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1. Gauchos ¥y paisanos. Las modificaciones introducidas en Je industria, ou- ropea del tejido hacia Ia sexta décads del pasado siglo ee tanto requerian lana larga, repercutieron en. muestro pals productondo tanto la seleccidn y perfeccionamion’o A lar razas ovinas, como un notable incremento de le sroduceida Ionere, La excelente y stil mompgrafia de Eiberti? sintetina bien la situacién: on 1850 se expor- taron 7,681 toneladas de lana; en 1858, 12.455; en 1858, 18.950 y en 1875, 90.720 toneladas. Vale decir que en Yeintivinice afios las exportaciones aumentaron en Um 4.180 por ciento. El incremonto ovino no supone por cierto, abandono de la antigua riquoza bovina. También reproduce Gi; Gerth, sobre el particular, una observaciéa de Jurado® que sefela la Telacién entre ambas riquezas genederas Gurente ei periodo 1852-1873: en el bienio 1852-1853 Joe productos ovinos exportables alcarzaben. wn cuarto Gel valor de los bovinos; en 1862-1863, los valores expor- tables de ambos ce igualaban; y en 1872-1673 los ovinos 2 Grama, Honasio, Historia econémica de Ia ganaleria. er gonting, Baers Aices, ed. Solar/Hackete, 2 ed. 1961, pp. 152-465 T fuvaazo, Jost Manta, vide Anales de te Sociedad Rural Arger- tina, 08, 1895. 218 producen un 50 a 60 por ciento més que los bovinos. ¥ Jurado puntualiza: “Esto-no quiere decir que las vacas hayan quelado estacionarias en los valores que produ. cian, porque entre 1853 y 1863 aumentaron esos valores en un ochenta por ciento y de 1863 a 73 en otro tanto, pero las ovajas aumentaron en le primera década un se. ntos por ciento y en la segunda un trescientos por ciento aproximadamente”” El frenest ovino se mantuvo a pesar de los inconve- nientes, En 1868 los Hstados Unidos establecieron ciertas restricciones aduaneras que hicieron peligrar auestros productos lanares; pero entonces los criadores de ovejas buscaron una salida por las graserias, Mariano Balcarce calcula que legaron a sactificarse en graseties quince millones de reces ovinas, y hay quien asegura que, en- tre 1868 y 1874, se Hegé a cambiar ovejas por gallinas en proporeién 1 por 1. De cualquier manera, lo cierto es ue Tas ovejas ccupaban dia a dia més superficie, de Plazando a las vacas a zonas mis alejadlas: esto se debié al conocido fenémeno de que la vaca transforma las pra. deras y mejora Ios pastos; y asi, més 0 menos cada fus- tro, Tas delicadas ovejas cdpaban campos refinados por las atin toscas vacas de largas guampas. Los choques de intereses entre criadores de vacas y de ovejas fueron harto comunes, y las rencillas alternahan cotidiana- mente con el abigeato; a estas rivalidades se sumé bien Pronto Ja tirria de los gantaderos contra los agricultanes; ¥ cada vez se hacia mis neceserio delimitar las tierras, tanto para evitar las incursiones de ganados por campos ajenos cuanto Jos arreos a campo traviesa, estos wiltimos @ menudo malintencionados, que ocasionaban pérdidas, disgustos y conflictos, La valiosa contribucién de barra? sobre la historia del alambrado, informa que, si bien en 1845 so roded 8 Saaxna, Nom, S, Historia del alambrado en le Argentina, Buenos Aires) Rrigal, 1955. Hay edicién EUDEBA, Bucase Anes, 1966 (Bibliotecr de América, Libvos del Tiempo Nuevo, 1 20) 26 la huerta y jardin de lalestancia Santa Marfa de Richard B, Newton con un alambre de un dedo de grueso, solo ent 1855 se Tlevé a cabojel primer ensayo serio de cercar parcelas importantes con alambrado de cuatro hilos; esta ianovacién fue debida al oénsul prusiano Francisco Hal- bach, quien la imtrodujo en su estancia Los Remedios, con gran aplauso de Sarmiento por haber osado [sic] cerear con slambre su estancia, Por su parte, agrega Gi- bderti * que hasta entonces solo se separaban algunas par- celas destinadas a la agriculture por medio de fosos y cercos de espinas —en el centro y Norosste con pircas—, recordando que en los Anales de Ia Sociedad Rural de 1883 se destacaba: “Hasta el-afio 1875 nuestros ganade- ros vivian poco menos que a Ia buona de Dios"; y os claro que eran cosas communes el abigeato y la invesién de intrusos en los campos de mejores pastos. Segim Gi- berti, es el aumento de ovinos lo que apura la necesidad de alambrar; como hemos dicho ya, creemos que conc trieron otros factores. Pero lo importante es que prel feré el alambrado en poco tiempo: la importaciin de alambre correspondiente al cuatrienio 1877-1881 aleanz6 a 55.645 toneladas, cantidad suficiente para alambrar um perimetro de més de sesenta kilémetros. Los primeros alambrados, sia embargo, exigian mu- cho trabajo y resultaban costosos, pues era cast impres cindible guarecerlos por una zanja paralela, a fin de que el ganado no Ios volteara arrimandose a ellos para res- carse, En 1878 Mariano Zambonini expuso en Palermo, Por primera vez, una muestra de alambre de pias, solu: cién radical para que el ganado buscara otras formas d¢ quitarse los pruritos; peto no tuvo inicialmente éxito alguno, y su aceptacién universal fe muy lenta. Aun en 1902, Ia Sociedad Rural Argentina debié responder a una consulta del gobierno sobre la conveniencia de “prohibir el uso do alambres de pita en los cercos con. ‘iguos a los caminos piblicos para evitar las heridas de + Vide Gramest, Hs Historia econémiica, p. 185, jos animales on transite, que acarres, le imutilizacién 10s ayhas pioles® Entonces la Sociedad Rural dio et Sfacet al ponzante alambre, rechazando de plano la Po Piiidad Ge tal prokibicién. Y le pampa comenz6 a eri arse de piias hirientes. . 60 ndnbaron, ad, 1as bien remmuneradas tareas de lor anjeadores) (en su mayoria vascos e irlandeses) Redu- je ‘nalmente los Targos rodeos, las maiiane- serltampinelas’ 7 ins ‘recogidas’ de que hebla Ascasubl + ye! plécido andar por la pampa a campo taviese fon al Yin, que santo imprestond « Cunninghame Gralam* SE hombre de capo se-vio precisado 0 agregar & < apere jTos nuevos elementos caracteristicos: la ‘california’ y un permo para estirar el alambre. Sbarra reproduce yee potas Campa de Buenos Aires de Miguel D. Btche- que describe al ‘mensual’ de la pampa conten “tenia un recado sencillo, corto, e la usanza surera, al borde de Ie encimera Ta california tocaba gn ruido seco de aldaba Ia Have torniquetera ®. vide Sanaa, N. Sy Hietoria del olambrao, pp. 7477 (eh EUDEBA, pp. 2657) seca, ean, Patino Laer (180 Ana ot Gallo ea ath pct eentnn eric a 106 3 Ae gece praia 7 Gee sara), 7 Saneas Vers (812), Cen saute ead 6° Doce dca cbes, com loge Js nh ene 7 Se Sicha oe BUDEEA, Buenos rs Seno 2S Baty Mato, 215, 1980 y Met, ors Gnason, Roxene By Ht Rio dele Pit, on eee de Sane Cano, Bubs co 092 con ate Pea in ita en ec Peter, Buenos Aish Begin Sioim en Busancho (Ertarpas)- aa ng Hlstria del alambrad, » 76 (ek. BUDEBA, 103). 2 eupuesn ‘ine! es un pan agweento 18 ‘Pras esta breve introduccién, yolvamis 2 comparar répidamonte las realidades argontinas que vieron, 7¢° pectivamente, Hutchinson y Bryce, referidas shove solo Pretpito rural. Hecia 1865 la campatia estaba pobleada Sie aoe vacunos cricilos enjutos, de patas largas y enor, Mes quampas, que debian terminar eus andanzas 6m misdere # Algunas parcelas se araban con elementos sirevcos, casi totalmente de madera, y se defendian 26° Biante foros y ramas. En 1876 Adolfo Alsina, i GeMhe Gucrca dol prosidente Avellaneda, Fageniero francés Alfred Ebelot para que, comstniyes® ingeniemje de tres metros de anche por 215 metzoe de Tashundidad desde Fortin Guerrero (sts de Cordoba) hes Pre ee plance: cl célebre ‘zanjon de Alsina’ quis $ aleor que alli terrainabe ol pais cfilizados mils 21%, indicor dUGerierts poblado de indios bolicoses, con algtin Forin aislado que resguardeba la frontera. Apenas, & pore arciado ta inmigraciéa; practicamente no habia saaha art El aga oo extrala de los pozos con baldes de colonies xs 0 menos ingeniosos, que Sbarra he, descrito caer, as poribiligades —y por mucho tiempo basta 18: perspectives de circulacién baterna en tan vattos Terie Hos, eran mulas™>. . Seltemos ahora hasta 1910. Alamabrados, molinosy forrseurelies, teligeafos, prolieracién urbana, multipl- xeend de utensilios pars los usos mds diversos, desapor'- cidad ¢ vaifo, supresién del bandidaje Srontarizo, ejército Cun ae y comsiguiente fin de “evas’,colonizacions aur! cer atenciva, granjas, tambos, ganedos de pedigno, fablamiento de ovmos... Sin duda, el cambio operado 10 Véase fotografia y, deeeripeién de un vacano do 1860 om Greener, H, Historia econémion, p. 114 aoe i lonizatién, vide Scxopazoctesn, Ronearo, Hivore oninte iaen argentina, Buenos Aires, Haigel, 1955. gels atari de las aguas + el encliro, La Pista, BI egiel, 1961, cap. TH y TV. Fe ae Masengen, ML, Rastrilader, huellas 7 amines, “om Ruigel, 1956. 