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Museo Dr. José Gaspar R.

de Francia

Sala de los Próceres


1. Gesta de la independencia.
2. Reseña de los (principales) Próceres que participaron del proceso de
Independencia del Paraguay.
3. La casa. Sus tres etapas (Inicio/ familia Velásquez / de casa a Museo).

Sala Dr. José Gaspar R. de Francia


1. Su familia. Su formación académica.
2. Su llegada al poder. Características de su gobierno.
3. La sociedad del Gobierno de Francia. (Sociedad, economía, legado,
controversias).

Transcuarto 1 – Indígenas Guaraníes y reducciones. (a lado de la sala Francia)


1. LAS ÓRDENES RELIGIOSAS EN AMÉRICA:
Las órdenes dedicadas a la labor misional en el Paraguay fueron principalmente la
franciscana y la jesuita, aunque también llegaron otras órdenes como la de los
mercedarios.
Los Franciscanos
Los franciscanos arribaron al Río de la Plata con los primeros Adelantados. Se quedaron
en el Paraguay y se aventuraron a penetrar en territorios aún no visitados por los
españoles. Los más destacados fueron fray Alonso de San Buenaventura y fray Luis
Bolaños. Predicaron entre los indígenas y fundaron sus colegios misionales en
reducciones o pueblos. Las primeras fueron Los pueblos de Altos, Itá y Yaguarón.
Los jesuitas
Sus territorios se extendieron al sur del Paraguay actual, al nordeste de la Argentina, al
sur del Uruguay. Las del Paraguay se ubicaron cerca de los ríos Tebicuary, Paraguay y
Paraná. También se establecieron en otros países de América, como Brasil, Perú,
México y Canadá. Las Misiones del Paraguay o Guaraníticas fueron las más famosas de
todas las establecidas en América.
Organización de las reducciones
Para fundar un pueblo, lo primero que se construía era la iglesia; ésta tenía paredes de
piedra o ladrillo. Las imágenes, el altar y las columnas eran de madera pintadas en
bellos colores. Alrededor de la iglesia estaban ubicados el cementerio, el koty guasu, el
colegio o casa de los sacerdotes, el cabildo, los talleres y el almacén.
Frente a la iglesia había una plaza en cuyo centro se colocaba la imagen del santo
patrono. A los lados de la plaza estaban las casas de los indios.
Acción de los misioneros
Los misioneros marchaban por las selvas y desiertos, estudiaban el lenguaje y las
costumbres de los nativos, sufrían grandes penurias, hambre, mosquitos y
enfermedades, y a menudo ganaban la corona del martirio.
Si lograban la reducción de un grupo de indios, los reunían en un pueblo o en una
misión. Era una especie de escuela agrícola o industrial, porque su esencia era la
disciplina: la educación en la doctrina cristiana, pero también en la agricultura y oficios
y, a veces, en las artes y las letras.
La conversión de los indígenas fue una tarea difícil. Antes de hallarse preparados para el
bautismo, estaban cinco a siete años en la misión. Mientras tanto, costaba retenerlos ya
que no gustaban de la vida sedentaria y había con frecuencia repetidos intentos de fugas.
Aportes
Las exploraciones de los misioneros contribuyeron al conocimiento de la geografía, la
zoología y la botánica; en crónicas, gramáticas, diccionarios y demás obras que han
dejado, hallamos información respecto a las lenguas y costumbres de los aborígenes.
De acuerdo con su ubicación y la naturaleza del suelo, tenían haciendas ganaderas o
plantaciones de azúcar, fabricaban géneros de algodón, hamacas o artículos de cuero,
desarrollaban la fruticultura, producían tabaco y cacao.
A menudo despertaban celos en sus vecinos españoles. Los misioneros fueron acusados
de explotar a los indios, privilegio que la población civil hubiera querido reservarse para
sí y cuanto más evidente era su prosperidad, mayores eran la envidia y el resentimiento.

1. LOS GUARANÍES
¿Dónde se encontraban?
Los guaraníes o AVA, se ubicaron geográficamente siguiendo los cursos de los ríos
Paraguay, Paraná y Uruguay.
Preferían instalar sus aldeas o TÁVA en los terrenos ubicados sobre las riberas de los
grandes ríos, arroyos y lagunas de la región, sitios propicios para la pesca, la caza, y la
recolección del ñai’û o arcilla para la cerámica, y fundamentalmente para el
aprovechamiento de las labores hortícolas, mientras que el monte cercano ofrecía sus
frutas silvestres y abundante madera.

¿Cómo se organizaban?
La aldea o TÁVA era parte de una amplísima red intercomunicada por caminos o
TAPE, compuesta por tres o cuatros grandes casas comunales. Cada casa comunal
representaba un te’ýi (parentesco, linaje) formado por todos los descendientes de un
antepasado común con sus respectivas mujeres, de tal modo que algunas podían
albergar hasta un centenar de personas.
Existía una división del trabajo por sexo. La preparación de la cerámica era una tarea
exclusiva de las mujeres, como la de plantar e hilar los lienzos. El varón era
básicamente pescador, cazador - recolector y guerrero.

La tierra y los guaraníes


La tierra era considerada como un bien del que se podía disponer pero sobre el cual
nadie podía pretender derechos de propiedad exclusiva. En la geografía guaraní
conjugaban el hombre y la naturaleza en un armonioso equilibrio. Lo que quedaba fuera
de aquella geografía pasaba a ser la "TIERRA DEL OTRO", del no guaraní.

