Predicar es satisfacer necesidades humanas. Por ello, el propósito es central en la
predicación. 1) Propósito ministerial: Es la meta integral, propósito abarcador de largo alcance, que da dirección al ministerio pastoral en general y de predicación en particular. Se fundamenta en -y a la vez es resultado de- las convicciones y énfasis teológicos que animen un determinado ministerio pastoral 2) Los propósitos funcionales: Son los que expresan las funciones ministeriales que, a la luz del Nuevo Testamento, la predicación está llamada a cumplir, esto es, hérygma (proclamación), didajé (enseñanza), y homilía (exhortación). A) El propósito herygmatico o evangelístico: procura que el ser humano separado de Dios experimente el primer paso en el peregrinaje del discipulado; B) El propósito didáctico: procura el desarrollo constante de los creyentes en cada vez más fieles y mejores discípulos; C) El propósito pastoral: Este propósito procura no sólo consolar, alentar, aconsejar, sino también desafiar a los creyentes a crecer a través de las experiencias de la gracia costosa del discipulado. 3) El propósito especifico: Es la meta particular, el blanco único del sermón, cuya elección está gobernada por la determinación previa de la más apremiante necesidad a la cual el sermón va a predicar. 4) Desarrollo del propósito especifico: A) Descubriendo necesidades humanas: La clave es tratar de escuchar a Dios pero, al hacerlo, simultáneamente intentar comprenderlas necesidades que palpitan en la vida de nuestra gente, nuestra congregación; B) Discerniendo la más apremiante necesidad: El conocimiento bíblico-teológico solo no asegura sermones que respondan a las necesidades humanas. El mismo empeño que se supone dedicamos a conocer la Palabra de Dios debemos ponerlo para comprender a la gente a quienes la comunicamos; C) Determinando el propósito específico: Un solo propósito específico, porque una sola es la más apremiante necesidad. 5) Propósito específico y propósito comunicativo: El propósito comunicativo tiene que ver con lo predicación del sermón ya elaborado, pero debe ser también tomado en cuenta en la experiencia inicial preparatoria de la determinación del propósito específico, a fin de producir un propósito sermonario eficaz. Toda comunicación tiene un fin básico: influir y afectar intencionalmente el comportamiento de otros. La influencia del propósito comunicativo en el propósito específico se ve en que necesitamos tomar en cuenta a quiénes predicamos, o sea el tipo de auditorio que recibirá el sermón; y, en ver los resultados que se espera producir. La determinación del propósito específico tiene valor no sólo para la formulación estructural del sermón sino para su contenido teológico. Es garantía de un contenido teológicamente encarnado en la realidad concreta de la iglesia y el mundo.