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familiares y amigos.

Las mujeres que tienen contacto con profesionales de la salud en


sus controles posteriores al parto, no están dispuestas manifestar sus problemas
emocionales, en especial la depresión.

Barrios (2008), en la tesis Estudio de Depresión en el período posparto en 25 casos de


mujeres guatemaltecas: nivel de depresión, síntomas y factores de riesgo asociados.
Trabajó con 25 mujeres, presentó un muestreo aleatorio simple obtenido de las
pacientes que asisten a la Maternidad Cantonal Mamá Margarita, entre 18 y 45 años de
edad, concluyó que los síntomas indicativos de alteración del estado emocional en las
mujeres con depresión en el período posparto, son los siguientes: sentirse abatidas y
melancólicas, tener acceso al llanto, problemas para dormir y encontrarse más irritables
de lo usual; no comer igual que antes; pérdida de peso y sentirse cansadas aunque no
hagan nada. La autora recomienda proporcionar atención psicológica y apoyo social a
las pacientes con depresión posparto que asisten a la Maternidad Cantonal Mamá
Margarita en San José Pinula para tratar el nivel de depresión en la población estudiada
en esta investigación.

Franco (2008), en la tesis Trastorno depresivo posparto, que se realizó en el Instituto


Guatemalteco de Seguridad Social de la cabecera departamental de Retalhuleu,
tomando una muestra de 71 sujetos. El objetivo general es identificar si existe
depresión posparto en pacientes atendidas en dicho centro asistencial. Concluye que,
la depresión posparto se genera a partir de factores de riesgo biológicos y
psicosociales, en las mujeres que durante el embarazo experimentan cambios
biológicos normales como el nivel hormonal que se desploma después del parto. Los
factores psicosociales se refieren a madres solteras, primerizas, reducción del apoyo
socio-familiar y relación con la pareja en el período postnatal. Recomienda a la
institución considerar la necesidad de prestar un servicio profesional psicológico y que
la Universidad Rafael Landívar establezca practicantes, creando bufetes psicológicos
en departamentos claves basados en la doctrina de Ignacio de Loyola “Sobre todo
Amar y Servir”. Sustancialmente se propone la creación de una clínica de salud mental,

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en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social IGSS, de la cabecera departamental
de Retalhuleu.

Sagarminaga (2010), en la tesis Nivel de depresión en la etapa posparto, trabajó los


distintos niveles de depresión en las personas en etapa posparto que asistían al
Hospital Nacional de Mazatenango, concluye que, es necesaria la función del terapeuta
en el tratamiento del paciente para prever consecuencias, comprende la complejidad de
las reacciones emocionales que conlleva al rol de ser madre y crear en la persona
afectada el deseo de asumir el problema. Recomienda que en el Hospital Nacional de
Mazatenango implemente una clínica con un profesional específico, que oriente y
brinde apoyo psicológico, psicosocial y emocional a la madre, para superar fácilmente
la depresión posparto.

Gala y Lupiani (2003), en el artículo Actitudes de madres adolescentes y adultas y su


relación con la personalidad de sus hijos, publicado por la revista Psicología y salud en
la página 160, 161 se considera que durante el embarazo y el posparto se deben
atender ciertos aspectos biológicos, como el nacimiento y desarrollo de un niño
integralmente sano, sin detrimento para la madre, así como, factores psicosociales que
impliquen que la embarazada o puérpera crezca y madure como madre. Sin embargo,
en muchas ocasiones, el embarazo adolescente ocurre en un escenario pleno de
dificultades psicosociales que son fruto de la inmadurez física, psicológica y social de la
joven, lo que dificulta acceder a un rol adulto y la responsabilidad de organizar un
contexto que favorezca la gestación y el desarrollo óptimo de los hijos. Gala y Lupiani
concluye en este trabajo, que si bien existen datos abundantes que permitirían
continuar con la idea invariable de que la maternidad adolescente es un inconveniente,
también se encuentra evidencia de que una mujer puede ejercer la maternidad de la
misma manera, sea adolescente o adulta, y que sus hijos no mostrarán grandes
diferencias en su desarrollo.

InstituteGuttmacher (2006), en la investigación, Maternidad temprana en Guatemala; un


desafío constante, afirma que la maternidad temprana, es reconocida en el mundo,

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como un factor que afecta el bienestar y la salud reproductiva de las mujeres jóvenes,
así como el ritmo y la dirección del desarrollo de un país. En Guatemala, donde los
recursos muy limitados moldean las vidas de muchas personas jóvenes, aún sin la
carga adicional de la paternidad, es imperativo abordar las consecuencias sociales y en
salud de los altos niveles de maternidad adolescente.

Por varios motivos, es crucial comprender el contexto y las consecuencias de la


conducta sexual y reproductiva de los adolescentes. Por ejemplo, la gente joven
representa una alta proporción de la población guatemalteca. Aproximadamente, una
cuarta parte de los guatemaltecos está entre las edades de 10 y 19 años. Las
consecuencias de la escogencia de vida que esta gente adopte seguirán repercutiendo
en la sociedad guatemalteca por muchos años. Asimismo, el momento de la unión y de
la maternidad tiene implicaciones para toda la vida de las jóvenes y para el desarrollo
económico y social del país. Por lo tanto recomienda que las jóvenes guatemaltecas
deban desempeñar un papel activo en ese desarrollo y si van a prepararse
adecuadamente para el futuro, deben recibir educación y capacitación.

