Suum cuique tribuere (dar a cada uno lo suyo)
 Alterum non laedere (no dañar al otro).

Para los romanos a partir de esos principios se podía ante cualquier situación saber cómo comportarse en
relación con los demás.

El principio general del derecho de no dañar al otro, hace que sea posible la vida en sociedad y que
cuando es conculcado, acarrea una sanción que consiste en la obligación jurídica de indemnizar el
daño causado.

Ahora bien, ¿por qué se debe responder cuando se causa un daño? La explicación tradicional del
fundamento de la responsabilidad civil, la basan los autores “en el principio de justicia que impone la
necesidad de restablecer el estado anterior a la lesión causada injustamente”, o en que “la sanción
jurídica de la conducta lesiva responde a una elemental exigencia ética...”, afirmaciones que son todas
correctas no pudiéndose discutir su acierto dada su obviedad. Si bien es justo y ético indemnizar
cuando se causa un daño.

En el estado actual de la evolución de la historia del hombre la responsabilidad civil y la penal se han
separado en casi todos los sistemas jurídicos del mundo. Pero no siempre el ilícito penal fue
distinto del civil y las consecuencias de los hechos dañosos fueron muy distintas según el tiempo a
que nos estemos refiriendo.

En los primeros tiempos de la humanidad no puede hablarse de responsabilidad civil, quizás hasta
3 DERECHO PRIVADO III – RESPONSABILIDADES – BOLILLA 1.-
sea impropio hablar de derecho en el sentido actual. Pero aún en esas épocas ya el ser humano,
gregario por naturaleza, vivía en primitivos clanes, con los lógicos desencuentros que la convivencia
implicaba. Cuando una persona sufría un daño, ese daño no era considerado personal sino que
afectaba a todo el grupo, y las represalias se tomaban contra toda la otra tribu a la que pertenecía el
ofensor. La venganza como sistema tenía el gran defecto de la falta de proporcionalidad y de
individualidad. Por una muerte podía quemarse una aldea entera, o por una violación cometerse un
genocidio.
Más adelante se produce un gran avance jurídico en el momento en que la venganza sufre una
limitación cuando se devuelve mal por mal, pero equivalente o proporcional. Este es un principio de
proporcionalidad de la sanción con la falta cometida, en donde la fijación de la indemnización tiene
relación con el daño causado. Un rey mando a unificar diversas leyes e introdujo lo que se conoce
como ley del Talión y está presente en el Código de Hammurabi, las leyes de Manú y la ley de Moisés
y se resume en ojo por ojo, diente por diente. Esta ley consistía en devolver el daño de la misma
forma que se había ocasionado; pero quien acusaba a otro, tenía la obligación de probarlo, en
caso contrario de no hacerlo era castigado por el mismo delito cometido. El Talión fue tan
importante que se dice que: “ha significado para el mundo jurídico una sacudida no menos enérgica
que la que supuso para la humanidad el paso del paleolítico al neolítico y el descubrimiento de la
agricultura.

Tiempo más tarde los hombres advirtieron que el sistema del Talión no era el mejor sobre todo porque
a la víctima de nada le servía devolver el mismo mal al ofensor. Si había quedado ciego porque le
habían vaciado su ojo, al vaciar el ojo del ofensor seguía quedando tan ciega como antes. Se pensó
entonces que en algunos casos debía permitirse la indemnización por bienes equivalentes. Esta
compensación en un primer momento fue voluntaria, fijada por acuerdo de partes.
En el primitivo derecho germano, también sucedió lo mismo aunque en el medio se legislaron ciertas
penas infamantes, como cortar el cabello o marcar señales de fuego en la frente; someter a burlas o
arrojar al causante al río cargado con piedras o un perro a sus espaldas. Como estas penas debían
ejercer una gran presión social se permitía redimirlas con dinero. Luego la autoridad fijó los valores y
se pasó del sistema de composición voluntaria a la reglada, no permitiéndose ya la opción. El
quantum de la indemnización ya no se dejaba al libre arbitrio de las partes, sino que era fijado por un
órgano superior.

Así fueron separándose lentamente la responsabilidad civil de la penal y así también fue gradualmente
aceptándose la noción de que el daño privado debía ser indemnizado mediante el pago de nada más
que los daños causados.

El derecho romano

En el primitivo derecho romano en la Ley de las XII Tablas también se encuentran ejemplos de limitación
de la venganza por intermedio de los daños múltiplos: por ejemplo el incumplimiento de una parte de su
promesa, obligaba a esta a pagar el doble (Tab. VI.2).

La ley Aquilia, ley que sobre todo reglamentaba la revancha o venganza, consistente en reconocer a un
derecho a causar al responsable los mismos daños económicos sufridos.

En la Edad Media también se nota la influencia de la Iglesia Católica y del derecho canónico, y en lo
tocante a la responsabilidad civil se intenta dotarla de un sentido moral similar al pecado y la culpa pasa a
tener un papel cada vez más importante. Así con posterioridad a los glosadores hace su aparición la
escuela del derecho natural, que producen una profunda transformación en el derecho romano, siendo sus
postulados recibidos por los franceses Domat y Pothier quienes directamente elaboran el concepto de
que no hay responsabilidad sin culpa.
4 DERECHO PRIVADO III – RESPONSABILIDADES – BOLILLA 1.-
El Código Civil de Vélez Sarsfield no siguió un tratamiento unitario de la responsabilidad civil, sino que
encontramos claramente definidas tres capítulos relativos a la obligación de responder. Sin embargo Vélez
Sarsfield siguiendo el modelo francés separó nítidamente la responsabilidad contractual de la
responsabilidad por hechos ilícitos.

Elementos de la responsabilidad
La responsabilidad civil o el fenómeno de la reparación de los daños causados debe ser analizado
y estudiado como un sistema único que exige para su nacimiento la reunión de determinados elementos.
En la doctrina no existe absoluta coincidencia respecto del número e índole de los elementos necesarios
para que exista responsabilidad civil. Expresa por su parte, Félix A. TRIGO REPRESAS que la tendencia
dominante en la materia considera que son sólo cuatro los elementos: a) un hecho que infringe un deber
jurídico de conducta impuesto por el ordenamiento jurídico (antijuridicidad o ilicitud); b) que además
provoca un daño a otro; c) la relación de causalidad entre aquel hecho y el daño; d) y un factor de
atribución de la responsabilidad que el ordenamiento estima suficiente para sindicar o señalar a quien o
quienes considere como responsables.

