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Con esta técnica vamos a aprender a reconocer y relajar la tensión muscular que se
encuentra en nuestro cuerpo. Para ello, hay que repetirla al menos 2 veces al día, para
convertirla en un hábito que forme parte de nuestro repertorio cotidiano y disfrutar de
los beneficios que ofrece.
Sentiremos como los músculos se hacen cada vez más pesados, podremos notar incluso
hormigueo, pesadez, sensación de frío, palpitaciones en alguna zona del cuerpo, etc.
Todo esto sería normal, forma parte de la relajación.
Ahora, ponte cómoda, escoge una posición que te haga sentirte bien y tranquila, cierra
los ojos y comienza a prestar atención a las sensaciones de tu cuerpo. Respira de manera
tranquila y con calma, permítete sentir en profundidad esta relajación y disfrútala.
1
Ojos: aprieta los ojos, ciérralos con ganas durante 5
segundos aproximadamente. Ahora suelta esta tensión
durante 10 segundos, déjala ir y permite que las
sensaciones de relajación lleguen a ti. Céntrate en esa
Boca: Repite cada parte dos veces. Tensa durante 5 segundos y relaja durante 10
segundos.
2
Hombros: para este, mueve los hombros hacia arriba
durante 5 segundos, como cuando los encogemos porque
nos preguntan por algo que no sabemos o como una
tortuga se protege una tortuga. Ahora relaja muy despacio
durante 10 segundos y visualiza como esta parte está ahora
más suelta, como sientes alivio con la relajación.
3
Estómago: escoge el estómago fuerte y hacia dentro,
como si fueras a recibir un golpe o quisieras pasar por un
espacio muy estrecho. Aguanta y visualiza esta tensión 5
segundos, mira cómo se forma. Ahora déjala ir y
céntrate en el cambio que se ha producido de tensión a
relajación durante 10 segundos. Hazlo muy despacio y
disfruta de esta sensación. Repite 2 veces.
Piernas:
Ahora con el pie hacia dentro, levanta y crea presión inclinándolo hacia dentro, durante
5 segundos. Relaja la zona durante 10 segundos, dejando caer el pie y notando su
relajación. Repite dos veces.
Repite el mismo ejercicio con la pierna IZQUIERDA. Primero inclina hacia fuera y
luego hacia dentro. No olvides tensar 5 segundos y descansar 10 segundos. Repite 2
veces.
4
Hemos realizado la relajación en todo el cuerpo, y vamos a hacer un ESCANEO
CORPORAL, por si hay alguna zona donde aún exista tensión. Sin abrir los ojos, repasa
cada parte del cuerpo y si en alguna hay tensión, vuelve a ejercer la tensión y relajación
en ella y continúa. Una vez repasado todo el cuerpo y en total calma, saborea el
momento.
Respira con tranquilidad, recoge calma y suelta toda la tensión. Céntrate en el cambio
tan positivo que notas y deja que cada parte de tu cuerpo se relaje, pesando cada vez
más, notando calma y tranquilidad.
Ahora, vas a ir moviendo poco a poco tus dedos, tus manos, tus brazos, tus pies,
despacio, muy despacio. Cuando te sientas lista, comienza a abrir tus ojos, despacio,
muy despacio. Date el tiempo que necesites. Vuelves de la relajación.
¡No olvides hacer este ejercicio tan importante al menos una vez al día! Apunta los
cambios que notas, cualquier dificultad o problema al hacerlo y sobre todo, ¡disfruta!