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Ratvalencia
Ratvalencia
EN ACCIDENTES DE TRÁFICO
Manual Curso Básico de Rescate en Accidentes de Tráfico.
Primera edición noviembre de 2014.
Departamento de Formación.
Grupo de Trabajo y Rescate en Accidentes de Tráfico: Bombers
Ajuntament de Valencia.
MANUAL CURSO BÁSICO DE RESCATE EN
ACCIDENTES DE TRÁFICO
ÍNDICE:
PRESENTACIÓN .......................................................................................................... 7
INTRODUCCIÓN. ......................................................................................................... 9
PRESENTACIÓN
El libro que tiene entre sus manos forma parte de una serie de manuales que
están destinados a la formación de los integrantes del Servicio de Bomberos,
Prevención e Intervención en emergencias, del Ayuntamiento de Valencia. Manuales
utilizados en cursos monográficos de diversos campos que abarca la profesión de
bomberos y que tratan de apoyar los conocimientos del personal. Estos manuales
forman un binomio inseparable con las sesiones prácticas que se realizan en los
citados cursos.
Valga esta presentación para agradecer a todos los compañeros que han pasado y
colaborado de un modo u otro, por el grupo de rescate en accidentes de tráfico, por
la dedicación de su tiempo, su conocimiento, su experiencia, y el cariño y pasión que
han mostrado en todo momento.
MANUAL CURSO BÁSICO DE RESCATE EN
ACCIDENTES DE TRÁFICO
INTRODUCCIÓN.
1.- EQUIPO
DE
INTERVENCIÓN.
MANUAL CURSO BÁSICO DE RESCATE EN
ACCIDENTES DE TRÁFICO
A efectos del citado Real Decreto, se entiende por EPI: “cualquier equipo
destinado a ser llevado o sujetado por el trabajador para que le proteja de
uno o varios riesgos que puedan amenazar su seguridad o su salud, así como
cualquier complemento o accesorio destinado a tal fin”.
Podemos definirlos como todo tipo de material que minimizará cualquier riesgo
potencial existente en un accidente de tráfico. Con ello conseguimos proteger a todo
el personal interviniente (rescatadores y víctimas). Dichos materiales los podemos
dividir en:
Protector duro
Proporcionan a los equipos de rescate, el espacio necesario para poder acceder a las
víctimas y realizar la posterior extracción. En función del tipo de servicio, habrá que
utilizar un tipo de herramienta u otra; bien para cortar montantes con cizalla, techo
con sierra de sable, abrir puertas con la pinza o separador, desplazar alguna parte del
vehículo con el cilindro, etc.
Siempre que utilicemos las herramientas, debemos tener en cuenta unas pautas
generales de seguridad, puesto que, facilitarán el trabajo, nuestra actuación y sobre
todo mejorará nuestra seguridad y la de la víctima. Dichas pautas generales son las
siguientes:
La manguera es la pieza del sistema que conecta los equipos entre sí y permite
que se cree un sistema. La manguera hidráulica del sistema CORETM es una manguera
de alta presión en el interior de una manguera de baja presión (ver fig. 1.5). El
acoplamiento hembra tiene una única función: cuando se desconecta del acoplamiento
macho, conecta internamente las líneas de presión y de retorno. Esto significa que se
pueden conectar y desconectar las herramientas sin interrumpir el suministro de
aceite a la manguera, es decir, sin necesidad de parar la bomba.
Cizallas
Seguridad en su uso:
Seguridad en su uso:
Minicizalla
Bombas hidráulicas
Las herramientas eléctricas que se pueden utilizar en los accidentes de tráfico son un
buen complemento a las herramientas hidráulicas, pero en ningún caso, pueden
anular a éstas, puesto que, no se pueden utilizar bajo condiciones climatológicas de
lluvia, debido al riesgo de recibir una descarga eléctrica.
Sierra de Sable
En comparación con la cizalla, es mucho más rápida que ésta, pero genera unas
vibraciones y ruido en el interior del vehículo que puede resultar muy molestas para la
víctima. En general es una herramienta con la que hay que extremar la precaución y
las medidas de seguridad, utilizándola principalmente para realizar una extracción
urgente, es decir, cuando la víctima presente lesiones lo suficientemente graves, que
requieran de una extracción rápida.
Características técnicas:
Seguridad en su uso:
Bombas hidráulicas
Realizar una inspección visual por si hubiera algún daño, como cortes,
abrasiones o dobleces.
Los acoples deben estar limpios y funcionar correctamente. Limpiarlos en
caso de suciedad y colocarlos en su sitio.
Los sistemas anti retorcimiento deben estar bien colocados.
Limpiar cualquier contaminante que tenga la manguera.
Herramientas hidráulicas
Realizar una inspección visual por si hubiera algún daño en las cuchillas de
la cizalla, puntas del separador, cabezales de agarre del cilindro…
Comprobar el funcionamiento del mando de operación.
Los acoples deben estar limpios y funcionar correctamente.
La herramienta debe quedar en una posición segura, no bajo presión.
Los separadores y multiusos con las puntas ligeramente abiertas.
Las cizallas con las puntas ligeramente superpuestas.
Los cilindros de separación con los émbolos ligeramente extendidos.
Sierra de Sable
Realizar una inspección visual por si hubiera algún daño en la sierra, alguna
obstrucción en el manguito de bloqueo donde se ubica la hoja.
Comprobarla después de cada uso: Partes exteriores no dañadas y todos los
elementos de manejo en perfecto estado de funcionamiento.
Limpiar las ranuras de ventilación con un cepillo seco si están obstruidas.
Mantener las empuñaduras de la herramienta libres de aceite y grasa.
Una vez realizadas las tareas de cuidado, comprobar si la protección de
manos y la zapata de presión están colocadas y funcionan correctamente.
2.- ESTRUCTURAS
Y COMPONENTES
DE LOS VEHÍCULOS
MANUAL CURSO BÁSICO DE RESCATE EN
ACCIDENTES DE TRÁFICO
2.- Carrocería integrada autoportante.
En rescates de vehículos de este tipo, habrá que tener en cuenta que al estar
todas las partes interrelacionadas estructuralmente, tendremos que prever el efecto
que tendrá en el conjunto el trabajo realizado sobre cualquier parte del mismo
(apertura de puertas, corte de pilar, etc.).
Aparecen así los aceros HSS (High Strenght Steel – Acero de alta
resistencia), HSLA (High Strenght Low Alloy – Alta resistencia Baja Aleación),
Acero micro aleado y tratado con Boro (Micro-Alloy y Boron) y últimamente el
UHSLA (Ultra High Strenght Low Alloy – Ultra Alta resistencia Baja aleación).
Cada uno de estos tipos de acero requiere que las herramientas hidráulicas generen
fuerzas muy elevadas para ser cortados.