19 on la vida rural ha sido grande, intenso; radical. Y ese Pavoroso cambio modifies, claro esté, al tradicional po. blador de nuestros campos. A propésito, declara Gibort en tono apodictico, haciéndose eco de uma creencia gene. Tebizada: “Los hilos del alembrado don también el golpe dle gracia a} gaucho, que finaliza inexorablemente bo vida andariega y ociosa Esta afirmacién, sin duda harto significative, no es caprichosa, tremochada, ni tampoco original; por el con {rario, se acepta universalmente, Pero cabe preguntarse si por sabida y aceptada es proporcionalmente veraz, Para cllo, conviewe analizar qué es eso que se llama gaucho, © mejor, y para ser més precisos, qué ha sido stoosir mente eso que Iamamos gaucho, Si, con Ja inmensa mayoria de sus coeténeos, darnos crédito absoluto al parecer de Wernicke *, soguramente {oincidiremos con Giberti en que Ta vida del gaucho era “andariega y ociosa”. La élite a que pertenecia Wernicke entendia, por concentracién de las ideas cireulantes eo los émbitos de su clase y del portelio, que gaucho tenia sinonimia intrinseca con ‘vago’. Para’el porteiio acomo, dado, tanto de la élite cuanto dela burguesia ascendiente, el gaucko no era el peén do campo, sino el orillero do los mataderos suburbanos y, por gramita extonsién, el bane dolere ruzal. ¥ como los patrones de estancia Hameben Cominmente asf, en le provincia de Buenos Aires, a todo Relhochor eriolio, os mismos paisanos, a pesar suyo y Sobre todo en el trato con ous amos, Hegaron a voces a minusvalorar lo gaucho, aunque les doliera el alma fesprenderse externamente de algo que empapaba lo mae intimo de su ser. Hay centenares de titulos y decenas de autores que se han oeupado del gaucho. Hace muy poco ha aparecido * Gunawry, H,, Historia... 9.185, Hi Namaces, Boscom,’ Memories de un portin de estan cla, Buznos Aires, Kraft, 1946, a 220 en Montevideo un macizo trabajo de Assuncao*®, que puntualiza minuciosamente los valores diversos del voca blo a Jo largo de los atios'en el Rio de la Plata, preferen- temente en la Banda Oriental. Alli no felta tampoco un extenso y serio estudio etimolégico, que concluye en que nuestro vocablo gaucho pueda derivar del francés gauche; de tal manera, resultarla que en In médula etimologica gaucho equivaldria a ‘no dies, quish spurte matiz, peyorative— hasta a ‘torcids’ Dejemos tan delicada y erudita discusiOn a los filé- logos, que para algo san 1o8 especialistas. No mos mueve cl andlisis del vocablo, sino de la mentalidad; seguramen. te al gaucho Je preocupa muy poco saber de dénde pro- viene su nombre genérico, Y aunque no buscamos la Polémice, estimamos que para aprehender la mentalidad al gaucho convene dechigarse’ del ‘posade bagaje que constitnye un supuesto criterio de autoridad. Esta especie de rebelién obedece a que una gran cantidad de autores que se han ocupado del gaucho como personaje ‘tipico’ ha Pertenecido a Jas clases dirigentes y pensado como ellas, mientras otro niimero eguivalente (ora'con firme afan politico, ora por mero snobismo) se ha yalido del gancho Some palanca para la exaltacién del proletariado Aten diendo a los ultimos cien afios, pareciera que solo esea. sisimos autores han comprendido lo gaucho y han ex. Puesto el sentir gaucho con sentido autentico: y Ia palana, Claro esti, conresponde a José Hernéndez. Ademés, hay abundantes cuadros muy. vivos, sinceros e ingenuos del gaucho y de lo gaucho, debidos a la aguda observacién do muchos viajeros que recorrieron nuestra campaia y expusieron sus impresiones sin prejuicios de efrculo, En la época de la revolucién emancipadora —deja- mos de lado lo colonial—, el grupo dirigente radicado en Buenos Aires daba a gaucho un valor altamente despec- tivo, sin exceptuar ni al mismo Belgrano, tan conocedor 26 Astuxoao, Fenwanoo 0, ZI gaucho, Montevideo, Imprenta Nacional, 1963, oat del intorior y tan sensible para aprohond la emotividad Gopaler. Pare Belgrano, el paisariaie ppeleabs con heroiesto Petoraje infsaitos**, pero con dmb ‘solo patristic, Si 3 orale Haverecado, pues esperabe lograk BU, ee eiat a sus cosas a dsiratar @° Sody'S ue, de alli aque a9 valiera xaweho de esos “Leche soso", on la seguti= qu Sie que con om sargento desoforadg Co capaces god eae en semeridad al Cid". Tapio Belgrano como de rofredes del grapo dirigente de Pocrre “Aires, DEO- sus core tar el uso del vocablo gaucho Foran’ ‘ante cureben eviyoraban, entendian que, ere Ofna Una to cEcepcibn se dio en San Martin, ome ‘estaba mola fen dal vorebulacio tradicional Je ‘a élite y a roclive como ouen conductor militar de gerse— & Pe ciempre de mocismos regionales, segim puede valor fheimente quien se tome el tabale de disecar cseMseritos y extract de ellos modismns F ros idiomé- “Hos adecuados siempre al arabiente BORO, de donde bizo Je guerra, sea on el Norte, em “Mendoza,-en Chile o en ta goetgin Mary Grahaen, él mist 1p express que, & pert ioe do Harum-al-Rasthid, sols restr fondds ¥ seme fagares populares, disfrazado do pater) ‘namilde, ros lageret ue pensaba 7 qperia y Baca fe gente co” pare ecada tiene pues, de oxirafe, que Sa ‘Martin se8 vr 4ai9, sedenabes' 29, Tucomio, Ofide de BSIEE al Sx rama Posse Ejacutino, ef Documentos dt ‘chive d Belgrano, EY, po 18, DP Eat oe 93, Tasman, Ocio de Beereae Supremo ode Fhe nise en Documentos dt archivo de Belov, © TV, PP 258. 48 axa, acienibo 2, Inu cae de Baran? 4 Martin, on Deck para ta hora det Eibertsibr Se” ‘Martin, t. Hh, 5255. ae, Manis, Dara de au reverie or CFO (1822) vy do ws vate a Brasil (1523). San Mert, ‘Cochrane, O'Higgins, Halted atari, om ache (61917 PA ‘ocresponient® Madris ot cian ot San Matin be 8 “eprodacida por Buse cated Lune, Ser Martin vito, Dor 2 oncemsparénens, Bue fA Sls, on ang 253 (vdane en temnsccctoe 250). 222, \ ‘ano de los contadisimos dirigentes de su épace dee, a vo fp gaucos como sixenimo de paisanale ¥ com sentido ponderative y hasta heroico erat ¥ Maeno do 1844 cursé San Mavtin al Gobier- tuo dos ofieios relacionados con la guerra de secre qe Fi ech el Norte, En el priméro docia: paisenaje esté tan expefiado en Thostilizar at enemigo & parrenle fa. extracrigm de ganados, ave aseggura el inbiyo Saravia que la expedicién que femprendio ante misrmente af coronel Castro al mando ‘de. cuatrocientos Sormente Ol nedndore hasta Guachipas, 99, pale, Se Behe ganado que el que iba protegido con toda ou fu0r2a5 morgue fos Gauchos de entre los bosats perseguian, Bora ry akuyenteban cuantas partdas mandaba a desmgorio, Pueda asegurar a V. E. gue oles solvs le estan Terogerg al enemigo wie guerra de recursos remible, {que lo han puesto eri le ngoesidad de espacbar una divi dee pds do tressientos hombres com 4) “inico objeto on hoger la exiradicion ée mavlas y ganado VOT, a, oe Bisprermo entendio que este cormumicado ore jmportante debi publicarse; ast lo hizo en la Gavste Ministerial 1p ae ebril. Pero en, yer de “gauchos aparecié ‘pa er ans carmpesino®’. El original, que solia i directament® triples prenta oficial, tiene tesada la palabra, ‘gauchos” 5 eobre ella, entre lines, se descubre Tetra de Posadas para la versibn portefia: “patriotas campesinos”. - Rael segundo comunicado docia San Martin: “Por condirts det mismo Gtiemes dio parte a capitis coma Gondue® Gaudhos dom Pedro José de Zabela de Wt Fe dante Gur tuvo el @ del corzients en ol Carel del Bafiado zrilla go rtida enemiga de diez hombres, ds Tos que {ony Suntco prisioneros, le