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Disciplina, Engaño y Desconfianza

Génesis 29-31

Reseña: Veinte años en la vida de Jacob


Hoy vamos a hacer una reseña de la vida de Jacob. Después de haber estudiado tres
capítulos que abarcan unos veinte años de su vida, logre resumir su vida, mejor dicho,
esos veinte años de su vida, ese periodo, en tres palabras – ‘Disciplina, Engaño y
Desconfianza.’ Se trata de un pasaje o revelación sombría de la vida de Jacob, empero, al
llegar al final, me gustaría mostrarle a un Dios soberano y la manera en que El hizo que
todas las cosas obraran para el bien de Jacob.
Abra su Biblia en el libro de Génesis, capitulo 29, adonde vamos a comenzar nuestro
estudio de la vida de Jacob.

Amor a primera vista


Vamos a llamar a esta escena de Génesis capitulo 29, “Amor a primera vista.” Esta es,
probablemente, la parte más atractiva de todo el pasaje a estudiar hoy.
Vamos a leer los versículos 1 al 3 para comenzar,
“Siguió luego Jacob su camino, y fue a la tierra de los orientales. 2Y miró, y vio un
pozo en el campo; y he aquí tres rebaños de ovejas que yacían cerca de él, porque de
aquel pozo abrevaban los ganados; y había una gran piedra sobre la boca del pozo. 3Y
juntaban allí todos los rebaños; y revolvían la piedra de la boca del pozo, y abrevaban
las ovejas, y volvían la piedra sobre la boca del pozo a su lugar.”

Hagamos una pausa aquí para contemplar este cuadro. Jacob acaba de concluir un viaje
de 800 kilómetros. Tal vez recordara que el dejo su hogar después de haberse robado la
bendición. Su madre escucho que Esaú iba a matarlo, así que dijo, “Ve a la casa de Labán
y busca una mujer en sus tierras.”
Esa era una manera de tapar las cosas y mandarlo afuera. Así que Jacob salio, recorriendo
unos ochocientos kilómetros completamente solo, tal como lo vimos en nuestro ultimo
estudio.
Después de haber caminado muchísimo, ya concluido su tedioso viaje, llega a un pozo en
el medio del campo, rodeado de ovejas. También había algunos pastores allí,
probablemente adolescentes, que estaban cuidando a las ovejas, sentados en las cercanías.
Jacob se acerca a este grupo de pastores y dice, versículo 4,
“Y les dijo Jacob: Hermanos míos, ¿de dónde sois? Y ellos respondieron: De Harán
somos.”

El corazón de Jacob comienza a latir, ya que allí es adonde se dirige. Continuamos con
los versículos 5 y 6.
“El les dijo: ¿Conocéis a Labán hijo de Nacor? Y ellos dijeron: Sí, le conocemos. 6Y él
les dijo: ¿Está bien? Y ellos dijeron: Bien, y he aquí Raquel su hija viene con las
ovejas.”
Ahora, como ustedes saben, Jacob esta buscando una esposa y ella debe ser una pariente.
El acaba de descubrir que llego al lugar por el cual estuvo viajando por muchos meses,
Los pastores le dicen: “Acabas de llegar al lugar adonde viajabas y las pastora que ves,
Raquel, viene con su rebaño.”
En el versículo 17, vamos a leer en cuanto a Raquel y su hermana Lea. Son las dos hijas
de Labán.
“Y los ojos de Lea eran delicados, pero Raquel era de lindo semblante y de hermoso
parecer.”

Cuando dice que los ojos de Lea eran delicados, se trata de una expresión idiomática del
Antiguo Testamento y no quiere decir que tenía problemas de vista. Desafortunadamente,
quiere decir que no era atractiva; se trata de una manera muy diplomática de decir que
esta mujer era… fea.
Es interesante que en aquella época, cuando querían decir que una mujer era hermosa.
Usaban la expresión “ojo de vaca.” No se cuantas mujeres sentirían el halago, pero si una
mujer era linda se le refería como “ojos de vaca.: Y si era fea, “Ojos débiles” u “Ojos
delicados.”

