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Estructura y función de la comunicación en la

sociedad*

Harold D. Lasswell

Harold D. Lasswell, sociólogo norteamericano, nació en el


año 1902. Profesor en la Universidad de Yale, es uno de los
padres y pioneros de la investigación sobre com unicación de
masas. Especialista en temas de psicología política, su me­
todología, esquematizada en su célebre «paradigma», ha
constituido una de las pautas fundamentales de la m ass
com m unication research norteamericana.

* Publicado orig in alm en te con el títu lo «The S tru c tu re an d Func­


tions of C om m unication in Society», en L ym an Bryson (ed.), The Com­
m unication o f Ideas, In stitu te for Religious and Social Studies, Nueva
York; H arp er & Row, N ueva York, 1948. R eeditado en B.B. Berelson/M.
Janow itz (eds.), (1955) (edición revisada).

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El acto de la comunicación

U na m an era conveniente de describir un acto de co­


m unicación es la que surge de la contestación a las si­
guientes preguntas:

¿Quién
dice qué
en qué canal
a quién
y con qué efecto?

El estudio científico del proceso de com unicación


tiende a concentrarse en una u o tra de tales preguntas.
Los eruditos que estudian el «quién», el com unicador,
contem plan los factores que inician y guían el acto de la
com unicación. Llam am os a esta subdivisión del cam po de
investigación análisis de control. Los especialistas que en­
focan el «dice qué» hacen análisis de contenido. Aquellos
que contem plan principalm ente la radio, la prensa, las
películas y otros canales de com unicación, están haciendo
análisis de medios. C uando la preocupación prim ordial se
cen tra en las personas a las que llegan los m edios, h a b la ­
mos de análisis de audiencia. Y si lo que interesa es el im ­
pacto sobre las audiencias, el problem a es el del análisis
de los efectos}
La u tilid ad de estas distinciones depende, por com ­
pleto, del grado de refinam iento que se considere ap ro ­
piado p a ra un objetivo científico o adm in istrativ o dado. A

1. Para m ás detalles, véase la Introducción en H arold D. Lasswell,


Bruce L. S m ith y R alph O. Casey, Propaganda, C om m unication and Pu­
blic Opinion: A Comprehensive Reference Guide (1946).

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m enudo, es m ás sencillo co m b in ar el análisis de audiencia
y el de efecto, po r ejem plo, que m antenerlos separados.
Por o tra p arte, puede in te resa r concentrarse en el análisis
de contenido, y con este fin subdividir el cam po en dos
zonas d istintas: el estudio de los datos, centrado en el
m ensaje, y el estudio del estilo, centrado sobre la organi­
zación de los elem entos que com ponen el m ensaje.

Estructura y función

A p esar del atractiv o que pu ed a ofrecer tra ta r estas


categorías con m ayor detalle, el presente com entario tiene
un objetivo diferente. No nos interesa tan to dividir el acto
de com unicación com o co n tem p lar el acto en su to talidad,
en relación con todo el proceso social. Todo proceso puede
ser exam inado bajo dos m arcos de referencia, a saber, es­
tru c tu ra y función, y nuestro análisis de com unicación
versará sobre las especializaciones que com portan ciertas
funciones, e n tre las cuales cabe distin g u ir claram ente las
siguientes: 1) la supervisión o vigilancia del entorno, 2) la
correlación de las d istin tas p artes de la sociedad en su
resp u esta al entorno, y 3) la transm isión de la herencia
social de una generación a la siguiente.

Equivalencias biológicas

A riesgo de su scitar falsas analogías, podem os lograr


u n a adecuada perspectiva de cu alq u ier sociedad hu m an a
cuando estudiam os la com unicación como una c aracterís­
tica de la vida en todos sus niveles. Un ente vivo, ya esté
relativ am en te aislado o bien en asociación, tiene proce­
dim ientos especializados en cuanto a la recepción de es­
tím ulos a p a rtir del entorno. T anto el organism o m ono­
celu lar com o el grupo de m últiples m iem bros tienden a
conservar un equilibrio interno y a responder a los cam-

