Universitas Humanística

ISSN: 0120-4807
revistascientificasjaveriana@gmail.com
Pontificia Universidad Javeriana
Colombia

Gorelik, Adrián
Ciudad, modernidad, modernización
Universitas Humanística, núm. 56, junio, 2003, pp. 11-27
Pontificia Universidad Javeriana
Bogotá, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=79105602

Cómo citar el artículo

Número completo
Sistema de Información Científica
Más información del artículo Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal
Página de la revista en redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
 U N I V E R S I TA S

HUMANISTICA

10
 U N I V E R S I TA S

HUMANISTICA

Lo moderno en debatE

CIUDAD, MODERNIDAD,
1
MODERNIZACIÓN

Adrián Gorelik

Universidad Nacional de Quilmes, Argentina

“La promesa alquímica del Modernismo de transformar cantidad en calidad

a través de la abstracción y la repetición ha sido un fracaso, un engaño: magia que no funcionó. (...)

Una vergüenza colectiva tras ese fiasco ha dejado una importante laguna

en nuestro entendimiento de la modernidad y la modernización”.

Rem Koolhaas, Arquis

México. Museo Antropológico. Alfonso Solano

1
Este artículo es una revisión de la ponencia presentada en el panel “O Moderno em Debate”, realizado como parte de la Exposición “Imagens da

Modernidade” en el Museu de Arte da Pampulha, Belo Horizonte, en noviembre de 1996. Fue publicado en portugués como “O moderno em debate:

cidade, modernidade, modernização” en Wander Melo Miranda (editor), Narrativas da modernidade , Autêntica Editora, Belo Horizonte, 1999.

11
 U N I V E R S I TA S

HUMANISTICA

PALABRAS CLAVE

Modernidad, modernización, vanguardia, siglo XIX, ciudades latinoamericanas, crítica cultural.

RESUMEN

Adrián Gorelik estudia la ciudad latinoamericana como un
dispositivo modernizador desde tres momentos históricos:
la “modernización conservadora” de finales del siglo XIX;
las vanguardias de los años treinta y el desarrollismo de los
años cincuenta y sesenta. Se trata, entonces, de rastrear
una saga constructiva en la producción de imaginarios
urbanos modernos ocupados en generar efectos
modernizadores. De igual modo, Gorelik analiza las
respuestas y evaluaciones antiurbanas y antimodernizadoras
que suscitó tal dispositivo en el subcontinente.

KEY WORDS

Modernity, Modernization, Vanguard, Twentieth Century, Latin American Cities, Cultural Criticism

ABSTRACT

Adrian Gorelik studies the Latin American City as
‘modernising device’ departing from three historical
moments: the conventional modernisation of the end of
the nineteenth-century; the 30’s vanguard and the
development policies of the 50’s and 60’s. Gorelik tracks
down a constructive saga in the production of modern
urban imaginaries which generate modernising effects.
In addition, Gorelik analyses the possible anti-urban and
anti-modernising evaluations and answers that gave rise
to such a device in Latin America.

12
 U N I V E R S I TA S

HUMANISTICA

D ebatir lo moderno en América

Latina es debatir la ciudad: la ciudad

americana no sólo es el producto más

mostrar la funcionalidad ficcional del

artefacto ciudad en el pensamiento

palabra barbarie sino por otra de

connotaciones nada desdeñosas, cultura,

sarmientino y, me atrevo a decir, por bajo la influencia del pensamiento

genuino de la modernidad occidental, extensión, en la cultura americana: no alemán que comenzaba a computar las

sino que, además, es un producto creado hace falta conocer la ciudad, ni hace “pérdidas del progreso”. Pero es evidente

como una máquina para inventar la falta que las ciudades realmente que se trata de vaivenes internos al

modernidad, extenderla y reproducirla. existentes cumplan efectivamente con los pensamiento moderno, al intento

Así fue concebida durante la Colonia, principios de ese imaginario, ya que plenamente moderno por conducir y

primero, para situar los enclaves desde para él la ciudad es la modernidad y la controlar la modernización desde la

donde producir el territorio de modo civilización por definición, más allá de cultura: no hay que olvidar que la

moderno; en las repúblicas las características reales que encarne en última y seguramente más audaz puesta

independientes, después, para imaginar cada momento. La ciudad, como en práctica de la oposición cultura-

en esos territorios las naciones y los concepto, es pensada como el civilización fue la realizada por un

estados a imagen y semejanza de la instrumento para arribar a otra sociedad amplio sector de las vanguardias

ciudad y su ciudadanía; en los procesos –a una sociedad precisamente radicales, con figuraciones bastante

de desarrollo, hace tan poco tiempo, moderna–; por lo tanto, su carácter diferentes de las del regeneracionismo

para usarla como “polo” desde donde modélico, ideal, no puede ser puesto en nacionalista del Centenario, pero que

expandir la modernidad, restituyendo el cuestión por los ejemplos de ciudades sin sintonizaban un común malestar y

continuo rural-urbano según sus duda imperfectas que produce esta buscaban dar respuesta a problemas

parámetros, es decir, dirigidos a producir sociedad real: “Inventar habitantes con análogos.

hombres social, cultural y políticamente moradas nuevas” fue la consigna de

modernos. Sarmiento que con mayor capacidad de Esta rápida introducción al problema de

síntesis muestra la circularidad de la la relación ciudad/modernidad busca

convicción iluminista sobre las virtudes simplemente poner de manifiesto

2
educativas de la modernidad urbana. algunos de los presupuestos del título
En América, la modernidad fue
Esto significa que, en América, la que nos convoca, hacer evidente que

un camino para llegar a la modernidad fue un camino para llegar a someter a debate “lo moderno” supone

modernización, no su la modernización, no su consecuencia; una instancia nueva, de ajenidad a ese

la modernidad se impuso como parte de pensamiento: lleva implícito una

consecuencia; la modernidad se
una política deliberada para conducir a distancia de la propia modernidad
impuso como parte de una
la modernización, y en esa política la urbana, y es esa distancia lo que hace
política deliberada para conducir
ciudad fue el objeto privilegiado. posible contemplarla como un artefacto

a la modernización, y en esa
en reposo, ya incapaz de conducir a

política la ciudad fue el objeto Podría hacerse una historia, por formidables procesos de transformación;

supuesto, de los múltiples vaivenes en la como un escenario más que como una
privilegiado.
valoración de esa identidad ciudad- máquina. Entonces, ¿terminó lo

modernidad: pocas décadas después de moderno?; ¿o estamos viviendo el

Sarmiento, hacia el Centenario, la momento de su máxima realización?;

Se sabe que Sarmiento, a mediados del

oposición a la palabra civilización que ¿o apenas una etapa más de su

siglo XIX, usó la ciudad como anclaje

encarnaba la ciudad cambiaría de signo; “proyecto inconcluso”? Es fácil

polar de la civilización frente a la doble

ya no estaría emblematizada por la reconocer en cada una de esas preguntas

barbarie de la naturaleza americana y el

posiciones aguerridas del debate cultural

pasado español; y se sabe también que

2 de apenas una década atrás: post-
D o m i n g o F a u s t i n o S a r m i e n t o , Obras
cuando escribió en el Facundo esa
modernismo, hipermodernismo (en sus
completas. Buenos Aires: Editorial Luz del
metáfora de tanta resonancia futura,
variantes de crítica a la ideología o de
Día, 1953, t. XLII, pág. 225. He
todavía no había conocido la ciudad
desarrollado esta modalidad sarmientina en antimodernismo heideggeriano) y

“moderna” que le servía de modelo,

La grilla y el parque. Espacio público y modernismo enragé. Es fácil coincidir,

Buenos Aires. Pero ese

cultura urbana en Buenos Aires, 1887- también, en que, al menos en lo que

“desconocimiento” no hace más que

1 9 3 6, ( 1 9 9 8 ) . atañe a la ciudad y de acuerdo con el

13
 U N I V E R S I TA S

HUMANISTICA

paisaje de ruinas que emerge del actuales, al menos en lo que toca a una

vendaval neoconservador, esas preguntas perspectiva desde ese rincón sur de

hoy suenan extrañas, como suena un América que es la Argentina. Para que

debate escolástico cuando se han perdido esa revisión sea productiva, creo que

sus claves de inteligibilidad. debe hacerse por fuera de las

coordenadas en que ese mismo regreso

Debe reconocerse, sin embargo, que en post-moderno a la ciudad ha colocado la

América Latina ese debate implicó un cuestión de la modernidad. Por eso,

regreso a la tematización de la ciudad desde la cita inicial de Koolhaas, intento

después de más de dos décadas de realizar un deslinde específico entre el

alejamiento. Uno de los ejes de este modernismo, la modernidad y la

artículo es mostrar que los años setenta modernización que merece alguna

implicaron en nuestra región una aclaración preliminar.