En un vehículo moderno (ver fig. 2.5) las partes de amarillo representan zonas que
se han reforzado con aceros HSLA, microaleados tratados con Boro, y coinciden en
general con los sitios donde tradicionalmente se debían hacer los cortes durante las
operaciones de rescate. Tendremos que tener en cuenta que, vamos a encontrar
materiales muy difíciles de cortar, que posiblemente necesitemos hacer varios cortes
pequeños para cortarlo totalmente, o incluso que quizás nuestras herramientas no
tengan la fuerza necesaria para lograrlo.
A la mayor dureza de los nuevos materiales empleados en los vehículos hay que
añadir la evolución que ha vivido el diseño de sus elementos estructurales. Así,
podemos observar la evolución interna de los pilares B entre 1990 y 2002 (ver fig. 2.8 y
2.9). Se observa claramente no sólo que el grosor del pilar se ha incrementado, sino
también que han sido agregadas cuatro/cinco capas de aceros de diferente
composición y que no se observan cuando se está haciendo el corte.
Fig. 2.10 Refuerzo en salpicadero Fig. 2.11 Barras laterales tratadas con Boro
tratado con Boro
La localización de los diferentes refuerzos en cada vehículo depende del diseño del
fabricante. Es por ello, que en el momento de realizar los cortes, se debe tener mucho
cuidado dónde hacerlo y estar muy pendiente del comportamiento de la herramienta
durante la operación, pues puede que haya que buscar vías alternativas si no tiene la
fuerza de corte requerida ya que de continuar podríamos llegar a quebrar la cuchilla.
Recordar que una herramienta de corte posee su máxima fuerza en la parte anterior
de la cuchilla, cerca del alojamiento, por lo que deberemos procurar colocar la
superficie a cortar en ese lugar. Una distancia de 5 centímetros hacia delante podría
representar una pérdida de fuerza de hasta un 30%. Esto unido al hecho de que la
cizalla que actualmente está en el servicio genera una fuerza de corte de 927 KN, nos
puede dar una idea de lo al límite que podemos estar trabajando en ocasiones durante
las operaciones de corte, y de lo cerca que tenemos el fallo de la maniobra.
Montante A
Montante C
Travesaños
Montantes A, B y C
Larguero inferior
y superior
Pilares A, B y C
Ec = 1/2 mv2
De las dos variables, masa y velocidad, la más importante es esta última, por su
grado exponencial, es decir, un camión tendrá mayor energía que un coche ligero,
pero un mismo coche, al aumentar su velocidad producirá un aumento mucho mayor
de energía.
¿Para qué sirve a los rescatadores conocer dicha energía cinética? Principalmente
para darnos una aproximación de la magnitud del impacto y las posibles
consecuencias, tales como tensiones y deformaciones de la estructura.
Por todo ello, para trabajar con seguridad los rescatadores deberán tener en cuenta
lo siguiente:
Realizar los trabajos de corte y separación siguiendo los pasos de forma
ordenada.
Buscar puntos estables (ver fig. 2.15) que sirvan de base sólida para el apoyo
de herramientas hidráulicas de separación (separador hidráulico, RAM…).
Fig. 2.14 Fenómenos físicos en un Fig. 2.15 Soporte del cilindro que
vehículo accidentado. actúa como un punto estable.
Son todos los sistemas que forman parte de la estructura del vehículo, y cuya
finalidad es absorber la energía del impacto de diversas formas: deformando,
resistiendo, rompiendo… con el fin de dar la máxima protección a los pasajeros tras el
accidente. Comprenden las zonas de deformación programada (ver fig. 2.16), el
habitáculo de seguridad y las barras de protección lateral (ver fig. 2.17), etc.
Ante un impacto con un objeto rígido, la estructura del vehículo sufre una violenta
desaceleración que finalmente es transmitida a los ocupantes. Para minimizar la
energía que llega a los pasajeros se ha optado por dotar a los vehículos de zonas de
deformación programada en sus extremos delantero y trasero, y de un habitáculo
rígido que asegure la integridad de la cabina. Esta absorción de energía se consigue a
través de la deformación de piezas específicamente diseñadas para ello, unido al
cálculo de la dispersión de cargas hacia otros sectores del vehículo. Se consigue así
reducir la cantidad de energía que absorberá el compartimento de pasajeros.
Tras un accidente esta estructura puede quedar sometida a tensión, por lo que
cuando vayamos a actuar sobre un elemento estructural tendremos que predecir el
efecto que tendrá sobre el resto y anticiparlo. Por ejemplo con un conductor atrapado,
antes de cortar el montante A para liberarlo, colocaremos el cilindro apoyado en la
base del pilar B contra la parte superior del pilar A, para evitar que todo lo que
sujetaba el montante A se le venga encima.
instala el pirotécnico, que activa el pretensor a través de una explosión controlada. El
disparo del pretensor se produce de manera coordinada con el del airbag,
dependiendo ambos de la misma unidad de control, con lo que la combinación de
estos sistemas resulta tremendamente eficaz en impactos frontales. Al mismo tiempo,
y para reducir lesiones, el cinturón también puede incorporar un limitador de tensión
que permita el estiramiento controlado de su punto de fijación en el momento del
accidente (ver fig. 2.19).
2.4.2.2.- Airbag.
El mecanismo de funcionamiento del airbag es el siguiente: ante una
desaceleración brusca detectada por los sensores, éstos envían una señal a la unidad
de control que según la información recibida (magnitud de desaceleración, localización
del sensor) decide activar los airbags correspondientes. El inflado de la bolsa se
produce gracias a un generador de gas (botellín) que lo produce bien por reacción
química, bien almacenado a presión. La localización de estos generadores es
fundamental a la hora de realizar la maniobra de excarcelación. Últimamente está
generalizándose en el airbag frontal el sistema dual o de dos etapas, con dos
generadores por bolsa, en el que según la información que reciba la unidad de control
activará dos niveles de inflado distintos. Esto nos obligará a mantener las mismas
precauciones aunque nos encontremos los airbags desplegados.
De todos los sistemas de seguridad del vehículo, el airbag es el que mayor riesgo
potencial nos presenta, y nuestro procedimiento general de actuación será el siguiente:
Desconexión de la batería.
El término híbrido aplicado a los vehículos, hace referencia a aquellos en los que la
energía que los impulsa proviene de un motor eléctrico y otro de combustión.
2.5.1.- Funcionamiento.
2.5.2.- Partes. (ver fig. 2.15)
Motor eléctrico.
Generador.
Fig. 2.13 Batería HV, situada en Fig. 2.14 El cableado naranja que sale del inversor,
el maletero del vehículo. Se nos ayuda a reconocer rápidamente que se trata de
aprecia en color naranja la un vehículo híbrido.
palanca de desactivación de la
batería..
Salvo que lo sepamos por la marca o veamos el distintivo, sabremos que se trata de
un vehículo híbrido, porque al abrir el capó:
Normalmente no encontraremos la batería convencional, ya que, suele estar
próxima a la batería HV y veremos el inversor con el cableado color naranja.
Si estuviese volcado, en la parte inferior veríamos el protector donde va
ubicado el cableado de HV. de color naranja.
2.5.4.- Normas de actuación.
Colocar la posición P(parking) del cuadro (ver fig. 2.15), o en la palanca de cambio.
Retirar la llave de contacto.
Desactivar la batería convencional.
Desactivar la batería HV.
Los vehículos híbridos, aparte de los mismos riesgos potenciales que los
convencionales, presentan unos riesgos añadidos. A continuación vamos a detallar
una serie de medidas generales para cada tipo de riesgo:
3.- TÉCNICAS DE
EXCARCELACIÓN
El primer paso al llegar al lugar del siniestro es la evaluación del accidente. En esta
evaluación recabaremos toda la información posible sobre la magnitud real del
accidente:
3.2.- Intervención.
En general cuando se circula por una vía determinada, los conductores no esperan
encontrarse con un accidente, lo que hace de su conducción, un riesgo potencial para
el personal interviniente en las tareas de rescate. Es por ello que es de vital
importancia la correcta señalización y delimitación de la zona de intervención, para así
evitar nuevos accidentes o atropellos.
Todas estas prioridades se suelen solapar, ya que cada miembro del equipo de
rescate realizará una tarea.
Los riesgos que nos podemos encontrar son:
Derrames de combustible, aceite, líquidos, etc. Debemos neutralizarlo con
arena, espuma o el material que proceda para cada tipo de mercancía.
Mercancías o materias peligrosas. Se deberá aplicar el protocolo de
actuación adecuado para cada tipo de mercancía peligrosa.
Riesgos eléctricos.
Prestar atención en los vehículos de nuevas tecnologías (gas, híbridos…) a
los cables de alta tensión (color naranja).
Cristales rotos por el suelo y el interior del vehículo. Se pueden barrer
echando los mismos debajo del vehículo si éste se encuentra en posición
sobre cuatro ruedas. Si está en vuelco lateral o total es mejor cubrirlos con
una lona o protección blanda, no debiendo barrerlos por la proximidad de la
víctima y personal interviniente, ya que se genera un polvo muy nocivo.
3.2.1.1.- Batería.
Por tanto, una de las primeras operaciones que debemos realizar al llegar a un
accidente de tráfico es valorar la desconexión de la batería, ya que mitigamos el
riesgo de incendio y la activación de elementos de seguridad pasiva (airbags,
pretensores de cinturón…).
En los vehículos híbridos existe un cableado de alta tensión (color naranja), con el
que hay que extremar las precauciones, tratando de evitar su corte. Deberemos
también localizar el fusible de alta tensión (de color naranja, normalmente en el
maletero) y desconectarlo con las debidas medidas de seguridad.
Acceso a la batería
Desconexión de la batería
AIRBAG
Conductor: 30 cm Acompañante: 60 cm
Cortina: 15 cm
Laterales: 15 cm
Para comprender mejor el concepto de estabilización, vamos a ver cuáles son los
motivos que justifican estabilizar, los objetivos que buscamos con ello y los tipos de
estabilización.
Seguridad en la intervención.
En algunos accidentes de tráfico puede parecer que existe una cierta estabilidad, pero
ésta puede ser precaria e imprevisible. Durante el acceso al vehículo, creación de
espacios interiores, tareas de excarcelación, manipulación y extracción de las víctimas
podemos ocasionar cambios en el centro de gravedad del vehículo, movimientos
indeseados de la estructura, etc. (que pueden causar incluso la caída o vuelco del
vehículo). Estos cambios del comportamiento estático del vehículo podrían ocasionar
riesgos para las víctimas y los rescatadores.
Fig. 3.6 Vehículo inestable e inseguro Fig. 3.7 Vehículo estable y seguro
Por ello, será necesario realizar una estabilización adicional entre el vehículo y el
suelo (ver fig. 3.8), justo debajo de la zona de apoyo de uno de los extremos de la
herramienta.
Mediante los recursos materiales de que disponemos hemos de lograr anular cualquier
tipo de movimiento del vehículo.
Bloques escalonados, tacos y cuñas (ver fig. 3.10). Se utilizan en todo tipo de
estabilizaciones excepto si el vehículo se encuentra en el agua, puesto que
flotan. Su presión superficial es de 100 kg/cm2. Poseen un coeficiente de
fricción más favorable que la madera.
Fig.3.12
Cinchas de
amarre
Premisas en la estabilización
Para anular los movimientos horizontales pondremos una cuña detrás una rueda
trasera y otra delante de una delantera. Si el vehículo se encuentra en una pendiente
o está muy inclinado pondremos dos cuñas. Si colocásemos las cuñas en la misma
rueda podría entorpecer para poner otros elementos (ver fig. 3.19).
SISTEMA DE TRES PUNTOS (Fig. 3.14) SISTEMA DE CUATRO PUNTOS (Fig. 3.15)
EXTRACCIÓN EXTRACCIÓN
EXTRACCIÓN
EXTRACCIÓN EXTRACCIÓN
Quinto punto
Fig. 3.17 Anular desplazamiento horizontal
Fig. 3.18 Anular movimientos verticales Fig. 3.19 Cuña entorpeciendo
la colocación de una escalera
El quinto punto (ver fig. 3.20) se coloca en la parte trasera del vehículo,
generalmente con una escalera y una cuña. Con este punto se obtiene la
estabilización completa del vehículo (ver fig. 3.21), como ya se ha comentado y
proporciona viabilidad en la extracción y trabajo para cualquier parte del vehículo.
1
Fig. 3.21 Estabilización completa
Fig. 3.20 Colocación del quinto punto
Esta es la más inestable y peligrosa de las tres posiciones básicas. Existe el riesgo
principal de balanceo del vehículo hacia su techo, pero además podemos encontrar
fácilmente derrames de combustible, aceites, líquidos, etc.
Fig. 3.25 Vehículo con mayor inclinación Fig. 3.26 Vehículo en muy mal estado
Fig. 3.28 Estabilización con bloques Fig. 3.29 Estabilización con puntales
escalonados, tacos y cuñas.
El vidrio templado está formado por una lámina de vidrio endurecida mediante un
tratamiento térmico, para luego enfriarla bruscamente de forma que adquiere
propiedades mecánicas que le dan mayor resistencia a los golpes. Al romperse, se
transforma en pequeños fragmentos. Generalmente, los cristales templados los
encontraremos en las ventanas laterales y la luna trasera del vehículo (ver fig. 3.30).
El vidrio laminado está configurado por dos láminas de vidrio entre las que se insertan
una o dos láminas plásticas de polivinilbutiral (PVC). Por la acción del calor y la
presión, los depósitos de aire son eliminados, de manera que, visualmente se muestra
como una única lámina de cristal. En caso de rotura o golpe, los fragmentos quedan
adheridos a la lámina de plástico ofreciendo resistencia a la entrada de objetos para
ganar seguridad y visión (ver fig. 3.31).
