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Schlumberger, la compañía de servicios de todos, cumple este 2014 los primeros 80 años

de presencia ininterrumpida operando en Ecuador. Nuestra primera operación se llevó a cabo


en la provincia de Santa Elena, utilizando tecnología pionera para registros eléctricos, que
había sido inventada cinco años atrás por los hermanos Conrad y Marcel Schlumberger. Con
el pasar de los años, con profesionalismo y habilidad para adaptarse a las necesidades del país,
hemos contribuido con trabajo silencioso, constante y con humildad al éxito de la industria
hidrocarburífera ecuatoriana.

La innovación y esfuerzo permanente para mejorar la tecnología ha posicionado a


Schlumberger alrededor del mundo y, hoy está presente en cerca de 90 países en los cinco
continentes.

Ecuador cree en Schlumberger porque la Compañía cree en el Ecuador, desde el 6 de


noviembre de 1934 cuando iniciamos aquí nuestras operaciones. Esta confianza se hace cada
vez más evidente cuando en el año 2013 comenzamos a participar como un gran inversionista
privado, generando importantes plazas de trabajo y prestando los servicios en el más grande
contrato en modalidad de riesgo de su propia historia. El hecho de que sea en Ecuador, nos
enorgullece.

También, Schlumberger cree que hay que dejar una herencia para las comunidades de los
sitios donde opera, es por ello que en Ecuador existen varios proyectos enrumbados en esta
dirección. Así mismo, nos encontramos comprometidos con la comunidad académica de la
Industria y, muestra de ello es nuestra participación y patrocinio para la reedición de este libro,
obra de gran calidad técnica y académica que resalta principalmente los aportes de valiosos
autores de la comunidad científica ecuatoriana.

Muchas gracias a los autores, a Petroamazonas EP, IRD e IFEA y a todas las personas que
nos han permitido apoyar y reeditar esta obra en un tiempo récord. Este material servirá para
expandir y perpetuar el conocimiento de estos temas que consideramos muy relevantes y útiles
para el crecimiento de nuestra patria.

Carlos Sarmiento
Schlumberger del Ecuador

5
LA CUENCA ORIENTE:
GEOLOGÍA Y PETRÓLEO
LA CUENCA ORIENTE:
GEOLOGÍA Y PETRÓLEO

Patrice Baby, Marco Rivadeneira y Roberto Barragán


(Editores científicos)

Con el auspicio de SCHLUMBERGER


Este libro corresponde al tomo 144 de la colección “Travaux de l’Institut
Francais d’Études Andines” (ISSN 0768-424X)

3a. edición, octubre de 2014


ISBN 9978-43-859-9

© IFEA Instituto Francés de Estudios Andinos


Av. Arequipa 4595 - Casilla 18-1217
Lima 18 - Perú
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Quito - Ecuador
Tel: (593-2) 2467500
www.petroamazonas.gob.ec

Carátula:
Foto portada: Cascada San Rafael, cañón del Río Quijos (Foto: P. Baby).
Foto contraportada: Areniscas de la Formación Hollín, principal
reservorio de la Cuenca Oriente, cañón del Río Quijos (Foto: P. Baby).
Cuidado de la primera edición: Anne-Marie Brougère

10
INDICE

Prólogo 13
Agradecimientos 15
Introducción 17
CAPÍTULO 1 29
El Pre-Aptense en la Cuenca Oriente Ecuatoriana 31
1. GEOLOGÍA REGIONAL 32
2. ANÁLISIS SISMO-ESTRATIGRÁFICO 35
3. PALEOGEOGRAFÍA DE LAS CUENCAS PRE-APTENSES 40
4. EL SISTEMA PETROLÍFERO DEL PRE-APTENSE 44
5. CONCLUSIONES 47

Estatigrafía secuencial del Cretácico de la Cuenca Oriente del Ecuador 55


1. MARCO GEOLÓGICO REGIONAL 57
2. ESTRATIGRAFÍA SECUENCIAL: SISTEMA DEPOSITACIONAL CRETÁCICO 58
3. CICLO SEDIMENTARIO I (APTIANO SUPERIOR - ALBIANO SUPERIOR): 60
4. TECTÓNICA SINSEDIMENTARIA: EVIDENCIAS DE UNA
ESTRUCTURACIÓN TEMPRANA DE ANTE-PAÍS 71
5. IMPLICACIONES GEODINÁMICAS 72
6. CONCLUSIONES 75

Magmatismo Alcalino Intra-Placa en la Cuenca Cretácica Oriente, Ecuador:


Evidencias geoquímicas, geocronológicas y tectónicas 81
1. CUADRO GEOLÓGICO Y CONTROL TECTÓNICO DEL MAGMATISMO CRETÁCICO 83
2. ACTIVIDAD MAGMÁTICA EN LA CUENCA CRETÁCICA ORIENTE 84
3. PROCEDIMIENTOS ANALÍTICOS 84
4. CARÁCTER GEOQUÍMICO Y PETROGÉNESIS 89
5. GEOCRONOLOGÍA: EMPLAZAMIENTO DEL MAGMATISMO
CRETÁCICO EN LA CUENCA ORIENTE 93
6. DISCUSIÓN: GENERACIÓN DEL EVENTO ALCALINO OBB 94
7. CONCLUSIONES 99

Dinámica de la Cuenca de Ante-país Oriente desde el Paleógeno:


Relaciones Tectónica - Erosión - Sedimentación 105
1. ESTRATIGRAFÍA 107
2. SEDIMENTOLOGÍA 109
3. SEDIMENTOLOGÍA DE LOS DEPÓSITOS FLUVIALES NEÓGENOS 116
4. DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LOS SEDIMENTOS 118
5. CUANTIFICACIÓN DE LAS EROSIONES TERCIARIAS 120
6. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES 125

Hidroclimatología e Hidrosedimentología del Oriente Ecuatoriano 133


1. LAS CUENCAS DEL ORIENTE 136
2. DATOS Y METODOLOGÍA 141
3. HIDRO-CLIMATOLOGÍA DEL ORIENTE 143
4. HIDRO-SEDIMENTOLOGÍA DEL ORIENTE 147
5. SÍNTESIS HIDRO-SEDIMENTOLÓGICA DEL ORIENTE 161
6. CONCLUSIONES 162

11
La superficie Mera-Upano: Marcador geomorfológico de la incisión fluviátil
y del levantamiento tectónico de la zona subandina ecuatoriana 171
1. CONTEXTO ESTRUCTURAL DE LA ZONA SUBANDINA 172
2. UN MARCADOR MORFOLÓGICO REGIONAL: LA SUPERFICIE MERA – UPANO 176
3. TASAS DE INCISIÓN Y DE LEVANTAMIENTO TECTÓNICO 180
4. SÍNTESIS Y CONCLUSIONES 184

El Enjambre sísmico de Macas 187


1. CUADRO GEODINÁMICO 188
2. CUADROS SISMOLÓGICOS Y GEOLÓGICOS 191
3. DESCRIPCIÓN DE LA CAMPAÑA SÍSMICA DE 1999-2000 194
4. LOCALIZACIÓN DE LOS EVENTOS DE 1999-2000 195
5. INVERSIÓN TECTÓNICA Y DATOS SISMOLÓGICOS 195
6. CONCLUSIONES 197

Evolución magmática actual de la zona subandina: Volcanes


El Reventador y Sumaco, modelos geodinámicos preliminares 203
1. MARCO GEOLÓGICO REGIONAL 206
2. TRANSECTO PETROLÓGICO DE LA ZONA SUBANDINA 209
3. COMPARACIÓN GEOQUÍMICA DE LOS VOLCANES ESTUDIADOS 213
4. DISCUSIÓN 216
5. CONCLUSIONES 218

CAPÍTULO 2 225
Breve reseña histórica de la exploración petrolera de la Cuenca Oriente 227
1. ETAPA EXPLORATORIA INICIAL 228
2. ETAPA DE LOS GRANDES DESCUBRIMIENTOS (CONFIRMACIÓN DEL
CARÁCTER PETROLÍFERO DE LA CUENCA): 1966-1972 237
3. ETAPA INTERMEDIA DE PREDOMINIO DE LA EMPRESA ESTATAL CEPE: 1972-1982 244
4. ETAPA DE REAPERTURA A LA INVERSIÓN EXTRANJERA Y DE CAMBIO
DE LA ESTRUCTURA DE LA EMPRESA ESTATAL 249
5. ETAPA DE MADUREZ EXPLORATORIA 254
6. POTENCIAL EXPLORATORIO REMANENTE 256

Modelo geodinámico alternativo para el origen del sistema petrolero


en las cuencas de antepaís O riente-MarañÓ n N orte 265
1. MARCO GEOLÓGICO 267
2. SISTEMA PETROLERO CRETÁCICO 268
3. IMPLICACIONES GEODINÁMICAS 271
4. MODELO ALTERNATIVO PROPUESTO 274

Características De Los Reservorios Cretácicos De La Cuenca Oriente 279


1. ARENISCA HOLLÍN INFERIOR (APTIANO? /ALBIANO TEMPRANO-ALBIANO MEDIO) 282
2. ARENISCA HOLLÍN SUPERIOR (ALBIANO MEDIO) 290
3. LA ARENISCA “T” (ALBIANO SUPERIOR) 292
4. LA ARENISCA “U” (CENOMANIANO MEDIO) 298
5. LA ARENISCA M2 (TURONIANO SUPERIOR) 305
6. LA ARENISCA M1 (CAMPANIANO MEDIO) 308
7. LA ARENISCA TENA BASAL (MAASTRICHTIANO) 313
8. LAS ROCAS RESERVORIO CARBONATICAS 317

Características Geológicas Generales De Varios De Los


Principales Campos Petroleros De Petroamazonas 329
1. OPORTUNIDADES (PLAYS) PETROLEROS 330
2. ROCAS RESERVORIOS 333
3. FORMACIÓN DE LAS ESTRUCTURAS Y ACUMULACIÓN DE CRUDO 334
4. ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DE LOS CRUDOS 335
5. CAMPOS DEL CORREDOR OCCIDENTAL (SISTEMA SUBANDINO) 336
6. CAMPOS DEL “CORREDOR CENTRAL SACHA-SHUSHUFINDI 344
7. CAMPOS DEL PLAY ORIENTAL (SISTEMA CAPIRÓN – TIPUTINI) 400

12
PRÓLOGO
(PRIMERA EDICIÓN)

El libro que PETROPRODUCCIÓN y el IRD me hacen el honor de presentar y cuyo


título es «Geología y Petróleo de la Cuenca Oriente», representa una síntesis de las numerosas
investigaciones pluridisciplinarias que realizaron las dos entidades en estrecha colaboración
científica y técnica. Esta fructífera colaboración se inició a comienzos de los años 90 y, muy
rápidamente, las dos partes decidieron focalizar sus esfuerzos sobre la cuenca de ante-país, cuyo
interés es a la vez científico (su evolución registró los fenómenos que condujeron a la génesis de
la Cordillera de los Andes) y económico (la Cuenca Oriente contiene importantes yacimientos
de hidrocarburos).

Este doble interés hizo que la colaboración PETROPRODUCCIÓN-IRD haya sido un


éxito completo y puede ser tomada como ejemplo de lo que se debe hacer. Las investigaciones
teóricas, realizadas por un equipo de investigadores ecuatorianos y franceses, se fundamentaron
en campañas de campo y, en la interpretación (o la reinterpretación) de documentos de subsuelo
puestos a la disposición del proyecto por PETROPRODUCCIÓN. Los resultados científicos
obtenidos y los modelos teóricos de evolución del Frente Oriental Andino presentados permiten
entender mejor la génesis y la evolución de los hidrocarburos de la Cuenca Oriente y, por ende,
ofrecer nuevos criterios científicos para su prospección.

La presente obra muestra la diversidad de las disciplinas que laboraron conjuntamente:


estratigrafía, geología estructural, magmatología, sismología, geomorfología, hidrología, etc.
Esta obra es también el testigo de que paralelamente a las actividades de investigación se realizó
una importante actividad de capacitación de jóvenes profesionales ecuatorianos que participaron
activamente en las investigaciones.

Investigación fundamental de alto nivel, capacitación científica y técnica de profesionales


ecuatorianos, nuevos criterios de prospección de los recursos han sido los tres principales
aspectos de la colaboración entre el IRD y PETROPRODUCCIÓN. La obra «Geología y
Petróleo de la Cuenca Oriente» refleja bien la calidad del trabajo realizado.

No puedo concluir sin felicitar y agradecer a mis colegas y amigos, Marco Rivadeneira,
Roberto Barragán y Patrice Baby por este libro, y por todo el trabajo realizado en el marco del
convenio PETROPRODUCCIÓN-IRD.

Foziéres, septiembre de 2004

René Marocco
Exrepresentante del IRD en el Ecuador

13
AGRADECIMIENTOS

Deseamos expresar nuestro agradecimiento a las instituciones y personas que


hicieron posible la realización de estas investigaciones y de este libro, entre ellas:

PETROAMAZONAS, IFEA e IRD, editores del libro;


PETROPRODUCCIÓN, empresa donde se desarrollaron muchos de los
estudios aquí publicados; SCHLUMBERGER, auspiciadora;

Los geólogos y geofísicos de la EXPETROPRODUCCIÓN, por sus valioso


aporte derivado del conocimiento de los campos petrolíferos y de la Cuenca
Oriente en general; y a los geólogos y geofísicos de PETROAMAZONAS, por la
valiosa colaboración para esta tercera edición;

Los estudiantes ecuatorianos y franceses que realizaron sus tesis en el marco


del Convenio IRD-PETROPRODUCCIÓN, y que formaron la “espina dorsal”
del proyecto;

Francis Kahn ( exrepresentante de IRD en Ecuador) y Jean Vacher


(exdirector del IFEA), que apoyaron desde el principio la idea de hacer este libro;

Anne-Marie Brougère del IFEA, por su trabajo de diagramación;

Carlitos Pérez (o comando Pérez), nuestro guía inolvidable, siempre en busca


de nuevos afloramientos en los ríos y en la selva del Oriente Ecuatoriano;

Este libro está dedicado a la memoria de Edwin León y Michel Monzier.

15
INTRODUCCIÓN

Patrice Baby (1),


Marco Rivadeneira (2),
Roberto Barragán (3)

La Cuenca Oriente Ecuatoriana representa una de las cuencas subandinas más complejas y
más atractivas desde el punto de vista científico como económico. La misma posee alrededor de
34.000 millones de barriles de petróleo en sitio, acumulados en ciento veinte y cinco campos.
La alta densidad de información de subsuelo de la Cuenca Oriente, así como la presencia de
afloramientos relativamente buenos en su margen occidental permitieron a partir de 1995,
desarrollar varios estudios en el cuadro del convenio IRD-PETROPRODUCCIÓN, orientados
a definir su marco estructural y su evolución geodinámica, conocimientos indispensables para
orientar las estrategias de exploración y de producción de hidrocarburos.
Esta tercera edición del libro “La Cuenca Oriente: Geología y Petróleo”, trae dos nuevos
artículos y la actualización de varios de los artículos de la primera edición. Además propone
una síntesis de los resultados geológicos obtenidos a partir de varios artículos escritos sobre
la temática de la Cuenca Oriente, por la mayoría de los participantes en los convenios IRD-
PETROPRODUCCIÓN, IRD-INAMHI. Una parte de los resultados presentados ha sido ya
publicada y aprobada por la comunidad científica internacional.

SITUACIÓN, MORFOLOGÍA Y DEFORMACIÓN DE LA CUENCA ORIENTE

La Cuenca Oriente, constituye al presente, una cuenca de ante-país de trasarco de los


Andes Ecuatorianos. Se ubica en una zona estructuralmente muy compleja, justo al norte de la
charnela entre los Andes Centrales y los Andes Septentrionales (fig. 1). Esta posición particular

(1)
Géosciences-Environnements Toulouse, UNIVERSITÉ DE TOULOUSE; UPS
(SVT-OMP); CNRS; IRD; 14 Avenue Édouard Belin, F-31400 Toulouse, France.
Dirección Actual: IRD Perú, Casilla 18-1209, Lima 18 – Perú (patrice.baby@ird.fr)
(2)
PETROAMAZONAS (Marco_Vinicio_Rivadeneira@petroamazonas.ec)
(3)
Exploration SE Asia, HESS CORPORATION, Kuala Lumpur, Malaysia
(rbarragan@hess.com)

17
hace que esta región esté sometida a cambios de esfuerzos importantes y, por lo tanto, puede
ser responsable de la fuerte actividad sísmica y volcánica que la caracteriza (Hall 1977; Yepes
et al. 1996; Legrand et al. 2005). La geodinámica de los Andes Centrales y Septentrionales
está directamente ligada a la subducción de la placa oceánica Nazca por debajo del continente
sudamericano. Al frente de la Costa Ecuatoriana, la estructura de la placa Nazca está caracterizada
por la presencia de la dorsal asísmica de Carnegie, que se encuentra al momento en proceso de
subducción por debajo de los Andes Ecuatorianos. La subducción de la “ridge” de Carnegie ha
generado bastante polémica (Gutscher et al., 1999; Guillier et al., 2001; Bourdon et al., 2003;
Michaud et al., 2009; Egbue & Kellogg, 2010), y su influencia sobre las diferentes unidades
morfotectónicas de los Andes Ecuatorianos está todavía en discusión.
La morfología de la Cuenca Oriente (fig. 2), se caracteriza por relieves relativamente
importantes en relación con otras cuencas de ante-país andinas. Entre los relieves subandinos del
Levantamiento Napo y de la Cordillera del Cutucú, desemboca el megacono aluvial del Pastaza,
que se desarrolla actualmente hacia la cuenca Marañón del Perú. Este cono está considerado
como uno de los abanicos aluviales continentales más grandes del mundo (Räsänen et al., 1992;
Bès De Berc et al., 2005; Bernal et al., 2011, 2012, 2013), y registra claramente la historia
reciente de la Cuenca Oriente. Algunos resultados presentados en este libro dan una idea del
significado geodinámico de este elemento geomorfológico mayor.
La Cuenca Oriente se desarrolla como resultado de esfuerzos transpresivos, presentes a
partir del Cretácico Terminal, los que provocan la emersión de la Cordillera Real y la formación
de la cuenca de ante-país de trasarco propiamente dicha. Su deformación y la estructuración de
sus campos petrolíferos, resultan de la inversión tectónica de antiguas fallas normales ligadas a
un sistema de rift de edad triásico y/o jurásico inferior. Estas fallas, actualmente inversas y de
fuerte buzamiento, están orientadas principalmente en dircción N-S o NNE-SSW, y limitan
tres corredores estructurales-petrolíferos (fig. 3) con características propias como son: la Faja
Plegada y Corrida Subandina (Play occidental), el Corredor Sacha-Shushufindi (Play central),
y el Sistema Invertido Capirón-Tiputini (Play oriental). Asimismo, el análisis detallado de
las estructuras petrolíferas y no petrolíferas, ha permitido identificar tres etapas de inversión
tectónica, presentes a partir del Turoniano, luego de la depositación de la caliza A. Con la
inversión tectónica antes mencionada se forman y evolucionan todas las estructuras petrolíferas
de la cuenca (Ver fig. 4).

LA CONTRIBUCIÓN DEL LIBRO

El capítulo 1
La columna litoestratigráfica de la figura 4, resume la estratigrafía y los eventos
geodinámicos más importantes, que controlaron el desarrollo de la Cuenca Oriente y de sus
sistemas petrolíferos. Esos eventos geodinámicos están presentados y discutidos en los diferentes
artículos de este capítulo.
Las formaciones sedimentarias del Pre-Aptense, están analizadas por Díaz et al., quien en
su trabajo describe las características estructurales, estratigráficas y sísmicas de las unidades pre-
cretácicas a partir de la elaboración de columnas litológicas de pozos, y de la interpretación de
secciones sísmicas. Uno de los objetivos de este artículo, fue el estudiar con mayor detalle la
Formación Santiago, que es una potencial roca madre, cuyo sistema petrolífero está confirmado

18
INTRODUCCIÓN

Fig. 1: Mapa de ubicación de la Cuenca Oriente, al este de los Andes centrales y septentrionales
(datos SRTM, resolución 90 m).

19
Fig. 2: Mapa morfo-estructural de la Cuenca Oriente (datos SRTM, resolución 90 m), y ubicación de
las principales estructuras petrolíferas.

20
INTRODUCCIÓN

Fig. 3: Mapa y sección estructural de la Cuenca Oriente, con sus tres corredores estructurales-petrolíferos.

21
Fig. 4: Columna tectono-estratigráfica, y eventos geodinámicos que controlaron el desarrollo de la
Cuenca Oriente y de sus sistemas petrolíferos.

22
INTRODUCCIÓN

en la parte central de la Cuenca Marañón, pero que aún no ha sido confirmado en la Cuenca
Oriente.
La sección cretácica de la Cuenca Oriente, está constituida por las formaciones Hollín,
Napo, y Tena Basal, cuyos miembros clásticos reflejan drásticos cambios paleogeográficos,
variaciones laterales de facies y fluctuaciones de la línea de costa de hasta 200 km dentro de
la plataforma marina somera Oriente. Barragán et al., diferencian al menos cinco secuencias
depositacionales, en un marco de estratigrafía secuencial de segundo orden en la escala de Haq
et al. (1987), asociadas a las variaciones eustáticos globales del nivel del mar. Además, dicho
artículo nos muestran como el inicio de la compresión andina ejerció un control fundamental
en la sedimentación y en el espacio disponible para la acomodación de los sedimentos a partir
del Turoniano (90 Ma).
Varios cuerpos ígneos básicos alcalinos han sido identificados en esta misma sección
sedimentaria cretácica. Barragán R. y Baby P., nos presentan las características geoquímicas,
geocronológicas y tectónicas de este magmatismo cretácico único, y tratan de darle una
explicación enmarcado dentro de un modelo geodinámico regional.
A partir del Turoniano, la Cuenca Oriente ya se ubica en una posición de cuenca de
antepaís de trasarco. Su funcionamiento durante el Cenozoico y el Cuaternario es complejo y
controlado por el crecimiento de los Andes. A través del análisis sedimentológico detallado del
relleno paleógeno y neógeno de la Cuenca Oriente, Christophoul et al. describe en términos
de relaciones tectónica-sedimentación su dinámica sedimentaria, y proponen un modelo de
evolución para el Cenozoico.
Igualmente, cuantifica los procesos de erosión desde el Eoceno hasta el Cuaternario en la
parte sur de la cuenca, en donde a partir de indicadores térmicos y marcadores de enterramiento
sedimentario, como la reflectancia de vitrinita y trazas de fisión de apatita, nos muestra cómo
estas tasas de erosión pueden reflejar la historia del crecimiento de los Andes Ecuatorianos.
Los valores más fuertes de tasas de erosión en la Cuenca Oriente se encuentran al final
del Neógeno y en el Cuaternario. Estas fuertes tasas de erosión están corroboradas por los
resultados de Laraque et al., el mismo que nos presenta el estado de conocimiento actual de la
hidroclimatología y de la hidrosedimentología de la cuenca, según el cual, la Cuenca Oriente,
a partir del fin del Neógeno (+/- 3MMa), actúa como una zona de transferencia de sedimentos
andinos y de erosión de las acumulaciones sedimentarias anteriores, depositadas, cuando existía
el espacio de acomodación suficiente y el bajo Napo tenía un perfil en equilibrio. Muestra
además cómo los procesos de removilización de los sedimentos fluviales pueden ser alterados
drásticamente por la actividad volcánica y sísmica, lo que se ha podido confirmar con el análisis
del impacto de la erupción volcánica de El Reventador en el transporte de sedimentos en la
Cuenca del Napo.
Los procesos de erosión recientes y actuales, se reflejan también en la morfología de la
zona subandina de la Cuenca Oriente, que se caracteriza por la presencia de terrazas aluviales
espectaculares y por grandes deslizamientos. Gracias a un estudio morfo-estructural de la zona
subandina, Bes de Berc et al., ponen en evidencia y analizan un marcador morfológico de
escala regional, que cubre los depósitos aluviales recientes, desde la Depresión Pastaza hasta el
Valle del Upano: la “Superficie Mera-Upano”. Utilizando esta superficie como marcador de la
incisión fluviátil y del levantamiento tectónico actual de la zona subandina, las tasas de incisión
y de levantamiento tectónico obtenidas, son del orden del centímetro, lo que es excepcional e

23
implica una importante actividad sísmica.
Esta alta actividad sísmica existe. Legrand et al. presentan un experimento (1999-2000),
realizado en el marco del convenio IRD-PETROPRODUCCIÓN, cerca de la ciudad de Macas,
para estudiar el enjambre sísmico de la Cordillera de Cutucú. Las ubicaciones de los terremotos
registrados fueron comparadas y correlacionadas con las estructuras geológicas. Los resultados
muestran que estos terremotos pueden ser interpretados como la consecuencia de la inversión
tectónica actual del Corredor Sacha-Shushufindi, que emerge en la Cordillera del Cutucú.
Finalmente, Barragán y Baby, presentan las características geoquímicas de los dos volcanes
holocénicos activos en la Cuenca Oriente (El Reventador y Sumaco), que constituyen marcadores
importantes de su última evolución geodinámica, y proponen un modelo volcanogénico
regional para entender su evolución.

El Capítulo 2

En este capítulo, Rivadeneira M., presenta una síntesis histórica de la exploración petrolera
de la Cuenca Oriente, a la que divide en cinco grandes etapas, y muestra como el esfuerzo
exploratorio, arranca con los estudios de los primeros exploradores, que en condiciones muy
duras por la dificultad de acceso, la casi nula infraestructura y la presencia de fieros guerreros
defensores de la selva, asentaron la base del conocimiento geológico-petrolero de la cuenca,
coronado con la integración magistral geológico-petrolera de Tschopp en los años cuarenta y
que continuó con la confirmación de su carácter petrolífero en 1967, con el descubrimiento de
crudo en cantidades comerciales en el pozo Lago Agrio 1 por la petrolera Texaco, a lo que vino
una serie de descubrimientos de la mayoría de los grandes campos, pasando luego por el aporte
de las empresas privadas en la exploración posterior de la cuenca. Da cuenta del destacado rol
de las empresas estatales, cuya pionera fue la Corporación Estatal Petrolera Ecuatoriana CEPE,
que junto a PETROPRODUCCIÓN, dieron el segundo mayor aporte de reservas descubiertas
en la cuenca, para finalmente llegar al presente de una cuenca madura, pero aún con algunas
perspectivas exploratorias.
Este artículo evidencia que la pendiente de incorporación de nuevas reservas se hace cada
vez más plana, mientras la pendiente de producción se levanta más, acelerándose la reducción
de la brecha entre reservas remanentes y producción acumulada.
Barragán R., et al., presentan luego un modelo alternativo novedoso, para explicar el origen
del sistema petrolero de las cuencas Oriente y Marañón Norte, en el cual para una misma roca
madre Chonta/Napo, plantean dos cocinas de generación diferentes en el espacio y el tiempo: la
primera una paleo-cocina de generación, situada en la parte de la actual cuenca Santiago, activa
desde el Eoceno, a la que sucedió una segunda cocina, a la que denominan «cocina Situche»,
ubicada en la parte actual más profunda de cuenca, que sería la responsable de la generación y
expulsión de hidrocarburos desde el Mioceno Tardío al presente.
Esta cuenca de clase mundial, según el artículo de Rivadeneira M. y Almeida P., tiene
reservorios que son la respuesta y correlación perfecta entre fenómenos eustáticos (Hollín T, U)
y eustáticos con componente tectónico (M2, M1 y Tena Basal), para los cuales, se diferencian
dos tipos de reservorios:
• uno inferior (Hollín Inferior, T Inferior, U Inferior y M1 Inferior), depositado sobre
un límite de secuencia (LS –SB en inglés), y que se desarrolla en un cortejo de bajo

24
INTRODUCCIÓN

nivel (Low Stand System Tract -LSST) y en la parte inferior temprana de un cortejo
transgresivo (Transgressive System Tract -TST), con facies aluviales y estuarino/
deltaicas hacia el este y centro de la cuenca, representado por areniscas cuarzosas, con
buena a excelente calidad de reservorio y
• un reservorio superior (Hollín Superior, T Superior, U Superior y M1 Superior), que
se desarrolla a partir de una superficie transgresiva, y en la parte superior-media a
tardía del cortejo transgresivo, rematando en el caso de Hollín Superior, T Superior
y U Superior en sendas superficies de máxima inundación (SMI –MFS en inglés),
que constituyen sellos de buena calidad. Estas areniscas corresponden a facies más
distales, caracterizadas por la presencia de glauconita, cemento carbonático y
frecuentes intercalaciones arcillosas y calcáreas, siendo una arenisca con menor calidad
de reservorio en relación a las areniscas inferiores, y que frecuentemente requieren
de fracturamiento y/o acidificación para producir o para incrementar su volumen de
producción.

Hacia el oeste de la cuenca, todos los reservorios con excepción de Hollín, cambian
paulatinamente a facies más distales de plataforma, hasta perder casi totalmente su calidad de
reservorio. En el caso de las areniscas M2 y M1, se desarrollan sólo hasta el centro de la cuenca, y
desaparecen hacia el oeste, siendo evidente para el tiempo de depositación de M1 (Campaniano
Medio), que los terrenos occidentales iniciaron su ascenso dentro de un cambio a la tectónica
compresiva andina, caracterizada por la inversión de las fallas extensionales triásico-jurásicas.
Finalmente, el capítulo y el libro remata con una visión general de varios de los principales
campos de Petroamazonas, a cargo de Rivadeneira M. y Baby P, que inician con una breve
reseña histórica de su descubrimiento, destacándose los gigantes Shushufindi y Sacha, los
mayores campos de la cuenca, siendo el crudo acumulado en éstos gigantes, como indica
Rivadeneira M. (2002), el verdadero dorado tras el que se lanzaron Pizarro y sus huestes, el
mismo que se escondía, no en un reino mágico sino en las entrañas de la Amazonía, Dorado
que sería descubierto varios siglos después. Shushufindi está entre los gigantes mundiales y, la
perfección de su sistema le ha permitido entregar a Ecuador la mayor riqueza natural, al haber
en los primeros meses del año 2002, sobrepasado los 1.000 millones de barriles de producción
acumulada en su extraordinaria historia de alrededor de 42 años, el mismo que para el año 2013,
sobrepasaba ya los 1.200 millones de barriles. Luego, definen las características relevantes de
las estructuras de los campos analizados y la edad de formación de las mismas, graficado en un
mapa estructural y secciones sísmicas representativas, presentando además las características más
relevantes de sus crudos y un esbozo del sistema depositacional de sus principales reservorios.

25
Referencias citadas

BERNAL C., CHRISTOPHOUL, F., DARROZES, J., SOULA, J-C., BABY, P., BURGOS, J., 2011.
Late glacial and Holocene avulsions of the Rio Pastaza Megafan (Ecuador-Peru): Frequency and
controlling factors. International Journal of Earth Sciences (Geologische Rundschau), 100: 1759-1782,
doi 10.1007/s00531-010-0555-9.
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26
CAPÍTULO 1

ESTRATIGRAFÍA, ESTRUCTURA Y
EVOLUCIÓN GEODINÁMICA DE LA
CUENCA ORIENTE

Calizas y lutitas de la Fm. Napo (Foto: P. Baby)

29
El Pre-Aptense en la Cuenca Oriente Ecuatoriana

EL PRE-APTENSE EN LA CUENCA
ORIENTE ECUATORIANA

Marlon Díaz (1) , Patrice Baby (2)


Marco Rivadeneira (3), Frédéric Christophoul (4)

Resumen
Este trabajo describe las características estructurales, estratigráficas y sísmicas de las unidades
del pre-Aptense en la Cuenca Oriente. La elaboración de columnas litológicas de pozos, como:
Sacha Profundo 1, Tambococha-1, etc., y la interpretación de secciones sísmicas, permitieron
redefinir las formaciones pre-Aptenses en el centro norte y este de la cuenca. Una nueva formación
fue definida en este estudio: la Fm. Tambococha (Jurásico Medio-Cretácico Temprano), que
se encontró en el semigraben del campo del mismo nombre, bajo los sedimentos cretácicos.
El análisis tectono-sedimentario permitió caracterizar el contexto geodinámico pre-Aptense
de la Cuenca Oriente. Se estableció el desarrollo de dos sub-cuencas de back-arc durante el
Jurásico Medio a Cretácico Temprano, con estilos tectónicos diferentes. La primera, conocida
como Corredor Sacha-Shushufindi, es controlada por fallas normales de gran profundidad y
asociadas con un sistema de rift previamente desarrollado durante el Triásico y Jurásico inferior.
La segunda, conocida como Sistema Capirón-Tiputini, con juegos de fallas normales de tipo
lístrico, conectadas sobre un nivel de despegue horizontal ubicado en el basamento.
El sistema petrolífero pre-Aptense de la Cuenca Oriente, es poco conocido. La Fm. Santiago
es una buena roca generadora, pero su variación y desarrollo lateral de facies en la cuenca, no
han sido aún totalmente definidos.

Palabras claves: Cuenca Oriente, Ecuador, pre-Aptense, rift, back-arc, roca madre.

(1)
Marlon Díaz (mdiaz@genteoilecuador.com)
(2)
IRD, Géosciences Environnement Toulouse, 14 avenue Edouard Belin, F-31400
Toulouse (patrice.baby@ird.fr)
(3)
PETROAMAZONAS, Quito, Ecuador (Marco_Vinicio_Rivadeneira@ petroamazonas.ec)
(4)
Geosciences Environnement Toulouse, UNIVERSITÉ DE TOULOUSE – CNRS
– IRD – CNES – OMP, 14 avenue Edouard Belin, F-31400 Toulouse (frederic.
christophoul@get.obs-mip.fr)

31
Introducción
Este trabajo fue realizado en el marco del Convenio PETROPRODUCCIÓN-IRD (ex-
ORSTOM), como un aporte al conocimiento general de las formaciones geológicas y de la
geodinámica del pre-Aptense (mejor conocido como “pre-Cretácico”) de la Cuenca Oriente.
El pre-Aptense, está integrado por un grupo de formaciones cuyas edades varían entre
el Paleozoico y Mesozoico y que reposan directamente sobre un basamento pre-Cámbrico,
asociado al Escudo Guayanés. Estas formaciones constituyen las primeras fases de evolución
tectono-sedimentaria de la cuenca, afloran únicamente en el Sistema Subandino, sobre todo el
Jurásico. El Paleozoico y Triásico afloran únicamente en la parte sur de este sistema (Cordillera
de Cutucú). En el centro de la cuenca, se conoce de estas formaciones únicamente a través de
datos de pozos y sísmica de reflexión.
Este estudio se concentró principalmente en el centro de la cuenca, donde fueron establecidas
las características sismo-estratigráficas de la secuencia pre-Aptense, mediante la interpretación
de secciones sísmicas y datos de pozos como el Sacha Profundo-1, que fue el pozo que mayor
información del pre-Aptense ha brindado hasta la fecha en la Cuenca Oriente.
Se tuvo en cuenta el potencial hidrocarburífero que representa esta sección, el mismo
que podría estar asociado a la roca madre Santiago y a estructuras pre-Aptenses y posteriores,
presentes a lo largo de toda la cuenca.

1. GEOLOGÍA REGIONAL

1.1. Marco estructural


Los estudios realizados dentro del Convenio PETROPRODUCCIÓN-IRD, ponen en
evidencia tres dominios tectónicos en la Cuenca Oriente (fig.1). Este nuevo modelo estructural
presenta sus propias características geométricas y cinemáticas relacionadas a una herencia pre-
cretácica propia (Baby et al., 1999). El Dominio Occidental o Sistema Subandino, muestra
de norte a sur tres zonas morfo-estructurales bien definidas: el Levantamiento Napo, que
corresponde a un inmenso domo alargado, de orientación NNE-SSO, limitado al este y al oeste
por fallas transpresivas; la Depresión Pastaza, donde las fallas se vuelven más cabalgantes al
contacto zona Subandina-Cordillera Oriental y la Cordillera de Cutucú, la cual se caracteriza
por un cambio de orientación de las estructuras, de N-S a NNO-SSE, y la aparición de
formaciones triásicas y jurásicas (Fm. Santiago y Chapiza) y en menor proporción paleozoicas
(Fm. Pumbuiza y Macuma), según Baby et al. (1999).
El Dominio Central o Corredor Sacha-Shushufindi, abarca los campos petrolíferos más
importantes de la Cuenca Oriente (Sacha, Shushufindi, Libertador). Está deformado por mega
fallas en transpresión, orientadas en sentido NNE-SSO, que se verticalizan en profundidad y
pueden evolucionar a estructuras en flor hacia la superficie (Baby et al., 1999).
El Dominio Oriental o Sistema Capirón–Tiputini, corresponde a una cuenca extensiva,
actualmente invertida, estructurada por fallas lístricas que se conectan sobre un nivel de
despegue horizontal (Balkwill et al., 1995; Baby et al., 1999).

