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El documento describe el poder de las palabras y los pensamientos para dar vida o muerte. Indica que las palabras positivas de los padres y maestros animan a los niños a creer en sí mismos, mientras que las palabras negativas los dañan. También señala que cuando los adultos dicen cosas negativas sobre sí mismos, como "no valgo para esto", abren las puertas al pesimismo. Finalmente, invita a llenar las palabras y pensamientos de vida, bendición y paz del Señor.
Descripción original:
Título original
CONCIENTIZAR CRISTIANO - EL PODER Y EL FRUTO QUE TIENEN LAS PALABRAS Y LA MENTE
El documento describe el poder de las palabras y los pensamientos para dar vida o muerte. Indica que las palabras positivas de los padres y maestros animan a los niños a creer en sí mismos, mientras que las palabras negativas los dañan. También señala que cuando los adultos dicen cosas negativas sobre sí mismos, como "no valgo para esto", abren las puertas al pesimismo. Finalmente, invita a llenar las palabras y pensamientos de vida, bendición y paz del Señor.
El documento describe el poder de las palabras y los pensamientos para dar vida o muerte. Indica que las palabras positivas de los padres y maestros animan a los niños a creer en sí mismos, mientras que las palabras negativas los dañan. También señala que cuando los adultos dicen cosas negativas sobre sí mismos, como "no valgo para esto", abren las puertas al pesimismo. Finalmente, invita a llenar las palabras y pensamientos de vida, bendición y paz del Señor.
Pastor: Lic. Luis E. Labarca E-Mail: lelaba2@hotmail.com
EL PODER Y EL FRUTO DE NUESTRAS PALABRAS
Y DEL PENSAMIENTO Los niños que sienten que sus padres y sus profesores creen en su capacidad para aprender, suelen sacar mejores notas. Sus palabras y reacciones positivas les animan a creer en sus propias capacidades, y a dar lo mejor de sí mismos. Lo contrario, desgraciadamente, también se cumple. Hay padres que les han dicho cosas a los hijos como esto, “no vales para nada”, “eres un cabeza hueca”, "eres un inútil", o cosas similares. Esas palabras dañan la autoestima de los niños, y les hacen creer en el fondo que no son buenos en esas áreas, que no son inteligentes, que no valen para NADA. Eso nos pasa incluso a nosotros mismos, y que la mayor de las veces lo traemos desde nuestra infancia, como un trauma. Cuando empezamos a decir cosas como “no valgo para esto”, “voy a morir de esta enfermedad”, "a mí también me va a dar y me muero", "ya no hay remedio", "no puedo" etc., y empezamos a creerlo, porque abrimos las puertas al pesimismo en nuestra propia vida para que esas cosas ocurran. El libro de Proverbios dice que “la muerte y la vida están en el poder de la lengua, y los que gustan usarla comerán de su fruto” (Proverbios 18:21). También, aún en lo que pensamos está una respuesta en Proverbios 10:24 "Lo que el impío teme, eso le vendrá; más Dios da a los justos lo que desean". Y… ¿qué podemos desear en este tiempo de pandemia por causa de este Covid 19?, primero, mantener nuestra paz, tal como dijo Jesucristo, "mi paz os dejo". Esto nos trae felicidad, tranquilidad y confianza en Aquel que todo lo puede y nos hace a nosotros más que vencedores. Así que tengamos mas bien el temor a Dios, que es el principio de la verdadera sabiduría. Les invito a leer el Salmo 91 y ahí podemos comprobar la bondad y el cuidado de Dios hacia nosotros. Las palabras que hablamos tienen mucho poder, así igual lo que nos atemoriza, cuando en esto último nos comportamos como impíos; y en todo esto a que nos referimos como negativo, es tanto para nosotros los cristianos, y así mismo lo transmitimos a quienes nos rodean, sin descartar de igual manera a los inconversos, y en peor condición estos porque no tienen la experiencia de andar en el camino con Dios, y en completo desconocimiento de su Palabra en la que pondrían confiar. Conviene sobremanera comprender que cada declaración que hacemos, tanto sobre nuestra vida como sobre la vida de los demás, tiene el poder de dar vida o de dar muerte, de bendecir o de maldecir. Ojalá permita que el fruto de sus labios sea un manjar para su vida, e igual al temor a lo que piensas que pudiera o no ocurrirle personalmente, y si aún lo pronuncias podrá tener efectos negativos para los que le rodean. Y recuerda esta máxima, que cada palabra, cada cosa que declares con tus labios en este día, o pienses, esté llena de vida, de bendición y de la paz del Señor. Es mi deseo y mi oración.