Sintetizando distintas corrientes de opinión, podemos entonces encontrar que hay cierto acuerdo
en doctrina y jurisprudencia al reconocer los elementos o presupuestos, que obrando de una u otra
manera, concurren a la formación de la responsabilidad, y que son:

La acción,
la voluntariedad,
la antijuridicidad,
la imputabilidad,
el daño y,
la relación de causalidad.

Tales son los denominados elementos comunes a los dos ámbitos de responsabilidad civil
reconocidos en nuestro derecho: Contractual (por incumplimiento de contratos) y extracontractual (por
actos ilícitos).

1) La acción o hecho humano


Se alude al actuar humano, a la "conducta o comportamiento que, dados los restantes elementos,
engendra la obligación de reparar", o, en los términos del Cód. Civ. "los acontecimientos susceptibles de
producir alguna adquisición, modificación, transferencia o extinción de los derechos y obligaciones".

La acción humana de que se trata, como elemento de la responsabilidad, puede expresarse:

 en una forma positiva (un acto),


 en una forma negativa (una omisión). En éste caso, será responsable "solamente cuando una
disposición de la Ley le impusiere la obligación de cumplir el hecho omitido" (art. 1074).
 En este sentido se puede afirmar que el concepto jurídico de "acción" es diferente del filosófico, que
sólo se ocuparía del obrar querido por el agente.

De esta forma, la acción humana (en un sentido bastante amplio, como a posteriori se verá) es el
primer requisito para el nacimiento de la responsabilidad.

Causas que excluyen el hecho humano

5 En ciertos supuestos el hombre en su accionar


DERECHO es un mero instrumento
PRIVADO de otra conducta humana,
III – RESPONSABILIDADES en estos
– BOLILLA 1.-
casos, es ésta última la que soportará los efectos de la responsabilidad.
Las causas que obstan a la libertad puede afectar: a la libertad moral (decisión de ejecutar un acto con
las restricciones impuestas por la ley; el sujeto actúa intimidado ya que otro lo amenaza de sufrir un mal
grave e inminente en su persona) o la libertad física (el sujeto pierde posibilidad de ejecución debido a
que sus órganos no responden ante una fuerza irresistible).

El hecho realizado con violencia física de tipo absoluta no es un


hecho humano y por lo tanto no hay autoría. Para otra postura, en
cambio, sí se considera un hecho humano pero inimputable a los
efectos de la responsabilidad civil.

Los actos reflejos (respuestas del sist nervioso a excitaciones


externas) no expresan tendencias ni carácter del autor, por lo que no
se consideran acción y su mal llamado autor no puede ser
responsable por las consecuencias por ellos originadas.

Los actos instintivos (determinados por impulsos internos) tienen valor respecto de la
personalidad humana y por eso se puede hablar de un hecho humano y de un autor.

Los actos habituales (aquellos que se vuelven automáticos) son considerados hechos humanos,
y, por ende, son punibles.
2) La imputabilidad
Implica la aptitud de la persona para cometer hechos ilícitos. Aquí está en juego la personalidad
integral del agente que comete la transgresión, es decir, el complejo de los elementos naturales del campo
psíquico y somático. En una palabra, la imputabilidad del sujeto está dada por su posibilidad de discernir.
Se refiere a la persona en sí misma y a la aptitud de obrar con respecto a cualquier acto ilícito posible.

La imputabilidad (y la voluntariedad en general) constituyen, a su vez, presupuestos de la


culpabilidad. De manera que constatada la falta de discernimiento no puede aludirse a la culpabilidad,
porque ésta carecería de base: para ser culpable hay que empezar por poder serlo, que la persona pueda
razonar, que sepa lo que hace.

 Justifica la atribución de un daño.


 En este supuesto, el juez va a observar si esa acción que causó el daño es atribuible a la
persona; debiendo reconstruir el hecho mediante las pruebas para determinar si la acción se le
atribuye o no al agente.
 Se trata de demarcar la relación existente e/la acción del sujeto humano y el hecho dañoso.
 Puede ser subjetiva (requiere la voluntariedad del acto y la culpabilidad del agente); u objetiva (la
base del sist reparador recae sobre un factor de atribución que no se relaciona con el hecho
humano, éstos son el riesgo creado, la equidad, entre otros).
 La faz negativa a raíz de la cual no se puede considerar a una persona como imputable es: los
menores de 10 años (inmadurez mental), la insanidad mental (orgánica o accidental). Los actos
reflejos no expresan el carácter y las tendencias del autor, tampoco tienen ninguna significación
o valor sintomático respecto de la constitución psíquica del individuo, tales actos no pueden
calificarse por acción por ende el autor no puede ser responsable.
6 DERECHO PRIVADO III – RESPONSABILIDADES – BOLILLA 1.-

ARTÍCULO 260.- Acto voluntario. El acto voluntario es el ejecutado con discernimiento, intención y
libertad, que se manifiesta por un hecho exterior.

ARTÍCULO 261.- Acto involuntario. Es involuntario por falta de discernimiento:

a) el acto de quien, al momento de realizarlo, está privado de la razón;

b) el acto ilícito de la persona menor de edad que no ha cumplido diez años;

c) el acto lícito de la persona menor de edad que no ha cumplido trece años, sin perjuicio de lo
establecido en disposiciones especiales.

3) La voluntariedad
Atañe al “querer” el hecho, el evento en sí (no el eventual daño consiguiente); a “tener voluntad o
determinación de ejecutar una cosa”. Para que el hecho se repute voluntario debe ser realizado con
intención, discernimiento y libertad.
Intención. Consiste en el Libertad. Supone que el agente haya
conocimiento aplicado a la realizado el acto sin coacción externa,
realización de un acto concreto, y y en consecuencia sólo existe cuando
aquél puede elegir espontáneamente
entonces existe cuando se entre varias determinaciones posibles. El
ejecuta el acto tal como se pensó Discernimiento. Es la
facultad humana que sujeto carece de libertad cuando
llevarlo a cabo. ejecuta el acto en virtud de
permite diferenciar unas
Son circunstancias obstativas a cosas de otras, por intimidación (violencia moral) de que
la intención del agente, la ejemplo, lo bueno de lo fuera víctima, esto es, cuando se le
ignorancia o error excusable hubiera inspirado por injustas amenazas,
malo, lo lícito de lo ilícito.
sobre el hecho principal que un temor fundado de sufrir un mal grave e
constituye el acto ilícito, incluso inminente. Cuando se está así, ante el
aquéllos inducidos por el dolo de tener que aceptar uno de los términos de
un tercero. la disyuntiva, en verdad no opera la
voluntad.