Son cristales que se deforman pero no se fragmentan, siendo más seguros para las
víctimas de accidentes de tráfico (ver fig. 3.32). Su tratamiento es mediante corte, por
ejemplo con Sierra de Sable.
El problema con este cristal, lo podemos tener a la hora de realizar el orificio por
donde iniciar el corte. Con una herramienta convencional es muy complicado, ya que
la resistencia de este cristal es muy alta. Una opción sería realizar el corte con la
Sierra de Sable desde un montante hacia el cristal en cuestión.
Fig. 3.30 Cristal templado Fig. 3.31 Cristal laminado Fig. 3.32 Cristal de policarbonato
Cristal calzado.
En este caso la técnica a emplear será la misma, ya sea el cristal laminado o templado,
si bien habrá que extremar las precauciones en este último para evitar que se rompa.
Goma en un Goma en un
cristal calzado cristal pegado
El cristal va pegado por un adhesivo. En el contorno del cristal observaremos que éste
está tintado. Esto es para disimular el adhesivo y protegerlo de las radiaciones solares.
En ocasiones pueden llevar goma, con función aislante, que no nos debe confundir con
un cristal calzado. Este tipo de cristales se cortarán o romperán según sean laminados
o templados.
Con esta herramienta podemos realizar el corte del cristal laminado adecuándolo a la
maniobra que queramos realizar. Para minimizar esfuerzo se recomienda cortar hacia
abajo y/o hacia uno mismo.
1.- Realizar dos orificios, uno en la parte superior y otro en la inferior (Ver fig. 3.36).
2.- Introducir la sierra en el orificio superior e ir cortando hacia fuera y
posteriormente hacia abajo. (Ver fig. 3.37)
3.- Sacar la sierra e introducirla en el orificio de abajo y cortar hacia fuera. Repetir
la operación en el otro lado. (Ver fig. 3.37).
La sierra de sable permite realizar el corte total de la luna delantera para proceder a
su retirada o el corte parcial de la misma (ver fig. 3.38). La maniobra a realizar
dependerá del tipo de servicio. Las premisas generales en la técnica del corte del
cristal con la sierra de sable son las siguientes:
Los cristales generados los podemos barrer hacia los bajos del vehículo, siempre y
cuando éste se encuentre en la posición sobre cuatro ruedas, nunca si se encuentra
en vuelco lateral o en vuelco sobre techo. También se puede utilizar una manta, lona
o protección blanda y depositarla sobre los vidrios eliminando el riesgo o colocarla en
el suelo antes de la rotura de los cristales para que éstos caigan sobre ella y poder
retirar la manta o lona con los vidrios generados.
Debemos proteger todos los vidrios que se hayan generado en el interior del vehículo
o encima de los asientos, debido al accidente o a nuestra intervención. Para ello
depositaremos alguna lona sobre ellos.
Es sin duda, la acción más importante de todas las que debe realizar el bombero de
interiores. Es una tarea que debe primar sobre cualquier otra, exceptuando la previa
eliminación de riesgos al acceso del sanitario. Cabe remarcar que estamos trabajando
por y para la víctima y la atención a ésta es más importante que cualquier otra tarea.
Localización de airbags
Una vez localizados todos los airbags, el bombero de interiores avisará al sanitario o
BFS y al mando de la intervención, para anular o minimizar los efectos de una posible
activación. Por ejemplo, si hay airbag de acompañante, el sanitario no se apoyará
sobre el salpicadero hasta que no esté anulada su activación.
El bombero de interiores deberá extraer del vehículo todo aquello que pueda
molestarnos (cajas, equipaje, herramientas…) o que pueda resultar peligroso (botella
de gas, material pirotécnico…).
Comprobar el abatimiento del respaldo. Un respaldo delantero que abate o no, puede
cambiar la extracción de la víctima e incluso la maniobra. Existen modelos de
vehículos en los cuales el respaldo sólo abate 45º. Con la víctima en el asiento
delantero es necesario comprobar el abatimiento del respaldo. Podemos ver cuánto
abate realizando esta operación en el asiento del acompañante si está libre.
Fig. 3.44
Despanelado del
respaldo
Para ello podemos realizar dos técnicas. Según modelo del vehículo, una consiste
en cortar las bisagras de los respaldos traseros (Ver fig. 3.47) y la otra consiste en
liberar las tuercas o pasadores de las bisagras de los respaldos.
Para vehículos con portón trasero, pero insuficiente espacio para realizar la
extracción sin abatir o retirar los respaldos traseros, podemos utilizar la siguiente
técnica, que consiste en la colocación del separador en el hueco central entre el
travesaño y el respaldo, para que éstos cedan hacia abajo (Ver fig. 3.48). También es
posible que las condiciones del respaldo nos aconsejen terminar la maniobra atacando
el respaldo por algún lateral. También podemos atacar desde el principio directamente
en los laterales.
La apertura del portón trasero, es más bien una maniobra de creación de espacio
exterior. No obstante, casi siempre nos va a ser necesario abrir dicho portón para
Muchas veces, podremos tener problemas para crear hueco y actuar con el
separador a la hora de pinzar el paragolpes, seguramente el separador resbalará y
dificultará la maniobra.
Por ello, es muy recomendable la siguiente técnica de apertura del portón trasero,
que nos resultará muy eficaz en casi todos los vehículos. Consiste en romper el piloto
trasero y seguidamente introducir las puntas del separador para abrir (Ver fig. 3.49 y
3.50). En caso de no tener buena base para accionar el separador, bastará con crear
un hueco para poder pinzar la chapa y así tener más espacio para colocar las puntas e
iniciar la apertura.
Fig. 3.49 Rotura del piloto trasero Fig. 3.50 Apertura del portón
trasero con el separador
II. Con el mismo separador, introduciéndolo por la ventana y dirigiendo las puntas
hacia donde se quiere crear el espacio, en este caso, hacia la cerradura,
comprimiendo lo necesario para crear el espacio suficiente e introducir el separador.
Actuar sobre la aleta pinzando la misma con el separador. Prestar especial atención a
la colocación de las puntas, puesto que, si no se colocan bien tienden a resbalar.
Introducir el separador ligeramente inclinado hacia abajo sobre las bisagras, por el
exterior de las mismas, con el fin de aplicar apropiadamente la fuerza sin
comprometer la estabilidad del vehículo.
Otro modo de crear el espacio para introducir el separador, puede ser utilizando la
pata de cabra. Seguidamente pinzamos con el separador para crear más espacio y
finalmente se introduce éste para abrir definitivamente la puerta.
Atacar a las bisagras por el exterior de las mismas. No importa empezar por la de
abajo o por la de arriba, pero nunca por el interior de las mismas.
I. Comprimir el larguero superior para crear espacio donde poder introducir las puntas
del separador y abrir la puerta.
