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de Partidos
18 septiembre, 2020/1 Comentario/en Blog /por Lucía Gomá Garcés
Este martes se ha votado en el pleno del Congreso de los Diputados una
proposición de modificación de la Ley Orgánica de Partidos Políticos (“LOPP”)
presentada por VOX. Hace ya casi 3 años fuimos testigos de las actuaciones
llevadas a cabo por los dirigentes de los partidos secesionistas catalanes entre
los meses de septiembre y octubre de 2017, en el denominado procés: desde
las flagrantes irregularidades para la aprobación del referéndum, y su
consecución el 1-O, hasta la supuesta declaración de independencia que duró
unos cortos pero no insignificantes segundos (al menos a efectos de
responsabilidad penal). Decidí estudiar las posibles responsabilidades de los
partidos políticos, como persona jurídica, que podría implicar presuntos delitos
cometidos por sus integrantes, desde la normativa específica de la LOPP hasta
el Código Penal. Por aquel momento no existían sentencias condenatorias
contra los dirigentes del procés por lo que el artículo que publiqué en este
mismo blog fue siempre una mera hipótesis y conforme el principio de
presunción de inocencia. Sin embargo, tres años después y con variadas
sentencias condenatorias contra muchos de los miembros del govern el debate
está más vivo que nunca.
Como breve recordatorio: los partidos independentistas son perfectamente
constitucionales, ya que nuestra democracia no es militante y nuestra CE puede
ser enteramente reformada. Sí, incluso la unidad territorial, siempre y cuando
se respete la Constitución y el ordenamiento jurídico.
Pues bien, VOX acaba de hacer una propuesta de reforma pero, ¿qué propone
en concreto y cuál el trasfondo de estas modificaciones? Las palabras que más
se repiten (y que más nos interesan en este post) son “promoviendo,
justificando o exculpando” y “la indisoluble unidad de la Nación española” y
sobre todo se centra en modificaciones al artículo 9 de la LOPP que regula las
conductas prohibidas cuya realización podrá suponer la ilegalización de un
partido. Estas modificaciones incluyen que los partidos deberán actuar con
pleno respeto a los valores constitucionales y derechos humanos y el desarrollo
de sus funciones respetando la soberanía nacional, el pluralismo político y la
unidad de España. Hasta ahí todo parece correcto. Sin embargo, analizando
más detenidamente algunas propuestas de modificación de artículos
encontramos algunas, cuando menos, escalofriantes: