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MAR
19 ENCUENTRO: Orden
Todos los grupos se reúnen.
Monición ambiental.
Canto de entrada.
Proclamación de Mc 1, 16-20
Una palabra muy breve del presbítero.
Cada grupo se reúne par propia cuenta.
Catequesis.
Oraciones espontaneas, Padre Nuestro, paz, y se concluye: "El Señor nos bendiga, nos
guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna", R. "Amen".
Partimos de Mc 1:16-20
Iba Jesús bordeando el mar de Galilea cuando vio a Simón y a su
hermano Andrés largando las redes en el mar, pues eran pescadores.
Jesús les dijo: venid conmigo y os haré llegar a ser pescadores de
hombres. Ellos dejaron las redes al instante y le siguieron.
Continuó caminando un poco y vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su
hermano Juan, que estaban también en la barca arreglando las redes. Al
instante los llamó y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los
jornaleros, se fueron tras él.
O sea, tenemos aquí:
- La llamada de Jesús. Uno no se puede llamar a sí mismo, tiene que ser
llamado por Jesús.
- Requiere “dejarlo todo”, lo que han sido y lo que están haciendo para
dedicarse a esto totalmente.
- Jesús llama a las personas y las acepta tal y como son: de pescadores de
peces a pescadores de hombres.
Todo esto constituye lo que llamamos “vocación”.
Se puede establecer un paralelo con el matrimonio: hay gente que primero
piensa en casarse y luego busca a la persona con la que contraer matrimonio.
Es un error. Primero encuentras a la persona, te enamoras de ella y como
consecuencia quieres contraer matrimonio con ella. Uno no piensa en ser
sacerdote y luego mira a ver si le ha llamado Jesús; es al revés, uno escucha
la llamada y luego decide que quiere ser sacerdote. ¿Para qué?
Luego vamos a
Aquí vemos a Jesús que a los once apóstoles –falta Judas, el traidor-
les da una misión. Y esa misión consiste en:
- Haced discípulos. ¿De quién? ¿De ellos mismos? No, discípulos de Jesús.
Es decir, personas que sigan a Jesús, que sigan sus enseñanzas, que lo
tengan como ejemplo y que siempre lo tengan presente porque está vivo.
El cristiano siempre es discípulo, nunca maestro, porque el maestro no ha
muerto, sigue vivo, y mientras el maestro está vivo, seguimos siendo
discípulos toda la vida.
- Bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. O sea,
que estos once apóstoles tienen que (“bautizar”) formar discípulos que
cambien sus vidas para llevarlas a Dios; como dice “se me ha dado
poder”, estos apóstoles lo hacen por el poder de Jesús, que es el que él les
transmite. Y esto luego lo transmitieron los apóstoles a otras personas que
son los sacerdotes.
- “Enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado”. Por tanto, los
sacerdotes no pueden inventarse nada, tienen que ajustarse a lo dicho por
Jesús porque ellos no tienen poder para eso, lo reciben del propio Jesús.
- El sacerdote, por tanto, tiene una misión de enseñar y hacer presente al
mismo Jesús porque Él dice: “yo estaré con vosotros” y por eso el
sacerdote actúa con el poder de Cristo, porque está presente según la
promesa que dio a sus apóstoles.
Luego vamos a
Luego vamos a
Lc 22:19-20: Tomó luego pan, dio gracias, lo partió y se lo dio, diciendo:
“Este es mi cuerpo que se entrega por vosotros; haced esto en recuerdo mío”.
De igual modo, después de cenar, tomó la copa y dijo: “esta copa es la nueva
Alianza en mi sangre, que se derrama por vosotros”.
Comentario: Hemos visto que da poder a los apóstoles para bautizar, para
perdonar los pecados y aquí vemos que consagra el pan y les dice: “haced
esto en recuerdo mío”. Por tanto, vemos que les encarga que lo hagan como
Él hace, transformando ese pan en su cuerpo. Por ello el sacerdote,
cumpliendo este mandato de Jesús, hace lo mismo en cada celebración de la
misa.
Así, vemos cómo los sacerdotes actúan como si fueran Cristo, porque Él lo
quiso así; fue su manera de hacerse presente de una forma real, y esto es lo
que les encarga a los apóstoles, que luego también harán lo mismo con otros
y así sucesivamente hasta nuestros días. Jesús quiere hacerse presente entre
nosotros para que podamos experimentar su presencia de una forma
auténtica, y por esto hacen falta sacerdotes que actúen como nuevos Cristos;
ellos no tienen poder, lo han recibido del propio Jesús que los ha llamado uno
a uno tal y como son, con sus faltas y sus limitaciones y a pesar de éstas
Jesús actúa a través de ellos, porque así lo quiso y porque el amor no es una
fuerza ni una energía que viene del cielo sino que se transmite de persona a
persona, y en el sacramento del orden es la persona de Jesús la que está
presente para que la podamos ver, oír y tocar porque está vivo y quiere entrar
en nuestra vida para darnos su vida.