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“Tratado de la ley, tratado de la justicia” Tomas de Aquino

Sobre la esencia de la ley

El diablo es el principio externo que nos inclina al mal, el principio externo que nos mueve al bien
es dios.

En primer lugar hablemos de la ley y en segundo lugar de la gracia. Acerca de la ley


consideraremos primero la ley en general, después sus partes. Y sobre la ley en general tocaremos
tres aspectos: su esencia, la diferencia de las leyes y sus efectos. Sobre el primer aspecto nos
preguntamos cuatro cosas: primero, si la ley pertenece a la razón , segunda: cual es el fin de la ley,
tercera: sus causas y cuarta: su promulgación.

Artículo 1: si la ley pertenece a la razón

La ley es una cierta regla y medida de los actos en cuanto a alguien se mueve por ella a actuar o
por ella se abstiene de una acción, pues la ley viene de ligar porque obliga a actuar. Mas la regla y
medida de los actos humanos es la razón, que es el primer principio de los actos humanos, como
es evidente de lo antes dicho. Pues es propio de la razón ordenar a un fin, según el filosofo en su
“ética” es el primer principio de los actos. La ley es algo que pertenece a la razón

A la primera dificultad habrá que responder que, siendo la ley una cierta regla y medida, puede
estar en algo de dos maneras, en primer lugar como el principio que mide y regula, como esto es
propio de la razón, se dice que la ley está solo en la razón. En segundo lugar, como en aquello que
es regulado y medido, en esta forma la ley se encuentra en todos aquellos que se inclinan hacia
algo por alguna ley: se dice ley no esencialmente, sino por participación. La misma inclinación de
los miembros a la concupiscencia se denomina “ley de los miembros”.

A la segunda, así como en los actos externos se debe considerar la operación y lo operado, se ha
de considerar el mismo acto de la razón que es el entender y raciocinar.

A la tercera, la razón tiene la capacidad de ser movida por la voluntad, pero la voluntad ah de estar
regulada por la razón.

Y de este modo, se entiende que la voluntad del príncipe tenga razón de ley, de otro modo la
voluntad del príncipe más seria iniquidad que ley. (Injusticia)

Artículo 2: si la ley se ordena siempre al bien común

Parece que la ley no se ordena al bien común como a su fin, porque:

Es propio de la ley ordenar y prohibir, pero los preceptos se ordenan para conseguir algunos
bienes particulares, por tanto no siempre es el bien común el fin de la ley.
La ley dirige al hombre para actuar, los actos humanos se ejercen sobre cosas particulares, luego
también la ley se dirige al bien particular.

La ley se encuentra entre los principios de los actos humanos, en cuanto es su regla y medida.

Dice la ética: “llamamos cosas legales justas a aquellas que se dirigen a promover o conservar la
felicidad, o los medios para ella, en la comunidad política” pues como el mismo lo afirma, la ciudad
es la comunidad perfecta. Por consiguiente toda ley se ordena al bien común.

Artículo 3: si la razón de cualquier particular puede constituir una ley

La ley ante todo mira al bien común y el ordenar todo al bien común es propio o de todo el pueblo
o de quien toma la representación del pueblo. Y por tanto el hacer la ley, es propio o de todo el
pueblo o de la persona pública que tiene a su cuidado la dirección de toda la comunidad. Porque
en todas las cosas quien debe ordenarlas a un fin es aquel a quien pertenece dicho fin.

A la primera dificultad puede contestarse que la ley no solo se da en alguno de cuanto


activamente regula, sino también en cuanto participa de ella como regulado.

Artículo 4: si la promulgación es de la esencia da la ley.

Parecería que la promulgación de una ley no es necesaria su esencia.

La ley se impone a los súbditos como una regla y medida. Mas la regla y medida se imponen en
cuanto se aplican a aquellos que son regulados y medidos por ellas. Por tanto para que ley tenga la
fuerza de obligar es necesario que se aplique a los hombres que han de ser regulados por ella,
pero tal aplicación se hace cuando mediante la promulgación, llega al conocimiento de los
hombres. De ahí que la promulgación sea necesaria para que la ley tenga fuerza de obligar, es
necesario que se aplique a los hombres que han de ser regulados por ella. Pero tal aplicación se
hace cuando mediante la promulgación sea necesaria para que la ley tenga fuerza. Cierta
ordenación al bien común promulgada por aquel que tiene a su cargo una comunidad.