1.2. Ciclos tectono-sedimentarios del pre-Aptense


El pre-Aptense de la Cuenca Oriente (fig.2), comprende 4 ciclos tectono-sedimentarios
que agrupan siete formaciones. Estas descansan sobre un substrato pre-Cámbrico, el cual está

32
El Pre-Aptense en la Cuenca Oriente Ecuatoriana

Fig. 1: Mapa tectónico de la Cuenca Oriente (modificado de Baby et al., 1999)

constituido por rocas ígneas (granito) y metamórficas relacionadas con el escudo Guayano-
Brasileño.
El Ciclo Pumbuiza (Silúrico ?-Devónico), está representado por la Formación Pumbuiza
(Goldschmid, 1941), compuesta de pizarras grises a negras y areniscas cuarcíticas de ambiente
marino de plataforma. Estas rocas han sufrido fuertes plegamientos y fallamientos, y un cierto
grado de metamorfismo, anterior a la sedimentación de la Fm. Macuma.
El Ciclo Macuma (Carbonífero-Pérmico ?), representado por la Formación Macuma

33
Fig. 2: Columna tectono-estratigráfica del Preaptense la Cuenca Oriente (modificado de Baby et al.,

34
El Pre-Aptense en la Cuenca Oriente Ecuatoriana

(Dozy, 1940, 1941; Goldschmid, 1941), descansa en discordancia angular sobre la Fm.
Pumbuiza. Comprende potentes estratos de calizas bioclásticas y dolomitas, con intercalaciones
de lutitas y areniscas finas a veces glauconíticas. En las secciones sísmicas analizadas, no se
observan deformaciones sin-sedimentarias, lo cual indica condiciones tectónicas relativamente
estables.
El Ciclo Santiago/Sacha (Triásico Sup.-Jurásico Inf.) representado por la Formación
Santiago, nombrada por Goldschmid (1941), aflora únicamente en la Cordillera de Cutucú.
Está constituida por sedimentos marinos, ricos en materia orgánica y volcano-sedimentos hacia
la parte superior. En el norte, está presente solamente en el Corredor Sacha-Shushufindi donde
se la correlaciona con la Fm. Sacha de ambiente continental (Rivadeneira y Sánchez, 1989),
compuesta por limolitas, arcillolitas, y esporádicamente calizas y dolomitas de variados colores.
Este ciclo es sin-tectónico y registra la apertura de un rift (Christophoul, 1999), evidenciado
por un volcanismo político continental (Romeuf et al., 1997).
El Ciclo Chapiza/Yaupi/Misahuallí (Jurásico Med.-Cretácico Temp.) representado por
la Formación Chapiza (Goldschmid, 1941; Tschopp, 1953), comprende una sucesión de
sedimentos clásticos continentales (capas rojas) que se depositaron en un clima seco o desértico.
Tschopp (1953), introduce tres divisiones: Chapiza Inferior, Chapiza Medio y Chapiza
Superior. Esta última fue definida como Miembro Yaupi (Jaillard, 1997). La Formación
Misahuallí, cuya zona de afloramiento se restringe a la zona subandina, es el equivalente
lateral de los miembros inferior y medio de la Fm. Chapiza (Jaillard, 1997). Está constituida de
acumulaciones volcánicas, que forman parte del potente arco magmático que corre desde el norte
de Perú hasta el norte de Colombia (Romeuf et al., 1995), y que estaría asociada a la actividad
tectónica Jurásica como parte efusiva de la intrusión de los batolitos de Abitagua, Azafrán
y Rosa Florida (Aspden y Litherland, 1992; Eguez y Aspden, 1993). La edad radiométrica
es 172.3±2.1 millones de años (Ma) (Romeuf et al., 1995). Este ciclo tectono-sedimentario
comienza con una fuerte superficie erosional a la base de la Fm. Chapiza. Esta discordancia
angular y la reducida acomodación de la sedimentación, reflejan un levantamiento y emersión
de la zona estudiada, y por consiguiente el fin del rifting. Este fenómeno está relacionado con
un cambio en el marco geodinámico, el cual corresponde al arranque de la subducción andina,
evidenciado por el volcanismo calco-alcalino Misahuallí.

2. ANÁLISIS SISMO-ESTRATIGRÁFICO

El análisis sismo-estratigráfico de este trabajo fue realizado para cada dominio estructural
de la Cuenca Oriente, y establece las facies sísmicas que presentan las unidades estratigráficas
del pre-Aptense.

2.1. Sistema Subandino


En este dominio, se definen únicamente dos facies sísmicas (fig. 3): FSS-1 (Facies sísmica
subandina-1), que representa al basamento granítico y/o metamórfico, y FSS-2, que corresponde
a la Fm. Misahuallí. Esta última ha sido descrita en afloramientos ubicados a lo largo de este
dominio tectónico y en ripios, obtenidos de la perforación de pozos que han atravesado esta
formación (campos Bermejo y Pungarayacu). Como se observa en la sección sísmica de la figura
3, no se encuentra reflectores sísmicos claros que caractericen esta formación, su presencia

35
Fig. 3: Estructura Bermejo (facies sísmicas del pre-Aptense)

debajo de la sección cretácica se confirma por los datos de perforación. Se asume que esta
formación descansa directamente sobre el basamento pre-cámbrico (?), a pesar de no observarse
un reflector claro y continuo que indique este posible contacto.
Los dos pozos profundos perforados en este Sistema, uno en los campos Bermejo y otro al
sur del campo Pungarayacu, encontraron facies vulcanogénicas y en el Pungarayacu profundo
(IP-17), lutitas y calizas oscuras, que por su grado de evolución térmica, definida visualmente
parecerían corresponder al Paleozoico.

2.2. Corredor Sacha-Shushufindi


Para calibrar las facies sísmicas en el Corredor Sacha-Shushufindi, se utilizó la información
litológica de los pozos Sacha Profundo-1 (fig. 4) y Shushufindi A-39, los mismos que atravesaron,
5.925 y 2.710 pies del pre-Aptense respectivamente. El análisis de la sección sísmica de la
figura 5, permitió dividir al pre-Aptense en seis facies sísmicas (FSC), diferenciables por el
marcado contraste de las reflexiones y por la presencia de fuertes reflectores que las separan
(discontinuidades regionales).
FSC-1 (Facies Sísmica Central–1; pre-Cámbrico), constituye el basamento cristalino y
metamórfico relacionado al escudo Guayanés. En la sección analizada (fig. 5), y al igual que en
otras, muestra una respuesta difusa y caótica.
FSC-2, presenta dificultades en la equivalencia, pudiendo corresponder a la parte inferior de
la Fm. Pumbuiza, pero lo más probable es que se trate de una formación más antigua (de edad
anterior al Silúrico Tardío). La respuesta sísmica es muy clara, con reflectores muy continuos
lateralmente.

36
El Pre-Aptense en la Cuenca Oriente Ecuatoriana

FSC-3, corresponde a la Fm. Pumbuiza (Silúrico ? - Devónico) propiamente dicha,


presentando un contacto bien marcado con la Fm. Macuma (Carbonífero - Pérmico ?),
observado en varias secciones sísmicas del corredor. Este contacto representa una superficie de
erosión regional que separa a estas dos formaciones, la misma que produce cambios laterales
muy fuertes de espesor.
FSC-4, se caracteriza por tener reflectores sísmicos muy claros y continuos, de buena
continuidad lateral y configuración paralela, que corresponden a la Fm. Macuma. Estos
reflectores son característicos de secuencias carbonatadas y pueden ser considerados como
buenos horizontes sísmicos marcadores.
FSC-5, representa a la Fm. Sacha definida por Rivadeneira M. y Sánchez H. (1989), en
el pozo Sacha Profundo 1 (fig. 4), sobre la información obtenida de los estudios palinológicos
que dan una edad triásica a las capas rojas localizadas inmediatamente sobre los sedimentos
de la Formación Macuma. Esta formación constituye un equivalente lateral continental de
la Formación Santiago, definida más al sur en la Cordillera de Cutucú (Tschopp, 1953).

Fig. 4: Registro del pozo Sacha Profundo (pre-Aptense)

37
Está conservada en grabens o semi-grabens. Los reflectores de esta formación son difusos.
Su reflector basal, que marca el contacto con la FSC-4, es claro pero no tiene muy buena
continuidad lateral. Este contacto corresponde posiblemente a una superficie de erosión de
carácter regional. Aunque no se ha comprobado la presencia de la Fm. Santiago en ninguno de
los pozos perforados hasta la actualidad en la Cuenca Oriente, por sus características litológicas
ya descritas en los afloramientos de la Cordillera de Cutucú, ésta debe presentar reflexiones
sísmicas fuertes y con gran continuidad lateral, formando una subfacies, con características de
reflexión bastantes parecidas a las facies sísmica que presenta la Fm. Macuma (Rivadeneira M.
y Sánchez H. 1989).
FSC-6, representa a la Formación Chapiza, integrada por depósitos volcano-sedimentarios
(equivalente de la Fm. Misahuallí del Sistema Subandino), con basaltos en su parte superior
datados en 132 Ma, en el pozo Sacha Profundo 1 (Hall and Calle, 1982; cf. fig. 4). Ésta, en
la sección analizada (fig. 5), presenta reflectores sísmicos más claros que en la FSC-5, y parece
sellar el anticlinal “Sacha Profundo”, que afecta las formaciones sedimentarias subyacentes. La
sección sísmica muestra que este anticlinal resulta de una primera inversión tectónica de la falla
normal del borde oeste del graben Sacha-Shushufindi. Hacia el techo de FCS-6, se presenta un
truncamiento erosional, con una marcada discordancia angular al contacto con la Fm. Hollín.

2.3. Sistema Capirón-Tiputini


En este sistema, se definen con claridad las facies sísmicas del pre-Aptense, presentes en el
trend ITT, pero también presentes en estructuras como Pañacocha. Por la poca información

Fig. 5: Estructura Sacha-Shushufindi (facies sísmicas del pre-Aptense)

38
El Pre-Aptense en la Cuenca Oriente Ecuatoriana

obtenida de los pozos presentes en estas estructuras, no se ha podido correlacionar de manera


precisa estas facies sísmicas, con las formaciones ya descritas del pre-Aptense.
En la sección sísmica de la figura 6, se distinguen varias facies sísmicas, las cuales se ha tratado
de correlacionar, con las unidades anteriormente definidas en el Corredor Sacha-Shushufindi,
tomando como referencia el tipo de reflexión sísmica que presentan.
FSO-1 (Facies Sísmica Oriental–1), al igual que FSC-1 en el Corredor Sacha-Shushufindi,
corresponde al basamento cristalino y metamórfico.
FSO-2 no difiere mucho de lo observado en el Corredor Sacha-Shushufindi. En secciones
sísmicas analizadas, FSO-2 presenta reflectores muy claros y continuos, paralelos entre sí y
concordantes al basamento. Por la claridad y el contraste de éstos, podría tratarse de la Fm.
Macuma.
FSO-3 en este sistema aún es muy incierta. De acuerdo a las consideraciones tectono-
sedimentarias que se mencionan más adelante, parece corresponder a sedimentos depositados
después de un periodo de erosión, como lo muestra la sección sísmica de Tambococha (fig. 6).
Se nota una fuerte incisión en los depósitos representados por FSO-2 (paleovalle en la Fm.
Macuma ?), sellada por sedimentos del FSO-3, que podrían pertenecer ya al relleno del semi-
graben de Tambococha.
Encima de FSO-3, los depósitos del relleno del semi-graben muestran varias facies sísmicas
que cambian lateralmente. FSO-4.1., en la parte occidental del semi-graben, está separada

Fig. 6: Estructura Tambococha (facies sísmicas del pre-Aptense)

39
de FSO-3 por dos reflectores claros y continuos, paralelos entre sí. Hacia el tope, muestra
truncamientos por debajo de la superficie erosional de la base del Cretácico. Hacia el este,
contra la falla del semi-graben, se identificó la facies FSO-4.2, que tiene una respuesta sísmica
muy caótica que corresponde probablemente a una facie proximal de escarpe de falla (brechas y
conglomerados), ya descrito en los núcleos de los pozos Tiputini Minas 1 e Ishpingo 1 (Informes
internos PETROPRODUCCIÓN). FSO-4.3, tanto en secciones sísmicas como en su litología,
está representada por reflectores claros y continuos que corresponden a los depósitos marinos
carbonáticos de aguas someras, evidenciados en el pozo Tambococha-1 y datados del Jurásico
Medio-Valanginiano (Labogeo, 1996).
FSO-4.1, FSO-4.2 y FSO-4.3, representan el relleno sedimentario del semi-graben de
Tambococha, que muestra un medio de depositación marino de aguas someras nunca antes
descrito más hacia el oeste, razón por la cual, denominamos a esta facie del relleno sedimentario
como Fm. Tambococha, la misma que podría estar presente en todo el trend ITT. Por su
ubicación estratigráfica y la edad definida para los depósitos de la facies FSO-4.3, atravesados
por el pozo Tambococha 1, es el equivalente lateral de los sedimentos continentales de la Fm.
Chapiza.

3. PALEOGEOGRAFÍA DE LAS CUENCAS PRE-APTENSES

Los mapas paleogeográficos presentados en este trabajo fueron realizados tomando como base
mapas de distribución de las unidades del pre-Aptense (Díaz, 2000). Para la Cuenca Marañón,
fueron complementados con mapas del pre-Cretácico Peruano (Gil, 1995). Éstos permiten
observar de manera general su distribución. No se han elaborado mapas paleogeográficos de la
sección paleozoica por la poca información que se tiene acerca de ella.

3.1. Paleogeografía del Triásico Superior-Jurásico Inferior


Depósitos de esta edad han sido descritos en la Cordillera de Cutucú (Goldschmid, 1940;
Tshopp, 1953; Christophoul et al., 1999), los cuales registran una importante ingresión marina
proveniente del SSO (Cuenca Santiago del Perú), que da comienzo a la depositación del miembro
Santiago Inferior constituído por sedimentos marinos someros, ricos en materia orgánica. El
miembro Santiago Superior está caracterizado por sedimentos volcanoclásticos dominados por un
volcanismo toleítico submarino y continental (Romeuf et al., 1997; Christophoul et al., 1999).
La presencia de depósitos marinos triásicos en el Ecuador, fue registrada por primera vez
en el área perteneciente a la mina de Guaysimi (Provincia de Zamora Chinchipe), en rocas
skarnificadas Bivalvos del tipo Entomonitis richmondiana posiblemente de edad Noriana fueron
encontrados en estas rocas (Fm. Piuntza: Aspden & Ivimey-Cook, 1992). Éstos podrían ser
atribuidos al miembro inferior de la Fm. Santiago de la Cordillera de Cutucú, que no sufrió el
metamorfismo de contacto causado por las intrusiones del Jurásico Medio.
En la zona norte de la cuenca, únicamente en el pozo Sacha Profundo-1, se registraron
por estudios palinológicos sedimentos triásicos (cf. fig. 4). Son de tipo continental y fueron
considerados como el equivalente lateral de la Fm. Santiago (Fm. Sacha: Rivadeneira M. y
Sánchez H., 1989). El pozo Zorro-1, atravesó una roca volcánica básica, datada por Ar40-K40 en
181 Ma (Coral Gables Lab.-Texaco, 1974), ubicada hacia el techo de la secuencia que da una
edad Toarciana. Esos datos confirman la presencia de depósitos triásico-jurásicos en este sector.

40
El Pre-Aptense en la Cuenca Oriente Ecuatoriana

Durante este período, se registra un tectonismo distensivo como lo muestran los datos
sísmicos (cf. fig. 5). La sedimentación en el Corredor Sacha-Shushufindi fue controlada por
fallas normales de alto ángulo, que afectan el basamento, y que evidencian la apertura de un rift
de edad Triásico a Jurásico Inferior (Christophoul, 1999). El volcanismo continental de tipo
toleítico descrito en la Fm.Santiago de la Cordillera de Cutucú (Romeuf et al., 1997), confirma
la apertura de este rift, que coincide hacia el norte, con el Corredor Sacha-Shushufindi (fig. 1).
Está relacionado a la apertura de Tetys que influenció la evolución de los Andes Septentrionales
(Jaillard et al., 1990).
Al sur (Cuenca Marañón), los depósitos del Triásico Superior-Jurásico Inferior son bien
conocidos (Grupo Pucará: Rosas et al., 1997), y tienen mayores espesores. Son controlados
también por fallas normales (Gil, 1995). Al norte de la Cuenca Oriente (Cuenca Putumayo),
se conoce el equivalente lateral que corresponde a estratos marinos someros, que contienen
brechas y son del Rhaetiano (o Noriano Tardío, según la escala americana). Éstos se encuentran
sobreyacidos por capas rojas de edad Liásica con intercalaciones volcánicas (Geyer, 1974).
En la figura 7, se presenta un esquema paleogeográfico del Triásico Superior-Jurásico Inferior,
según el cual, el mar Liásico posiblemente habría llegado hasta el centro de la Cuenca Oriente.

Fig. 7: Mapa paleogeográfico del Triásico Sup-Jurásico Inf.

41
Fig. 8: Mapa paleogeográfico del Jurásico Medio

3.2. Paleogeografía del Jurásico Medio


Este período registra un cambio importante en el marco geodinámico de la Cuenca Oriente.
Procesos de subducción, con dirección sureste, dan origen a un potente arco magmático de
tipo calco alcalino de orientación NNE-SSO, que corre desde el norte de Perú hasta el norte
de Colombia (Romeuf et al., 1995). Este arco volcánico, caracterizado en Ecuador por la Fm.
Misahuallí (172 Ma: Romeuf et al., 1995), se encuentra intruido por rocas calco-alcalinas tales
como los batolitos de Abitagua (162 Ma: Aspend and Litherland, 1992; Romeuf et al., 1995),
de Zamora y Rosa Florida, de edad Jurásica Media a Superior (Aspden et al, 1990).
Este evento geodinámico pone fin a la apertura del rift (rift abortado), lo cual provoca
un levantamiento y emersión del mismo, que da lugar a la superficie erosional de la base
de la Fm. Chapiza (Christophoul et al., 1999). La Fm. Chapiza de ambiente continental es
contemporánea al arco volcánico Misahuallí.
Durante este período, posiblemente tiene lugar el desarrollo de dos subcuencas

42
El Pre-Aptense en la Cuenca Oriente Ecuatoriana

de back-arc al interior de la Cuenca Oriente, cada una con características geométricas


diferentes, separadas por un paleoalto de basamento. La más occidental (actual Corredor
Sacha-Shushufindi) inicia una gradual subsidencia de los depósitos, provocando un
hundimiento del rift y la reactivación de algunas fallas extensivas. En la subcuenca oriental
(semi-grabens del Sistema Capirón-Tiputini), los procesos extensivos se manifiestan con
juegos de fallas de tipo lístrico, que se conectan sobre un nivel de despegue horizontal,
ubicado en el basamento y evidenciado por sísmica de reflexión (Balkwill et al., 1995;
Baby et al, 1998).
En los semi-grabens orientales, únicamente han sido datados los depósitos superiores (Pozo
Tambococha-1), correspondientes a la facies sísmicas FSO-4 (fig. 6), separados de la FSO-
3 por un claro reflector que indica una superficie de erosión. Por la poca información con
que se cuenta de este sector, se propone que la FSO-3 representaría depósitos sedimentarios
correspondientes a un primer ciclo de relleno de los semi-grabens, posiblemente de edad
jurásico medio (?). Aunque esta facies sísmica también podría corresponder a una formación
sincrónica a la Fm. Sacha.
En la figura 8, se muestra un esquema paleogeográfico para este período, donde los
sedimentos de la Fm. Chapiza constituyen facies laterales del arco volcánico Misahuallí. Hacia
el este, aún es incierta la presencia de depósitos continentales sincrónicos a la Fm. Chapiza.

3.3. Paleogeografía del Jurásico Superior-Cretácico Temprano


A partir del Kimmeridgiano-Titoniano, la dirección de la subducción ocurre hacia el
noreste, producto de lo cual, se forma un nuevo arco magmático de orientación NO-SE en el
Perú central (Jaillard et al., 1990).
Este episodio pudo haber provocado un tectonismo de tipo transpresional dextral en nuestra
cuenca, y al cual podrían estar asociados: una primera inversión del rift Sacha-Shushufindi,
y anticlinales probablemente en “échelon” tipo “Sacha Profundo” (cf. fig. 5). Durante este
período, tuvo su mayor desarrollo la Fm. Chapiza. Al norte del Corredor Sacha-Shushufindi, se
evidencia una mayor subsidencia. En el borde oriental de la Cuenca Oriente, la distribución de
los depósitos jurásicos fue controlada por el sistema de semi-grabens.
Los depósitos de origen marino de la nueva Fm. Tambococha (equivalente oriental de
la Fm. Chapiza), que fueron evidenciados por la perforación del pozo Tambococha-1 y
datados del Jurásico Medio-Valanginiano (cf. más arriba 2.3.), constituyen parte del relleno
sedimentario de este sistema, conjuntamente con depósitos detríticos (conos aluviales),
que desembocaban directamente en un medio marino somero, dentro de un régimen
distensivo (fig. 9). Estos depósitos provienen de la erosión de horsts y de escarpas de fallas
constituidas por rocas paleozoicas y de basamento. Podrían formar un segundo ciclo de
relleno de los semi-grabens orientales, pero, con mayor intensidad en la depositación.
En Colombia, se registraron depósitos marinos de aguas someras de edad Neocomiana
en la Cuenca Putumayo (Pindell & Tabbutt, 1995). Estos se correlacionan con las facies
marinas calcáreas de la Fm. Tambococha (FSO-4.3, fig. 6), lo que podría indicar que hubo
una ingresión marina proveniente del norte (fig. 10), que constituyó un último evento
durante este período.
En la figura 11, se presenta un esquema de la evolución geodinámica del Triásico Superior
al Cretácico Temprano.

43
Fig. 9: Modelo tectono-sedimentario para el semi-graben de Tambococha (inspirado del modelo
propuesto por Guzmán y Mello (1999) para la cuenca sureste del Golfo de México (Oxfordiano))

4. EL SISTEMA PETROLÍFERO DEL PRE-APTENSE

El potencial del sistema petrolífero del pre-Aptense en la Cuenca Oriente es muy incierto,
la escasa información disponible, no permite tener un criterio definitivo acerca del mismo.
Sin embargo, no se puede descartar la posibilidad de que el pre-Aptense pudiera contener
acumulaciones aún desconocidas de hidrocarburos líquidos y/o gaseosos, y que contengan rocas
madre efectivas que los hayan generado.
En las cuencas peruanas y bolivianas, donde parte de la sedimentación, sobre todo
paleozoica, tuvo similares características de depositación, existen yacimientos probados de gas y
condensado (Garmezy et al., 1997).

4.1. Roca Madre, Reservorio y Sello


La Fm. Pumbuiza reúne las condiciones de depositación necesarias para ser considerada
como una roca madre potencial, pero en Ecuador, los resultados de esta formación muestran
que sus sedimentos se encuentran sobre la ventana de generación de hidrocarburos líquidos, y
se ubican como generadores marginales de gas seco (Alvarado et al., 1985).

44
El Pre-Aptense en la Cuenca Oriente Ecuatoriana

Fig. 10: Mapa paleogeográfico del Jurásico Sup.-Cretácico Temprano

Los análisis de los núcleos tomados en el pozo Sacha Profundo (Core Laboratories Inc, 1985;
Labogeo, 1996), confirman que esta formación puede ser considerada como roca generadora para gas
seco. Los eventos orogénicos del ciclo Eohercínico sometieron a estas rocas a presiones y temperaturas
muy altas, que provocaron un cierto grado de metamorfismo y la destrucción de los hidrocarburos
que pudieron haber sido generados. Esta formación ya no tiene capacidad de generar hidrocarburos.
En las cuencas subandinas más meridionales, el Devónico presenta mayor potencial.
La Fm. Macuma, según los datos geoquímicos registrados en el centro de la cuenca (pozos
Sacha Profundo-1, Shushufindi A-39 y Pichincha-1), no puede ser considerada como una
buena roca madre. Su ambiente de depósito cálido y pobremente oxigenado a anóxico pudo
haber contribuido a la preservación de materia orgánica, pero, durante el Permo-Carbonífero, a
nivel mundial se han registrado bajos desarrollos de roca madre en depósitos marinos (Emery &
Myers, 1997). En el pozo Shushufindi A-39, dentro de una capa de areniscas atribuidas a la Fm.
Macuma, se reportó muestras de petróleo, pero no en cantidades como para justificar pruebas
(datos del pozo). Los potentes estratos calcáreos, que presenta esta formación, podrían haber

45
Fig. 11: Esquema de la evolución geodinámica durante el Triásico Superior a Cretácico Temprano

46
El Pre-Aptense en la Cuenca Oriente Ecuatoriana

adquirido una porosidad secundaria debido a fracturamientos posteriores a su depositación o


por fenómenos de carstificación.
Las Fm. Santiago, según Rivadeneira M. (1985), de acuerdo a los análisis geoquímicos
realizados en muestras recolectadas en la Cordillera de Cutucú (TOC = 1,3 - 2,52% y Ro =
0,84-1,87% (?); Alvarado et al., 1985) y por correlación con la Fm. Pucará del Perú (roca madre
probada según PERÚPETRO), presenta niveles de lutitas negras con buenas características
cuantitativas y cualitativas de roca madre, apta para hidrocarburos gaseosos principalmente
(materia orgánica predominante tipo III).
Las Fm. Misahuallí, Yaupi y Chapiza, por sus características litológicas, no constituyen de
ninguna manera rocas madres, pero las posibilidades, aunque limitadas como rocas reservorio,
no se descartan. La Fm. Chapiza, por ser eminentemente continental, contiene niveles de roca
arenosa de mala calidad por su procedencia del arco volcánico Misahuallí, que podrían constituir
reservorios potenciales, aunque esto todavía no se ha probado en ningún pozo de la cuenca.
En la estructura Tambococha, a los 6.000’, se presume la presencia de una posible roca
madre (nueva Fm. Tambococha; cf. 2.3.), con pobre a regular capacidad para la generación de
hidrocarburos (Labogeo, 1993). Sus parámetros geoquímicos son: TOC: 1,26 y Tmax: 433ºC.

4.2. Generación y Migración del Petróleo


La roca madre más probable del pre-Aptense se encuentra dentro de la Fm. Santiago del rift
Sacha-Shushufindi. La discusión sobre si ésta generó parte del crudo del Oriente que actualmente
se encuentra entrampado en los reservorios de las formaciones cretácicas, está prácticamente
descartado ya que casi todos los crudos de la cuenca han sido analizados, y ninguno presenta
características que hagan presumir un origen a partir de una roca generadora precretácica, como si
es el caso de la Cuenca Marañón de Perú, en donde se probó que la Fm. Pucara alimenta una parte
de los reservorios cretácicos (comunicación de PERÚPETRO), de la parte central de la cuenca.
Planteamos sin embargo las siguientes hipótesis acerca del camino seguido por el crudo
generado por esta formación:
• Migración vertical hacia las areniscas Hollín en contacto discordante sobre la Fm.
Santiago, no evidenciado en ningún crudo Hollín analizado hasta el presente.
• Acumulación en reservorios de la misma formación, representados por areniscas, o por
calizas fracturadas o cavidades de disolución.
• Migración vertical hacia reservorios arenosos o rocas volcánicas fracturadas de la
suprayacente Fm. Chapiza.

4.3. Trampas
En la Cuenca Oriente pre-Aptense, el gas o petróleo que pudo haber generado la sección,
podría haberse quedado en trampas estructurales tipo anticlinal “Sacha Profundo” y/o
estratigráficas.

5. CONCLUSIONES

Un resumen de la distribución de las facies sísmicas definidas en este trabajo se presenta en


el cuadro de la figura 12.
La FSC-2, evidenciada por los análisis sismo-estratigráficos, parece corresponder a una

47
formación paleozoica más antigua que la Fm. Pumbuiza. Sin más argumentos no se puede
especular sobre sus características sedimentológicas y tectónicas.
La Fm. Pumbuiza (Silúrico ? - Devónico), puesta en evidencia al norte del Corredor
Sacha-Shushufindi por datos pozos y representada por FSC-3, se desconoce en el Sistema
Capirón-Tiputini.
La Fm. Macuma (Carbonífero Sup.-Pérmico), está bien definida en el norte del Corredor
Sacha-Shushufindi por datos de pozos y sísmica. En el pozo Sacha Profundo-1 alcanza un
espesor de 680 m. Las características de FSC-4 de esta formación permiten establecer una
mayor distribución regional. Las Fm. Pumbuiza y Macuma están separadas por una superficie
erosional regional observada en sísmica. Forman el substrato de los grabens triásicos y jurásicos
en el Corredor Sacha-Shushufindi y, en el borde oriental el substrato de los semigrabens está
constituído por la Fm. Macuma.
La Fm. Sacha/Santiago (Triásico Sup.-Jurásico Inf.), caracteriza el Corredor Sacha-
Shushufindi (FSC-5). Se confirma su edad en la zona por el dato registrado en el pozo Zorro-1
(roca volcánica básica datada por Ar40-K40 en 181 Ma: Coral Gables Lab.-Texaco, 1974).
Esta secuencia sedimentaria se desarrolla durante la apertura de un rift controlado por fallas
normales de alto ángulo, y sincrónico de un volcanismo toleítico continental (Romeuf et al.,

Fig. 12: Cuadro de la distribución de las facies sísmicas del pre-Aptense de la Cuenca Oriente

48
El Pre-Aptense en la Cuenca Oriente Ecuatoriana

1997). Secciones sísmicas analizadas en la parte norte del corredor ponen en evidencia grabens
rellenados por la Fm. Sacha y limitados por fallas normales de escala cortical.
El mapa geológico muestra la presencia de estos depósitos en la Cordillera de Cutucú, al
sur del Corredor Sacha-Shushufindi. La mala calidad de la sísmica para el pre-Aptense en la
parte centro-sur de la cuenca no ha permitido precisar correctamente la distribución de esta
formación, pero, por la prolongación del rift y los datos de la Cuenca Marañón, las facies
marinas de la Fm. Santiago, sí estarían presentes en ese lugar. El mapa paleogeográfico indica
una dirección NNE de la ingresión marina, durante la cual se depositaron las facies carbonatadas
de la Fm. Santiago. No se puede precisar hasta donde llegó este mar, sin embargo, se especula
que este pudo avanzar hasta el centro de la cuenca. El contexto geodinámico extensivo durante
este período está marcado por la separación del gran continente Pangea (200 Ma) y la apertura
Tetiana que controló la evolución de los Andes Septentrionales (Jaillard et al., 1990).
La nueva Fm. Tambococha (FSO-4) es el equivalente lateral oriental de la Fm. Chapiza
(FSC-6). Esta fue definida en el pozo Tambococha-1 (Jurásico Medio - Cretácico Temprano),
ubicado en el borde oriental de la cuenca y presenta características litológicas (facies
carbonatadas) y un medio de depositación diferente. Estos sedimentos se depositaron en la
subcuenca Capirón-Tiputini (semi-grabens), donde los procesos extensivos se manifiestan a
través de fallas normales de tipo lístrico, conectadas a un nivel de despegue horizontal ubicado
en el basamento (Balkwill et al., 1995; Baby et al., 1999). Los sedimentos de la Fm. Chapiza
se depositaron más hacia el oeste, en una subcuenca desarrollada sobre el rift abortado, del
Corredor Sacha-Shushufindi, donde se reactivaron algunas fallas extensivas.
La distribución de los depósitos del Jurásico Medio - Cretácico Temprano es mayor a los
anteriores. En la Subcuenca Sacha-Shushufindi, la distribución de las facies es homogénea. En
la Subcuenca Oriental, la distribución está netamente controlada por los semi-grabens.
A partir del Jurásico Medio, la Cuenca Oriente sufrió un cambio geodinámico provocado
por el inicio de la subducción, con una dirección Sureste (Jaillard et al., 1990). Este cambio
dio lugar a la formación del arco volcánico Misahuallí, de composición calco-alcalina (172 Ma.
Ar40- Ar39; Romeuf et al., 1995, 1997), y a la intrusión de cuerpos de la misma composición
(Batolito de Zamora, Abitagua, Rosa Florida; Aspden et al., 1990; Romeuf et al., 1995). Esto
provocó el fin del rifting y dio lugar a la formación de las dos subcuencas (de back-arc) en
régimen extensivo (Fm. Chapiza y Fm. Tambococha), separadas por un paleoalto de basamento,
que pudo ser producto del levantamiento de la corteza litosférica, que sufrió un adelgazamiento
y arqueamiento durante el inicio de la subducción.
Durante el Jurásico Superior-Cretácico Temprano, en el borde oriental de la cuenca,
se produjo una ingresión marina proveniente aparentemente del norte, que dio lugar a la
depositación de facies carbonatadas de la Fm. Tambococha.
El potencial del Sistema Petrolífero del Paleozoico requiere de estudios más detallados que
permitan definir si tiene algún valor económico. Los mapas paleogeográficos y de distribución de
los depósitos del Triásico Superior-Jurásico Inferior permiten de alguna manera enfocar futuras
campañas exploratorias en la continuación meridional de la subcuenca Sacha-Shushufindi
donde podrían estar presentes las facies marinas de la Fm. Santiago (caracterizada como buena
roca madre generadora de hidrocarburos, sobretodo gaseosos por su carácter proximal en
esta parte de la cuenca). En la subcuenca Capirón-Tiputini, se ha evidenciado un delgado
nivel de roca madre en los depósitos marinos someros, encontrados en el pozo Tambococha-1

49
(nueva Fm. Tambococha). Su repartición geográfica no es aún conocida. Las posibles trampas
petrolíferas pre-Aptenses han sido evidenciadas mediante el análisis de algunas estructuras de
las que se destacan: estructuras pre-Aptenses tipo “Sacha Profundo” (inversión del Jurásico
Superior) y trampas estratigráficas selladas por discordancias regionales.

50
El Pre-Aptense en la Cuenca Oriente Ecuatoriana

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52
Estatigrafía secuencial del Cretácico de la Cuenca Oriente del Ecuador

ESTATIGRAFÍA SECUENCIAL DEL


CRETÁCICO DE LA CUENCA ORIENTE
DEL ECUADOR

Roberto Barragán (1), Frédéric Christophoul (2) ,


Howard White (3), Patrice Baby (4), Marco Rivadeneira (5),
Félix Ramírez (6), José Rodas (7)

Resumen
La sección cretácica de las formaciones Napo, Hollín y Basal Tena en la Cuenca Oriente
ecuatoriana exhibe características bien definidas dentro de un modelo de estratigrafía secuen-
cial. Sus miembros clásticos documentan las variaciones eustáticas ocurridas a escala global
durante el período comprendido entre el Aptiano y el Maastrichtiano, reflejando drásticos cam-
bios paleogeográficos, variaciones laterales de facies y fluctuaciones de la línea de costa de hasta
200 km dentro de la plataforma marina somera Oriente.
Cada secuencia depositacional incluye un límite erosivo a la base, que corresponde a la in-
cisión de valles fluviales durante la correspondiente caída del nivel del mar. El relleno de estos
valles durante el inicio de la transgresión, está caracterizado por sistemas fluviales y estuarinos,
seguidos por la depositación del sistema transgresivo principal y del prisma de alto nivel, co-

(1)
Exploration SE Asia, HESS CORPORATION, Kuala Lumpur, Malaysia (rbarra-
gan@hess.com)
(2)
Géosciences Environnement Toulouse, UNIVERSITÉ DE TOULOUSE –
CNRS – IRD – CNES – OMP, 14 avenue Edouard Belin, F-31400 Toulouse
Tel : 00 33 5 61 33 26 70. Courriel (frederic.christophoul@get.obs-mip.fr)
(3)
KERR MCGEE OIL AND GAS CORPORATION, 16666 NorthChase, Hous-
ton, Texas 77060.
(4)
IRD, Géosciences Environnement Toulouse, 14 avenue Edouard Belin, F-31400
Toulouse (patrice.baby@ird.fr)
(5)
PETROAMAZONAS, Quito-Ecuador (Marco_Vinicio_Rivadeneira@petroama-
zonas.ec)
(6)
ENAP-SIPEC (framirez@sipec.com.ec)
(7)
PETROAMAZONAS, Quito-Ecuador (Jose_Alberto_Rodas@petroamazonas.ec)

55
rrespondiente a una sedimentación marina somera. La mayoría de los ciclos sugiere típicamente
una transición de facies de este a oeste, de ambientes fluviales continentales y de estuario a
plataforma marina somera.
Así se pueden diferenciar cinco secuencias depositacionales: los ciclos sedimentarios Aptia-
no Superior-Albiano Superior, Albiano Superior-Cenomaniano Inferior, Cenomaniano Infe-
rior-Turoniano Inferior, Turoniano-Santoniano y Campaniano-Maastritchtiano (?). Dentro de
un marco de estratigrafía secuencial, la variación relativa del nivel del mar a escala global contro-
ló el espacio de acomodación disponible y es el mecanismo que ejerció un control regional sobre
la distribución de los sedimentos, especialmente en los tres primeros ciclos del margen cratónico
continental pre-Andino Oriente. Sin embargo, el inicio de la compresión andina ejerció un
control fundamental en la sedimentación y en el espacio disponible para la acomodación de los
sedimentos a partir del Turoniano (90 Ma) y durante los dos últimos ciclos depositacionales,
restringiendo estos ciclos al este de la Cuenca Oriente y condensando los mismos al oeste, en
la zona subandina.

Palabras claves: Cuenca Oriente, ciclo sedimentario, inversión tectónica, LST, TST, HST.

Introducción
La Cuenca Oriente, localizada al este de los Andes Ecuatorianos, forma parte del sistema
actual subandino de cuencas de antepaís (Marksteiner y Alemán, 1997), que se extiende des-
de Colombia hasta Argentina (fig. 1). Las actividades de exploración petrolera en la Cuenca
Oriente, especialmente durante los últimos 15 años, han proporcionado extensa información
geológica y geofísica, la misma que permite redefinir los sistemas depositacionales y la evolución
geodinámica de la cuenca.
La geología regional de la Cuenca Oriente ha sido descrita en varias publicaciones (i.e.
Wasson et Sinclair, 1927; Tschopp, 1953; Faucher y Savoyat, 1973; Baldock., 1982; Canfield
et al., 1982; Dashwood y Abbotts, 1990; Balkwill et al., 1995; White et al., 1995, 1999; Jai-
llard, 1997; Baby et al., 1998, 1999, 2001). Clásicamente, la estratigrafía del relleno cretácico
ha sido subdividida en tres formaciones: Hollín, Napo y la arenisca basal de la Fm. Tena. La
nomenclatura usada para sus miembros y unidades es aquella establecida por Texaco en los
años 60, sin embargo, esta nomenclatura es compleja y puramente descriptiva. La Formación
Hollín ha sido subdividida en dos miembros: Hollín principal y Hollín superior. Por otro lado,
la Formación Napo ha sido típicamente subdividida en tres diferentes miembros (Tschopp,
1953; Faucher et al., 1971; Bristow y Hoffstetter, 1977; Canfield et al., 1982), Napo Inferior
(Albiano Superior-Cenomaniano Inferior), Napo medio (Turoniano) y Napo superior (Conia-
ciano-Campaniano). Jaillard (1997) propone una nueva subdivisión, resultado de la reagrupa-
ción de estas unidades, asignando la categoría de Grupo a la Fm. Napo y dividiendo la misma
en cuatro formaciones: Napo Basal (Albiano Inferior-Superior), Napo Inferior (Albiano Su-
perior-Cenomaniano Superior), Napo Medio (Turoniano Inferior-Superior) y Napo Superior
(Coniaciano-Campaniano). Sin embargo, la mayoría de estos trabajos han basado las relaciones
estratigráficas en datos netamente paleontológicos, aislando a la Fm. Hollín y al Miembro Are-
nisca Basal Tena como secciones genéticamente diferentes.
El presente estudio se basa en una integración de datos obtenidos, principalmente a través

56
Estatigrafía secuencial del Cretácico de la Cuenca Oriente del Ecuador

Fig. 1: Localización de la Cuenca Oriente, en el contexto geodinámico de las cuencas subandinas


(modificado de Baby et al., 1999 y Christophoul, 1999) y unidades estructurales. Se muestra además
la localización de las figuras 8 y 9 (correlaciones de pozos: secciones 8 y 9a-b respectivamente)

de las descripciones e interpretaciones sedimentológicas de testigos de perforación de la mayoría


de pozos exploratorios y de afloramientos de la zona subandina (levantamientos Napo y Cutu-
cú). Además, se realizó un análisis de las respectivas diagrafías de pozos y una correlación e inter-
pretación de varias secciones sísmicas regionales a través de la cuenca. Utilizando un marco de
estratigrafía secuencial, se propone a continuación una revisión de las subdivisiones previas de
las Fms. Hollín, Napo y Basal Tena, y una reinterpretación del relleno sedimentario cretácico de
la Cuenca Oriente, agrupando el mismo en un ciclo sedimentario formado por cinco intervalos
depositacionales o secuencias estratigráficas, cada uno de ellas separadas por límites de secuencia
(SB) mayores, de segundo a tercer orden en la escala de Haq et al. (1987) y Wilgus et al. (1988).