Al meternos más en el pasaje vamos a entender mejor la razón por la cual Moisés puso
este versículo. Nos dice que Lea no era atractiva, pero Raquel era muy linda de
semblante. La descripción de Raquel es la manera Antiguo Testamentaria de decir que
“era hermosa.”
Evidentemente, Raquel era una mujer muy bonita.
Jacob ve a Raquel venir con las ovejas y se despierta por completo. Fíjese lo que hace en
el versículo 7.
“Y él dijo: He aquí es aún muy de día; no es tiempo todavía de recoger el ganado;
abrevad las ovejas, e id a apacentarlas.”

Esto es astuto. Jacob sigue siendo el manipulador. El ve esta hermosa joven, posible
candidata, y trata de librarse de los pastores. Les dice, “Saben, no es hora de darle de
beber a los animales, así que denle un poco de agua rápido y apaciéntenlos. Váyanse.”
Es como el muchachito que se quiere deshacer de su hermanito menor. Ellos no le hacen
caso, fíjese en el versículo 8.

“Y ellos respondieron: No podemos, hasta que se junten todos los rebaños, y remuevan
la piedra de la boca del pozo, para que abrevemos las ovejas.”

Jacob probablemente se fastidia con esa respuesta. Ahora fíjese lo que hace en los
próximos versículos.
“Mientras él aún hablaba con ellos, Raquel vino con el rebaño de su padre, porque ella
era la pastora. 10Y sucedió que cuando Jacob vio a Raquel, hija de Labán hermano de
su madre, y las ovejas de Labán el hermano de su madre, se acercó Jacob y removió la
piedra de la boca del pozo, y abrevó el rebaño de Labán hermano de su madre.”
Esta piedra en la boca del pozo es grande. Por eso los otros muchachos esperaban a que
se juntase un buen grupo para poder moverla. Pero Jacob quiere impresionar a Raquel y
va y mueve la piedra y abreva las ovejas.
Ahora, estamos hablando de un hombre que jamás trabajó. Es el hijo malcriado del
patriarca que tenia muchos sirvientes. Pero en estos versículos, Jacob esta muy interesado
en darle de beber a las ovejas de Raquel.
Ahora, lo que sucede a continuación es impactante. Mientras Jacob le daba de beber a las
ovejas de Raquel, en algún momento comenzaron a dialogar. Luego con todo el coraje
del mundo,
“…Y Jacob besó a Raquel…”
Yo pensaría que el se sintió incomodo y ella impresionada, pero la narración no nos dice
nada de eso. Lo que sigue es impresionante, fíjese en el versículo 11,
“…y alzó su voz y lloró.”
Imagínese, acaba de besar a esta hermosísima joven y luego se larga a llorar. Señoritas,
¿Qué harían ustedes si un joven las besa por primera vez y después se larga a llorar? Eso
es exactamente lo que paso con Jacob y Raquel. La besa y luego se larga a llorar. Ella
debe de estar pensando en que sucede, que pasa.
Jacob se emociono al ver que ella era la hija del hermano de su madre. Probablemente
todo lo que le sucedió y la soledad, y demás, tienen su rol en esta reacción. Y Aquí esta,
frente a esta hermosa joven que tal vez se parecía en algo a Rebeca, se acuerda de ella y
llora.
El próximo versículo dice,
“Y Jacob dijo a Raquel que él era hermano de su padre, y que era hijo de Rebeca; y
ella corrió, y dio las nuevas a su padre.”
Continuando con el 13.
“Así que oyó Labán las nuevas de Jacob, hijo de su hermana, corrió a recibirlo, y lo
abrazó, lo besó, y lo trajo a su casa; y él contó a Labán todas estas cosas.”