tomd site fusiles ¢ hhirié al co- bio cate otro me que lograron escapar: Ta citade, randemacion del 20 me avisa también ol commandant 1 1914, waver 98, Tucumin. Ofico, do Som, Maris 2) Su pres Diteclo dst sta, Archive Gaoerl ¢s 18 Nacion, 31075 prema Pode al ubmero registrade 7 de Guerre, 993 ralumes ue por las inmediaciones de Jujuy mataron tos Gauchos a un capataz y un peén eaves por don Paro Antonio Olafeta a recoger mulas, tray Seaexe te Sannin priginal con que habia autormads el Glade Olaficta al Capataz Mariano Ucede". A Posie: impre- {ions mucho Ja insistencia de San Martin en det Jas virnades del paisenaje, y en nota marginal Ga ae {BM gpinus: “Acisese recibo y dénsele“las presse Jos valientes defonsores de la Patria que Saiertee’,® plicio *. ‘Y suandé iuego el papel para que se publique en Js Gaceta del mismo dia que el anterior, pore Previa Pann test los vocablos ‘Gauchos’ y- puso entre ines on es Zaz6n por la cual el peridico los veprodjs con las voces corregidas, Sen Martin, puos, acepta y repite la vor ‘gauchos* gue en sas partes indican los joe salience Saravia y Ghames, y hasta acepta que exisie 1m Citecpo te Goad hos constitudo por la bravie eater” aisana. Si en ef Sraggntade we 79 habla de um eapitén comandamte de Gauchos, en el anterior es terminants on comaent sig- Rificado del vocablo, pues refiridndose “al seine Sie” naje peiecticio que hacia las guerrillas, lo lama pate tee uN? Y Gauchos después. Ademés, la expats mci aie? heroicidad y de orgullo patrio, sus de, ses no alte: "Para hacer intransitables aquellos pat para que w2eesita un solo soldado: sobra con Ta ganckoda Para que se mueran de hambre 22". wo Bulk e203, Twouraén, Oficio de San Martin al So. BIGy, com fel Relda. "Archivo Generel dein Nasi SHOT, corresponde al mimero rogistada 75 te Gated anid, Inala 14 Mendesa. Carta de Sen Martin « Tomde Gold, en Fhsseine, Chascasve fay Sam Mardin Quge'y expe 224 Pore Ia gente de Buenos Aires no entendia ast ta See All igaucho’ tenia sentido despectivo, equivalenta bint} Rolgazin, bandolero. Por eso Posadas, captania Bien et matiz dado por San Martin, reensphog oes Foams Sxpresién equivalente: “patrictas campesinos” Fy, gauches. Ya he edvte fide Fahevertia que el partido uniterio tide clones mis aitas y especultivas de Ta ciencia are fea, y sactifiaba a_veces 2 un principle abstracto un Peaiade interés social =. La influencia de los ‘romanticns, Be terminaron aliados, @ posar suyoy de los unitarios, ue termytar a modias 1a ponderacioa exterior Gel 6a vee Seflario Ascasubi os fiel expresién de este son cho. Hilavg, Gunenro y fondo como que tat al gauche Te muy corca en sa agitada vida cumpera * ‘Echeverria de ri tanto, #1 bien fue al primera que woleS a ja poesia el tema raral mediante La eautioa it de cl fracas) definitivo de la Liga det Interior pasta Caseros, es decir durante Ia década, 1842-1852, es cjareitos fedzralos dominan en todo el pals, ¥ ellos se cherctos Tpaisanaje, Los antirrosistas identticen indiscm Bendamente las huestes federales con mo mainadgrueneral Paz, despucs de haber pondetado & 9° Gee gens tropas colecticias durante los dig de Inde- pondeacia, se queja del destino posters “Ts pose pendence Nuienos amos el nombre de gmuchos, oi Fe ficloron un nombre de honor, fueron cada dle he cHesaose més aguorridos”; pocas Tineas después agrogs: cléndowe cntze lastiraeso ¥ peyorativo, que exes, fuerte & (Cdlormeron en ontoneras para “servi, CONES SS woke propio ejéreto, cuando tiempos més deserseir, Jos engendraron esa guerra civil que cast ba aniquilado oor, Repuiblica Argentina *". A lo largo de esta década, at Eouareania, Essar, “Segunda carta a Dotto de Angeli’ ‘en la yurgiada edickin dal Dogma socialist, p, 23: a ta i ines, Mascon, Vide de Anicet of Gallo (ilar. Aaoaeubl), Baznos Kives, Emecé, 1948, Lr Ac ee slemorian pestuans del generat, -]. a be Lia cong da Trones Rebello), Le Disesi, 159% © Lp 176, lo gauchesco pasa a ser to bérbaro para esa intalectnalidad gue al cabo asumitia ol poder politico; y el Racundo de Sarmiento —cuya publicacién como folletin ee inieié en Chile en 1845— es la expresion mis genuina y cabal de ese criterio. Por entonces, todos los enemaigos de Rosas, con Mérmol a la cabeza, ‘llaman tivamente ‘gau- cho’ al Restaurador. Se intensifica hasta la exaltacion insultante y soez el matiz peyorativ de ‘gaucho’ en tanto adjetivo; como sustantivo, torna a ser sindnimo de montonero, salvaje, bandido, villano, traidor, ladrén, eri minal y bastardo, Véanse algunas expresianes de Mar- mol, referidas desde Inego a Rosas, en las que hace alu. sién a la calidad ‘gauche’ de don Juan Manuel: Salvaje de la Pampa quie vomité el infierno. [. ‘¥ cuando tus hermanos al pie del Chimborazo sus altaneras sienes vestian de laurel, al viento la melena, jugando con tu lazo, por la desierta pampa levabas tu corcel. [...] Cuando a tu patria viste debilitado el brazo Aejaste satisfesho, la sombra del ombi, {oh Miente la melena, jogando oon tu lezo, las horas sublevaste, salvajes como Wt Y tii, rama del pasto de los suelos, gaucho sin Dios ni ley —de oseura madre # Esa es la astucia del gaucho parapino: secar las entraiias del pucblo argentino y luego sin fuerzas tonderlo a sus pies ®, Gaucho salvaje de la parnpa ruda ¥. Bi Misssox, Tost, Possias completes, eon prélogo de Rafee! Al borto Arricia, Buenos Aires, Academia Argentina de Late @B termes). Ver: A Rosas ef 25 de mayo de 1843, ent Th ap. st, 58 y 50, 4&3 Yo, Hay vide Cantos det peregrina. (Canto duodécimo), en 4p. 253, 83 toy dé, vide Al sol de Mayo de 1847, en t. 1, p. 120. 88 fb, fd, vide Rosas, Hl 25 de Mayo de 1850, en. Th, p. 162 298 La conciencia antigaucha de los intelectuales se uni- versalir6 después de Caseros; Urquiza perdié el apoyo do la élite en tanto adopté actitudes gauchas. Despucs de Pavén, cuando se inicia la estructura nacional de la triunfante oligarquia paternalista, la voz ‘gaucho’ y sus dexivados se reserva para las hnestes del Chacho Pora- loza y sus pares. ¥ cuando ya no quedan més ‘geuchos ‘montoneros’, se aplica la nofacién despectiva de ‘gaucho’ a los “bérbaros' de la campatia que, en un pais évido de europeizarse, pretenden mantener formas anquilosadas del tradicionalismo criollo. Para esta época seran gav- chos esos ‘salvajos’ que solo sirven para seguir a Felipe Varela, o a los Taboada, segiin el bando; esos que siguen afiorando la época del caudillismo; esos que, como ob- servé Cunninghame Graham hacia 1870 en las pulperias de campafia, se entregaban al juego con naipes mugrien- tos, se emborrachaben con Carlén y se deleitaban escu- chando a algin payador enamorado... Ese es el ele- mento que Te oligarquia paternalista debe extixpar de cualquier manera, porque es un cdncer social que impide la europeizacién de la pampa. La guerra de la ‘Triple Alianza contra el Paraguay (1865-1870) fue buen pretexto para iniciar la extirpa- cién formal y material del gaucho, mediante conscrip- siones forzosis del elemento rural como carne de cafiéns pero las indiscriminadas ‘levas' no terminaron con la guerra: lejos de ello, se intensificaron perfeccionando la erueldad de sus métodos. Si la defensa de la soberania dio razin al reclutamiento de gauchos a lo largo del quinquanio bélico, durante la paz exterior subsigniente 1a rez6n valedera seria, por curiosa paradoja, el afin civilizador cuyo norte era el progréso europeizante. En 1872 se halla Sarmiento en las postrimerias de su mandato presidencial, Han terminado las correrfas de Varela y se hen calmado los Taboada tras Ia muerte del bravo Manuel (1871). Sigue habiendo por el litoral ‘gau- chos montoueros' secuaces ahora do Lopez Jorn’ La indiada ataca de Continuo al norte del rio Colorado, pero 2929 ah gobierno esti empettado en grandes obras materiales oh SoPtacionaies que le imapiden distraer las ingentes ©" 6 sue exigiria 1a atancidn decidida de la fronters Ta wage er ja solucién del momento, aunque Precaries te penfla incrementando el reclutamiento lere¢ de gente pert Mig ipare que sirve on esas soledades a Tos inters, rndemmoremos de la. civilizacion, ya que para OFre So ses. Belles, Los conttintenges de gauehos vuelcan €= es Mmidedes miiteres fronteriaas «des raciados que e010 uidedes Tgminos: morir en. Ja Wcha coatss,<} indie Sienen. dof (Gor impunements por la ‘autoridad’ bajo 18 0 es en de “vagos ¥ malentretenides? *. Yon ee acai Mae 1872 aparoce In eSlebre produccién de 7am engndee. Véace ol pedido de un “boliche’ de cos asia a su abasecedor porteio,corzespondiente & 1873 50 gruesas de fésforos 9, quesos de bola 40 tercios de yerba 4 barrica de cerveza 2 pipas de vino Carlox 80 Martin Fierro. Bn 1874, afin y medio después, hhabian agotado ya siete ediciones; la undésima es de 1876, es decir a Ya ie de Tn primero, En 1679 aparcié La vuelta de seis af rrierroy un afo después, agotadas tes-odiciones, salié a venta la cuarta. ts jntoncién de Hernindes al publicex en, 1872 27 gaucho Martin Fierro esti puntualizada Por 1 mismo Fee em dedicatoria que sirve de breve prélogo & 10 £2. 