reacción antiurbana y antimoderna de

Al menos desde el conocido libro de

la que recién el debate suscitado por este

Marshall Berman, All That Is Solid Melts

clima de ideas post-moderno nos ha

Into Air , se ha generalizado una

sustraído, produciendo un retorno

definición en que la Modernidad aparece

masivo del interés cultural por la ciudad

como la dialéctica entre la

como clave de lectura de la modernidad.

modernización –los procesos duros de

Pero voy a intentar mostrar, en segundo

transformación, económicos, sociales,

lugar, que se trata de un regreso muy

institucionales– y el modernismo –las

particular, que ya ha perdido todo

visiones y valores por medio de los cuales

contacto con aquella dinámica

la cultura intenta comprender y

modernidad/modernización que, creo, le

conducir esos procesos–; para Berman,

daba un sentido muy preciso a los

esa dialéctica fue muy rica e intensa en

imaginarios urbanos en nuestra región.

el siglo XIX y decayó en el XX por causa

Hoy vemos la ciudad, en cambio, desde

de la fragmentación de las esferas. Fue,

la perspectiva del flâneur: enfocamos en

en cierto sentido, un nuevo

sus fragmentos dispersos, la recorremos

planteamiento dentro del marco puesto

buscando el sentido autónomo de

por Max Weber, en el que los valores

nuestros pasos, construyendo

culturales hacían de clave para entender

significados liberados de toda marca de

el origen de los procesos de

la propia ciudad, encontrando en sus

transformación moderno-capitalistas; un
proyectos las señas de una modernidad

regreso culturalista a Weber –que había

que puede visitarse como las ruinas de

quedado cristalizado por tanto tiempo en

las ciudades históricas; prestando casi

las lecturas funcionalistas–, análogo al

excluyente atención a las redes

que había realizado varios años antes de

simbólicas, a los rizomas, a las prácticas

Berman, con objetivos muy diferentes,

desterritorializadas; leyendo de modo

Daniel Bell, en su lapidario juicio sobre

vanguardista los productos de la más

una modernidad que había perdido sus

crasa realidad del consumo urbano, 3
Barcelona.Puerto Olímpico. Alfonso Solano

raíces culturales.
convirtiéndolos en una nueva clase de

“arte en las calles”, de happening para

Es indudable el valor polémico que tuvo

disfrutar entre conocedores. El interés

en su momento la caracterización de
actual por la ciudad moderna se ha

Berman –su Marx modernista, por

desprendido de la propia ciudad como

ejemplo, es brillante–: colocar la

dispositivo modernizador, es decir, de lo

que la ciudad ha significado

históricamente en nuestras historias 3

Marshall Berman, All that is Solid Melts

modernas.
into the Air. The Experience of Modernity ,

Simon and Schuster, New York, 1982; Daniel

Me propongo revisar cómo se produjo ese
Bell, The Cultural Contradictions of

regreso y cuáles son sus implicancias

Capitalism. New York: Basic Books, 1976.

14
 U N I V E R S I TA S

HUMANISTICA

densidad de la experiencia moderna en generalizándose e institucionalizándose

la dialéctica modernismo/modernización sin pausa desde su origen racional-

implicó una ingeniosa oposición al europeo en los siglos XV y XVI (y aquí

reduccionismo de las lecturas me apoyo en un autor como Giddens), y

hegemónicas que mezclaban, por la modernización, como aquellos

conveniencia pero sobre todo por procesos duros que siguen

ignorancia, diferentes momentos y transformando materialmente el

4
vertientes del modernismo y les mundo. Colocar la ciudad como objeto

transferían las connotaciones propias de de indagación, precisamente, por su

los procesos de modernización, combinación íntima y constitutiva de

proponiendo como novedad –como procesos materiales y representaciones

post-moderno– una serie de claves de culturales, lleva a ver el funcionamiento

lectura de esos procesos que, en verdad, conjunto de esas dos categorías, obliga a

provenían de muchas de aquellas tratar de entender sus lógicas recíprocas.

vertientes plenamente modernistas. En ese sentido, cuando digo que en la

ciudad latinoamericana la modernidad

Pero, aun coincidiendo con aquella fue un camino para la modernización,

intención, creo que hoy conviene intento presentar la voluntad ideológica

precisar el modernismo no como una de una cultura para producir un

respuesta “esencial” de la cultura determinado tipo de transformación

moderna –verlo como “respuesta”, estructural. América se caracteriza, así,

además, nos retrotrae a las posiciones como un territorio especialmente fértil

mecanicistas sobre la relación cultura/ para los conflictos modernos: porque si

estructura–, sino como un manojo de en Europa los conflictos de valores se

movimientos fechados en un ciclo van generando y densificando a lo largo

agotado dentro de la modernidad. La del tiempo, en relación más o menos

situación creada después del directa con los estímulos que producen

agotamiento del modernismo, bifurcada los procesos de transformación material,

entre el propio modernismo que no se muchas veces notamos en la historia

podía hacer cargo de su agotamiento, ya americana que las cuestiones valorativas

que se autoconsideraba la “respuesta y conceptuales aparecen en el mismo

esencial”, y un post-modernismo que momento, o incluso antecediendo a los

invirtió la valoración pero manteniendo procesos que las generaron en sus

el reductivismo de considerar al lugares de origen. Muchas veces, insisto,

modernismo como equivalente a la las ideas y los climas culturales

modernidad –y por lo tanto sólo dijo demuestran viajar más rápido que los

“mal-mal” donde antes se había dicho objetos y procesos a los que refieren, y en

“bien-bien”, sostuvo alguna vez Franco eso radica buena parte de la riqueza

Rella–, esa situación, es justamente lo potencial de una historia cultural local,

que ha producido la laguna en nuestro en la posibilidad de explotar ese

entendimiento de la modernidad desajuste permanente, para notar que

Barcelona. Puerto Olímpico. Alfonso Solano

y la modernización, a la que referimos sus resultados no pueden sino ser

en la cita inicial. El modernismo, originales y específicos.

en todo caso, debe ser

analizado como una de las Mi pregunta sobre el momento actual,

canteras de respuestas explotadas en todo caso, es si no deberían buscarse

en la modernidad nuevamente en la cultura algunas de las

para entender la modernización. claves para entender las traumáticas

transformaciones en curso. Ya que mi

La modernidad es tomada aquí,

4
entonces, como el ethos cultural más Ver Anthony Giddens, The Consequences of

general de la época, como los modos de Modernity . London: Polity Press/Basil

vida y organización social que vienen Blackwell, 1990.

