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Tema:

Derechos de la mujer.

“Las mujeres solo deben doblegarse a la autoridad de la razón,


en lugar de ser las modestas esclavas de la opinión”.
-Mary Wollstonecraft.

Introducción
El presente trabajo de investigación se refiere al tema de los Derechos
de la mujer, que se puede definir como las libertades, prerrogativas y garantías
que posee toda mujer. También se le puede definir simplemente como
derechos humanos. Para analizar este tema es necesario enfocarse en sus
inicios. La desigualdad, fue la causa principal de su creación. Desde inicios la
mujer siempre de ha visto denigrada por la sociedad, dejándola únicamente
como la esclava del hombre. A lo largo de la historia de la humanidad, las
mujeres ham recibido un trato desigual en relación con los hombres, esta
medición fue construida, principalmente en el terreno de las leyes, alimentada a
su vez por las filosofías griega y romana, principalmente; cunas de la
civilización occidental. Esto ocasionó el surgimiento de manifestaciones, que
pronto llevaron al génesis de movimientos en Pro de los derechos de la mujer,
dando sus primeros apariciones en los países Europeos, en específico Francia
e Inglaterra.
En Francia, emergen los ideales de igualdad con la aparición de la
Revolución francesa y se intensificó más con su triunfo. Debido que, seguían
ocurriendo injusticias contra el género femenino. En Inglaterra, surge como la
necesidad de cambiar el estilo de vida. Además los sucesos se dieron de una
forma violenta, con el fin de lograr la igualdad.
La investigación ofrece la definición de los derechos de la mujer y
expone sucesos históricos que dieron origen a estos condiciones
instrumentales que lograron poner a la mujer a la misma altura del hombre ante
la sociedad. Al igual que, da a conocer los principales protagonistas ingleses y
franceses de este movimiento. Asimismo, tiene como objetivo brindar un mayor
conocimiento a cerca del tema, y concientizar sobre la importancia de la
igualdad de género.
I. Los derechos de la mujer son derechos humanos.
Derechos Humanos
Los derechos humanos son aquellas «condiciones instrumentales que le
permiten a la persona su realización. En consecuencia subsume aquellas
libertades, facultades, instituciones o reivindicaciones relativas a bienes
primarios o básicos que incluyen a toda persona, por el simple hecho de su
condición humana, para la garantía de una vida digna, «sin distinción alguna de
raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole,
origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra
condición»
Derechos de la mujer
Los derechos de la mujer hacen referencia a la distinción de
los derechos que se reconocen a las mujeres y niñas en diferentes sociedades
del planeta. Estos abarcan todos los aspectos de la vida: la salud, la educación,
la participación política, el bienestar económico, el no ser objeto de violencia,
así como muchos más. Las mujeres y las niñas tienen derecho al disfrute pleno
y en condiciones de igualdad de todos sus derechos humanos y a vivir libres de
todas las formas de discriminación: esto es fundamental para el logro de los
derechos humanos, la paz y la seguridad, y el desarrollo sostenible.

II. Evolución de los derechos de la mujer


Al retroceder en la historia y situarse en la época prehistórica, se puede
observar como el rol del hombre en la sociedad ha sido activo desde el
comienzo de los tiempos, puesto que era él quien se encargaba de conseguir el
alimento a través de la agricultura y la caza, así también de luchar por la
defensa de su territorio como el proveer de un hogar a su familia, limitándose la
actividad de la mujer a la crianza y cuidado de los hijos y del hogar.
Dicho comportamiento social fue prolongándose durante épocas
subsiguientes configurándose el sistema patriarcal como base de toda
sociedad. En ese sentido, la mujer estaba totalmente excluida de la vida social,
económica y política dentro de la sociedad, la totalidad de leyes eran
elaboradas por hombres y por consiguiente el reconocimiento de derechos se
circunscribía al género masculino, al extremo que se podía asegurar sin duda
alguna que los hombres ejercían un verdadero poder sobre las mujeres tanto
en su ámbito público como privado.
La desigualdad existente entre sexos era tan evidente en la sociedad,
que poco a poco fue causando malestar en las mujeres, quienes organizadas
en movimientos feministas fueron incorporándose paulatinamente en la vida
económica social y política de sus países.
Desde finales del siglo XIII y a lo largo del XIX, los derechos, como
concepto y exigencia, aumentaron su importancia política, social y filosófica en
Europa. Surgieron movimientos que pedían la libertad de culto, la abolición de
la esclavitud, derechos para las mujeres y para la gente sin propiedades y
el sufragio universal.
A finales del XVIII, la cuestión de los derechos de la mujer se convirtió
en tema central de los debates políticos en Francia y Gran Bretaña. En esa
época, algunos de los más prestigiosos pensadores de la Ilustración, que
defendían los principios democráticos del Igualitarismo y cuestionaban la
noción de que una minoría privilegiada gobernara a la vasta mayoría de la
población, creían que estos principios solo debían aplicarse a su propio sexo y
a su propia raza. El filósofo Jean Jacques Rousseau, por ejemplo, pensaba que
el hecho de que la mujer obedeciera al hombre formaba parte del orden
natural. Escribió que «las mujeres hacen mal en quejarse de la desigualdad de
las leyes humanas» y defendió que «cuando la mujer intenta usurpar nuestros
derechos, se muestra inferior a nosotros»

