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San Gerónimo

Eusebio Hierónimo nace en el año c. 340 - Belén, 30 de septiembre de 420


conocido comúnmente como san Jerónimo, pero también como Jerónimo de Estridón o,
simplemente, Jerónimo, tradujo la Biblia del griego y del hebreo al latín. por encargo del
papa Dámaso I. La traducción al latín de la Biblia hecha por San Jerónimo, llamada
la Vulgata (de vulgata editio, 'edición para el pueblo') y publicada en el siglo IV de la era
cristiana, fue declarada en 1546, durante el Concilio de Trento, la versión auténtica y
oficial de la Biblia para la Iglesia católica latina.
San Jerónimo dominaba el latín, su lengua materna, y conocía en profundidad la retórica
clásica de esa lengua, Además tenía un amplio manejo del griego y sabía algo
de hebreo cuando comenzó su proyecto de traducción, si bien se mudó a Belén para
perfeccionar sus conocimientos de ese idioma.
Si Agustín de Hipona merece ser llamado el padre de la teología latina, Jerónimo lo es de
la exégesis bíblica. Con sus obras, resultantes de su notable erudición, ejerció un influjo
duradero sobre la forma de traducción e interpretación de las Sagradas Escrituras y en el
uso del latín eclesiástico.
Es considerado uno de los Padres de la Iglesia, junto a Ambrosio, Agustín y Gregorio uno
de los cuatro Padres latinos, y doctor de la Iglesia. También es reconocico como santo por
las iglesias católica,ortodoxa, luterana y anglicana.
Sus padres eran cristianos con algunos medios de fortuna, y Jerónimo, cuyo nombre
significa 'el que tiene un nombre sagrado', aunque no había sido bautizado todavía.
Partió a la edad de doce años hacia Roma con su amigo Bonosus para proseguir sus
estudios de gramática, astronomía y literatura bajo la dirección del más grande gramático
en lengua latina de su tiempo, Elio Donato, que era pagano. Allí el santo llegó a ser un
gran latinista y muy buen conocedor del griego y de otros idiomas, pero por entonces
conocía muy poco los libros espirituales y religiosos. Pasaba horas y días leyendo y
aprendiendo de memoria a los grandes autores latinos, Cicerón (quien fue su principal
modelo y cuyo estilo imitó), Virgilio, Horacio, Tácito y Quintiliano, y a los autores
griegos Homero y Platón, pero casi nunca dedicaba tiempo a la lectura espiritual.
Algunos de sus amigos cristianos lo acompañan cuando hace un viaje, hacia 373, a través
de Tracia y Asia Menor para detenerse en el norte de Siria. En Antioquía, dos de sus
compañeros fallecen y él mismo cae seriamente enfermo varias veces. En el curso de una
de esas recaídas (invierno de 373 o 374), tiene un sueño que le hace abandonar
definitivamente sus estudios profanos y consagrarse a Dios. En ese sueño, que narra en
una de sus Cartas, se le reprocha ser «ciceroniano, y no cristiano». Tras este sueño,
renuncia durante una larga temporada al estudio de los clásicos profanos y profundiza en
el de la Biblia bajo el impulso que le da Apolinar de Laodicea.
Deseando intensamente vivir en ascetismo y hacer penitencia por sus pecados, Jerónimo
marchó al desierto sirio de Qinnasrin o Chalcis ("la Tebaida siria"), situado al suroeste
de Antioquía. Rechazaba especialmente su fuerte sensualidad, su terrible mal genio y su
gran orgullo.
La traducción de la Biblia que circulaba en ese tiempo en Occidente (llamada
actualmente Vetus Latina) tenía muchas variantes, imperfecciones de lenguaje e
imprecisiones o traducciones no muy exactas. Jerónimo, que escribía con gran elegancia
el latín, tradujo a este idioma toda la Biblia, en la traducción llamada Vulgata.
Durante su estancia en Roma, Jerónimo ofició de guía espiritual para un grupo de mujeres
pertenecientes a la aristocracia o patriciado romano, entre quienes se contaban las
viudas Marcela y Paula de Roma. Las inició en el estudio y meditación de la Sagrada
Escritura y en el camino de la perfección evangélica.
La dirección espiritual de mujeres le valió a Jerónimo críticas por parte del clero romano,
que llegaron incluso a la difamación y a la calumnia.
En el Concilio de Roma de 382, el papa Dámaso I expidió un decreto conocido como Decreto
de Dámaso que contenía una lista de los libros canónicos del Antiguo y del Nuevo
Testamento. Le pidió a san Jerónimo que utilizara este canon y escribiera una nueva
traducción de la Biblia que incluyera un Antiguo Testamento que contuviese los 46 libros que
estaban en la Septuaginta y el Nuevo Testamento con sus 27 libros, a fin de acabar con las
diferencias que había con la versión de la Biblia que circulaba en Occidente, la llamada Vetus
Latina.

Sintiéndose incomprendido y hasta calumniado en Roma, donde no aceptaban su modo


enérgico de corrección, dispuso alejarse de ahí para siempre y se fue a Tierra Santa, llegando
a Antioquía en agosto del año 385 acompañado de su hermano Pauliniano y de algunos
amigos.

Entre sus obras más conocidas encontramos sus Cartas o Epístolas y sus


famosos Comentarios de exégesis bíblica.
Las Cartas o Epistolario son su obra más interesante por la variedad de su temática y la
calidad de su estilo. En la actualidad se han identificado 154 escritas por su mano

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