15

hipótesis es que, por el contrario, los
estudios culturales actuales de la
modernidad urbana se han distanciado
de toda posibilidad de comprender esa
relación recíproca, esa producción
mutua de sentido, y enarbolando ese
desinterés como oposición a la
modernización, terminan acompañando
–justificando– la modernización actual
que se niegan a comprender.
2.
Si no es la modernidad como categoría
de época, lo primero que habría que
definir entonces es qué es lo que ha
terminado para que hoy podamos
debatir “lo moderno”; cuál es ese paisaje
que debe observarse hacia atrás para ver
los mensajes que guarda para nuestro
tiempo. Especialmente refiriéndonos a la
ciudad, creo que hoy puede afirmarse
que lo que terminó es un ciclo
fundamental de la modernidad, que en
el último siglo y medio se consustanció
con ella; especialmente en América,
porque en su transcurso se construyó
casi toda nuestra historia moderna.
Bernardo Secchi ha planteado que en los
años setenta de este siglo entró en crisis
una serie de parámetros estructurales de
todo un ciclo de la ciudad moderna: el
crecimiento y la expansión ilimitada.
Crecimiento que resultó por largo tiempo
concentración en el espacio:
“concentración del trabajo en la fábrica,
de la población en la ciudad, del
dominio en una clase...”; en la simetría
de la expansión y la concentración se
constituyó el ciclo progresista de la
ciudad moderna, su tensión adelante
“como tentativa de dominio del
5 mutamento sociale nelle grandi città , Il
devenir”.
A partir de ese diagnóstico, podría decirse
que lo que caracterizó al ciclo expansivo
fue una triple tensión reformista: hacia
afuera en el territorio, hacia adentro en
la sociedad y hacia adelante en el
tiempo. Es decir, la expansión urbana, la
5 definición de “reformismo conservador”
Bernardo Secchi, “Le condizione sono
cambiate” (1984), en Un progetto per
l’urbanistica , Einaudi, Turín, 1989.
U N I V E R S I TA S
HUMANISTICA
integración social y la idea de proyecto.
En el marco de esa triple tensión
reformista, modernizante, progresista en
sentido estricto, no sólo crecieron las
ciudades, sino que proliferaron en
Occidente los socialismos municipales y
la urbanística como profesión, como
gestión e ideología pública. Ese marco
de expansión continua definió las
propias hipótesis fundacionales de la
modernidad urbana, formó su universo
con la certeza tan íntima de la necesidad
de derribar las fronteras territoriales y
sociales: se trata de una expansión que
no puede imaginarse sino como
inclusiva porque el mercado urbano
moderno, el mercado residencial, la
clave que convierte a la ciudad en una
industria capaz de competir con las otras
industrias y no sólo hacerles de sede, es
un mercado que supone un ciudadano;
siguiendo a Weber, es un mercado que
supone la ficción de la equivalencia
como parte necesaria de su dinámica
6
expansiva.
América Latina –el “otro Occidente”
7
según la figura de Merquior–, presenta
una particularidad dentro de ese ciclo
expansivo occidental, que podría
resumirse en dos cuestiones culturales
que lo recorren y definen: la cuestión del
vacío, como metáfora de la necesidad de
reemplazo radical de una sociedad
tradicional y de apropiación de una
naturaleza amenazante; y la cuestión de
la reforma “desde arriba”, la definición
del estado como agente privilegiado de la
6
Sobre la reinterpretación de Weber, ver Paolo
Perulli, Atlante metropolitano. Il
Mulino, Bologna, 1992; sobre la tesis de la
“industria-ciudad”, ver Italo Insolera,
“Europa XIX secolo: ipotesi per una nuova
definizione della città”, en Alberto Caracciolo,
Dalla città preindustriale alla città del
capitalismo , Il Mulino, Bologna, 1975.
7 intentos de reforma pública en pos de
José Guilherme Merquior, “El otro
occidente”, en F. Arocena y E. de León
(compiladores), El complejo de Próspero.
Ensayos sobre cultura, modernidad y
modernización en América Latina, Vintén
Editor, Montevideo, 1991.
16
producción de aquella triple expansión.
Entre ambas se define la vocación tan
específicamente constructiva de la
modernidad en la región, la relación
íntima entre modernidad y
modernización encarnada en la ciudad.
Creo que es importante, para analizar la
peculiar “recuperación” cultural de la
ciudad en esta actualidad post-
expansiva, revisar previamente, aunque
sea de modo suscinto y aún a riesgo de
parcialidad y esquematismo, las claves
principales de los tres momentos que, a
mi juicio, muestran la expansión en su
máximo despliegue: el momento de la
“modernización conservadora” de
finales del siglo XIX; el de las
vanguardias de los años treinta; y el del
desarrollismo de los años cincuenta y
sesenta.
Lo que caracterizó al ciclo
expansivo fue una triple tensión
reformista: hacia afuera en el
territorio, hacia adentro en la
sociedad y hacia adelante en el
tiempo. Es decir, la expansión
urbana, la integración social y la
idea de proyecto.
3.
En el primer momento, el de las
modernizaciones “liberal-
conservadoras” de finales de siglo, el
flamante estado coloca en la ciudad el
objeto por excelencia de la reforma: la
ciudad real que se expande debe ser
reconducida a su ideal civilizador,
porque su desarrollo sin límites lleva al
caos y a la destrucción de los lazos
sociales. Hay una idea de “ciudad
moderna” que repele el desorden
profundo que introduce la
modernización urbana y que preside los
“otra” modernización. Ese es el doble
juego que explica la paradójica
para las elites estatales de finales de siglo:
el estado se construye en la onda
 U N I V E R S I TA S

HUMANISTICA

expansiva que vuelve inevitables los buena parte de la fundamentación de la urbana pero, al mismo tiempo, como

procesos de universalización racional de urbanística– de que la sociedad puede modo de distribución idealmente

los derechos públicos y los potencia y transformarse a través de la ciudad, equivalente del territorio urbanizable y

cristaliza en nuevas instituciones, pero proviene tanto de los intentos de fundar como disparador del nuevo ciclo de

su propia constitución es parte del otra sociedad, en la que no existan especulación que terminaría por

intento supremo por reconciliarlos con desigualdades, como de la convicción de superarlo una y otra vez; el parque

un puñado de valores pretéritos de la que la ciudad moderna ha introducido público, como ámbito por excelencia de

sociedad tradicional, de los que se –o es manifestación de– un desorden la figuración burguesa –el “intercambio

considera custodio. que debe ser resuelto para el mejor de sombreros” en los paseos de la elite–,

funcionamiento de la sociedad tal cual pero también como territorio privilegiado

Esta radical ambigüedad del estado es. Es por ello que, tradicionalmente, la de la figuración de futuros urbanos y

“liberal” se manifiesta especialmente en vivienda digna y la ciudad sana han sido sociales alternativos

su modo de considerar la ciudad: el prerrequisitos del orden social; pero, en –es decir, ámbito de reproducción de la

fundamento de toda la normativa de el reverso de esta matriz explicativa del figuración social como espectáculo de la

intervención urbana desarrollada en el dominio (explorada por una larga y ciudad burguesa, pero también ámbito

siglo XIX es que la ciudad, librada a sus diversa lista de teóricos que van desde de producción de sociedades figuradas–;

propios impulsos (es decir, a su Engels a Foucault), es importante y, en ciudades plenamente modernas

“modernización” por el mercado), lleva entender que también es esa tradición de como Buenos Aires, la grilla de calles

a la confusión y la enfermedad. Un reforma la que instituyó el derecho de regular amanzanada, tan repudiada por

fundamento sin analogías en ninguna ciudad como paso previo y necesario a la su monotonía y por su funcionalidad a

de las certezas que dan lugar a la ampliación de la ciudadanía. la racionalización capitalista del

mayoría de los instrumentos jurídicos territorio, pero que fue a su vez la marca

liberales que se sistematizan de la voluntad política del estado por

En América Latina las teorías del
contemporáneamente: simplificando, guiar la expansión, y al hacerlo ofició de

para los códigos civiles o penales los

desarrollo buscaron restaurar, a vía de propagación del espacio público a

individuos no son naturalmente través de una preceptiva toda la ciudad, de medio de integración

ladrones o criminales que deban ser potencial de los nuevos sectores

profundamente cultural y política
reformados por medio de acciones populares al corazón urbano,
sobre la modernidad, la
positivas que afecten al conjunto de la convirtiendo toda la ciudad en un
posibilidad del control de la
sociedad. En todo caso, la reforma tablero de mezcla cultural, de

urbana es el resultado de la firme

modernización, la búsqueda de simultaneidad social y manifestación

perduración, en los reformadores recuperar el comando que el pública, de fiesta y de protesta.

liberales, de las ideas urbanas tan poco

mundo desarrollado había perdido
liberales que sustentaron desde temprano El espacio público de la ciudad
sobre los procesos que
en la modernidad la creación de decimonónica, inventado “desde arriba”
engendraba.
imaginarios utópicos; comenzando, por por el estado con el fin de integrar y

supuesto, por la Utopía de Moro. A la sujetar una sociedad que percibe al

pregunta de cómo ordenar la sociedad, En pleno ciclo expansivo, el estado borde de la disolución y la anarquía, es

cómo regularla, cómo legitimarla liberal en formación reacciona el producto de esas tensiones, el medio

racionalmente una vez que los oponiéndose a la expansión, pero moderno, productor de modernidad, con

fundamentos externos han caído, el descubre azorado, en ese mismo gesto, que se busca alcanzar una

pensamiento político respondió muchas que no dispone de los recursos técnicos, modernización armónica y sin

veces con metáforas de ciudad; pero, al jurídicos o ideológicos para hacerlo, conflictos, aunque el conflicto se

mismo tiempo, colocó en la ciudad, a porque lo que está en juego es el laissez muestra rápidamente como la

través de la tradicional metáfora faire como interés y como doctrina, es contracara necesaria de la ampliación de

organicista, la manifestación material de decir, su propia identidad. En esa tensión la arena política que abre la nueva

la “enfermedad” moderna, de cuya se debate la intervención urbanística ciudad. Así se gesta el territorio público

curación depende la salud de la sociedad finisecular, y los principales dispositivos de la expansión y, sobre él, el ideal de

que la habita, estableciendo una “modernos” que proyectan la ciudad una relación orgánica entre modernidad

hipótesis de larga duración sobre las son su mejor encarnación: el “Boulevard y modernización, entre determinados

relaciones sociedad/ forma urbana. La de circunvalación”, como búsqueda de tipos de espacio público urbano y

idea iluminista –que preside hasta ahora un freno y control para la expansión modalidades de la ciudadanía. Centros