Descripción de la maniobra:
Se aconseja esta maniobra si se precisa de una apertura por el lateral del vehículo y
la necesidad de crear un amplio espacio para poder realizar el acceso y extracción de
la víctima.
Se realiza cuando el vehículo se encuentra sobre 4 ruedas. Consiste en la apertura
por cerradura de las dos puertas laterales del vehículo, con abatimiento o retirada
de la trasera junto con el bloque pilar/montante B. Esta maniobra sólo se podrá
realizar en vehículos con 4 ó 5 puertas.
IV. Realizar dos cortes en forma de “V” para debilitar el larguero inferior, uno a
cada lado del pilar B.
Descripción de la maniobra:
La maniobra de abatir todo el techo es una maniobra bastante larga, puesto que
precisa de numerosos cortes. Debido a ello, se aconseja realizarla cuando la víctima
no presente lesiones graves que precisen de una extracción rápida o cuando haya más
de una víctima en el vehículo.
VI. Protección de los cortes realizados y maniobra finalizada con el espacio creado
para movilizar a la víctima.
MANIOBRA: El túnel
Descripción de la maniobra:
Hacer foto
III. Marcar la línea de corte, dejando una de las dos bisagras para evitar la caída
del portón e inicio del corte apoyando la zapata sobre superficie dura.
Descripción de la maniobra:
Esta maniobra requiere cierto tiempo por la cantidad de cortes a realizar, por tanto se
aconseja realizarla cuando la víctima no presente lesiones graves que precisen de una
extracción rápida.
Conviene tener en cuenta que en esta maniobra, se opta por la retirada de la luna
delantera. No obstante su retirada quedará siempre sujeta a la posición de la víctima,
es decir, sólo la retiraremos si ésta se encuentra en una posición segura al realizar el
corte de toda la luna.
IV. Realizar el corte de los tres montantes, a la altura del larguero superior y
hacer dos cortes de alivio debilitando los travesaños inferiores para poder abatir el
techo.
VI. Protección de los cortes realizados y maniobra finalizada con el espacio creado
para movilizar a la víctima.
Descripción de la maniobra:
Al ser una maniobra realizada con Sierra de Sable, se recomienda realizarla cuando la
víctima presente lesiones graves, que precisen de una extracción rápida.
IV. Corte de alivio en la parte inferior (travesaño posterior), bien con cizalla o con
la sierra de sable e iniciar el corte de la luna delantera.
VI. Colocar las escaleras para apoyar el techo del vehículo una vez abatido.
VII. Protección de los cortes realizados y maniobra finalizada con el espacio creado
para movilizar a la víctima.
Descripción de la maniobra:
Se recomienda esta maniobra cuando no hay acceso a la víctima por el portón trasero
y se precisa de un amplio espacio para la extracción.
V. Realizar dos cortes en paralelo para debilitar el larguero inferior, uno a cada
lado de la base del pilar B.
IV. Colocar el RAM (siempre que sea posible con el acople) en tensión para dar
estabilización al conjunto y realizar un corte de alivio en el pilar A.
III. Realizar dos cortes de alivio en la base del pilar A, a una distancia entre ellos
de aproximadamente 15 cm. Pinzar con el separador la porción que queda entre
ambos cortes, generando espacio entre los cortes para introducir las pinzas. Si la
estructura se encuentra muy dañada es aconsejable colocar el RAM en tensión
desde la base del pilar B hasta el montante A, así se evita cualquier movimiento
incontrolado de la estructura.
3.2.7.- Post-intervención.
Una vez realizada la extracción y traslado a zona segura de todas las víctimas,
nuestro trabajo en la zona caliente continúa, siendo éste uno de los momentos en los
que más accidentes se pueden producir, ya que suele haber una relajación
generalizada del personal interviniente en cuanto a medidas de seguridad.
Recogida de material
Debriefing
Tras la llegada al parque, después de estar todas las tareas realizadas y el personal
relajado, se ha de realizar una reunión crítica en la que se debe analizar
objetivamente la intervención en busca de posibles mejoras. En esta reunión se deben
de cumplir una serie de reglas para evitar caer en una discusión nada productiva:
4.- ATENCIÓN
A LA VÍCTIMA.
MANUAL CURSO BÁSICO DE RESCATE EN
ACCIDENTES DE TRÁFICO
4.-ATENCIÓN A LA VÍCTIMA.
En este apartado se van a exponer las funciones vitales del cuerpo humano, sus
valores considerados normales y una forma básica para poder explorar dichas
funciones. Toda esta información la utilizaremos en el apartado de atención a la
victima para poder valorar el estado de las mismas.
Es el encargado de transportar los nutrientes y el oxígeno por todo el cuerpo hasta las
células, y transportar ciertas sustancias de desecho. Está formado por el corazón, los
vasos sanguíneos y por la sangre.
Los vasos sanguíneos (ver fig. 4.1) son de dos tipos: arterias y venas, y conforman
dos tipos de circulaciones: aferente, es decir, llega sangre al corazón (venas) y
deferente sale la sangre del corazón (arterias). También debemos saber que existen
dos tipos de circulaciones: la general o mayor que transporta la sangre a todo el
organismo y la pulmonar o menor que envía la sangre a los pulmones para el
intercambio gaseoso entre el Oxígeno y el Dióxido de Carbono.
El corazón es la bomba que actúa impulsando la sangre con una
contracción/dilatación que llamamos latido. En la siguiente tabla aparece la frecuencia
cardiaca para diferentes edades.
Edad Latidos/minuto
Tabla 4.1
Latidos/minuto en
Recién nacido 100/180 valores normales
para edades que
2 años 85/150 van desde los
recién nacidos
4 años 75/140 hasta los adultos.
6 años 65/140
Más de 6 años 60/120
Adultos 60/80
La alteración del pulso es un valor anormal del pulso cardíaco. Dicha alteración se
puede presentar en forma de:
Si encontramos pulso carotideo nos asegura presión sistólica arterial superior a 60
mmHG.
Tratamiento:
Por lo tanto, si detectamos valores anormales del aparato circulatorio que hagan
presuponer una hemorragia interna consideraremos a la víctima como grave.
Fosas nasales.
Faringe.
Laringe.
Tráquea, conducto que sigue a la laringe y termina en el tórax bifurcándose
en dos estructuras que son los bronquios.
Bronquios.
Alveolos.
Pulmones, están rodeados por una membrana que se denomina pleura o
membrana pleural, consiguiendo una estructura hermética.
Edad Respiraciones/minuto
Tabla 4.2
Recién nacido 30/80 Respiraciones/minuto
en valores normales
Lactante menor 20/40 para edades que van
desde los recién
Lactante mayor 20/40 nacidos hasta los
adultos
Niños de 2 a 4 años 20/30
Niños 20/25
Adultos 12/20
Tratamiento:
La mayor parte de las veces en las que es necesario permeabilizar y proteger la vía
aérea en estos pacientes es por deterioro de consciencia. En el caso de existir
urgencia vital, se permeabilizará de forma inmediata y prioritaria la vía aérea con
procedimientos manuales o instrumentales (cánula de guedel).
