Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
Para otros usos de este término, véase David (desambiguación).
David
דוד
Rey de Israel
Rey David
Reinado
Predecesor Saúl
Sucesor Salomón
Información personal
Familia
Padre Jesé
Descendencia Amnón
Chileab
Absalón
Adonías
Shefatías
Ithream
Shammua
Shobab
Natán
Salomón
Ibhar
Elishua
Nepheg
Japhia
Elishama
Eliada
Eliphalet
Tamar
Índice
Israel, bajo las órdenes del rey Saúl, estaba en guerra con los filisteos. Un gigante
llamado Goliat de Gat, de seis codos y un palmo de estatura y miembro de las
tropas de choque filisteas (1 Samuel 17:4), desafió al ejército israelita durante
cuarenta días, proponiendo que escogieran a su mejor hombre para hacerle
frente. En palabras de Goliat, si él resultaba derrotado y muerto por el israelita, los
filisteos serían esclavos de Israel, pero si él vencía y mataba al escogido de Israel,
los israelitas serían esclavos de los filisteos (1 Samuel 17:8-9). Los hebreos
temían en gran manera a Goliat y se escabullían del reto.
David, cuyo padre le había pedido que viajara al campamento para saber cómo
estaban sus hermanos mayores y llevarles algo de comida, escuchó el desafío del
gigante (1 Samuel 17:23). Según la Biblia, la condición de pastor llevó a David a
estar preocupado por defender a sus rebaños de los ataques de fieras salvajes y,
utilizando su talento, se servía del cayado y una honda. Con ello se presentó ante
el rey Saúl y se propuso para luchar contra el gigante. Con la anuencia de Saúl,
David se vistió con la armadura del rey, pero al no estar acostumbrado a utilizarla,
se deshizo de ella y se dirigió al campo de batalla solo con su honda. Por el
camino recogió cinco piedras lisas en un arroyo y se plantó delante del gigante
Goliat. Este se burló de él y tuvo en menos al más joven de los hijos de Jesé que
se presentaba para tener un combate singular con él. Pero David proclamó:
Toda la Tierra sabrá que hay Dios en Israel. Y toda esta asamblea sabrá que no por la espada ni por la
lanza salva Yahveh, porque de Yahveh es el combate y os entrega en nuestras manos.
David (1 Sam 17:46-47)