17
 U N I V E R S I TA S

HUMANISTICA

México.Museo Antropológico. Alfonso Solano

cívicos, boulevards, perspectivas con fuertemente en cuestión la acepción Pero podría decirse que, justamente por

fachadas continuas clasicizantes, tradicional de vanguardia, de acuerdo eso, la vanguardia latinoamericana,

monumentos republicanos, parques: con lo que se identificó como el rasgo lejos de ser una versión menor o

artefactos que produce el discurso central en la vanguardia clásica: su degradada de la vanguardia clásica

político y urbanístico moderno, que negatividad, su carácter destructivo, el europea, nos permite en realidad

propone reformar la ciudad a través de combate a la institución. En América comprender mejor rasgos fundamentales

un modelo de intervención confiado en Latina, por el contrario, la principal de los procesos de renovación modernista

su capacidad de garantizar el pasaje de tarea que se propuso la vanguardia fue centrales, revisar su propia historia a la

una sociedad tradicional a otra la construcción simultánea de un futuro luz de uno de sus productos más

moderna: no es fácil entender hoy esa y su tradición. Tarea que comienza en legítimos. En principio, hay que

confianza ni justificar las tantas los años veinte y que, a su manera, entender que algunos de los mismos

injusticias que se realizaron en su prefigura la del actor social que autores que hoy parecen respaldar los

nombre, pero es indudable que ella rápidamente se va a mostrar en paseos sin rumbo por la ciudad,

produjo algunos de los paisajes urbanos condiciones de ponerla en especialmente Benjamin, permitieron

más memorables de la región. práctica: el estado nacionalista pensar hace treinta años el rol de la

benefactor que surge de la vanguardia en la metrópoli: entender la

4. reorganización capitalista vanguardia inmersa en el proceso de

El segundo momento es el de la post-crisis. En los años treinta, irrupción capitalista en la estructura de

vanguardia, clave para pensar algunas vanguardia y estado confluyen en la la morfología urbana. La recepción de

de las peculiaridades de nuestra necesidad de construir una cultura, una Benjamin de los años sesenta permitió

modernidad urbana. En principio, debe sociedad y una economía nacionales, lo dilucidar la “dialéctica de la

advertirse que colocar a la vanguardia que termina por desmentir los otros dos vanguardia” que había conducido a los

en esta saga constructiva, de producción postulados clásicos de la vanguardia: su sueños luminosos desde la más radical

de imaginarios urbanos modernos que combate a la tradición, su negatividad. Una dialéctica constructiva

figuren efectos modernizadores, pone internacionalismo. que permite trazar el puente que conecta

18

a la vanguardia artística, definida por su
carácter cáustico, con la ciudad
modernista, definida por su
constructividad; el puente que va de la
Zürich del Cabaret Voltaire a la Frankfurt
de la administración socialdemócrata; de
las provocaciones de Duchamp a la
Grostadt descualificada y homogénea de
Hilberseimer, como analogía a la cadena
de montaje; el puente que va de Breton,
8
como quería Benjamin, a Le Corbusier.
8
. Escribió Benjamin en los Pasajes :
“Comprender juntos Breton y Le Corbusier
–vale decir, tender el espíritu de la Francia
del presente como un arco, con el cual el
conocimiento golpee al instante el corazón”,
ver Walter Benjamin, Parigi, capitale del XIX
secolo; I “passages” di Parigi , Einaudi,
Turín, 1986, pág. 595. La más original y
productiva de las lecturas de los años sesenta
de Benjamin en esta dirección fue sin duda la
de Manfredo Tafuri, a partir de su Teorie e
storia dell’architettura , Laterza, Roma,
1968. Estos temas los hemos desarrollado con
mayor amplitud junto a Anahi Ballent y
Graciela Silvestri, “Las metrópolis de
Benjamin”, Punto de Vista Nº 45, Buenos
Aires, abril de 1993.
Barcelona.Plaza de España. Alfonso Solano
U N I V E R S I TA S
HUMANISTICA
Pues bien, esta revisión de las
vanguardias es lo que permite entender
desde una nueva perspectiva la tensión
existente entre arquitectura moderna/
estado en los años treinta en
Latinoamérica, como momento
constructivo por excelencia. Sólo desde
una revisión a fondo del episodio de las
vanguardias históricas puede tener
significado pensar el término en
Latinoamérica, ver cómo se encarnaron
sus valencias de acuerdo con los
diferentes procesos modernizadores que
se ensayaron en el continente. Pero no
porque haya ocurrido el típico
malentendido transculturador, en el que
se “importa” desplazando en tiempo y
significado los contenidos “reales” de las
vanguardias, sino porque América
ocupa un lugar activo en su desarrollo:
si la arquitectura y la ciudad fueron el
polo positivo de la dialéctica productiva
de la vanguardia, si fueron su polo
modernizador frente a una modernidad
que podía al mismo tiempo –como lo
hicieron tantas figuras de la
vanguardia– regodearse en aquello que
19
esa modernización hacía desvanecer,
Latinoamérica, el Sur, fue el polo
positivo en su dialéctica espacial: fue el
lugar donde la construcción más que
posible era inevitable. Así se entiende
el iter alternativamente optimista y
angustioso de los viajeros buscando
interlocutores locales para ejecutar ese
mandato: Lasar Segall, Wladimiro
Acosta, Richard Neutra, Le Corbusier,
Hannes Meyer. El territorio americano
no fue sólo el lugar de la carencia (de
sentido de lugar, de historia, de
tradición): también, y justamente por
eso, fue el lugar donde lo nuevo podía
emerger puro: “soto le stelle
impassibili, sulla terra infinitamente
deserta e misterosa (...) non
deturpato dall’ombra di Nessun Dio”,
como señalaba el poeta Dino
Campana en su viaje alucinado
por la pampa de comienzos
9
de siglo.
9
. Dino Campana, “Pampa” (1908), Canti
orfici e altri scritti , Mondadori, Milán,
1972.

