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ACTIVIDAD 6: CUENTO SOBRE EXPERIENCIA PERSONAL

PRESENTA:

DIEGO CAMILO GUZMÁN CORTÉS

ID: 441697

TUTOR:

IVONNE ANDREA SANCHEZ VARGAS

CORPORACIÓN UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS

CONTADURÍA PÚBLICA

PROYECTO DE VIDA

FEBRERO DE 2017
CRECEMOS MUY RÁPIDO

En Pacho (Cundinamarca) vive la familia de Diego, un joven que desde pequeño se acostumbró a
ser responsable de su propia vida, obviamente con todo el apoyo y acompañamiento de su
familia. Desde que era un niño su mamá, Rosa, le enseño el valor de la colaboración y de la
responsabilidad, Diego siempre ha estado acostumbrado a ganarse las cosas con su propio trabajo
ya que de niño se le inculcó que las personas deben ganarse las cosas y que el simple hecho de
lavar el plato en el que se le sirve la comida es una manera de agradecer los beneficios que nos
dan.

Diego era un niño soñador y siempre pensó en que cuando fuera grande se formaría para ser un
hombre exitoso para viajar y conocer cuántos sitios fuera posibles, obviamente acompañado de
Rosa, su mamá, viajar era lo que más le gustaba.

Cuando empezaron a llegar sus tres hermanos, algo que siempre quiso, sus ideas empezaron a
cambiar, ya no solo pensaba en él y su mamá, todos los planes también incluían a sus hermanos,
su mamá y sus hermanos eran su prioridad, tanto así, que durante su adolescencia decidió trabajar
para tener sus propios ingresos y así poder ofrecer algo a su familia, ya fuera por necesidad o solo
como un detalle.

Diego siempre fue trabajador, lo que representara un ingreso económico limpio y satisfactorio lo
hacía, vender, cargar, asear… en fin todo lo hacía pensando en su futuro. Así fue que sin pensarlo
dos veces decidió buscar su fortuna en Bogotá apenas se graduó como bachiller, aquí comienzan
a tejerse los nudos de sentimientos que se fueron formando en su familia.

A pesar de la satisfacción de madre que sintió Rosa viendo a su hijo crecer como ser humano,
cómo salía a enfrentarse a una urbe colosal con la determinación necesaria para ganarse la vida,
al mismo tiempo su corazón se arrugaba ya que se quedaba sin su hijo mayor, su gran apoyo y el
apoyo de sus hijos pequeños: Diana, Javier y Milena.

Y no es que se quedara sola y desamparada, el papa de los tres muchachitos siempre estuvo ahí,
trabajador y responsable de su hogar, pero su hijo mayor era su bastión, era su obra, ya que fue
ella quien lo levantó y lo hizo persona además de que fueron un solo equipo hasta que Rosa
decidió darse otra oportunidad de vida.
Diego hizo su vida, se dio su lugar en la ciudad, y poco a poco fue cumpliendo sus propósitos con
mucho esfuerzo y con uno que otro tropiezo, mientras sus tres hermanos crecían lo que
nuevamente fue gestando un nudo de sentimientos encontrados, porque a pesar de que le hacía
muy feliz ver crecer a sus hermanos la preocupación en el crecía al mismo ritmo que lo hacían los
tres muchachitos, la pregunta era: ¿y cuando acaben el colegio, qué? Diego a pesar de sus logros
aun no tenía la capacidad para recibirlos y apoyarlos cuando uno a uno fueran saliendo de su
cascarón a buscar lo mismo que él en su momento también buscó.

La otra preocupación para Diego era Rosa, ¿qué sería de ella sin tres de sus cuatro retoños a su
lado?, menos mal Diana pudo comenzar sus estudios superiores en Pacho, lo que hacía todo un
poco más fácil, ya que iba a estar un tiempo más con Rosa y aparte sería más fácil llegar a buscar
un trabajo en Bogotá. Pero ese respiro fue corto ya que Javier al año siguiente salió del colegio y
tomando el ejemplo de su hermano mayor, decidió embarcarse en la aventura de la gran ciudad
apenas terminó su bachillerato, al mismo tiempo que Diana término su curso en Pacho y debía
viajar a Bogotá a comenzar su práctica laboral.

Esta situación cambio la vida de la familia de Diego, dos de sus hermanos menores estarían en la
ciudad aprendiendo a sortear sus pruebas tal como él tuvo que hacerlo y aunque no vivían con él
sino con otros familiares Diego se sentía totalmente responsable de ellos y de su mamá quien
ahora solo se quedaba en Pacho con la más pequeña, Milena.

Los primeros días de estadía de Diana y Javier en Bogotá fueron difíciles para Diego y su mama,
los dos tenían las mismas angustias: ¿los muchachos llegaron bien a sus destinos de trabajo y
estudio?, luego, ¿volvieron sanos y salvos a sus casas?, ¿la estarán pasando bien en sus nuevos
círculos sociales?.... era muy difícil vivir todos los días preguntándose lo mismo.

Pero el hombre es un animal de costumbres, y a medida de que Diana y Javier se fueron


acoplando al ritmo de vida de Bogotá las preocupaciones fueron bajando y las satisfacciones
fueron aumentando, Diego está feliz de tener un pedacito de su amada familia más cerca, y Rosa
esta cada día mas orgullosa de sus tres muchachos además de que la relación con Milena quien
estaba en su difícil etapa de adolescencia se estrechó mucho más.

Los hermanos de Diego crecieron muy rápido, y en un abrir y cerrar de ojos se hicieron grandes y
ahora están trabajando todos juntos para seguir cambiando la vida de esa bonita familia.
BIBLIOGRAFIA

Leñero Otero, L. (n.d.). Realidades familiares y la crisis del modelo nuclear-conyugal en los
países latinoamericanos. [Archivo judicial] UNAM, MEXICO.

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