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19º ENCUENTRO: SACRAMENTO DEL ORDEN 22

MAR

19 ENCUENTRO: Orden
Todos los grupos se reúnen.
Monición ambiental.
Canto de entrada.
Proclamación de Mc 1, 16-20
Una palabra muy breve del presbítero.
Cada grupo se reúne par propia cuenta.
Catequesis.
Oraciones espontaneas, Padre Nuestro, paz, y se concluye: "El Señor nos bendiga, nos
guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna", R. "Amen".

ORIENTACIÓN PARA EL 19º ENCUENTRO


22/03
Monición ambiental: Jesús, muerto y resucitado, nos envía su Espíritu para
que la Iglesia continúe lo que Él hizo durante el tiempo que estuvo entre
nosotros. Jesús tiene un plan: si va a estar solamente 3 años entre nosotros,
tiene que haber personas que continúen lo que él hizo. Por tanto, elige a un
grupo de hombres para que estén con Él durante esos tres años. Luego los
envió, como vamos a ver. ¿Lo puede hacer cualquiera? Sí, pero tiene que ser
elegido y enviado para esta misión. La Iglesia continúa eligiendo a estos
hombres que no tienen nada de especial salvo una cosa: han experimentado
una llamada, una vocación y sienten que el propio Jesús les llama a servir
haciendo lo que Él hizo: curar enfermos, expulsar demonios y perdonar
pecados, alimentarnos con su Palabra y con su vida en la Eucaristía... Y Jesús
puede llamar porque está vivo; los sacerdotes son elegidos y enviados para
ser como Cristo y traernos la presencia de este Dios vivo en los sacramentos.

Partimos de Mc 1:16-20
Iba Jesús bordeando el mar de Galilea cuando vio a Simón y a su
hermano Andrés largando las redes en el mar, pues eran pescadores.
Jesús les dijo: venid conmigo y os haré llegar a ser pescadores de
hombres. Ellos dejaron las redes al instante y le siguieron.
Continuó caminando un poco y vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su
hermano Juan, que estaban también en la barca arreglando las redes. Al
instante los llamó y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los
jornaleros, se fueron tras él.
O sea, tenemos aquí:
- La llamada de Jesús. Uno no se puede llamar a sí mismo, tiene que ser
llamado por Jesús.
- Requiere “dejarlo todo”, lo que han sido y lo que están haciendo para
dedicarse a esto totalmente.
- Jesús llama a las personas y las acepta tal y como son: de pescadores de
peces a pescadores de hombres.
Todo esto constituye lo que llamamos “vocación”.
Se puede establecer un paralelo con el matrimonio: hay gente que primero
piensa en casarse y luego busca a la persona con la que contraer matrimonio.
Es un error. Primero encuentras a la persona, te enamoras de ella y como
consecuencia quieres contraer matrimonio con ella. Uno no piensa en ser
sacerdote y luego mira a ver si le ha llamado Jesús; es al revés, uno escucha
la llamada y luego decide que quiere ser sacerdote. ¿Para qué?

Esta vocación va dirigida a una “misión”.

Luego vamos a

 Mt 28:16-20 Por su parte, los once discípulos marcharon a Galilea, al


monte que Jesús les había indicado. Al verlo, lo adoraron, si bien
algunos dudaron. Jesús se acercó a ellos y les habló así: me ha sido
dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a
todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he
mandado. Y estad seguros que yo estaré con vosotros día tras día, hasta
el fin del mundo.

Aquí vemos a Jesús que a los once apóstoles –falta Judas, el traidor-
les da una misión. Y esa misión consiste en:
- Haced discípulos. ¿De quién? ¿De ellos mismos? No, discípulos de Jesús.
Es decir, personas que sigan a Jesús, que sigan sus enseñanzas, que lo
tengan como ejemplo y que siempre lo tengan presente porque está vivo.
El cristiano siempre es discípulo, nunca maestro, porque el maestro no ha
muerto, sigue vivo, y mientras el maestro está vivo, seguimos siendo
discípulos toda la vida.
- Bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. O sea,
que estos once apóstoles tienen que (“bautizar”) formar discípulos que
cambien sus vidas para llevarlas a Dios; como dice “se me ha dado
poder”, estos apóstoles lo hacen por el poder de Jesús, que es el que él les
transmite. Y esto luego lo transmitieron los apóstoles a otras personas que
son los sacerdotes.
- “Enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado”. Por tanto, los
sacerdotes no pueden inventarse nada, tienen que ajustarse a lo dicho por
Jesús porque ellos no tienen poder para eso, lo reciben del propio Jesús.
- El sacerdote, por tanto, tiene una misión de enseñar y hacer presente al
mismo Jesús porque Él dice: “yo estaré con vosotros” y por eso el
sacerdote actúa con el poder de Cristo, porque está presente según la
promesa que dio a sus apóstoles.

Luego vamos a

Jn 20:19-23: Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, los


discípulos tenían cerradas las puertas del lugar donde se encontraban, pues
tenían miedo a los judíos. Entonces se presentó Jesús en medio de ellos y les
dijo: “la paz con vosotros”. Dicho esto, les mostró las manos y el costado.
Los discípulos se alegraron de ver al Señor. Jesús les dijo otra vez: “la paz
con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío”. Dicho esto,
sopló y les dijo: “Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados,
les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos”.

Comentario: Aquí se ve clara la misión, el envío. ¿A qué? Lo hemos visto


antes: a hacer discípulos, bautizándolos y enseñándoles, pero aquí Jesús pone
el acento en el perdón de los pecados. Se trata de un poder que solo tiene
Dios y que Jesús quiere compartir con sus discípulos de una manera especial.
Si antes habíamos visto que les da poder para bautizar, aquí es el perdón de
los pecados gracias al Espíritu Santo que les manda. Jesús vino a una cosa: a
salvarnos; aunque a veces no tenemos conciencia de que tenemos que ser
salvados de todo aquello que hacemos y que nos daña.

Luego vamos a
Lc 22:19-20: Tomó luego pan, dio gracias, lo partió y se lo dio, diciendo:
“Este es mi cuerpo que se entrega por vosotros; haced esto en recuerdo mío”.
De igual modo, después de cenar, tomó la copa y dijo: “esta copa es la nueva
Alianza en mi sangre, que se derrama por vosotros”.

Comentario: Hemos visto que da poder a los apóstoles para bautizar, para
perdonar los pecados y aquí vemos que consagra el pan y les dice: “haced
esto en recuerdo mío”. Por tanto, vemos que les encarga que lo hagan como
Él hace, transformando ese pan en su cuerpo. Por ello el sacerdote,
cumpliendo este mandato de Jesús, hace lo mismo en cada celebración de la
misa.
Así, vemos cómo los sacerdotes actúan como si fueran Cristo, porque Él lo
quiso así; fue su manera de hacerse presente de una forma real, y esto es lo
que les encarga a los apóstoles, que luego también harán lo mismo con otros
y así sucesivamente hasta nuestros días. Jesús quiere hacerse presente entre
nosotros para que podamos experimentar su presencia de una forma
auténtica, y por esto hacen falta sacerdotes que actúen como nuevos Cristos;
ellos no tienen poder, lo han recibido del propio Jesús que los ha llamado uno
a uno tal y como son, con sus faltas y sus limitaciones y a pesar de éstas
Jesús actúa a través de ellos, porque así lo quiso y porque el amor no es una
fuerza ni una energía que viene del cielo sino que se transmite de persona a
persona, y en el sacramento del orden es la persona de Jesús la que está
presente para que la podamos ver, oír y tocar porque está vivo y quiere entrar
en nuestra vida para darnos su vida.

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