Me imagino que el versículo 13 cubre varias horas. Jacob le cuenta a Labán “todas estas
cosas”, que probablemente incluye: el hecho de que engaño a su hermano; que engaño a
su anciano padre, ya ciego’ y que manipulo a su madre para salirse con la suya y escapar
de la mano de Esaú. Probablemente le contó toda la historia a Labán.
El versículo 14 nos dice,
“Y Labán le dijo: Ciertamente hueso mío y carne mía eres. Y estuvo con él durante un
mes.”
Ahora fíjese el escenario de la próxima función, en la que el engañador va a ser
engañado. Fíjese en el versículo 15, que sucede después que Jacob se ha quedado con
Labán por un mes.
“Entonces dijo Labán a Jacob: ¿Por ser tú mi hermano, me servirás de balde? Dime
cuál será tu salario.”

Ahora, tenga en mente que Jacob no esta sirviendo a Labán. Jacob no esta trabajando
para Labán, sino que se esta quedando en su casa. Evidentemente, Jacob pensó que la iba
a pasar bien, y Labán en vez de decirle, “Ponte a trabajar” con mucho tacto le dice,
¿Cuánto quieres que te pague por el trabajo?
En otras palabras, “vamos, a trabajar.”
Creo que Labán sabe cual va a ser la respuesta de Jacob. En los versículos 16 al 18
leemos,
“Y Labán tenía dos hijas: el nombre de la mayor era Lea, y el nombre de la menor,
Raquel. 17Y los ojos de Lea eran delicados, pero Raquel era de lindo semblante y de
hermoso parecer. 18Y Jacob amó a Raquel, y dijo: Yo te serviré siete años por Raquel tu
hija menor.”

Labán probablemente se rió. Comprendan que es totalmente legitimo que el trabaje para
Labán, ya que no tenia ni un centavo, ni para vivir, ni para la dote. Se fue de casa sin
nada, así que lo más normal es que trabaje a cambio de su esposa. Así que en el versículo
19 y 20 leemos,
“Y Labán respondió: Mejor es que te la dé a ti, y no que la dé a otro hombre; quédate
conmigo. 20Así sirvió Jacob por Raquel siete años; y le parecieron como pocos días,
porque la amaba.”

¿Se imagina? Siete años le parecieron como unos pocos días.

El engañador es engañado
Ahora, en el versículo 21, comienza lo que voy a llamar la segunda escena, titulada, “El
engañador es engañado.”
“Entonces dijo Jacob a Labán: Dame mi mujer, porque mi tiempo se ha cumplido…”

No se si solo habrá llevado la cuenta, tal vez en su cabeza iba por el día numero 2.555 y,
en el día 2.556, Jacob viene a Labán y le dice, “Mi tiempo se ha cumplido.”
En otras palabras, es el fin de los siete años. Jacob le dice a Labán, “Mira mi calendario –
marqué cada día de trabajo. Dame a tu hija.”
Continuando con los versículos 22 al 24.
“Entonces Labán juntó a todos los varones de aquel lugar, e hizo banquete. 23Y sucedió
que a la noche tomó a Lea su hija, y se la trajo; y él se llegó a ella. 24Y dio Labán su
sierva Zilpa a su hija Lea por criada.”