Capitulo 2: sobre los distintos tipos de ley

Si se da una ley eterna:

No se da una ley eterna.

Dice San Agustín en el libre albedrio, libro 1 cap 6 “la ley que pertenece a la suma razón no puede
dejar de parecer eterna e inmutable a cualquier persona inteligente”

La ley no es otra cosa sino el dictamen de la razón práctica de parte del soberano que gobierna
una sociedad perfecta. La misma razón que todas las cosas tiene carácter de ley, siendo de dios
como de un soberano del universo. Y ya que la razón divina no concibe nada en el tiempo sino solo
en la eternidad.
A la primera dificultad hemos de responder: aun cuando no existan las cosas en sí mismas,
ciertamente, existen en la mente de dios, en cuanto son preconocidas y pre ordenadas. La idea
eterna de la divina ley tiene carácter de ley eterna, en cuanto dios ordena todas las cosas
preconocidas por él para gobernarlas.

El verbo divino es eterno, y es eterno el libro de la vida. Sin embargo de parte de la creatura que
escucha o lee, no puede ser eterna dicha promulgación.

La ley implica un orden al fin, pero de manera activa, en cuanto por la ley algo se ordena a su fin.

Pero el fin del gobierno divino es el mismo dios, y la ley no es otra cosa que dios mismo. De ahí
que la ley eterna no se ordena a ningún otro fin.

Artículo 2 : si se da en nosotros una ley natural

Parece que no se da en nosotros una ley natural porque: el hombre se gobierna suficientemente
por la ley eterna.

Dice Agustín del libre albedrio. “todas las cosas son justas y ordenadísimas por la ley eterna” y la
naturaleza no abunda en cosas superfluas, así como no carece de lo necesario. Por lo tanto no
parece darse en el hombre la ley natural. Además el hombre ordena sus actos por la ley hacia su
fin, pero la ordenación de los actos humanos al fin no se da por naturaleza, como sucede en las
creaturas irracionales, que solo por el apetito natural se ordenan a su fin: mas el hombre al obrar
por un fin se rige por la inteligencia y la voluntad. Luego no parece haber en el hombre una ley
natural. Cuanto alguien es más libre, tanto menos está sujeto a la ley. Pero el hombre es mas libre
que todos los animales, por su libre arbitrio, del que carecen los animales y ya que los animales no
se rigen por la ley natural, menos se ha de regir el hombre por ella.

La ley puede considerarse de dos maneras ya que es regla y medida: como esta en quien mide y
regula y como esta en lo medido y regulado, porque lo regulado y medido lo está en cuanto
participa de la regla y medida. Dado de todas las cosas gobernadas por la providencia están sujetas
a la regla y medida de la ley eterna, es claro que todas las cosas participan de la ley eterna, en
cuanto la llevan impresa en sus inclinaciones a los propios actos y fines.

Y entre las demás creaturas, el hombre está dirigido de un modo más excelente por la divina
providencia, en cuanto a el mismo cae bajo la dirección de la providencia y la vez dirige las cosas
para su propio bien y el de los demás. De ahí que el hombre participa de la razón eterna, por la
cual se inclina naturalmente al debido orden de sus actos y de su fin. Y tal participación de la ley
eterna en la creatura racional es lo que llamamos ley eterna.

Y es que la luz natural por la cual discernimos el bien y el mal, no es otra cosa sino la participación
de la ley eterna en la creatura racional.

A la primera dificultad respondemos que sería válida si la ley natural fuera algo diverso de la ley
eterna. Pero no es sino su participación.
Todo razonamiento se deriva de principios naturalmente conocidos, y toda tendencia hacia
aquellas cosas que se dirigen a un fin, se derivan del apetito natural del último fin. Y por lo mismo
es necesario que participe de la razón eterna de manera intelectual y racional, por ello dicha
participación de la ley eterna en la creatura racional se llama ley con toda propiedad.

Artículo 3 : si se da alguna ley humana

La ley es un cierto dictamen de la razón práctica, como ya se ha dicho. Tal proceso parece que se
encuentra tanto en la razón práctica como en la especulativa, pues una y otra proceden de ciertos
principios a ciertas conclusiones.