III. Derechos de la mujer en Francia


Revolución francesa
Francia fue uno de los primeros países en revolucionar en el tema de los
derechos humanos. La Revolución francesa ocasionó grandes cambios para el
país, uno de los más importantes fue la promulgación de “Derechos del hombre
y el ciudadano” uno de los principios de la Asamblea Constituyente Francesa,
realizada el 26 de agosto de 1789, prefacio de la Constitución de 1791. Esta
proclama se transformó en la síntesis de las ideas basadas en tres símbolos:
igualdad, fraternidad y libertad. Les interesaba la libertad para comerciar, la
defensa de la propiedad privada y la igualdad de los ciudadanos ante la ley. Sin
embargo, al utilizar la palabra “hombre” no era como un sustituto de ser
humano, dado que las mujeres fueron excluidas de dicho documento. Esto dio
paso a las primeras manifestaciones significativas en igualdad de género.
Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana
Olimpia de Gouges, en 1791, escribió la "Declaración de los Derechos
de la Mujer y la Ciudadana", que las mujeres entraron, por lo menos a través
de un documento no oficial, a la historia de los derechos humanos. Esta fue
considerada una parodia de La Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano, y expone el fracaso de la Revolución francesa, tan dedicada
al Igualitarismo. También destacó el hecho de que las leyes francesas
castigaran a las mujeres igual que a los hombres, al tiempo que les negaban
los mismos derechos.
El programa de Olimpia de Gouges era claro: libertad, igualdad y
derechos políticos, especialmente el derecho de voto, para las mujeres.
Sin embargo, el planteamiento feminista no era compartido por los varones que
dirigían la revolución, incluso entre los más radicales de ellos. Sin embargo, la
sociedad francesa no evolucionó de la mano con Olimpia de Gouges, en efecto
su postura anti-nacionalista y anti-racista, acompañada de sus combates
políticos, económicos y sociales y principalmente a la igualdad de los sexos, la
llevaron a la guillotina en 1793, simbolizó el fracaso de las reclamaciones
feministas durante la revolución. La Declaración de los Derechos de la Mujer y
la Ciudadana constituye por sí misma un alegato brillante y radical en favor de
las reivindicaciones femeninas y una proclama auténtica de la universalización
de los derechos humanos
Es preciso mencionar que durante esta época, entre los mayores logros
de las mujeres fue el ser liberadas de la tutela paternal dándoles con ello la
libertad de contraer matrimonio con quien desearan, así como la
institucionalización del divorcio, pero esto no bastaba, ya que el hombre
continuaba pensando que las mismas representaban una amenaza, a tal punto
que se decretó la prohibición de existencia y reunión de los clubes, comités y
sociedades de mujeres, prohibiéndoles a su vez el asistir a reuniones políticas.
Código Napoleónico
Código Civil (1804) llamado también Código de Napoleón, en el cual, si
bien discrimina a la mujer y la coloca en una posición inferior al hombre, sin
derechos políticos o civiles, las equipara a los hombre, al reconocer que le
asisten derechos en casos de detenciones judiciales, y a la vez hace alusión a
la igualdad entre ambos sexo al pago de impuestos.
Primera guerra Mundial
Otras manifestaciones de la represión de las mujeres fue durante la
primera Guerra Mundial, cuando las mujeres demostraron ser buenas
trabajadores por un salario menor al del hombre, se les reconoció una
contribución a la economía y a la sociedad siendo agricultoras, obreras de
fábricas de armamento, conductora de servicios públicos, enfermeras,
dispuestas a trabajar hasta por trece horas seguidas y hasta los días domingo.
Sin embargo, en 1918 el gobierno les solicitó dejar sus puestos para cederlos a
los hombres que regresarían del frente.
Es necesario tomar en cuenta que Francia fue uno de los países más
tardío en acordar el derecho al voto de las mujeres, el cual fue otorgado en
1944 por el gobierno Provisional de la República Francesa pero fue utilizado
solo hasta abril de 1945 en las elecciones municipales.
IV. Derechos de la mujer en Inglaterra
Pensadores como Pierre-Joseph Proudhon denigraban y discriminaban
a la mujer al afirmar que el lugar ideal para ella era el hogar, puesto que no hay
otra alternativa para las mujeres que la de ser amas de casa o prostitutas,
aseveración que evidencia la situación de desigualdad en la que vivían las
mujeres británicas en el siglo XIX.
Protagonistas
Mary Wollstonecraft, filósofa y escritora británica, fue una de las
protagonistas de la igualdad de género, cuando publicó en 1792 «Vindicación
de los derechos de la mujer, donde argumentaba que era la educación que se
daba a las mujeres la que limitaba sus expectativas. Wollstonecraft atacó la
opresión por motivos de sexo, abogando por la igualdad en las oportunidades
educativas, y pidió justicia y «derecho a la humanidad» para todos.