Uno tiene que tener en mente que era costumbre cubrir a la novia con varios velos. Me
imagino que de la manera que estaba vestida, el solo podía ver los dedos de los pies.
Como resultado, Jacob no tendría ni idea que se trataba de Lea. Es de noche y el esta
lleno de emoción y amor. Ha estado trabajando por siete años esperando por ella.
Ahora están en la tienda de boda y tienen que cumplir con la semana de bodas. Fíjese en
el próximo versículo,
“Venida la mañana, he aquí que era Lea…”
Es como si Jacob estuviera haciendo el libreto ahora. En la mañana siguiente, mientras el
sol se entremete por alguna hendija de la carpa, el se despierta y piensa, “Ya soy un
hombre casado.”
Se da vuelta, tal vez para besar a Raquel y… ¡Es Lea!
Me imagino le susto que se llevo. Seguro que se envolvió en las sabanas y dijo, ¿Qué
haces aquí?
Probablemente ella estaba acurrucada allí diciendo, “Bueno, con papa hicimos un
arreglo.”
Jacob sale corriendo hacia Labán y le dice, versículo 25,
“¿Qué es esto que me has hecho? ¿No te he servido por Raquel? ¿Por qué, pues, me
has engañado?”
Me encanta la respuesta de Labán en el versículo 26. Jacob se encontró con la horma de
su zapato. Labán le responde, muy casual, “Ah, ¿no te dije nada en cuanto a esa parte del
contrato? Tenemos una costumbre en este pueblo…”
“…No se hace así en nuestro lugar, que se dé la menor antes de la mayor.”
¿no te dije en cuanto a esto?
Jacob debe de estar muy furioso. Labán dice, en el versículo 27ª.
“Cumple la semana de ésta, y se te dará también la otra…”

Moisés no menciona algunas cosas. “Cumplir la semana” se refiere a cumplir la semana


de Bodas. En otras palabras, que aguante esa semana.
Jacob sabe que va a ser el hazme reír de la gente si la comunidad se entera que lo
engañaron así. Así que por una semana anda sonriendo, falsamente. Me imagino a Lea –
con su brazo alrededor del cuello de Jacob, “tengo mi marido.” Ella esta contenta, el lleno
de furia. Pero para poder tener a Raquel, el tenia que terminar la semana, así que lo hizo.
Al fin, Labán le entrega a Raquel.
Versículo 30.
“Y se llegó también a Raquel, y la amó también más que a Lea; y sirvió a Labán aún
otros siete años.”

La verdad, me cuesta imaginármelo. Sir Walter Scout escribió, “Que red mas siniestra
tejemos, al practicar para engañar.”
Jacob esta comenzando a cosechar lo que sembró.
Norman Rockwell, que es uno de mis artistas favoritos, ponto una escena muy
interesante. En esta pintura en especial, se puede ver una mujer en el mostrador de un
negocio comprando un pavo para el día de Acción de gracias. Parece tener unos sesenta y
algo y posee una sonrisa picara. Del otro lado del mostrador, el vendedor esta detrás de la
bascula con una sonrisa de complicidad.

De solo echarle un vistazo a la pintura, no se va a dar cuenta. Pero si se fija bien,


Rockwell revela las manos de ambos. El pulgar del vendedor esta presionando la báscula
por detrás del pavo –mientras la señora tiene el pulgar del otro lado de la balanza,
alivianando el peso. ¡Un engañador se encuentra con el otro!
Esa es una ilustración clásica de Jacob, que toda su vida estuvo alivianando la balanza
con su dedo. El estuvo manipulando circunstancias; asegurándose de arreglar el peso de
sus actividades en la vida. Sin embargo, se encuentra con un comerciante llamado Labán,
que tiene un pulgar muy pesado. Así que el engañador es engañado.

Permítame señalar algunas ironías en la manera en que Jacob fue engañado:


• Tal como Jacob engaño a su padre, es engañado por el padre de Raquel;
• De la misma manera que Jacob se hizo pasar por Esaú. Lea se hizo pasar por
Raquel;
• Tal como Jacob se vistió con la ropa de su hermano, Lea se vistió con el vestido
de novia de Raquel.
Si hubo un momento en la historia de la humanidad en el cual un hombre tomo una dosis
de su propia medicina, fue este.