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T

bios que se produzcan en el entorno a fin de m antener


dicho equilibrio. El proceso de respuesta exige m aneras
especializadas a las p artes del todo p a ra conseguir una
acción arm oniosa. Los anim ales m ulticelulares especiali­
zan sus células p a ra la función del contacto externo y p ara
la correlación in tern a. Así, entre los prim ates, la especia-
lización viene ejem plificada por órganos tales com o el
oído y el ojo, y el propio sistem a nervioso. Cuando las p a u ­
tas de recepción y disem inación de estím ulos funcionan
de m an era adecuada, las diversas p artes del anim al ac­
tú an concertadam ente con respecto al m edio am biente
(«alim entarse», «huir», «atacar»).
En algunas sociedades anim ales, ciertos m iem bros
desem peñan m isiones especializadas y vigilan el entorno.
Los individuos actúan como «centinelas», separados del
rebaño o m anada y creando un estado de a la rm a cada vez
que ocurre un cam bio a la rm a n te en los alrededores. El
trom peteo, cacareo o chillido del centinela b asta p ara po­
ner a todo el grupo en m ovim iento. E n tre las actividades
• em prendidas po r «líderes» especializados se cuenta la es­
tim ulación in tern a de «seguidores» p a ra a d ap tarse orde­
n ad am en te a las circunstancias pregonadas po r los centi­
nelas.
En un organism o individual, altam en te diferenciado,
los im pulsos que llegan y los que salen de él son tra n sm i­
tidos a lo largo de fibras que establecen una conexión
sin áp tica2 con o tras fibras. Los puntos críticos en el pro­
ceso se en cuentran en las «estaciones de relevo», donde el
im pulso que llega puede ser dem asiado débil p ara alcan­
zar el u m bral que hace e n tra r en acción el vínculo si­
guiente. En los centros superiores, corrientes separadas se
m odifican unas a otras, produciendo resultados que difie­
ren en num erosos aspectos del resultado final, cuando
cada una puede co n tin u a r por un cam ino propio. En toda
estación de relevo hay carencia de conductibilidad, con­
du ctib ilid ad total o conductibilidad interm edia. Las mis-

2. Sináptica se refiere al lugar de conexión en tre dos neuronas. (A/.


deE .).

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m as categorías se aplican a lo que o curre entre m iem bros
de u n a sociedad anim al. El astu to zorro puede acercarse
al gallinero de tal m odo que procure unos estím ulos de­
m asiado leves p a ra inducir al centinela a d a r la ala rm a , o
bien cabe que el an im al a ta c a n te elim ine al centinela a n ­
tes de que éste pu ed a p roferir m ás que un leve gem ido.
E videntem ente, existen todas las gradaciones posibles en­
tre con d u ctib ilid ad to tal y ausencia de conductibilidad.

El caso de la sociedad humana

Cuando exam inam os el proceso de com unicación de


c u alq u ier lu g ar o estado de la com unidad m undial, obser­
vam os tres categorías de especialistas. Un grupo vigila el
en to rn o político del estado com o un todo, otro co rrela­
ciona la respuesta de todo el estado al entorno, y un te r­
cero tran sm ite ciertas p au tas de respuesta de los viejos a
los jóvenes. D iplom áticos, agregados y corresponsales ex­
tran jero s rep resen tan a quienes se especializan en el en­
torno. E ditores, periodistas y locutores son correlatores de
la resp u esta in tern a. Los pedagogos, en fam ilia y en la
escuela, tra n sm ite n el legado social.
Las com unicaciones que se originan fuera pasan a tra ­
vés de secuencias en las que diversos em isores y receptores
están vinculados entre sí. S upeditados a m odificación en
cada punto de relevo en la cadena, los m ensajes originados
a p a rtir de un diplom ático o de un corresponsal en el ex­
tra n jero pueden p a sa r a través de despachos editoriales y
llegar finalm ente a m uy am plias audiencias.
Si nos im aginam os el proceso de inform ación a nivel
m undial com o una serie de marcos de atención, es posible
d escrib ir la frecuencia con la que un contenido es puesto
en conocim iento de individuos y grupos. Podem os inves­
tig a r el punto en el que deja de h a b e r «conductibilidad»,
y podem os ex am in ar la gam a en tre «conductibilidad to­
tal» y «conductibilidad m ínim a». Los centros m etropoli­
tanos y políticos del m undo tienen m ucho en com ún con

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la interdependencia, diferenciación y actividad de los cen­
tros corticales y subcorticales de un organism o individual.
Por tanto, los m arcos de observación hallados en tales
puntos son los m ás variables, refinados e interactivos en­
tre todos los m arcos de la com unidad m undial.
En el otro extrem o se en cuentran los m arcos de obser­
vación de los h ab itan tes de regiones aisladas. En general
no se da el caso de que las cu ltu ras p rim itivas estén to ta l­
m ente vírgenes de la civilización in d u strial. T anto si nos
lanzam os en paracaíd as sobre el in terio r de N ueva Gui­
nea, com o si aterrizam os en las vertientes del H im alaya,
no encontrarem os una trib u to talm ente desconectada del
m undo. Los largos hilos del com ercio, del celo m isionero,
de la exploración av en tu rera y del estudio científico, así
com o los de la guerra a escala m undial, llegan a los puntos
m ás distantes. N adie se encuentra totalm ente al m argen
de este m undo.
E ntre los prim itivos, la form a final asum ida por la
com unicación es la b alad a o el cuento. Sucesos lejanos al
m undo m oderno, sucesos que llegan en form a de noticia a
las audiencias m etropolitanas, quedan reflejados, por dé­
bilm ente que sea, en el m aterial tem ático de can tan tes y
recitadores de baladas. En estas creaciones, rem otos lí­
deres políticos pueden aparecer rep artien d o tierras entre
los cam pesinos o restableciendo la ab u n d an cia de la caza
en las m ontañas.
Cuando rem am os agua a rrib a en el flujo de la com u­
nicación, observam os que la función de relevo p ara los
nóm adas y los tribeños m ás alejados es realizada a veces
por los h ab itan tes de poblados sedentarios con los que
aquéllos en tra n en contacto. El agente del relevo puede
ser el m aestro de escuela, el m édico, el juez, el recaudador
de im puestos, el policía, el soldado, el vendedor a m b u ­
lante, el vagabundo, el m isionero o el estudiante, y en
cualquier caso es un nudo en la red de noticias y com en­
tarios.