Todo paciente con sospecha clínica de shock debe recibir aporte suplementario de
O2 a concentraciones superiores al 35% que, aún en el caso de no existir hipoxia,
aumenta el transporte de oxígeno tisular.
Sistema Nervioso Central, que consta de encéfalo y médula espinal
Sistema Nervioso Periférico, que consta de los nervios craneales y
raquídeos
Evaluación del paciente: hay que tener en cuenta que los síntomas pueden ser
diferentes para cada persona aunque la lesión se haya producido en el mismo lugar.
Se analizará al paciente buscando deformidades o heridas en la zona craneal y por la
médula espinal para buscar posibles fracturas de ésta o del encéfalo.
Siempre que una persona ha tenido un trauma importante en la cabeza, cuello o
espalda, debe sospecharse que hay una lesión de médula espinal.
Tratamiento:
Existen varios tipos de tratamiento para una lesión de médula espinal. En nuestro
ámbito el único tratamiento posible es la inmovilización máxima del accidentado en
las labores de rescate, ya que, un movimiento brusco, puede causar lesiones muy
graves e incluso irreversibles.
Su importancia radica en que con ella podemos predecir posibles lesiones, sobre
todo las que no se ven en un primer momento, por ejemplo lesiones internas cerradas.
La epidemiología: describe los fenómenos lesivos según número, gravedad,
tipo…
La física: trata de reproducir las fuerzas que han causado determinadas
deformaciones y de ello deducir las lesiones producidas. Todo esto mediante
el estudio de las leyes que rigen el movimiento de los cuerpos y la energía
cinética producida en ese movimiento. Así pues, podemos destacar:
4.2.3.- Accidentes de automóvil.
Clasificación
Dentro de este tipo de accidentes donde se ven involucrados los ocupantes del
vehículo siniestrado o peatones con un vehículo, podemos clasificarlos en:
Choques frontales.
Choques laterales.
Choque por alcance.
Vuelco total.
Atropello.
La colisión frontal es definida como un impacto con otro vehículo u objeto de frente,
que reduce bruscamente la velocidad del vehículo afectado en el choque.
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MANUAL CURSO BÁSICO DE RESCATE EN
ACCIDENTES DE TRÁFICO
Biomecánica del impacto
Suelen ser lesiones muy importantes, ya que la distancia entre los ocupantes del
lateral afectado y la estructura del vehículo es mínima, además de no disponer en los
laterales de zonas de absorción de impactos.
4.2.3.3.- Colisión por alcance.
Suele ocurrir cuando un vehículo está detenido y es golpeado por detrás por otro
vehículo (ver fig. 4.8).
Por lo general este tipo de accidentes produce lesiones más severas porque los
movimientos que ocurren durante el vuelco son más violentos y múltiples. En el
vuelco se disipa la energía en un espacio largo de tiempo.
Expulsión del vehículo (sin cinturón).
4.2.3.5.- Atropello.
Según la altura del golpe, el peatón sufrirá un movimiento diferente y por lo tanto
unas lesiones diferentes (ver fig. 4.10).
Tipos de impactos:
4.2.5.- Como calcular la dureza de un accidente: Escala SCENE.
4.3.- Atención y valoración.
4.3.1.- El primer interviniente. Un enlace con la víctima.
A la llegada al servicio, nunca se debe acceder a la zona caliente sin que previamente
el mando de la intervención lo haya autorizado.
El primer contacto con la víctima (ver fig. 4.12), es decir, el contacto desde la zona
templada deberá seguir el siguiente esquema:
Durante este primer contacto entre la víctima y el sanitario o BFS se crea un
vínculo que es importante mantener a lo largo de toda la intervención, intentando que
este primer interviniente esté casi siempre con la víctima.
4.3.2.2.- Acceso.
Para considerar un hueco como un acceso hasta la víctima, éste debe de permitir
que se pueda colocar el collarín y realizar la valoración primaria. De los que cumplan
lo anterior siempre serán mejores:
Los accesos externos. Permiten tener acceso a la víctima desde fuera del
vehículo, evitando tener que esperar a que la estabilización esté finalizada
para empezar a atenderla.
Los accesos menos expuestos a la seguridad pasiva del vehículo.
Los accesos con menos aristas y cristales que proteger.
Una vez se vaya a iniciar el acceso, se debe relevar al primer interviniente para no
dejar a la víctima sola. Este bombero que hace el relevo debe mantener las premisas
del primer contacto hasta que el sanitario o BFS haya accedido hasta la víctima.
Como norma general no se accederá al interior del vehículo sin que esté
mínimamente estabilizado, o salvo autorización del mando.
Una vez en contacto con la víctima se realizará una valoración completa con control
cervical. Partiremos de la hipótesis de que pueda presentar lesiones de columna.
Uno mantendrá control cervical y el otro realizará la valoración. Es muy
importante para la víctima que le informemos de todo lo que le vamos a hacer: “Te
voy a tocar el cuello para tomarte las pulsaciones….”. incluso en el caso de víctima
inconsciente.
Con este esquema evaluamos las funciones vitales de la víctima tomando como
valores de referencia los que se indican en el apartado de fisiología de la vida.
Para realizar esta valoración de una forma correcta no podemos pasar de un punto
del esquema al siguiente sin asegurarnos que las funciones vitales son las normales:
Si existe hemorragia externa controlarla mediante compresión directa o
distal.
En caso de que el relleno capilar no se pueda utilizar por atrapamientos,
hipotermia o atmósfera muy fría se ha de comprobar si tiene pulso.
Si no tiene pulso, extracción de urgencia y aplicar RCP en relación de 30
compresiones cada 2 insuflaciones. Esta maniobra dentro del vehículo es
impracticable.
Si tiene pulso debemos valorarlo:
Calcular la frecuencia en pulsaciones/minuto.
Buscar la existencia de pulso central (arteria carótida) y diferentes
pulsos periféricos, siendo normalmente el más accesible el pulso
radial. La existencia de pulso central sin pulso periférico es un
síntoma grave.
Con un rápido examen se tiene que obtener información de las posibles lesiones
cerebrales y de la evolución de la consciencia durante toda la intervención.
Alerta.
Respuesta verbal orientada.
Inconsciencia.
Pupilas (simétricas y que respondan a la luz)
4.3.3.2.- Valoración secundaria.
Esta valoración es muy difícil realizarla de una manera completa dentro del
vehículo, por lo tanto, será finalizada una vez se haya realizada la extracción de la
víctima.
Aún así, el sanitario que esté atendiendo a la víctima deberá realizar una
exploración completa, desde la cabeza hasta los pies, buscando:
Facilitar expresión de vivencias y emociones.
Minimizar el daño o deterioro psicológico.
Contribuir al restablecimiento físico, mejorando el estado anímico.
