Narrador: En cierta ocasión, un cocinero sirvió al rey un ave a la que le
faltaba una pata. Rey: ¡Por Dios, a esta ave le falta una pata! (exclamó en voz alta). Narrador: El cocinero se acerca al rey de inmediato. Rey: ¿Cómo te atreves a servirme un ave con una sola pata? Cocinero: (Murmura para sí mismo) Me va a salir caro haberme comido una pierna del pollo. Narrador: Pero, el cocinero es hábil y rápidamente encuentra la respuesta adecuada. Cocinero: Majestad, el ave que hoy he preparado es un flamenco. Narrador: Al día siguiente...el rey llama al cocinero para mostrarle que, aunque los flamencos se paran en una sola pata, tienen dos. Rey: Cocinero, muéstrame la extraña ave de una sola pata que me cocinaste ayer. Cocinero: Son aquellos los flamencos. Observe majestad, tienen una sola pata. Narrador: El rey disparó al aire ¡PAM! Y... los flamencos corrieron con sus dos patas al ser espantados por el ruido. Rey: ¿Lo ves pillo? Tienen dos patas. Cocinero: Sí, majestad. Pero al de ayer no lo espantaste. Narrador: Y así el pillo cocinero se salió con la suya.