1. MARCO GEOLÓGICO REGIONAL

Estratigráficamente, la Cuenca Oriente del Ecuador preserva una columna sedimentaria


fanerozóica (cf. fig. 4 de la Introducción de este libro), la misma que puede subdividirse en
varias megasecuencias (Dashwood and Abbotts, 1990; Baby et al., 1999), con diferentes carac-

57
terísticas sedimentológicas, tectónicas y magmáticas que reflejan las distintas etapas evolutivas
de la cuenca.
Una síntesis del contexto estructural y de la evolución geodinámica de la Cuenca Oriente
está presentada en el capítulo 1 de este libro.

2. ESTRATIGRAFÍA SECUENCIAL: SISTEMA DEPOSITACIONAL CRETÁCICO

El análisis de estratigrafía secuencial proporciona el marco para una reconstrucción pa-


leogeográfica de la Cuenca Oriente desde el Aptiano hasta el Maastrichtiano. El cuadro bios-
tratigráfico usado en el presente estudio corresponde a los reportados por Tschopp (1953),
Hoffstetter (1956), Faucher et al. (1971), Faucher y Savoyat (1973) y los estudios más recientes
de Jaillard (1997) y Toro (1997). Además, ha sido complementado por nuevas dataciones ra-
diométricas (método 40Ar/39Ar), de varios cuerpos ígneos máficos intercalados en la secuencia
sedimentaria cretácica a lo largo de la Cuenca Oriente, reportados y detallados por Barragán
(1999) y Barragán y Baby del capítulo 1 de este libro.
La sección sedimentaria Hollín-Napo- Tena Basal, exhibe características bien definidas den-
tro de un modelo de estratigrafía secuencial. Dichas formaciones testifican variaciones bruscas
de la línea de costa en la plataforma marina-somera de la Cuenca Oriente en el Cretácico, y
muestran cambios verticales y laterales de facies a lo largo de la cuenca que interrumpen la im-
perante sedimentación marina de baja energía. Dentro de un modelo de estratigrafía secuencial,
variaciones relativas del nivel del mar controlan el espacio disponible para la acomodación de
sedimentos y, por lo tanto, ejercen un control regional sobre la distribución de facies sedimenta-
rias en la cuenca (Zailtin et al., 1994). La progradación de facies sedimentarias clásticas fluviales
y de playa, sobre facies de plataforma marina-somera, causada por las caídas del nivel del mar,
son ejemplos claros de regresiones forzadas según lo definido por Posamentier et al. (1992). Las
regresiones forzadas se caracterizan por:
• La ocurrencia abrupta de depósitos clásticos de playa o sistemas deltaicos de tipo estua-
rinos/fluviales sobre facies marinas más dístales.
• La erosión profunda asociada a incisión de valles.
• La presencia de límites de secuencias erosivos y discordantes en áreas donde se concen-
tro el “by-pass” sedimentario, y concordantes en las zonas más distales de plataforma
(Dalrymple et al., 1994; Emery and Myers, 1996).

En el período del Albiano al Maastrichtiano se reconocen múltiples ciclos eustáticos. La me-


gasecuencia Hollín-Napo-Basal Tena, caracterizada por una serie repetitiva de areniscas, calizas
y lutitas, registra dicha ciclicidad asociada posiblemente a las fluctuaciones del nivel eustático,
ocurridas durante el Cretácico (White et al., 1995; Barragán, 1999). La figura 2 ilustra estas
observaciones. A la derecha de la curva eustática de Haq et al. (1987), se observa los diferentes
miembros de la megasecuencia Hollín-Napo-Basal Tena, enfatizando los intervalos clásticos
correspondientes a las areniscas de Hollín Principal, T, U, M2, M1 y Basal Tena. La correlación
de las caídas del nivel de base con la progradación de cuerpos arenosos a través de la Cuenca
Oriente es evidente, y es soportada por el cuadro biostratigráfico definido para cada uno de los
miembros de la Fm. Napo (White et al., 1995).
La base de cada intervalo clástico representa un ejemplo del cambio lateral de facies hacia

58
Estatigrafía secuencial del Cretácico de la Cuenca Oriente del Ecuador

Fig. 2: Formaciones, miembros y ciclos sedimentarios del Cretácico de la Cuenca


Oriente, y sus relaciones con la curva eustática de Haq et al. (1987)

Fig. 3: Secuencia sedimentaria típica, para cada uno de los 5


ciclos cretácicos definidos en la Cuenca Oriente

el oeste y se lo define como un límite de secuencia de un ciclo sedimentario. Este ciclo sedi-
mentario ideal (fig. 3), que registra la variación completa del nivel de base (Gardner, 1995;
Guillocheau, 1995), es reconocido en cada una de las secuencias de la serie sedimentaria Ho-
llín-Napo-Basal Tena, como se indica en la figura 4, y que a continuación se describe. A la base
comienza con depósitos fluviátiles de arenas canalizadas erosivas, transportadas desde una fuen-

59
te localizada al este-sureste de la cuenca. Este sistema fluviátil fue depositado dentro de valles
incisos, con influencia estuarina como resultado del inicio de la subida del nivel de base (LST).
Una vez que se llena el estuario, una sucesión de depósitos marino someros se derrama sobre
las márgenes de los valles incisos y reflejan en conjunto la transgresión de facies marinas hacia
el este de la cuenca (sistema transgresivo o TST). Intercalaciones de areniscas de marea, lutitas
espesas marina-someras y calizas finas definen la superficie de máxima inundación (MFS). Estas
pasan a depósitos de plataforma de calizas espesas con influencia detrítica correspondiente al
prisma de alto nivel (HST).

3. CICLO SEDIMENTARIO I (APTIANO SUPERIOR - ALBIANO SUPERIOR):

De abajo hacia arriba, el ciclo I está formado, en los términos estratigráficos clásicos (fig. 2),
por: las areniscas de las formaciones Hollín Principal (Aptiano Superior-Albiano Inferior tar-
dío) y Hollín Superior o arenisca basal; la caliza C del miembro Napo Inferior (Albiano Medio
Temprano-Tardio según Tschopp (1953) y Bristow y Hoffstetter (1977)); las lutitas Napo Basal
de la parte inferior de la Fm. Napo (Albiano Medio-Superior); las calizas T (Albiano Superior,
parte inferior) o unidad Napo T Basal propuesta por White y Barragán (1997) (fig. 4).
Después de un período de erosión de la serie Jurásica y Paleozoica de la Cuenca Oriente,
tiene lugar la depositación del sistema fluvial correspondiente a la Fm. Hollín Principal,
donde se puede diferenciar tres ambientes depositacionales distintos definidos por White
et al. (1995) y Jordan et al. (1997). La parte basal es interpretada como depósitos fluviales
de relleno de valles sobre la superficie erosiva pre-Hollín. Seguido, se da la depositación
de la parte principal de la Fm. Hollín caracterizada por una sucesión de depósitos de ríos
entrelazados progradantes y diacrónicos de planicies aluviales (White et al., 1995), que se
desarrollan hacia el oeste, a través de toda la Cuenca Oriente, posiblemente durante condi-
ciones de caída del nivel eustático desde el Aptiano (112.5 Ma) (Haq et al., 1987) (fig. 5a).
Este sistema pasa progresivamente a ambientes distales de planicie aluvial costera tipo llanura
de inundación influenciadas por la acción de mareas y que cubren completamente las facies
previas, representando la parte superior y el abandono total del sistema fluvial entrelazado de
Hollín Principal. Progresivamente, se observa un cambio hacia un sistema detrítico de baja
energía, donde se evidencian los efectos de una transgresión marina que caracteriza a la Fm.
Hollín Superior. Dos ambientes depositacionales son observados. La parte inferior es de tipo
clástico, de playa-deltáico-estuarino cubierto por facies de plataforma marina somera, donde
la depositación de sedimentos transgresivos ocurrió de oeste a este sobre la zona subandina y
a través de la Cuenca Oriente (fig. 5 b-c). Por lo tanto, la Fm. Hollín Superior representa los
depósitos del sistema transgresivo (TST).
La superficie de máxima inundación (MFS), que registra la transición a un sistema de pris-
ma de alto nivel (HST), ocurre durante la depositación de la lutita basal de Napo Inferior en
el Albiano Superior (fig. 5d), y cubre la mayor parte de la Cuenca Oriente. La depositación de
la sección restante del ciclo Hollín corresponde a la caliza T, o intervalo T Basal, caracterizada
por una sucesión de calizas, calco-arenitas, areniscas glauconíticas y lutitas de ambiente marino,
redefinida por White y Barragán (1997), como facies progradantes hacia el oeste sobre toda la
cuenca y la zona subandina, representando el sistema de prisma de alto nivel (HST) del primer
ciclo sedimentario Hollín-Napo (fig. 6a).

60
Estatigrafía secuencial del Cretácico de la Cuenca Oriente del Ecuador

Fig. 4: Los 5 ciclos sedimentarios del Cretácico de la Cuenca Oriente, definidos en el pozo Bogi-1
(ubicación en la fig. 1) y sus equivalentes, en términos de la nomenclatura clásica

61
3.1. Ciclo sedimentario II (Albiano superior – Cenomaniano Medio)
La secuencia sedimentaria del Ciclo II está compuesta por:
• Las unidades arenisca T (Albiano Superior, parte inferior a media) subdividida típica-
mente en arenisca T principal y arenisca T superior.
• La caliza B (Albiano Superior, parte media).
• Las lutitas del miembro medio de Napo o lutitas U (Cenomaniano Inferior); la caliza
U (Cenomaniano Medio) (fig. 2 y 4).

La caída del nivel del mar durante el Albiano Superior (98 Ma) (Haq et al., 1987), crea otro
importante límite de secuencia erosivo, que expone el prisma de alto nivel de la parte superior
del Ciclo I (miembro basal T de la Fm. Napo) (fig. 6b). Se genera por lo tanto un drenaje erosivo
correspondiente a una red de valles incisos, subsecuentemente rellenados durante el inicio del

Fig. 5: Esquema paleogeográfico (modificado de White et al., 1995), de los miembros: (a) Hollín
Principal, sistema de LST, facies tipo planicie aluvial de ríos entrelazados, Aptiano-Albiano. (b) Ho-
llín Principal, sistema de TST, facies de planicie costera y llanura de inundación, Albiano. (c) Hollín
Superior, sistema de TST, facies de playa, Albiano. (d) Hollín Superior-Lutita Napo Inferior, superficie
de máxima inundación, facies marina abierta, Albiano Superior

62
Estatigrafía secuencial del Cretácico de la Cuenca Oriente del Ecuador

evento transgresivo (LST) (fig. 6c) por las areniscas T principal. Su distribución es caracterizada
por sistemas fluviales con influencia estuarina y/o mareal, que alcanza la parte central de la Cuenca
Oriente. Sobreyaciendo y desarrollado a lo largo de toda la cuenca, están los depósitos transgre-
sivos (TST), correspondientes al miembro T superior (areniscas glauconíticas, calco-arenitas y
lutitas) y la caliza B, que típicamente traducen ambientes de baja energía de plataforma marina
somera (fig. 6d). Finalmente, el ciclo II se termina por la depositación de las lutitas U del Ceno-
maniano Inferior (Lutitas Napo Medio), desarrolladas principalmente en la zona subandina y en
la parte central de la Cuenca Oriente, y representadas lateralmente por niveles clásticos de playa
en el este de la cuenca. Las mismas, se asocian a la superficie de máxima inundación (MFS) que
registra el cambio a un sistema de prisma de alto nivel (HST). Este sistema alcanza su máxima
expresión durante la depositación de la caliza U (parte superior de lutitas Napo medio). Se infiere

Fig. 6.: Esquema paleogeográfico (modificado de White et al., 1995), de los miembros: (a) T Basal,
prisma de alto nivel o HST del ciclo I, Albiano Superior. (b) T Principal, caída del nivel del mar, Albia-
no Superior (~ 98 Ma?), límite de secuencia. (c) T Principal, sistema transgresivo temprano y relleno
de valles incisos (LST), <98 Ma. (d) T Superior-Caliza B, parasecuencia transgresiva (TST)

63
por tanto, que esta sección resulta de la progradación de un sistema aluvial, que generó una cuña
sedimentaria clástica en la parte este de la Cuenca Oriente (fig. 7a).

3.2. Ciclo sedimentario III (Cenomaniano Inferior a Medio-Turoniano Inferior)


El ciclo sedimentario III consiste de las siguientes unidades:
• Arenisca U (Cenomaniano Medio) subdividida en arenisca U principal y arenisca U
superior.
• Caliza A (Turoniano Inferior a Turoniano Medio) (fig. 2 y 4).
La subsecuente caída del nivel del mar en la Cuenca Oriente, durante el Cenomaniano
medio (94 Ma), crea otro límite de secuencia erosivo al tope de las lutitas y caliza U (HST del

Fig. 7. Esquema paleogeográfico (modificado de White et al., 1995), de los miembros: (a) Lutitas U,
progradación inicial, o HST, sistema proximal aluvial depositado sobre la plataforma Napo Medio,
Cenomaniano; (b) U Principal, erosión de la plataforma debido a la caída del nivel del mar, durante
el Cenomaniano Medio (~ 94 Ma?), límite de secuencia; (c) Arenisca U Principal, relleno de valles du-
rante la subida del nivel del mar, Cenomaniano, sistema transgresivo temprano y relleno de valles
incisos (LST); (d) Depositación de la secuencia transgresiva Napo U Superior-Caliza A, Cenomaniano
Medio-Turoniano.

64
Estatigrafía secuencial del Cretácico de la Cuenca Oriente del Ecuador

ciclo previo) (fig. 7b). La arenisca U principal, por lo tanto, es similar a la arenisca T principal
y representa el relleno de valles incisos sobre este límite de secuencia. Fue depositada durante el
inicio de la subida del nivel del mar (transgresión temprana o LST), cuando los subsecuentes
valles erosionados se transforman en estuarios y comienzan a ser rellenados en retrogradación
por sistemas canalizados fluviales con influencia de marea. Es notable la extensión alcanzada
hacia el oeste de la cuenca por la arenisca U principal, atribuida posiblemente al cambio del
nivel eustático en relación con los otros ciclos de Napo (fig. 7c). Sobreyaciendo, los depósitos
de la arenisca U superior (areniscas glauconíticas calcáreas y lutitas de ambiente marino-some-
ro), representan la sucesión transgresiva marina en este ciclo sedimentario (TST) a lo largo de
la cuenca (fig. 7d). Finalmente, la caliza A, depositada al tope del ciclo U, es la expresión final
del evento transgresivo y del cambio al sistema de prisma de alto nivel (HST) en la plataforma
marina abierta de la Cuenca Oriente. De hecho, la caliza A ha sido subdividida en tres unidades
(White et al., 1995). La parte inferior y la superior, caracterizadas por una espesa sección de
grainstones, packstones y wakestones, tipifican un ambiente de depositación de plataforma carbo-
natada interna a media, con batimetría variable. La parte media de la caliza A, está representada
por una sección condensada asociada al máximo de inundación (MFS), sugerido por la presen-
cia abundante de fósiles y nódulos fosfáticos. La parte superior de la caliza A, fue depositada
como resultado de la progradación de la plataforma, asociada al comienzo de la caída del nivel
eustático (HST). En diagrafías de pozos, muestra una organización inversa con relación a la
sucesión de facies observada en la parte inferior. Las facies carbonatadas micríticas son más ricas
en material detrítico, como resultado de la caída del nivel del mar y el inicio del influjo siliciclás-
tico en la cuenca. Como se observa en las correlaciones E-O de registros eléctricos de pozos (fig.
8), la secuencia del ciclo III evidencia la ausencia de cualquier aporte detrítico de tipo de valle
inciso en la región subandina. Aquí, el ciclo III está formado totalmente por depósitos marinos
atribuidos a las facies de TST y de HST (White et al., 1995).

3.3. Ciclo sedimentario IV (Turoniano-Campaniano Inferior)


El Ciclo IV corresponde a la primera de las dos secuencias superiores de la Fm. Napo, e incluye:
• La arenisca M2 (Turoniano Superior ?)
• La caliza M2 (Turoniano Superior)
• Las calizas M1 (Santoniano-Coniaciano Inferior) y
• Las lutitas M1 o miembro Napo Superior (Coniaciano-Campaniano Inferior ?) (figs.
2 y 4).

La secuencia depositacional del Ciclo IV, es similar a las secuencias previamente definidas.
En la parte occidental y central de la Cuenca, el ciclo sedimentario IV es marino, caracterizado
por depósitos de plataforma carbonatada donde no se observa ninguna influencia y/o aporte
clástico. La línea de costa, la parte litoral distal shoreface y los sistemas aluviales proximales son
restringidos hacia la parte este de la Cuenca Oriente (Barragán, 1999). La arenisca M2, está
limitada a la parte este y sobreyace en onlap sobre la caliza A. La misma representa los depósi-
tos transgresivos tempranos de tipo fluvial-estuarino, generados después de la caída del nivel
eustático correspondiente posiblemente al evento Turoniano Superior (92 Ma) en la escala de
Haq et al. (1987). Preliminarmente, interpretamos las calizas M2 y M1 (Santoniano-Inferior),
como los intervalos transgresivos carbonatados principales de la plataforma marina (TST). So-

65
Fig. 8: Correlación E-W de pozos en la Cuenca Oriente: ciclos sedi-
mentarios del Cretácico (ver fig. 1 para ubicación)

66
Estatigrafía secuencial del Cretácico de la Cuenca Oriente del Ecuador

breyaciendo al tope de este ciclo, se encuentra la lutita superior de Napo, cuya depositación
está asociada a un máximo de inundación (MFS), y al inicio de una secuencia de prisma de alto
nivel, como es sugerido en los afloramientos y en los pozos descritos en la parte norte de la zona
subandina (fig. 9). Sin embargo, mayor detalle sedimentológico es necesario en este Ciclo IV
para confirmar los diferentes sistemas secuenciales aquí definidos.
Aunque la secuencia M2, muestra un ciclo sedimentario completo de tránsito del nivel de
base, especialmente en la parte este de la cuenca, el mismo exhibe características geodinámicas
diferentes a los ciclos cretácicos anteriores. La mayor diferencia está en el hecho de que la sec-
ción sedimentaria está condensada hacia el oeste de la cuenca, a partir del Corredor Sacha-Shus-
hufindi y hacia la zona subandina, como se muestra en el correspondiente mapa isópaco (fig.
10a) y en las correlaciones regionales E-O, de diagrafías de pozos (fig. 9).

3.4. Ciclo sedimentario V (Campaniano-Maastrichtiano Inferior)


La secuencia depositacional más joven del sistema sedimentario Hollín-Napo-Tena Basal,
corresponde al Ciclo V. Está formado por:
• La arenisca M1 (Campaniano Inferior-Medio) y
• Por la arenisca Basal Tena (Maastritchtiano Inferior ?) (fig. 2 y 4).

La particularidad del ciclo V, al igual que el ciclo sedimentario anterior, es el estar restringi-
do a la parte este de la Cuenca Oriente, siendo su límite depositacional el Corredor Sacha-Shus-
hufindi. Las areniscas M1 presentan facies idénticas a los otros niveles clásticos de la Fm. Napo,
las mismas revelan ambientes fluviales de relleno de paleo-valles en la parte central de la cuenca,
depositados posiblemente al inicio de un evento transgresivo después de la caída del nivel eustá-
tico en el Campaniano (80-75Ma). Para el ciclo V, se interpreta la posición de la línea de costa
aproximadamente a lo largo de la frontera oriental entre Perú y Ecuador (fig. 11a). En la Cuenca
Marañón, sin embargo, el equivalente del ciclo V, correspondiente a la Fm. Vivian (Kummel,
1948 ; Gil, 2001), es completo y bien definido desde el punto de vista bioestratigráfico desde
el Campaniano Inferior al Maastritchtiano Inferior. La secuencia sedimentaria es de origen flu-
vial-continental de sistemas de ríos anastomosados tipo planicie aluvial, que pasan lateralmente
hacia el oeste (Cuenca Oriente) a una sedimentación fluvio-marina vía estuarios, de sistemas
deltáicos y sistemas marinos restringidos, similar a lo observado en el ciclo I (Hollín). El espesor
total del ciclo V en la Cuenca Marañón, está relacionado al desarrollo del onlap hacia el oeste,
por lo que la Fm. Vivian en Perú se adelgaza considerablemente hacia la Cuenca Oriente, hasta
desaparecer en algunas partes y convertirse en una sección condensada hacia la zona subandina
por efecto del levantamiento de los Andes.
La arenisca Tena Basal, se deposita en progradación sobre la arenisca M1 en la parte este de
la Cuenca Oriente, y sobre las lutitas Napo Superior en la parte oeste. Se caracteriza por pre-
sentar facies fluvio-marinas de canales de marea, como también facies de playa y de plataforma
marina clástica somera. El miembro Tena Basal, atribuido como parte del sistema continental
de red beds de la Fm. Tena (Tschopp, 1953; Hoffstetter 1956; Faucher et al., 1971; Jaillard,
1997), puede ser redefinido como parte del sistema Napo. Los datos regionales de afloramientos
(zona subandina) y las descripciones detalladas de testigos de perforación a lo largo de la cuen-
ca, especialmente al contacto entre el ciclo IV y el ciclo V, permiten precisar la naturaleza del
mismo. No se observan evidencias de erosión subareal, ni de remanente de los depósitos sub-

67
Fig. 9: Correlaciones NNE-SSW (A) y NW-SE (B) de pozos en la Cuenca Orien-
te: ciclos sedimentarios IV y V (ver fig. 1 para ubicación)

68
Estatigrafía secuencial del Cretácico de la Cuenca Oriente del Ecuador

Fig. 10: Mapas isópacos en pies de Napo Superior :


(a) Ciclo sedimentario IV (Base Caliza M2-tope lutitas Napo Superior).
(b) Ciclo sedimentario V (areniscas M1 y Basal Tena)

69
Fig. 11: Esquema paleogeográfico (modificado de White et al., 1995), de los miembros:
(a) Arenisca M1, caída del nivel del mar y relleno de valles incisos, transgresión temprana, Campania-
no Inferior a Medio (80-75 Ma?). (b) Tena Basal, prisma de alto nivel (HST) tardío de Napo Superior,
sistema deltaico progradacional, cubriendo la mayor parte de la Cuenca Oriente (74 Ma?)

70
Estatigrafía secuencial del Cretácico de la Cuenca Oriente del Ecuador

yacentes. Se documenta un dominio de facies deltaicas, con influencia mareal típicamente de


un sistema depositacional rápidamente progradante de tipo de prisma de alto nivel (HST) (fig.
11b), similar a los otros miembros ya descritos en la sección Napo, y no un dominio puramente
continental subaéreo como ha sido previamente interpretado por Jaillard (1997). Además, el
área de sedimentación de la arenisca Tena Basal, ha sido restringida a las zonas subsidentes de la
cuenca, y no ha sido reconocida en las zonas levantadas por la tectónica compresiva sinsedimen-
taria, como es sugerido a lo largo de varios afloramientos de la zona subandina (i.e. Río Puyo).
Se considera, por lo tanto, a la arenisca M1 fluvial subyacente y desarrollada en la parte este
de la cuenca, como el prisma transgresivo de relleno de valles incisos, y a la arenisca Tena Basal,
como el testimonio del episodio final de relleno sedimentario de la Fm. Napo en la Cuenca
Oriente, los mismos desarrollados en un ambiente de tectónica sinsedimentaria compresiva
(fig. 10b). Después de la progradación de la arenisca Basal Tena, las condiciones marinas de
la cuenca fueron substituídas por condiciones continentales red-beds de tipo de ante-país, que
representa la sección Cenozoica Molásica de la Cuenca Oriente.

4. TECTÓNICA SINSEDIMENTARIA: EVIDENCIAS DE UNA ESTRUCTURACIÓN TEMPRANA


DE ANTE-PAÍS

Como se ha descrito en la sección anterior, los ciclos superiores IV y V de la Formación


Napo (Napo Superior de la Introducción de este libro), desarrollados a partir del Turoniano
muestran una evolución geodinámica diferente a los ciclos previos I, II y III. Sísmica de re-
flexión y correlación de diagrafías de pozos, ponen en evidencia una organización sedimentaria
controlada por una tectónica compresiva y por la inversión de antiguas estructuras extensivas
(cf. Introducción de este libro y Díaz et al. en el capítulo 1). A partir del ciclo IV (≈90 Ma), se
puede observar las primeras manifestaciones de la tectónica sinsedimentaria. A escala regional,
como se observa en los mapas isópacos de los ciclos IV y V (fig. 10), la sección sedimentaria
está restringida al este de la cuenca y condensada hacia el oeste, desde el Corredor Sacha-Shus-
hufindi y hacia la zona subandina. Esto es corroborado en las correlaciones regionales E-O de
registros eléctricos de pozos (figs. 8 y 9), donde se muestra estas variaciones laterales de facies y
de la geometría depositacional, dentro de Napo Superior. Por lo tanto, partes de los ciclos IV-V
se han preservado como sección sedimentaria continua en la parte este de la cuenca, mientras
que la tectónica compresiva en el oeste ha restringido la sedimentación, creando superficies de
discontinuidad estratigráficas. A escala local, varias son las evidencias de esta estructuración
sin-sedimentaria en la cuenca, principalmente a través de sísmica de reflexión y de descripción
directa en afloramientos de la zona subandina (Ej. Anticlinal Mirador de la Depresión Pastaza,
fig. 12): onlap de M2 sobre la caliza A (fig. 13a); discordancias progresivas evidenciadas a nivel
de campo Bermejo (fig. 13b) y variaciones importantes de espesores hacia el oeste (fig. 13c).
Además, el volcanismo alcalino contemporáneo, asociado al cambio geodinámico cretácico
superior de la Cuenca Oriente (Barragán, 1999; Barragán et al., 1999 y del capítulo 1 de este
libro), se manifiesta por el emplazamiento de cuerpos intrusivos a nivel somero (Ar/Ar ≈82+/-
0.5 Ma), que generan una condensación de la sección Napo Superior (fig. 14).
Interpretaciones anteriores (Tshopp, 1953; Faucher y Savoyat, 1973; Baldock, 1982; Das-
hwood y Abbots, 1990; Jaillard, 1997), definen esta ausencia de sedimentos como el resultado
de los consecuentes levantamiento y erosión de la cuenca, los mismos que removieron com-

71
pletamente la sección superior de Napo en la parte occidental antes de la depositación de la
arenisca Basal Tena, formando una discordancia regional y una laguna depositacional del Cam-
paniano al Maastritchtiano. Sin embargo, la ocurrencia de este hiatus sedimentario entre la sec-
ción Napo y el miembro Tena Basal hacia la zona subandina puede ser explicada más fácilmente
por una condensación de Napo Superior, como consecuencia de un evento de ravinamiento,
asociado al inicio de la tectónica compresiva sinsedimentaria durante el Cretácico Superior,
reconocida por Baby et al. (1998, 1999).

5. IMPLICACIONES GEODINÁMICAS

El modelo de evolución secuencial propuesto en este trabajo, permite revisar la visión clásica
del sistema cretácico de la Cuenca Oriente. La idea principal de esta nueva subdivisión secuen-
cial, viene a partir de un gran número de puntos comunes entre los depósitos de las formaciones
Hollín, Napo y Basal Tena.
En efecto, desde el punto de vista secuencial, los cinco ciclos definidos en este trabajo mues-
tran una evolución depositacional similar. Cada ciclo comienza por una superficie de erosión,
que representa un límite de secuencia, que marca y se correlaciona aproximadamente con una

Fig. 12: Secciones litoestratigráficas, mostrando la tectónica sin-sedimentaria en la


zona subandina (Anticlinal Mirador de la Depresión Pastaza)

72
Estatigrafía secuencial del Cretácico de la Cuenca Oriente del Ecuador

Fig. 13: Secciones sísmicas, mostrando la tectónica sin-sedimentaria en compresión de


los ciclos IV y V: (a) Onlap de M2 sobre la caliza A (campo Shushufindi Sur); (b) Variacio-
nes de espesor,sobre la estructura del Campo Bermejo; (c) Discordancias progresivas y
variaciones laterales rápidas de espesores hacia el oeste

73
Fig. 14: Sección condensada de los ciclos IV y V, generada por el emplazamiento de un cuerpo volcá-
nico intrusivo (Yuralpa), en el Corredor Sacha-Shushufindi de la Cuenca Oriente

74
Estatigrafía secuencial del Cretácico de la Cuenca Oriente del Ecuador

caída del nivel del mar, de segundo a tercer orden en la escala de Haq et al. (1987). Los cuerpos
arenosos, típicamente de ambientes fluviales hacia el este de la cuenca con influencia estuarina
hacia el centro, y que evolucionan hacia facies distales de depósitos finos de plataforma en la
parte oeste (Hollín Principal, Arenisca T Principal, Arenisca U Principal, Arenisca M2 y Arenis-
ca M1), representan los depósitos asociados con el prisma de bajo nivel o LST.
Encima, se desarrollan las alternancias de areniscas, calco-arenitas y lutitas, que traducen am-
bientes marino someros de plataforma (i.e. Hollín superior, T superior, U superior, Caliza M2-
M1?), asociados con los eventos transgresivos principales (TST). Seguidos, se tiene una sección
espesa de lutitas (i.e. Lutita Napo Basal, Lutita U, Lutita Napo Superior), que reflejan el máximo
de inundación (MFS) y finalmente una sección calcárea arenosa que traduce el HST o prisma de
alto nivel, asociado con el comienzo de la caída del nivel eustático y la progradación de sedimentos
clásticos hacia el oeste de la cuenca (i.e. Miembro T Basal, Caliza U, Caliza A-miembro superior,
calcáreos de Napo Superior y arenisca Tena Basal). Se infiere que esta sección resulta de la progra-
dación de un sistema aluvial, que generó una cuña sedimentaria clástica en la parte este y sureste
de la Cuenca Oriente (fig. 7a), reconocida en la Cuenca Marañón (Barragán, 1999).
Sin embargo, a partir del Turoniano, se observan las primeras evidencias de deformación
sinsedimentaria y por lo tanto, de la estructuración de la cuenca de ante-país. Aunque los ciclos
IV y V son similares a los anteriores, presentan indicadores claros de una influencia tectónica.
En los mismos, se evidencia una condensación total de la arenisca M1, reducida a una superfi-
cie de ravinamiento, y en ciertos casos, de todo el ciclo M1 incluida la sección de Tena Basal.
Como se mencionó, los ciclos Napo Superior registran el inicio de la inversión tectónica de
grabenes y semi-grabenes pre-cretácicos (Baby et al., 1999). Su organización sedimentaria, se
ve diferenciada y controlada por fenómenos eustáticos globales y por la tectónica compresiva
andina (“secuencia tectónica”).
Por lo tanto, el Cretácico Superior de la Cuenca Oriente, marca el inicio de un proceso de
inversión tectónica durante el Turoniano-Maastrichtiano (Baby et al., 2001), claramente iden-
tificado a lo largo del Corredor Sacha-Shushufindi, y asociado a un volcanismo alcalino activo
(Barragán et Baby, 1999 y capítulo 1 de este libro), que controla localmente la depositación de
la parte superior de la Fm. Napo.

6. CONCLUSIONES

Cinco secuencias estratigráficas de segundo orden en la escala de Haq et al. (1987), se han
identificado en la Cuenca Oriente dentro del intervalo Aptiano-Maastritchtiano. Corresponden
a ciclos sedimentarios que engloban a las formaciones Hollín, Napo y Tena Basal, cuya varia-
ción lateral de facies depositacionales y distribución están controladas principalmente por los
cambios eustáticos reconocidos a escala global durante el Cretácico. La correlación de las caídas
del nivel del mar y las progradaciones clásticas a través de la plataforma cretácica Oriente, son
soportadas por el contenido bioestratigráfico de la serie Hollín-Napo-Basal Tena. La presencia
de los miembros clásticos en estas formaciones documenta variaciones dramáticas O-E de la
línea de costa, a través de decenas de kilómetros de la cuenca. Cada uno de los intervalos sedi-
mentarios es el expediente de un ciclo completo del tránsito de la línea de costa. La base de cada
uno de los mismos se puede clasificar como un límite de secuencia. Cada uno está caracterizado
por depósitos fluvial-estuarinos, de relleno de valles incisos, asociados al inicio de la transgre-

75
sión y generalmente restringidos a la parte este y a la parte central de la cuenca, seguidos por
depósitos marinos de plataforma somera, que reflejan la transgresión total de facies marinas y
los depósitos progradantes de prisma de alto nivel.
Dentro de un marco de estratigrafía secuencial, los cambios del nivel del mar son el me-
canismo dominante en la sedimentación de la margen peri-cratónica continental pre-Andina
Oriente. Controlaron el espacio de acomodación disponible y por lo tanto, ejercieron un con-
trol regional sobre la distribución de los sedimentos, especialmente en los tres primeros ciclos.
Sin embargo, el inicio de la deformación compresiva en la Cuenca Oriente, ejerció un control
fundamental en la sedimentación y en el espacio disponible para la acumulación de sedimentos,
a partir del Turoniano (90 Ma). Durante los dos últimos ciclos depositacionales, los sedimentos
se confinan al este y se condensan al oeste de la cuenca. Por lo tanto, los dos últimos ciclos,
registran el comienzo de la deformación asociada con el sistema de ante-país, y su organización
sedimentaria se ve diferenciada y controlada por el eustatismo, el tectonismo y el volcanismo
activo.

Agradecimientos
El presente trabajo representa el resumen de una parte de las tesis doctorales obtenidas por
R. Barragán y Frédéric Christophoul en la Universidad Paul Sabatier (Toulouse-France).
Los autores agradecen especialmente a PETROPRODUCCIÓN por proporcionar el acceso
a la información de su base de datos. Deseamos dar las gracias a E. Díaz Martínez por sus revi-
siones constructivas. También, nuestro agradecimiento al “diablo viejo” Carlos Pérez, por toda
la ayuda logística brindada durante las campañas de campo.

76
Estatigrafía secuencial del Cretácico de la Cuenca Oriente del Ecuador

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78
Magmatismo Alcalino Intra-Placa en la Cuenca Cretácica Oriente,
Ecuador: Evidencias geoquímicas, geocronológicas y tectónicas

MAGMATISMO ALCALINO INTRA-PLACA


EN LA CUENCA CRETÁCICA ORIENTE,
ECUADOR: EVIDENCIAS GEOQUÍMICAS,
GEOCRONOLÓGICAS Y TECTÓNICAS

Roberto Barragán (1),


Patrice Baby (2)

Resumen
Varios cuerpos ígneos alcalinos basálticos han sido identificados en la sección sedimentaria
cretácica de la Cuenca Oriente (≅ 110-80 Ma). Los mismos están caracterizados por valores
bajos en los radios LILE/HFSE y en los radios isotópicos de Sr y Nd, todos dentro del rango
observado en las signaturas composicionales de basaltos de isla oceánica o punto caliente hot-
spot y, consistentes con una fuente astenosférica. La sísmica de reflexión muestra que la ubi-
cación de los distintos centros eruptivos es controlada por las estructuras preexistentes del rift
Triásico-Jurásico invertido, en un régimen transpresivo a partir del Cretácico Superior. Edades
radiométricas y el registro biostratigráfico de los sedimentos cretácicos sugieren una variación y
diacrónica de la posición geográfica de este volcanismo alcalino, ocurrido al menos a partir del
Albiano (40Ar/39K, 106±5 Ma), en la parte septentrional de la Cuenca Oriente, y hasta el Cam-
paniano (40Ar/39Ar, 84±2 Ma y 82±0.5 Ma) en la parte occidental-central (zona subandina).
Se propone un mecanismo de slab roll-back, originado a partir de la cesación de los procesos
de subducción en el Cretácico Inferior (≅130-120 Ma), como el modelo geodinámico más
probable, para explicar la generación de este magmatismo, el mismo que está asociado con la
migración lateral y vertical de 1material astenosférico, hacia zonas previamente adelgazadas de
la corteza o thin-spots litosféricos. Por lo tanto, el paleo-rift Triásico-Jurásico, ejerció un control
fundamental en la generación de estos magmas alcalinos, facilitando la fusión parcial de una

(1)
Exploration SE Asia, HESS CORPORATION, Kuala Lumpur, Malaysia (rbarra-
gan@hess.com)
(2)
Géosciences-Environnements Toulouse, UNIVERSITÉ DE TOULOUSE; UPS
(SVT-OMP); CNRS; IRD; 14 Avenue Édouard Belin, F-31400 Toulouse, France.
Dirección Actual: IRD Perú, Casilla 18-1209, Lima 18 – Perú (patrice.baby@ird.fr)

81
fuente astenosférica no afectada por procesos de subducción. Finalmente, la inversión tectónica
del Cretácico Superior, da lugar a la reactivación de las estructuras extensivas preexistentes en
un régimen transpresivo, lo que originó la migración del magmatismo hacia el sur-suroeste
principalmente a lo largo del Corredor Sacha-Sushufindi de la Cuenca Oriente.

Palabras Claves: Magmatismo alcalino, elementos incompatibles, isótopos Sr-Nd,” thin-spot”, “roll-
back”, Cretácico, Cuenca Oriente.