En ausencia de cualesquiera de los tres elementos de la voluntad (discernimiento, intención o


libertad), no es factible pues, hablar de culpabilidad o factor atributivo y, por ende, queda excluida la
responsabilidad y el hecho que así se origina “no produce por sí obligación alguna”.

Es un requisito que la ley de modo general y abstracto, la juzga aparecida en el sujeto a partir de
los 10 años. Hay otros sistemas que la juzgan en concreto, es decir, en cada caso en particular.

 ARTÍCULO 262.- Manifestación de la voluntad. Los actos pueden exteriorizarse oralmente, por
escrito, por signos inequívocos o por la ejecución de un hecho material.
 ARTICULO 263.- Silencio como manifestación de la voluntad. El silencio opuesto a actos o a
una interrogación no es considerado como una manifestación de voluntad conforme al acto o la
interrogación, excepto en los casos en que haya un deber de expedirse que puede resultar de la
7 ley, de la voluntad de las partes, DERECHO
de los usosPRIVADO
y prácticas,
IIIo–de una relación entre el silencio
RESPONSABILIDADES actual
– BOLILLA 1.-y
las declaraciones precedentes.
 ARTÍCULO 264.- Manifestación tácita de voluntad. La manifestación tácita de la voluntad resulta
de los actos por los cuales se la puede conocer con certidumbre. Carece de eficacia cuando la ley
o la convención exigen una manifestación expresa.
 ARTICULO 1750.- Daños causados por actos involuntarios. El autor de un daño causado por
un acto involuntario responde por razones de equidad. Se aplica lo dispuesto en el artículo 1742.
El acto realizado por quien sufre fuerza irresistible no genera responsabilidad para su autor, sin
perjuicio de la que corresponde a título personal a quien ejerce esa fuerza.

4) La Antijuridicidad
La antijuridicidad es la relación de contradicción que existe entre la conducta humana y el
ordenamiento jurídico. Es necesario, para que la acción genere responsabilidad, que la misma sea
antijurídica. Conceptualmente, es aquello contrario a la ley que aparece como una violación al derecho
proveniente de actos de comisión o de omisión.

En el caso de la responsabilidad civil se debe hacer un análisis subjetivo y objetivo para determinar si la
acción aparece como antijurídica. Es que la antijuridicidad es el elemento material imprescindible
para que nazca responsabilidad civil y que, como se dijo anteriormente, consiste en la infracción o
violación de un deber jurídico, infracción que también existe siempre que se realice u omita, por culpa o
por imprudencia cualquier hecho que ocasione daño a otro.
 La antijuridicidad puede abarcar no solamente los casos de violación directa de la ley, sino las
hipótesis de infracción del deber impuesto por la propia voluntad de las partes en un contrato.

 Actualmente es posible concebir responsabilidad sin antijuridicidad: es la denominada


responsabilidad por actos lícitos que son causa de daños injustos y que la víctima inocente no
tiene por que soportar; tales actos pueden por ejemplo haber sido dispuestos por la administración
pública en cumplimiento de planes de gobierno y son por lo tanto conformes a derecho.

En el Código Civil de Vélez...


La antijuridicidad era formal y subjetiva, porque se requería que el hecho dañoso estuviera
"expresamente prohibido por las leyes ordinarias, municipales o reglamentos de policía- (art. 1066) y que
los agentes obraran con "dolo, culpa o negligencia" (art. 1067).

Hoy en día..
En el art. 1716 del CCyC, la antijuridicidad civil es material (atípica) y objetiva, y se configura por la
existencia de un hecho (positivo o de omisión) que causa daño a otro. Esto es así porque es ilícito cualquier
hecho u omisión que daña, sin necesidad de prohibición expresa, e independientemente de que pueda o no
efectuarse un reproche subjetivo al agente. 
8 DERECHO PRIVADO III – RESPONSABILIDADES – BOLILLA 1.-
Criterios:
 Formal: es la acción u omisión contraria a una norma legal predeterminada, es decir, que es solo
cuando exista una disposición legal que imponga una conducta u omisión. En el derecho civil, se
identifican antijuridicidad con ilegalidad, fundándose en el principio constitucional de que “nadie
está obligado a hacer lo que la ley no manda, ni privado de lo que ella no prohíbe”. Esto se ve en
derecho penal. Pero en materia civil, se establece a través de un sistema abierto el daño, no hay
una tipificación establecida, este concepto para el derecho civil fue dejado de lado.
 Material: se extiende más allá del concepto de ilegalidad. No solo es antijurídica la acción u
omisión que contradiga una norma legal, sino también aquella que sea contraria a la ley, al orden
público, y a las buenas costumbres. Entiende que la simple violación del nominen laedere implica
ilicitud, salvo que la conducta o el perjuicio se encuentren justificados. Es el criterio que se utiliza
actualmente, el derecho no se agota en la legalidad, se complementa en las fuentes del derecho.
 Objetivo: basta con que la acción u omisión sea contraria a lo que disponen las normas, sin
importar si el sujeto obró con culpa o no. Se tiene en cuenta el resultado ocasionado (el acto en sí),
se pone la mirada en la víctima. (Racero: trata al acto en sí, y no a la persona. No importa el ¿Por
qué? La afectación de un bien no reprobado por el ordenamiento jurídico es un daño y hay que
repararlo).
 Subjetivo: exige que el acto sea voluntario, y además que estén presentes los elementos de la
responsabilidad por el daño y la culpabilidad. Es la forma de evaluar la antijuridicidad desde la
conducta de la persona. El problema radica en que, si no se puede evaluar la conducta, no hay
antijuridicidad.
La nueva norma se inscribe en los postulados que viene sosteniendo la CSJN en diversos
pronunciamientos, según los cuales el alterum non laedere (el deber de no dañar a nadie) tiene jerarquía
constitucional. En otras palabras, la mera causación de un daño a otro ya de por sí constituye una
conducta antijurídica. Y la calificación de antijurídica desaparecerá si se configura alguna causal de
justificación. Es la llamada antijuricidad material.
Para que sea antijurídico un hecho humano, basta que viole los principios generales del derecho, la
moral, la buena fe, las buenas costumbres y la equidad, es decir, el ordenamiento en su conjunto. Aunque
no haya norma que lo prohíba, es suficiente para la responsabilidad civil para que sea antijurídica.