2 No te miogue su proteccibn —dise— usted gue oer en todos los abuios y todas las desgracias de 90s & rane en gon clase desheredada de nuesro pels". En of Darrafo agrega: “Quiza la empress ebria sido Par mi 4 Bin at ugar veromos quo ea, asevercign no es exegerade 3s Ravina ASzENG, Any Pellagrind 1, 9-220. 930 ane fécil y de mejor éxito, si me hubiere propueste hacer rae ee psie de sa ignorance, como se hela autorizade por el uso en este genero de ‘composiciones %; pero, ai Epjeto ha sido dibujar e grandes Tasch ‘aunque, fiel- Obes costumes, sus taba, sus hibites de vida, me OOS Ge vicios yous, virtadess ese cowunn® GT 2 ope ek euadro de 93 fisoaomia more), 5 Tos acci- dentes de su existencia lena de 3s, ce iaquietudes, denies egurided, de aventaras ¥ de agitacione ‘constan- de JoPetmelara también que ba procurado reir: obje ete. tzom tole gus epecialdades propits, Tee Gniginel de nuestras Pampas, tam poco feonocido por 10 online foe es. eifill eshadiarlo, ean errneansets jure Fado muchas veces, ¥ gue al paso quis 2U7ee jas com: uistas de la civilizaciém, va ‘perdiendose casi por con pleto”. TEL éxito editorial habla bien del impacts emotive ogra, ¥ ha de tenerse en cuenta que 16 jnusitada €0- soar atitizacién del fale gauchesto m0 Se BS OF te Ce ‘ita, sino en el campo, ali en donde ‘pululaban Tos gat Thos analfabetos, 20s ‘veges ¥ ‘malentretenidos’, 6:08 shigacanes cuya vida ocioea —al devs de Giberti— ter holg@zgaando el alambrado cuadrd las estanrit® ‘Vagancia; malentretenimientos ocio; holganzas ve. ana ontrege a les delicias de la vida de vs wraleza. Be Sno punto a su hore Rafael Obligado, Part quien eb gaucho, después de haber seryido eroicamente en las Giorrey de ia Independencia *, carecis de abjeto pues se Aly Herandoe a os verso ovogaucesco aus TASRSSS jl Campa iebia pblicado dos ais entss om 1870, ‘encabezados FO" St conacie Fausto. ore Fy prlogy de Awgustn Cortina a las Ponds Rafael * Ba al mde’, saonco, Eypancelee, © Oh 22 ol isa ares, secueda que el Santor Veet Sn orginasia Ata, 197) oy Bl ima, a rend y Bt Toms 2) ‘payador. Bee ee El lama del Bayada fa Se Galigato EE Ber; 9 convene acetic ge 9 ONG sot, on ol gue SABE, Sey el heroic que on 62 omen 89 ct gaucho 931 se ocupaba de distraerse en competencias imttiles y en canter a su prenda en horas de estéril pasatiempo, ya wimos que Obligado, en 1885, entionde que Juan Sin Ropa, ¥ no Santos Vega, tione el secreto del trabare “ore tes no honrado”. ¢Y cémo dice Hernandez que ce va 2 cuper de los trabajos del gaucho? cAcaso trabajaba? Si y mos segiin qué entendamos por gaucho. La élite, y aun la burguesia urbana, considerabs gaucho al maleante 0 al ago; pero entendia también que el pas: tor y el peda de campo no eran gauchos, sino paisanos, No se advertia que el paisano si se sentia gaucho, au. gue quizd no se atreviera a ostontar su condicién ante sus patrones ‘puebleros’, que consideraban gaucho all malhechor y al cantor haragén. El pobre paisano 10 tenfa ni siquiera la posibilidad de enorgullecerse identifi. Candose con su propia indole. Hasta que Martire Fierro fue leido y conocido por las clases acomodadas (lo que no ocurrié hasta fines del siglo), éstas siguieron creyerdo jue ‘gaucho’ era una voz insultante. Y aun en le cuarte Kécada de nuestro siglo era fécil hallay algunos miembros supérstites de la dite finisecular que seguian exeyéndolo, Pero et paisanaje encontré mucho de él en la obra de Hernindez, porque hallé quo la voz gaucho se usaba alli Game él 1a sentia, Ia amaba y la desoaba, Y desde que Martin Fierro adquirié la jerarquta de obta clisica, gut, cho y paisano volvieron a identificarse; y ‘gaucho’ re. obrd su viejo mnatiz heroico, su amtiguo dejo épion que nplicitemente reconoce San Martin en 1814, que sedala Haig en 1817, que insimia Hidalgo en 1822. Se im one, pues, la pregunta; el cambio en lasvida rural, gmaté o revitalizé al gaucho?.... Segtin cémm se mire para el caballo e ignorante de las cosas camperas, La Inmigracién se asenté en colonias agricolas, formé las granjas, posibilité los tambos, propagé los sembradios de sranos y de forrajes, tendié’los ferrocarriles y el tele. grafo, establecié boliches, cred poblaciones y ensefié nua vas séonicas para el tratamiento del ganado en todas sus variedades, No obstante —y si bien desapareci6 casi por completo el pastor solitario, siempre escaso—, vacas, ove. jas y cabellos, fundamento de nuestra economia hasta bien entrado el siglo, fueron cuidados y mantenidos por aisanos, por peones de estancia, por mensuales 0 como se les quiera lamar; y esos individuos conservaron —y siguen conservando— lo esencial de la indole del gaucho Martin Fierro, no solo en la provincia de Buenos Aires sino en todo el pais. Y desde comienzos de nuestro sigio, al paisano se enoxgullece nuevamente de autocaliticarse gaucho. En muy buena perto, esa especie de revitaliz idm del gaucho y de lo gaucho se debe al Martin Fierro, El poema de Heméndez se ha utilizado y se sigue utilizando para Jos mas diversos fines. Una de las uiti- mas obras ‘martinfierristas’ es la de Eduardo B, Astesano, titulada Martin Fierro y la justicia social. Primer mari. fiesto revolucionario del movimiento obrero argentino; Ja publicacién Meva el sello de Ediciones Relevo pare ta serie “Hacia la Revolucién Nacional”, Buenos Aires, 1963, EI solo titulo de esta obra, aunque no se atiends 8 Ja elocuencia del pie de imprenta, habla a las claras de Ta intencionalidad del enfoque; y no tiene nada de novedoso, pues mas o menos coincide con el que inspird a Horacio Rega Molina su Proyeccién social det Martin Fierro, editada en 1950 por la Subsecretaria de Informa. ciones de la Presidencia de la Nacién, en un folleto cuya cubierta ostenta el titulo ‘proyectado’ sobre un ‘significative perfil presidencial demasiado conocido en Ie 933 época... Ambas producciones —y roucbas otras ve ceSfanans aqui-- son indice de una sola de las mrlltiptes Funes em que ve ha explotado el peoma gaucho: De é se han valido en profusién los ‘antisarmientistac', apo S- dhando la cireunstancia de que Hernindez era part Yedo de Lopez Jordin. La corriente que suele Tamasse Gistal” ha utllizado también profusamente el Martin Fiorro con objeto muy distinto, como el de resaltar las Fumes de vida pampeanas 0 elaborar eruditos estudios poRtrentes al vocabulario gauihesco, la versificacién o 1a Jecoripciéa del paisaje, cuando mo pare ponderar le 1 fertad de imprenta de que se gozaba hajo el régimen Clighrquien-paternalista, Otros, intermedios como Bis Chissaplavden a valentia de Hermindez, sv rebelién Contra ins formas sociales e intelectuales mAs o menos Sctereotipadas, y exaltan et valor folklérico de la obra SN Martin Fierro se lo ba compazado y se lo sigue com: parando con Don Quijote, on la Iliada, con fa Eneidey Paegumos Cronistas de Indias, cout el Peerna de Mio Cid- Y quien quiere, ballaxé por cierto analogias pare entree cides la Divine comedia y « Hamlet... La bibliogralia Ghoga y Kasta detiene por st: magnitud. Pero a nos0t=) oom Tireca exciusivamente comprender To gaucho y euch, aprekendiendo st peculiar meatalidad. Y pars gee sald