La batalla por los bebes


La próxima escena puede titularse, “la batalla por los bebes.” Fíjese en los versículos 31
al 32ª.
“Y vio Jehová que Lea era menospreciada, y le dio hijos; pero Raquel era estéril. 32Y
concibió Lea, y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Rubén…”

Luego, en los versículos siguientes encontramos una narración detallada de todos los
hijos que Jacob tuvo. Es bastante triste, porque en este hogar hay una cantidad de celos
increíble; se trata de un lugar de discordias.
Sin embargo, uno no puede dejar de sentir lastima por Lea. El versículo 31 dice que el
Señor vio que ella era menospreciada, que no era amada. Si bien ella había manipulado el
camino al casamiento, es interesante que Dios tiene lastima por que ella no es amada.
Fíjese también en los nombres de sus hijos. Estos nombres nos dicen muchísimo de una
mujer triste, sola, frustrada. Lea llamo al primero ‘Rubén.’ Eso significa, literalmente,
“¡Mira, un hijo!”
Durante esos tiempos, un hijo era lo mejor que uno podía darle a su marido. Tener un hijo
traía mucho orgullo y aceptación. Lea tiene un hijo y dice, “Miren, un hijo.” Pero Jacob,
no mira.
El próximo hijo de Lea se llama Simeón, que significa “oyendo.” Ella esta diciendo,
“Dios me escucho. Ahora, Jacob ¿me oyes? ¿Me amaras? El no lo hace.
El tercer hijo de Lea es Leví, que significa, “juntado.” En otras palabras, “¿Traerá este
hijo el aferro que tanto deseo a mi marido?” Pero eso tampoco sucede.

Es interesante que el nombre del ultimo hijo es Judá, que significa, “alabad a Dios.” Es
como que Lea alcanzo una instancia en su vida en la que reconoció que Jacob no iba a
responderle o a mostrarle amor; ella simplemente nombra al niño, ‘alabad a Dios.’ Es una
historia triste.
Fíjese lo que va a hacer Raquel en el versículo 1 del capitulo 30.
“Viendo Raquel que no daba hijos a Jacob…”
Ella es estéril, y su primer acto desesperado lo encontramos en el versículo 1. Ella va y le
echa la culpa a Jacob.
“…Dame hijos, o si no, me muero.”
Continuando con el versículo 2.
“Y Jacob se enojó contra Raquel, y dijo: ¿Soy yo acaso Dios, que te impidió el fruto de
tu vientre?”
Luego, Raquel, en un segundo acto de desesperación, le da a Jacob una concubina, su
sierva. Fíjese en el versículo 3.
“Y ella dijo: He aquí mi sierva Bilha; llégate a ella, y dará a luz sobre mis rodillas, y yo
también tendré hijos de ella.”

Lo que tenemos acá amigos es una batalla. ¿Quién puede darle más hijos a Jacob?
Ahora Lea va a darle a Jacob su propia sierva porque se dio cuenta que después de tener a
su cuarto hijo, no queda mas embarazada. Entonces, estas dos hermanas están peleando
constantemente.
Un comentarista sugiera que esta batalla es como un gran juego de póker. Una trata de
alcanzar a la otra constantemente. Tenemos una esposa, una concubina y seis hijos,
contra una esposa, una concubina y dos hijos, como un juego de póker.

¿Y que hace Jacob al respecto durante todo este tiempo? ¿Se esta quejando? Oh no. ¿Esta
proveyendo una solución? No. Como resultado, esto esta por explotar. Fíjese lo que
sucede luego en el versículo 14 del capitulo 30.
“Fue Rubén en tiempo de la siega de los trigos, y halló mandrágoras en el campo, y las
trajo a Lea su madre; y dijo Raquel a Lea: Te ruego que me des de las mandrágoras de
tu hijo.”

Las mandrágoras eran consideradas afrodisíacos, o sea, que ayudaban a la fertilidad.


Ahora fíjese en la respuesta de Lea a Raquel, en el versículo 15ª.
“Y ella respondió: ¿Es poco que hayas tomado mi marido?...”
Aquí esta la engañadora, Lea, la que se infiltro en esa boda, acusando a Raquel de haberle
robado el marido. Que pelea. Y Raquel le dice,
“Pues dormirá contigo esta noche por las mandrágoras de tu hijo.”
Raquel dice, esta bien, el es tuyo, pero dame los afrodisíacos.”
Continuando con el versículo 16,
“Cuando, pues, Jacob volvía del campo a la tarde, salió Lea a él, y le dijo: Llégate a
mí, porque a la verdad te he alquilado por las mandrágoras de mi hijo. Y durmió con
ella aquella noche.”
Jacob es un gigante espiritual ¿No?
Versículos 17 al 18.
“Y oyó Dios a Lea; y concibió, y dio a luz el quinto hijo a Jacob. 18Y dijo Lea: Dios me
ha dado mi recompensa, por cuanto di mi sierva a mi marido; por eso llamó su nombre
Isacar.”