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Equivalencias más detalladas

Los procesos de com unicación de la sociedad h u ­


m ana, u n a vez exam inados detallad am en te, revelan nu­
m erosas equivalencias con las funciones especializadas
que se en cu en tran en el organism o físico y en las socieda­
des anim ales inferiores. Así, por ejem plo, los diplom áticos
de u n estado se en cuentran esparcidos por todo el m undo
y envían m ensajes a unos pocos puntos focales. E vidente­
m ente, estos inform es proceden de m uchas fuentes y sólo
llegan a unos pocos, donde se relacionan entre sí. Más
tard e, la secuencia se am p lía en abanico bajo la p a u ta de
unos pocos en dirección a m uchos, como ocurre cuando
un m inistro de Asuntos E xteriores pronuncia un discurso
en público, cuando se publica un artículo en la prensa, o
cuando es d istrib u id o un noticiario en los cines. Las líneas
salientes del entorno exterior del E stado son funcional­
m ente equivalentes a los canales aferentes que envían los
im pulsos nerviosos en tran tes al sistem a nervioso central
de un solo anim al, y a los m edios con los que se disem ina
la a la rm a en un rebaño. Los im pulsos salientes, o eferen­
tes, p resen tan unos paralelos correspondientes.
El sistem a nervioso cen tral del cuerpo sólo en parte
e stá im plicado en el flujo total de im pulsos aferentes-efe-
rentes. Hay sistem as autom áticos que pueden a c tu a r unos
respecto a otros sin afectar en absoluto a los centros «su­
periores». La c apacidad del entorno in terio r es m antenida
p rin cip alm en te por m edio de las especializaciones vege­
tativ as o autónom as del sistem a nervioso. S im ilarm ente,
son m uchos los m ensajes que, en el in terio r de cualquier
E stado, no pasan por los canales centrales de com unica­
ción sino que surgen en el seno de fam ilias, vecindarios,
tiendas, equipos de trab ajo y otros contextos locales. En
su m ayor p arte, el proceso educacional es llevado a cabo
del m ism o m odo.
O tra serie de equivalencias significativas están rela­
cionadas con los circuitos de com unicación, que son p re ­
d o m in an tem en te de un sentido o de dos sentidos, según el
grado de reciprocidad entre com unicadores y audiencia.

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O bien, p a ra expresarlo de o tra m anera, hay com unica­
ción en dos sentidos cuando las funciones de enviar y re ­
cibir son efectuadas con la m ism a frecuencia por dos o
m ás personas. Suele suponerse que u n a conversación es
una p a u ta de com unicación en dos sentidos (aunque los
m onólogos son bien conocidos). Los m odernos in stru m en ­
tos de com unicación de m asas otorgan u n a ventaja
enorm e a quienes controlan los talleres de im presión,
equipos de radiodifusión y otras form as de cap ital fijo y
especializado. Pero debería tenerse en cuenta que las au ­
diencias «replican» (talk back), tra s una cierta dem ora, y
m uchos «controladores» (gate-keepers) de mass-media em ­
plean m étodos científicos de sondeo de opinión a fin de
acelerar este cierre del circuito.
Los circuitos de contacto en dos direcciones se hacen
presentes p articu larm en te en los grandes centros m etro­
politanos, políticos y culturales del m undo. N ueva York,
M oscú, Londres y París, por ejem plo, se encuentran en
intenso contacto de doble dirección, incluso cuando el vo­
lum en del flujo es drásticam ente reducido (como ocurre
en M oscú y N ueva York). Incluso hay puntos relativ a­
m ente insignificantes que se convierten en centros m un­
diales al ser convertidos en capitales (C anberra en A ustra­
lia, Ankara en T urquía, o el D istrito de C olum bia en Es­
tados Unidos). Un centro cu ltu ral com o la Ciudad del Va­
ticano m antiene u n a intensa relación de dos direcciones
con los centros d om inantes de todo el m undo. Incluso cen­
tros de producción especializada com o Hollywood, pese a
su preponderancia en cuanto a m aterial saliente, reciben
un enorm e volum en de m ensajes.
Cabe establecer o tra distinción entre control de m en­
sajes y centros o grupos de m anipulación de m ensajes. El
centro de m ensajes en el vasto edificio del Pentágono, en
el D epartam ento de G uerra de W ashington, transm ite
—sólo con algunos cam bios accidentales— los m ensajes
en tran tes a otros destinatarios. Tal es la misión de los ta ­
lleres de im presión y de las distrib u id o ras de libros, la de
los expedidores, operadores y m ensajeros relacionados
con la com unicación telegráfica, y la de los técnicos rela-