Esta constructividad explica, por una
parte, la principal característica de las
vanguardias locales: la búsqueda de
orden, como queda expresado de modo
magistral por las citas de dos figuras tan
diferentes en tantos otros aspectos como
Lucio Costa y Alberto Prebisch
“As ‘revoluçôes’ –como os seus
desatinos– sâo, apenas, o meio de
vencer a encosta, levando-nos de um
plano já arido a outro, ainda fértil –
exatamente como a escada que nos
interessa, quando cansados, em vista
de alcançar o andar, onde estâo o
quarto e a cama. Conquanto o simple
fato de subi-la –dois a dois– já possa
constituir, áqueles espíritos irrequietos
e turbulentos que evocam a si a
pitoresca qualidade de
‘revolucionários de nascença, o maior
–quiçá mesmo o unico– prazer, a
nós outros, espíritos normais, aos
quais o rumoroso sabor da aventura
nâo satisfaz – interessa,
exclusivamente, como meio de
alcançar outro equilibrio, conforme
com a nova realidade que, inelutável,
se impôe”,
escribió Costa en ese texto fundamental
de la vanguardia carioca, Razôes da
10
nova arquitetura, en 1930. Alcanzar
otro equilibrio: parece el eco de Prebisch
cuando afirmaba, en los textos con que
introducía en Buenos Aires la renovación
arquitectónica europea:
“Cada hombre, cada época tiende a
obedecer esta apremiante necesidad
de orden. Orden que resulta de un
equilibrio armónico entre la vida
exterior, el espíritu y la naturaleza, la
idea y la forma (...). Cada época
busca su equilibrio. (...) Nuestra
época busca realizar ese acuerdo, ese
10
. “Razôes da Nova Arquitectura” (1930),
republicado en Lucio Costa: Sôbre
Arquitectura, Centro dos Estudantes
Universitários de Arquitetura, Porto Alegre,
1962, pág. 20.
U N I V E R S I TA S
HUMANISTICA
equilibrio, busca un clasicismo, su
11
clasicismo”.
No se trata de moderatismo, o al menos
no sólo de eso, sino de la respuesta
cultural a un problema específico de la
modernización americana: el clasicismo
es la respuesta de la vanguardia a la
necesidad de producir una esencia de la
cultura nacional. Es la misma respuesta
que daba Borges en su celebración del
suburbio: en esos márgenes de la ciudad
Borges le hace recuperar a la ciudad
moderna sus claves más arcaicas, las que
provienen de la pampa, pero a través de
una lengua que apuesta hacia el futuro:
por eso se caracterizó tan bien ese
período borgiano con el oximoron de
“criollismo urbano de vanguardia”,
cuyo carácter paradójico debe ser incluso
potenciado con la inclusión de la
12
vocación clasicista.
En segundo lugar, esa constructividad
explica la apelación al estado,
característica decisiva en las dos
vanguardias arquitectónicas y urbanas
más importantes de Latinoamérica, la
brasileña y la mexicana, donde más que
en ninguna otra parte la arquitectura de
vanguardia fue arquitectura de estado.
En su ruptura de lanzas con la
arquitectura académica, las vanguardias
van a encontrar un aliado fundamental
en el estado, al que le ofrecen una serie
de figuras con las cuales va a producir
el imaginario de la modernización
territorial y urbana que estaba
afrontando como desafío
13
contemporáneo. Así como el siglo XIX
11
. Martín Fierro Nº 5-6, 15 de mayo-15 de
junio de 1924, republicado en Revista Martín
Fierro 1924-1927. Edición facsimilar, Fondo
Nacional de las Artes, Buenos Aires, 1995,
pág. 35.
12
. La caracterización es de Beatriz Sarlo; ver
su Jorge Luis Borges. A Writer on the Edge,
Verso, London, 1993.
13
. Desarrollo este tema con más amplitud en
“Nostalgia y Plan: el estado como
vanguardia”, en Arte, historia e identidad en
20
fue el de la construcción de los estados y,
por su intermedio, de las naciones y las
nacionalidades, es a partir de la
consagración de los nuevos roles
públicos en la década del treinta con la
reestructuración del sistema económico
internacional, cuando se va a intentar la
conformación de sistemas económicos
nacionales integrados: agua, caminos,
aviones, comenzaron a señalar el interés
estatal en desplegar tramas nacionales
más extensas y complejas que las que
habían cumplido su rol en la etapa de la
imposición del orden y el progreso; las
figuraciones de esa modernización
fueron las que llenaron las formas
vanguardistas con su apelación
simultánea a la tradición que debía
fundamentarlas; ese marco de
ambigüedad es el territorio común en el
que estado y vanguardia se construyeron
mutuamente.
El regreso a la ciudad se produjo
en occidente a través de la
reivindicación de la historia, el
espacio público o lo popular.
La principal peculiaridad de las
vanguardias en Latinoamérica, por ello,
y desde allí hay que juzgarlas, es que en
la dialéctica constructiva de la
vanguardia han arrancado desde el
vamos del polo constructivo, lo que fue
tempranamente advertido por la crítica
literaria: la propuesta más ambiciosa y
radical de los años veinte en cada país
no fue la disolución de la autonomía o
el combate a la institución Arte, sino la
construcción de una lengua nacional.
Aquí no podía plantearse la tabula rasa,
porque el problema local por excelencia
era la tabula rasa: no había un pasado
académico para aprovechar y reciclar,
sino un vacío a llenar, lo que explica el
América. Visiones comparativas, Actas del
XVII Coloquio Internacional de Historia del
Arte, Universidad Nacional Autónoma de
México, México, 1994, tomo II.
 U N I V E R S I TA S

HUMANISTICA

salto sin mediaciones por encima de la continuo rural-urbano que debía del espacio y el tiempo: un conjunto de

historia hacia mitos de origen, para promoverse, en los años cincuenta la procesos acumulativos que se refuerzan

inventarle un pasado a una cultura urbana occidental formalizó en mutuamente; leyes funcionales de la

“comunidad nacional” que lo Latinoamérica una gran cuestión y una economía y el estado, de la ciencia y la

necesitaba para formarse como tal. gran esperanza. ¿Cómo acelerar la técnica, aunados en un sistema
14
Podría decirse que las vanguardias se urbanización sin exacerbar los autónomo no influenciable. Sin

imponen en nuestros países porque se problemas que vienen asociados al embargo, es posible afirmar que en

hacen capaces de disputar la autoridad crecimiento?: una planificación América Latina las teorías del desarrollo

para representar el pasado más que la inteligente y previsora debería poder buscaron restaurar, a través de una

eficacia para adecuarse a la evitar en estas tierras los problemas que preceptiva profundamente cultural y

transformación técnica. Si para Brecht la modernización de mercado de los política sobre la modernidad, la

“lo que venga extinguirá su pasado”, países centrales había engendrado posibilidad del control de la

para las vanguardias locales, lo que décadas atrás. El vacío latinoamericano, modernización, la búsqueda de

venga lo construirá. Esa es la certeza planificación mediante, devenía ahora recuperar el comando que el mundo

que se proyecta veinte años más tarde en pura potencialidad: América Latina desarrollado había perdido sobre los

el mito de origen y futuro por excelencia aparecía ante la mirada del mundo procesos que engendraba: la ciudad fue

de Latinoamérica: Brasilia. occidental como el laboratorio de una pensada nuevamente como una partera

verdadera modernización, que pudiera de cultura moderna, es decir, como la

5. eludir los costos que los países inventora de una sociedad moderna.

El tercer momento del ciclo expansivo ya desarrollados venían computando desde

está, como muestra la mención de la posguerra. Sólo se necesitaba relevar La clave radicaba en esa fórmula casi

Brasilia, contenido en esta revisión los problemas y formular las preguntas, mágica del período: la planificación. Se

de las vanguardias: el momento capacitar a los técnicos y estudiar las trataba de formar especialistas (contra la

desarrollista. Nunca antes la modernidad respuestas apropiadas, para asentar generalización de la formación

urbana presidió de tal modo –de modo sobre esa base sólida, científica, los humanista); integrar equipos

tan ideológico y prescriptivo– la planes con que los gobiernos esperaban interdisciplinarios en todas las ramas de

modernización. actuar. En ese gesto nacen y se la administración; y realizar estudios

Y nunca antes el estado había consolidan las ciencias sociales en la regionales aplicados como experiencias

asumido de modo tan región, marcadas fuertemente por la piloto que produjeran fuerza

completo el conjunto de las tareas vocación planificadora y en íntimo ejemplificadora. La mística constructiva

culturales para producir la contacto con la visión de la sociología con que se autorrepresentaba ese

transformación social: si a fines del siglo norteamericana sobre el problema de momento histórico –sólo comparable al

XIX encontramos un estado que “los países subdesarrollados”. momento épico de construcción de la

entronca en el ciclo expansivo a pesar nación en el siglo XIX– otorgaba un rol

suyo (la modernidad aparecía allí como Y aquí conviene nuevamente establecer destacadísimo al estado, pero dentro

figura de orden que debía controlar la la especificidad latinoamericana de la suyo a los técnicos, como su vanguardia.

modernización); y si en los años treinta relación modernidad/modernización, Y en el imaginario desarrollista, la

la entente vanguardia/estado se produce porque este mismo período ha sido arquitectura y el urbanismo, a través

en los hechos (la modernidad señalado como el momento clave de justamente de la planificación,

vanguardista como constructora de autonomización de las esferas, cuando generaron los epítomes del

identidad para conducir a una la modernización se vuelve un término perfil técnico moderno

modernización nacional emprendida por exclusivamente técnico, precisamente comprometido; por eso, entre otras cosas,

el estado); en el desarrollismo, el estado bajo inspiración del funcionalismo las oficinas más variadas de

va a reunir toda la tradición norteamericano que va a alimentar al planeamiento gubernamental en la

constructiva, incorporando en desarrollismo. Para Habermas, por región se colmaron en esos años de

su seno la pulsión vanguardista: el ejemplo, es la teoría de la modernización arquitectos jóvenes que en el

estado se vuelve institucionalmente funcionalista que se estiliza en los años curso de esa experiencia devinieron

vanguardia moderna y la ciudad, de posguerra, la que desgajó a la sociólogos, demógrafos,

su pica modernizadora. modernidad weberiana de sus orígenes economistas, geógrafos,

culturales e históricos (el moderno

A partir de la certeza funcionalista de racionalismo occidental) para

14
que la ciudad es una gigantesca fábrica convertirla en un patrón de procesos de . Jürgen Habermas, El discurso filosófico de

la modernidad, Taurus, Buenos Aires, 1989.