objeto nos valdremos del Martin Fierro y otras fuentes complementarias. Rodriguez Molas publicd un opiecule * que consti tuye tna imaportante y valiosa contriburién para el como” UE gato del gaucho en el ultimo cuarto del siglo pasado, Geer alt lez una serie de erifenlos aparecidos en ZI 38 Busom, Ewaugue, Martin Fierro, wr poome de protests social, Buenos Aires, Kraft, 1952 hy noonfouns Mousa, Rrcatoo, “Un estlio axnio sre uucho comtemporshen a Joss Herninder, pitied ex 1877 of Fence pursalad, Santa Ee, Universided Necional del Titora abriljunio de 1960, pp. 79446, Correo de los Nifios *, publicacién portefia fiundada por core Sinas” que rivelizaba con Bl Correo de las Nines, PeriGiico coetines en el que colaboraba, Ventors R Pach con el sendénimo de ‘Mosguetia’. Interesa S00 ta a nivalided porque el mismo Lynch, por 0508 aos, ‘Biblied un ensayo del que también nas valdremos EL ipa de Flernatidez, los artcilos desentersados por Re Epiguer Molas y et bro de Lynch, son expresiones oF Grieirimoas paro provenientes de dmbites distintoss d= Ailise excelencia para el andlisis comparativo. ‘Wl cconieta andnima de Bl Correo de los Nios s© pro- puso tresar algunos rasgos caracteristicos del gourhe Bitsonaje que, a sa eptender, “se va desgraciadament® aearee, He su intimo cardcter, rasgos perfectemettte Sit atmades”, Ya fin de probar la falta de conocimientes sceGobre ef geucho tania lo més selecto do la inteloe: de eat de su época, reproduce wn Hrico trozo de José Manuel Estrada sobre el gaucho, comentando: “Nada ta Manne’ como ese Tenguaje; pero nada tan exagorade serra pintura. Bs la fantasia la que 6 ba expresado fame Fey que toma wna ides y Te sublimiza con Te galamara de la frase. Hermindex oe acerca més a Ja Ye Gat porque se ha colocado més cerca del fogén" Tam tea el trozo de Estrada concluird en que, sin dude el redactor de Bl Correo de los Ninos tiene ranche sree Para Estrada, el punto de partida es que el gat To “nace guitarrero y payador”; y de alli arrance ve cao estudio. soudopsicologico-socidlégico-étmico que no 460 Los aticulos de fi Qorrao de los Nios, de Buenos Aises, aPs recieun entre diciembre de 1877 y febrero de 1878, en los rime: Fer, 116,118 #82, 195,127, 199,432 0136 9 18 "de etn publica i, “ Lymeas Vaneruma R., Ea Provincia de Buenos Aires hasta le definition ds Ta cuesttin Capea dela Repblice, Buenos Ais 13 defini: de 1 Sracultad de Posotia y Leos do tn Universidade Reedy oe ep praiags de Vicente Forts, 1925. Nueva eco Bucnot Aer rogida de Eitoial Lajouane de Baonos Alroi setae polklore Bonasrense, 1953. Las tas correspoaien, filtima edision. convence a nadie “*, Sin duda tiene razén ol cronista ané- nimo: “A un tipo como el gaucho no se estudia desde la ciudad”. Y para demostrarlo, anota con maravillosa precisién: “Para conocer et gauicho, es preciso tomnarlo desprevenido al lado del fogén, en’ una carreta, en le fancha, corriendo en el rodeo, ‘boleando on la pampa, baliando ex un rancho, cantando en tuna remada, pia’ Jando en una yerra, domando en un corral, dunmiendo en el palengue, arreando en un camino, bromeando on una trastienda, peleando ent una tranquera, rumbiande de noche, campiando de die, recogiendo, pastoreando, rondando, y entregado libre, esponténeamente a sus fae. nas, costuznbres y vicios” Estas pocas pero certeras Hineas del cronista and- nlino bastan para ver dos perfiles del gaucho de 1877, ¥ segiin la seleccién de parrafos, el perfil mostraré una B otra cosa. Quienes, con Giborti, quieran atender a la “vida andatiega y ociosa” del gaucho, prisden amece Ct pérrafo precedente con una seleccién ad hia, + quecaré: “Para conocer el gaucho es preciso tomarlo des- prevenido al lado del fogen, em fa canche toloaes en la pampa, bailando en un rancho, cantando en wna ramads, bromeando en una trastionda, pe- Jeando on una tranquera, y entregado libre, espor ‘éneamente a sus costumbres y vicios”, Armada asi la proposicién, padré hacerse los mas divertides y al mismo tiempo condenables cuadros del gaucho vagabundo, holgazin, iniitil y vicioso, Pero ar- mémosla ahora con todo lo que acabamos de dejar en el tintero: “Para concer el gaucho es preciso tomarlo desprevenido en una earreta, corriendo en el rodeo, £2 1a opiniin de Estrada, reproducide por al erouista de £2 Correo de los Nites, puede verve en el optacula de Roaniotes Me, Las BD. 236 | spialando en una yerra, domando on un corral, dur- tmiendo en el palenque, arreendo en un camino, rumbiando de noche, campiando de dia, recogiendo, pastoreando, rondando, y entregado libre, esponti- neamente a sus faenas y costumbres.” En este caso podremos trazar un cuadyo apologétice estupendo, @ manera de himno al trabajo honrado que envidiaria el mismo Hestodo y podria inspirar unos £rga kai herérai pampeanos. .. ‘Lo curioso es que ambas cosas se han hecho a pro- pésito del gaucho, ¥ asf han nacido, execido y culminado las versiones antitéticas del ‘gaucho bueno’ y el ‘gaucho melo’, Por supuesto, con idénticos eriterios selectivos, se puede escribir toneladas de libros sobre el lado buen y el lado malo de cualquier cosa: sobre todo de hombres, de todas las razas, estirpes, clases, nacionalidades, cul: turas ¢ inteligencias. Si a alguien se le ocurriera selec- ionar Jos pecados, tentaciones y pensamientos tuertos de un santo, indudablemente podria escribir un grueso Volurnen del ‘santo malo’ para oponerlo.a los inmunera- bles voliimenes existentes de ‘santos buenos’; a fin de cuentas, los santos son tales en tanto supieron sufrir y vencer las debilidades humanas que a diario enfrenta- ban; un santo inhumano seria una aberracién... Pero el historiador no es apologista ni juez, moralista ni poli- ticos y si se propone estudiar algo, debe atender a toda a realidad que es objeto ide su estudio. Eso queremos ‘hacer a propésito del gaucho a fin de disofar su men- talidad peculiar, y sin cacr en tipificaciones paradigmé- ticas utilizables ‘con fines extrahistéricos, Como bien seHala nuestro articulista de 1877, el gaucho tenia, cual todos los hombres, faenas, costumbres, ¥ vicios, No hay por qué exagerar las faenas; pero tam poco hay por qué exaltar los vicios, ni poetizar las cos- tmbres en bien ni en mal. Et agudo cronista de época nos informa, concretamenite, de muchos trabajos que realizaba el gaucho de sus dias: boyerv, resero, pislador, 237 domador y todas les actividades propiss del pastor GeMamados, como apunta om eso, gerundos slocuentes (areeando, rurabiando, campiande, rrecogiendc, pasto- orreanlos endo). Todos son trabajor Cums, O° 08, Gue requieren voluntad, esfucrzo, dedicacién, interés. Y ditions hacen tales trabajos no son wage. ‘holgezanes, aa each vciosoe, mi pendentcieros, sunaue ‘veinti- Biase ovas del dia les don tiempo para trabajar, holge- cuatro hottir, paleer ¥ snlisincer sus vicics Come OONTS cast inurtdo entero & todos Tos seres humance | rma or ahora a la otra fuente contomporsne la obra de Ventora B. Lynch, individuo ée le generacin ta ara de que euros hasta cuarto alo ce medicines °° del och oes Europa, se dextacd como hornbre de te fas, pintor ¥ musica, y ocupaba sus Oc ‘itiles perma: tras, puMeT peas temporadas on, estancins, boners: neciendo Mevaproveché para estudiar et folklore Pt; Seano in situ, sin oxcluir lo indigen, BEF, Yo cual visité Poviuldos de Nemuncuré y otros caclaues “Transeribimes Sictguide tina pigina do Lynch correspondien' al final Se se capitulo sobre “EI gaucho actual” ™, a9 views muy de sn cetoare compareria com la erénica de BI Coro de Mos Nifins, periédico rival del de las Nifas: "Bl paisano, aperte de sus faenas, bay, si empo para ocornir un ratito a In uoerie lorape Petia manana, segin el carder de cade “Eiganos clupan hasta perder Ta caberp, fo! con Algunot Chalo con beber wn teago. Hn honor de fo To. to Afebemaos decir que no es general que #l ‘gaucho libe ‘ise partes ella se monifiest; articular &, ¥ nos t ore tendié Navarro Viola —dirigonte catélico, 7 por gato muy alejado del Eberalismo a wltranza, que et ver omnento felicité a Hlerndndez més, 6 menos por coon Sfomiso- los dos libros