El universo espiritual
Los guaraníes no poseían templos, ni ídolos o imágenes para venerar, ni grandes centros
ceremoniales, por lo que, los colonizadores pensaron se que se trataba de un pueblo sin
ningún tipo de creencias religiosas. Sin embargo, la religiosidad existía y era
profundamente espiritual.
Ñamandu, el padre bondadoso, el dador de vida y sustento del equilibrio del orden
universal. Se manifestaba en la plenitud de la naturaleza y del cosmos, pero nunca en
una imagen material.
Aña, la otra dimensión de la realidad espiritual, el mal. Esta fuerza maléfica era la
generadora de la muerte, la enfermedad, la escasez de alimentos y las catástrofes
naturales.

La tierra sin Mal


Para los guaraníes existía un lugar donde todo era perfecto, la Tierra sin Mal. La vida
del hombre era un andar hacia aquel sitio, al que se podía llegar luego de la muerte
física, y en algunos casos excepcionales corporalmente, sin pasar por el trance de la
muerte. La Tierra sin Mal no constituía un mito para los guaraníes, era un lugar real,
concreto, que se ubicaba imprecisamente hacia el este, más allá del Gran Mar (océano
Atlántico). Esta creencia generaba periódicamente grandes migraciones en su búsqueda,
inspiradas por el mesianismo de algunos chamanes o paye.

La vida después de la muerte


Creían en la inmortalidad del espíritu y en el hecho de que la muerte consistía en el acto
por el cual el alma o anguera abandonaba el cuerpo físico ya sin vida o te’ongue.
Muerto el individuo, sus familiares procedían a la destrucción de todas aquellas
pertenencias del mismo que pudieran retenerlo indebidamente en el mundo de los vivos.
Si el alma quedaba, por simpatía hacia algún objeto en el mundo terrenal se
transformaba en un angueru o alma en pena, que inclusive podía manifestarse a los
vivos bajo el aspecto de un póra o fantasma.
El difunto era enterrado en un japepo, una vasija de cerámica de dimensiones
considerables. La urna era enterrada en el mismo sector que ocupaban las viviendas.
Junto al japepo se depositaban otras pequeñas vasijas cerámicas que contenían
alimentos y bebidas, ya que se consideraba que en sus primeros estadios de
desprendimiento del mundo terrenal, el alma aún conservaba ciertas apetencias
humanas.

2. EL TABACO
El tabaco en Sudamérica
El tabaco en Sudamérica tiene una historia rica y profunda, de las 64 especies de tabaco
casi el 60% son originarias de esta región del continente americano, la mayoría de ellas
de las zonas andinas. Allí, cierto tipo de plantas de tabaco crece silvestre en los montes,
particularmente los sitios de enterramiento razón por la cual los indígenas lo han
considerado como un regalo de sus ancestros.
Los indígenas sudamericanos lo ingieren en cantidades considerables y su uso tiene un
carácter trascendental. Las diversas etnias mascan el tabaco, lo fuman, aspiran su humo,
lo beben como jarabe o zumo, lo lamen hecho pasta, lo aspiran en polvo rapé, lo aplican
en la piel y los ojos y lo emplean para hacer lavativas intestinales y en forma de
supositorios. De estas múltiples maneras y otras más el tabaco es utilizado como
remedio para combatir distintas enfermedades corporales y espirituales.
El tabaco en la colonia
La Real Renta de Tabacos y Naipes sistematizó la introducción de la moneda al comprar
los tabacos en plata, y aceleró el proceso de dinamización comercial y productivo del
Paraguay en los últimos 32 años de dominación española. Su principal efecto fue
convertir el tabaco, de ser una moneda-mercancía, a ser solamente mercancía.
Antes de implantarse la Renta en la Provincia del Paraguay, existía un sistema
económico de trueque en donde el tabaco era una moneda muy utilizada, junto a la
yerba mate, en los intercambios comerciales de la Provincia.
Tras la desaparición de las reducciones por expulsión de los jesuitas, el establecimiento
del Estanco decretó que el tabaco comenzase a cultivarse en pueblos indígenas bajo la
supervisión de maestros portugueses.
En 1779, por orden de la corona Española, los maestros portugueses se distribuyeron en
los pueblos de Itá y Yaguarón, Ypané y Guarambaré, Tobatí y Atyrá, Altos y
Emboscada e Itapé y Caazapá. Pero además de insistir que este tipo de tabaco se cultive
y fabrique en los pueblos de indígenas, la Renta tenía su propio lugar de cultivo y
producción en el distrito de San Lorenzo del Campo Grande.
Esta casa fue construida entre los años 1770 y 1780. Fue habitada por el capitán José
Engracia García de Francia, nombrado administrador de tabacos en Yaguarón por la
corona española. El militar era padre del Doctor José Gaspar Rodríguez de Francia.

Sala Tesoros de Yaguarón


1. La ciudad, historia, antecedentes, características de su paisaje, etc.
2. La llegada de los franciscanos a la ciudad. Legado.
3. Aspecto religioso. De los indígenas y después del cambio con las reducciones.

Transcuarto 2 – Arte cuzqueño


1. Arte cuzqueño – época, principales características
2. Ángeles arcabuceros.
3. Arte colonial.

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