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d o n a d o s con las em isoras de radio y televisión. Estos ex­
pedidores de m ensajes co n tra sta n con quienes de alguna
m an e ra m odifican el contenido de lo que se ha dicho, fun­
ción que es p ro p ia de editores, censores y p ropagandistas.
Al h a b la r de los especialistas del sím bolo en general, los
dividim os, por consiguiente, en m anipuladores (o contro­
ladores) y expedidores; el p rim e r grupo suele m odificar el
contenido, cosa que no hace el segundo.

Necesidades y valores

Que hayam os señalado varias equivalencias funcio­


nales y e stru ctu rales en tre la com unicación en las socie­
dades h u m an as y la com unicación en los organism os vivos
no significa que podam os investigar provechosam ente el
proceso de com unicación en E stados Unidos o en el
m undo a través de m étodos especialm ente apropiados
p a ra investigar anim ales inferiores u organism os físicos
individuales. En psicología com parada, cuando describi­
m os p a rte de los entornos de u n a ra ta , un gato o un m ono
(es decir, una p a rte del m edio am biente que a tra e la a te n ­
ción del anim al), no podem os hacerle preguntas a la ra ta
y utilizam os otros m edios de percepción inferente.
C uando son seres hum anos los objetos de n u estra investi­
gación, podem os e n tre v istar al gran «anim al parlante».
(No se tra ta de que tengam os que a c ep ta r todo al pie de la
letra. A veces, concluim os lo opuesto de lo que una persona
dice que inten ta hacer. En este caso, dependem os de otras
indicaciones, verbales y no verbales.)
Tal com o hem os dicho, es posible estu d ia r las form as
vivas como agentes m odificadores del entorno en proceso
de satisfacción de necesidades y, por tanto, de m an ten er
un estado firm e de equilibrio interno. Alimentos, sexo y
o tra s actividades que im plican el m edio am biente pueden
ser exam inados sobre una base com parativa. Puesto que
los seres hum anos m u estran reacciones de habla, pode­
mos investigar m uchísim as m ás relaciones que en las es-

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pecies no h um anas.3 G racias a los datos aportados po r el
h a b la (y otros actos de com unicación), es posible investi­
gar la sociedad h u m an a en térm inos de valores, es decir,
con respecto a unas categorías de relaciones que son ob­
jetos reconocidos de gratificación. En E stados Unidos, por
ejem plo, no se requiere u n a elaborada técnica de estudio
p a ra discernir que poder y respeto son valores; nos es po­
sible dem ostrarlo escuchando testim onios y observando
lo que se hace cuando se presenta una oportunidad.
Es posible establecer una lista de los valores com unes
a cada m iem bro del grupo elegido p a ra la investigación, y
adem ás podem os d escubrir el orden de im p o rtan cia con
que tales valores son percibidos. Es posible clasificar a los
m iem bros del grupo de acuerdo con su posición en rela­
ción con los valores. En lo que a la civilización ind u strial
se refiere, no vacilam os en a firm ar que poder, riqueza, res­
peto, bienestar e inteligencia se cuentan entre los valores.
Si nos param os en esta lista, que no es exhaustiva, nos
cabe describir, en base a los conocim ientos disponibles
(por fragm entarios que éstos puedan ser), la estru ctu ra
social de la m ayor parte del m undo. Puesto que los valores
no están eq u itativ am en te distribuidos, la e stru c tu ra so­
cial revela m ayor o m enor concentración de poder, de ri­
queza y de otros valores en unas pocas m anos. En ciertos
lugares, esta concentración pasa de una generación a otra,
form ación de castas en vez de co n stitu ir una sociedad m ó­
vil.
En toda sociedad, los valores son m odelados y d istri­
buidos de acuerdo con unas norm as m ás o m enos d istin ­
tivas (instituciones). Las instituciones incluyen com uni­
caciones que son invocadas com o apoyo de la red de ac­
ción com o un todo. E stas com unicaciones son la ideología.
Por lo que se refiere al poder, cabe d istinguir entre la doc­
trina política, la fórmula política y la m iranda,4 En Estados

3. D ebidam ente trata d o , el acontecim iento hablado puede ser des­


crito con ta n ta facilidad y validez com o m uchos sucesos no hablados que
son utilizados, m ás convencionalm ente, com o datos en las investigacio­
nes científicas.
4. Miranda es p alab ra latin a que significa «cosa p ara ver» (N. de T.).