Introducción
Magmatismo intra-placa de tipo alcalino-basáltico ha sido identificado en varias secuencias
Mesozoicas y Cenozoicas a lo largo de la margen occidental de las Américas y de la Península
Antártica. Dependiendo del ambiente tectónico imperante, diversos son los procesos magmáti-
cos que pueden explicar su ocurrencia y generación. Estos mecanismos incluyen:
• Plumas mantélicas o “mantle plumes”, presentes debajo de la corteza continental, con
temperaturas anormalmente altas (Campbell y Griffiths, 1992; Kerr et al., 1995; Gib-
son et al., 1995; Hill, 1993), (e.g. Columbia River Basalts, noroeste de los Estados
Unidos [Thompson y Gibson, 1991]).
• Fusión parcial de material astenosférico por descompresión adiabática, debido a exten-
sión litosférica de gran escala (McKenzie y Bickle, 1988) y asociada a la propagación
de zonas de rift (e.g. cuencas Triásico-Jurásicas andinas de back-arc entre 25°S y 0°
[Romeuf et el al., 1997]).
• Desarrollo de slab-windows, relacionados con procesos de subducción a lo largo de
márgenes continentales activas (Thorkelson y Taylor, 1989; Hole et al., 1991), después
de la colisión y subducción de dorsales centro-oceánicas (e.g. Baja California [Storey et
al., 1989], Patagonia meridional [Ramos y Kay, 1992; Stern et al., 1990] y Península
Antártica [Hole et al., 1993, 1995]).
• Slab roll-back, debido a la migración lateral y vertical, de material magmático astenos-
férico, en zonas litosféricas previamente adelgazadas o thin-spots (e.g. La Antártica- Ja-
mes Ross Island [Hole et al., 1995]).

La Cuenca Oriente de Ecuador, localizada al este de cordillera andina actual (fig. 1),
proporciona nuevas evidencias de un magmatismo continental alcalino basáltico intra-placa,
asociado con la evolución del margen noroccidental de la placa continental sudamericana
durante el Cretácico. El mismo se desarrolla sobre una sección sedimentaria fanerozoica du-
rante la depositación de las Fms. Cretácicas Hollín y Napo (Barragán et al., en este libro),
en condiciones marino someras estables. La distribución geográfica de estos eventos ígneos
alcalinos, se confina en gran parte en las estructuras preextensivas, invertidas durante el Cre-
tácico, alineadas a lo largo del Corredor Sacha-Sushufindi, en una dirección NNE-SSO en la
parte central de la cuenca.
A continuación, se pone en evidencia los resultados de un estudio geoquímica, geocronoló-
gico y tectónico, dirigido a entender la evolución geodinámica de esta pequeña provincia ígnea
máfica, denominada “Volcanismo Basáltico Cretácico de la Cuenca Oriente (OBB = Oriente
Basin Basalts)” y, a establecer su relación con la evolución de la margen noroccidental activa de
Sudamérica.

82
Magmatismo Alcalino Intra-Placa en la Cuenca Cretácica Oriente,
Ecuador: Evidencias geoquímicas, geocronológicas y tectónicas

Fig. 1: Mapa tectónico sintético de la Cuenca Oriente (modificado a partir de Baby et


al., 1999), y su relación con la distribución de los eventos volcánicos

1. CUADRO GEOLÓGICO Y CONTROL TECTÓNICO DEL MAGMATISMO CRETÁCICO

La Cuenca Oriente de Ecuador forma parte del sistema actual de cuencas subandinas de
ante-país o cuencas de foreland (Marksteiner y Alemán, 1997), desarrolladas entre el escudo
Precámbrico Brasileño-Guyanés, al este, y el arco magmático andino actual al oeste (Dashwood
y Abbotts, 1990) (fig. 1). Su configuración estructural-estratigráfica ha sido descrita en varias
publicaciones (Tschopp, 1953; Baldock, 1982; Dashwood y Abbotts, 1990; Balkwill et al.,
1995; White et al., 1995; Jaillard, 1997; Baby et al., 1999; Rivadeneira y Baby, 1999). Un
resumen del contexto estratigráfico, estructural y de la evolución geodinámica de la Cuenca
Oriente, está representada en la Introducción de este libro.
La sísmica de reflexión muestra que la localización y ocurrencia del volcanismo alcalino
cretácico, están restringidas principalmente al Corredor Sacha-Shushufindi, siguiendo una di-
rección NNE-SSO, siendo controlado su emplazamiento por estructuras pre-Cretácicas exten-
sivas, particularmente fallas normales de escala cortical que limitan semi-grabenes Triásico-Jurá-
sicos (fig. 3 y 4, véase fig. 2 para ubicación), invertidos en contexto transpresivo dextral a partir
del Cretácico Superior (≅ 90 Ma). Esta relación entre tectónica y volcanismo se ve reflejada en
la distribución de los cuerpos magmáticos a escala regional de la cuenca (fig. 1 y 2), sugiriendo

83
que las estructuras preexistentes ejercieron un control fundamental, para la generación del mag-
matismo cretácico alcalino durante la evolución de la Cuenca Cratónica Oriente. Por lo tanto,
el ascenso de material magmático a la superficie, estuvo posiblemente limitado a las disconti-
nuidades estructurales preexistentes. Dichas zonas litosféricas previamente adelgazadas, corres-
pondientes en la Cuenca Oriente, a zonas afectadas por el sistema del rift pre-cretácico tetyano,
han sido definidas previamente por Thompson y Gibson (1991), como thin-spots litosféricos.

2. ACTIVIDAD MAGMÁTICA EN LA CUENCA CRETÁCICA ORIENTE

La distribución regional de los cuerpos extrusivos e intrusivos cretácicos, reconocidos dentro


del ciclo Sedimentario Hollín-Napo de la Cuenca Oriente, se sintetiza en la figura 2. Aunque
el volumen de volcanismo generado es relativamente pequeño, el OBB es un evento regional
alineado y desarrollado a lo largo de una zona orientada NNE, compuesta de por lo menos 40
centros eruptivos aislados. Los mismos están caracterizados por depósitos hyaloclásticos, diques
basálticos y cuerpos intrusivos someros gabróicos (sills), el más grande de estos tiene un espesor
de 150 a 200 m, y cubre una área de 20 km2 (Áreas Yuralpa-Dayuno, véase figura 2 para locali-
zación). Sus características principales son sintetizadas en la tabla 1.
Las facies extrusivas, están caracterizadas dominantemente por conos de tobas y maars, for-
mando centros volcánicos monogenéticos (Walker, 1993), definidos en varias secciones sísmicas
(fig. 3 y 4), y confirmados a través de varios núcleos de perforación y del análisis de registros
eléctricos de pozos que atraviesan los mencionados cuerpos ígneos, además de la descripción de
afloramientos, especialmente en la zona subandina. Los componentes volcano-clásticos, identifi-
cados en estas sucesiones volcánicas, consisten principalmente de capas finas de tobas basálticas
estratificadas, ceniza fina, fragmentos de lapilli, vidrio basáltico y minerales máficos. Es muy co-
mún la presencia de lapilli acrecional y sideromelano, que evidencia condiciones depositacionales
húmedas y un enfriamiento rápido. La mayoría de los productos volcánicos están palagonitizados.
Por lo tanto, estos depósitos volcanoclásticos reconocidos en la sección cretácica, sugieren eventos
freático-magmáticos, con típico estilo eruptivo Surtseyano (Cas y Wright, 1988).
Los cuerpos ígneos intrusivos equivalentes, están caracterizados por sills diabásicos-gabróicos y
diques basálticos. Los mismos fueron emplazados a varios niveles estratigráficos en la serie cretácica
(fig. 3 y 4), y analizados a través de muestras de núcleos de perforación bien preservados sin mayor
alteración secundaria (tabla 1, véase fig. 2 para su ubicación). En general, presentan una composición
mineralógica y textural uniforme. Petrográficamente, dichos cuerpos intrusivos contienen texturas
faneríticas de grano fino, siendo el olivino, el fenocristal dominante (≥ 60%), y labradorita (<20%)
y clinopiroxeno (<20%) los fenocristales subordinados. La matriz presenta una textura intergranular,
con olivino, microlitos de plagioclasa, clinopiroxeno, y magnetita. Los diques diabásicos, con texturas
dominantemente afaníticas, contienen olivino como fenocristal dominante, teniendo clinopiroxeno
y trazas de plagioclasa, como fenocristales subordinados. Los microlitos de plagioclasa, clinopiroxeno,
magnetita y óxidos de hierro, forman la matriz con una textura igualmente intergranular.

3. PROCEDIMIENTOS ANALÍTICOS

La composición y abundancia geoquímica de elementos mayores y menores de muestras


representativas del volcanismo cretácico, están sintetizadas en la tabla 2. Es importante indicar

84
Magmatismo Alcalino Intra-Placa en la Cuenca Cretácica Oriente,
Ecuador: Evidencias geoquímicas, geocronológicas y tectónicas

Fig. 2: Distribución geográfica y localización de los eventos extrusivos e intrusos


cretácicos a lo largo de la Cuenca Oriente. Se presenta la ubicación de las diferentes
muestras analizadas (análisis geoquímicos y radiométricos)

85
Fig. 3: Secciones sísmicas de reflexión, mostrando el emplazamiento de los eventos extrusivos e
intrusivos en la Cuenca Oriente, sindepositionales a la formación Napo Superior durante el Campa-
niano: (a) cuerpo extrusivo Jaguar (cono de toba o maars); (b) cuerpos extrusivos (cono de tobas), e
intrusivos someros (gabros) de Yuralpa. Los datos de registros eléctricos y testigos de pozos, confir-
man las interpretaciones sísmicas. Véase figura 2 para la localización de los perfiles sísmicos.

que la espesa sección cenozoica sobreyacente, limita sériamente los afloramientos cretácicos de
la Cuenca Oriente. Por lo tanto, la distribución de los diferentes cuerpos ígneos, identificados
en este estudio, está restringida únicamente a muestras de testigos de pozos exploratorios y al
análisis de sus correspondientes registros eléctricos y secciones sísmicas, siendo difícil cuantificar
el volumen verdadero de magma generado durante este evento volcánico.
Las muestras analizadas no presentan una alteración significativa, lo que permitió estudios
geoquímicos apropiados. La figura 2 indica la localización de las mismas y sus características

86
Magmatismo Alcalino Intra-Placa en la Cuenca Cretácica Oriente,
Ecuador: Evidencias geoquímicas, geocronológicas y tectónicas

Fig. 4: Secciones sísmicas de reflexión, que muestran el emplazamiento de los depósitos extrusivos
en la cuenca sindepositacionales a las Fm. Hollín Superior y Napo Basal del Albiano: (a) Vista y (b)
Tapi (conos de toba). Véase figura 2 para la localización de los perfiles sísmicos

87
88
Eventos Extrusivos Eventos Intrusivos

Area (*) Tobas Espesor Intervalo Bioestratigráfia Dikes Sills Espesor Edad (Ma) Método
Basálticas (m) (**) estratigráfico Edad (***) Basálticos Gabróicos (m) (**) Radiométrica Radiométrico
NNE Tapi 100-200 Fm. Hollin Albiano medio 1-2
40 40
Vista 100-200 Hollin Superior- Napo Basal Albiano medio 1-2 106 ± 5 Ar/ K (***)
40 39
Jivino 1-25 101 ± 0.8 Ar/ Ar
40 40
Laguna Napo Inferior Albian Superior-Cenomanian Inferior 50-60 92 ± 3.9 ? Ar/ K (***)

Indillana-Itaya 30 Napo Inferior Albian Superior-Cenomanian Inferior 20

Ginta 40 Napo Inferior - Napo Medio Cenomaniano Superior


40 39
Auca 20-100 Napo Superior Turoniano-Santoniano 0.1-1 91 ± 4.6 Ar/ Ar (***)

Armadillo 40-80 Napo Superior Turoniano-Santoniano

Cononaco 50-70 Napo Superior Turoniano-Santoniano

Puma 70 Napo Superior Coniaciano-Santoniano

Jaguar 150-200 Napo Superior Coniaciano-Santoniano

Pungarayacu 10 Napo Superior Santoniano-Campaniano 1-50


40 39
Waponi 150 91 ±3 Ar/ Ar
40 39
Yuralpa 100-150 Napo Superior Santoniano-Campaniano 80-200 82 ± 0.5 Ar/ Ar
40 39
SSW Dayuno 100 Napo Superior Santoniano-Campaniano 50-100 84 ± 2 Ar/ Ar (***)

** Nuevas determinaciones radiométricas a través del método 40Ar-39Ar


*** Datos no publicados (Informes Internos PETROPRODUCCIÓN, no publicados)
Información biostratigráfica (*) basada en White et al. (1995) y Jaillard et al. (1997).
Tabla 1: Resumen de los eventos extrusivos e intrusivos encontrados en la Cuenca Oriente.
Magmatismo Alcalino Intra-Placa en la Cuenca Cretácica Oriente,
Ecuador: Evidencias geoquímicas, geocronológicas y tectónicas

principales están sintetizadas en la tabla 1.


Elementos mayores (Ni, Cr, Sc, V, Ba, Rb, Sr, Zr, Y y Nb) y elementos menores, fueron
analizados por procedimientos de rayos X y de ICP-MS, en el laboratorio de Washington State
University (Johnson et al., comunicación personal, 1998). La precisión fue probada por análisis
múltiples de un solo espécimen. La precisión en los elementos mayores es < 2% de la abundan-
cia absoluta, la precisión de elementos trazas es < 5%, excepto por Nb y Rb, que es del 10% en
muestras con bajo contenido. Datos isotópicos de Sr y Nd (tabla 2), fueron determinados en la
Universidad de Cornell. Detalles más precisos del procedimiento utilizado, se pueden encontrar
en White y Patchett (1984).
Cuatro dataciones radiométricas fueron determinadas usando el método de 40Ar / 39Ar en
muestras no alteradas. Estos resultados, junto a los datos no publicados de dataciones por el
método de 40Ar / 39K (Informes PETROPRODUCCIÓN no publicados), son resumidos en la
tabla 1 (véase también la figura 2 para su ubicación). Las determinaciones radiométricas fueron
realizadas en la Oregón State University. Las edades fueron calculadas usando el procedimiento
descrito en Dalrymple et al. (1981), Duncan y Hogan (1994), y Duncan et al. (1997).

4. CARÁCTER GEOQUÍMICO Y PETROGÉNESIS

A pesar de estar localizados en diferentes posiciones geográficas y presentar un rango am-


plio de edades (≅ 110-80 Ma), las muestras analizadas exhiben un rango restringido, tanto
en elementos mayores como en elementos trazas. El volcanismo OBB cae dentro del rango
observado para el campo de basaltos alcalinos (fig. 5), en los diagramas de Harker de álcalis
total (Na2O+K2O), versus SiO2. Además, están caracterizadas por un alto contenido en TiO2
(≥ 3 wt%), K2O (1,5-2 wt%), Na2O (2-3 wt%) y P2O5 (>0,6 wt%), lo que sugiere un origen
en zonas profundas astenosféricas. La abundancia de MgO (8,4-15,8 wt%), Ni (50-340 ppm),
Cr (270-500) y V (225-350 ppm), sugieren una naturaleza primitiva. El número del magnesio
(Mg#), varía entre 60 y 74, con la mayoría de valores sobre 67 (tabla 2). Los mismos que repre-
sentan composiciones primitivas de magmas que han experimentado cantidades pequeñas de
fraccionamiento de una fuente del manto, asumiendo para esta última, un número de magnesio
típico de 88-90 (Wilson, 1993).
En general, las muestras del volcanismo cretácico de la Cuenca Oriente, presentan valores
similares de elementos trazas, con relación a magmas basáltico-alcalinos originados en diversos
ambientes tectónicos, sean continentales (Basaltos de slab-window, e.g. San Quintín, Baja Ca-
lifornia [Storey et al., 1989; Saunders et al., 1987], Península Antártica (Hole et al., 1993) y
Patagonia (Stern et al., 1990); Basaltos de mesetas continentales o Continental Flood Basalts, e.g.
Provincia de Karoo [Duncan et al., 1997; Gibson et al., 1995]) y oceánicos (Basaltos alcalinos
de islas Oceánicas “OIB”, e.g. Cameroon [Fitton and Dunlop, 1985] y Galápagos [Geist et al.,
1998; Reynolds et Geist, 1995]).
El volcanismo OBB, se caracteriza por presentar valores bajos en los radios LILE/HFSE
(e.g.: Ba/Nb ≈ 6,33-8,56; Th/Ta ≈ 0,98-1,44; La/Nb ≈ 0,57-0,67; Ba/Zr ≈ 1,79-2,83), (tabla
3; modificado de Shinjo, 1998; Wilson, 1993; Hole et al., 1993), sin presentar la característica
deflexión en el contenido de Nb y Ta, típico de magmas relacionados a procesos de subducción
(Ramos y Kay, 1992), (fig. 6a). Además, el OBB exhibe perfiles típicos de basaltos alcalinos
tipo OIB, como se observa en los diagramas de multi-elementos normalizados, con respecto a

89
Jivino-1 Auca-16 Auca-23 Pungarayacu-9 Yuralpa-1
Elementos Mayores Normalizados (Peso %):
SiO2 46,43 45,18 45,29 43,09 45,37
Al2O3 11,48 13,21 9,91 11,05 9,34
TiO2 3,09 3,20 2,72 3,21 2,49
FeO* 11,73 13,67 11,96 12,19 12,18
MnO 0,17 0,12 0,13 0,20 0,176
CaO 12,07 10,83 12,30 12,44 10,88
MgO 10,48 8,41 14,20 12,60 15,54
K2O 1,29 2,01 0,80 1,19 1,07
Na2O 2,67 2,54 1,93 3,19 2,52
P2O5 0,59 0,83 0,76 0,85 0,435
Elementos trazas no normalizado (XRF) (ppm):
Ni 258 58 344 234 404
Cr 317 277 482 314 535
Sc 24 21 25 28 31
V 264 276 250 297 246
Ba 518 697 380 559 301
Rb 26 38 16 14 17
Sr 662 1008 460 782 592
Zr 194 246 187 233 168
Y 25 26 23 26 18
Nb 60,5 84 60 81 43,1
Ga 20 23 14 20 19,1
Cu 63 28 44 58 56
Zn 116 128 141 120 115
Pb 1 1 4 4
(ICP-MS)
La 36,93 47,57 40,77 47,08 57,51
Ce 70,41 88,99 77,11 89,2 107,03
Pr 8,33 10,21 9,11 10,44 12,51
Nd 34,85 41,64 38,49 43,39 52,46
Sm 8,16 9,65 8,6 9,67 12,25
Eu 2,73 3,11 2,81 3,2 3,97
Gd 7,61 8,12 7,49 8,55 10,53
Dy 5,9 6,12 5,57 6,36 7,69
Ho 1,04 1,06 0,95 1,06 1,32
Er 2,34 2,43 2,15 2,43 2,84
Tm 0,31 0,31 0,27 0,3 0,34
Yb 1,73 1,7 1,49 1,69 1,83
Lu 0,25 0,24 0,22 0,23 0,25
Th 3,57 4,87 3,81 4,81 7,10
Hf 4,73 5,34 4,61 5,52 6,92
Ta 3,55 4,5 3,47 4,86 5,82
U 1,1 1,57 1,21 1,64 1,58
Pb 2,29 3,78 5,59 3,46 2,23
Cs 0,91 3,33 2,54 3,97 4,49
Mg/Mg+Fe 66,000 57,000 71,886 69,000 74,000
87
Sr/86Sr 0,705192 0,704422 0,703547
143
Nd/144Nd 0,512818 0,512836 0,512815

Tabla 2: Composición geoquímica de elementos mayores y trazas de muestras de testigos de perfo-


ración de basaltos cretácicos de la Cuenca Oriente (OBB). Análisis geoquímicos de elementos ma-
yores y menores, determinados por métodos de XRF y ICP-MFS. Hierro total, está expresado como
FeO. Las técnicas de análisis, son discutidas en el texto y en las referencias citadas. El número de
Magnesio (Mg#), fue calculado usando FeO/Fe2O3 = 0,33. (*) muestras de diques diabásicos. (**)
muestras de sills gabróicos (véase figura 2 para localización de muestras)

90
Magmatismo Alcalino Intra-Placa en la Cuenca Cretácica Oriente,
Ecuador: Evidencias geoquímicas, geocronológicas y tectónicas

Fig. 5: Diagramas de Na2O + K2O vs. SiO2, para las rocas ígneas
de la cuenca cretácica Oriente (OBB), y por comparación para
otras muestras de diferentes ambientes tectónicos: Punto Ca-
liente, análisis representativo de MORB, y basaltos continentales
(CAB), según Cas y de Wright (1988). La línea diagonal divide los
campos alcalino y toleítico, según Reynolds y Geist (1995)

valores de MORB y de coindrita (fig. 6b). Estos perfiles son un indicativo de un origen asociado
a grados bajos de fusión parcial de una fuente astenosférica profunda (Hole et al., 1995). Igual-
mente, radios de Ba/Ta (50-150) y La/Ta (8,84-11,75), caen dentro del rango observado para
basaltos de origen oceánico (punto caliente-OIB) y de basaltos de origen continental (pluma
del manto), que no han sufrido interacción con material litosférico enriquecido por procesos
de asimilación de corteza continental (fig. 7a). La abundancia de elementos pesados de tierras
raras, es consistente y la firma geoquímica de estos magmas basáltico alcalinos (La/Yb ≈ 21,3
–32,6, Sr/Y ≈12,4-32,9, Ce/Yb ≈ 40,7–62,3 Sm/Yb ≈ 4,7–6,9), confirma un origen asociado a
bajos grados de fusión parcial de un manto astenosférico, con facies de granate residual, a una
profundidad de origen de al menos 80 km, según los modelos propuestos por Ellam (1992),
para basaltos primitivos.
La relación de isótopos de Sr y Nd, obtenida en tres muestras del volcanismo OBB (fig. 7b),
muestra valores (87Sr/86Sr : 0,703547-0,705192 y 143Nd/144Nd : 0,512815-0,512836), dentro
del rango observado en basaltos de isla oceánica (OIB), y similar a los campos composicionales
de basaltos alcalinos de origen continental (e.g. Península Antártica, James Ross Island y basal-
tos cratónicos de la Patagonia [Stern et al., 1990]).

91
92
No afectado por procesos de subducción Basaltos relacionados
con procesos de subducción
OBB MORB OIB pluma mantélica "Slab window" "Roll Back" IAT HAB y CA
(Volc. Cretac. Cuenca Oriente) (Camerum) (San Quintin) (Antartic Penins) (James Ross Island)
K/Zr 35.5-67.8 12 44 57.5-60.08 147 216
Rb/Zr 0.06-0.15 0,01 0,1 0,129 0.128-0.138 0.038-0.119 0.09-0.125 0,21 0,35
Ba/Zr 1.79-2.83 0,1 1,7 1,93 1.54-1.83 0.399-1.188 0.877-1.43 5 7,5
Ba/Nb 6.33-8.56 4 7 8,09 7.14-9.19 2.69-8.21 4.73-6.14 157 214
Ba/Ce 4.93-7.83 1 5 5,25 6.86-5.52 1.81-5.4 7.16-8.52 30 13
La/Nb 0.57-0.67 0,97 0,66 0,8056 0.66-0.74 0.61-0.881 1.22-3.47 1,86 7,14
Zr/Nb 2.63-3.89 27 4 4,194 4.5-5.37 4.657-7.66 5.87-10.6 31 29
Zr/Y 7.76-9.46 2,9 7,3 10,34 9.64-7.807 5.43-18.57 4.81-10.46 1,8 2,7
Ce/Yb 40-60 - - - 24.61-35.29 15.67-44.978 10.97-45.33 - -
Sm/Yb 4.71-6.86 - - - 2.69-3.72 2.606-4.387 2.61-4.6 - -

(Ce/Y)n 6.51-8.35 0,7 4.73-9.1 8,78 4.88-7.825 2.58-9.15 1,2 3,5

Fitton and Dunlop, 1985; Storey et al., 1989; Hole et al., 1995)
OIB = basalto de isla oceánica. Fuente de datos: Wilson, 1993; Sun, 1980; Shinjo, 1998;
IAT = arco de isla toleítico; HAB = basalto alto en aluminio; CA = basalto calco-alcalino;
tónicos. OBB = Basaltos de la Cuenca Oriente (localización de las muestras véase figura 2);
Tabla 3: Radios de elementos incompatibles de OBB y de basaltos de varios ambientes tec-
Magmatismo Alcalino Intra-Placa en la Cuenca Cretácica Oriente,
Ecuador: Evidencias geoquímicas, geocronológicas y tectónicas

Fig. 6: Diagramas de araña normalizados, con respecto a manto primitivo valores de coin-
drita: a) mostrando la distribución de elementos de tierras raras en muestras de OBB, es
evidente una variación restringida en el rango composicional; b) Diagrama de araña nor-
malizados con respecto a coindrita, comparando las rocas de OBB (muestra representativa),
con otros basaltos de ambientes tectónicos diferentes (OIB, MORB, y basaltos continentales
(FBP)). Datos de manto primitivo y de coindrita, según Sun y de McDonough (1989)

5. GEOCRONOLOGÍA: EMPLAZAMIENTO DEL MAGMATISMO CRETÁCICO EN LA CUENCA


ORIENTE

Nuevas dataciones radiométricas de 40Ar/39Ar, junto con otras de 40Ar/ 39K, de muestras
basálticas en testigos de perforación, obtenidas a lo largo de la Cuenca Oriente, son resumidas
en la tabla 1 (véase fig. 2 para ubicación). Estos datos absolutos, combinados con las edades
bioestratigráficas de los sedimentos circundantes de las Fm. Hollín y Napo, definidas por va-

93
rios autores (e.g.: Tschopp, 1953; Faucher y Savoyat, 1973; Hoffstetter, 1956; Jaillard, 1997),
sugieren una variación cronológica, con la posición geográfica para el emplazamiento de estos
magmas máficos, a partir del Albiano hasta el Campaniano (≈110-80 Ma). La figura 8 ilustra
la posición estratigráfica, de los diferentes eventos ígneos observados en la Cuenca Ecuatoriana
Oriente y su relación con las formaciones cretácicas Napo y Hollín.
El evento volcánico más antiguo corresponde a conos de toba basálticos y diques diabásicos,
emplazados contemporáneamente a la depositación de la Fm. Hollín Superior en el Albiano
Medio-Superior, en la parte norcentral de la Cuenca Oriente (áreas de los campos Vista y Tapi,
véase la figura 2 para su ubicación). Las edades radiométricas obtenidas confirman el registro
biostratigráfico en esta localización (40Ar/39K ≅ 106±5 Ma; Informe PETROPRODUCCIÓN
no publicado).
Evidencias de un volcanismo basáltico alcalino diacrónico, se observa a lo largo del Corre-
dor Sacha-Shushufindi, sinsedimentario a las secciones Napo Inferior del Albiano Superior-Ce-
nomaniano en la parte central de la cuenca (áreas de Laguna-Jivino y Ginta), Napo Medio del
Turoniano (áreas Auca-Armadillo) y Napo Superior del Santoniano-Campaniano en la parte
occidental sur-central de la Cuenca Oriente (zona subandina actual- áreas de Pungarayacu,
Yuralpa y Dayuno). Las edades radiométricas, en las correspondientes localidades, confirman
igualmente el registro bioestratigráfico, respectivamente: 40Ar/39Ar ≅ 101,6±0.8 Ma y 91± 4.6
Ma (Barragán, 1999), parte central de la cuenca; 40Ar/39Ar ≅ 84±2 Ma (Informe PETROPRO-
DUCCIÓN no publicado) y 82±0.5 Ma (Barragán, 1999), parte sur-central occidental de la
Cuenca Oriente.
Por lo tanto, la variación cronológica de edades, para el emplazamiento de los diferentes
cuerpos ígneos máficos, está directamente relacionada con la posición geográfica, desde el Albia-
no (≅ 106±5 Ma) en la parte septentrional de la cuenca, hasta el Campaniano (82±0,5 Ma) en
la parte central-oeste (zona subandina), sugiriendo una migración progresiva del magmatismo
hacia el S-SO a lo largo del Corredor Sacha-Shushufindi (fig. 2).

6. DISCUSIÓN: GENERACIÓN DEL EVENTO ALCALINO OBB

La Cuenca Oriente de Ecuador, registró cambios geodinámicos, asociados con la reorga-


nización de placas tectónicas, en el margen noroccidental de Sudamérica, durante el Jurásico
Superior-Cretácico Inferior. A lo largo del segmento Ecuatoriano-Colombiano, este período
(≅ 130-120 Ma), fue marcado por la acreción lateral de terrenos alóctonos (e.g. Chaucha Are-
nillas - Aspden y Litherland, 1992; Jaillard et al., 2000), y por la cesación de los procesos de
subducción y magmatismo relacionados al arco continental Misahuallí (Jaillard et al., 1995,
2000). Todos estos eventos dieron lugar a cambios paleogeográficos importantes (Pindell et
Tabbutt, 1995): levantamiento y erosión de la sección pre-Cretácica, instalación de una pla-
taforma marina somera, en el Cretácico de la Cuenca Oriente (sistema MOP) (Marksteiner y
Alemán, 1997; Dashwood y Abbotts, 1990; White et al., 1995) y, desarrollo de un magmatis-
mo continental alcalino intra-placa, orientado en una dirección casi paralela al arco magmático
preexistente.
Como se mencionó al inicio, la ocurrencia y generación del volcanismo intra-placa en la Cuen-
ca Oriente, pueden explicarse por varios mecanismos: sea por la formación de una slab -window
(Thorkelson y Taylor, 1989), sea por la interacción de un punto caliente (Campbell y Griffiths,

94
Magmatismo Alcalino Intra-Placa en la Cuenca Cretácica Oriente,
Ecuador: Evidencias geoquímicas, geocronológicas y tectónicas

Fig. 7: a) Diagrama de Ba/Ta vs. La/Ta (modificado de Ramos y Kay, 1992), mostrando la
afinidad general de los magmas de OBB, con los basaltos de isla oceánica (OIB). Además,
se muestra el campo correspondiente al arco magmático continental andino. b) Varia-
ción del 143Nd/144Nd vs. 87Sr/86Sr, para los magmas alcalinos OBB y de otros ambien-
tes tectónicos (OIB y MORB) ( modificado de White y de Hofmann, 1982)

95
Fig. 8: Sección transversal esquemática, que muestra la posición estratigráfica de la
facies ígnea observada en la Cuenca Oriente, y su relación con las diferentes unida-
des, miembros y formaciones cretácicas de Napo y de Hollín

96
Magmatismo Alcalino Intra-Placa en la Cuenca Cretácica Oriente,
Ecuador: Evidencias geoquímicas, geocronológicas y tectónicas

1992; Gibson et al., 1995; Hill, 1993), sea por la propagación de un rift (McKenzie and Bickle,
1988), o por un slab roll-back de la placa subducida (Hole et al., 1995; Stern et al., 1990). Cual-
quiera de estos mecanismos tendrá que explicar las siguientes observaciones geológicas:
• El volumen de productos eruptivos generados por este volcanismo alcalino es relativa-
mente pequeño.
• Las firmas geoquímicas e isotópicas de tipo OIB son consistentes con una fuente as-
tenosférica, sin ninguna evidencia geoquímica de interacción con componentes de
procesos de subducción.
• El control tectónico en el emplazamiento del volcanismo OBB es evidente, y es ejer-
cido por las estructuras preexistentes triásico-jurásicas del paleo-rift tetiano, invertidas
en un régimen transpresivo a partir del Turoniano.
• Finalmente, la migración del volcanismo hacia el SO, a lo largo del Corredor Sa-
cha-Shushufindi, orientado NNE-SSO, es sugerido por la variación cronológica sis-
temática del magmatismo, respecto a la posición geográfica de los diferentes eventos
eruptivos, desde el Albiano (∼110 Ma), en la parte norte, hasta el Campaniano (∼80
Ma) en la parte oeste-central de la Cuenca Oriente.

En primer lugar, cualquier posibilidad de magmatismo alcalino asociado a procesos de rif-


ting continental debe ser eliminada. No existen evidencias de extensión litosférica de suficiente
magnitud, para generar fusión parcial, por descompresión adiabática en la Cuenca Cretácica
Oriente. En contraste, y como es sugerido, por todas las evidencias tectónicas, la mayoría de
centros eruptivos alcalinos, son controlados por estructuras invertidas en transpresión desde el
Turoniano (Baby et el al., 1998; 1999; Rivadeneira y Baby, 1999).
Por otro lado, un modelo de punto caliente continental, podría explicar la variación siste-
mática de edades, con la posición geográfica, y por lo tanto, la migración magmática del volca-
nismo alcalino OBB hacia el SO, a lo largo del Corredor Sacha-Shushufindi, como es sugerido
por los datos radiométricos. Sin embargo, el volumen de volcanismo generado por el evento
magmático OBB es pequeño y no puede ser justificado por un modelo de hot-spot.
¿Es entonces el evento alcalino OBB un indicador de procesos de slab-window en la placa
subducida del margen ecuatoriano durante el Cretácico inferior? Si éste es el caso, el modelo
de slab-window podría explicar la generación de volúmenes limitados de magmas máficos, en
un área que no ha sido afectada por una extensión litosférica significante. Sin embargo, esta-
mos omitiendo el elemento más importante de un modelo de slab-window: los slab-windows se
forman como consecuencia de la colisión de una dorsal centro-oceánica (Thorkelson, 1996) y
no hay evidencias geológicas en la Cuenca Oriente de la interacción de una dorsal después del
evento acrecional del terreno alóctono Chaucha-Arenillas (≈130-120 Ma) (Jaillard et al., 2000;
Aspden y Litherland, 1992), debido a que la subducción cesó automáticamente a lo largo del
margen ecuatoriano.
Proponemos, por lo tanto, un mecanismo de slab-roll back como el proceso más probable, para
explicar el origen de este magmatismo alcalino intra-continental, tan peculiar en la Cuenca Cre-
tácica Oriente. La figura 9 a-c, muestra un esquema del modelo geodinámico propuesto. A partir
de la cesación de los procesos de subducción, después del evento acrecional (fig. 9a), el material
relicto de la placa subducida, correspondiente a su parte más baja, fue gravitacionalmente hundida
y rotada, como resultado del gran contraste de densidades con el material astenosférico circundan-

97
Fig. 9: Modelo esquemático (a-c), para el origen y la evolución geodinámica del thin-spot in-
tra-continental, a lo largo del Corredor Sacha-Sushufindi de la Cuenca Oriente

te (fig. 9b). Esto resultó en una migración lateral y vertical de material del manto astenosférico no
modificado por procesos de subducción, siguiendo posiblemente la trayectoria de la subducción
jurásica previa, y posiblemente remplazando la cuña del manto SSO-NNE preexistente. Esto
simplemente pudo inducir el roll-back, de la porción de placa oceánica subducida (fig. 9c). A par-
tir del Albiano (≈110 Ma), el material astenosférico no modificado por procesos de subducción,
migró lateral y verticalmente, siguiendo las paleo-estructuras del rift Triásico-Jurásico, o thin-spot
litosférico, promoviendo la fusión parcial y facilitando la evacuación de magmas a la superficie, es-
pecialmente en la parte norcentral de la cuenca. La inversión tectónica a partir del Turoniano (90
Ma) (Baby et al., 1999), generó la reactivación total en transpresión de las estructuras extensivas
pre-existentes, lo que originó la migración del magmatismo alcalino hacia el S-SO, siguiendo la

98
Magmatismo Alcalino Intra-Placa en la Cuenca Cretácica Oriente,
Ecuador: Evidencias geoquímicas, geocronológicas y tectónicas

trayectoria del Corredor Sacha-Shushufindi. Como ejemplos similares, los más cercanos posibles
que sirven para demostrar la validez de este mecanismo, son los observados en la evolución mag-
mática de James Ross Island de la Península Antártica (Hole et al., 1995), y en las lavas basálticas
de las pampas Patagónicas (Stern et al., 1990).

7. CONCLUSIONES

La composición geoquímica e isotópica, del volcanismo cretácico alcalino en la Cuenca


Oriente (OBB), es consistente con un origen astenosférico, no afectado por procesos de sub-
ducción. Exhibe un rango restringido en la variación composicional: contenidos bajos de SiO2
(42,58-46,72%), altos en álcalis (3,4-4,6%), bajos en elementos incompatibles (e.g. Ba/Nb ≈
6,33-8,56; Th/Ta ≈ 1-1,44; La/Nb ≈ 0,57-0,67; Ba/Zr ≈ 1,79-2,83), y valores isotópicos de
Sr–Nd (87Sr/86Sr: 0,703547-0,705192, 143Nd/144Nd: 0,512815-0,512836), todos ellos similares
a basaltos tipo OIB originados en una pluma del manto o punto caliente.
Un mecanismo de slab roll-back, asociado con la migración lateral y vertical de magma aste-
nosférico, facilitó la generación del volcanismo alcalino intra-placa en la Cuenca Oriente cretá-
cica, a partir de la cesación de los procesos de subducción (≈130-120 Ma). El rift pre-Cretácico
ejerció un control fundamental en la generación de estos magmas, actuando como thin-spots
litosféricos. En la Cuenca Oriente, la inversión tectónica a partir del Turoniano (≈ 90 Ma) dio
lugar a la reactivación en transpresión de las estructuras extensivas preexistentes, originando
la migración hacia el S-SO de la actividad magmática, y siguiendo la dirección del Corredor
Sacha-Shushufindi.

AGRADECIMIENTOS
El presente trabajo representa un resumen de una parte de la tesis doctoral obtenida por R.
Barragán en la Universidad Paul Sabatier de Toulouse (Francia).
Los autores agradecen especialmente a PETROPRODUCCIÓN, por el acceso a la infor-
mación radiométrica, y a todas las muestras de testigos de perforación obtenidas para análisis
geoquímicos y radiométricos. Nuestros agradecimientos a Dennis Geist por sus revisiones cons-
tructivas.

99
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102
Dinámica de la Cuenca de Ante-país Oriente desde el Paleógeno:
Relaciones Tectónica - Erosión - Sedimentación

DINÁMICA DE LA CUENCA DE ANTE-PAÍS


ORIENTE DESDE EL PALEÓGENO:
RELACIONES TECTÓNICA - EROSIÓN -
SEDIMENTACIÓN

Frédéric Christophoul (1), José David Burgos (2), Patrice Baby (3),
Jean-Claude Soula (4), Séverine Bès de Berc (5), Celso Dávila (6), Marco Rivadeneira (7)

Resumen
Desde el final del Cretácico Superior, la Cuenca Oriente se ubica en posición de retro-cuen-
ca de ante-país, relacionada con el crecimiento de la Protocordillera Andina.
El tema de este artículo es mostrar la evolución de esta cuenca de ante-país en términos
de relaciones tectónica-sedimentación durante el Paleógeno y el Neógeno. El análisis de facies
sedimentarias, datos de subsuelo, mapas isópacos y la simulación numérica de las erosiones,
muestran varios indicios de una deformación tectono- sinsedimentaria:
• A escala local, numerosas discordancias progresivas en el Paleógeno.
• A escala regional, ciclos loading/unloading durante el Paleógeno y el Neógeno.