de Harnénder. En tant Mis- vrere Viola distaba mucho de querer hacer ell ‘calle orde’ al sector dominante de la die, sx opinin Jl Sersfostacada, Como ya ‘viznos, at afamado posta taxie Po ecango el registro exitico del Anuario Bibliogrdfico Sein Republica Argentina; ¥ a propésito de los libros Gperecides on 1879, dice respecio de Hernéndex,, Primer trabajo leva ol titulo de Martin Fierro, La, Yusite PMfpasta cierto punto inferior en el desenvolrisniento {fe los sucesos, damorados por extensos pésrafos de onse- Senza moral con pronumciado cardcter didéetico. Parece Gue elautor se hubiese preotapedo por borrar ls mala i= Sresién que su primer libro deja en todo lector sensato, Dor falta de unia tendencia y fin motal en ese epopeye He crimenes puestos cuidadosamente en relieve como He: tchos heroicos, Esa cireunsiancia romape el equilibrio y Tas ‘proporeionas de la narraciéa, que encierra, sin embargo auchos trozoe de vot intencién podtica’”. Ta insensibilided de Navarro Viola —que era d° Jos menos insensibles— da la pauta de qué motives taro % Cyrano, Vigurs, Osvatno, “La histérica, eficon, de oT srt Miata astro Havista Oniverida, Sata Fe, UN. Tree jlio de 1960, pp. 327-236, vido meta 34 8 p20 983 posmas ganchesone lumtinabs sus mantes poco habitas- das a refiexionar. Na El afin diddctico de la Vuelta no es un mea qulpa, xi rmcho mencs. Por el contrario, es otra form quire, Mio, aunque ahora el tono.aparezce mis cordial. Ta vuelta’ de Martin, Fie i aque al geuchaje So con sistemas Smporta’ 2 ign demogeéfica de la pampa se daré educendo =] Gaucho, y a0 eliminéndolo mediants el forzade ener, Bercenvs con el indio haste que desaparozca ol fltime cere] clue pampeana, Herndndee sabe que el gaucho Te Valores snsustituibles; y sabe también que la T= {feta wacionel, por muchos afi todavia, sique seentln~ quena mefvganallerie; 7 sabe que «in gauchos Ia gant: $ese, argentina ce derrumbacia stromisiblemente; y sabe AGarcom xp se hudieia el pals en la migeria, pose «toda {efmnportacion de gentes, costimbres, tenicas y maqul- narias europens. *A] gaucho no kay que eliminerlo: kay quo edu: carlo Pare que tal programe sea posible tiene que spren- es Noor, 7 sobre todo tiene que querer eer, porque oP aucho no hace Jo que n0 quiere por més que Te dan Safe para que lo hage, Si se Je proves de un materiel Bue lo entosiaeme, eer el primero en. esforzaree basta bgrar ca objetivo. No le falta mi inteligencia nt voluy- toon al problema reside en crearle um interés vitel. Bs 1a ra a lograr mediante la milogrosa proliferacién de weugelas y bibliotecas, tanto porque materialmente ¢ Feeble cuanto porque el gaucho va remolenear st wale impone la exigencin escolar, sobre todo a los hom: foes matures, La obligatoria escclaridad infantil podré Per una soluciin @ largo plazo. Pero no basta ensefiar Sos futures obreros del campo. Hl pais ¢e est incremen- fando ahora a pasos agigantados, y Ia obra educative Bebe enfrenterse con um realismo que permita la dinme- iota clevacién cultural y adaptacion de esas masas anal- fabotas, ignares, pero inguietas y, sobre todo, stiles. Esto no es ocurrencia siuestra,~Herndndet To sabie ppor io menos desde 1874, vale decir, desde que adivirté. fue en menos da un aflo y medio 1a, campetia hebis Sfrorbido la friolera de 28.000 volkimenes de El. gaucho ‘Martin Fierro. Prueba zadical, y_suponemos ‘qué defix ‘nitive, de lo que acabomos de afirmar; es Ie'carie.de “Bernindec a los editores que integra el prélogo dela oetava edicién, fechada en Montevideo, agosto te 1874, fcuyos pérrafos principsles reproducimés enseiguide: | “Qnied tiene razén el sefior Pelliza al suponer que ii trabajo responde a una tendencia dominate de mi espirite, preocupado por Ta mala suerte del gaucho. Mas Jas ideas que tengo al respecto las he formado en la me- 2 ditaciém, y después de una observacién constante y de- temida. "Para mf, la cuestién de mejorar la condicién social de nuestros gauchos no es colo una cuestién de detalles de buena administracién, sino que penetra algo mas pro- Tandamonts en la organizacin definitive, y en los dos -Ainos futures de la sociedad, y con ella se enlazan inti- ‘iatsenta, estableciéndose entre si une dependencia mu- ‘fis, cuestiones de politica, de moralidad admix strative, de régimen gubernamental, de economia, de progreso y "cho, sera vm elemento, un agente indispensable para Ta " Jndustria rural, un motor sin el cual se entorpeceria sen- _siblemente la marcha y el desarrollo de esa misma indus- ‘tia, que es la base de un bienestar permanente, y en “aque se cifren todas las esporanzas de riquezas para el porvenir, Pero ese gaucho debe ser ciudadano y 20 pa- ‘tia; debe tener deberes y también derechos, y su cultura debe mejorar su condiciém. [...} No se cambia en un afio, ni en un siglo @ veces, We planta de la riqueza piiblica de une ‘Nacién. Muchas | | 6 teorias, muchos principios erréneos |... han ve- ilo So dtauos pls sates de lense tel ‘Aci ka sucedido on todas las ciencias, asi sucede por lo tanto en las ciencias sociales. [...] Los pueblos no vi- ven ya en ol aislamiento, que los condenaba a marchar paso a paso, realizando lentamente las conquisias desti- adas @ asegurar su progress y su_perfeccionamiento, Hoy, sus evoluciones son menos tardias, Hevan impreso otro sello, y obedecen a otra tendencia, En muestra époce, um pais, cuya riqueza tenga por hase la ganaderia [.. .], puede no obstante sor tan respetable y tan civilizado, como ef que es rico por la agricultura, o et que lo es por sus abundantes minas, o por la perfeccién de sus Habricas. La netureleza de la industria no determina por sf sola los grados de riqueza de um pais, ni es el baré- ewro de ou cvlizecin, Le gunederia puede cmstituir Ja principal y mAs abundante fuente de riqueza de una naciGn; ¥ e52 cociedad, sin embergo, puede hallarse do tada de instituciones libres como las més adelentadas del mundo; [...] De estas ideds, a darle a un libro la ten- dencia que se ha observado on el que nos ccupa, no hey distancia que recorrer. [...] "Para abogar por el alivio de los males que pesan sobre esa clase dela sociedad, que ln agobian y la abaten por consecuencia de un régimen defectuoss, existe la tribuna parlamentaria, la prensa periédia, los clubes, el libro, y por iltimo ef folleto, que no es una degenera- cién del libro, sino més bien wno de sus auxiliares, y no el menos importante, Me he servido de este iltimo ele- mento, y en cuanto a la forma empleada, el juicio solo podria pertcnecer a los dominios de la Iiteratura, Pero en este terreno, Martin Fierro no sigue, no podia seguir otra escuela, que la que os tradicionel al inculto paya: dor. [...] Ojala que Martin Fierro haga sentir a los que escuchen al calor del hogar le relacién de sus pado cimientos, el deseo de poderlo leer. A muchos les haria caer entonces la baraja de las manos.” : No entramos a analizar aqu{ la teoria socio-econé- 288, mica de Hernindez, Nuestro propésito es pesquisar su Jntencién, y comprobar en qué medida sus prayectos eris- talizaron én realidades, Un afo y medio més tarde apa recia la décima edicién de Ei gaucho Martin Fierro, ¥ los editores la precedieron de un préloge fechade en Buenos Aires, enero de 1876, En él se dica: “Donde hay un lector y un cuaderno de Martin Fierro, la baraja ¥ Ja taba esidn ociosas, y los| gauchos sentados © inméviles ala incierta lve de tun mal cendil, pasan horas enteres entrogados al encanto de esa pintura vivaz e ingeniosa de los dramas animados y'palpitantes.del desierto. Este libro lleva en sus paginas los gérmenes fecundos de una reaccién en las costumbres argentinas. £1 despierta cer- timientos nobles y dulces en los habitantes del campo, modifica sus habitos y Negard a rehabilitarlos en el con cepto piblico. “Hacer que el gaucho lea o escuche lo que com. prende; aquello que es capaz de analizar formando jui- clo sin necesidad de intérprete, ira desarrollando. gra Gualmente su inteligencia. {...] Al gaucho es preciso hablarle de Jo que le rodea: el cizoulo de Su pensaraiento fs estrecho y no abarca lo que no es sensible