Se considera a la antijuridicidad desde un aspecto objetivo en el sentido de que tiene en cuenta la


contradicción de una conducta con el ordenamiento jurídico sin entrar en valoraciones subjetivas,
es decir, sin tener en cuenta si la conducta se puede calificar de culpable o dolosa. De esta forma, un acto
involuntario puede ser antijurídico; o una conducta que no es contraria al ordenamiento jurídico puede ser
capaz de ocasionar un daño injusto y por ello va a ser calificada de antijurídica.

ARTICULO 1717.- Antijuridicidad. Cualquier acción u omisión que causa un daño a otro es antijurídica si
no está justificada.

El artículo 1717 dice que es antijurídica cualquier acción u omisión que causa daño, con lo que para que
se configure este presupuesto basta con que se viole el deber general de no dañar a otro, por lo tanto, el
ilícito civil es atípico, porque no es necesario que la ley describa en cada caso con detalle la conducta
prohibida.

Sin embargo, cabe hacer excepción a este principio en el caso de la responsabilidad contractual, dado que
allí el daño resaltará necesariamente del incumplimiento de una obligación preexistente, que precisa la
conducta que el deudor estaba obligado a ejecutar.

ARTICULO 1716.- Deber de reparar. La violación del deber de no dañar a otro, o el incumplimiento de una
obligación, da lugar a la reparación del daño causado, conforme con las disposiciones de este Código.
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ARTÍCULO 1749.- Sujetos responsables. Es responsable directo quien incumple una obligación u
ocasiona un daño injustificado por acción u omisión.

Causas de justificación.
La excepción al artículo 1717 está constituida por las causas de justificación, que son circunstancias en
las cuales el ordenamiento jurídico otorga un permiso para dañar. En tales casos, el hecho u omisión
dañosos son lícitos, y no antijurídicos, sin perjuicio de que en algún caso —como sucede en el estado de
necesidad— pueda de todos modos ser procedente el pago de una indemnización (responsabilidad por
acto lícito).

ARTICULO 1718.- Legítima defensa, estado de necesidad y ejercicio regular de un derecho. Está
justificado el hecho que causa un daño:

a) en ejercicio regular de un derecho;

b) en legítima defensa propia o de terceros, por un medio racionalmente proporcionado, frente a una
agresión actual o inminente, ilícita y no provocada; el tercero que no fue agresor ilegítimo y sufre daños
como consecuencia de un hecho realizado en legítima defensa tiene derecho a obtener una reparación
plena;

c) para evitar un mal, actual o inminente, de otro modo inevitable, que amenaza al agente o a un tercero,
si el peligro no se origina en un hecho suyo; el hecho se halla justificado únicamente si el mal que se evita
es mayor que el que se causa. En este caso, el damnificado tiene derecho a ser indemnizado en la
medida en que el juez lo considere equitativo.
 Con excepción de algunas situaciones particulares, el código derogado no regulaba las causas de
justificación, razón por la cual la doctrina aplicaba por analogía las mencionadas en el artículo 34
del Código Penal.
 El Código ha incorporado ahora el tratamiento de varias de esas circunstancias: el ejercicio regular
de un derecho, la legítima defensa, el estado de necesidad (art. 1718) y el consentimiento del
damnificado (art. 1720). El artículo 1719 se refiere, a su turno, a la denominada "asunción de
riesgos", pero para clarificar una vieja polémica doctrinal y dejar en claro que en ningún caso puede
operar como causa de justificación, aunque sea como hecho total o parcial del damnificado (art.
1729).
 Se ha señalado que las causas de justificación no son un numerus clausus; el Código se ha
limitado a regular las más importantes, pero ello no obsta a que en un caso concreto los jueces
puedan valorar la existencia de alguna otra no mencionada en los artículos citados.

Inciso a.- El ejercicio regular de un derecho funciona como una causa de justificación de los daños
que puedan resultar de él (v. gr., los sufridos por un deudor a raíz de que su acreedor embarga y remata
sus bienes, o por un comerciante como consecuencia de que otro instala un negocio del mismo ramo
cerca del suyo y compite con él, etc.).

Esta justificación tiene como límite el ejercicio abusivo del derecho, que se da cuando el derecho ejercido
sobrepasa los límites de la buena fe, la moral y las buenas costumbres. Cuando esos límites se
transgreden se configura el abuso, que funciona así como "la excepción de la excepción": al no jugar la
causa de justificación, el hecho dañoso se torna antijurídico (v. gr., si el comerciante del ejemplo incurre en
competencia desleal).

Inciso b.- La legítima defensa: se refiere a los daños causados en legítima defensa, ya sea propia o
de terceros. La aplicación de esta causa de justificación requiere de la configuración de ciertos requisitos
10 DERECHO PRIVADO III – RESPONSABILIDADES – BOLILLA 1.-
enumerados por la norma:

Existencia de una agresión ilícita, actual o inminente.


Ausencia de provocación de parte de quien se defiende, o del tercero contra quien se dirige la
agresión.
Empleo de un medio racionalmente proporcionado para defenderse, en relación con el usado por el
atacante. El empleo de medios excesivos impide prevalerse de la causa de justificación, y convierte
en antijurídico al acto dañoso.

Inciso c.- El estado de necesidad se configura cuando una persona causa un daño para evitar otro
mayor, actual o inminente, al que ha sido extraña, y que amenaza al agente o a un tercero. El agente debe
encontrarse frente a una situación de peligro que él no ha contribuido a causar, y que genera la amenaza,
para él o para un tercero, de sufrir un mal (un daño) actual o inminente.

La única posibilidad de evitar ese daño debe ser la producción de otro de menor entidad.

Art 1719. Asunción de riesgos. La exposición voluntaria por parte de la víctima a una situación de
peligro no justifica el hecho dañoso ni exime de responsabilidad a menos que, por las circunstancias
del caso, ella pueda calificarse como un hecho del damnificado que interrumpe total o parcialmente el
nexo causal.

Quien voluntariamente se expone a una situación de peligro para salvar la persona o los bienes de
otro tiene derecho, en caso de resultar dañado, a ser indemnizado por quien creó la situación de
peligro, o por el beneficiado por el acto de abnegación. En este último caso, la reparación procede
únicamente en la medida del enriquecimiento por él obtenido.
Zanjando una polémica de larga data, el Código establece que la mera circunstancia de que una
persona se exponga voluntariamente a una situación de peligro no constituye una causa de
justificación. La única excepción se da cuando esa exposición pueda calificarse como un hecho del
damnificado que interrumpe total o parcialmente el nexo causal, pero en este último caso no estamos ya
ante una causa de justificación, sino frente a la falta de otro elemento (la causalidad), y se aplica el artículo
1729.