de hombres modernos, punto final del evolución social neutralizados respecto

21
 U N I V E R S I TA S

HUMANISTICA

como parte de ese proceso Me refiero a comienzos de los años

de formación de las ciencias sociales. sesenta, al surgimiento de los

movimientos de reacción contra “la

Lo que se planteaba en los años sesenta, promesa alquímica del Modernismo”.

entonces, era una propuesta de Ya los años cincuenta habían visto el

expansión de la modernidad –para surgimiento de la revisión de algunos

extender sus beneficios o, en clave más fundamentos urbanísticos del

de izquierda, la potencialidad de sus modernismo, como los de la Carta de

conflictos– que aplicaría las fórmulas Atenas, iniciándose un proceso de

del estructural-funcionalismo reivindicación de cualidades

panamericanizadas por las ciencias tradicionales de la ciudad que se

sociales desde los años cincuenta: las habían despreciado en bloque, como la

relaciones centro/periferia implican en la vida bulliciosa favorecida por la vieja

estructura de la sociedad y de la “calle corredor” y sus diferentes escalas

economía de los países latinoamericanos de espacios urbanos, en un intento

un dualismo tradicional/moderno que explícito por volver a comprender, desde

debía resolverse en la universalización el interior de las propuestas

deliberada del sector modernizador, es modernistas todavía, el fenómeno de la

decir, la ciudad. La ciudad, nuevamente ciudad por fuera de la simplificación

como figura de orden modernista, programática. Pero la crisis de una idea

concebida a través de una ideología sobre la ciudad moderna rápidamente se

organicista enfrentada a la metrópoli sobreimprimió a la crisis del

moderna realmente existente, a su crecimiento y la expansión, es decir, al

modelo de modernización, desigual y final del ciclo expansivo.

excluyente. Hay que recordar que la ¿Qué hacer con la ciudad moderna y

ideología dominante sobre la ciudad en con las ideas sobre ella una vez

el ethos desarrollista, y sobre todo en el terminado ese ciclo? Indudablemente, las

de sus técnicos-funcionarios que la leían respuestas modernistas estaban asociadas

en clave de izquierda, era el organicismo muy directamente a la expansión –para

de matriz anglosajona, fortalecido desde celebrarla o

la posguerra por el suceso del Plan de refutarla. ¿Se puede pensar la

Londres; con la casi aislada excepción de modernidad y la modernización sin

quienes proyectaron Brasilia, expansión? En ese caso, ¿qué

curiosamente, el gran emprendimiento significaría? ¿Cómo repensar la ciudad

urbano del período, y tal vez eso por fuera de los modelos de

explique el poco suceso que tuvo entre pensamiento que ese ciclo había

los planificadores de la región (y el generado, en el nuevo marco de

blanco fácil que resultó, y resulta deslocalización industrial,

todavía, para la crítica bienpensante). desmembramiento de los centros

terciarios, flujos inversos entre la

6. ciudad y el campo con el resultado de

Bien, hasta aquí el curso de la relación una nueva urbanización difusa y la

entre modernidad y modernización en el proliferación de periferias internas,

ciclo expansivo. Va a ser precisamente de vacíos en tejidos compactos,

la refutación de aquella figura de la viejas áreas industriales abandonadas

“planificación” como última derivación como monumentos desoladores

de la preceptiva modernista, que nacería, de una modernidad fracasada?

París. Alfonso Solano

muy poco tiempo después, en Europa y

en los Estados Unidos, la reivindicación Este es el marco en que se produce el

de la ciudad realmente existente a través regreso a la ciudad en Europa en los

de una diversidad de lecturas que serían años sesenta. Insisto: regreso no porque

reunidas, bastante más tarde, bajo el el modernismo no considerara a la

nombre de “post-modernismo”. ciudad, sino porque lo hacía bajo un

22
 U N I V E R S I TA S

HUMANISTICA

“deseo de ciudad” completamente ciudad, rechazando in toto aquella

diferente, atendiendo a su carácter figura del técnico que suponía una

proyectual abstracto; ahora se trataba de mutilación absoluta de la riqueza

un regreso a la ciudad considerada en urbana a través de los intentos

sus cualidades existentes, históricas o autoritarios de control planificado que,

contemporáneas. Creo que en ese regreso para colmo, en la nueva situación

deben leerse intentos por responder a parecían además de inmorales,

aquellas preguntas generadas por la ineficaces.

nueva situación, aunque todavía no se

habían formalizado de ese modo y Como dije, esas fueron algunas de las

estaban lejos de visualizar la ciudad diferentes tendencias que luego serían

emergente. En este sentido, la intensa confusamente reunidas bajo la

apelación a la historia en las nuevas denominación de post-modernismo,

propuestas podría verse como una aunque es fácil comprender el carácter

manera de reconocer la heterogeneidad moderno de sus búsquedas en la ciudad.

y la dispersión provocada por el fin del Lo cierto es que, a partir de esa

ciclo “progresista”. La historia –y pienso amalgama, el post-modernismo quedó

en la obra de una figura clave como asociado como categoría a los intentos

Aldo Rossi– procuraba funcionar en la de regreso a la ciudad, y es por eso que

producción de un imaginario sobre la parece post-modernista la revaloración

ciudad como el proyecto en la cultural de la ciudad que comenzó en la

urbanística modernista: como argamasa, última década en América Latina; un

como contención de las partes, como post-modernismo que vendría a

guía para reconducir una totalidad cuya confirmar el típico desfasaje temporal

promesa de integración ya no podía periférico, ya que habría llegado con dos

buscarse en el futuro, sino en el pasado. décadas de atraso. Sin embargo, aquí

Pero por eso suponía a la vez un regreso hubo otro post-modernismo, hoy

a la ciudad, a aquella parte de la ciudad completamente olvidado pero, me

negada por el modernismo: los valores atrevería a decir, más literalmente post-

de la ciudad tradicional como núcleo de moderno, en tanto fue una completa

sentido para el rediseño de la ciudad refutación no sólo al modernismo, sino a

moderna. la modernidad y la modernización. Es

importante detenerse en este fenómeno si

Basilea, Suiza. Estación de trenes.Herzog y de Meuron. Alfonso Solano

Hubo otros caminos de regreso a la queremos comprender mejor nuestra

ciudad: el camino de la recuperación del cultura urbana actual, el tipo de

espacio público de la ciudad desfasajes producidos en la reciente

decimonónica, como instrumento de “vuelta” a la ciudad.

revitalización de la sociabilidad urbana

en los viejos centros abandonados y En el mismo momento en que estallaba

tugurizados, frente a la promesa fallida aquella rebelión contra la planificación

de nuevos modos de sociabilidad en los en occidente, avanzados los años

monótonos suburbios modernistas; y el sesenta, en Latinoamérica también se

camino, más asociado a experiencias produjo una crítica devastadora al

norteamericanas como las de Robert planificador desarrollista, pero muy

Venturi, del pop, que reivindicó lo diferente. En principio, se lo criticó no

popular urbano a través de la por el autoritarismo de la planificación

recuperación estética de los productos de modernista, sino por su reformismo, por

la industria cultural de masas, tan haber confiado en que a través del

despreciados por la alta elaboración estado se podía llegar a dar una

formal modernista institucionalizada en verdadera planificación social, ya que

la posguerra. En todos los casos, al final eso era lo que se mantenía como objetivo

del ciclo expansivo la cultura final. En segundo lugar, estas críticas

arquitectónica respondió volviendo a la radicalizaron otro aspecto de aquella

23
 U N I V E R S I TA S

HUMANISTICA

figura: la visión organicista, que roto ya reemplazarlo por la figura del Pueblo, a que la ciudad ha sido pensada en las

todo lazo con sus moldes modernistas, través del uso polivalente y cuasi últimas décadas en América Latina–;

impuso un rechazo radical a toda religioso de la noción de “participación no saldrían del clima de ideas

modernización, y particularmente a la popular”, en la que no se modificaba en antiurbano los principales movimientos

modernización que se afincaba en la absoluto la autoimagen del técnico renovadores del pensamiento

ciudad. Lo que lleva al principal como mediador privilegiado. Viceversa, arquitectónico que, precisamente, se

contraste con aquel redescubrimiento de la identidad “de izquierda” de la afincarían en las diversas maneras del

la ciudad en el pensamiento urbano planificación como marca disciplinar, redescubrimiento de la ciudad.