a los sentidos. Ensayar su mejora sin buscar el apropiado elemento, es gastar tiempo y dinero sin resultado, Poner a sti alcance un Ebro como'el presente, es dar principio a le hermosa ‘area de levantar su espfritu al nivel de su valor, ha- Giendo de l un verdadero ciudadano, un auxiliar ius. trado de la democracia.” En julio de 1878 salfa'la undécima edicién, inmé- diatamente anterior « la primera de la Vuelta, agota. dos ya en total 41.000 ejemplares. Y los editores decian: {Libro de alta exitica y de profunda filosofin, encubierta bajo Ja forma galana del verso, atrae y seduce a los lee- fores; educa y moraliza el ‘sentimiento del. paisano aareste, y despieria el aféri de leerlo en la inteligencia adormecida del mis ignorante de nuestros gauchos" A la luz de estos testimonios se ve que Hernindex fstaba lejos, muy Tejos de producir otto libro como mea 930 culpa, Cae vex ms ¥ mis s2Sntensiicaba en dl la eo cee a que era menester llevar adelante la obra ed: wichre por medio de folletos, vale decir, bros pequeios F barates, al alcance del gavcho. Semejante sistema Jor cierto, incomprensible y hesta absurdo pare el cri- Bor ctaequico-paternalisia del que pasticipaba, quik vertar gaye, Navarro Viola y su grupo antiliberal, Eso 4 a ey con al viejo Commenio, mi con el método de eect, ni con las renovaciones pestalozionas, ni con THingumno de los esquemas didécticos que a la sazén 60 hae Tian puesto de rooda por obra del esfuerao de Sarmicnto. Bian itica escolar no servia pare alfabetizar y educar ee arenes maduros, curtidos, Feros, que, ademés, tenien @ hombreszones pare desconfiar de cualquier plan cul- tural promovido por via administrativa, \Bieninder no estaba solo, sin embargo. Y lo mis importante es que To seguian Tos destinatariog de $0 © foque edueativo; los gauchos. Pero también lo scompi sae otros honbres Felevantes, a los que ol poerna pars peano hizo reflexionar. El 12 de julto. de 187%, jesde Pre gee nedico-pedagogo que fue Ricardo Gutiérrez Parada Herndnder una carta de felicitaciOn; decia om Sila que bebla sido grande su asombro de ver cimo te Guoba se aprovechaba la tredickin artesena local y ave Earebeltaba que 10s paises europeos estaban hechos por on, Deopios ciudadanos. Emtretando, con melancélicn 31> Sus PrP Gutierrez que en Earopa co creia que Tos igauchos eran, yantropéfogost.... Por 90 mise. a wea oomsal de Hiexndndez ve que el poema gaucho abre [eesyibranza de que elgin dia se edvierta quo el gauche es a clamento indispensable para muestros “enormes bajos rorales", tareas que de ninguna manera podria suplir la inmigraci6n. La tarea de Hernindex fve doble: por una porte, quiso cbligar a la dlite a tener en consideracifn al gau- ge para exp lad se rebelde protesta en Martin Me roy por otra, debia también obligar al gaticho a aye ade- 77o; por oles Gortamiento 2 las nuevas formas de vide Jinpuestas por ol cambio operado en ia vida rural, y para © glo publicé la Vuelta, Las primeras ediciones de La puelta de Martin Fierro Yevan como b Blogo * smo breve prélogo 10 das esias ideas, que pueden resumirso con el verbo ‘edu- car’, sintetizadas por el mismo Hernnder. ®: “Un libro destinado despertar Ia inteligencia y et mor a la Tectura en una poblacién casi primitive, a ser- ‘vir de provechoco recreo, después de las fatigosae tareas, © Vinillares de personas que jamés han leldo, debo ajus- farse estriclamente a Tos usos y costarnbees de esos mnie {aos lectares, rendir sus ideas a interpretar cus sentimion- fos en eu misino lenguaje, on sus frases mis usuales, “gu forma mis general. aunque sea incorrecta; com sus fipdgenos de mayor relieve, y con, sus giros mis cara torlsticos, a fin de que el libro se identifique con ellos de “Jana manera tan estrecha e intima, que su lectura no sea “Go wna contimuacién natural de su existencia, Solo ast pasan sin violencia del trabajo al libro; y solo, asi esa Jectura puede cerles amena, interesante y WH.” El pérrafo que antecede habla a las claras de le ~"Sntencionalidad eminentemente didéctica de la Vuelta, fpoema que Herndndez escribe, segim propia confesién, “fen ol propésito de contribuir préctica y éficientemente 8 la alfebetiancién dol paisenaje. ¥ al mnismo tiempo, at Sutor enuncié una doctrina didéctica, que solo muchos “fos mis tarde tomaria cuerpo tras Marla Montessori: fl libro alfabetizador debe representar 2m pasafe insen- sible, natural, espontineo, “del quehacer cotidiano. @l gjercicio intelectual. Nada tan acertado, sobre todo si se ‘trata de educar a adultos. Hernindez no hace cileulos ‘alegres para wn futuro remoto en el que los parvulos yhayan pasedo a ser hombres. Le interesan esos hombres ‘que actian en ese mismisimo momento, A ellos esta diri- ___ 8 Hensinosa, Joa, Ze vuelta de Martin Pirro. (Onanta of cin ane con de lian) "85 ene brerias "buoncy Airco. Depéaito cuntcal: Libresia del Plata, calle Ts ‘ouar! 17, Buenos Aires, 1880 (Impreata Coni)", pp. 3-6. 294 sido su aféa propedéutico, porque son esos hombres, e605, oie noe cor gauchos, en fin, y no sus hijos ni sus = fos, los que estan enfrentando aqui y aore wn carabio tadicel de la vida, xaz6n por la cual aqui y ahora deben fstar en condi. de sobellevar ta casnbio para no Be: recer zhogados por su inadaptacién. ' ae aienio idictico de Hernéndez no termina all, Conoce fntimaraente le mentalidad de ese, dsting Jos de su libro, y sabe que si ellos quieren leerlo Hpciatin pore Giprender a leer. Pero adem de cum- plir ol Hib fumeiones de tmanual alabetizadr ye Fanto Hegerd a hombres maduros y en su mayorla reti {amt eer cat regimencs educativos ‘puebleros' debe Concurric # le educacién integral de esas gentes. Her~ tinder se ha formulado Ta pregunta de cémo educar, mediante un libro interesante, ameno y ‘entrador’, a e505, fpmbres curtilos y muy poco procives a escuchar pre wedSuticas, 7 se ha dado la respuesta: ie ea pg nie Yet _— que el trabajo honrado es la fuente principal de toda maojora y_bienestar. “Bnalteciendo las virtudes morales que nacen de la ley natural y que sirven de base 2 todas las virtudes sociales. "Inculcando @ los hombres el sentimiento de vene- racién hacia su creador, inclindndolos a obrar bien, “Afeando las supersticiones ridfculas y~ generaliza- das que nacen de una deplorable jgnorancia, ‘Tendiendo a regularizar y duleificar las costum- bres, seatanis por maediog hibition escondicos, la moderacién y el aprecio de si mismo; el respeto a los de- rds; estimuilando la fortaleza por el especticalo del in- fortunio acerho, aconsejando la perseveranicia en el bien y la resignacién on los trabajos, “Recordando a los Padres Tos deberes que le natu. raleza les impone para con sus hijos, poniendo ante sus Epos los males que produce su olvido, anducténdolos por 299, ese medio a que mediten'y calculen por si mismos todos los beneficios de su cumplimiento "Ensefiando a los hijos cdmo deben respetar y hon- rar a los autores de sus dias "Fomentando en el espoco ol amor a su espose, re: cordando a ésta los santos deberes de su estado; encare. ciendo la felicidad del hogar, ensefiando a todos a tra ‘nse con respeto reciproco, robusteciendo por todos estos medias los vinculoside la éamilia y la sociabilidad. “Afirmando en Jos ciudadanos el amor a ta libertad, sin apartarse del respeto que es debido a los euperiores ¥ mogistrados, "Ensedando a los hombres con escasas nocignes mo- rales, que deben ser humanos y clementes, caritativos con el huérfano y con el desvalido; fioles ala amistad; grates a los favores recibidos; enemigos de la holgaza- neria y el vicio; conformes con los cambios de la for- tuna; “amantes de la verdad, tolerantes, justos y prix dentes siempre.” En verdad, quien se propusiera llevar una obra se- mejante al campo argentino en 1879, mereceria bien el titulo de Apéstol o de Misionero, E indudablemente en ‘cuanto-alguien comenzara a prediear om las pulperias y en las ramadas y en los fogones estos preceptos alte- mente morales y plausibles, se encontraria con que ni tun solo gaucho estarfa dispuesto a escuchar semejante perorata... Pero a todo gaucho, en cambio, le