En la razón especulativa a partir de principios indemostrables conocidos naturalmente, se derivan


las conclusiones de las diversas ciencias, cuyo conocimiento no es en nosotros natural, sino
adquirido por el esfuerzo de la razón: de la misma manera a partir de los preceptos de la ley
natural, que son los principios comunes e indemostrables, la razón humana ha de proceder a
obtener leyes mas particulares encontradas según el proceso de la ley humana se llaman leyes
humanas. Sin embargo han de guardar ciertas condiciones que pertenecen a la esencia de la ley.

El derecho parte de la naturaleza y de ahí nacen algunas costumbres convenientes a la razón,


dichas cosas vienen a ser después aprobadas por la costumbre, porque partieron de la naturaleza
y fueron sancionadas por la ley y la religión.

A la primera dificultad puedo responder que la razón humana no puede participar plenamente del
dictamen de la razón divina, sino solo de manera imperfecta, según su modo de ser. Asi como por
la razón especulativa participamos de la sabiduría divina, llegamos al conocimiento de algunos
principios comunes, aunque no al conocimiento de algunos principios comunes aunque no al
conocimiento perfecto de cualquier verdad que se encuentre en la ciencia divina, del mismo modo
de parte de la razón práctica el hombre participa naturalmente de la ley eterna, según ciertos
principios comunes, aunque no abarque todos los casos en cada uno de sus movimientos
particulares, tal como estos se contienen en la ley eterna. Y por tanto es necesario que la razón
humana vaya más adelante, sancionado por la ley algunas acciones particulares.

Artículo 4: si era necesario que hubiese una ley divina.

Además de una ley natural y de la ley humana, fue necesaria la ley divina, para guiar la vida del
hombre. Y esto por cuatro razones. En primer lugar, porque por la ley el hombre dirige sus propios
actos al último fin. Y si el hombre no tuviera que ordenarse sino a un fin que no excediera la
proporción de las facultades naturales, no seria necesario que el hombre tuviera otra dirección
racional fuera de la ley natural y humana, fuera dirigido a su último fin por una ley dado por dios.

En segundo lugar: sucede que con frecuencia se producen leyes diversas y aun contrarias, dada la
incertidumbre del juicio humano, sobre todo acerca de cosas contingentes y particulares, de
donde se deducen juicios diversos acerca de los actos humanos. Por tanto para que el hombre
pudiera conocer sin duda alguna lo que debe hacer y lo que debe evitar, era necesario que fuera
dirigido a su último fin por una ley dada por dios, de la cual consta que no puede tener error.
En tercer lugar, porque el hombre puede instituir una ley sobre las cosas de que puede juzgar.
pero el hombre no puede juzgar de los actos y movimientos interiores, que son ocultos, sino solo
de los actos que aparecen al exterior. Y sin embargo para la perfeccion de la virtud es necesario
que el hombre proceda rectamente tanto en lo interior como en lo exterior. Y por tanto la razón
humana no podía ordenar y prescribir suficientemente los actos interiores, sino que para ello era
necesario que se le diera la ley divina.

En cuarto lugar, porque como dice san Agustín en del libre albedrio , la ley humana no puede
castigar o prohibieron todas las cosas malas que se hacen , porque si quisiera quitar todos los
males, con ellos quitaría también muchos bienes, y se impediría la utilidad del bien común, que es
necesaria para la convivencia humana. Por tanto para que no quedaran sin prohibirse y castigarse
muchos males, era necesario que se añadiera la ley divina, por la cual se prohíben todos los
pecados.

Artículo 3 : Si la ley divina es solo una

Pertenece a la ley que se ordene al bien común como a su fin. Puede pretenderse un bien sensible
y terreno, a tal bien se encaminaba la ley antigua. Por ello desde el principio de la ley, se invita al
pueblo al reino terreno de los cananeos. Y otro fin puede ser el inteligible y celestial y a tal fin se
ordena la ley nueva. De ahí que Cristo desde el principio de su predicación invite al reino de los
cielos diciendo: “haced penitencia que se acerca el reino de los cielos”

Fausto: “en el antiguo testamento se contienen promesas de cosas temporales y por ello se llama
antiguo, en cambio al nuevo pertenece la promesa de vida eterna”.