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Unidos, el individualism o rep resen ta la doctrina, los p á­
rrafos de la C onstitución, la fórm ula, y las cerem onias y
leyendas de la vida pública, las mirandas. La ideología es
com unicada a la joven generación a través de agentes es­
pecializados com o el hogar y la escuela.
La ideología sólo es u n a p a rte de los m itos de una
sociedad d eterm in ad a. Pueden existir contraideologías di­
rig id as co n tra la doctrina, las fórm ulas y las mirandas do­
m in an tes. Hoy en día, la e stru c tu ra del poder en las polí­
ticas m undiales se h a lla profundam ente afectada po r el
conflicto ideológico, así com o por el papel desem peñado
po r dos potencias gigantes, E stados Unidos y la Unión So­
viética. Las élites dirigentes se consideran unas a otras
com o enem igos potenciales no sólo porque las diferencias
e n tre E stados pueden c rista liz a r en una guerra, sino ta m ­
bién, en un sentido m ás ap rem ian te, porque la ideología
del otro puede a tra e r a elem entos disidentes en un país y
d e b ilita r la posición de poder interno de cada clase d iri­
gente.

Conflicto social y comunicación

En estas circunstancias, un elem ento dirigente se


m u estra receloso del otro y confía en la com unicación
com o m edio p a ra conservar el poder. Por tanto, u n a de las
funciones de la com unicación es la de facilitar inform a­
ción acerca de lo que está haciendo la o tra élite, así como
sobre su poderío. Dado el tem or de que los canales de in­
form ación estén controlados por los otros, con el fin de
rete n er y deform ar, existe la tendencia a rec u rrir a una
vigilancia secreta. Por consiguiente, el espionaje in te rn a ­
cional se intensifica por encim a del nivel usual en tiem po
de paz, y adem ás se hacen esfuerzos p ara «enm ascarar» la
p ro p ia id en tid ad a fin de c o n tra rre sta r la vigilancia del
enem igo potencial. Por o tra p a rte se em plea la com uni­
cación con el propósito de establecer contacto con audien­
cias situ ad as dentro de las fronteras de la o tra potencia.

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E stas diversas actividades se m anifiestan en el em ­
pleo de agentes abiertos o secretos p a ra investigar al otro
bando, en tareas de contraespionaje, en censura y restric­
ción de viajes, y en em isiones de radio y otras actividades
inform ativas a través de las fronteras.
Las élites dirigentes están tam b ién sensibilizadas res­
pecto de potenciales am enazas en el entorno interior.
A parte de em plear fuentes de inform ación abiertas, ta m ­
bién se ad o p tan m edidas secretas. Se tom an precauciones
p a ra im poner «seguridad» a tan ta s cuestiones políticas
com o sea posible. Al propio tiem po, la ideología de la élite
es reafirm ad a y las ideologías co n trarias son suprim idas.
Los procesos aquí esbozados son paralelos a fenóm e­
nos que cabe observar en el reino anim al. Se em plean
agencias especializadas p a ra m antenerse ale rta frente a
las am enazas y las posibilidades de acción que sum inistra
el entorno exterior. Paralelam ente la vigilancia se ejerce
tam bién sobre el entorno interior, puesto que entre los
anim ales inferiores es posible e n co n trar ciertos pastores
de rebaño que dan m uestras de tem er tan to a los ataques
del in terio r como del exterior, m anteniendo una m irada
in tra n q u ila sobre am bos entornos. Existen m edios de vi­
gilancia preventiva: ciertas especies disponen de medios
bien conocidos, por ejem plo la p a n ta lla de hum o líquido
e m itid a por el ca la m a r o la coloración del cam aleón. Sin
em bargo, no parece posible la equiparación con la distin ­
ción entre los canales «secreto» y «abierto» de la sociedad
h um ana.
D entro de un organism o el paralelo m ás próxim o a la
revolución social sería el crecim iento de nuevas conexio­
nes nerviosas con aquellas partes del cuerpo que rivalizan
con las estru ctu ras existentes de la integración central, y
que pueden ocupar el lugar de éstas. ¿Puede decirse que
esto ocurre al d esarro llar el em brión en el vientre de la
m adre? O p ara to m a r un proceso destructor, ¿podemos
decir, con razón, que se da una vigilancia interna con res­
pecto al cáncer, si los cánceres com piten por los sum inis­
tros alim enticios del cuerpo?