El pasaje luego nos cuenta acerca de los otros hijos que tuvieron. A causa de esto, este
hogar era un caos. Cada mujer tratando de manipular una reacción amorosa.

Hay principios aquí que contienen un mensaje. Hay un mensaje a los maridos, que no
deben manipular a las esposas. Hay un mensaje a las esposas, que no deben hacerlo
tampoco. Debemos amar incondicionalmente, mas allá de cuales sean las reacciones. Si
uno trata de comprar o sobornar el amor o afecto de un esposo, lo único que puede
suceder es la frustración.

Vindicados al fin

La próxima escena es la de vindicación. Vamos a llamarlo, vindicados al fin. Voy a


resumir la ultima parte del capitulo 30 en un par de frases. Permítame leerle el versículo
25ª.
“Aconteció cuando Raquel hubo dado a luz a José…”
Raquel, finalmente tiene un hijo y, según el versículo 24,
“llamó su nombre José, diciendo: Añádame Jehová otro hijo.”

Es interesante que cuando ella finalmente tiene un hijo, lo llama, “Señor, dame otro mas.”
No hay contentamiento en la vida de esta mujer.
Bueno, Jacob finalmente va y le propone a Labán irse. Quiere llevarse a sus esposas e
hijos. Al hacerle la propuesta, el versículo 27 revela el egoísmo de Labán.

“Y Labán le respondió: Halle yo ahora gracia en tus ojos, y quédate; he experimentado


que Jehová me ha bendecido por tu causa.”

En otras palabras, “Eres mi boleto a la riqueza material. Eres el patriarca. Adonde vayas,
allí va la bendición de Dios. Así que por favor quédate conmigo.”
Jacob, finalmente alcanza un acuerdo con Labán. Le dice, “Mira, dividamos el ganado.
Yo me quedo con los animales de manchas, salpicados o con color y los rayados.
El color predominante de ese tipo de ovejas era el blanco y los cabritos eran marrón
oscuro. Era difícil encontrar ovejas manchadas o con rayas. Jacob le esta diciendo, “No
tengo dinero. Tengo dos esposas y todos estos hijos y no tengo manera de sustentarlos.
Entonces, ¿Por qué no me das una ínfima parte de tu ganado y de allí, criare mi propio
ganado.”
Labán le responde,
“Esta bien, te lo mereces.”
Entonces Jacob y Labán caminan entre el ganado y lo dividen. Quiero que vea lo que
sucede después de que el ganado es repartido. Fíjese en el versículo 36 –hay tanta
confianza entre estos dos hombres.
“Y puso tres días de camino entre sí y Jacob; y Jacob apacentaba las otras ovejas de
Labán.”

En otras palabras, “Jacob, no confió en ti, A si que me voy a ir tres días antes para que ni
siquiera te acerques a mi ganado. A ver si no me cambias algo.”
Sin embargo, Dios intervino y transformo esa cantidad insignificante de ganado en una
grey numerosa. Fíjese en el versículo 43.
“Y se enriqueció el varón muchísimo, y tuvo muchas ovejas, y siervas y siervos, y
camellos y asnos.”
La vindicación llego. Revancha.