En segundo lugar pertenece a la ley dirigir los actos humanos según el orden de la justicia.

Articulo 6 : Si hay alguna ley de la tendencia al pecado

La ley se encuentra esencialmente en lo que regula y mide, y de un modo participado en aquel que
es medido y regulado. Así toda regulación u ordenación que se encuentra en lo que está sujeto a
la ley, se dice ley de modo participativo. Y en aquello que está sujeto a la ley, el legislador puede
poner alguna inclinación, en una de dos maneras: de una primer manera, en cuanto directamente
inclina a sus súbditos a algo, y son diversos súbditos, los inclina a diversos actos.

La misma inclinación a la sensualidad que se suele llamar tendencia al pecado, es simplemente ley
en algunos animales, aunque en aquella forma como en los animales puede darse una ley, según la
inclinación directa. Mas en los hombres, según esto, no tiene razón de ley, sino mas biende
desviación de la ley de la razón. Pero en cuanto el hombre queda destituido de la justicia original y
de la fuerza de la razón por obra de la justicia divina, el ímpetu de la sensualidad que lo impulsa
tiene razón de ley, en cuanto es ley penal y consecuencia de la ley divina, que ha destituido al
hombre de su propia dignidad.

Capitulo 4 : de la ley eterna


En primer lugar la ley eterna, luego la ley natural, en tercer lugar la ley humana, en cuarto lugar la
ley antigua y finalmente la ley nueva que es la ley del evangelio. Sobre la sexta ley que es de la
inclinación al pecado, baste lo que se ha dicho ya al tratar sobre el pecado original.

Acerca de la primera ley: la ley eterna se preguntan cinco cosas: si seda, si es conocida por todos,
si toda ley se deriva de ella, si las cosas necesarias están sometidas a dicha ley, si los contingentes
naturales están sujetos a dicha ley y sexta si todas las cosas humanas le están sometidas.

Articulo 1: si la ley eterna es la suma razón existente en dios

En todo artista preexiste el modelo de aquellas cosas que ejecuta por el arte. Del mismo modo es
necesario que preexista en el gobernante el modelo del orden de aquellas cosas que deben
ejecutar los súbditos.

Dios por su sabiduría es el autor de todas las cosas y en ello se compara el artista respecto de su
obra de arte. También es el gobernador de todos los actos y mociones de todas las creaturas.

La ley eterna no es sino la razón de la divina sabiduría en cuanto dirige todos los actos y mociones
de la creatura.

Pero la ley es directiva de los actos en orden al bien común. Y todas las cosas que son de suyo
diversas entre sí, se consideran como una unidad en cuanto se dirigen todas a un fin común. Y por
tanto la ley eterna es una, o sea la razón de este orden.

El intelecto divino es verdadero en si mismo. Por lo cual su razón es la verdad misma.

Artículo 2 : si la ley eterna es conocida de todos

Una cosa puede conocerse de dos maneras: en primer lugar en si misma, en segundo lugar en su
efecto, en el cual se encuentra una cierta semejanza de la cosa, asi como alguien que no conozca
directamente el sol en su sustancia, lo puede conocer esa ley en sus irradiaciones con un mayor o
menor conocimiento. Por el conocimiento de cualquier verdad es cierta irradiación y participación
de la ley eterna, que es la verdad inmutable.

Artículo 3 : si toda otra ley se deriva de la eterna

La ley eterna es aquella por la cual es justo que todas las cosas estén bien ordenadas. Por tanto no
toda ley procede de la ley eterna.

La ley es un cierto ordenamiento que dirige las cosas a su fin. Y en todas aquellas cosas que se
mueven ordenadamente, es necesario que la capacidad de moverse del segundo moviente, se
derive de la potencia del primer motor, ya se que el mismo moviente segundo no puede mover
sino en cuanto es movido por el primero. De ahí que veamos lo mismo en todo lo que concierne al
gobierno del primer soberano se deriva al segundo soberano, asi como en una ciudad la ley sobre
todo aquello que ha de ejecutarse deriva de la potestad del rey, para que se aplique en la
administración de los inferiores.

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