europeo de esos mismos años: en nuestra explicada estructuralmente en el carácter

cultura urbana, la ciudad se convirtió en “progresista” del ciclo expansivo que le Y ahora quizás podamos entender un

el enemigo jurado de toda da origen, y explicada poco mejor la imposibilidad local de

transformación verdadera, es decir, institucionalmente en la larga introducir en esos mismos años tal

revolucionaria. La ciudad moderna, el maduración de la alianza constructiva redescubrimiento, aunque pudiera

motor de la transformación desarrollista, con un estado modernizador, volvía coincidirse en los contenidos

se equiparó a la mezquindad de las imposible la recusación de esas críticas reivindicados. Como vimos, el regreso a

clases que se habían identificado con por izquierda, si a su vez mantenían la ciudad se produjo en occidente a

ella: las clases medias, cuyo objetivo no fundamentalmente sus presupuestos de través de la reivindicación de la historia,

habría sido otro que domesticar el siempre. el espacio público o lo popular. Pero si

ímpetu revolucionario; éste, en en Europa la historia es la ciudad, como

definitiva, como parecía mostrar el reservorio de cultura, la historia aparecía

ejemplo cubano, venía del mundo rural, En América Latina el ciclo entonces por aquí –al menos en la

es decir, en todo caso –y así se tradujo en región del Río de la Plata– en su

expansivo produjo la ciudad como
grandes metrópolis de la región, como versión revisionista, como la
artefacto capaz de realizar la
Buenos Aires– de las incrustaciones reivindicación de la barbarie que

articulación progresista de la
rurales en la ciudad moderna nuevamente nos coloca fuera de la

manifestadas en la “villa miseria”. modernidad y la modernización; ciudad. Asimismo, el espacio público,

el fin de ese ciclo, produjo en como categoría principal de la política

El ejemplo de Cuba, en este sentido, era burguesa, ni siquiera podía pensarse

cambio un clima de ideas
completo: porque gracias a la revolución como problemática aunque, de haberse
radicalmente antiurbano,
allí se había logrado imponer la hecho, no habría sino ratificado el

antimoderno y antimodernizador.
planificación organicista que tenía como carácter contrarrevolucionario de la

modelo las experiencias progresistas ciudad frente al verdadero sujeto

anglosajonas, el mismo modelo de toda histórico latinoamericano que residía en

la región pero que había fracasado en 7. el mundo rural –volver sobre los pasos

otras partes, especialmente en Chile, el Todo ese ensamble de posiciones y perdidos. Finalmente, así como el modo

otro gran laboratorio de la planificación situaciones históricas se tradujo en un de trabajar la cultura popular de la

en la década, donde se las había momento fuertemente antiurbano. Se ha estética pop es híperurbano, porque

buscado imponer a través del reformismo señalado que el 68 europeo también utiliza temas de la cultura de masas que

desarrollista, interrumpido por la tuvo sus episodios antiurbanos: es muy se afinca en la ciudad, lo que se iba a

reacción golpista. El contraste entre esos conocido el grito de guerra a la ciudad encontrar aquí como cultura popular, en

dos ejemplos pareció probar que los que pronunciaban los estudiantes cambio, era la “cultura de la pobreza”,

errores de la planificación no habían parisinos mientras levantaban los es decir, la manifestación de los modos

sido técnicos, sino políticos: confiar en el adoquines para las barricadas : “sous le de vida alternativos a la ciudad burguesa

estado burgués para llevarla a cabo. pavé, la plage”. Pero podría decirse que en la “villa miseria”. (Y conviene

Pero, justamente por eso, en el ese antiurbanismo estuvo radicado sólo detenerse en ese pasaje curioso que se

pensamiento urbano latinoamericano en algunos sectores de la sociedad y la produjo de las ciencias sociales a la

las convicciones técnicas de la política, sin impactar en la cultura política, por el cual la “cultura de la

planificación no se modificaron en arquitectónica europea sino pobreza”, que había nacido como

esencia. Planificar seguía siendo lo excepcionalmente –que una de esas categoría antifuncionalista que buscaba

correcto, pero para planificar, primero principales excepciones haya sido la explicar los mecanismos culturales por

había que hacer la revolución. Si el sociología urbana francesa no es los cuales se producía una eficaz

principal error había sido confiar en el secundario en este análisis, ya que ella adaptación de los sectores populares

estado burgués, la solución consistió en fue tan influyente en las matrices con migrantes a la ciudad, de la sociedad

24
 U N I V E R S I TA S

HUMANISTICA

tradicional a la moderna, pasó a dominante en el latinoamericanismo contra la ciudad. De todos modos, lo que

reivindicarse como una modalidad académico de su país, los Estados me interesa sostener con todos estos

esencial de resistencia de esos sectores, de Unidos, desde un país como el Uruguay, ejemplos, es que este clima antiurbano

la que había que extraer modelos de cuyos logros indudables en el siglo XX, debería ser nuestro post-modernismo

conducta para una sociedad liberada.) sociales y culturales, estuvieron legítimo: nuestro post-modernismo real,

asociados a la temprana y exitosa el análogo de lo que en otros lugares

Podrían señalarse diversas extensión de una cultura moderna significó la crítica al modernismo, aquí

manifestaciones de esta sensibilidad urbana, mesocrática y laica, Rama, fue una recusación completa a la

antiurbana en otras instancias de la analista agudo de los procesos de modernidad y la modernización

cultura, por fuera de las disciplinas que transculturación –es decir, de la riqueza encarnadas en la ciudad.

se ocupaban de proyectar la ciudad. Por de los contactos culturales–, terminó

una parte, en términos de la cultura produciendo en los años setenta un texto 8.

académica, encontramos en esos años en el que opuso de modo maniqueo una Mi hipótesis, entonces, es que el ciclo

algunas obras muy influyentes, como la cultura real latinoamericana a otra expansivo en América Latina produjo la

de Richard Morse o la de Ángel Rama, impuesta por la ciudad letrada. ciudad como artefacto capaz de realizar

que muestran una refinada elaboración Oposición que funciona en su último la articulación progresista de la

de estas posiciones. Morse venía libro, póstumo, como clave interpretativa modernidad y la modernización; el fin

proponiendo desde temprano la de toda la historia latinoamericana: el de ese ciclo, que en Europa encontró

inversión de certezas que produciría la triunfo de la ciudad letrada fue el triunfo una serie de respuestas que propusieron

más radical ruptura con la teoría de la de la racionalidad moderna occidental diferentes vueltas a la ciudad como

modernización: América Latina no era el que habría mantenido sumergidos los modo de revisar las versiones urbanas

lugar del cambio, sino un refugio de los estratos esenciales de la cultura popular del modernismo, aquí produjo en
16
valores que el mundo occidental había tradicional local. cambio un clima de ideas radicalmente

perdido por culpa de la modernidad; la antiurbano, antimoderno y

historia cultural de la ciudad Por otra parte, hay un paralelo exacto antimodernizador; por eso digo, más

latinoamericana de Morse, que en la cultura juvenil de la época, legítimamente post-moderno. Pero la

culminará con su deslumbramiento por expresada en la recusación de la ciudad post-modernidad, al menos en la cultura

el universo popular carioca, fue el que realiza el hippismo; y aquí debo urbana, quedó asociada exclusivamente

instrumento para identificar una edad agregar, nuevamente, que al menos así a aquellos retornos a la ciudad; por eso,

dorada y a los sujetos que, precisamente fue en la Argentina, donde se produjo recién en los últimos años parece que el

a través de la carnavalización de todos esa paradoja tan peculiar que es la post-modernismo hubiera llegado a

los valores urbano-moderno-burgueses, existencia de un movimiento de rock Latinoamérica, junto con una serie de

podrían en la actualidad ser portadores mayormente antiurbano. Hay cantidad enfoques que han recuperado la noción
15
de su vitalidad revulsiva. de canciones de esos años, de fuerte de modernidad y en el marco de un

impacto e influencia, que conjugaban clima de revaloración de la ciudad y de

Rama es un caso más extraño, pero tal en todas sus declinaciones los temas de muchas de sus claves modernistas.