(1)
Géosciences Environnement Toulouse, UNIVERSITÉ DE TOULOUSE –
CNRS – IRD – CNES – OMP, 14 avenue Edouard Belin, F-31400 Toulouse
Tel : 00 33 5 61 33 26 70. Courriel: (frederic.christophoul@get.obs-mip.fr)
(2)
ORION ENERGY ECUADOR, Centro de Negocios la Esquina, Torre 1, Local
2A (Cumbayá), Quito, Ecuador (jdavidburgos@hotmail.com)
(3)
IRD, Géosciences Environnement Toulouse, 14 avenue Edouard Belin, F-31400
Toulouse. (patrice.baby@ird.fr)
(4)
Géosciences Environnement Toulouse, UNIVERSITÉ DE TOULOUSE –
CNRS – IRD – CNES – OMP, 14 avenue Edouard Belin, F-31400 Toulouse
(Jean-claude.soula@get.obs-mip.fr)
(5)
BRGM Réunion - Océan Indien (S.BesdeBerc@brgm.fr)
(6)
davilacelso@yahoo.es
(7)
PETROAMAZONAS EP, Av. Naciones Unidas E7-95 y Av. De los Shyris, piso 4,
Quito, Ecuador. (Marco_Vinicio_Rivadeneira@petroamazonas.ec)

105
Todos esos procesos tienen una firma particular en la sedimentación contemporánea de la
cuenca de ante-país. Cada modo de respuesta sedimentaria está ilustrado en base a un estudio
en términos de sedimentología de facies, paleocorrientes, mapas isópacos y a una modelización
de los eventos erosivos en la cuenca. Un modelo de evolución geodinámica está propuesto.

Palabras Claves: Ecuador, Cuenca Oriente, tectónica, sedimentación, erosión, Paleógeno, Neógeno. 

Introducción
Las cuencas de ante-país han sido siempre zonas favorables para el estudio de los eventos
orogénicos a través de su relleno sedimentario (Burbank, 1996; DeCelles & Giles, 1996; Sinc-
lair, 1997). En forma clásica, los ciclos loading-unloading tienen una firma sedimentaria típica,
tanto en términos de geometría de los cuerpos sedimentarios, como de sucesión de las super-
ficies de erosión. Dichos fenómenos generan secuencias de depósitos de orden 2 según Vail et
al. (1991). Los sedimentos paleógenos y neógenos de la Cuenca Oriente tienen el registro de la
evolución de la misma durante dicho período. La evolución tectono-sedimentaria de la Cuenca
Oriente, se caracteriza por una tasa de acortamiento débil (menos de 10%; Baby et al., 1999a,
Baby et al., 2013), y parece muy diferente a la de las otras cuencas subandinas (en Perú, Bolivia
o Colombia), donde la tasa de acortamiento al nivel del prisma orogénico es mucho más im-
portante. Sin embargo, desde el fin del Cretácico Superior, la Cuenca Oriente (fig. 1) se ubica
en posición de retro-cuenca de ante-país de los Andes Ecuatorianos (Barragán et al., este libro).
Así, en los depósitos terciarios de la cuenca, hemos podido interpretar la firma sedimentaria
de la evolución de los Andes Ecuatorianos por medio del análisis sedimentario, mapas isópa-
cos y datos de subsuelo. En este artículo, tratamos de mostrar las modalidades de la respuesta
sedimentaria a los fenómenos tectónicos que afectaron la cordillera y la cuenca de ante-país.
Proponemos además un modelo de evolución geodinámica.

a 78°00 'W 77°00' 76°00' 75°00'


ico

Colombia
Venezuela

Fig.3b
cÌf

Colombia
ero
Cor
Pa

ost

Zon
Co

Or enca
dillara Occidenta
eC

Fig.3c
aS

te

Brasil
r dillera Orienta
qu

ien

Per˙ CAYAMBE
Lago
LagoAgrio
Agrio
u bandina

Cu
Blo

Bolivia 0°00' RÌo


Ag
Fig.6a
REVENTADOR
uar
Ecuador ico
Quito
Coca
RÌo
l
l
tin a

SUMACO Na
po
A rg en

ANTISANA
ANTISANA

Fig.5
Fig.4
Peru 1°00'
Tena

Fig.3a
Valle interandino Post-oligoceno Zona Fig.6c
RÌo
Subandina Fig.6b Cura
Cordillera Oriental Pre-oligoceno ray
Puyo
Fig.6d Macuma-1 Bobonaza-1
Amazonas-1
Corte Estructural
2°00'

Macas RÌo
Pas
Patuca taza
Shaime

Santiago 0 50 100Km

Fig. 1: Mapa de ubicación y mapa geológico simplificado de la Cuenca Oriente (modificado de


Baby et al., 1999)

106
Dinámica de la Cuenca de Ante-país Oriente desde el Paleógeno:
Relaciones Tectónica - Erosión - Sedimentación

1. ESTRATIGRAFÍA

1.1. Paleógeno
El Paleógeno de la Cuenca Oriente (fig. 2) está constituido por cuatro formaciones: Tena,
Tiyuyacu, Orteguaza y Chalcana. Aunque empieza en el Paleógeno, la Fm. Chalcana será descrita
en el párrafo sobre el Neógeno, para agrupar las formaciones según una lógica tectono-sedimen-
taria y no solo cronoestratigráfica. La Formación Tena, que empieza en el Cretácico superior, está
interpretada como parte del ciclo cretácico (Barragán et al., este libro). La Formación Tiyuyacu
(Tschopp, 1953; Baldock, 1982; Almeida, 1992; Marocco et al., 1996; Zambrano et al., 1996;
Valdez Pardo, 1997; Christophoul et al., 2002a), tiene una edad eocénica (fig. 2). Ha sido dividida
en dos miembros en base a criterios sedimentológicos y tectónicos (Marocco et al., 1996; Baby
et al., 1999a; 1999c). El miembro inferior (Tiyuyacu inferior), tiene una edad eocénica inferior.
La base de la Formación Tiyuyacu corresponde a una superficie de erosión identificada en aflora-
mientos y en sísmica (Baby et al., 1999a; 1999c). El miembro superior tiene una edad eocénica
media a superior. Una datación radiométrica (39 Ar/40 Ar) de un nivel de toba ubicado cerca de
la base del Mb. Tiyuyacu superior (Campo Bermejo, norte del levantamiento Napo) dio una edad
de 46+/- 0,4 Ma, que corresponde al Eoceno medio (Christophoul et al., 2002; Gradstein et al.,
2004). La Formación Orteguaza (fig. 2) de edad Oligocénica Inferior (Zambrano et al., 1996),
está constituida por depósitos marinos, y se desarrolla hacia el este de la cuenca.
En la zona subandina, los depósitos equivalentes son continentales y pertenecen a la For-
mación Chalcana; sin embargo, al norte en las márgenes del Río Aguarico, al sur del campo
Bermejo, se encuentran sedimentos marinos. La Formación Chalcana por lo tanto empieza en
el Oligoceno inferior, donde corresponde al equivalente continental de la Formación. Ortegua-
za, y alcanza el Mioceno (Zambrano et al., 1996).

1.2. Neógeno
La estratigrafía del Neógeno de la Cuenca Oriente es bien conocida desde el punto de vista
litoestratigráfico, aunque existen pocos datos bioestratigráficos (i.e. Tschopp, 1953; Baldock,
1982). Cuatro formaciones (fig. 2) están descritas en este rango de tiempo:
• La Formación Chalcana, de edad oligocénica superior a miocénica (Tschopp, 1953;
Baldock, 1982; Baby et al., 1999a).
• La Formación Arajuno, de edad miocénica (Tschopp, 1953; Baldock, 1982; Baby et
al., 1999a; Rosero, 1999).
• La Formación Chambira, de edad miocénica superior a pliocénica.
• La Formación Mera, de edad pleistocénica (Bès de Berc, 2003; Bes de Berc et al.,
2005).
Todas esas formaciones se depositaron en un depocentro único. Sus tasas de sedimentación
máximas en el centro de la Cuenca Oriente, modeladas según el método de backstripping (Ein-
sele, 1992) son:
• Fm. Chalcana: 86 m.Ma-1
• Fm. Arajuno: 162 m.Ma-1
• Fm. Chambira: 336 m.Ma-1
Las formaciones del Neógeno, están constituidas por depósitos fluviales, excepto la Fm.
Curaray, en la cual se encuentran depósitos con influencia marina.

107
Cuaternario

ceno Pleistoceno
Fm.
Mesa/Mera

Plio-
Fm.
Chambira

Superior
NEOGENO

Fm.
Mioceno

Arajuno
Medio
Inferior

Fm.
Superior

Chalcana
Oligoceno
Inferior

Fm.
Orteguaza
PALEOGENO

Inferior Medio Superior

Mb. Superior
Eoceno

Fm. Tiyuyacu

Mb. Inferior

Fig. 2 : Columna estratigráfica sintética del Paleógeno y Neógeno


de la Cuenca Oriente (modificado de Baby et al., 1999; Christo-
phoul, 1999; Bès de Berc, 2003)

108
Dinámica de la Cuenca de Ante-país Oriente desde el Paleógeno:
Relaciones Tectónica - Erosión - Sedimentación

2. SEDIMENTOLOGÍA

2.1. Metodología
Se ha utilizado la metodología de Miall (1977; 1985; 1996), para analizar los depósitos de
las diferentes formaciones fluviales. Este método empieza por la identificación de litofacies (ca-
racterizadas por su granulometría promedio y sus estructuras sedimentarias), en afloramientos
claves. La tabla 1 presenta los códigos que corresponden a las litofacies identificadas. Después,
se han definido las asociaciones de litofacies típicas de “elementos arquitectónicos” (tabla 2;
Miall, 1985), que corresponden a cuerpos sedimentarios característicos del lecho fluvial (relleno
de canal, barra de migración, llanura de inundación). Finalmente, esos elementos arquitectóni-
cos son combinados para definir el “estilo fluvial” de la formación estudiada y han sido compa-
rados con los modelos clásicos de facies (i.e, Miall, 1977; 1996; Bentham et al., 1993; Bridge,
2003). Las direcciones de paleocorrientes han sido determinadas por medio de imbricaciones
de clastos, direcciones de progradación de barras, o por medio de la estratificación cruzada en
artesas, siguiendo los métodos de Potter & Pettijohn (1963), aplicados en el marco del método
de los elementos arquitectónicos de Miall (1985; 1996).

2.2. Formaciones paleógenas


2.2.1. Fm. Tiyuyacu
Afloramientos de la Formación Tiyuyacu se encuentran principalmente en el hundimiento
sur del Levantamiento Napo, en el norte de la zona Subandina, en el campo petrolero Bermejo,
y al sur en la Cordillera de Shaime (este de la Cordillera de Cutucú). Su base corresponde a
una superficie de erosión regional (Baby et al., 1999a; 1999c; Christophoul et al., 2002) iden-
tificada, tanto en afloramientos como en sísmica. La base del miembro superior corresponde
también a una superficie de erosión a tal punto que en ciertos lugares de la cuenca (Cordillera de
Shaime), el miembro inferior está completamente erosionado, por lo que el Miembro Tiyuyacu
superior sobreyace directamente a la Fm. Tena.

Miembro inferior
El Miembro inferior de la Fm. Tiyuyacu aflora escasamente en la cuenca. Está expuesto en
la quebrada Tiyuyacu, en las márgenes del Río Misahuallí, cerca de su desembocadura en el Río
Napo, y en la carretera Tena-Puyo, a pocos kilómetros de Puerto Napo en dirección al Puyo.
Está constituido principalmente de conglomerados y en menor proporción de areniscas gruesas
y lutitas (fig. 3a). Los conglomerados contienen un 90% de cherts rojizos y angulosos, 10%
de cuarzos lechosos y rocas metamórficas. Dichos depósitos están organizados en rellenos de
canales complejos (elemento CH; Miall, 1996, ver tabla 2). Dentro de esos elementos CH se
encuentran facies tipo Gt y Gp (Miall, 1996, ver tabla 1), que pueden ser interpretados como
barras de gravas (GB, tabla 2). Hacia arriba, se encuentran cuerpos arenosos mostrando facies
Sl y Sm (tabla 1), organizados en elementos DA (tabla 2). El tope de los canales está confor-
mado por areniscas finas y a veces por lutitas en facies FI y P (tabla 1), revelando elementos
arquitectónicos tipo FF (tabla 2). Esos rellenos de canales se repiten mostrando una evolución
grano decreciente. En secciones sísmicas, el Miembro Tiyuyacu inferior presenta discordancias
progresivas (fig. 4), que registran una deformación en la cuenca durante su depositación. Este
tipo de discordancias progresivas se encuentra al nivel de cada gran estructura de la cuenca. Esas

109
Código Facies Estructuras sedimentarias Interpretación
Conglomerado macizo Granocreciente o
flujo torrencial viscoso, muy
Gmm con mayor proporción de granodecreciente
potente
matriz No existente a débil
Conglomerado macizo
Granocreciente o flujo torrencial viscoso, menos
Gmg con mayor proporción de
granodecreciente potente
matriz
Conglomerado con clastos
Gci Granocreciente flujo de escombros
juntos
Conglomerado macizo con flujo torrencial con carga de fondo
Gcm Ninguna
clastos juntos importante, caudal turbulento.
Conglomerado con mayor
Estratificación horizontal, Barras longitudinales,
Gh proporción de matriz
imbricaciones de clastos resedimentación del fondo
vagamente estratificado
Conglomerado Estratificación cruzada en Elemento de relleno de canal, base
Gt
estratificado artesas de barra de acreción lateral
Conglomerado
Gp Estratificación cruzada plana Barra de gravas
estratificado
Arenisca fina a gruesa o Artesas aisladas o en
St Dunas 3D
conglomeratica estratificación cruzada
Estratificación plana en
Arenisca fina a gruesa o
Sp láminas aisladas o en Dunas transversales 2D
conglomeratica
estratificación cruzada
Sr Arenisca fina a gruesa ripples Ripples de corriente
Arenisca fina a gruesa o Estratificación o laminación
Sh Flujo no canalizado
conglomeratica horizontal
Arenisca fina a gruesa o Estratificación cruzada de bajo Relleno de cavamiento del fondo,
SI
conglomeratica ángulo dunas arrastradas, antidunas
Arenisca fina a gruesa o Cavamiento del fondo poco Relleno de cavaviento del fondo,
Ss
conglomeratica profundo dunas arrastradas, antidunas

Sm Arenisca fina a gruesa Macizo o laminación débil Corrientes gravitacionales


Depósitos de crecida o de baja
Areniscas, limolitas o Laminación delgada o
Fl de crecida, relleno de canal
arcillolitas pequeñas ripples
abandonado
Depósitos de crecida en la llanura
Fm Limolitas, arcillolitas Masivas, grietas de desecación de inundación o relleno de canal
abandonado
Zona con vegetación de la llanura
Macizo, trazas de raíces,
Fr Limolitas, arcillolitas de inundación o suelo poco
bioturbación
maduro
Carbón, arcillas Flora fosil, laminación Depósitos de pantano con
C
bituminosas horizontal vegetación
Paleosuelos, concreciones
Trazas de pedogénesis : Suelo maduro con precipitaciones
P carbonatadas, niveles de
nódulos, cortezas químicas
óxidos de hierro.
Tabla 1

110
Dinámica de la Cuenca de Ante-país Oriente desde el Paleógeno:
Relaciones Tectónica - Erosión - Sedimentación

Elemento arquitectural Símbolo Asociación de facies Geometría y sucesión


Base erosiva, concavidad hacia el
tope, tope plano cuando no está
Canales erosionado, morfología y tamaño
CH Todos tipos de facies
(Channels) variable. Se encuentra adentro
superficies de 3er orden con
concavidad hacia el tope.

Canal de « Crevasse » Base cóncava, relleno con


CR Sr, Fl
(Crevasse Channel) alternancias de Sr y Fl

Barra de gravas Lentes o cuerpos tabulares,


GB Gm, Gp, Gt
(Gravel Bar) interestratificada con elementos SB.

Lenticular, tabular o prismático,


Barra arenosa
SB St, Sp, Sh, Sl, Sr, Se, Ss elemento de relleno de canal o de
(Sandy Bedforms)
delta de “Crevasse”.
Lenticular con bas planar o concava
Barra de Acreción y tope convexo Lenticulaire, à base
Longitudinal plane ou concave et sommet convexe,
DA St, Sp, Sh, Sl, Sr, Se, Ss
(Downstream Accretion contient des surfaces convexes vers
Macroform) le haut de 3ème ordre. Surface
supérieure de 4ème ordre.

Barra de Acreción Lateral Cuerpo prismático, sigmoïdal, con


St, Sp, Sh, Sl, Se, Ss,
(Lateral Accretion LA superficies cóncavas o convexas de
(Gm), Gt, Gp
Macroform) 3er orden.

Canal de confluencia Base cóncava hacia el tope, relleno


HO Gh, Gt, St, Sl
(Hollow scour) asimétrico.

Base cóncava hacia el tope,


Flujos gravitacionales
SG Gmm, Gmg, Gci, Gcm clásicamente asociada con elementos
(Sediment gravity flows)
GB
Cuerpos arenosos Cuerpo arenoso con gran extensión
laminados LS Sh, Sl, (Sp, Sr) lateral de espesor decimétrica a
(Laminated Sand Sheets) métrica.

Depósitos de crecida en la Cuerpos isópacos con gran extensión


llanura de inundación lateral, a veces asociados con
FF Fm, Fl
(Flooding - Overbank elementos SB o rellenos des canales
fines) abandonados (CH(FF)).

Cuerpos prismáticos con base


Levées irregular o plana y tope convexo
LV Fl
(Levees) hacia el tope, espesor superior a 10
metros y de mas de 1 Km de ancho.
Tabla 2

111
80 abcd
Fr
75
FF/
CH(FF)
70 Fr
65 Gt
GB
Gt
60

55
St SB
50

45
Gt
40
Gt GB
35 Gp
30 Gp
25
Fl
20
Gt
15
GB
10
Gt
Gt
5 Gt
Fl
0m

3a 3b
Tf F M G Tg Cgl
μcgl

A S Areniscas Tf F M G Tg Cgl
μcgl

A S Areniscas

95 Sp
St SB
Fl FF 130
90 Sr
125
Sr 85
Fr Sr SB
Gp 120
80
GB Fl FF 115
Gp
75 Fl
Gt
Fr 110
Gt FF
70
Fr
Gp 105
65 Sr Fl
Fl 100 Sr
FF Sr
Sp SB Sp
60
95

Gp 55 St
Gt
Gt 50m Fl (1) (2) (3)
GB
Gt (4) (5) (6)
Toba
(46+/-0.4Ma) 3c (7) (8) (9)

Fig. 3 : Columnas sedimentológicas de las formaciones paleógenas de la


Cuenca Oriente: 3a - Miembro inferior de la Formación Tiyuyacu (sección de
Puerto Napo); 3b- Miembro superior de la Formación Tiyuyacu (sección del
Campo Bermejo); 3c- Formación Orteguaza (sección del "Puente del Suizo",
Cascales). Ubicación de las secciones en la figura 1

112
Dinámica de la Cuenca de Ante-país Oriente desde el Paleógeno:
Relaciones Tectónica - Erosión - Sedimentación

Onlap
Onlap

CONONACO - 8 ESTE

Fm Orteguaza
SIN-DEFORMACION

Miembro Tiyuyacu Superior

Miembro Tiyuyacu Inferior

Fm Tena

Miembro Napo Superior


M2
90 Ma
Miembro Napo Inferior

Fm Hollin

PALEOZOICO

1 KM

Fig. 4 : Sección sísmica, mostrando una discordancia progresiva en el miem-


bro inferior de la Formación Tiyuyacu, ubicación en la figura 1

variaciones de espesor localizadas en pequeñas estructuras generan una distribución bastante


particular de los depósitos del miembro Tiyuyacu inferior (Ver sección siguiente).

Miembro superior
El Miembro Tiyuyacu superior aflora igualmente en la zona subandina. La sección mejor cono-
cida se encuentra en el norte, en el campo petrolero Bermejo (fig. 3b). La sección está formada en su
mayoría por conglomerados y en menor proporción por areniscas y lutitas. Las litofacies identificadas
en el Miembro Tiyuyacu superior son parecidas a las del Miembro Tiyuyacu inferior. La sección se
presenta como una repetición de un motivo elemental en lo cual se encuentran, de la base al tope, las
litofacies Gp, Gt (tabla 1, Miall, 1996) St, Sr, y al tope, Fl, P y Fr. Esta última asociación sólo se en-
cuentra al tope de la sección y no ha sido preservada en la base. Junto con los datos de paleocorrientes,
las asociaciones pueden ser agrupadas en elementos arquitectónicos del tipo DA (o LA para algunas
en las que se presentan direcciones de paleocorrientes mas dispersas) y GB. Las asociaciones Fl, P y Fr,
pueden ser agrupadas en elementos FF (tabla 2; Miall, 1996). Esa repetición puede ser interpretada
como resultado del apilamiento de canales fluviales, esos canales parecen ser simétricos. La presencia
de una gran proporción de elementos DA, con una granulometría gruesa, y la baja preservación de
las facies de llanura de inundación (FF), nos permiten interpretar un tipo de ríos entrenzados de baja
sinuosidad, con transporte de clastos únicamente por carga de fondo, sin flujos de lodo.

113
Oeste Este
Oso 1 Coca 9 Sacha 127 Pichincha 12 Pañacocha 2 Tambococha 1
GR GR
GR GR GR GR
Fm. Chalcana GR DT
GR GR

GR DT

Mb.Tiyuyacu Sup.

Retrogradación
Superficie de transgresión
Progradación
Límite de secuencia
Fig. 5 : Correlación oeste-este de pozos para la Formación Orteguaza
a través de la Cuenca Oriente, ubicación en la figura l

Es importante notar que la naturaleza de los clastos encontrados en el Miembro Tiyuyacu


superior cambia drásticamente respecto a la del Miembro Tiyuyacu inferior: los clastos son en
un 90% de cuarzo lechoso.

2.2.2. Fm. Orteguaza


Se conoce solamente un afloramiento de la Formación Orteguaza, descrito por Marocco et
al. (1996), Valdez Pardo (1997) y Christophoul et al. (2002), e ilustrado por la figura 3c. Este
afloramiento se ubica al este del frente Subandino, a orillas del Río Aguarico, cerca de la pobla-
ción de Cascales, junto al “Puente del Suizo”. En este sitio, se encuentra una columna continua
de las formaciones Tiyuyacu, Orteguaza y Chalcana (Ver párrafo siguiente). La sección es de
aproximadamente 40 metros de altura y se compone de lutitas, en parte arenosas, verdosas,
endurecidas, intercaladas con bancos de areniscas medias a gruesas y areniscas conglomeráticas
al tope de la sección. La base de la sección está representada por areniscas gruesas glauconíticas,
sin estructuras sedimentarias, sobre las cuales se desarrollan unos 10 m de lutitas compactadas, a
veces arenosas, sobreyacidas por unos cinco metros de intercalaciones de lutitas verdes con capas
de areniscas. Hacia el tope, en las primeras areniscas glauconíticas se identifican ripple marks y
megaripples 3D. Sobre esta sección, se encuentran cinco metros de lutitas verdes a veces biotur-
badas. Luego empieza un apilamiento granocreciente, con disminución progresiva del espesor
de las intercalaciones de lutitas, mostrando un cambio progresivo de ambientes de depositación
(landward stepping; Van Wagoner et al., 1990). Las estructuras sedimentarias encontradas en
esta parte, de la base al tope son: flaser y wavy bedding y trough cross bedding, lechos de areniscas
gruesas en la base y de conglomerados al tope. Las intercalaciones de lutitas muestran una inten-
sa bioturbación y moldes de bivalvos. En términos de ambientes de depósito, la Fm. Orteguaza
muestra una mezcla de ambientes partiendo de una plataforma abierta (lutitas y lutitas biotur-
badas), pasando por zonas bajo influencia de mareas (caracterizada por flaser y wavy bedding),
hasta una llanura aluvial (canales conglomeráticos al tope).

114
Dinámica de la Cuenca de Ante-país Oriente desde el Paleógeno:
Relaciones Tectónica - Erosión - Sedimentación

La sección descrita puede ser divida en dos ciclos transgresivos /regresivos (fig. 5). Ambos
ciclos pueden ser evidenciados en los perfiles de pozos. La figura 5 muestra que el intervalo
regresivo, al fin del primer ciclo, es menos evidente hacia el este, mostrando un cambio de facies
menos marcado que en el oeste de la cuenca. En la parte central, este intervalo regresivo es bien
marcado dando la respuesta eléctrica clásica de la Fm. Orteguaza en doble campana. Hacia el
oeste, este intervalo desaparece mostrando que el cambio de facies debido a la regresión no es
tan importante como en la parte central de la cuenca. La desaparición de este intervalo progra-
dante se debe probablemente al hecho de que en esta área (al nivel del Subandino actual), estaba
dominado por ambientes continentales.

100
200 Fr
P Sp
CH 250
Sh Fr St
Fr FF Sh SB
FF
250
St Gt CH
Fr Gt Fl
St 50
CH FF 150 Sh
St
Sh LS Fl FF
CH 200
Gt GB
St Fl FF
St St Gmg
Sh SG
200 Gh Fl Gmg
P CH 0
fmc

Sh
FF Gh Cl S Cg

Fr 100 SG
Fr Gmg
Sh Fl 150
LA 10
Sh Fr Gt GB SG
Fr Gmg
CH
150 St CR Gt St
Sh HO Fl
Fr
Fl Sr FF Gt St
Sh 50
Sh
100
Fr LA
FF GB Gt
Sh Gp CH Gt GB
Fr
100
LA
Gt St HO Gt
St
Fl
CH St LA GB
St 0 0 GB
fmc Gt
Sh Cl S Cg 50
Sh
10 Gt St
Fr 50 Fr HO
Gt Gt St
50 St CH Sp
Sp
DA GB
Gt
Gt St
Fr FF Sp Gt HO
Sp DA GB 0 Gt St
fmc
St Cl S Cg
0 St
St
CH fmc
Gt
0
St Cl S Cg GB 6.c
fmc
Cl S Cg (1) (2) (3)
Gt GB
0 (4) (5) (6)
6.a 6.b 6.d Cl S
fmc
Cg
(7)

Fig. 6 : Columnas sedimentológicas de las formaciones neógenas de la Cuenca Oriente:


6a -Formación Chalcana (sección del "Puente del Suizo", Cascales); 6b- Formación Arajuno
(sección de la carretera Puerto Napo-Santa Rosa y del río Arajuno); 6c- Formación Chambira
(sección del río Uchuculín, sinclinal de Tálag, oeste de Tena); 6d- Formación Mera (columnas
de la depresión de Santa Inés y de Mera). Ubicación de las columnas en la figura l

115
3. SEDIMENTOLOGÍA DE LOS DEPÓSITOS FLUVIALES NEÓGENOS

3.1. Fm Chalcana
La Fm. Chalcana aflora principalmente en los flancos y en el periclinal sur del Levantamien-
to Napo. Los mejores afloramientos conocidos se ubican cerca de Cascales, en la orilla del Río
Aguarico (fig. 6a) y en la carretera Tena-Puyo, a pocos kilómetros del puente sobre el Río Napo,
en dirección al Puyo.
La mayor parte de los sedimentos encontrados a lo largo de la sección del Río Aguarico son
depósitos finos (arcillolitas, limolitas), intercalados con finos lentes de areniscas finas a medias.
Pocas estructuras sedimentarias pudieron ser identificadas. Las litofacies identificadas (tabla 1)
son de tipo Fr, Fsm y P en los sedimentos finos, y Sh-St en las areniscas. Litofacies St fueron
encontradas en los lentes de areniscas, las mismas que pueden interpretarse como canales de
crevasse (elemento de tipo CR, en tabla 2). La asociación de facies Fr, Fsm y P en las arcillolitas
y las limolitas es interpretada clásicamente como característica de ambientes de llanura de inun-
dación. Este tipo de asociación de elementos arquitectónicos con un importante desarrollo de
la llanura de inundación con depósitos de crevasse splay, puede ser interpretado como un tipo
de río meandriforme de baja sinuosidad con carga sedimentaria fina (sandy meandering; Miall,
1996), o como ríos anastomosados comparables a los ríos de la llanura amazónica actual. La
ausencia de depósitos correspondientes a los canales principales indica que la sección está ubica-
da en una zona interdistributaria. El estudio de paleocorrientes (fig. 7a), indica dos direcciones
principales: una NO-SE y la otra N-S. Estos datos pueden ser interpretados como resultado de
un drenaje perpendicular a la Protocordillera Andina desembocando en un tributario, paralelo
a la misma cordillera.

3.2. Fm Arajuno
La Fm. Arajuno aflora principalmente a orillas del Río Napo y del Río Arajuno. Se han
encontrado también buenos afloramientos en la carretera Puyo-Tena y Puerto Napo-Santa
Rosa. Esta formación (fig. 6b) está constituida principalmente por areniscas finas a gruesas,
conglomerados intercalados con limolitas y arcillolitas rojizas. En las areniscas, se han encon-
trado litofacies (tabla 1) de tipo St y Sh. En los conglomerados sólo se han encontrado facies
correspondientes a procesos de transporte de sedimentos por tracción (Gh, Gp, Gs y Gt). En las
limolitas y las arcillolitas, se identificaron facies Fl, Fsm y P. Estas litofacies pueden ser agrupadas
en elementos arquitectónicos de tipo LA (tabla 2), DA o FF. La coexistencia de elementos LA y
DA demuestra que el estilo fluvial de la Fm. Arajuno correspondía a un sistema de tipo divagan-
te de baja sinuosidad con carga sedimentaria gruesa, donde se han encontrado conglomerados
gravel wandering, y a meandros con carga arenosa de baja sinuosidad sandy meandering donde
la granulometría es menor.
El estudio de las paleocorrientes (fig. 7b) muestra dos direcciones principales de drenaje:
ONO-ESE o cerca de O-E y N-S, igual a lo encontrado en la Fm. Chalcana. Se puede notar
que posiblemente el eje del drenaje longitudinal se desplazó hacia el este.

3.3. Fm Chambira
La Fm. Chambira aflora esencialmente en la Depresión Pastaza, a lo largo del Río Napo, y
en el sinclinal de Talag al oeste de Tena. La mayor parte de la formación (fig. 6c), está formada

116
Dinámica de la Cuenca de Ante-país Oriente desde el Paleógeno:
Relaciones Tectónica - Erosión - Sedimentación

78°00 'W 77°00' 76°00' 75°00' 78°00 'W 77°00' 76°00' 75°00'

0°00' 0°00'
44medidas 58medidas
Quito Quito

Eje de drenaje 73medidas

Tena
85medidas
1°00' Tena 1°00'

62medidas 82medidas

Puyo 75mesures
Puyo Eje de drenaje
92medidas
2°00' 2°00'

Macas Macas
Fm.
Curaray
Patuca Patuca
Fm.
Arajuno
0 50 100Km Santiago 0 50 100Km
Santiago

a b
78°00 'W 77°00' 76°00' 75°00' 78°00 'W 77°00' 76°00' 75°00'

130medidas
0°00' 0°00'
Quito Quito
47medidas

Eje de drenaje
Abanicos
Tena Tena
Mesa/Mera
1°00' 1°00'
42mesures
30medidas
81medidas 48medidas
Puyo Puyo
Fm.
52medidas Curaray
2°00' 2°00' 35medidas

Macas Fm. Macas


Chambira
Patuca Patuca
65medidas

Santiago 0 50 100Km 0 50 100Km


Santiago

c d
Fig. 7 : Mapa de paleocorrientes de las formaciones neógenas de la Cuenca Oriente: 7a Forma-
ción Chalcana; 7b- Formación Arajuno; 7c- Formación Chambira; 7d- Formación Mera

de conglomerados con una mayoría de clastos de cuarzo lechoso con matriz arcillo-arenosa
cuarzosa. En la parte basal, se encontraron litofacies tipo Gt.
Las paleocorrientes (fig. 7c), tienen una dirección principal que va de NO-SE a E-O, indi-
cando un drenaje transversal. Parece que el drenaje longitudinal identificado en la Fm. Chalca-
na y Arajuno desaparece en la Fm. Chambira.

3.4. Fm Curaray
La Formación Curaray está descrita como el equivalente hacia el este de las formaciones Ara-
juno y Chambira (Tschopp, 1953; Baldock, 1982; Baby et al., 1999a). Puede además ser consi-
derada como el equivalente en la Cuenca Oriente de la Formación Pebas conocida en la Cuenca
Marañón (Roddaz et al., 2005; 2010); esta formación se compone de areniscas con estructuras

117
de marea. Se encontró también fauna marina (Bristow & Hoffstetter, 1977), caracterizada por
tortugas marinas y cocodrilos. Esta fauna y las estructuras sedimentarias permiten interpretar a
la Fm. Curaray, como resultado de ambientes costeros (estuarios?). No se pudo evidenciar una
dirección de paleocorrientes nítida en estos depósitos.

3.5. Fm. Mera


La Formación Mera aflora principalmente en los márgenes del Río Pastaza, donde forma las
paredes de sus terrazas aluviales holocenas. Constituye un abanico de piedemonte cuyo apex se
ubica a algunos kilómetros aguas arriba de Shell. El abanico actual del Pastaza (Ver Bès de Berc
et al, este libro), se sobrepone en parte al abanico de la Fm. Mera. Los mejores afloramientos
conocidos de la Fm Mera se ubican en la depresión de Santa Inés (Bès de Berc et al., este libro)
y al nivel de Shell y Mera. La formación está conformada por depósitos gruesos (fig. 6d), esen-
cialmente constituidos de material volcánico (clastos y matriz arenosa a conglomerática) y en
menor proporción de clastos de granito o de rocas metamórficas. Esos componentes constitu-
yen a veces lentes, donde están representados la mayoría de los clastos. La granulometría de los
depósitos es muy gruesa y sus elementos alcanzan a veces más de 1 m de diámetro. Las litofacies
encontradas son de tipo Gp, Gt, Gmm et Gmt y también Sp y Sh, dispuestas en lentes, en los
conglomerados. Estas facies pueden ser agrupadas en elementos arquitectónicos de tipo GB (Gp
y Gt), SG (Omm, Gmt) y SB (Sp, Sh). Esta asociación de barras de gravas (GB) y flujos de
bloques (con poco lodo en ese caso) es típica de ríos entrenzados con doble régimen hidráulico,
ubicados en la cabecera del abanico aluvial, donde se producen frecuentes debris flows. En ese
caso, los elementos SB preservados, pueden ser interpretados como dunas de arenas depositadas
durante el descenso del agua luego de una crecida. Ese estilo fluvial, es muy parecido al drenaje
observado actualmente en el Río Pastaza.
Los datos de paleocorrientes indican una corriente principal O-E, separándose en corrientes
SO-NE y NO-SE hacia el este (fig. 7d).

4. DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LOS SEDIMENTOS

Para este tema hemos realizado mapas isópacos, en base a un banco de datos de más de 220
pozos exploratorios en la cuenca. Según la formación estudiada, el número de pozos utilizado
para interpolar los mapas isópacos, varía entre 70 y 220. El algoritmo de interpolación utilizado
es de “mínima curvatura”.

4.1. Paleógeno
Los isópacos del Miembro Tiyuyacu inferior muestran un espesor que varía de 20 a 450m
(fig. 8a). Dos aéreas de poco espesor aparecen en la zona subandina (controladas por aflora-
mientos) y en la zona oriental de la cuenca. Entre esas dos zonas, se observa un eje depositacio-
nal de orientación N-10° Este. En este eje, se ven dos depocentros, uno en la parte norte, y otro
al sur del corredor Sacha-Shushufindi. Un último depocentro se ubica en la parte centro sur
de la cuenca. Es importante acotar que aparte de esos depocentros de importancia regional, se
encuentra una cantidad de depocentros locales de tamaño kilométrico.
Los isópacos de la sección sedimentaria: Miembro Tiyuyacu superior/Orteguaza (fig. 8b)
(que no parecen separadas por superficies de erosión), muestran un espesor que varía entre 200

118
Dinámica de la Cuenca de Ante-país Oriente desde el Paleógeno:
Relaciones Tectónica - Erosión - Sedimentación

78°00 'W 77°00' 76°00' 75°00' 78°00 'W 77°00' 76°00' 75°00'

0m
20 300m
Lago
LagoAgrio Lago
LagoAgrio
CAYAMBE CAYAMBE
Agrio Agrio
RÌo 0∞00' RÌo

300m
0°00' Ag Ag

450m
REVENTADOR REVENTADOR
ua ua
rico rico
Quito Quito
Coca Coca m
RÌo 350 RÌo
Na Na

0m
SUMACO SUMACO
po

400m
po

m
ANTISANA
ANTISANA ANTISANA
ANTISANA

200
25
50

300
350m

3
0m

m
m
30
250m 0m
Tena Tena

350m
45

30
1°00' 1∞00'
0m

350m
400
m

m
200
RÌo RÌo
Cura Cura
ray ray

350
300m

Puyo Puyo

m
200m
150m

100m

0m
0m

2°00' 25 2∞00'
250m

30
400m

400m
Macas RÌo Macas RÌo
Pas Pas
Patuca taza Patuca taza

Santiago 0 50 100Km Santiago 0 50 100Km

a b
78°00 'W 77°00' 76°00' 75°00' Valle interandino
0m

Cordillera Oriental
100

Lago
LagoAgrio
CAYAMBE
Agrio
0°00' RÌo
Ag Post-oligoceno
Zona Subandina
REVENTADOR
ua
rico
Pre-oligoceno
Quito
Coca
RÌo
SUMACO Na
ANTISANA
ANTISANA
po
Curvas isopacas con valor en metros
1°00'
Tena
RÌos Principales

RÌo
Cura
ray
Puyo
35
00
m

500
2°00' m
3000

Macas RÌo
Pas 100
m

Patuca taza 0m
200
0m
500m

Santiago 0 50 100Km

Fig. 8 : Mapas isópacos de las formaciones paleógenas y neógenas de la Cuenca


Oriente: a - Formación Tiyuyacu (Mb. Inferior); b - Formaciones Tiyuyacu (Mb.
Superior) y Orteguaza; c -Formaciones neógenas

y 440 m, con contrastes débiles de espesor, observándose esencialmente 2 depocentros: uno,


complejo, en el norte de la cuenca; y el otro en el suroeste, junto a la frontera con Perú.

4.2. Neógeno
Los depósitos neógenos de la Cuenca Oriente, presentan un eje depositacional alineado en
dirección Nl0°-N20° (fig. 8c), siguiendo la morfología actual de la cordillera. El depocentro se
ubica en la Depresión Pastaza. En las secciones sísmicas, las relaciones estratigráficas demues-

119
tran que el conjunto sedimentario Arajuno/Curaray sobreyace a la Formación Chalcana en
onlap en la parte este de la cuenca, sellando las estructuras de Tiputini (Rosero, 1999).