Una huida, con veinte años de tardanza

Ahora vamos a ver quien realmente es Labán, ya que queda demostrado en los próximos
versículos. Sección que vamos a titular, “Huyendo, veinte años tarde.” Fíjese en el
capitulo 31, versículo 1,
“Y oía Jacob las palabras de los hijos de Labán, que decían: Jacob ha tomado todo lo
que era de nuestro padre, y de lo que era de nuestro padre ha adquirido toda esta
riqueza.”
¿No es interesante? Continuemos con el versículo 2.
“Miraba también Jacob el semblante de Labán, y veía que no era para con él como
había sido antes.”
Versículo 4,
“Envió, pues, Jacob, y llamó a Raquel y a Lea al campo donde estaban sus ovejas,…”
Esto es por privacidad, sigamos con el 5,
“y les dijo: Veo que el semblante de vuestro padre no es para conmigo como era antes;
mas el Dios de mi padre ha estado conmigo. 6Vosotras sabéis que con todas mis fuerzas
he servido a vuestro padre; 7y vuestro padre me ha engañado, y me ha cambiado el
salario diez veces; pero Dios no le ha permitido que me hiciese mal.”
Ahora versículos 11 al 13.

“Y me dijo el ángel de Dios en sueños: Jacob. Y yo dije: Heme aquí. 12Y él dijo: Alza
ahora tus ojos, y verás que todos los machos que cubren a las hembras son listados,
pintados y abigarrados; porque yo he visto todo lo que Labán te ha hecho. 13Yo soy el
Dios de Bet-el, donde tú ungiste la piedra, y donde me hiciste un voto. Levántate ahora
y sal de esta tierra, y vuélvete a la tierra de tu nacimiento.”

Así que Dios aprobó a Jacob para que se fuera. El único detalle es que no le dijo que se
fuera de noche. Jacob espero hasta que Labán se fuera a esquilar sus ovejas y junto a todo
su ganado, esposas, hijos y pertenencias y se marcha.
Desde luego, cuando Labán se entera se enciende en ira. Va tras Jacob, lo alcanza y
finalmente se confrontan. Jacob enfurecido le dice a Labán, “No te atrevas a intentar
retenerme.” Fíjese en el versículo 38,
“Estos veinte años he estado contigo; tus ovejas y tus cabras nunca abortaron, ni yo
comí carnero de tus ovejas.”
En otras palabras, “He cuidado muy bien tus ovejas y cabras y no cuide mis propios
asuntos. Ni yo ni mi gente comió de tu ganado.”
Continúa en el 39,
“Nunca te traje lo arrebatado por las fieras: yo pagaba el daño; lo hurtado así de día
como de noche, a mí me lo cobrabas.”

No había seguro contra perdidas. En otras palabras, “te serví, cuide de tu ganado. Me
asegure de que no muriese ningún animal. No comí de lo tuyo. Cuando algún animal
moría o era robado, lo reponía de mi bolsillo. ¡Hice esto por veinte años!”
Fíjese en el versículo 40,
“De día me consumía el calor, y de noche la helada, y el sueño huía de mis ojos.”
En otras palabras le esta diciendo, “No tuve vacaciones por veinte años.”
Continuando con el versículo 41,
“Así he estado veinte años en tu casa; catorce años te serví por tus dos hijas, y seis
años por tu ganado, y has cambiado mi salario diez veces.”
Fíjese ahora en el versículo 42.
“Si el Dios de mi padre, Dios de Abraham y temor de Isaac, no estuviera conmigo, de
cierto me enviarías ahora con las manos vacías; pero Dios vio mi aflicción y el trabajo
de mis manos, y te reprendió anoche.”
Vindicación cumplida.
Un pacto de desconfianza
En el próximo pasaje termina este periodo de veinte años con Labán. Podemos llamarlo
“un pacto de desconfianza.”
Este es el pacto que comúnmente se malinterpreta en la actualidad. Usted lo va a
escuchar, fuera de contexto, por todas partes. Pero fíjese en el contexto, Labán dice, en
los versículos 43 y 44,
“Respondió Labán y dijo a Jacob: Las hijas son hijas mías, y los hijos, hijos míos son,
y las ovejas son mis ovejas, y todo lo que tú ves es mío: ¿y qué puedo yo hacer hoy a
estas mis hijas, o a sus hijos que ellas han dado a luz? 44Ven, pues, ahora, y hagamos
pacto tú y yo, y sea por testimonio entre nosotros dos.”
Y Jacob le responde en los versículos 45 y 46.
“Entonces Jacob tomó una piedra, y la levantó por señal. 46Y dijo Jacob a sus
hermanos: Recoged piedras. Y tomaron piedras e hicieron un majano, y comieron allí
sobre aquel majano.”
Ahora, el versículo 49, este es el pacto.
“Atalaye Jehová entre tú y yo, cuando nos apartemos el uno del otro.”