Aquí no se trata ya de la mera exposición voluntaria a una situación de peligro, de lo que se ha


denominado un riesgo "genérico y abstracto" (como aceptar ser transportado en un automóvil, o incluso en
una motocicleta), sino de la exposición imprudente a un peligro concreto, que tiene aptitud para erigirse en
causa o concausa adecuada del perjuicio (v. gr., aceptar ser transportado por quien conduce
manifiestamente en estado de ebriedad, o en la caja descubierta de una camioneta

El segundo párrafo de la norma que se comenta se refiere a los denominados "actos de abnegación o
altruismo", constituidos por aquellos casos en los cuales alguien se expone voluntariamente a una
situación de peligro para salvar la persona o los bienes de otro (v. gr., quien ingresa en un inmueble
incendiado para rescatar a sus ocupantes, y sufre quemaduras). En este caso puntual, hay acuerdo en la
doctrina —incluso entre los partidarios de conferir cierta eficacia exoneratoria a la "asunción de riesgos"—
en el sentido de que el agente tiene derecho a ser indemnizado, y así lo establece expresamente el
Código. Se precisa que el responsable es quien creó la situación de peligro, o el beneficiado por el acto de
abnegación, pero en este último caso la acción prosperará únicamente en la medida del enriquecimiento
por él obtenido.

ARTICULO 1720.- Consentimiento del damnificado. Sin perjuicio de disposiciones especiales, el


consentimiento libre e informado del damnificado, en la medida en que no constituya una cláusula abusiva,
11 DERECHO PRIVADO III – RESPONSABILIDADES – BOLILLA 1.-
libera de la responsabilidad por los daños derivados de la lesión de bienes disponibles.

5) Los factores de atribución


Es el fundamento para imputar responsabilidad; los elementos que tiene el juez para trasladar las
consecuencias del hecho a una persona. La atribución de responsabilidad se sustenta en factores de
atribución, imputación o adjudicación que son subjetivos u objetivos.
Art 1721. Factores de atribución. La atribución de un daño al responsable puede basarse en
factores objetivos o subjetivos. En ausencia de normativa, el factor de atribución es la culpa.

★ Los subjetivos son la culpa, el dolo, y el nuevo Código prevé supuestos de culpa agravada.

★ Los objetivos, siguiendo una postura prevaleciente, son el riesgo, la garantía, la equidad, el abuso del
derecho y las relaciones de vecindad. Otros autores también agregan la solidaridad, la igualdad de las
cargas públicas, la seguridad social, etc. Y una postura minoritaria reconoce como único factor al riesgo
creado.

En el código anterior el fundamento de la responsabilidad civil era subjetivo, fundado en la culpa (sin culpa
no hay responsabilidad). El nuevo Código no establece gradaciones o jerarquías de los factores de
atribución, los que tienen la misma importancia cualitativa. La diferencia es cuantitativa ya que, en la
práctica, se presentarán mayor cantidad de casos de responsabilidad objetiva en razón de que comprende
un número superior de supuestos tácticos.
 La culpa reviste el carácter de norma de clausura o factor residual de atribución únicamente en
caso de silencio y de laguna normativa sobre el factor de atribución aplicable al caso. En los
Fundamentos del Código se destaca que esta previsión legal no desprotege a la víctima ni
presenta riesgos de que no se apliquen los factores objetivos.
 La responsabilidad subjetiva por culpa recién operará cuando no haya ninguna norma ni sea
posible acudir a la analogía para suplir el vacío legal
 La responsabilidad subjetiva se aplica, e/otros casos: en la producción del daño por el hecho
culposo o doloso; en caso de encubrimiento; en los supuestos de intromisión en la vida privada; en
la celebración de actos jurídicos; etc.
 Para eximirse de responsabilidad es insuficiente probar que se actuó sin culpa o que se obró con la
diligencia debida porque la exoneración opera en el ámbito de la causalidad.

Art 1722. Factor objetivo. El factor de atribución es objetivo cuando la culpa del agente es
irrelevante a los efectos de atribuir responsabilidad. En tales casos, el responsable se libera
demostrando la causa ajena, excepto disposición legal en contrario.

Es objetivo el factor cuando la culpa no es necesaria para demostrar la responsabilidad, más aún, la
culpa del agente es indiferente.

Las eximentes operan en el ámbito de la causalidad adecuada ya que la ruptura total o parcial entre el
resultado dañoso y el hecho ilícito exonera al responsable del deber de resarcir. Y esa causa ajena puede
ser: el hecho (no sólo la culpa) del damnificado; el hecho (no sólo la culpa) de un tercero por el que el
sindicado como responsable no debe responder y el caso fortuito o fuerza mayor.

El factor objetivo comprende:


12 DERECHO PRIVADO III – RESPONSABILIDADES – BOLILLA 1.-
★ El riesgo: Toda persona responde por el daño causado por el riesgo o vicio de las cosas, o de las
actividades que sean riesgosas o peligrosas por su naturaleza, por los medios empleados o por las
circunstancias de su realización. La responsabilidad es objetiva. No son eximentes la autorización
administrativa para el uso de la cosa o la realización de la actividad, ni el cumplimiento de las técnicas de
prevención.

El dueño y el guardián son responsables concurrentes del daño causado por las cosas. Se considera
guardián a quien ejerce, por sí o por terceros, el uso, la dirección y el control de la cosa, o a quien obtiene
un provecho de ella. El dueño y el guardián no responden si prueban que la cosa fue usada en contra de
su voluntad expresa o presunta. En caso de actividad riesgosa o peligrosa responde quien la realiza, se
sirve u obtiene provecho de ella, por sí o por terceros, excepto lo dispuesto por la legislación especial.

★ La garantía: Cuanto mayor sea el deber de obrar con prudencia y pleno conocimiento de las
cosas, mayor es la diligencia exigible al agente y la valoración de la previsibilidad de las consecuencias.
Cuando existe una confianza especial, se debe tener en cuenta la naturaleza del acto y las condiciones
particulares de las partes. Para valorar la conducta no se toma en cuenta la condición especial, o la
facultad intelectual de una persona determinada, a no ser en los contratos que suponen una confianza
especial entre las partes. En estos casos, se estima el grado de responsabilidad, por la condición especial
del agente.

