Carrera: Locución Profesional Segundo Semestre Jornada Nocturna Cátedra: Formación Social Guatemalteca II Catedrático: M.A. Edgar Martínez
TEMA:
La revolución del 44 y la Contrarevolución
Andrea Michelle Zamora Mazariegos 2016-12475
Guatemala, 11 de septiembre de 2020 CRÍTICA La lucha contra el comunismo en la región latinoamericana, fue la estrategia planeada como objetivo de la Política Exterior estadunidense, que tomada por medio de un respaldo a la democracia y a los derechos humanos y así evitar el sacrificio de valores fundamentales para los países, como Guatemala acusada de comunista. El anticomunismo fue una de las mejores excusas para poder combatir los sistemas de los gobiernos democráticos en la región latinoamericana. En Guatemala urge una nueva revolución basada en la responsabilidad y la honestidad en renunciar para siempre a la cultura de la limosna que se nos inculca desde los centros de poder. Urge una nueva revolución, pero de conciencia dejar de lado una mentalidad mágica que, hasta ahora, solo ha servido para que otros piensen y decidan por nosotros. Las causas que dieron origen al enfrentamiento siguen intactas o han empeorado. El líder sindical cree que, después de una cruenta guerra de guerrillas que se saldó con más de 250.000 muertos, en Guatemala no ha cambiado nada. Que las causas que dieron origen al enfrentamiento siguen intactas o han empeorado, y muchos de los protagonistas de la lucha le sirven ahora al sistema, lo que es una traición. La nueva revolución tiene que ser una revolución fraterna, humana, solidaria para rescatar a los millones de excluidos que hay en Guatemala, con solo añadir que los gobiernos practican una política de limosna y dependencia eso debe terminar ya. Podemos decir que la violencia de estado iniciada en 1954 asociada al carácter anticomunista de la derecha guatemalteca no sólo puede comprenderse a partir de la injerencia de los Estados Unidos y del contexto histórico de la guerra fría, sino que también debe analizarse a partir de las características particulares de la oligarquía local. De esta manera, no podemos analizar la violencia ejercida desde el estado como un hecho coyuntural, sino que deriva de la propia historia de Guatemala. El triunfo del liberalismo hacia fines del siglo XIX sello con sangre la conformación del país como esta capitalista y dependiente, expropiando a los indígenas de sus tierras comunales e institucionalizando el trabajo forzoso. En este contexto, la revolución de octubre de 1944 atento contra el racismo, explotación, saqueo, corrupción y oscurantismo. Y quizás fue ese programa político desafiante el que contribuyo a aunar a los grupos opositores y permitió diagramas y accionar un golpe de estado. No obstante, las contradicciones acumuladas durante este período confluirán en el régimen de terror, reivindicando los diez años de primavera que vivió Guatemala bajo los gobiernos de Arévalo y Arbenz. Es increíble saber que compañías extranjeras como la UFCO. Tenían poder económico en nuestro país. Mientras nuestros campesinos solo poseían pequeñas tierras, y eran trabajadores explotados por las mismas empresas poderosas. Y fue más increíble aun saber, como defendieron sus interese al darse una revolución en beneficio del pueblo. Tantas conquistas sociales causaron nerviosismo a los capitalistas norteamericanos que ebrios de poder con una aureola de invencibilidad lograda en la segunda guerra mundial, los estadounidenses imponían lideres a su sabor y antojo.