¿Alguna vez escucho o vio ese versículo? “Que el Señor nos vigile mientras estamos
separados.”
Ahora, fíjese en el próximo versículo,
“Si afligieres a mis hijas, o si tomares otras mujeres además de mis hijas, nadie está
con nosotros; mira, Dios es testigo entre nosotros dos.”

Jacob y Labán están haciendo este pacto y Labán dice, “Mientras no te veo, si me robas
algo, Dios esta vigilándote. Si le haces algo a mis hijas, Dios esta vigilándote.”
Jacob le esta diciendo, “Si, esta bien. Si mientras estoy lejos de ti, y no te veo, te metes en
mi territorio e intentas algo extraño, Idos es mi testigo.”
Ese fue le pacto de desconfianza. Y se dijeron adiós.

Aplicación: Veinte años - ¿Qué tendría que haber aprendido


Jacob?

Imagínese si pudiésemos tener a Jacob con nosotros por unos minutos. Si pudiésemos
tenerlo sentado en el porche de nuestra casa, sentarnos a tomar algo y hacerle unas
preguntas.
Le podríamos decir, Jacob, usted vivió una vida muy colorida, de hecho, lo mas
interesante fueron esos veinte años en el extranjero. ¿Nos podría dar algunas lecciones de
lo que aprendió?”

Después de haber estudiado la vida de este hombre por varias semanas, estoy convencido
de que Jacob se reclinaría en esa silla y diría, “Veinte años en el extranjero, bueno, desde
ya que me encontré con la horma de mi zapato, Labán. Creo que aprendí dos cosas.
Primero, aprendí que uno cosecha lo que siembra. A mí nunca me importo lo que hacia o
a quien hería, si podía salirme con la mía. Manipulando a mi madre, haciéndole trampa y
engañando a mi padre, sacándole la bendición a mi hermano –no me importaba, si podía
salirme con la mía. Sembré las semillas de engaño, orgullo y egoísmo. Las plante y como
resultado, coseche humillación, inseguridad y dolor.”

Si pudiéramos interrumpir a Jacob por un momento, nos daríamos cuenta que esto es lo
mismo que sucede con nosotros en la actualidad.
Si sembramos una vida que viola los principios de Dios, entonces vamos a cosechar el
desastre. Nosotros también cosechamos lo que sembramos.

Ahora, volvamos a Jacob, porque dijo que tenía dos lecciones que enseñarnos. Me lo
imagino diciéndonos, “También aprendí que Dios es soberano y el esta en control. Nunca
me hubiera casado con Lea, pero de su vientre salio Leví.”
Ahora, de poder ver el futuro, nos diría que Leví, el hijo de Lea, seria el padre de la tribu
que traería a la nación de Israel a la misericordia de Dios. Ellos serian los sacerdotes. De
no haber habido una Lea, no hubiera habido un Leví.
Una de los nietos de Leví fue Moisés. Así que de no haber tenido a Lea, no hubiera
existido Moisés.
El cuarto hijo de Lea fue Judá. De Judá salio David, el rey de Israel. De David saldría le
linaje de Cristo. De no haber habido Lea, no hubiera habido un David.
Jacob podría continuar, “Dios inclusive utilizo mi fracaso y mi falta de comprensión para
llevar a cabo su plan. Dios es Soberano y tiene el control.

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