Activar mecanismos de afrontamiento ante la situación.
Es necesario en todo rescate procurar que la víctima nunca se quede sola,
intentando si es posible que sea el primer interviniente el que se quede con ella.
Tenemos que seguir unas tácticas de comunicación con la víctima, para conseguir los
objetivos ya mencionados:
información debe ser transmitida a la víctima antes de que se realicen, para que las
tareas de rescate sean lo menos traumáticas posibles.
Proyecciones de cristales.
Elementos pulverulentos en suspensión (corte de cristal laminado).
Derrames…
Los riesgos pueden ser muy variados, pero por lo general nos encontraremos:
4.4.- Movilización.
El uso aislado de este único criterio ha resultado ser inadecuado, ya que, en estudios
posteriores se ha demostrado que el 50% de personas con la médula dañada no
presentaban ninguno de estos síntomas:
Bradicardia.
Hipotensión.
Hipotermia.
Parada respiratoria.
Ligereza u hormigueo.
Dolor.
Etc.
Herida penetrante en cabeza, pecho, abdomen o pelvis.
Trauma fuerte en cabeza, pecho, abdomen o pelvis.
Para determinar a qué víctimas movilizar en bloque el eje CCT en la extracción, (ver
esquema 1).
Además del criterio de selección para saber si se debe de movilizar el eje CCT en
bloque o no, en función de las posibles lesiones de columna, debemos recordar que,
esta decisión irá unida al estado de salud de la víctima, ya que, siempre
prima la vida sobre la función, por lo tanto la comunicación entre el mando de
bomberos y el sanitario es vital para la elección de la estrategia de la intervención.
NO El mecanismo NO
Signos y causante está entre
sintomatología de los causantes de
lesiones medulares lesiones medulares
SI SI
SI NO
INMOVILIZAR
SI EJE CCT
SI
Consciencia Distractores
alterada
Alcohol Trauma
Drogas encima
clavículas
Apoyo psicológico
se encuentran próximos a la víctima, es importante guardar silencio y hablar sólo lo
necesario. En esta fase del rescate en la que se necesita mucha coordinación para
realizar la maniobra de extracción, es básico mantener un tono de voz seguro y
calmado.
Riesgos interiores
Estaremos siempre alerta ante los posibles riesgos interiores (airbags, pretensores,
cristales…), tomando las debidas medidas de seguridad.
Guantes sanitarios
Por norma general, todo contacto con la víctima debe realizarse lo más asépticamente
posible, es decir con guantes sanitarios. Aunque sólo podrá ser de aplicación para los
bomberos que realicen control cervical bimanual o realicen la valoración de la víctima,
ya que el resto debe protegerse adecuadamente dado el riesgo de cortes y por
trabajar con herramientas.
Manipulación
Equipo de movilización
4.4.3.- Coordinación.
Mando único
Es decir, sólo un bombero debe ordenar. Por regla general, será el que esté en la
cabeza de la víctima.
Comunicación
Nomenclatura en la movilización
Con el objetivo de ser breves, precisos y eficaces se establecen unas órdenes tipo,
que aunque no engloban todas las posibles situaciones, sí que nos dan un vocabulario
lo suficientemente amplio. Sí la víctima está consciente y nos ha facilitado su nombre,
indicaremos los movimientos por su nombre.
5.- Apoyamos: apoyar a la víctima sobre el apoyo (tabla, asiento…).
6.- Deslizamos sobre tabla.
7.- Giramos sobre tabla.
8.- Abatimos respaldo.
9.- Metemos tabla.
10.- Deslizamos tabla: si la víctima está completamente en tabla o ya hemos
pasado el sacro, esta orden puede ser dada.
11.- Pivotamos tabla.
12.- Bajamos tabla: puede darse en dos casos; uno es bajar la tabla al puesto
de camilla y el otro cuando tenemos la tabla a 45 grados en una bajada de respaldo y
queremos bajar la tabla a la base de ese respaldo.
13.- Sacamos tabla: cuando la tabla ya está preparada para salir del coche y a
esa orden la sacamos y nos dirigimos al puesto de camilla.
14.- Stop, “problema”, listo: hay que indicar por qué se para la maniobra e
indicar cuándo se está de nuevo listo para iniciar la maniobra.
15.- Relevos de posiciones: deberán realizarse solo los necesarios, ya que un
exceso de relevos manipulan demasiado a la víctima, sobre todo el de cabeza.
De cuello:
Atención, necesito relevo de cabeza
Cabeza mía (el relevista).
Cabeza tuya (el relevado).
De posición:
Atención, necesito relevo de posición.
Posición mía (el relevista).
Posición tuya (el relevado).
Reubicación:
Atención cabeza, necesito reubicarme.
Reubicado.
Tracción axilar
Es la más recomendable, ya que se realiza una tracción sobre la columna ayudando a
mantener el eje CCT. Se realiza con una mano abierta sobre los omoplatos, ofreciendo
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ACCIDENTES DE TRÁFICO
una base sobre la que hacer fuerza y la otra mano se apoya sobre el brazo pasándola
por la axila de la víctima y realizando una tracción hacia arriba (ver fig. 4.13) . Esta
técnica no es recomendable cuando se suponga alguna lesión de clavícula.
Cuchara
En el caso de que la maniobra anterior no se pueda realizar o resulte demasiado
forzada, se colocan dos bomberos con las manos en forma de cuchara por la espalda
de la víctima, para que cuando se retire el asiento ésta no se mueva. Las manos
siempre se deberán colocar lo más abiertas posibles para abarcar una mayor
superficie (ver fig. 4.14).
En este caso se debe inmovilizar el eje CCT de forma manual mientras se baja el
respaldo hasta que se pueda introducir la tabla para dejar a la víctima sobre ésta; es
de suma importancia, que en dicha inmovilización no se ejerza más fuerza de la
necesaria, ya que es muy habitual que en el momento de bajar el respaldo, se den
movimientos incontrolados. Recordemos que cualquier inmovilización debe ser neutra.
Mientras se inmoviliza el eje (ver fig. 4.15 y 4.16), un bombero baja el respaldo al
máximo y en cuanto la tabla pueda entrar se introduce abarcando todo el eje CCT. A
continuación se dejará a la víctima sobre la tabla, para finalmente bajarla al máximo
para facilitar su manipulación.
Esta maniobra es preferible a las anteriores, ya que es la tabla la que busca a la
víctima; de todas formas para poder tener hueco e introducir la tabla, es necesario
aplicar una de las dos técnicas descritas anteriormente. Así introduciremos la tabla
cuando el respaldo se separe de la víctima y se genere el espacio suficiente para
poder introducir la tabla.
Fig. 4.17 Introducir la tabla hasta Fig. 4.18 Deslizar a la víctima sobre la
que ésta sobrepase el sacro tabla si ésta no sobrepasa el sacro
Un bombero en cabeza. Es el que dirige, coordina y ejerce la tracción sobre
el eje CCT.