Rivera (2008), en el artículo, Mamá primeriza, publicado por la revista Mamá Hogar,
internet, sostiene que: ser mamá hoy y siempre, ha sido la aventura más maravillosa
que puede vivir una mujer. El dar vida, el sentir y vivir la vida dentro de sí misma hace a
la mujer un santuario de vida, un templo de amor.

Sin embargo un día se acaba esa maravillosa etapa de vivir la maternidad "dentro" de
ellas, y comienza el día a día: hospital, heridas, pañales, leche, horarios, llantos, ropa.
Para una mujer que no ha tenido la experiencia de ser madre o que no tiene la dicha de
tener a su madre con ella, todo el tiempo sobre todo al inicio, puede convertirse en un
mar de incertidumbres y de dudas.

Es por ello que una pareja debe prepararse para el parto, con información a través de
lecturas y cursos de psicoprofilaxis obstétrica, de esta manera podrán tener mayor
comprensión de lo que sucederá llegado el momento. Para agenciarse de dichos

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conocimientos, existen técnicas de preparación llamadas de parto sin temor y sin dolor
que aportan tranquilidad y seguridad. Estas permiten conocer y comprender todas las
posibles alternativas de su parto para que, llegado el mismo, nada la sorprenda, ni la
asuste. El aprendizaje de técnicas de respiración y de relajación le va a permitir
manejar las sensaciones dolorosas del parto, evitando un sufrimiento físico y psíquico
innecesario, viviendo este acontecimiento como un suceso feliz y gratificante.

1.1 Estrés Posparto

1.1.1 Definición

Boutet (2006), afirma que el estrés posparto también conocido como Síndrome de
Estrés Posparto, es cuando las mujeres aparentan estar lidiando bien con sus
sentimientos, y son capaces de cuidar tanto al bebé como a ellas mismas. Sin
embargo, interiormente se sienten exhaustas, ansiosas, inadecuadas, y dudosas de
ser buenas madres, especialmente si son personas competitivas. Puede que tengan
dificultad en ajustarse a la vida con un recién nacido, pero mientras son comunes estos
sentimientos, algunas de estas madres se sienten completamente inadecuadas y
abandonadas, por lo que también podría afectarse lo biológico en las madres.

Según el autor existe un estudio muy interesante sobre la oxitocina y su efecto


benefactor en el estrés posparto. Entre las interesantes conclusiones del trabajo se
establece que la oxitocina necesaria para promover la expulsión de la leche, mejora la
respuesta al estrés reduciendo la secreción de ACTH y cortisol; por lo tanto, el inicio
temprano de la lactancia materna hace que a través de la oxitocina disminuya la
posibilidad de desarrollar alteraciones psíquicas en la madre como es el estrés
posparto, por eso existen análisis que demuestran que la incidencia de cáncer de
mama diagnosticado en mujeres premenopáusicas es aproximadamente 12% más bajo
en mujeres que han amamantado a sus niños.

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La lactancia materna ofrece un efecto preventivo sobre diferentes enfermedades
comunes en la mujer. Karlson citado por Boutet (2006) estudió en 121,700 mujeres el
riesgo futuro de padecer artritis reumatoide relacionada con el amamantamiento y
encontró que dar lactancia natural por un tiempo mayor a 12 meses estaba
inversamente relacionado con el desarrollo de la enfermedad. En un estudio realizado
en Harvard en 83,585 mujeres se reportó que la lactancia natural reduce el riesgo de la
madre a adquirir diabetes tipo II en periodos posteriores de la vida: a mayor duración
del amamantamiento es menor la incidencia de diabetes tipo II. Las mujeres que dan
pecho por tiempo mayor al recomendado ven disminuida la probabilidad de sufrir
fracturas de cadera o de columna vertebral en la posmenopausia, sin olvidar los
beneficios económicos y sociales que representa la lactancia materna. Los bebés que
toman pecho enferman menos y esto supone menor gasto en consultas médicas,
estancias hospitalarias y fármacos; también significa menor ausentismo laboral por
parte de los padres.

Zamora (2007), indica que entre el 20% y el 65% de las mujeres padecen de estrés
posparto, pues casi nunca inicia antes del tercer día posterior al parto, parece claro que
hay cambios hormonales y sustancias químicas implicadas. Aun así, el estrés
psicológico y los momentos que lo desencadenan desempeñan un papel importante.

Cuando se habla del parto, a la mujer la separan del esposo y la familia, a excepción
de las horas de visita. Muchas veces, a no ser que sea durante las horas de
amamantamiento, también está separada del bebé. La madre se siente aislada,
vulnerable e incapacitada, estos sentimientos empeoran aún más cuando vuelve a
casa con el pequeño. Ser madre puede haber solucionado una crisis de identidad, pero
seguramente también habrá creado nuevos problemas: pérdida de libertad, de
movilidad, de elección y sentimientos encontrados sobre ser madre y las propias
responsabilidades, sin embargo muchas veces son problemas que no pueden
presentarse con el nacimiento del primer hijo.

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