★ La equidad: El juez, al fijar la indemnización, puede atenuarla si es equitativo en función del


patrimonio del deudor, la situación personal de la víctima y las circunstancias del hecho. Esta facultad no
es aplicable en caso de dolo del responsable.
★ El abuso del derecho: Los derechos subjetivos no pueden ejercerse de manera absoluta, sino que
deben respetar los límites establecidos en las leyes que reconocen su existencia. Esta figura remite a
conductas que significan un exceso en el ejercicio de una prerrogativa, con daño para terceros.

El código optó por regular el instituto como principio general del ejercicio de los derechos, más allá de
considerarlo luego en casos particulares.

Es de carácter objetivo, ya que no es la culpabilidad su elemento tipificante, si no los fines del


ordenamiento jurídico, la buena fe, la moral y las buenas costumbres.

★ El exceso de la normal tolerancia entre vecinos: Las molestias que ocasionan el humo, calor,
olores, luminosidad, ruidos, vibraciones o inmisiones similares por el ejercicio de actividades en inmuebles
vecinos, no deben exceder la normal tolerancia teniendo en cuenta las condiciones del lugar y aunque
medie autorización administrativa para aquéllas. Según las circunstancias del caso, los jueces pueden
disponer la remoción de la causa de la molestia o su cesación y la indemnización de los daños. Para
disponer el cese de la inmisión, el juez debe ponderar especialmente el respeto debido al uso regular de la
propiedad, la prioridad en el uso, el interés general y las exigencias de la producción.

Otros supuestos de responsabilidad objetiva:

★ Por el riesgo o vicios de las cosas, incorporándose expresamente las actividades riesgosas o
peligrosas por su naturaleza por los medios empleados o por las circunstancias de su realización.
★ Los daños causados por los actos involuntarios.
★ La responsabilidad del principal por el hecho del dependiente y de quien se sirve para el
cumplimiento de sus obligaciones.
★ En las obligaciones de hacer y de dar.
★ El daño derivado de los accidentes de tránsito.
13 DERECHO PRIVADO III – RESPONSABILIDADES – BOLILLA 1.-
Art 1723. Responsabilidad objetiva. Cuando de las circunstancias de la obligación, o de lo
convenido por las partes, surge que el deudor debe obtener un resultado determinado, su
responsabilidad es objetiva.

Si bien tanto la doctrina como la jurisprudencia aceptan que cuando el deudor debe obtener un resultado
su responsabilidad es objetiva, esa conclusión no estaba consagrada en el código derogado. Éste
reflejaba las tendencias dominantes en el momento de su sanción, y no daba cuenta del desarrollo de la
responsabilidad contractual que tuvo lugar a lo largo del siglo XX. El Código, en cambio, recoge los
criterios actuales y aclara que el factor de atribución en la responsabilidad contractual está determinado
por la extensión del compromiso que haya asumido el deudor, ya que la responsabilidad es subjetiva en
las obligaciones de medios, y objetiva en las de resultado.

 En las obligaciones de medios, en principio, el incumplimiento equivale a la culpa del deudor,


porque estando éste precisado de prestar una conducta diligente, la inejecución de la obligación
consistirá en actuar negligentemente, es decir, de manera culpable.
 En los deberes de fines, en cambio, resultará indiferente la existencia de culpa por parte del
obligado, ya que para cumplir precisará éste alcanzar el resultado comprometido.

Art 1724. Factores subjetivos. Son factores subjetivos de atribución la culpa y el dolo. La culpa consiste
en la omisión de la diligencia debida según la naturaleza de la obligación y las circunstancias de las
personas, el tiempo y el lugar. Comprende la imprudencia, la negligencia y la impericia en el arte o
profesión. El dolo se configura por la producción de un daño de manera intencional o con manifiesta
indiferencia por los intereses ajenos.
En la responsabilidad subjetiva media autoría materia e imputabilidad moral, es decir, voluntariedad en el
agente que ejecuta el hecho por acción u omisión.

La culpa

Puede consistir en:

Imprudencia: es la conducta positiva, la acción que se ejecutó de manera precipitada, no


adecuada, prematura o irreflexiva. Importa falta de previsión o de precaución: se hace más de lo
que se debe. Significa falta de ejercicio de la condición de prever y evitar los perjuicios. Por
ejemplo, el conductor que circula a excesiva velocidad.
Negligencia: no se toman las debidas precauciones; es la conducta omisiva de la actividad que
hubiera evitado el resultado; se hace menos de lo que se debe o no hizo lo que se debía hacer. Ej,
el conductor que sale a la calle con el automóvil en malas condiciones.
Impericia: importa desconocer las reglas propias del arte, ciencia o profesión; se actúa con
incapacidad técnica, apartándose del estándar del comportamiento medio del buen profesional. Ej,
el conductor profesional que infringe las normas de tránsito esenciales.

Las directivas para ponderar la culpa son:

1) Las circunstancias de la obligación o en las que se produjo el hecho: ej, la prudencia requerida al
conductor de un automóvil es mayor al pasar frente a una escuela en la que salen niños que cuando
transita en un lugar despoblado.

2) Las circunstancias de la persona: no es igual la diligencia que se espera de un chofer que tiene
experiencia, que la de un principiante.

3) Las circunstancias del tiempo: ej, se va exigir más cuidado al conductor si está lloviendo.
14 DERECHO PRIVADO III – RESPONSABILIDADES – BOLILLA 1.-
4) Las circunstancias del lugar: ej, requiere más cuidado el hecho de conducir en un camino montañoso
que en una ruta desierta.

En cuanto a las aplicaciones de la culpa...

• La carga de la prueba incumbe a quien la alega, salvo disposición legal o convencional en contrario. En
algunos supuestos median presunciones legales de culpa verbigracia el transportador aeronáutico no era
responsable si prueba que él y sus dependientes tomaron las medidas necesarias para evitar el daño o
que les fue imposible evitarlo, y presunciones judiciales, como que la excesiva velocidad impidió el control
efectivo del automóvil.

• El indicado como responsable se libera demostrando que actuó sin culpa.

• Puede operar la carga dinámica de la prueba que asigna la carga probatoria a quien está en mejores
condiciones en el juicio para probar un hecho determinado: la falta de culpa (haber actuado con la
diligencia debida) o la culpa de otro (la prueba de la culpa ajena).