Otros protagonistas británicos en la historia de los derechos humanos de
la mujer fueron John Stuart Mill y su esposa Harriet Taylos Mill ambos
pensadores liberales, que fueron partidarios de la emancipación femenina a
través del reconocimiento del derecho de voto para la mujer y que además
tuvieron una participación activa en la instauración del movimiento sufragista,
puesto que en 1866 presentaron ante el Parlamento inglés una demanda al
voto femenino, cuyo rechazo provocó el surgimiento de la Nacional Society for
Woman´s Suffrage, primer grupo sufragista británico.
Manifestaciones
En Inglaterra, la primera petición oficial por la igualdad fue realizada por
un comité de mujeres con estudios universitarios que habían ingresado en
1848 y 1849 en los dos primeros centros superiores londinenses para la mujer,
el Queen’s College y el Bedford College. La petición –que contaba con 26.000
firmas cuando se presentó en 1856 e iba encabezada por nombres de mujeres
relacionadas con la cultura y las artes– fue rechazada por el Parlamento, dando
lugar este hecho a la autodisolución del comité para transformarse en
movimiento. Un nuevo intento de petición del voto para las mujeres tuvo lugar
en 1866, esta vez avalada por 1.500 firmas de mujeres presentada en la
Cámara de los Comunes por John Stuart Mill. Esta fue rechazada por 196
votos contra 76. Sus argumentos obtuvieron poco apoyo de sus
contemporáneos, pero su intento por aprobar la reforma generó gran atención
hacia el problema del sufragio femenino en el Reino Unido. Aunque en principio
solo era una más de las campañas por los derechos de la mujer, el sufragio se
convirtió en causa primaria de este movimiento a principios del siglo XX.
Sufragio
El sufragio femenino fue un hecho histórico de gran trascendencia que
marcó la pauta del inicio del reconocimiento de los derechos de la mujer, tuvo
lugar en el Reino Unido en el año de 1918 donde mediante la aprobación de
una nueva ley electoral se reconoció el derecho de la mujer a participar en las
actividades políticas de la nación a través del voto, el cual fue reconocido con
ciertas limitaciones ya que las únicas mujeres legitimadas para votar eran
aquellas que superaran la edad de 30 años. Diez años después el Equal
Franchise Act facultó a todas las mujeres británicas mayores de edad para
votar. Entre las militantes que lucharon por este derecho, las sufragistas
marcaron sus acciones por una violencia desconocida para la época, aunque
su influencia sigue siendo hoy en día objeto de debate. Las sufragistas se
encadenaban a las vías del tren, rompían escaparates y saboteaban líneas
eléctricas. Incluso llegaron a detonar una bomba en la casa de un ministro. La
fundadora del grupo, Emmeline Pankhurst, defendía esta estrategia.
Primera guerra Mundial
En la Primera Guerra Mundial, el rol que desempeñaron las mujeres
contribuyó más a la adopción de la ley de 1918 que las acciones de las
sufragistas. En los campos, en las fábricas, en las oficinas y en los
comercios, las mujeres tomaron los puestos dejados por los hombres que
partieron al frente. Su papel en la sociedad quedó profundamente
transformado. Al sentirse útil para la sociedad, la mujer hizo consciencia de su
valor social, de hecho, al final de la guerra, fueron aprobadas las primeras
reformas para una igualdad de derechos. 
Conclusión
Los derechos de la mujer, son aquellos que ofrecen una vida digna y
justa al género femenino. Estos son de gran importancia para lograr una
sociedad segura, pacífica y con un desarrollo sostenible. Sin embargo, como se
ha mencionado anteriormente, estos surgieron de los movimientos por la
desigualdad que existió en distintas sociedades.
La mujer, según diferentes pensadores y filósofos de siglos anteriores,
no estaba en un nivel inferior al hombre. No obstante, estos ayudaron a motivar
a distintos miembros de la sociedad a realizar manifestaciones contra ese tipo
de pensamientos. Dichas manifestaciones fueron desde las más pacíficas
como la publicación de obras que contradecían los pensamientos machistas
hasta los más extremistas como las que realizaron las sufragistas británicas.
El papel que jugó la mujer, durante distintos hechos históricos como la
revolución francesa y la primera guerra Mundial, ayudó a demostrar la
relevancia de su participación. Debido a que, expuso que tenían el mismo
grado de capacidad que cualquier hombre, al ejercer trabajos que se creían
solo para el género masculino.
En síntesis, la mujer nace, permanece y muere libre al igual que el
hombre en derechos. Los derechos de la mujer, implicaron su participación en
distintos ámbitos, lo que logró mejorar su calidad de vida. Asimismo, se cambió
la cultura machista existente en siglos anteriores, el pensamiento filosófico y la
dinámica familiar. La mujer, a pesar del pasado desastroso que vivió, demostró
que tanto mujer como hombre poseen el mismo valor y por ello deben ser
tratados de la misma manera.

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