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Comunicación eficiente

El presente análisis im plica la existencia de ciertos


criterios de eficiencia o de ineficacia en la com unicación.
En la sociedad h u m an a, la eficacia del proceso depende
de las posibilidades de juicio racional que ofrece. Un juicio
racio n al im plica objetivos de valor. En las sociedades an i­
m ales, la com unicación es eficiente cuando ayuda a sobre­
vivir o en cu alq u ier o tra necesidad específica del grupo y
cabe ap licar el m ism o criterio a un organism o individual.
U na de las tare as de u n a sociedad racionalm ente or­
ganizada es la de d escubrir y co n tro lar todo factor que se
in terfiera con u n a com unicación eficiente. Ciertos factores
lim itativos son psicotécnicos. Las radiaciones d e stru c ti­
vas, p o r ejem plo, pueden e sta r presentes en el m edio am ­
biente y sin em bargo p a sa r desapercibidas debido a las
lim ita d as posibilidades del organism o carente de m edios
p a ra detectarlas.
Pero incluso las insuficiencias técnicas pueden ser su­
p erad as por el conocim iento. E n los últim os años, las em i­
siones de radio en onda corta han sido interferidas por
alteraciones que, de no ser superadas, obligarán a prescin­
d ir de esta m o d alid ad de em isión. D urante los últim os
años, sin em bargo, se han conseguido progresos en cuanto
a fac ilita r su stitu to s satisfactorios p a ra una audición o
una visión defectuosas. Un avance m enos espectacular,
pero no m enos im p o rtan te, ha sido el descubrim iento de
cóm o corregir unos hábitos inadecuados de lectura.
Hay, desde luego, obstáculos deliberados en el cam ino
de la com unicación, com o son la censura y la d rástica su­
presión de los viajes. H asta cierto punto, los obstáculos
pueden ser soslayados m ediante u n a hábil evasión, pero
es indudable que a la larga será m ás eficiente librarse de
ellos p o r m edio del consentim iento o de la coacción.
La ignorancia es un factor persistente cuyas conse­
cuencias nunca han sido adecuadam ente investigadas.
Aquí, ignorancia significa ausencia, en un punto d eterm i­
nado del proceso de la com unicación, del conocim iento
disponible en otro punto cu alquiera de la sociedad. El per­

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sonal destinado a reu n ir y disem inar la inform ación, ca­
rente de una form ación apropiada, tergiversa o descuida
continuam ente ciertos hechos, si definim os los hechos
com o lo que el observador objetivo y adiestrado podría
h allar.
La falta de cualificación puede, tam bién, co n trib u ir a
la ineficacia de la com unicación. Con excesiva frecuencia
el com unicador consigue su prestigio gracias a la u tiliza­
ción de hechos deliberadam ente falsos o deform ados. En
pos de la «prim icia», el reportero da un cariz sensaciona-
lista a u n a anodina conferencia internacional y contribuye
a la im agen po p u lar de la política internacional como con­
flicto intenso y crónico, o poco m enos. Los especialistas en
com unicación con frecuencia no logran m antenerse al día
en relación con las nuevas técnicas; piénsese, por ejem plo,
en la reticencia con la que han aceptado los nuevos pro­
cesos audiovisuales. Y a pesar de las investigaciones que
se h an hecho sobre el lenguaje, son m uchos los comuni-
cadores de m asas que utilizan equivocadam ente las p a la ­
bras. Esto es lo que ocurre, por ejem plo, cuando un co­
rresponsal se deja absorber por el am biente extranjero y
olvida que la audiencia de su país no posee una equiva­
lente experiencia directa en lo tocante a «izquierda»,
«centro» y otros térm inos sem ejantes.
A parte de los factores de h ab ilid ad o capacidad, el
nivel de la eficiencia se ve a veces afectado por la estruc­
tu ra de la personalidad. Una persona op tim ista y decidida
puede seleccionar los hechos que presentan una visión de
los acontecim ientos no m atizad a y, por tanto, exagerada­
m ente o ptim ista. En cam bio, personas pesim istas y exce­
sivam ente cautelosas seleccionan elem entos m uy distin ­
tos y que vienen a confirm ar sus m alos «presagios». Hay
tam bién diferencias im portantes entre personas de d i­
versa lucidez y energía.
Algunas de las m ás serias am enazas contra una co­
m unicación eficiente p ara la com unidad considerada
com o un todo se relacionan con los valores del poder, la
riqueza y el respeto. Es m uy posible que los ejem plos más
notables de distorsión de poder se ofrezcan cuando el con­

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tenido de la com unicación es deliberadam ente ajustado
p a ra que se am olde a u n a ideología o a u n a contraideolo­
gía. Las distorsiones relacionadas con la riqueza no sólo
proceden de intentos p a ra influenciar el m ercado, por
ejem plo, sino tam b ié n de unas concepciones rígidas del
interés económ ico. Un ejem plo típico de ineficiencias re­
lacionadas con el respeto (clase social) se presenta cuando
u n a persona de clase superior sólo se relaciona con otras
p ersonas de su m ism o e stra to y olvida corregir su perspec­
tiva al e n tra r en contacto con m iem bros de las dem ás cla­
ses.