• En la culpabilidad objetiva, el responsable presunto no se libera demostrando que actuó sin culpa, sino
que para eximirse total o parcialmente debe acreditar la ruptura del nexo causal. etc.

El Dolo

La acepción que alude a los delitos, habla de la voluntad deliberada de cometerlos a sabiendas de su
carácter delictivo. El dolo es el factor subjetivo de atribución de responsabilidad civil que se caracteriza
porque el agente obra con la intención de producir el daño, el que prevé en base al conocimiento que tiene
de la circunstancia que rodean la realización del hecho. Se requiere de dos elementos:
• Uno intelectual: acto ilícito ejecutado a sabiendas

• Otro volitivo: que tenga la intención de dañar

En cuanto a las clases de dolo, una clasificación diferenciaba el dolo directo del indirecto o eventual.

En el directo se refleja la finalidad inmediata y el En el dolo indirecto o eventual la intención está


autor tiene la voluntad concreta de dañar, ejemplo dirigida a otro resultado, pero igual se afronta la
disparar un arma de fuego que mata a otro deseando acción; se quiere herir con el disparo del arma de
ese resultado, el autor quiere el daño. fuego y se mata en vez de herir.

La prueba del dolo incumbe a quien lo alega y son admisibles todos los medios de pruebas, son
válidas las cláusulas que en caso de dolo del deudor lo liberan anticipadamente de responsabilidad total o
parcial, pero es renunciable el efecto del dolo ya producido. Al equipararse el dolo contractual del
extracontractual se pone acento en la situación del acreedor insatisfecho. El dolo se configura ahora
cuando el daño es producido “de manera intencional” mejorándose la referencia anterior al acto ilícito
producido “a sabiendas y con intención de”.

El dolo agrava la responsabilidad del deudor, por ejemplo, en el contrato se responde por las
consecuencias que no solo las partes previeron al contratar sino también por las existentes al momento del
incumplimiento.

6) El daño
15 DERECHO PRIVADO III – RESPONSABILIDADES – BOLILLA 1.-
Como afirma TRIGO REPRESAS, puede decirse desde un punto de vista lógico que el daño es el
primer elemento de la responsabilidad civil, ya que sin él no puede siquiera pensarse en la
pretensión resarcitoria, ni puede haber responsabilidad civil, por ausencia de "interés", que es la
base de todas las acciones.

Al referirnos al daño estamos haciendo referencia al resultado de la


acción humana antijurídica, que ha causado detrimento,
perjuicio o menoscabo en algún bien. Este daño adquiere relevancia
cuando es producido por la acción u omisión de una persona en los
bienes de otra. En efecto, si la acción a la que nos referimos no
ocasiona daño, no originará responsabilidad; no será "punible".

El daño consiste en la lesión de un derecho subjetivo o de un interés


licito, legítimo o simple pero que no sea repudiado por el conjunto
del ordenamiento jurídico; el objeto de la lesión puede ser la persona,
el patrimonio o un derecho colectivo. Se incorpora el daño colectivo
que es el que afecta bienes de incidencia colectiva (derechos de
incidencia colectiva que recaen sobre bienes colectivos).

Una postura doctrinaria mayoritaria entiende que el daño es la lesión de un interés


jurídico, entendido éste como a) la facultad de actuar del sujeto para obtener el bien
jurídico objeto de satisfacción o, b) la expectativa lícita de continuar obteniéndolo.
Se sostiene que comprende "tanto el supuesto de alteración de una situación jurídica de provecho,
amparada por un derecho subjetivo (interés legítimo), como el caso de afectación de una situación
fáctica de provecho, que si bien no resulta exigible por carecer el sujeto de medios de protección legítimos
que aseguren su satisfacción, le generan, no obstante, una expectativa lícita de permanecer en dicho
estado potencialmente satisfactiva (interés simple).

El Código recoge este último criterio, muy difundido e incluso seguido por la Corte Suprema de la
Nación: "el concepto jurídico de daño, salvo restricciones particulares queridas por el legislador,
abarca la protección de todo interés no reprobado por la ley'; "el daño consiste en la lesión a un
interés simple, merecedor de tutela, que priva al sujeto de la facultad de su actuar lícito, es decir,
no reprobado por el Derecho”.

 Según esta postura no es exigible que el interés tenga categoría de derecho subjetivo ya que
"se protege al interés lícito, aunque no surja de norma legal o convencional, pero a condición de
que sea un interés lícito, cierto y de magnitud o relevancia. No hay daños jurídicos a los efectos
resarcitorios sino daños antijurídicos.
 El daño no es la supresión de un bien, sino su disminución o pérdida de idoneidad para satisfacer
las necesidades del lesionado".

Art 1737. Concepto de daño. Hay daño cuando se lesiona un derecho o un interés no reprobado por el
ordenamiento jurídico, que tenga por objeto la persona, el patrimonio, o un derecho de incidencia
colectiva.

El artículo 1737 concibe al "daño" de un modo en que es resarcible el daño individual o colectivo, no
repudiado o no reprochado, por el ordenamiento jurídico. Se pondera especialmente la entidad 'del interés
iniciado o protegido del damnificado.

16 Requisitos para la resarcibilidad del daño:


DERECHO PRIVADO III – RESPONSABILIDADES – BOLILLA 1.-

Que el daño sea Que sea subsistente


Que sea personal
cierto y no al tiempo de su
del damnificado;
eventual; computación;

Que el quebranto Que esté en


patrimonial incida conexión causal
en un interés jurídicamente
legítimo del relevante con el
damnificado; acto ilícito.

DAñO COLECTIVO.

En el daño colectivo se afecta un derecho o un interés que recae sobre un bien de incidencia
colectiva.
En estos casos la indemnización (el daño-consecuencia) es patrimonial o no patrimonial, a
diferencia de los daños producidos a las personas, que siempre serán morales o patrimoniales, uno
u otro, o ambos.
Anticipamos que el daño colectivo está reconocido expresamente en el nuevo Código (cuando se lesiona
un derecho de incidencia colectiva). Sin embargo cabe puntualizar que se trata del daño colectivo en
sentido estricto o daño colectivo sobre bienes colectivos o derechos de incidencia colectiva sobre bienes
colectivos.
El daño puede ser entendido en sentido amplio o en sentido restringido:

En un sentido amplio sería En sentido restringido el


toda lesió n de cualquier dañ o es todo menoscabo o
índole a un derecho desmedro patrimonial que
subjetivo. un sujeto sufre.

