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Soy un laico católico comprometido con mi

fe y con la Iglesia. Sinceramente, y con todo


el respeto que me merece, no entiendo que
hace hoy en Colombia el secretario de
Estado Vaticano, Cardenal Pietro Parolín. El
vivió los primeros años de la dictadura
chavista en Venezuela porque era el nuncio
del papa Benedicto XVI en Caracas, y vió
como comenzaban los sufrimientos de los
venezolanos. Hace poco reclamó a Maduro
por su dureza con la oposición. Sin embargo
llega a Colombia para avalar, en nombre de
Francisco, y enviado por él según las noticias
oficiales la instalación del comunismo en
Colombia. El mismo que tanto le criticó a
Chavez y le fustiga a Maduro.
Que tristeza estoy viviendo como católico al
ser testigo de cómo algunos jerarcas,
sacerdotes, diáconos y laicos católicos
toman posiciones en las filas comunistas y
sacan a relucir sus simpatías por Marx,
Engels, Mao, Los castro, Chavez y su combo.
¡Que triste escenario vive hoy Colombia! Son
los judas del siglo XXI. Los que traicionan la
Palabra de Dios, los que dan al traste con la
sana y sagrada doctrina. Los que obedecen al
hombre y no a Dios. Lo que no acatan los 10
mandamientos.
Pero claro, han sido adoctrinados con la
comunista y socialista Teología de la
Liberación, infiltrada en nuestra Iglesia y que
es estudiada en los seminarios en los libros
del cardenal (+) Carlo María Martini, en vida
miembro de la masonería italiana, y de otros
autores como el ex sacerdote peruano-
colombiano, Gutiérrez, gran amigo de
Francisco.
¿Qué sucede en nuestra amada Iglesia? Dios
lo sabe: esta infiltrada. En su seno han
entrado los enemigos utilizando varios
caballos de Troya entre ellos el comunismo.
Como dijo un sacerdote hoy: yo voto para
agradar a Dios y no a los hombres. Y ¿Cómo
agrado a Dios en esta circunstancia que vive
Colombia? Votando NO. NO al comunismo,
NO al aborto, NO a la eutanasia, NO al odio o
católicofobia de los comunistas hacía la
Iglesia Católica. NO al libre cultivo, tráfico y
consumo de drogas, NO a la mentira, el
engaño y la manipulación. Recuerden toda
mentira vienen de satanas. Y un católico
nunca puede dar su voto apoyando las
inspiraciones de satanas.
Te invito a recapacitar como católico. Todos
queremos la paz, pero no esta que nos
ofrecen cuatro o cinco hombres alejados de
Dios, cuyo púnico objetivo ególatra es ganar
un falso premio nobel de falsa paz a costa de
entregar Colombia al comunismo.
Oremos. Si claro hay que orar, pero actúa
vitando NO. NO traiciones a <dios, para que
en el inminente juicio ante Ël no te diga. No
se quien eres.

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