vez por eso más útil para ver hasta qué la huída de la ciudad, como lugar del

ámbitos llegó la vena antiurbana. Si gris, del encierro, de la corrupción de las Por eso creo que es posible decir que esta

Morse produce su rebelión conciencias: “El oso”, de Moris (la asunción reciente del post-modernismo

antimodernizadora como respuesta historia de un oso encerrado en un circo –insisto: esta vez como adecuación de

crítica a la mirada paternalista como metáfora de la prisión urbana), o algunos motivos de aquella rebelión

“Toma el tren hacia el sur”, de Spinetta contra el modernismo que en occidente

(himno del hippismo setentista que significó una revaloración de la ciudad–

15
. De Richard Morse puede verse El espejo de
emigraba de Buenos Aires a los pueblos se montó sobre un borramiento

Próspero: un estudio de la dialéctica del

de la Patagonia), por citar algunas de completo. Espero que haya quedado
Nuevo Mundo, Siglo XXI, México, 1982, y la
las más conocidas e influyentes en más claro que no trato aquí de hacer una
polémica que desató en Brasil, recogida en F.
de una generación, pero se me ocurre “reivindicación” póstuma de algunos de
Arocena y E. de León (compiladores), El
una larga lista que podría funcionar los momentos del ciclo expansivo, ni de
complejo de Próspero..., op. cit. También de

para entender los distintos frentes de la ruptura que produjo el post-

Morse, “Ciudades ‘periféricas’ como arenas

ataque de aquel extendido clima de ideas modernismo que llamo

culturales (Rusia, Austria, América Latina)”,

en R. Morse y J. E. Hardoy (compiladores), provocativamente “real”; simplemente

16
Cultura urbana latinoamericana, CLACSO, . Angel Rama, La ciudad letrada , Arca, intento mostrar el borramiento sobre el

Buenos Aires, 1985. Montevideo, 1995. cual se monta la actual vague moderna

25
 U N I V E R S I TA S

HUMANISTICA

y el sinsentido de tanto prefijo post. superposición: así como en los setenta se acumulación de visiones de la ciudad

Porque como todos los borramientos, había roto con Parsons para pasar a como estratos geológicos incomunicables

impide hacer explícitas las discusiones, Marx y, sobre todo, a la lectura entre sí, que reproducen –y justifican–

los conflictos, entender las continuidades engelsiana sobre “el problema de la la mezcla de tiempos de la ciudad post-

o las rupturas; por lo tanto, lo que se vivienda”, así en los ochenta se expansiva. Cortado el flujo continuo del

produce es una acumulación de motivos superpusieron indiferenciadamente tiempo progresista, caída la tensión

en capas superpuestas e incomunicadas, ambas, y se agregó a Marx, Foucault. Es modernista que otorgaba un sentido y

que favorece la utilización y la mezcla decir, se criticó simultáneamente a la un proyecto a la heterogeneidad material

indiscriminada de tópicos de las más ciudad por antirrevolucionaria y por de la ciudad, el paisaje urbano aparece

disímiles canteras ideológicas o autoritaria. Y desde allí se han como una yuxtaposición de artefactos

temporales. redescubierto en los noventa los efímeros con restos de infraestructura

encantos callejeros, a través de recorridos obsoleta, tejido decadente, fábricas

Dije al comienzo que el interés actual que apelan indistintamente a Benjamin abandonadas, enormes vacíos,

por la ciudad moderna se ha o a Michel de Certeau. Pues bien, para viviendas precarias en los intersticios y,

desprendido de la propia ciudad como seguir con el juego de prefijos, esa de pronto, como enclaves

dispositivo modernizador; este sí es un debería ser llamada nuestra post-post- autosuficientes, incrustaciones radiantes

elemento de la tradición ideológica de la modernidad. Es decir, si nuestra de novedad técnica o social, con la

ciudad moderna en Latinoamérica que postmodernidad se radica en la rebelión trama invisible pero omnipresente de los

me interesa recuperar: la relación, contra la ciudad, en esta mezcla medios electrónicos configurando

productiva, tensa, conflictiva, entre indiferenciada hay que entender nuestra nuevos recorridos, nuevas fruiciones; la

modernidad y modernización. Nuestro situación contemporánea cuando ciudad es ya definitivamente un

“post-modernismo real” había roto en hablamos de la ciudad. patchwork en el que cada fragmento

bloque con ambos términos; ahora, en libera su sentido, pero en esa libertad no

cambio, presenciamos una recuperación Nunca la cultura urbana estuvo más predomina la “diferencia”, sino el

de la ciudad modernista pero que ha fragmentada, produjo tantas imágenes, contraste y la desigualdad. Esa es la

roto sus lazos con la modernización. Me reprodujo tantas figuras. Pero no por el modernización actual, post-expansiva,

refiero especialmente a los recorridos de reconocimiento de posiciones cuya mezcla de tiempos replica la lectura

la crítica cultural por la ciudad, quizás enfrentadas inconciliables sobre cultural de la ciudad como ruina de la

los que más han contribuido con esa diagnósticos comunes, sino por la modernidad.

México. Santafe multinacionales. Alfonso Solano

26
 U N I V E R S I TA S

HUMANISTICA

Monte Carasso. Mario Botta. Alfonso Solano

Este retorno de la mirada cultural actual profundos en la relación modernidad/ estatal como vanguardia? ¿Cómo

a la ciudad está marcado por los modernización, y en de Certeau es una articularla con los otros procesos de

patrones del debate post-moderno, pero modalidad de resistencia populista a los producción de la ciudad? Estas son

no ha hecho las cuentas con él, ni con supuestos foucaultianos del dominio algunas de las preguntas ausentes en el

las posiciones anteriores de rechazo a la absoluto– que prescinden de las actual clima cultural de revalorización

ciudad. De hecho, convive con la mirada preguntas que los originaron, sin de la ciudad que propongo retomar.

planificadora que reaparece con sus advertir los cambios en la propia ciudad Para ello, creo que es necesario, en

presupuestos técnicos autonomizados de y los efectos sobre nuestro modo de primer lugar, desarmar esa superposición

toda fundamentación cultural o política pensar y procesar esos cambios. Es decir: de momentos, la naturalidad de la

en la actual reestructuración de la el recorrido del flâneur, fragmentario y mezcla actual, revisando las claves del

ciudad por el mercado, tanto como con disperso, hoy no hace más que ciclo expansivo pero, sobre todo, el

los procesos de reterritorialización reproducir y celebrar la fragmentación y pasaje clave de los años sesenta-setenta,

que esas intervenciones producen, la dispersión, la mezcla de tiempos de la notando cuáles fueron sus peculiares

y que son alimentados –y a su vez la ciudad que resulta de la modernización modalidades locales de enfrentar el fin

potencian– por la ideología antiurbana conservadora; en ese escenario, tales de la expansión, para volver a discutir

del suburb y la autopista, hija dilecta de recorridos no implican una liberación cuál podría ser el sentido de una

nuestra pastoral post-moderna real, hoy del “proyecto” autoritario de la revalorización de la ciudad, en términos

travestida al ecologismo. modernidad, sino una sujeción al culturales pero también políticos, en un

“destino” –aun más autoritario porque nuevo ciclo que también espera de

Es, como se ve, un retorno a la ciudad elude por definición el designio de los definiciones complejas. Caídas al parecer

que prescinde de las transformaciones hombres– dictado por la economía de definitivamente las respuestas que dio el

ocurridas en la ciudad. Un retorno que mercado como ideología única. modernismo, fechadas como están por

ha fijado un conjunto de modalidades necesidad en el ciclo expansivo, queda

de abordaje del fenómeno urbano –el ¿Qué es la ciudad moderna en América por ver, en definitiva, cómo se salva en la

elogio de la fragmentación y el recorrido Latina? ¿Cómo se vincula con los ciudad post-expansiva la laguna que

aleatorio, que en Benjamin tiene un rol procesos de modernización? ¿Qué produjo en nuestro entendimiento sobre

interpretativo de los estratos más significa la tradición de intervención la modernidad y la modernización.

27
 U N I V E R S I TA S

HUMANISTICA

28