5. CUANTIFICACIÓN DE LAS EROSIONES TERCIARIAS

5.1. Datos y métodos


5.1.1. Métodos
Los indicadores térmicos de baja o semi-baja temperatura, presentan características físicas o
químicas, que registran la historia térmica de la cuenca, y así el hundimiento y/o erosión de la
misma (Shi et al., 2000). En este estudio, utilizamos la reflectancia de vitrinita (Ro) y el análisis
de trazas de fisión de apatita (AFTA), que son consideradas como las herramientas más adecua-
das para este tipo de trabajo.
La vitrinita es un gel (macerado) derivado de las plantas superiores ligníticas, luego de
su descomposición química y gelificación. Con el incremento de madurez de la vitrinita, su
composición química, estructura y características ópticas, sufren cambios. La reflectancia de
vitrinita, está ligada a la acción de la temperatura y del tiempo y es irreversible (Peters & Cassa,
1994; Shi et al., 2000) Ésta registra la historia del enterramiento sedimentario.
La apatita es un mineral que se encuentra en la mayoría de depósitos arenosos. Una traza de
fisión de apatita (AFT) es la zona disturbada en la estructura del cristal de apatita, causada por
la fisión generada por la descomposición radioactiva (Bray et al., 1992; Shi et al., 2000). Una
traza fresca, es una zona cilíndrica, que termina por dos extremidades cónicas. Cuando hay un
aumento del enterramiento sedimentario y por ende de la temperatura, las trazas se adelgazan y
se retraen, desapareciendo a partir de 110°C. Este fenómeno es conocido como track annealing.
Si la temperatura disminuye como consecuencia de una disminución de la profundidad de en-
terramiento (por ejemplo durante una erosión), nuevas trazas se forman durante el nuevo paso
por la isoterma 110°C. Cuando las trazas frescas se conservan, estas pueden ser datadas, éste
es un método cuantitativo que permite estimar paleo-temperaturas y espesores de sedimentos
erosionados, así como las velocidades de erosión, cuando la edad de la traza de fisión es inferior
a la edad estratigráfica.
Para realizar las modelizaciones de los indicadores de paleo-temperaturas, se utilizó el pro-
grama Genex Single Well versión 2.2 (IFP, BEICIP-FRANLAB, 1995), que es un programa de
simulación matemática que permite modelar la madurez de las rocas madres. Este programa
reproduce la historia térmica, subsidencia y erosión de las cuencas sedimentarias. Luego de ca-
librar la termicidad, la modelización se hace por el método de ensayos y errores entrando varias
posibilidades de columnas sedimentarias, donde se hacen variar los espesores de sedimentos
erosionados.

5.1.2. Datos
Los datos fueron obtenidos dentro del convenio IRD-PETROPRODUCCIÓN y corres-
ponden principalmente a datos de roca madre: valores de reflectancia de vitrinita (Ro) y tipo
de kerógeno. Estos datos provienen de pozos petroleros y afloramientos. Las muestras para la
reflectancia de vitrinita (tabla 3), provienen de Napo Basal (cf. Barragán et al., este libro), que
es la roca madre principal de la Cuenca Oriente (Tschopp, 1953; Rivadeneira, 1986; Jaillard,
1997; Bernal, 1998), y corresponde a lutitas y calizas marinas, ricas en materia orgánica. Una

120
Dinámica de la Cuenca de Ante-país Oriente desde el Paleógeno:
Relaciones Tectónica - Erosión - Sedimentación

muestra para AFTA, fue tomada en la Formación Misahuallí que aflora solamente en la zona
subandina. Esta muestra proviene de Patuca (Cordillera de Cutucú). La Formación Misahuallí
corresponde a una secuencia volcano-detrítica, derivada del arco volcánico del mismo nombre,
desarrollado en el Jurásico Superior (Romeuf et al., 1995). Para estimar las temperaturas del
subsuelo y así caracterizar su estado térmico actual, hemos compilado valores de temperaturas
de fondo de pozo (BHTs), a partir de los registros de más de 100 pozos de la Cuenca Oriente.
El punto de partida en la reconstrucción de la historia térmica de una cuenca es el actual,
donde se puede medir la termicidad. La medida más utilizada para estimar la termicidad de la
corteza es el flujo de calor heat flow (cantidad de calor que atraviesa una superficie dada por
unidad de tiempo). No obstante, los estudios de flujo de calor en cuencas sedimentarias, son
generalmente más difíciles y raros que sobre el basamento cristalino. En efecto, las rocas sedi-
mentarias tienden a tener permeabilidades más altas y están más expuestas a perturbaciones
hidrológicas (Lee & Deming, 1999). En el presente caso, no poseemos datos de termicidad de
alta precisión. Los datos disponibles son las temperaturas de fondo de pozo (BHTs), tomados
de los registros de pozos petroleros. Para la calibración utilizamos el pozo Bobonaza-1, puesto
que está situado en la zona actualmente más profunda de la Cuenca Oriente, y a priori la me-
nos sometida a erosión. La calibración del pozo Bobonaza-1, realizada con el programa Genex
(BEICIP-FRANLAB, 1995), da como resultado un valor de flujo de calor en esta parte de la
Cuenca Oriente de 20 mW/m2 a nivel del basamento (fig. 9A). Este valor es normal para una
cuenca de ante-país (BEICIP FRANLAB, 1995).

5.2. Resultados
5.2.1. Trazas de fisión
Las edades de las trazas de fisión de apatita y sus longitudes están fuertemente correlaciona-
das con la solubilidad de su grano de apatita “anfitrión”, en muestras que han experimentado un
tiempo de residencia significativo, a temperaturas superiores a aproximadamente 70 °C (Burt-
ner et al., 1994). El parámetro utilizado para cuantificar la solubilidad es nombrado “Dpar”
(Donelick Analytical, Inc. 2000). Éste es el diámetro máximo de la traza de fisión de apatita

Pozo/ afloramiento Formacón Profundidad (m) Ro

Bobonanza-1 Napo -4108 0.58

Bobonanza-1 Napo -4187 0.58

Bobonanza-1 Napo -4309 0.59

Amazonas -1 Napo -2901 0.57

Amazonas -1 Napo -2987 0.58

Amazonas -1 Napo -3022 0.61

Shaime Napo afloramiento 0.59

Tabla 3

121
paralelo al eje cristalográfico “C”, en la intersección con la superficie pulida de la apatita. Las
trazas de fisión de los granos de apatita que presentan pequeños valores de Dpar, sufren gene-
ralmente un “annealing” rápido. Para un valor de Dpar de 1,50 µm (una apatita rica en flúor),
las trazas de fisión generalmente no resisten una temperatura superior a 100 °C. Para un valor
de Dpar de 3,00 µm (una apatita rica en cloro), las trazas de fisión pueden resistir hasta más de
150 °C (Donelick, 2000).
En la muestra de la Formación Misahuallí de Patuca (fig. 9B), aparecen dos poblaciones de
trazas de fisión de apatita: una población dominante, con un annealing rápido con un Dpar de
1,67 µm, y una población con annealing lento para un Dpar de 3,03 µm. Hemos modelado
las dos poblaciones con el programa AFTsolve (Donelick Analytical, Inc. Versión l. 2., 2000),
considerando las limitantes geológicas como la temperatura actual de superficie y la evolución
geodinámica supuesta de la cuenca. El modelo ha podido así ser afinado, jugando sobre estos
parámetros. Las trazas de fisión más jóvenes de Dpar =1,67 µm son estimadas a 33,9 ±2,9 Ma
para una longitud de traza de 14,3 ± 1,0 µm. En esta población, la edad de la traza de fisión
más antigua, ha podido ser modelada hasta hace 46 Ma (fig. 9B). Esta edad representaría el
inicio de un período de enfriamiento (timing of cooling), donde la muestra de Patuca remontó
a la isoterma de 110°C. La población de trazas de fisión de Dpar =3,03 µm, que solo puede ser
anulada a partir de 150 °C, da una edad de trazas de fisión más antigua (174 ±48 Ma), para una
longitud de traza de 12,0 ± 1,6 µm. Representa la edad estratigráfica de la Formación Misahua-
llí (muestra de Patuca), que ha sido estudiada en esta región por Romeuf et al. (1995).

5.2.2. Reflectancia de la vitrinita
No hay evidencias de grandes variaciones del flujo de calor, ligados a una variación del
espesor (adelgazamiento) de la corteza, en la parte sur de la Cuenca Oriente desde el Cretácico
superior, puesto que la misma funciona desde esta época, como una cuenca de ante-país (cf. Ba-
rragán et al., este libro). Además el arco magmático del Jurásico medio (Misahuallí), se emplazó
sobre una corteza continental relativamente normal (Romeuf et al., 1995). Hemos considerado
entonces para estas modelizaciones un flujo de calor constante de 20 mW/m2 (fig. 9A), en la
parte inferior del basamento (corteza y parte superior del manto) y un espesor promedio del
basamento de 45 km. En el caso de Patuca, hemos reconstituido la columna sedimentaria ero-
sionada, a partir de 46 Ma, que corresponde a la edad de sobrepaso de la isoterma 110°C, como
lo muestra la modelización del AFTA (fig. 9B). La isoterma 110 °C es así modelada bajo una
columna sedimentaria de 4,2 km de espesor (fig. 9C). De acuerdo a los parámetros geológicos
regionales, este espesor de sedimentos erosionados (tomando en cuenta la compactación), a
partir de 46 Ma correspondería a una columna sedimentaria con la probable composición en
ese tiempo de 240 m de la Fm. Hollín, 270m de la Fm. Napo inferior, 290m de la Fm. Napo
superior, 900 m de la Fm. Tena y 2.500 m de la Formación Tiyuyacu inferior.
En el pozo Bobonaza-1, ya modelado para la termicidad (fig. 9A), los datos de reflectancia
de vitrinita, muestran una buena concordancia con las curvas obtenidas por la simulación Ge-
nex (fig. 9E). Esta concordancia indica que los sedimentos correspondientes a la sección mues-
treada (Fm. Napo), están actualmente en su máxima profundidad y que por lo tanto, no ha
existido erosión reciente. La columna sedimentaria del pozo Bobonaza-1, está compuesta por
138m de la Fm. Hollín, 243m de la Fm. Napo inferior, 133m de la Fm. Napo superior, 341 m
de la Fm. Tena, 396 m de la Fm. Tiyuyacu inferior, 91 m de la Formación Tiyuyacu superior,

122
Dinámica de la Cuenca de Ante-país Oriente desde el Paleógeno:
Relaciones Tectónica - Erosión - Sedimentación

A B

C D

Patuca Shaime

E F

Bobonaza-1 Amazonas-1

Fig. 9: A : Flujo de calor en la parte sur de la Cuenca Oriente, calibrado en el pozo Bobonaza-1. B: Mo-
delización en AFTsolve, de las poblaciones de trazas de fisión en las apatitas de Patuca. La línea con-
tinua muestra el "camino" de evolución de la temperatura en función del tiempo. C: Reconstitución
(Genex), de la posible columna sedimentaria en Patuca, antes del enfriamiento. D: Reconstitución
de la posible columna sedimentaria, en Shaime antes de la erosión. E : Modelización Genex, en base
a la reflectancia de vitrinita, pozo Bobonaza-1. F: Modelización Genex, en base a la reflectancia de
vitrinita, pozo Amazonas-l. Ubicación de las localidades y pozos en Figura 1

123
334 m de la Fm. Orteguaza, 2.811 m de sedimentos Oligoceno Superior al Actual. La erosión
del Eoceno Medio, que tiene una extensión regional (Valdez Pardo, 1997; Baby et al., 1998;
Christophoul et al., 2002), pero cuyo espesor de sedimentos erosionados es desconocido, puede
ser deducida de este modelamiento. En efecto, en nuestro modelo, hemos debido imponer
aproximadamente una erosión de 600 m de la Formación Tiyuyacu Inferior.
Para el pozo Amazonas-1, ingresando una erosión del Eoceno medio comparable a la del
pozo Bobonaza-1, la simulación (fig. 9F), muestra que la columna sedimentaria alcanza su pro-
fundidad máxima y su pico de temperatura durante el Mio-Plioceno, antes de ser erosionada en
800 metros. La ausencia de un conocimiento estratigráfico y bioestratigráfico preciso, dentro de
los sedimentos continentales neógenos de la cuenca de ante-país, no permite conocer con exac-
titud, el inicio del proceso de erosión. La columna sedimentaria actual del pozo Amazonas-1,
está compuesta de 81 m de la Fm. Hollín, 257m de la Fm. Napo inferior, 127m de la Fm.
Napo Superior, 240m de la Fm. Tena, 324m de la Fm. Tiyuyacu inferior, 77 m de la Formación
Tiyuyacu Superior, 350m de la Fm. Orteguaza, 1696 m de sedimentos del Oligoceno superior
al Mioceno Superior.
Para la muestra de Shaime (afloramiento), impusimos a este modelamiento, una erosión de
1.000 m en el Eoceno medio, lo cual corresponde a un valor intermediario entre los resultados
de Patuca y de Bobonaza-1. El espesor de la columna sedimentaria erosionada y necesaria para
obtener el valor de Ro de 0,59 para la muestra de la Formación Napo, es de aproximadamente
4.000 m (fig. 9D). Los espesores de las diferentes formaciones son tomados de los pozos cerca-
nos como Bobonaza-1 y Macuma-1 (ubicación fig. 1).
Se puede calcular la erosión a partir del gradiente geotermal. Este método permite un acer-
camiento más global para evaluar la erosión. La estimación de la cantidad de sección removida
por levantamiento y erosión, puede ser hecha considerando una misma paleogradiente geoter-
mal, dentro de la sección preservada y la sección removida (Bray et al., 1992; 1998). Ciertas
hipótesis deben ser planteadas: el paleo-gradiente geotermal en la sección preservada es lineal y
puede ser extrapolado, como una línea recta hacia la temperatura de la paleosuperficie (mismo
gradiente); la temperatura de superficie se supone conocida durante la erosión (fig. 10A). La
cantidad de sección removida (Zn) está dada por la ecuación:
• Zn =(Ti- Tsp) /(dT/dz)p (1).
• Ti: paleotemperatura en la superficie actual.
• Tsp: temperatura de la paleosuperficie.
• (dT/dz)p: paleogradiente geotermal.

Para calcular el gradiente geotermal actual de la Cuenca Oriente, utilizamos las temperatu-
ras de fondo de pozo, con las cuales hemos estimado un valor promedio del mismo al hacer una
curva de regresión lineal de los valores de temperatura en función de la profundidad (fig. 10b).
El valor obtenido para el gradiente geotermal promedio es de 22 °C/Km. Cabe anotar que, no
hemos encontrado en publicaciones anteriores un acercamiento a la estimación del gradiente
geotermal de la Cuenca Oriente, utilizando solamente el valor de gradiente geotermal teórico
normal de 30 °C/Km. En nuestro caso (AFTA de Patuca), no es posible tener un paleo-gradien-
te geotermal, a partir de los datos disponibles. Visto el contexto geodinámico y geotérmico de la
Cuenca Oriente (fig. 9A) hemos utilizado un gradiente geotermal constante. Así al reemplazar
los valores en la ecuación (1) queda:

124
Dinámica de la Cuenca de Ante-país Oriente desde el Paleógeno:
Relaciones Tectónica - Erosión - Sedimentación

A B

Fig. 10 : A: Método de estimación de sedimentos erosionados, a partir de datos de paleotem-


peraturas (Bray et al., 1998), donde: Ti: paleotemperatura en la superficie actual; Tsp: tempe-
ratura de la paleosuperficie; (dT/dz)p: paleogradiente geotermal. B: Estimación del gradiente
geotermal promedio en la Cuenca Oriente, en base a temperaturas de fondo de pozo

• Zn= (110 - 20)/22


• Zn= 4,1 Km

Este resultado es comparable al obtenido con el modelamiento con GENEX, en base al


flujo de calor.

6. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

6.1. Paleógeno
Muchos autores (Fauchet & Savoyat, 1973; Aspden & Litherland, 1992; Baby et al., 1999a;
Christophoul et al., 1999), han propuesto que la Cuenca de ante-país Oriental inició su de-
sarrollo con la progresiva emersión de la protocordillera entre la zona de forearc y la Cuenca
Oriente. Un estudio reciente de Spikings et al. (2000), presenta resultados de trazas de fisión
de apatita y de zircón. Esos datos corresponden a tres cortes a través de la Cordillera Real. Los
resultados muestran que hubo dos períodos de exhumación rápida, durante el Eoceno y el
Neógeno. El período de exhumación durante el Eoceno puede ser considerado como la firma
de un evento tectónico en la cordillera. Se puede correlacionar esta intensa exhumación con la
acreción del bloque Piñón en la Costa (Van Thournout et al., 1992; Jaillard et al., 1997; Pecora
et al., 1997). Se supone que esa exhumación acompañó a un levantamiento (posiblemente
mediante corrimientos), que produjo un ascenso de la cordillera y, una flexura de la placa sura-
mericana bajo el peso de la misma. En la Cuenca Oriente, se hace evidente la elevación de las
fuentes de sedimentos y la flexura, por el inicio de la sedimentación fluvial y su acumulación
(consecuencia de la subsidencia), en el piedemonte (Miembro Tiyuyacu inferior). Ese fenóme-
no correspondería a un período de tectonic loading. Más al este en la cuenca, este evento tectó-
nico en la cordillera se manifiesta por una inversión de las estructuras pre-cretácicas, iniciando
discordancias progresivas locales (Baby et al., 1999a; 1999c; Christophoul, 1999). Durante el
Eoceno Medio y Superior, la exhumación continúa fuertemente en la Cordillera. En la Cuenca
Oriente, se observa un importante cambio sedimentológico, así:

125
• Se forma una superficie erosiva regional (base del Miembro Tiyuyacu superior).
• Aumenta la madurez de los sedimentos (el porcentaje de clastos cuarzosos, se incre-
menta, y los clastos son más redondos, mostrando un transporte más largo).
• En la parte proximal de la cuenca (zona subandina actual), el Miembro Tiyuyacu infe-
rior se encuentra erosionado (totalmente en ciertas partes).
• Las discordancias progresivas identificadas en el Miembro Tiyuyacu inferior desapa-
recen.

Estas constataciones muestran un cambio geodinámico importante. La exhumación en la


cordillera, junto con la erosión del Miembro Tiyuyacu inferior, demuestra que durante el Eoce-
no Medio y Superior, hubo levantamiento y erosión (siendo alimentado con más sedimentos el
miembro Tiyuyacu superior) de la cordillera, sin subsidencia relacionada en la cuenca de ante-país
(erosión del Miembro Tiyuyacu inferior). La modelización de la AFTA de Patuca (fig. 9C, fig. 11),
confirma esa hipótesis de exhumación más importante en la cercanía de la Cordillera Oriental y
en la zona subandina. Así, se puede pensar que ese levantamiento sin subsidencia corresponde
a un periodo de erosional unloading. Esa calma tectónica se confirma con la terminación de la
inversión de las estructuras pre-cretácicas en la cuenca. En términos de paleomorfología, la ma-
durez sedimentaria indica un aumento del transporte, que puede ser relacionado a una erosión
regresiva que alarga los tributarios principales. Esto está confirmado por la ocurrencia en la matriz
de los conglomerados del miembro Tiyuyacu superior, de arcillas azules conocidas en la Cordillera
Occidental (Valdez Pardo, 1997), y con el cambio de fuente sedimentaria entre los miembros
Tiyuyacu inferior y superior sugerido por Ruíz (2002). La modelizaciones de pozos más al este en
la cuenca, demuestran que hubo más erosión en la zona Subandina y que el espesor erosionado
se reduce hacia el este. Esa observación confirma la hipótesis del erosional unloading con una dis-
minución del levantamiento reduciéndose hacia la parte distal de la cuenca (Catuneanu, 2004).
Al fin del Eoceno o principios del Oligoceno, la exhumación en la cordillera se reduce (Spikings
et al., 2000). En la cuenca de ante-país, se observa una reducción de la tasa de sedimentación y la
aparición de depósitos marinos (Fm. Orteguaza). Los resultados de Delfaud et al. (1999) indican,
en base al análisis de minerales arcillosos, que la cordillera está bajo los 1.000 m de altura. Esta
detención de la exhumación, junto con este dato de la cordillera con una altura promedia baja,
indica que el proceso de erosional unloading siguió durante el Eoceno Medio Superior y durante el
Oligoceno. La reducción de altura indica una tasa de surrección/erosión < 1, lo que significa que
la cordillera pasó progresivamente, de un estado de evolución de topografía de steady state, durante
el Eoceno Inferior (Mb. Tiyuyacu inferior), a post steady state del Eoceno Medio hasta el Oligoceno
(Mb. Tiyuyacu superior y Fm. Orteguaza).

6.2. Neógeno
El estudio sedimentológico de los depósitos fluviales neógenos de la Cuenca Oriente, de-
muestra que el sistema fluvial evolucionó, desde una llanura aluvial (Fm. Chalcana), hasta un
sistema de abanicos aluviales de piedemonte (Fm. Chambira y Mera). Al mismo tiempo, el
drenaje cambió, desde un drenaje esencialmente longitudinal, a un drenaje transversal. Este tipo
de evolución demuestra que, la Cuenca Oriente pasó de una cuenca de ante-país subalimentada
a sobrealimentada (sensus Jordan, 1996). Además, el aumento progresivo de la granulometría
promedio de los depósitos, se puede correlacionar con el aumento de la potencia de los ríos y,

126
Dinámica de la Cuenca de Ante-país Oriente desde el Paleógeno:
Relaciones Tectónica - Erosión - Sedimentación

asimismo, con el aumento general de su pendiente, como se ha demostrado en otras cuencas, por
ejemplo en la cuenca de ante-país de los Alpes, i.e. Homewood et al. (1986). Esta observación,
empata con los resultados de otros trabajos, como los de Delfaud et al. (1999), que demuestran,
en base a análisis de minerales arcillosos, que la cordillera era bastante baja (inferior a los 1.000
m de altura) al fin del Oligoceno y, que esa altura no dejó de subir durante todo el Neógeno.
Por otra parte, los estudios de surrección de la Cordillera Real, deducidos de trazas de fisión de
apatita y zircón por Spikings et al. (2000), muestran que hubo dos episodios, con fuertes tasas
de exhumación, en el Mioceno Inferior y Superior. Esto permite suponer, que por lo menos la
relación surrección/erosión era positiva (relieve en pre-steady state). Una evolución de ese tipo,
en términos de potencia de ríos, ha sido también reconocida en la Cuenca Subandina de Bolivia
(Horton & DeCelles, 2000). Pero, al contrario de las cuencas subandinas de Bolivia, Perú (Gil
Rodríguez, 2001; Gil Rodríguez et al., 2001) y Colombia (Cooper et al., 1995), que formaron
varios depocentros (que fueron progresivamente integrados al prisma orogénico, mientras los
corrimientos progresaban hacia el este), en Ecuador, la depositación de los sedimentos se hizo
en un solo depocentro, con tasa de sedimentación promedia hasta el Pleistoceno Superior (Bès
de Berc, 2003). La surrección actual de la Cuenca Oriente, puesta en evidencia por la fuerte
incisión de las formaciones pre-holocénicas (Bès de Berc, 2003) por parte de los ríos actuales,
parece aumentar, haciendo pasar la cuenca de una zona de depocentro, a una zona de erosión,
aunque las otras cuencas subandinas siguen acumulando sedimentos (Baby et al., 1999b). La
evolución de la red de drenaje, y la progradación hacia el este de los sucesivos abanicos aluvia-
les revelada por este estudio, muestran que esos abanicos resultan de su propia expansión en
el borde de la cuenca de ante-país, y que no son dirigidos por la migración hacia la cuenca de
los corrimientos o un aumento de la tasa de acortamiento como es admitido clásicamente. Eso
supone que esa evolución resulta de otros procesos como el erosional unloading (Ver párrafo
precedente) u otro proceso de escala cortical.

Fig. 11 : Corte regional, mostrando los valores de erosión, calculados en el


contexto de la Cuenca de ante-país Oriente. Ubicación en figura 1

127
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130
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131
Hidroclimatología e Hidrosedimentología del Oriente Ecuatoriano

HIDROCLIMATOLOGÍA E
HIDROSEDIMENTOLOGÍA DEL
ORIENTE ECUATORIANO

Alain Laraque (1), Carolina Bernal (2), Rodrigo Pombosa (3), Jean Loup Guyot (4)

Resumen
En Ecuador, la hidroclimatología andina ha sido estudiada intensamente por el INAMHI
desde la segunda mitad del siglo pasado. Sin embargo, los estudios hidrológicos e hidrosedi-
mentológicos en la planicie amazónica empezaron en el año 2001 con el proyecto HYBAM
(convenio INAMHI/IRD), en una región que constituye la puerta oriental de acceso del Ecua-
dor al resto del continente sudamericano.
Los regímenes pluviométricos e hidrológicos, así como los caudales anuales, presentan una
gran variación espacial en relación a los importantes cambios fisiográficos de sus cuencas (ej.,
relieve, clima). Las precipitaciones medias interanuales del orden de 400-900 mm.año-1 en la
Cordillera Real, aumentan en dirección a la planicie amazónica, donde alcanzan los 3.000 mm.
año-1, pero con regímenes más regulares que en los Andes. La variación espacial de los escurri-
mientos se nota a través de los caudales específicos que varían de 5,3 hasta 155 l.s-1. km-2. En
total, son cerca de 150,109 m3 de agua que salen anualmente de las principales estaciones hidro-
lógicas de las cuencas del Aguarico, Napo, Pastaza y Santiago. El Napo es el río oriental más cau-
daloso, seguido por los ríos Santiago y Pastaza, con 2.200, 1.640 y 750 m3.s-1 respectivamente.
Existen también datos hidrosedimentológicos de los Andes desde el año 1970, provenientes
del INECEL y del INAMHI, pero en la planicie amazónica las primeras mediciones empezaron
en el año 2001 con el mismo proyecto HYBAM. La Cuenca del Napo es también la mayor
cuenca fluvial amazónica ecuatoriana en cuanto a flujos sólidos (58.103 ton.día-1). Casi la mi-

(1)
UMR GET (CNRS-IRD-UNIVERSITÉ DE TOULOUSE 3), France; Tel.: +33.
(0)4.67.16.31.90 (alain.laraque@ird.fr)
(2)
EPN, Ladrón de Guevara E11–253, Quito, Ecuador (isabel.bernal@epn.edu.ec)
(3)
INAMHI, Iñaquito N36-14 y Corea, Quito, Ecuador (rpombosa@inamhi.gob.ec)
(4)
UMR GET (CNRS-IRD-UNIVERSITÉ DE TOULOUSE 3), IRD, Casilla 18
1209 - Lima 18, Perú (jean-loup.guyot@ird.fr)

133
tad de ese flujo sólido, proviene de la remoción de los sedimentos fluviales finos situados en
las primeras llanuras del piedemonte. En este sector, el gradiente hidrológico del río Napo, es
relativamente alto (35 cm.km-1), superior en más de 10 veces a aquellos de la planicie amazónica
central en Brasil, lo que implica una velocidad y una fuerza suficiente para erosionar su propio
cauce y mantener un curso relativamente rectilíneo.
Los flujos sólidos de los ríos Pastaza y Santiago son de 24,103 y 47,103 ton.día-1 respectiva-
mente.
Esta síntesis, mostró los papeles importantes que juegan la geodinámica s.l. (tectónica de las
placas, volcanismo, sismos), el clima, la geomorfología fluvial, así como de los factores antrópi-
cos, sobre las exportaciones de sedimentos.

Palabras claves: Ecuador, Napo, Pastaza, Santiago, climatología, hidrología, hidrosedimentológía.

Preámbulo
Este texto completa, 10 años más tarde, la primera edición del 2003, la cual constituye una
primera síntesis sobre la hidroclimatología de la Cuenca Amazónica Ecuatoriana que abordaba
la hidrosedimentología, solamente para la Cuenca del Napo, que es la principal Cuenca del
Oriente Ecuatoriano.
En esa época, los primeros balances hidrosedimentarios parecían sorprendentes, hasta des-
concertantes, ya que realzaban una erosión en el piedemonte andino, mientras que hubiésemos
esperado más bien sedimentación, en la entrada de las llanuras amazónicas. Más tarde, numero-
sos trabajos (memorias, tesis, publicaciones), confirmaron esos balances erosivos, entre los cua-
les podemos mencionar (Bès de Berc, 2003, 2005, Burgos et al., 2004; Cerón, 2004; Laraque
et al., 2004c, 2009; Bernal et al., 2007; Bernal, 2009; García, 2009; Armijos et al., 2013a). Así,
esta reedición retoma el texto original completándolo, actualizándolo y enriqueciéndolo, gracias
a una compilación de los principales resultados publicados desde entonces, que permiten exten-
der los estudios hidrosedimentológicos, particularmente a las dos otras principales cuencas del
Oriente Ecuatoriano (Pastaza y Santiago).
Estos trabajos, recalcan el interés de los estudios pluridisciplinarios, principalmente en la
convergencia de la hidrosedimentología, de la geomorfología fluvial y de la geodinámica. Ade-
más, esas miradas cruzadas, permiten comparar diferentes escalas de tiempo, en las cuales lo
instantáneo (caso de las erupciones volcánicas y de los sismos), se conjuga con el largo plazo de
los tiempos geológicos (efecto acumulativo de estos eventos puntuales, papel de la tectónica de
las placas y del clima), para explicar los complejos fenómenos naturales que modelan la vertien-
te oriental de la Cordillera Andina Ecuatoriana. Con este fin, algunos cuadros y figuras fueron
cambiados y otros nuevos (la mayor parte provenientes de la bibliografía), fueron agregados a
los de la primera versión.

Introducción
La Cuenca Amazónica Ecuatoriana, conocida como “Oriente”, tiene un área 135.600 km2
y corresponde a la mitad oriental de la superficie del Ecuador (fig. 1). Está constituida por la
vertiente oriental de los Andes y hacia el este, por la planicie amazónica, cubierta de selva hú-
meda. Esta área representa solamente el 2% de la superficie total de la gran Cuenca Amazónica.

134
Hidroclimatología e Hidrosedimentología del Oriente Ecuatoriano

Fig. 1: Red hidrográfica del Oriente Ecuatoriano y su situación dentro de la cuenca Amazónica

El desarrollo socio-económico del Oriente se relaciona directamente con la integración flu-


vial, lo que marca la importancia del conocimiento de sus regímenes hidrológicos. Algunos de
sus ríos podrían ser aprovechados para el intercambio económico con Perú y posteriormen-
te con Brasil; es el caso de los ríos Putumayo, Aguarico, Napo, Morona y Santiago. Existen
ya varios proyectos de integración fluvial multimodal, para comunicar los océanos Pacífico y
Atlántico (Georgescu, 1993). Además el potencial hidroeléctrico de estos ríos, empieza a ser
aprovechado con los embalses de Hydroagoyan y del Coca Codo Sinclair, respectivamente, en
las cuencas altas del Pastaza y del Napo.

135
Este capítulo, presenta una síntesis del conocimiento de los regímenes hidro-pluviométricos,
tomando en cuenta los datos históricos, los datos y resultados obtenidos por el proyecto HY-
BAM (2001-2003), que se transformó después en el observatorio ORE-Hybam (www.ore-hy-
bam.org) Este acaba de cumplir 10 años de monitoreo, los mismos que finalmente permiten
analizar y entender los procesos de transferencia sedimentaria en el “Oriente” Ecuatoriano.

1. LAS CUENCAS DEL ORIENTE

La Cordillera Andina, de orientación norte-sur, divide al Ecuador en dos regiones. Esta


división topográfica entre sus vertientes occidental y oriental fue denominada “la avenida de los
volcanes” por Humboldt (1825), en el inicio del siglo XIX, debido a la presencia de alrededor
de cincuenta edificios volcánicos, varios de los cuales están hoy en actividad. Esta columna ver-
tebral del Ecuador, cubierta de glaciares en sus cumbres, varía en altitud entre 4.000 y 6.300 m
y forma el límite natural de división de los escurrimientos.
La vegetación cambia muy rápidamente en función de la altura, pasando de un estado de
“puna” encima de los 3.000 m de altura, hasta una vegetación ecuatorial densa, que conti-
núa hacia las partes bajas muy húmedas. Esta cobertura vegetal correspondía en 1976 al 82%
(UNESCO, 1980), de la totalidad de la Cuenca Oriental Ecuatoriana, la cual se localiza entre
las latitudes N 0°20’ y S 4°30’, y las longitudes W 78° y W 75°.
El flanco este de la Cordillera Oriental Ecuatoriana (o Cordillera Real), cubre el 50% del
Oriente Ecuatoriano y tiene un fuerte relieve, que desciende desde los 6.000 m hasta los 500 m de
altura en solamente 100 km de distancia. En un ancho de 50 km, la zona subandina está compues-
ta de las cadenas montañosas de las Galeras en la Cuenca del Napo, como las del Cutucú y Cóndor
en la Cuenca del Santiago. Gran parte de las pendientes corresponden a las faldas de los volcanes y
están compuestas de rocas eruptivas, bajo la forma de coladas de lava, brechas, conglomerados, la-
hares y capas de cenizas volcánicas, entre otros. En el piedemonte, aparecen formaciones aluviales
cuaternarias, así como formaciones de edad paleozoica, mesozoica y cenozoica.

Tabla 1: Principales características de las cuencas amazónicas del Ecuador.


Ver la ubicación de las cuencas en la Figura 2. A.J. es para Antes la Junción;
D.J. es para Después la Junción. (Fuente: Laraque et al., 2007)

136
Hidroclimatología e Hidrosedimentología del Oriente Ecuatoriano

Fig. 2: Relieve, ubicación de las estaciones pluviograficas y distribución geográfica de los regí-
menes pluviométricos resultando de una Hierarchical Ascending Classification (HAC). Régimen
1 es bimodal con una estacionalidad marcada; el primer máximum esta en abril en la categoría
1-1 y en marzo en la categoría 1-2. Régimen 2 caracteriza una estacionalidad baja; en la cate-
goría 2-1 hay dos máxima relativas en abril y octubre; en la categoría 2-2 un relativo máximum
esta observado en junio. Los códigos de los ríos (letras) están listados en la Tabla 1 y los de las
estación (números) en el Anexo 1. Del norte al sur, las líneas gruesas subrayan los límites de las
cuencas del Napo, Pastaza y Santiago. Las altitudes están en metros sobre el nivel del mar (m).
(Fuente: Laraque et al., 2007, donde se explica y comenta el HAC)

La Cordillera Oriental, tiene una actividad volcánica y sísmica intensa, que se traduce a
menudo en erupciones de nubes de ceniza, seguidas de lahares y derrumbes muy frecuentes y
destructivos. Estos eventos están amplificados por las pendientes fuertes, la falta de consistencia
de los suelos, la existencia de numerosas fallas, y además por las intensas lluvias. Por fin, se debe
también tomar en consideración, el reciente impacto antrópico, con las construcciones crecien-
tes de carreteras y otras obras (oleoductos,…) en las laderas andinas. Todas estas características
favorecen la erosión y el enriquecimiento en “TSS” (Total suspended solids, por sus siglas en
inglés o MES: Material en suspensión), de los escurrimientos superficiales. Este TSS es trans-
portado por los ríos hasta las grandes llanuras amazónicas.
La red de drenaje oriental tiene su orientación hacia el este, perpendicularmente a la Cor-
dillera Oriental. De norte a sur, los principales ríos que salen del Ecuador hacia el este son: San
Miguel, Aguarico, Napo, Curaray, Tigre, Corrientes, Pastaza, Morona, Santiago y Chinchipe
(Ver tab. 1 y fig. 2). El río San Miguel marca la frontera con Colombia al noreste y pertenece

137
a la Cuenca del Río Putumayo. Este proviene de Colombia, atravesando el límite fronterizo, y
toma el nombre de Río Iça en Brasil, antes de desembocar en el Río Marañón/Amazonas. El
Río Aguarico, marca en la última parte de su curso, el límite con Perú en el extremo noreste
del Ecuador, antes de desembocar en la orilla izquierda del río Napo. Finalmente, en el Perú, el
Río Curaray se une por la orilla derecha del Napo, y el Río Corrientes con el Río Tigre también
por su orilla derecha. Los demás ríos llegan directamente a la orilla izquierda del eje principal
Marañón/Amazonas.
En el Ecuador las tres grandes cuencas hidrográficas orientales son en orden decreciente: las
del Napo (31.410 km2), Santiago (23.880 km2) y Pastaza (21.100 km2). La primera mitad de
la superficie oriental pertenece al sector “andino”, con relieve superior a los 500 m, mientras
que la segunda mitad, forma parte del dominio de las llanuras amazónicas, marcado por una
ausencia de relieve y una densa cobertura fluvial. La tabla 1 presenta la repartición del relieve
en esta red de drenaje. En la parte ecuatoriana, tres cuencas (Curaray, Tigre, Corrientes), son de
características totalmente “amazónicas”, en cuanto que las otras dos (Santiago y Chinchipe), son
completamente “andinas”. Las demás tienen en su constitución una porción montañosa que
varía entre 20 y 70%. Las tablas 2 y 3 indican los promedios anuales de las láminas precipitadas,
escurridas; los caudales y concentraciones en “TSS”, así como sus valores específicos y extremos,
para las principales estaciones ecuatorianas, de las tres principales cuencas del Oriente.
Desde el punto de vista de la geodinámica, Ecuador está localizado en un sector de subduc-
ción, donde la placa oceánica de Nazca se hunde por debajo de la placa continental de América
del Sur (Baby et al., 1999, Gutscher et al., 1999; Legrand et al., 2005). Este fenómeno provoca
una intensa actividad geodinámica (volcanismo, sismos). En la región amazónica, el piedemon-
te andino tiene dos aéreas de levantamiento en las cuencas del Santiago y Napo, separadas por
una importante depresión, en donde se desarrolla el cono, o mega-abanico del Pastaza (Christo-
phoul et al., 2002a, b, Bès de Berc et al., 2005, García, 2009, Bernal et al., 2011, 2012, 2013).