Dos bomberos al tronco. Se encargan de que la columna no sufra ningún
movimiento no deseado.
Un bombero a las piernas. Se encarga de que no se enganchen los pies y
ayuda en los movimientos.
Un bombero a la tabla. Introduce la tabla y permanece con ella durante la
extracción
La mejor forma de colocar a una víctima sobre la tabla larga es utilizando la técnica
del puente simple (ver fig. 4.19). Si bien esta técnica requiere que la víctima se
encuentre en decúbito supino y alineada, situación que no se va a dar dentro de un
vehículo. Aún así durante el proceso de colocación de la víctima sobre la tabla,
deberemos seguir los mismos principios que rigen la maniobra del puente simple, ya
que es la más indicada tanto para la víctima como para los bomberos.
Siempre debemos hacer que la tabla sea la que busque a la víctima, ya que es mucho
más fácil elevarla ligeramente o sustentarla mientras se baja un respaldo. Una vez
colocado todo el eje CCT sobre la tabla, será más sencillo deslizar a la víctima sobre el
plano que ofrece la tabla que cualquier otra maniobra.
En aquellos casos en que el traslado de la víctima del lugar del accidente hasta la
ambulancia sea largo y accidentado, se deberá inmovilizarla para conseguir un único
elemento solidario y estable. Para ello en cuanto sea posible, incluso dentro del
vehículo, se debe colocar el pulpo o correas y posteriormente el inmovilizador cervical.
La forma de coger la cabeza variará de una intervención a otra, siendo las más
habituales las que podemos ver en las siguientes imágenes:
Fig. 4.21 4.22 y 4.23 Alineación del cuello por delante, por detrás y por el lateral
Lo que tendremos que tener en cuenta a la hora de elegir por dónde vamos a
realizar el control cervical es:
La seguridad pasiva del vehículo.
El acceso más rápido y seguro.
La comodidad de la posición elegida.
Una vez hemos realizado la inmovilización manual del cuello, ya no dejaremos de
mantenerla aunque coloquemos el collarín. Sólo dejaremos de realizar dicha
inmovilización cuando la víctima esté en la tabla con el inmovilizador cervical y las
cinchas colocadas.
4.4.7.3.- Colocación.
En el caso de tener un obstáculo detrás de la cabeza, el collarín lo colocaremos
deslizando la parte trasera entre el obstáculo y el cuello, para posteriormente cerrarlo
(ver fig. 4.27). Y en el caso de no tener obstáculo deslizaremos la parte delantera del
collarín por el pecho de la víctima, hasta encontrar el mentón para después cerrarlo
(ver fig. 4.28).
Uno en cabeza.
Dos en el tronco.
Uno para colocar el chaleco.
8. Se inmoviliza la cabeza con las dos cinchas, y se sigue con el control
cervical.
9. Colocar las perneras cruzadas. Si sospechamos de lesiones a nivel de pelvis
o cadera no se colocarán cruzadas.
4.4.9.- Elección de la ruta de salida desde el punto de vista sanitario.
Dicho criterio sanitario viene condicionado principalmente por dos factores que
tendremos que valorar en cada situación de forma conjunta:
Angulo eje CCT: son los grados del ángulo que forma el eje CCT y la línea
que dibuja el camino de salida elegido, siendo mejor cuanto menor sea
dicho ángulo, ya que, implica menor manipulación del eje CCT.
Estado de la víctima: tras una valoración primaria, el sanitario y el mando
deben decidir si disponen del tiempo suficiente para realizar la mejor
manipulación o no.
Salidas en función del ángulo eje CCT. (ver fig. 4.29 y 4.30)
Salida 0º: El eje CCT tiene un ángulo con respecto a la ruta de salida de 0º.
Salida 30º: El eje CCT tiene un ángulo con respecto a la ruta de salida de 30º.
Salida 60º: El eje CCT tiene un ángulo con respecto a la ruta de salida de 60º.
Salida 90º: El eje CCT tiene un ángulo con respecto a la ruta de salida de 90º.
Fig. 4.29 y 4.30 (arriba y abajo) Salidas en función del ángulo eje CCT
Salida 0º
Pivotaje
Esta salida a 0º se lleva a cabo cuando encontramos a una víctima sentada en asiento
trasero del vehículo (ver fig. 4.31). Consiste en pivotar la tabla sobre el respaldo justo
en el momento en que se eleva mínimamente a la víctima del asiento; esta maniobra
ha de estar muy bien coordinada, ya que justo en el momento que se realiza esa
pequeña elevación, el bombero que está en la tabla debe dejar caer su peso para
ejercer la suficiente fuerza para permitir que pivote la tabla, a la vez que el bombero
que está en pies debe de evitar que éstos se enganchen.
Dos bomberos a los lados de la víctima, con una mano bajo la axila y la otra
bajo el glúteo (ver fig. 4.32).
Un bombero en control cervical.
Un bombero en pies (ver fig. 4.32).
Un bombero en tabla (ver fig. 4.33 y 4.34).
La salida se efectúa por la puerta trasera del lado contrario de la víctima, habiendo
una manipulación considerable del eje CCT.
Cuando nos encontramos ante un accidente con un vuelco lateral, la víctima tenderá a
estar de lado (ver fig. 4.37) y debemos de manipularla en la posición en que se
encuentra hasta que sea posible rotarla y dejarla en tabla en decúbito supino.
Fig. 4.39
2.- Posición Lateral de Seguridad (PLS).
El otro punto clave de esta maniobra está en el bombero de los pies, ya que, tiene
que ocuparse de que acompañen en todo momento al tronco en el giro.
Si la víctima es el conductor hay que valorar la posibilidad de cortar los radios del
volante para facilitar la rotación.
Desde el momento en que la víctima queda en PLS en la tabla (ver fig. 4.44), el
proceso es el mismo que en la salida decúbito lateral.
3.- Salida 90º (rotación).
4.4.9.3.- Extracciones frontales.
Esta maniobra de extracción requiere un gran esfuerzo físico, ya que una vez se
ha colocado a la víctima sobre la tabla, hay que deslizarla hacia la parte de atrás del
vehículo, es decir subirla hasta que los pies rebasen el salpicadero, momento en el
que se apoyan los pies en el mismo y se desliza la tabla, saliendo los pies por delante
hacia el motor.
5.- BIBLIOGRAFÍA.
- AROCA, Mª Dolores: (2005) Estudio médico legal de los cuadros lesivos en los
accidentes de tráfico. Servicio de Publicaciones, Universidad de Valencia.
- GARCÍA, José Luis et. al. Primeros auxilios y conceptos básicos de anatomía y
fisiología. Editorial Xaniño. Coruña (2003).
- JORDÁ, Pablo et. al.: Ergonomía del conductor de automóvil para la prevención
de lesiones en accidentes de tráfico. Revista de fisioterapia, UCAM. 2006; nº5,
pág 3-16.