resulta altamente Placentero el ingenioso repertorio de los refranes pam. Peanos. “Qué singular es —asienta Hernandez en el mnismo Ingar— y qué digno de observaciOn, el ofr a nues- ‘0s paisanos mis incultos expresar en dos versos claros 7, Sercillos, méximes y pensamientos morales [...] que la civilizacin moderna repite por medio de sus mora- listas més esclarecidos, y que se hallan consagrados fun- damentalmente en los. cidigos. religiosos de todos. ios @andes reformadores de la humenidad”. La proclividad 293 por el edagio, el apélogo, la moreeja, el efits oO Por advierte Hernandez, una excepciin pampeanss pro Jas gentes sencillas soa, naturalmonte, 4 pero Fes Orr yapacto emocional que produce una méxize saaenda ex el momento oportuno Y en tanto nec {eiigenua sencillez del gaucho, sabe aprovechor le via ‘Raotiva para desarrollar sus potenc.as mentales, ‘Quien ce propange, como Hernéndez, jlevas 6 cabo entre ine madtiros y curtidos paisanos, de la pampa 7 Citak educetivo que comiensple los ambicions Lines ates lon educatndsd que rectarir, no 2s, al axbitrio de devallados, Rrles sensibles, a fin. de que tales principics tocar Tes ce absorbidos mediante intuiciones emocioné Tee De alli que Herndnder afirme: “Un libro ave todo ao, més que esto, o parte do esto ensefiera cin decielo, orto elas su protensién, sin dejerla conocer siquiest on Tiadudablemente wan buen libro; y por cletlo sk Pere reeel mivel moral © intelectual de sus eewrs ‘Sera naides por nadie, resertor por deser'or, seroma, a otros barbarisines semajantes; CYS ceeeaha Te esta reservads @ Ja excuele, Hamada, Tee coerce yacio que el poeta debe respetsr, ¥ 8 COTeT oer ay defecton de fraseoiogia, que son también Sem Wee gue ce debe apoderar el arie para combetis Yo tirpar males morales mas fundamentales,y ‘rrascenden- tex examainéniolos bajo el panto de vista de una filosofia més elevada y pura”. pera iin do Hernandez es eatogéricn. Déjese ‘a la qacucla Ta sistematizacion pedagégica y le cone tin de los vicios de diccién, crgratia y sintaxis, Pero el campo argentino adolece Skige accidn mmediata y eficiente. El remedio no 6s Aye rringico. No hey ganggena ni atrotia par recomendar Ja amputacién lisa y Usma; hay solo una, ‘inadecuacién Be crganos que puode corregirse mediante fe ejercitacién hhigiénica. El progreso pampearo no s° lograré, como eri size europeizante que detent el poder, elimi- quiere {9 Galmente el gaucho, sino offncddslo adecua- “gamente, El gaucho es util, necesario, y hasta imprescin- thle para el desenvolvimiento nacion: et cunaplimionto 2 Ge la inbumana centencia condenatoria de la oligarquia ‘paternalista, aparejaria en el momento un suicidio eco wSmico. Educdndolo, se salvara ef gaucho min, Ed el gaucho y se benefi- No se opone Hernindez a los brillantes lanes de Sarmiento y su circulo, Pero advierte ‘eremamente que fei no so logrard ada con la poblaciin edulta de mues- fros campos que, en definitiva, es la que tiene en sus “Hpanoe Ja promisoria realidad de la ganaderia, fuente principal, a la sazén, de la riqueza agraria, ‘A ese pal- Zanaje inculto, a esa buena gente ignara pero emotiva y, voluntariose, destina Hernandez la La vuelta de Mar- in Fierro, Lanza con ello un mevo desafio a la élite ‘eiropelzante, seguro de que ese libro es Jo que nece- ‘gta el gaucho para redimirse, adecuindose a la nueva zeelidad nacional y demostranido a Ja oligarquia paterna “Histe su positiva utilidad. “Ald va e correr terres —ter~ ‘gain Hernindez— con mi bendicién paternal”. Sa ben- diciin foe fecunda, Casi en los mismos dias en que ape recia La vuelta de Martin Fierro, Avellenoda prom fob Ia ley 947 (3 de octubre de 1878) para financier ee contra el indios y en mayo de 1879 Roce labs término a su répida y victoriose campafia al de; sierto. El nuevo poema de Hernéndez Iegaba, pues, al - jpalsanaje, cuando se habilitaben 20.000 loguas de ter ‘rio para la obra civilizadora que reclamaria a vo eae yes atueran do bu agile au ber tampero, En poces afios mas, la dite se convenceria de Ge le poblacién exilla debia ser, como postulara Mitre eT itchto de cohesion nacional, y cambiaria su acid aniguiladora hacia el gaucho. Yel gaucho pudo empe- 3. El gaucho matrero. En la carta que Mariano A. Pellize remitié a Her- néndez et 27 de marzo de 1873, hay también una inte recente dicquisiciéa con el propésito de diferenciar gav- cho y compadre. A propésito de los autores que se han dedicado a temas gauchescos, dice Pelliza: “Los que han manejado este género entre nosotros poseyendo un me- dio literario, desconocfan las peculiaridades de moral, de filosofia, de religién y aun de politica que hacen del gau- cho un ser excepcional, dificil de medirlo en el cartabn de los compadritos dicheros. El compadre en la campatia es la depuracién incorrecta de Ia sencillez, ristica que, perdiendo todo sa sabor originel, se aproxima y entre- mezcla con el compadre de le ciudad, degéneracién co- recta dol habitante culto; y en esa zona que deslinda la civilizacién de la barbarie, los predios risticos de los urbanos, término medio del estado social argentino, se desenvuelve la existencia del tipo estudiado pare repre- sentar al gaucho; y que en su eterna mania de especta- Dilizarse hace groiesco lo que es bello”. ‘Algo parecido repite Casadevall en nuestros dias ®: “La figura correlativa del gaucho malo de la campafia fue el malevo de las orillas de Buenos Aires, Ast como aquél, huyendo de la Justicia, vivia entre las tolderias indigenas y le semicivilizacién pueblera, el segundo alternaba sas actividades en el suburbio agreste, pobre y maleante y el centro urbano, opulento y europeizado”. Tanto Pelliza en 1873 como Casadevall en 1957, desta cam, pues, la existencia de dos personajes mas o menos similares que representan sendos ‘tipos’ malas del campo y la ciudad portefia, ‘Ya hemos observado que entre la promiscuidad de fos arrabales portefios poblados de ‘reos’, habia tipos di- versos de malevos que de ninguna manera pueden iden- % Cssapavans, Donemnoo Fs El tema de la mala vide en ot teatro nacional, Buenos Aires, Kraft, 1957, pp. 12 296 tificarse globalmente coh el compadrito, Em verdad, el nico genuinamente ‘malo’ del arzabal porteso era el compadrito, personaje prepotente, sédico y vil. Los d= mis taitas melevos no van a la zaga del Compadrito ett prepotencia, pero distan mucho de caracterizarse por 3 sadismo 0 por su vileza. Asi como 5 inexacto atribuir a todos los taitas el denominador comin de compedrito, es también inexacto motejar a todo el gauchaje levantisco con la calificacién de compadre que apunta Polliza, 0 de gaucho malo que sefiala Casadevall. Tal vez esta lamentable confusién, persistente en nuestros dias como lo prueba la afirma 6i6n de un autor inteligente, se debiere en épocas de Pelliza @ mala informacin emergente de lo que se croia en su circulo, y ahora a a afiebrada imaginacién de Giertos autores de novelas supuestamente gauchescas, un poco mas a los fabricantes de sainetes hipotéticamente Caraperos, y por sobre todas las cosas a la malhadada ereacién del gaucho covoliche, parodia harbarizada 0 ita- Tianizada del paisano de la pompa que en trasnochada ccurrencie sacé a luz José J. Podestd No se puede negar que asiste buena dosis de razon @ Casadovall cuando calpa @ Eduardo Gutiérrez de ha- ber transformado en héroe a un maleante como Juan Moreira. Pero muchisimo peor resulté ese apécrifo Personaje cuando’ Podesté lo, llevé al teatro, falseando Gesde las vestimentas haste Ia idiosinceosia del gaucho. Casadevall tiene seguramente razén cuando asienta a propésito de Morera: “A ese torvo mmaleanta, do re Bular estatura, algo grueso, tez picada de viruelas, ojos Yerdosos y bigote rubio, sin barba alguna, de pésima indole moral y de escato intelorto —no sabia leer ni cribir, ni tocar la guitarra ni cantar—, le esperaba una espléndida metamorfosis literaria. [.-] Se transforms @@ we roméntico hérve de bizarre figura, moreno, g2- llardo, dgil, de larga y sedosa barba, buen ‘bailarin, ex- % Tbidem, pp. 98.93,

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