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Afecto
No sólo hay que sentirlo, también hay que demostrarlo. Es frecuente encontrarse con
padres que no saben manejar el afecto y que, incluso, les resulte difícil hablar de ello.
Es importante demostrar el afecto de diferentes maneras, mediante expresiones de
aceptación hacia el niño, comunicación (verbal y no verbal), búsqueda de espacios
compartidos... La expresión del afecto debe ser acorde a la personalidad del padre,
para que resulte creíble. Hay que tener cuidado de no caer en excesos ni en conductas
patológicas.
Comunicación
La comunicación debe darse desde el principio, puesto que es una habilidad que se
entrena y se aprende desde que el niño es muy pequeño. Es difícil lograr una buena
comunicación si se intenta empezar en la adolescencia. Tiene que haber diálogo, el
intento comunicativo no puede convertirse en un interrogatorio. Hay que contarles
cosas, intercambiar información.
Límites
Los límites deben ser adaptados a cada edad. Podemos encontrarnos problema tanto
ante la ausencia de límites como ante un exceso de los mismos. Son fundamentales
puesto que regulan el comportamiento del niño. Si queremos que nuestros hijos
adolescentes cumplan las normas, hay que tener en cuenta dos requisitos: que las
entiendan y las perciban como necesarias, y que participen en su construcción. En la
medida que sean partícipes de las reglas y que éstas sean consensuadas, más fácil será
que las acepte y las cumpla.
Autonomía
Tiempo