La investigación en la comunicación

La a n te rio r lista de ciertos factores que interfieren la


eficiencia de la com unicación indica los tipos de investi­
gación que cabe rea liz a r fructíferam ente en eslabones re­
presentativos de la cadena de com unicación. Cada agente
es u n vértice de factores am bientales que se entrecruzan
de form a aleato ria. Todo el que efectúe u n a función de
relevo puede ser exam inado en térm inos de input y output.
¿Qué datos son som etidos a la atención del eslabón de
relevo? ¿Qué es lo que éste tra n sm ite al pie de la letra?
¿Qué es lo que descarta? ¿Qué es lo que reelabora? ¿Qué
es lo que añade? ¿Cómo se relacionan las diferencias en
input y output con la c u ltu ra y la personalidad? Al contes­
ta r a estas preguntas, es posible sopesar los diversos fac­
tores en conductibilidad, ausencia de conductibilidad y
co n d u ctib ilid ad m odificada.
Además del eslabón de relevo, debem os considerar el
p rim e r eslabón de la secuencia de com unicación. Al estu ­
d ia r los centros de interés del observador principal, se po­
nen en evidencia dos series de influencias: los datos a los
que e stá expuesto, y los hechos de su entorno. Un agregado
diplom ático o un corresponsal extranjero está expuesto a
los mass-media y a la c h arla privada; asim ism o, pueden
co n ta r soldados, m edir em plazam ientos de cañones, ano-

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ta r horas de trab ajo en u n a fábrica, y ver la m an teq u illa y
el jam ó n que hay en cada m esa.
En realidad, es útil considerar el m arco de atención
del escalón de relevo, así como del eslabón p rim ario, en
térm inos de exposición a los m edios y a los no-m edios. El
papel de los factores exteriores a los m edios es m uy débil
en el caso de m uchos operadores de relevos, m ientras que
adquiere indudable im p o rtan cia en lo que se refiere al ob­
servador principal.

Masas y públicos

Hay que señalar que no toda persona es m iem bro del


público m undial, aunque pertenezca, h a sta cierto punto,
al grupo de «observadores» del m undo. Para pertenecer a
esta m asa b a sta con poseer unos sím bolos de referencia
com unes. Todo el que tenga un sím bolo de referencia p ara
Nueva York, N orteam érica, el hem isferio occidental o el
globo, es m iem bro, respectivam ente, del grupo de obser­
vación de N ueva York, N orteam érica, el hem isferio occi­
dental y el globo. En cam bio, p a ra ser m iem bro del pú­
blico de N ueva York, es esencial p a rticip a r de la actividad
pública en N ueva York, o que afecte expresam ente a
Nueva York.
El público de E stados Unidos, por ejem plo, no se li­
m ita a residentes y ciudadanos, ya que los no ciudadanos
que viven m ás allá de la frontera pueden tra ta r de influen­
ciar las políticas norteam ericanas. En cam bio, no todo el
que vive en E stados Unidos es m iem bro del público nor­
team ericano, puesto que se necesita algo m ás que una
atención pasiva. Un individuo deja de ser m iem bro de la
m asa y se convierte en público cuando asp ira a influenciar
en la vida pública.

Grupos de sentim iento y públicos

Es preciso tener en cuenta o tra lim itación antes de


poder clasificar co rrectam ente a un grupo o a una persona

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$ ■ M ORAGAS, S o c io lo g ía II
d a d a com o m iem bro de un público. Las dem andas res­
pecto a la política pública pueden ser objeto de debate. El
público m u n d ial es relativ am en te débil y subdesarro-
llado, en p a rte porque suele e sta r subordinado a unas zo­
nas de sen tim iento en las que no se p erm ite debate alguno
sobre las cuestiones políticas. D urante u n a g uerra o una
crisis bélica, p o r ejem plo, los h a b ita n te s de u n a región se
ven a b ru m a d o ra m en te obligados a acep tar ciertas im po­
siciones políticas. Puesto que el desenlace de u n conflicto
depende de la violencia, y no del debate, en tales condicio­
nes no hay público. H ay u n a red de grupos unidos por el
sen tim ien to que a c tú a n com o m u ltitudes y, po r consi­
guiente, no to leran disensiones.5
A p a rtir del citado análisis, está claro que hay obser­
vación, público y áreas de sentim iento con diversos grados
de influencia en la política m undial. E stas zonas están
relacionadas con las características estru ctu rales y fun­
cionales de la sociedad m undial, y especialm ente del po­
der m u n d ial. Es evidente, por ejem plo, que las potencias
m ás fuertes tienden a estar agrupadas en la m ism a área de
atención, puesto que sus élites dirigentes se m iran entre sí
com o una grave am enaza potencial. Las potencias m ás
fuertes p restan , proporcionalm ente, m enor atención a las
potencias m ás débiles que éstas a las p rim eras, ya que las
potencias m ás fuertes suelen ser fuentes m ás im portantes
de am enaza, o de protección, p a ra las m ás débiles, que
éstas p a ra las m ás fuertes.6
La e stru c tu ra de observación dentro de un E stado es
un índice valioso del grado de integración del E stado.