Daño patrimonial (o material) y Daño extrapatrimonial (o moral)


★ El daño material es el que se ocasiona al patrimonio de la víctima, y puede recaer sobre las cosas
o bienes que componen al patrimonio (daño directo) o como consecuencia de un perjuicio causado
a la persona misma (daño indirecto). Quedan comprendidos los supuestos de pérdida, destrucción
o deterioro de los bienes, la realización de gastos o erogaciones y las ganancias frustradas.
★ El daño moral es aquel que se manifiesta como alteración disvaliosa del bienestar psicofísico de
una persona por acción atribuible a otra.

7) La relación causal

Art 1726. Relación causal. Son reparables las consecuencias dañosas que tienen nexo adecuado de
causalidad con el hecho productor del daño. Excepto disposición legal en contrario, se indemnizan las
consecuencias inmediatas y las mediatas previsibles.
17 DERECHO PRIVADO III – RESPONSABILIDADES – BOLILLA 1.-

Debe haber un nexo causal entre el hecho y la consecuencia dañosa. Esto nos va a determinar
quién es el autor del hecho. No siempre la relación de causalidad coincide la jurídica con la fáctica.
La consecuencia debe ser producida por la persona que llevó a cabo la acción.
Cumple una doble función: determina la autoría, (es decir quién debe considerarse como el autor
del daño) y establece la extensión del resarcimiento (qué consecuencias debe reparar quien
resulte responsable).
Ejemplo: alguien llama por teléfono a un amigo pidiéndole que vaya a su casa para hablar con él, y
la persona sale a la casa de su amigo y cuando sale es atropellado por un auto. Fácticamente si su
amigo no lo hubiere llamado no lo hubiesen atropellado. O sea, hay una relación de causalidad
entre el llamado del amigo y el accidente. ¿Pero será responsable jurídicamente el amigo? NO.
Sería absurdo. La relación de causalidad que nosotros tenemos que tener en cuenta es la jurídica y
no siempre coincide con la fáctica.
El Código adopta la teoría de la causalidad adecuada, la cual establece que sólo puede considerarse
"causa" de un resultado aquel hecho que, de acuerdo a lo que suele suceder, en función de las reglas de
la experiencia, produce normalmente aquel resultado. No basta, entonces, con que entre hecho y
resultado medie una relación causal desde el punto de vista físico, sino que es preciso, que el resultado
aparezca como una consecuencia previsible del hecho. Esta previsibilidad se mide en abstracto, teniendo
en cuenta no lo que efectivamente previó o pudo prever el agente, sino lo que habría previsto un "hombre
medio" (una persona de previsión normal) puesto hipotéticamente en el momento del hecho.
Sólo serán resarcibles las consecuencias que estén en relación causal adecuada con el hecho.

Art 1727. Tipos de consecuencias. Las consecuencias de un hecho que acostumbran a suceder según
el curso natural y ordinario de las cosas, se llaman en este Código “consecuencias inmediatas”. Las
consecuencias que resultan solamente de la conexión de un hecho con un acontecimiento distinto, se
llaman “consecuencias mediatas”. Las consecuencias mediatas que no pueden preverse se llaman
“consecuencias casuales”.
En cuanto a la clasificación de las consecuencias:
★ Consecuencias inmediatas: aquellas que acostumbran a suceder según el curso natural y
ordinario de las cosas. Además de ser previsibles, resultan directamente del acto mismo, sin que
e/éste y la consecuencia medie algún hecho distinto.
★ Consecuencias mediatas: resultan de la conexión del hecho originario con un acontecimiento
distinto. Si este segundo acontecimiento es previsible, la consecuencia que resulta también lo es, y
se imputa igualmente al responsable.
★ Consecuencias casuales: son aquellas mediatas que no se pueden prever. No hay relación
causal adecuada porque entre el hecho originario y el daño se interpone otro u otros hechos que no
son previsibles de acuerdo al curso normal de los acontecimientos.

Responsabilidad contractual y extracontractual

La responsabilidad civil contractual se ocupa del ámbito del daño que se ocasiona por el
incumplimiento de una obligación derivada de un contrato; mientras que la responsabilidad
extracontractual se refiere al daño o perjuicio que se ocasiona por eventos distintos al incumplimiento de
una obligación. Si bien -tanto una como otra- pertenecen al derecho de daños. 

El Código ha unificado la responsabilidad civil. Como lo dispone el artículo en comentario,


cualquiera sea la fuente del deber de reparar el daño (la violación del deber general -de no dañar, o el
incumplimiento de una obligación), la responsabilidad se rige, en principio, por las mismas reglas.
18 DERECHO PRIVADO III – RESPONSABILIDADES – BOLILLA 1.-
Concordantemente, y a salvo las excepciones que luego se mencionarán, las normas que integran el
presente capítulo (arts. 1708 a 1780) se aplican indistintamente a la responsabilidad contractual Y la
extracontractual.

Unificar la responsabilidad no implica diluir la distinta estructura del contrato y el hecho ilícito,
sino simplemente unificar las consecuencias de ambos, sometiéndolas, salvo casos de excepción, a
las mismas reglas. En los Fundamentos del Código se dice que la tesis que se adopta es la de la unidad
del fenómeno de la ilicitud, lo cual no implica la homogeneidad, dado que hay diferencias que subsisten.
Esas diferencias son irreductibles, y derivan de la distinta naturaleza del hecho generador de
responsabilidad en cada una de esas hipótesis. En particular, la regulación de la responsabilidad derivada
del incumplimiento de una obligación (tradicionalmente llamada "contractual") requiere tener en cuenta
algunas especificidades que resultan de la existencia de un vínculo previo entre acreedor y deudor que liga
a este último a ejecutar una determinada prestación. En su caso, el eventual origen convencional de esa
obligación puede determinar también algunas reglas especiales tendientes a preservar la autonomía de la
voluntad de los contratantes.

Mientras que en la responsabilidad extracontractual la antijuridicidad es atípica —porque es ilícita la


violación del deber general de no dañar a otro—, no sucede lo mismo en materia contractual. En este
último caso, el daño se produce como consecuencia de la infracción de una obligación específica, que
ligaba al deudor a la ejecución de determinada conducta. Esta diferencia está expresamente reflejada
tanto en el artículo en comentado como en el artículo 1749, donde se mencionan- la violación del deber de
no dañar y el incumplimiento de una obligación como las dos grandes fuentes de la responsabilidad civil.

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