Código
P R Q Qs TSS TSS
estación
(mm.año-1) (mm.año-1) (m3.s-1) (l.s-1.km-2) (mg.l-1) (t.km-2.año-1)
hidrológica
SEB 2691 2850 482 90 415 1183
ORE/FDO 3209 3053 1200 97 216 659
ROC 3150 2538 2204 80 305 774
PAS 2207 1851 748 59 369 682
SAN 2305 2167 1641 69 335 725

Tabla 2: Precipitaciones (P), escurrimientos (R), caudales (Q), caudales específicos (Qs),
[TSS] y flujos específicos de TSS promedios anuales para el período 2001-2009. (Fuentes
de datos de precipitaciones: Pérez, 2000, Gáleas y Melo, 2007, Laraque et al., 2007, de
Precipitaciones, escurrimientos, caudales y TSS: Armijos et al., 2013a)

138
Hidroclimatología e Hidrosedimentología del Oriente Ecuatoriano

Código Río Estación Q TSS


No. min mean Max CV Muestra min mean Max CV
mediciones m3 s-1 m3 s-1 m3 s-1 σ/x mg L-1 mg L-1 mg L-1 σ/x
SEB Coca San Sebastián 27 163 484 1 923 0.4 324 7 329 2 961 1.5
ORE Napo Fco.Orellana 43 351 1 335 5 036 0.5 337 3 192 3 684 1.7
ROC Napo Nvo.Rocafuerte 32 758 2 313 6 664 0.3 307 5 218 1 481 0.9
PAS Pastaza La Unión 17 - - - - 125 1 316 1 974 1.4
SAN Santiago Pto.Santiago 26 385 1 311 12 960 0.7 285 2 294 1 977 1.2
Total 145 1378

Tabla 3: Caudales diarios (Q) y TSS de 10 en 10 días para el período 2001-2009. (Adap-
tado de: Armijos et al., 2013a). Leyenda: n° = numero de aforos; Muestra = cantidad de
muestreo, CV = coeficiente de variación; σ = deviación estándar; X = promedio

Fig. 3: Localización de las estaciones hidrológicas estudiadas (los códigos de estaciones


se presentan en el anexo 2). Del Norte al Sur: contornos de las cuencas del Napo, Pasta-
za, Santiago controladas por sus principales estaciones hidrométricas. El cuadro inferior
derecho presenta la integralidad de estas mismas cuencas en el Ecuador, delimitado por
la línea roja. (Adaptada de Laraque et al., 2007)

139
Anexo 1: Características de las estaciones pluviométricas (período 1965-94).
Leyenda: PR (relación entre las precipitaciones máximas y mínimas). Ver la ubicación de
las estaciones pluviométricas en la figura 2. (Fuente: Laraque et al., 2007)

140
Hidroclimatología e Hidrosedimentología del Oriente Ecuatoriano

Anexo 2: Características de las estaciones hidrométricas (período 1965-94).


Leyenda: HR (relación entre los caudales máximos y mínimos). Ver la ubicación de las estaciones
hidrométricas en la Figura 3. A.J. es para Antes la Junción; D.J. es para Después la Junción. En ne-
grilla e itálico: las tres mayores estaciones hidrológicas de las cuencas del Napo, Pastaza y Santiago
(para las estaciones de Puente la Unión y Puerto Santiago se uso solamente los datos de 2001
hasta 2003). (Adaptado de Laraque et al., 2007). Nota: están presente 5 estaciones ORE-HYBAM del
Oriente ecuatoriano ( n°: 2, 3, 8, 26, 27)

2. DATOS Y METODOLOGÍA

2.1. Origen de los datos


La red hidrográfica presentada en las figuras 1, 2 y 3, proviene de la digitalización de un
mosaico de imágenes satelitales JERS-1, con una densidad de cerca de 0,15 km.km-². La me-
todología utilizada fue descrita por Muller et al. (1999). Los límites y las superficies de las
sub-cuencas, fueron obtenidos por extracción semiautomática a partir del MNT GTOPO30
-disponible en la USGS, United States Geological Survey, con la metodología descrita por Muller
F. et al., (2000).
En el Oriente del Ecuador, 159 estaciones pluviométricas y 61 hidrológicas son monitorea-
das, pero son pocas las ubicadas en la llanura amazónica, alejadas de las zonas pobladas, debido
a la cierta inaccesibilidad del Oriente ecuatoriano. En complemento de las primeras síntesis de
Erazo y Hoorelbeke (1999), Hoorelbeke et al., (1999), Hoorelbeke y Pérez (1999), los datos
pluviométricos de las cuencas de los ríos Napo, Pastaza y Santiago, fueron compilados por La-
raque et al., 2004ª, por el período 1907-2004, así como los datos hidrológicos por el período
1963-2004 (Laraque et al., 2004b).

141
En esta reedición, retomamos principalmente las conclusiones de la síntesis hidroclimatolo-
gica de Laraque et al., (2007), realizada a partir de una selección de 47 estaciones pluviométricas
y 27 hidrológicas, que fueron estudiadas sobre una serie de 30 años (1965 – 1994) por tener
una densidad de datos consistente (Anexos 1 y 2). Las estaciones se sitúan entre 200 y 6.300 m
en las sub-cuencas que varían en tamaño entre 41 y 27.000 km², ubicadas en las tres principales
cuencas, del norte al sur (Napo, Pastaza y Santiago).
Para completar la débil densidad de la red hidrológica en la planicie amazónica y poder
estudiar el funcionamiento hidrológico e hidrosedimentológico de sus ríos en su parte baja,
el proyecto HYBAM instaló a finales del 2000/inicios del 2001, una red de 6 estaciones de
referencia, localizadas entre el piedemonte y la planicie amazónica. Estas estaciones fueron ele-
gidas por su situación geográfica, la misma que permite controlar ecosistemas homogéneos (el
dominio andino, controlado por ejemplo por la estación de D.J. Iloculín sobre el río Jatunyacu)
y/o cerrar sub-cuencas (ej., del alto Napo en Francisco de Orellana o del río Coca en San Sebas-
tián), para finalmente, controlar la mayor parte posible de las cuencas hidrográficas orientales
del Ecuador. Los anexos 1 y 2 y la figura 3 presentan las estaciones climatológicas e hidrológicas
consideradas en este trabajo. En las dos estaciones más importantes del Río Napo (Francisco
De Orellana y Nuevo Rocafuerte), ya existían datos limnimétricos recogidos diariamente por
el INOCAR, desde 1983. Se puede consultar las series de informes de campo en Pombosa et
al., (2001-2010).
Durante el período 2001-2009, 145 aforos y 1.378 muestreos de TSS fueron realizados en
las estaciones orientales monitoreadas por el observatorio ORE-HYBAM.
En este trabajo, el código de la estación de Francisco de Orellana en el Río Napo es a veces
FDO o ORE.

2.2. Metodología
Hidrosedimentología
Las estaciones hidrológicas del INAMHI, ya estaban calibradas mediante el uso del moli-
nete y cuentan con observadores, quienes leen las reglas limnimétricas dos veces por día. Para
las estaciones de HYBAM (y luego después del ORE-Hybam), se utilizó el ADCP (Acoustic
Doppler Current Profiler), que funciona con el efecto Doppler (RDI, 1996), para elaborar o
completar sus curvas de gasto, con el objetivo de mejorar los cálculos de los flujos que transitan
por ellas. Los protocolos utilizados para el manejo de los flujos hídricos y sólidos son detallados
por Laraque et al., (2003). Para resumir, se puede señalar que dos veces al día, en cada una de
estas estaciones, un observador registra los niveles y, cada diez días realiza un muestreo para
determinación de concentración de TSS, mediante filtración (con filtros de acetato de celulosa
de 0,45 μm).
Algunas estaciones están equipadas con limnígrafos automáticos, programados para lecturas
cada hora. A partir de una serie de aforos sólidos realizados a diferentes épocas, de varios ciclos
hidrológicos, Cerón (2004) y Laraque et al., (2004c, 2009), empezaron a estudiar la relación
entre las concentraciones TSS de superficie y el promedio de las concentraciones de TSS en la
sección de mediciones. Como fue descrito por Filizola & Guyot, (2004), se usó un protocolo
de muestras puntuales para determinar las concentraciones de TSS en diferentes puntos de las
secciones de estudio que, según las estaciones hidrológicas y los bajos o altos niveles de agua,
presentan un rango de profundidad entre 2 y 15 m.

142
Hidroclimatología e Hidrosedimentología del Oriente Ecuatoriano

Para condiciones hidrológicas estables, las desviaciones estándares de las concentraciones en


TSS son de 15% y 36% del valor promedio de los muestreos tomados en la superficie y a menos
de 1 m del lecho del río, respectivamente. Para determinar la incertidumbre del muestreo en la
sección, cada semana se realizaron varios muestreos en estiaje y crecida. La desviación estándar
del promedio de [TSS] es del 20% en las estaciones de aforos. La incertidumbre de la determi-
nación del flujo solido fue alrededor de ±25%” (Vauchel 2009, Armijos et al. 2013a, b).
Así como la frecuencia de los valores diarios de caudales en las estaciones estudiadas, es más
elevada que los de TSS (10 días), los valores intermedios de TSS fueron calculados por una in-
terpolación lineal y multiplicados por el caudal, para obtener la carga en suspensión. Es posible
obtener una carga diaria en suspensión, usando el soft hydraccess (www.mpl.ird.fr/hybam/outils/
hydraccess.htm).
Los flujos mensuales y anuales resultan del promedio aritmético de las correspondientes
series temporales. Las concentraciones mensuales y anuales de TSS, están calculadas dividiendo
las cargas en suspensión correspondientes por los caudales.

Geomorfología fluvial
Para la Cuenca del Napo, la geomorfología fue estudiada a través del perfil longitudinal y de
las variaciones espaciales de los porcentajes de arena, agua e islas vegetalizadas.
La construcción del perfil longitudinal es uno de los resultados de la expedición científica
a lo largo del Río Napo de octubre del 2004 (Fraizy et al., 2005). Se usó para este estudio un
monitoreo DGPS, con una estación de base y una estación cinemática con bifrecuencias ASh-
tech ZXTREM y receptores Trimble 5700 (Bourrel et al, 2007). Este monitoreo cubre el Río
Napo desde Puerto Misahuallí, en la zona subandina, hasta la confluencia con el Río Marañón
a lo largo de 1100 km (fig. 7). 13.500 medidas fueron efectuadas, con una precisión de altitud
menor que 0,5 m y un RMS (Root Mean Square) promedio de 0,1m.
Las variaciones espaciales de porcentajes de arena, agua e islas con cobertura vegetal, fueron
evaluadas utilizando imágenes Landsat (TM y ETM), con resolución espacial de 30 m, para
los años 1986, 1989, 1995, 1996 y 2002, durante los estiajes y en el tramo FDO-ROC. Las
limitaciones de la cobertura satelital, requirió que dividiéramos el segmento ROC – FDO en
dos aéreas (ROC-X / X-FDO, fig. 10). Las series de imágenes fueron estudiadas para los mismos
meses, con el fin de señalar y cuantificar los cambios ocurridos en las islas de arena en cuanto a
la producción de sedimentos. Para cuantificar esas variaciones de porcentajes en el Río Napo,
se clasificó las imágenes de los satélites a través del umbral paralelepípedo. Con el fin de hacer
eso, se tomaron en cuenta las firmas espectrales, siendo definidas tres clases homogéneas, tales
como: agua, arena e isla con cobertura vegetal.

3. HIDRO-CLIMATOLOGÍA DEL ORIENTE

La síntesis de Laraque et al., (2007), realizada gracias a nuevas series de datos, permite ela-
borar un nuevo mapa anual de hisoietas (fig. 4), que completa y actualiza los trabajos anteriores
de Pourrut (1994) y permite comentar mejor los aspectos climáticos de la región oriental.
La pluviosidad anual es muy heterogénea (de 500 a 4.000 mm.año-1) y depende principal-
mente de la altitud (Heredia y Pombosa, 1999) y de la exposición a los vientos dominantes del
este. Abundante pluviosidad (2.000–3.000 mm. año-1) fue registrada en las tierras bajas del

143
Fig. 4: Mapa de relieve con las isohietas anuales de las tres mayores cuencas ama-
zónicas del Ecuador. Nota: Las líneas de las isohietas están en mm yr-1 (período
1965–94). Altitudes en m. (fuente: Laraque et al., 2007)

Amazonas, situadas por debajo de los 200 m de altitud. Con las primeras laderas de los Andes,
en torno a 900-1.000 m de altura, el ascenso del aire húmedo, genera un máximo de precipita-
ciones (4.000-5.000 mm.año-1). Luego, por encima de los 2.500 m, la pluviosidad disminuye
por debajo de los 500 mm.año -1, mientras la atmósfera se seca (fig. 4).
La variabilidad de la pluviosidad estacional, medida por la tasa pluviométrica -RP o PR,
por sus siglas en inglés- (Ver anexo 1), tiende a disminuir con un aumento en el promedio de
las precipitaciones interanuales (fig. 5 – para facilitar la lectura, el valor extremo 15,2 PR de
la estación de Girón, no está incluido). En general, los valores más elevados de pluviosidad, se
asocian con los régimenes pluviométricos regulares y son más frecuentes en las llanuras. Sin
embargo, se pueden encontrar excepciones. Por ejemplo, en la Cuenca del Napo, El Reventador
está caracterizado por un valor del PR menor (1,4 a 1.145 m), que el de Loreto (2,9 a 420 m).
Los valores del PR en las la Cuenca Montañosa del Pastaza, son muy variables (1,6 a 6,6). El
valor máximo del PR aumenta de norte al sur, de 3 (Cuenca del Napo) a 7 (Cuenca del Pastaza)
y 15 (Cuenca del Santiago, no presentado en la fig. 5), mientras que el valor mínimo del PR
permanece igual en todas las cuencas. La baja variabilidad de pluviosidad en las tierras bajas, ha
sido también observada en la escala interanual (Rossel, 1997).
Sin embargo, en altitudes similares, las variaciones significativas de pluviosidad están rela-

144
Hidroclimatología e Hidrosedimentología del Oriente Ecuatoriano

Fig. 5: Ratio Pluviométrico (RP, ratio entre las precipitaciones mensuales máximas y mínimas en
mm) en función del promedio anual de las precipitaciones (mm) en las cuencas del Napo, Pastaza, y
Santiago. (Período 1965-94). Los valores están en la tabla 2. (Fuente: Laraque et al., 2007)

cionadas con la exposición al este de las estaciones. Las estaciones situadas en las pendientes
orientales, y/o ubicadas en un valle orientado al este, registran el doble o a veces más de plu-
viosidad que las ubicadas en una posición protegida, en un pendiente occidental o a lo largo de
un río encañonado, y/o en un valle interior paralelo a la orientación norte-sur de la Cordillera
Oriental. Los caudales también varían mucho, están marcados por una variación espacial de
escurrimiento de 5,3 hasta 155 l.s-1.km-2, que no dependen solamente de la variabilidad de la
pluviosidad espacial, por ello requiere más investigaciones.
En las tierras bajas la variabilidad estacional pluviométrica e hidrométrica de los caudales
es muy baja (fig. 6A). Aunque un máximo relativo está registrado en abril para la pluviosidad
y en junio para los caudales, un segundo máximo puede observarse en octubre (pluviosidad) y
en noviembre (caudales). Esos ciclos anuales son similares a los del noroeste de Brasil, descritos
por Figueroa y Nobre (1990), para la pluviosidad y por Molinier et al. (1996) para los caudales.
En las cuencas internas altas de los Andes, el ciclo anual de pluviosidad, presenta un régimen
bimodal marcado, con un pico principal en abril, un segundo en octubre y dos mínimos en el
invierno austral (junio-julio-agosto) y en diciembre (fig. 6B). Los máximos están relacionados
con el aumento de la convección después del equinoccio y adicionalmente con el aumento de la
circulación zonal y el incremento de la humedad en abril. En las pequeñas y medianas cuencas

145
Fig. 6: Regímenes pluviométricos (barras) e hidrológicos (líneas) en diferentes regiones de la cuen-
ca amazónica ecuatoriana. A) Lowlands estaciones de baja altitud; B) estaciones intra andinas; C)
estaciones bajo viento. Precipitaciones mensuales en mm. El índex de caudales es el caudal men-
sual dividido por el caudal anual. (Fuente: Laraque et al., 2007)

146
Hidroclimatología e Hidrosedimentología del Oriente Ecuatoriano

los regímenes hidrológicos reflejan el régimen de pluviosidad: los dos máximos están concomi-
tantes con los dos máximos de pluviosidad. Sin embargo, la variabilidad de la hidrología a lo
largo del año, no es tan fuerte como la de la pluviosidad.
Particularmente, la marcada disminución de la pluviosidad de julio-agosto, no se pone en
evidencia en los datos de caudales. Los sostenidos caudales de la temporada seca (mayo a sep-
tiembre) pueden justificarse por los escurrimientos de agua provenientes de los “páramos”, si-
tuados en la parte alta de los Andes, que son tierras esponjosas cubiertas de ciénagas y pantanos.
Todavía en los Andes pero a cualquiera altitud, un régimen de pluviosidad con una variabilidad
estacional baja y un máximo relativo en julio, se observa en las estaciones del este y/o cerca de las
tierras bajas, sobre todo en el norte de la Cuenca Amazónica Ecuatoriana. El máximo de junio
está relacionado a un pico elevado de aire húmedo. Un régimen de caudales similar al del pico
de julio, se observa en cuencas que ocupan la misma posición (fig. 6C).
Para concluir, la exposición de las estaciones no solamente justifica las diferencias marcadas
en las cantidades anuales de pluviosidad, sino que también afecta al régimen de pluviosidad. La
yuxtaposición en la misma cuenca de regímenes fuera del rango pluviométrico es una caracte-
rística sorprendente de la región, especialmente durante la mitad del año, de marzo a octubre.
El solapamiento entre diferentes regímenes de caudales proviene en parte por la misma razón y
por los esponjosos suelos de los páramos. Esos regímenes heterogéneos, junto con los frecuentes
ciclos de baja intensidad en esa región ecuatorial, complican las predicciones de los flujos esta-
cionales en el más importante río del este del Ecuador. Además, crecidas relámpagos pueden ser
observadas durante casi todo el año. Esa es la razón por la cual, los mayores recursos hídricos
(153,109 m3.año-1, que corresponden a 4.800 m3.s-1) de la Cuenca Amazónica Ecuatoriana
son difíciles de monitorear y son un asunto de preocupación en el contexto actual del cambio
climático. Se puede conseguir más explicaciones sobre estos aspectos en Laraque et al., (2007).

4. HIDRO-SEDIMENTOLOGÍA DEL ORIENTE

Algunos trabajos realizados durante la década 2004-2014, completan el conocimiento y


la comprensión de la hidrosedimentología del Oriente Ecuatoriano. Presentaremos aquí una
síntesis, compilando sus conclusiones más significativas.
El artículo de Armijos et al., (2013a), constituye la continuación lógica del artículo de La-
raque et al., (2009), confirmando las dinámicas erosivas inicialmente descubiertas en la llanura
andina de la Cuenca del Napo y extendiendo las estimaciones de los flujos sedimentarios a las
cuencas del Santiago (vertiente oriental) y del Esmeraldas (vertiente occidental), en un período
de nueve años (2001-2009). La estación de Pastaza en La Unión (PAS), fue monitoreada hasta
el 2005.
Este documento permite precisar, entre otras cosas:
• Las tasas de erosión, calculadas a partir del sedimento en suspensión en las cuencas
andinas.
• Las relaciones entre la variabilidad et y la actividad de las precipitaciones, la topografía,
la litología y la actividad sísmica de la zona.

En estas tres cuencas los cálculos de flujos sedimentarios fueron simplificados, debido al he-
cho de que la relación entre la concentración de sedimentos en la superficie y la concentración

147
total de sedimentos esta cerca de 1 (fig. 7). Eso se debe a la estratificación mínima de sedimentos
según el perfil vertical, el cual se atribuye a la turbulencia y a velocidades elevadas de desplaza-
miento vertical del agua. Sin embargo, durante el período seco, cuando la velocidad del agua
disminuye, la estratificación de los sedimentos aparece, pero este efecto puede ser desatendido
en los cálculos de flujos de sedimentos, en razón de las débiles tasas de concentración de TSS.
Antes de abordar la síntesis de los flujos sólidos del vertiente oriental de los Andes Ecuato-
rianos, presentaremos por turno las cuencas de los ríos Napo, Pastaza y Santiago, insistiendo en
el primero, el más importante (por el tamaño de su cuenca y de sus caudales, pero también de
interés binacional entre Perú y Ecuador en términos de navegación fluvial), que es también el
más monitoreado y estudiado del Oriente del Ecuador, para el cual disponemos de numerosos
resultados.
La Cuenca del Napo posee estaciones hidrológicas, tanto en sus partes andinas como en
sus llanuras, mientras que las principales estaciones del Pastaza y Santiago, solo controlan sus
respectivas partes andinas.

4.1. El Napo
4.1.1. Características fisiográficas
Es el mayor río del Oriente ecuatoriano; nace del deshielo de los glaciares Cotopaxi, Antisa-
na y Llanganates, con el nombre de Jatunyacu, a una altitud superior a los 5.000 m.
En su orilla izquierda y aguas abajo de la ciudad de Francisco de Orellana, el Río Napo

Fig. 7: Relación entre las concentraciones de TSS en superficie y el promedio de las


estaciones de aforos en las cuencas amazónicas del Ecuador (excepción del Esmeral-
das) (período 2001-2009); 72 muestreos. (Fuente: Armijos et al., 2013a)

148
Hidroclimatología e Hidrosedimentología del Oriente Ecuatoriano

Fig. 8: Mapa del relieve de la Cuenca del Napo y ubicación de sus estaciones de referencia (SEB:
estación San Sebastián, FDO: estación Francisco de Orellana, ROC: estación Nuevo Rocafuerte, CLO:
estación Santa Clotilde, BEL: estación Bellavista) y puntos de muestreo de la campaña fluvial de oc-
tubre 2004. (Fuente: Bernal, comunicación personal). Leyenda: línea continua = límite de la Cuenca
del Amazonas; línea de puntos = límite entre los Andes y las llanuras Amazónicas.

recibe al Río Coca proveniente del deshielo del Antisana (5.700 m). En esta primera mitad de
su recorrido en territorio ecuatoriano (460 km), el Napo presenta un comportamiento turbu-
lento. Posteriormente, recibe en su orilla izquierda, los aportes del Aguarico, antes de continuar
su curso de 840 km en territorio peruano. En fin, después de un recorrido total de 1.300 km
desde su fuente, desemboca en el eje del río Marañón/Amazonas, aguas abajo de la ciudad de
Iquitos (fig. 8).
La totalidad de la Cuenca del Napo, controlada por la estación peruana de Mazán, cubre
98.455 km2. En Ecuador, es la cuenca de mayor envergadura con una superficie de 31.410 km2,
hasta la frontera con el Perú. Sin embargo, la superficie ecuatoriana controlada por su última
estación hidrológica de Nuevo Rocafuerte (ROC) es de 27.390 km2. La parte ecuatoriana de
la Cuenca del Napo, cubre más del 20% del Oriente ecuatoriano y corresponde a un 32% de
la totalidad de la Cuenca del Napo. Pérez (2000), Moreno y Tapia (2001), y Armijos (2002),
describieron sus principales características. De la misma manera que para el conjunto de la
vertiente oriental del Ecuador (tab. 1). Su cuenca está dividida en dos partes, la primera mitad
(aguas arriba de la confluencia Napo-Aguarico), está constituida principalmente por la parte
montañosa (44,6%), con alturas superiores a 500 m y, la otra mitad, por la planicie amazónica
(55,4%).

149
Dos estaciones hidro-sedimentológicas controlan la salida de la parte andina de la cuenca
que tiene características muy contrastadas. Se trata de Francisco de Orellana (FDO u ORE), en
el Río Napo y de San Sebastián (SEB), en el Río Coca, su principal afluente andino de margen
izquierda. En su mayor parte, el curso de agua está caracterizado por un lecho de piedras y
una fuerte corriente con remolinos y turbulencias. La estación de Nuevo Rocafuerte cierra la
cuenca ecuatoriana en la frontera con Perú. El 34% de su superficie, situada entre las estaciones
de Francisco de Orellana y San Sebastián y la de Nuevo Rocafuerte, presentan características
fisiográficas (clima, vegetación, relieve, etc.) típicamente amazónicas.
A pesar de su pequeña superficie con respecto a la totalidad de la Cuenca Amazónica (0,45
%), la cuenca ecuatoriana del Napo es de gran interés debido a su importante geodinámica, la
misma que influye fuertemente sobre sus flujos sedimentarios.

4.1.2. Balance hidrológico


La Cuenca del Napo en ROC tiene un coeficiente de escurrimiento de 80,6%, con valores
promedios de 3.150 y 2.538 mm/año-1 respectivamente, para las láminas precipitada y escurrida
(tabla 2) y un caudal específico promedio del orden de 80 l.s-1.km-2.

4.1.3. Flujos sedimentarios y erosión


El artículo de Laraque et al. (2009), basado en datos de campo e interpretaciones geomor-
fológicas, permite proponer un modelo de transporte sedimentario, para el piedemonte andino
y la planicie de la Cuenca del Napo en Ecuador y Perú.
La cordillera andina corresponde solamente al 12% de la totalidad de la superficie de la
cuenca amazónica y, sin embargo da origen al 95% del material sólido exportado al Océano
Atlántico por el Río Amazonas (Guyot, 1993). ¿Cuáles son los procesos de exportación del
material sólido en el Oriente Ecuatoriano?
Para responder a esta interrogante, primero se ha estudiado y cuantificado los sedimentos
transferidos a lo largo del eje del Río Napo, tanto en la parte ecuatoriana de la Cuenca del Napo
(entre San Sebastián/SEB, Francisco de Orellana/FDO, Nuevo Rocafuerte/ROC, durante cua-
tro ciclos hidrológicos: 2001 – 2005), cuanto en la parte peruana (entre ROC y Bellavista/BEL,
durante un ciclo hidrológico: 2004 – 2005), así como durante la expedición científica a lo largo
de su curso entre FDO+SEB y BEL (Bellavista), en octubre de 2004.
En relación al balance anual, los procesos de erosión dominan con una importante varia-
ción año tras año. En cuanto a los cuatro ciclos estudiados en la parte ecuatoriana, en el tramo
(ROC-FDO+SEB) se ha cuantificado respectivamente 16; 5; 6,6 y 14,5 106 ton/año-1, y para
el único ciclo estudiado en el tramo (BEL-ROC) en la parte peruana, 19.8 ton/año-1 de TSS
(Laraque et al., 2009).
La figura 9a muestra la variabilidad y el balance mensual de los TSS en la parte ecuatoria-
na de la Cuenca del Napo (aguas abajo: ROC - aguas arriba: SEB+FDO), durante el período
estudiado de 2001-2005. Se notan las importantes variaciones temporales marcadas esencial-
mente por dos fases de erosión (abril de 2001-octubre de 2002 y mayo de 2003-abril de 2005),
muy irregulares y alternadas, con dos fases de sedimentación de amplitud débil (noviembre de
2002-abril de 2003 y más tarde en mayo de 2005).
La figura 9b muestra la variabilidad y el balance mensual de los TSS en la parte peruana de
la Cuenca del Napo (aguas abajo: BEL - aguas arriba: ROC), para el período común estudiado

150
Hidroclimatología e Hidrosedimentología del Oriente Ecuatoriano

Fig. 9: a) Balance mensual aguas abajo (ROC) - arriba (SEB+FDO) de los flujos de TSS en ROC para
el período estudiado; b) Balance mensual aguas abajo (BEL) - arriba (ROC) de los flujos de TSS en
BEL para el período común estudiado. Leyenda : TSS histograma en 103 ton d-1 (valores positivos =
procesos de erosión, negativos = procesos de sedimentación); curva de caudales mensuales (Q) en
m3 s-1; abscisas en mes-año. (ROC = Nuevo Rocafuerte St., SEB = San Sebastián St., FDO = Francisco
de Orellana St., BEL = Bellavista St.). (Fuente: Laraque et al., 2009)

de julio de 2004 a septiembre de 2005. Se nota la continuidad de un proceso de erosión inespe-


rado, en esta parte más llana de la Cuenca del Napo. Este proceso continúa durante todo el año
con una variabilidad temporal, similar a la del ciclo hidrológico en BEL.
Se calculó que su parte andina (FDO+SEB), libera 12,1.106 toneladas de TSS y 22,6.106

151
toneladas transitan en ROC. Esto significa que 47% del flujo de TSS transitando en ROC,
corresponde a la diferencia (10,6.106 toneladas de TSS), provenientes de la superficie de 8.800
km2, situada entre las estaciones de FDO/SEB (aguas arriba) y la de ROC (aguas abajo). Esta
superficie presenta entonces una exportación específica del orden de 1.200 t.km-2/año-1. Esta
tasa podría parecer enorme, tomando en cuenta la casi total ausencia de relieve, en este sec-
tor poco drenado por ríos selváticos aparentemente pocos erosivos. Pero se puede destacar un
gradiente hidráulico relativamente alto (35,5 cm.km-1 - fig 10), en los 211 km de llanura, que
separan las estaciones de FDO (250 m de altitud) y de ROC (175 m de altitud), mientras que
en la cuenca amazónica brasileña los gradientes son de entre 3 cm.km-1 hasta 3 mm.km-1 en su
centro. Laraque et al. (2004c, 2009), consideran que este gradiente explica por una parte, el
curso poco meándrico del Napo en este tramo, y por otra, las velocidades suficientemente fuer-
tes del río como para remover los sedimentos fluviátiles finos de su cauce. Estas interpretaciones
concuerdan con las de Baby et al. (1999), que relacionan esta importante erosión al pie de los
Andes, con una tectónica muy activa de levantamiento con presencia de formaciones fluviales
muy débiles. Este levantamiento tectónico proviene de la subducción de la placa de Nazca bajo
el continente sudamericano.
Luego, el río Napo entra en la llanura amazónica, donde un proceso de transporte de TSS
domina, aumentado por las llegadas de dos afluentes, el Aguarico y Curaray. El último afluente
drena una amplía y antigua llanura aluvial en proceso de levantamiento, que origina el mega
abanico del Pastaza.
Aguas más abajo, ya en la parte peruana de la Cuenca del Napo, el índice de la pendiente
disminuye significativamente (10-20 cm.km-1), entre ROC y BEL, y el aporte de sedimentos

Fig. 10: Perfil longitudinal (línea continua), pendiente (línea de puntos) del rio Napo
y posición de las estaciones hidrométricas estudiadas. (FDO: estación Francisco de
Orellana, ROC: estación Nuevo Rocafuerte, CLO: estación Santa Clotilde, BEL: esta-
ción Bellavista, X: punto de referencia de la Figura 10) (Fuente: Laraque et al., 2009)

152
Hidroclimatología e Hidrosedimentología del Oriente Ecuatoriano

de la zona intermediada drenada, corresponde al 42,5% de la producción de sedimentos del río


Napo en BEL.
Aquí el balance de sedimentos permanece siempre alto, con un exceso de 19,8 ton/año-1,
para el único año de estudio. Este balance positivo viene probablemente de los dos principales
afluentes (Aguarico y Curaray), que lamentablemente son poco estudiados; y talvez también,
de la continuidad de un proceso de erosión, y/o transporte de TSS. La figura 11 presenta un
diagrama de fuente/transferencia de sedimento a lo largo del Río Napo, que esquematiza los
principales procesos de erosión en su cuenca.
Más detalladamente al nivel de los eventos de los ciclos hidrológicos, las particularidades y
dificultades del estudio y de la cuantificación de las variaciones temporales de los flujos hidro-
sedimentarios al pie de los Andes, se deben a una gran reactividad hidrológica, de las cuencas
hidrográficas, con un tiempo muy corto de repuesta a las precipitaciones. Sus violentas crecidas
imprevisibles son verdaderas “olas” cargadas de TSS, difíciles de determinar. Esta carga en TSS
está considerablemente afectada, por una geodinámica andina intensa (volcanismo, sismos,...),
que provoca numerosos derrumbes de diversas amplitudes.

4.1.4. Impacto del geodinamismo (volcanismo, sismos), en los flujos de TSS


Para ilustrar de mejor manera, la falta de reproductividad interanual de la dinámica del
transporte de sedimentos, se han estudiado las curvas mensuales acumulativas de las concentra-
ciones y flujos de TSS y caudales. En una cuenca estable, la acumulación de la producción de
TSS es similar año tras año y, aumenta regularmente con algunos cambios cíclicos, correspon-
dientes con la sucesión de las estaciones húmedas y secas (Laraque et al., 1995), como es el caso
de la cuenca controlada por FDO (fig. 12a).
En SEB, al contrario de los caudales, las acumulaciones de TSS (concentración y flujo),
muestra un brusco aumento desde noviembre del 2002. Este ligero salto regresa a la normalidad
6 meses más tarde, en mayo de 2003 (fig. 12b). Esta anomalía puede ser explicada por la erup-
ción del volcán El Reventador, localizado en la Cuenca Alta del Río Coca.
En realidad, el 11 de marzo de 2002, el volcán de 3.845 m de altura, expulsó en pocas horas
una nube de cenizas de 15km de altura, estimada en 200 millones de toneladas de material
(Eissen et Le Pennec, 2002). Estudios hechos en los elementos disueltos del Río Coca en SEB
(Gondran, 2004, Bernal et al., 2007), muestran que las lixiviaciones de las cenizas de El Re-
ventador, persistieron durante varios meses, lo que aumentó con los lahares post-erupción, los
cuales son frecuentes en esa húmeda e inclinada región.
De acuerdo con el Instituto de Geofísica (Bernal, comunicación personal), en mayo del
2004, se produjo un segundo lahar, originado por las importantes precipitaciones lluviosas,
removiendo otra vez las cenizas de la erupción de 2002. Es bastante probable que una gran parte
del material volcánico, cargado por el Río Coca, fuera depositado aguas abajo de SEB, en un
área marcada por la ruptura de la pendiente entre el sector andino y las llanuras.
Aguas abajo, numerosos bancos de arena empezaron a aparecer y se volvieron más frecuentes
a lo largo de todo el Río Napo hasta ROC. Así, el mayor proceso de erosión en la cuenca baja
del piedemonte, se invirtió el mismo y temporalmente en el 2003, bajo el efecto de este pico
de actividad volcánica. Luego de lo cual, regresó a la “normalidad”, con un nuevo reinicio del
proceso de erosión, evidenciado por un aumento de las concentraciones de TSS, yendo de aguas
arriba, hacia aguas abajo.

153
Fig. 11: Diagrama de fuente/transferencia de sedimentos en la Cuenca del Napo. (Fuente: Laraque
et al., 2009). (SEB = San Sebastián St., FDO = Francisco de Orellana St., ROC = Nuevo Rocafuerte St.,
BEL = Bellavista St.) Períodos estudiados: * = 04/2001-03/2005; ** = 03/2004-03/2005

La observación de la variabilidad del proceso de transferencia de los sedimentos, confirma


las interpretaciones preliminares de Laraque et al., (2004), que determinaron la existencia de un
proceso erosivo en la región de los Andes, que presenta la dinámica tectónica más importante,
caracterizada por actividad volcánica e intensa actividad sísmica.
Sus episodios son a la vez violentos, como el terremoto de Baeza con una magnitud de 6.9
(Ms) en 1987 (Hall, 1991), también localizado en la Cuenca del Napo. La gran inestabilidad
geodinámica de esta porción de la Cordillera de los Andes, está también ilustrada por los lahares
(Monzier et al., 1999, Eissen et Le Pennec, 2002) y por los diferentes grados de derrumbes,
de los cuales unos son excepcionales y otros catastróficos (Zevallos et al., 1996, Laraque et al.,
2002).
La hipótesis de una cuenca inestable, en donde el balance de sedimento se está trastornado
debido a eventos catastróficos, como los terremotos, las erupciones volcánicas y sus consecuen-
cias, se apoya también en los análisis de las imágenes satelitales, las cuales permiten evaluar la
variación de porcentaje de la arena en el Río Napo. El tramo FDO-X (fig. 13), que esta al pie
de los Andes, está caracterizado por un porcentaje aproximadamente constante de arena, agua e
islas con cobertura vegetal, durante los tres años estudiados (1995, 1996 y 2002), con una ligera
tendencia a declinar en el porcentaje de arena en comparación con el tramo X-ROC (fig. 13).
Este hecho sugiere la presencia de un proceso de erosión en la cercana llanura amazónica.

154
Hidroclimatología e Hidrosedimentología del Oriente Ecuatoriano

Fig. 12: Curvas cumulativas (Cum) de Q (in m3 s-1 - círculos), concentración en TSS (en mg l-1 - cua-
drados) y flujos de TSS (en 103 Ton d-1 - triángulos) durante el período estudiado en SEB y FDO en
el rio Napo (fuente: Laraque et al., 2009)

Gracias a un estudio llevado a cabo para los años 1986, 1989 y 2002, fue demostrado que la
importancia de la variación de los porcentajes de arenas, agua y vegetación del tramo X-ROC,
podía explicarse por las características tectónicas y sísmicas activas de la zona, que en marzo de
1987, experimentó dos terremotos mayores (Ms 6,1 y 6,9), cerca de El Reventador, con uno de

155
Fig. 13: Percentage de agua, arena y de islas vegetalizadas en el Río Napo en el trecho FDO-ROC.
Este trecho está dividido en dos: ROC-X / X-FDO (X: 0° 26’ 39.15’’ S; 76° 14’ 51.05’’W). Leyenda: FDO:
estación Francisco de Orellana, ROC: estación Nuevo Rocafuerte (fuente: Laraque et al., 2009)

los derrumbes mas catastróficos del siglo XX a nivel mundial (Schuster, 1996).
Estos fenómenos relativamente frecuentes, perturban el balance de los sedimentos. Su varia-
bilidad debería haber durado desde el Neógeno junto con la inestabilidad geodinámica (Bès de
Berc, 2003) y, con las fluctuaciones climatológicas que muestran sucesiones de períodos secos y
húmedos en el Holoceno, como lo constató Weng et al., (2002), en el estudio palinológico de
testigos sedimentarios recogidos en el parque Yasuní, cerca de ROC.
La importante actividad geodinámica de esta parte de los Andes, marcada por una excepcio-

156
Hidroclimatología e Hidrosedimentología del Oriente Ecuatoriano

nal densidad de volcanes, está directamente afectada por el deslizamiento de la placa de Nazca
debajo del continente suramericano, lo que causa el levantamiento del piedemonte en el este
de los Andes. En la Cuenca del Napo, según Christophoul et al., (2002a & b), el inicio de este
proceso ha tenido un efecto en la parte Este de la Cordillera Ecuatoriana (en el límite Mioce-
no-Plioceno), con el levantamiento de antiguas llanuras aluviales, originando el mega abanico
del Pastaza. Esto se evidencia de manera geomorfológica, por el corte del río y la presencia de
antiguas terrazas fluviales elevadas, aguas arriba de FDO, que datan del Neógeno (Burgos et al.,
2004, Bès de Berc et al., 2005).
La trayectoria del Napo, se desvió entonces progresivamente hacia el límite norte. La in-
fluencia de esta estructura morfológica y la inclinación relativamente elevada para unas for-
maciones de cuencas de llanuras, es la causa de la casi ausencia de meandros del Napo en la
entrada de las cuencas amazónicas. Esto sostiene una vez más la importante dinámica hidráulica
encontrada en estos sectores.