5. La distinción en tre la « m ultitud» y el «público» fue tra za d a en


los textos de crítica italianos, franceses y alem anes que surgieron alre ­
d edor del uso generalizado, p or p a rte de Le Bon, del concepto de m u lti­
tud. P ara un sum ario de esta lite ra tu ra , debido a un eru d ito que m ás
tard e se convirtió en uno de los m ás productivos científicos sociales en
este cam po, véase R obert F. Park (1904).
6. Las proposiciones expuestas en ese párrafo son hipótesis propias
p a ra ser a b arcad as p o r la teoría general del poder, a la que nos referim os
en otros párrafos de este artículo. Véase tam b ién H arold D. Lasswell y
Joseph M. G oldsen, «Public A ttention, O pinion an d Action», en The In ­
ternational Journal o f O pinion and Attitude Research (1947), pp. 3 a 11.

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Cuando las clases dirigentes tem en a las m asas, los diri­
gentes no com parten la visión de la realid ad del ciuda­
dano m edio. Cuando la im agen de la realid ad que tienen
los reyes, presidentes y gabinetes no puede circular a tra ­
vés de todo el E stado considerado en su conjunto, el grado
de discrepancia m u estra h asta qué punto los grupos d iri­
gentes b asan su p oder sobre la distorsión de la realidad.
O bien, p a ra expresar la cuestión de otro modo: si la
«verdad» no es co m p artid a, los elem entos dirigentes es­
peran un conflicto interno, antes que una acom odación
arm oniosa al entorno exterior del E stado. Por consi­
guiente, los canales de com unicación son controlados con
la esperanza de organizar la atención de la com unidad en
general, de tal m odo que sólo lleguen respuestas conside­
rad as com o favorables p a ra la posición de poder de las
clases dirigentes.

El principio del conocim iento equivalente

Se dice a m enudo, en teoría dem ocrática, que la racio­


nalid ad de la opinión pública depende de sus conocim ien­
tos. No obstante, hay un a gran am bigüedad en cuanto a la
n atu raleza del conocim iento, y a m enudo se da a este tér­
m ino una equivalencia con el conocim iento perfecto. Una
concepción m ás m odesta e in m ed iata no sería h a b la r de
ilustración perfecta sino de ilustración equivalente. La es­
tru c tu ra de observación de una política dada por un es­
p ecialista to talm ente entregado será m ás elaborada y re­
finada que la del lego, y podem os tener la seguridad de
que esta diferencia siem pre existirá. Sin em bargo, es m uy
posible que el especialista y el lego se m uestren de acuerdo
en los térm inos am plios de la realidad. Uno de los objeti­
vos que podría fijarse la sociedad dem ocrática sería el de
conseguir un conocim iento equivalente entre el del ex­
perto, el del dirigente y el del ciudadano.
E xperto, dirigente y ciudadano pueden tener la
m ism a apreciación aproxim ada del crecim iento de la po­

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blación en el m undo. Pueden c o m p a rtir las m ism as ideas
generales sobre la p ro b ab ilid ad de u n a guerra. N ada tiene
de fantástico im ag in ar que los controladores de los mass-
media de com unicación se situ a rá n en cabeza p a ra a p o rta r
u n elevado grado de equivalencia en la sociedad entre la
im agen del profano sobre las relaciones im portantes, y la
im agen del experto y del dirigente.

Resumen

El proceso de la com unicación en la sociedad realiza


tres funciones: a) vigilancia del entorno, revelando am e­
nazas y oportunidades que afecten a la posición de valor
de la com unidad y de las p artes que la com ponen; b) co­
rrelación de los com ponentes de la sociedad en cuanto a
d a r u n a resp u esta al entorno; c) transm isión del legado
social. En general, cabe en c o n trar equivalentes biológicos
en las asociaciones h u m an as y anim ales, y en la econom ía
de un organism o individual.
En la sociedad, el proceso de com unicación revela ca­
racterísticas especiales cuando el elem ento dirigente tem e
al am b ien te interior, así com o al exterior. Al c a lib ra r la
eficacia de la com unicación en cualquier contexto dado,
es necesario ten er en cuenta los valores en juego, así como
la id en tid ad del grupo cuya posición se está exam inando.
En las sociedades dem ocráticas, las opciones racionales
dependen del conocim iento, el cual, a su vez, depende de
la com unicación y, m uy en especial, de la equivalencia de
observación en tre dirigentes, expertos y profanos.

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