4.1.5. Comparaciones regionales


Aguas bien abajo del Oriente Ecuatoriano, en la depresión central de la cuenca del Ama-
zonas en Brasil, Laraque et al., (2005), cuantificó importantes procesos de sedimentación de
0,4 106 t.año-1.km-1, en una región donde la pendiente fluvial varía entre 3 y 0,3 cm.km-1. La
naturaleza de esos procesos ya estaba mostrada por Meade et al. (1985) y Dunne et al., (1998),
e ilustra los transportes fluviales marcados por una sucesión cíclica de almacenamiento y una
etapa de removilización de los sedimentos, antes de alcanzar el océano Atlántico.
Los resultados encontrados en la cuenca peruana del Napo, eran inesperados porque su
índice de pendiente (11 cm.km-1), es similar al encontrado en el piedemonte boliviano (~ 8
cm.km-1). En esta última región, los ríos (Ej. del Beni/Mamoré), serpentean con una baja velo-
cidad del agua a través de una área en subsidencia, en donde se deposita más de la mitad de sus
sedimentos en suspensión (Guyot, 1993, Guyot, et al., 1996, Baby et al., 1999). A partir de los
análisis de la actividad del 210Pb en testigos sedimentarios, Aalto, et al., (2003), evaluó una tasa
de sedimentación de 100 Mt.año-1 en las planicies de inundación del piedemonte de la Cuenca
de Beni, que cubre alrededor de 70.000 km².
Varios trabajos posteriores, realizados a través otras miradas multidisciplinarias, llegan a
conclusiones interesantes sobre los procesos de erosión-transporte-sedimentación en el piede-
monte andino:
-La tesis de doctorado de Bernal (2009), mostró que las relaciones entre una cuenca y su
piedemonte son complejas. Involucran fenómenos físicos que incluyen la erosión, el transporte
y la distribución 3D de las zonas de acumulación de sedimentos. El estudio del mega abanico
de piedemonte del Napo-Pastaza en el este de los Andes de Ecuador y Perú y de sus relaciones
con su depósito de alimentación, permite evidenciar distintos modelos de control vinculados al
geodinamismo, influyendo sobre la morfología fluvial, la estructura de la red hidrográfica y las
transferencias de masa entre la cadena de los Andes y su piedemonte amazónico.
En base a los datos hidropluviométricos e hidrosedimentológicos recogidos sobre un pe-
ríodo de cinco años en el Río Napo y que contienen un episodio eruptivo de un volcán (El
Reventador en marzo 2002), que se ubica en la cuenca, ella puso de relieve el papel de la erosión
y el transporte de los productos de la erupción (cenizas), sobre el transporte de materias en
suspensión y la evolución de la morfología del curso de agua.

157
Fig. 15: Determinación de las aéreas erodadas y sedimentadas (fuente: García, 2009)

158
Hidroclimatología e Hidrosedimentología del Oriente Ecuatoriano

-La tesis de doctorado de García (2009), propone un análisis multi-escalar e hidro-geomor-


fológico comparativo de dos importantes afluentes del Amazonas: el Río Beni y el Río Napo,
donde la evolución de sus formas fluviales se sitúan en diferentes contextos hidroclimáticos y
morfotectónicos, desarrollando por lo tanto estilos fluviales diferentes. El Beni desarrolla un
estilo en meandros, presentando una rápida migración en su cauce principal, mientras que el río
Napo desarrolla un estilo anastomosado, que presenta numerosas islas y bancos de arena, que
participan en el aumento de su carga sedimentaria.
En este último caso, un análisis diacrónico detallado, como por ejemplo, los cálculos de
balance de masas aplicados con imágenes satelitales, a los desplazamientos de las islas fluviales
y de las orillas (fig. 15), permitió mostrar la importancia de sus papeles en esta dinámica anas-
tomosada. Su trabajo mostró que los estilos bien contrastados de estos dos ríos provienen de
cargas sedimentarias bien diferentes, resultantes de regímenes pluviométricos variados y de una
geodinámica más activa para el Napo, que para el Beni.
-Los trabajos de Witmann et al., (2009, 2011), usando el Be10 en los sedimentos, llevados a
cabo en las cuencas del Beni-Mamoré (Bolivia) y del Napo (Ecuador-Perú), permiten estable-
cer las tasas de erosión de sus respectivas cuencas y convergen con las conclusiones anteriores.
Para el Napo, su estudio mostró que “en condiciones de erosión superficial bajo un estado
estacionario, la concentración del nucleído Be10, se traduciría en una tasa de denudación de sus
llanuras de ~ 0,47 mm.año-1. Sin embargo, no tenemos ninguna explicación geomorfológica
de esta alta tasa de denudación, dentro de sus llanuras de bajo relieve y, por lo tanto sugerimos
que esta concentración débil de nucleído en los sedimentos proviene de los Andes y habría sido
depositado en las llanuras, en una época en la cual las tasas de erosión eran elevadas en los An-
des. Por lo tanto, los sedimentos recientemente erosionados de las llanuras, reflejan una tasa de
paleo-denudación andina de 1,2 mm.año-1, que fue calculada por las altas tasas de producción
andina. Un período probable de las tasas de erosión elevadas es el LGM (Late Glacial Máximum
o Máximo Glacial Tardío), donde el clima y la cobertura vegetal de los Andes eran diferentes a
los del Holoceno. Una posible causa de la erosión de las llanuras, es el levantamiento tectónico
de los Andes Orientales, que desplaza progresivamente el Río Napo hacia el norte. Esto se de-
duce por los recortes de los ríos en los antiguos sedimentos de las tierras bajas que se mezclan
con los sedimentos andinos traídos en el curso del Río Napo”.

4.2. El Pastaza
4.2.1. Características fisiográficas
Se trata también de un tributario del Río Amazonas/Marañón, quien toma su fuente en
el deshielo de los glaciares de los volcanes « El Altar » y « Cotopaxi » (> 5.000 m). El Pastaza
recorre alrededor de 300 km en territorio ecuatoriano con un régimen turbulento, una gran
velocidad y casi sin meandros, debido a su pendiente relativamente elevada en el piedemonte.

4.2.2. Balance hidrológico


Su principal estación del Puente la Unión (código PAS), controla al 100% la parte andina
de su cuenca y presenta un coeficiente de escurrimiento de 84%, con valores promedios de
2.207 y 1.851 mm.año-1, para las láminas precipitada y escurrida respectivamente (tabla 2).
En PAS, los caudales mínimo y promedio fueron de 57 m3 s-1 y 752 m3s-1 respectivamente,
no habiendo sido posible medir sus valores de crecida, debido a su dificultad y peligrosidad, ya

159
que a la salida de los Andes, el Pastaza presenta varias crecidas relámpagos. Un ejemplo de la
fuerza de estas crecidas es ilustrado por los acontecimientos del día 9 de junio de 2001, fecha
en la cual ocurrió una crecida relámpago en el Río Pastaza (Laraque et al., 2004c). Esta crecida
muy violenta y destructora hizo subir en nueve metros el nivel del Río Pastaza en solamente 4
horas y destrozó totalmente varias viviendas y el puente “La Unión”.

4.2.3. Flujos sedimentarios y geomorfología fluvial


En el puente la Unión, la Cuenca del Pastaza exporta 682 t.km-2/año-1, con una concentra-
ción promedia de 316 mg.l-1 de TSS.
Su cuenca andina, está afectada por la intensa actividad geodinámica regional que se traduce
en sismos, volcanismo y derrumbes, que afectan los flujos de TSS.
Eissen et al., 2001, Ceron et al., 2001, 2002 y Laraque et al., 2002, comentaron el derrum-
be del 13 de octubre del 2000, de una parte de la pared interior (~15 106 m3) del volcán El Altar
(5.300 m), que tiene la forma de un herradura, al lago del cráter, lo que causó una ola de lodo
y escombros, que devastó el valle aguas abajo, causando 13 muertes, grandes daños y puso en
peligro el embalse hidroeléctrico de Agoyán que proporciona alrededor del 5% de la electrici-
dad del país. El volumen expulsado estimado entre 1,5 y 3,106 m3, corresponde a 14 y 27% del
volumen total del lago (11,106 m3), que tiene 211 toneladas de sedimentos.
Finalmente, los trabajos de Bernal (2009), Bernal et al., (2011, 2012, 2013), muestran que
la utilización de datos cartográficos, fotogramétricos y de imágenes satelitales, a lo largo del
último siglo (1906 a 2008), para el estudio de una sección del Río Pastaza, localizado en una
zona sísmicamente activa de la zona subandina, permite poner de relieve un cambio de mor-
fología, asociado a una serie de avulsiones parciales, directamente vinculadas a la deformación
de superficie.
El estudio sobre los últimos 20.000 años de la evolución de la red drenaje distribuida en
el cono de Río Pastaza, muestra un gran número de rastros de avulsiones sucesivas. Estas avul-
siones pueden conectarse, según su ubicación y su secuencia, o a un control tectónico directo,
cuando se sitúan en las proximidades del frente activo de la cadena, o a un control indirecto,
vinculado a fenómenos de aumento brusco de la carga sedimentaria, cuando estas avulsiones
son producidas en la parte distal del cono de piedemonte. En ese caso, esta adición de sedimen-
tos, puede estar, entre otras cosas, vinculado a las erupciones volcánicas en la cuenca.

4.3. El Santiago
4.3.1. Características fisiográficas
Nace al pie del volcán Sangay (5.230 m de altura), con el nombre de Río Upano y toma su
nombre final, solamente después de su confluencia con el Río Zamora, antes de desembocar
en la orilla izquierda del Río Marañón. El Santiago recorre 300 km en territorio ecuatoriano.

4.3.2. Balance hidrológico


Su principal estación de Puerto Santiago (código SAN), controla el 98% de la parte andina
de su cuenca y presenta un coeficiente de escurrimiento de 84%, con valores promedios de
2.207 y 1.851 mm/año-1, respectivamente, para las láminas precipitada y escurrida (tabla 2).
En SAN, los caudales mínimo y promedio, fueron de 385 m3.s-1 y 1.296 m3.s-1 respectiva-
mente.

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Hidroclimatología e Hidrosedimentología del Oriente Ecuatoriano

4.3.3. Flujos sedimentarios y geodinámica


En Puerto Santiago, la Cuenca del Santiago exporta 725 t.km-2/año-1, con una concentra-
ción promedia de 335 mg.l-1 de TSS.
Armijos et al., (2013a), comentan que “en el piedemonte del Oriente ecuatoriano se en-
cuentran dos largas zonas de levantamiento separadas por la depresión del Pastaza (Bès de Berc
et al. 2005), una elevación relativamente simple al norte (Levantamiento Napo) y la compleja
estructura de la Cordillera del Cutucú, localizada al sur (Cuenca del Santiago). Esta estructura
compleja, resulta del encuentro de fallas inversas, que penetran en el levantamiento Cutucú
(Legrand et al., 2005). En consecuencia, la Cuenca del Santiago tiene una mayor probabilidad
de ocurrencia de terremotos. De hecho, en 1995, se produjo un terremoto con una magnitud
de Mw = 7 en la Cuenca de Santiago y varios de Mw <5,6, ocurrieron hasta el 2000. En no-
viembre de 2007, otro terremoto de magnitud Mw = 5.8 ocurrió, y en mayo de 2008, tuvo
lugar un tercer terremoto de magnitud de Mw = 5.9. Estos eventos coinciden con las más altas
concentraciones medidas de TSS y resultan de la limpieza de los sedimentos por la lluvia. En
el conjunto de datos del ORE-HYBAM, el terremoto de 2005 (MW = 5.3), coincidió con la
mayor concentración en TSS”.
Consecuentemente, la parte andina de la Cuenca del Santiago también está afectada por
una intensa actividad geodinámica regional, que se refleja en algunos derrumbes gigantescos,
como el ejemplo de « La Josefina » del 29 de marzo de 1993 en el Río Paute (Cuenca del San-
tiago), estimado entre 30.106 y 50.106 m3 por Cadier (1993) y Zevallos et al. (1996), lo que
contribuye a favorecer las altas tasas de erosión de esta cuenca.

5. SÍNTESIS HIDRO-SEDIMENTOLÓGICA DEL ORIENTE

Para las cinco estaciones de las tres cuencas orientales estudiadas, los caudales específicos
anuales se sitúan entre 59 y 90 l.s-1.km-2 (tabla 4).
Las concentraciones diarias obtenidas en TSS (de 10 en 10 días), muestran una amplia
gama de variación entre extremos de 1 y 3.684 mg.l-1, en función de las estaciones hidrológicas
(tabla 3). Los cocientes de concentración extremos en TSS disminuyen, conforme se va desde
aguas arriba (Andes), hacia aguas abajo (planicie), en relación con el gradiente altitudinal y el
aumento de las superficies drenadas.
Las curvas hipsométricas, presentadas en la figura 11, “indican que las cuencas del Pastaza y
Santiago son jóvenes y pueden ser erosionadas sobre 100% de sus aéreas andinas. Las del Esme-
raldas y Napo en ROC están en un estado más maduro, con 40 y 35% respectivamente de sus
cuencas, representadas por llanuras (pendiente <2%). A partir de los porcentajes de las superfi-
cies andinas, las cargas sedimentarias (en 106 t-año-1), son las siguientes: Napo (SEB+ORE), 14;
Pastaza, 8.8; Santiago, 17 y Esmeraldas, 3”. Siempre según Armijos et al., (2013a), “las llanuras
generan una carga sedimentaria representando 43% (en la Cuenca del Esmeraldas) y 32% (en
la Cuenca del Napo) de sus respectivas cargas totales, lo que indica que las llanuras producen
sedimentos en los dos piedemontes (Occidental y Oriental) de los Andes Ecuatorianos” (fig.
18). Por fin, la carga en suspensión en las cuencas ecuatorianas del Napo, Pastaza y Santiago,
totaliza 47.106 t/año-1.
Actualmente, el impacto antrópico crece a través de varias obras, como el Proyecto Hi-

161
droeléctrico Coca Codo Sinclair (PHCCS), en la Cuenca del Río Coca (Cuenca Alta del Río
Napo), lo que podría afectar la geomorfología e hidrosedimentología del curso del Río Napo.

6. CONCLUSIONES

La Cuenca Amazónica Ecuatoriana presenta una gran variabilidad en los regímenes climá-
ticos e hidrológicos, a veces unimodales, otras veces bimodales. Los valores pluviométricos, así
como aquellos de los escurrimientos, sufren cambios importantes en un ambiente muy contras-
tado, entre los Andes y la llanura amazónica. Las precipitaciones aumentan desde la Cordillera
hacia la planicie amazónica, donde alcanzan promedios interanuales de 3.000 mm.año-1, con
regímenes más regulares que en los Andes. La variación espacial de los escurrimientos (anexo
2), se evidencia a través de los caudales específicos que varían desde 5,3 (Andes) hasta 155 l.s-1.
km-2. Un total anual de 150.109 m3 de agua sale de las principales estaciones hidrológicas de las
tres cuencas orientales más importantes.
El estudio del mega abanico de piedemonte del Napo-Pastaza, en el este de los Andes de
Ecuador y Perú y de sus relaciones con su depósito de alimentación, permite evidenciar un mo-
delo de control distinto, vinculado al geodinámismo, influyendo sobre la morfología fluvial, la
estructura de la red hidrográfica y las transferencias de masa, entre la cadena de los Andes y su
piedemonte amazónico (Bernal et al., 2009).
Estos estudios, cruzando las visiones complementarias de la hidroclimatología, hidrosedi-
mentología, geomorfología y geodinámica de esta región andina, confirman las observaciones
de otros autores (Christophoul et al., 2002a, b, Burgos et al., 2004, Bès de Berc et al., 2005,
Bernal et al., 2011), a escala de tiempo más amplia, que muestran que desde el fin del Neógeno
y durante el Cuaternario, la cuenca de ante país Oriente, actúa bajo la influencia del levanta-
miento subandino, como una zona de transferencia de sedimentos andinos y de erosión de las
acumulaciones sedimentarias anteriores, acaecidas en la misma cuenca, cuando las pendientes
eran más suaves y el bajo Napo tenía un perfil en equilibrio.
La variabilidad espacial de sedimentación o de erosión observada en el piedemonte andino,
es generalmente ampliada por la tectónica (subsidencia o elevación). Estos procesos fueron
cuantificados y comentados por Guyot et al., (1996) en Bolivia (cuencas del Mamoré-Beni),
para la sedimentación y por Laraque et al., (2009) en Ecuador y Perú (Cuenca del Napo), para
la erosión. Este último muestra también cómo los procesos de removilización de los sedimentos
fluviales, pueden ser alterados drásticamente por la actividad volcánica, ya que se ha podido
confirmar el impacto de la erupción volcánica de El Reventador, en el transporte de sedimentos
en la Cuenca del Napo.
Además de la sismicidad y del volcanismo, la litología juega un papel importante, así como
el relieve (Aalto et al., 2006) y los factores climáticos, como la estacionalidad de las precipita-
ciones (Pepin et al., 2008).
En total, las cuencas de los ríos Napo, Pastaza y Santiago exportan 47.106 t/año-1 de sedi-
mentos en suspensión, lo que corresponde al 8% de la carga total del Río Amazonas en Óbidos,
su principal y última estación antes del Océano Atlántico.
En el futuro, habrá que tomar en cuenta, el reciente aumento de los impactos antrópicos
(construcciones de carreteras y de embalses), en los cálculos de los flujos de TSS en el Oriente
Ecuatoriano.

162
Hidroclimatología e Hidrosedimentología del Oriente Ecuatoriano

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Léxico

A.J. : Antes de la Junta


D.J. : Después de la Junta
EPN : Escuela Politécnica Nacional
FDO : Estación de Francisco de Orellana (citado también por ORE), en el Río Napo
HAC : Hierarchical Ascending Classification
Hybam : Hidrogeodinámica de la Cuenca Amazónica
INAMHI : Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología
INECEL : Instituto Ecuatoriano de Electrificación
INOCAR : Instituto Nacional Oceanográfico de la Armada
INSU : Instituto Nacional de las Ciencias del Universo
IRD : Instituto de Investigación para el Desarrollo
LGM : Late Glacial Maximum
MNT : Modelo Numérico de Terreno
ORE : Observatoire Recherche Environnement
PAS : Estación de Puente La Unión en el Río Pastaza
PHCCS : Proyecto Hidroeléctrico Coca Codo Sinclair.
RMS : Root Mean Square
PNSE : Programa Nacional Suelo Erosión
ROC : Estación de Nuevo Rocafuerte en el Río Napo
SAN : Estación de Puerto Santiago en el Río Santiago
SEB : Estación de San Sebastián en el Río Coca
TSS : Total Suspended Solids (MES en español = Material En Suspensión)
[TSS] : símbolo de las concentraciones de Material En Suspensión (en mg.l-1)
UCE : Universidad Central del Ecuador
USGS : United States Geological Survey

Agradecimientos

A los participantes de los proyectos HYBAm y ORE-Hybam/Ecuador y a sus Instituciones


de origen: EPN, INAMHI, INOCAR, IRD, UCE.

168
La superficie Mera-Upano: Marcador geomorfológico de la incisión fluviátil y
del levantamiento tectónico de la zona subandina ecuatoriana

LA SUPERFICIE MERA-UPANO:
MARCADOR GEOMORFOLÓGICO
DE LA INCISIÓN FLUVIÁTIL Y DEL
LEVANTAMIENTO TECTÓNICO DE LA
ZONA SUBANDINA ECUATORIANA

Séverine Bès De Berc (1), Patrice Baby (2),


Jean-Claude Soula (3), Jaime Rosero (4),
Marc Souris (5), Frédéric Christophoul (6),
Jorge Vega (7)

Resumen
La zona subandina ecuatoriana, piedemonte de la Cordillera Oriental, está caracte-
rizada por una actividad sísmica y volcánica muy intensa, así como por espectaculares
procesos de erosión. En este trabajo, se define un marcador morfológico regional, llamado
Superficie Mera-Upano, que se formó entre 32.000 a. BP y 14.000 a. BP. Este marcador

(1)
BRGM Réunion - Océan Indien. (S.BesdeBerc@brgm.fr)
(2)
Géosciences-Environnements Toulouse, UNIVERSITÉ DE TOULOUSE; UPS
(SVT-OMP); CNRS; IRD; 14 Avenue Édouard Belin, F-31400 Toulouse, France.
Dirección Actual: IRD Perú, Casilla 18-1209, Lima 18 – Perú (patrice.baby@ird.fr)
(3)
Géosciences Environnement Toulouse, UNIVERSITÉ DE TOULOUSE – CNRS
– IRD – CNES – OMP, 14 avenue Edouard Belin, F-31400 Toulouse (Jean-claude.
soula@get.obs-mip.fr)
(4)
PETROAMAZONAS (Jaime_Rosero@petroamazonas.ec)
(5)
MAHIDOL UNIVERSITY Center for Vectors and Vector-Borne Diseases
(CVVD) Thailand · Bangkok (marc.souris@ird.fr)
(6)
Géosciences Environnement Toulouse, UNIVERSITÉ DE TOULOUSE – CNRS
– IRD – CNES – OMP, 14 avenue Edouard Belin, F-31400 Toulouse. (frederic.chris-
tophoul@get.obs-mip.fr)
(7)
SCHLUMBERGER (jtorres37@slb.com)

171
es utilizado para medir tasas de incisión fluvial y de levantamiento tectónico en la zona
subandina. Los valores obtenidos son muy altos y pueden ser relacionados a un evento
geodinámico mayor como la entrada en subducción de la “Dorsal” oceánica de Carnegie
bajo la Cuenca Oriente.

Introducción
La zona subandina ecuatoriana, piedemonte de la Cordillera Oriental, está caracteriza-
da por una actividad sísmica y volcánica muy intensa (ver Legrand et al. y Barragán et al.,
en este libro), así como por espectaculares procesos de erosión que se manifiestan por des-
lizamientos de algunas decenas de kilómetros. Esos procesos de erosión muy intensos están
corroborados por las medidas de erosión realizadas en la cuenca hidrológica del Napo, en
el marco del Convenio INHAMI-IRD (ver Laraque et al., en este libro), y por una incisión
fluviátil muy fuerte, en los valles de la zona subandina.
El presente trabajo tiene como objetivo principal caracterizar e interpretar la geomor-
fología de las terrazas aluviales subandinas que se desarrollan al este de los volcanes Sangay
y Tungurahua, ambos ubicados en la Cordillera Oriental, cerca del límite con la zona
subandina (figuras 1 y 2). La actividad cuaternaria muy fuerte de esos volcanes (Hall et
Beate, 1991), ha provocado los colapsos de sus edificios, e importantes depósitos de lavas y
de lahares que pueden alcanzar volúmenes de decenas de km3. Ambos depósitos fueron la
alimentación principal de los conos aluviales del piedemonte de la cordillera, actualmente
sellados por una superficie morfológica regional que hemos bautizado como “Superficie
Mera-Upano”. Este marcador morfológico regional permite calcular las tasas de incisión
de los ríos Pastaza y Upano, así como la tasa de levantamiento tectónico del megacono
aluvial del Pastaza.

1. CONTEXTO ESTRUCTURAL DE LA ZONA SUBANDINA

El sistema subandino constituye la parte aflorante de la Cuenca Oriente y permite


observar el estilo de las deformaciones recientes. La zona subandina está estructurada por
fallas inversas de orientación N-S a NNE-NNO. Las secciones de sísmica de reflexión
muestran que esas fallas son generalmente de alto ángulo (ver Rivadeneira y Baby en el
capítulo 2), y probablemente de escala cortical. Los marcadores cinemáticos que se ob-
servan en los afloramientos, como en los mapas estructurales, evidencian una tectónica
transpresiva con movimientos dextrales. La mayoría de esas fallas corresponden a antiguas
fallas normales invertidas que controlaron la sedimentación triásica y jurásica (ver Díaz et
al., en este libro).
La morfología subandina conduce a diferenciar, de norte al sur, tres unidades morfo-tec-
tónicas: el Levantamiento Napo, la Depresión Pastaza y la Cordillera del Cutucú (fig. 2)
La Depresión Pastaza está deformada por fallas inversas de basamento, que generan an-
ticlinales de propagación a vergencia Este (fig. 3). La Cordillera del Cutucú corresponde a
una antiforma compleja, desarrollada al frente de la Cordillera Oriental (fig. 4) y deformada
por la inversión de un rift de edad triásica a jurásica (ver Díaz et al. y Legrand et al., en este
libro). Entre la Cordillera Oriental y la Cordillera del Cutucú, se desarrolla el valle del Upa-
no, donde se acumularon gran parte de los depósitos volcano-clásticos del volcán Sangay.

172
La superficie Mera-Upano: Marcador geomorfológico de la incisión fluviátil y
del levantamiento tectónico de la zona subandina ecuatoriana

Fig. 1: Modelo numérico de relieves (Savane©IRD) y ubicación de los volcanes activos del Ecuador

173
Fig. 2: Modelo numérico de relieves (Savane©IRD) de la zona subandina
ecuatoriana y ubicación de la Superficie Mera-Upano

174
La superficie Mera-Upano: Marcador geomorfológico de la incisión fluviátil y
del levantamiento tectónico de la zona subandina ecuatoriana

Fig. 3: a) Modelo numérico de relieves (Savane©IRD) y ubicación del valle y del cono del Pasta-
za; b) sección estructural a través del valle y del cono del Pastaza. FAU: Falla de corrimiento de
Autapi; AAU: anticlinal de Autapi; FB: Falla de corrimiento de Bobonaza; AB: Anticlinal de Bo-
bonaza; FM: Falla de corrimiento del Mirador; AM: Anticlinal Mirador; FAL: Falla de corrimiento
del Alpayacu; FC: Falla de corrimiento de Cosanga; FSI; Falla de corrimiento de Santa Inés; DSI:
Depresión de Santa Inés; FS: Falla de corrimiento subandina; FUP: Falla del Upano

175
Fig. 4: Bloque morfo-tectónico 3D de la Cordillera del Cutucú. Los sismos represen-
tados son los del experimento de Legrand et al., presentado en este libro (capítulo
1). FS: Falla subandina de corrimiento; FUP: Falla del Upano; FSH: Falla de retro-co-
rrimiento de Shaime; FCU: Falla de corrimiento del Cutucú

2. UN MARCADOR MORFOLÓGICO REGIONAL: LA SUPERFICIE MERA – UPANO

El estudio de las imágenes satelitales y de modelos numéricos de terreno (Savane©IRD) nos


ha permitido poner en evidencia una superficie morfológica regional de más o menos 3.000
km2 , ubicada en la zona subandina, y que cubre la Depresión Pastaza y el valle del Upano entre
la Cordillera Oriental y la Cordillera del Cutucú (fig. 2). Esta superficie está cortada al este por
un deslizamiento de extensión N-S, de más de 70 km y de 500 m de altura (figuras 2 y 5), que
constituye una barrera morfológica importante entre la zona subandina y la llanura amazónica.
Además, la incisión fluviátil de la Superficie Mera-Upano por los ríos Pastaza y Upano que
se observa actualmente, puede alcanzar más de cien metros de profundidad (figuras 6 y 7).
Como lo muestra la figura 6, esos procesos de erosión siguen muy activos y afectan continua-
mente las vías de comunicación en el valle del Pastaza.
El Río Upano y el río Pastaza, son los medios de transporte principales de los depósitos alu-

176
La superficie Mera-Upano: Marcador geomorfológico de la incisión fluviátil y
del levantamiento tectónico de la zona subandina ecuatoriana

Fig. 5: Modelo numérico de relieves (Savane©IRD), del megacono alu-


vial del Pastaza y de su deslizamiento frontal

Fig. 6: Secciones litológicas de la Fm. Mera (a) y de los depósitos aluviales (b) del paleo-río
Alpayacu, que sellan la Superficie Mera-Upano (ubicación en la fig. 5). La foto ilustra el desli-
zamiento de Mayo del 2002 en la carretera Baños-Puyo, que permitió levantar esas secciones

177
Fig. 7: a) Modelo numérico de relieves (Savane©IRD) del valle del Upano; b) sección estructu-
ral a través del relleno volcano-sedimentario del valle del Upano; c) sección litológica de los
depósitos fluviales que sellan la Superficie Mera-Upano

viales de la zona subandina. La Superficie Mera-Upano, se formó encima de los conos aluviales
alimentados por esos dos ríos, y en gran parte por los sedimentos volcano-clásticos producidos
por los volcanes Tungurahua y Sangay (fig. 8). Esta superficie de extensión regional, correspon-
de a un nivel endurecido oxidado, característico de las superficies de erosión subaérea llamadas
“glacis”. En los topes de los conos aluviales del Pastaza y del Upano, logramos obtener datacio-

178
La superficie Mera-Upano: Marcador geomorfológico de la incisión fluviátil y
del levantamiento tectónico de la zona subandina ecuatoriana

nes encima y debajo de esta importante superficie de erosión.


El cono aluvial del Pastaza, que ocupa toda la Depresión Pastaza, al este del granito de Abi-
tagua, y la Depresión Santa Inés al oeste, está compuesto por la Formación Mera considerada
como de edad pleistocénica (Tschopp, 1953). La Formación Mera comprende tres unidades de
debris flow-flujo de detritos (conglomerados gruesos con matriz flotante), de un espesor total
de 50-80 m, cubiertos por dos niveles de lahar que provienen del volcán Tungurahua (fig. 6).
El tope del último nivel de lahar, corresponde a la Superficie Mera-Upano. Encima de esta
superficie, se encuentran localmente, cerca de la localidad de Mera, depósitos fluviales de 5 m
de espesor que contienen principalmente clastos graníticos, y que provienen del antiguo cauce
del Río Alpayacu, tributario del Río Pastaza (ver fig. 5). Dentro de esos depósitos fluviales, se
ubica un nivel orgánico con troncos de árboles bien conservados, que hicimos datar por 14C
en los laboratorios de Beta Analytic (Miami, Florida, USA), y que dio una edad de 17.920
a. +/- 100 BP (Beta-144644). Más abajo, entre los dos niveles de lahar, aparece otro nivel orgá-
nico del mismo tipo, que dio una edad 14C de 40.580±1030 a. BP (BETA-169315). Esas dos
dataciones nos indican que la superficie Mera-Upano se formó entre 40.580±1030 a. BP y 17
920 a. +/- 100 BP.
En el valle del Upano, en la parte occidental de la Cordillera de Cutucú (fig. 2), la Superficie
Mera-Upano se desarrolló al tope de depósitos de lahares (fig. 7), que provienen de los colapsos
sucesivos del volcán Sangay, datados en 260 ka BP y 50 ka BP (Monzier et al., 1999). Calcula-
mos que en el valle del Upano se depositó alrededor de 60 km3 de lahares (Bès de Berc, 2003).
La incisión del Río Upano, es de alrededor de 100 m de profundidad, y alcanzó el substrato de
los depósitos de lahar, que corresponde a la Fm. Napo o la Fm. Hollín de edad Cretácica. Local-
mente, sobre la superficie Mera-Upano, encontramos depósitos fluviales del antiguo cauce del
río Upano (fig. 7). Esta serie fluvial, de una decena de metros (fig. 7), presentó niveles orgánicos
que nos permitieron datar su base en 14C 30.920 +/- 350 a. BP (Beta-171211) y su tope en
14C 23.670 +/- 160 a. BP (Beta-171212).

Fig. 8: Modelo numérico de relieves (Savane©IRD), mostrando la proveniencia de los


sedimentos, de los conos aluviales de la zona subandina ecuatoriana

179
Las dataciones de Mera y del Upano, muestran que la Superficie Mera-Upano empezó a
formarse antes de 30.920 +/- 350 a. BP, y fue preservada por lo menos hasta 17.920 a. +/- 100
BP. Este período corresponde a la última gran glaciación, puesta en evidencia por Claperton
(1993), entre los 32.000 a. BP y los 14.000 a. BP. En la Cuenca Amazónica, fue un período de
clima frío y seco, donde pudo desarrollarse una superficie de erosión o de no depositación, tal
como la de Mera-Upano.

3. TASAS DE INCISIÓN Y DE LEVANTAMIENTO TECTÓNICO

La superficie Mera-Upano constituye un excelente marcador morfológico para medir


las tasas de incisión de los ríos y la deformación vinculada con las recientes fallas de la zona
subandina.

3.1. Las tasas de incisión del río Pastaza


La zona del Pastaza está dividida en cuatro dominios estructurales, donde calculamos tasas
de incisión a partir de la superficie regional de Mera-Upano, y de diferentes niveles de terrazas
de ablación a orillas del Río Pastaza (Bès de Berc, 2003). Esos dominios son de este a oeste: la

Fig. 9: Secciones morfo-estructurales a través del valle y del cono aluvial del Pastaza, y valores de
tasas de incisión fluvial y de levantamiento tectónico

180
La superficie Mera-Upano: Marcador geomorfológico de la incisión fluviátil y
del levantamiento tectónico de la zona subandina ecuatoriana

zona de Mera-Puyo, sobre el cono aluvial del Pastaza; el granito de Abitagua; la Depresión de
Sta. Inés; y, más al oeste, el alto Pastaza (fig. 9).
En la zona de Mera-Puyo, la tasa de incisión fue calculada a partir de dos marcadores: la
Superficie Mera-Upano (T1), ubicada 90 m arriba del río Pastaza; y la terraza de ablación de
Motolo (T2), encontrada en la cantera de Motolo, cerca del pueblo de Mera, ubicada 20 m
arriba del Río Pastaza y datada en 14C 1.800 +/-50 a. BP (BETA-168282). Las tasas de incisión
calculadas para la zona de Mera-Puyo son de 0,43 cm/año entre 17.920 +/- 100 a. BP y 1.800
+/- 50 a. BP, y de 1,11 cm/año desde 1.800 +/- 50 a. BP.
En el granito de Abitagua, la Formación Mera es condensada (11 m de espesor) y descansa
directamente sobre el granito. La Superficie Mera-Upano (T1), está ubicada 156 m arriba del
río Pastaza, lo que implica una tasa de incisión de 0,87 cm/año.
En la Depresión de Sta. Inés, además de la Superficie Mera-Upano ubicada alrededor de
135 m arriba del río Pastaza, aparecen varios niveles de terrazas de ablación en la Formación
Mera. Una de esas terrazas de ablación está sellada por una colada de lava proveniente del
volcán Tungurahua. Esta colada de lava fue cartografiada sobre 30 km de extensión, desde el
pueblo de Baños (al pie del volcán Tungurahua), hasta la Depresión de Sta. Inés. Según Hall
et al. (1999), esa colada de lava sucede a un flujo piroclástico datado en 14C 2.215 +/- 90 a.
BP y está cubierta por cenizas volcánicas datadas en 14C 1.470 +/- 85 a. BP. En la Depresión
de Sta. Inés, a partir de la Superficie Mera-Upano y de la terraza sellada por las lavas, calcula-
mos tasas de incisión de 0,54-0,57 cm/año entre 2.215 y 1.470 a. BP, y de 0,87-2,5 cm/año
entre 2.215 y 1.470 a. BP.
Las tasas de incisión calculadas a lo largo del Río Pastaza, entre 17 920 a. BP y el presente,
están resumidas en la sección de la figura 9. Esas tasas no son constantes de una unidad estructu-
ral a la otra y, están aparentemente vinculadas a las diferentes fallas de corrimiento de la zona su-
bandina. Globalmente, las tasas de incisión aumentan en el tiempo del Pleistoceno al presente.

3.2. Las tasas de incisión del río Upano


La Superficie Mera-Upano (T1) nos permitió también calcular la tasa de incisión del río
Upano. La incisión de T1 empezó después de los últimos depósitos fluviales datados en 23.670
a. BP, que encontramos sobre la superficie (fig. 7). Calculamos en este lugar, por un espesor de
110 m de lahares y de depósitos fluviales, una tasa de incisión hasta el presente de 0,46 cm/año.

3.3. Las tasas de levantamiento tectónico en el megacono del Pastaza


El marcador morfológico Mera-Upano, que se extiende desde la Depresión Sta. Inés
hasta la llanura amazónica, está bastante deformado. Esta superficie aparece en la figura
9a cortada y basculada por las diferentes fallas subandinas. Se calculó el rechazo vertical
de las principales fallas inversas a partir de este marcador. Asumiendo que la Superficie
Mera-Upano no fue afectada por incisión y por levantamiento tectónico hasta 17.920
a. BP (ver más arriba), calculamos tasas de levantamiento del mismo orden que las tasas
de incisión (ver fig. 9a). La tasa de levantamiento más fuerte se encuentra en las fallas de
corrimiento subandinas frontales (fallas de Bobonaza y de Autapi), donde alcanza más de
un centímetro por año. El deslizamiento de 500 m de altura que afecta el frente del mega-
cono aluvial del Pastaza (fig. 5), está vinculado al importante rechazo de esas dos fallas de
corrimiento frontales.

181
182
La superficie Mera-Upano: Marcador geomorfológico de la incisión fluviátil y
del levantamiento tectónico de la zona subandina ecuatoriana

Fig. 10: Los diferentes estados de evolución de la zona subandina ecuatoria-


na y de la Superficie Mera-Upano desde el Pleistoceno: a) Pleistoceno me-
dio-superior; b) entre 32 y 18 ka. BP; c) desde 18 ka. BP; d) actualmente

183
4. SÍNTESIS Y CONCLUSIONES

En el Pleistoceno Medio y Superior, se depositan en la Depresión Pastaza y en el Valle del


Upano, lahares que provienen de la actividad de los volcanes Tungurahua y Sangay (fig. 10a).
Esos lahares constituyen la parte superior de la Formación Mera del megacono aluvial del Pas-
taza. Los lahares del Valle del Upano resultan de dos colapsos sucesivos del edificio del volcán
Sangay en 260 y 50 ka BP.
Entre 32 y 18 ka BP, la última gran glaciación se traduce en la cuenca amazónica por un
clima frío y seco, responsable de la formación y de la preservación de la Superficie Mera-Upano
(fig. 10b). Aparentemente, durante este período, no hubo actividad tectónica y tampoco inci-
sión fluviátil.
Después de 18 ka BP (edad de los depósitos fluviales más jóvenes encontrados encima de la
Superficie Mera-Upano), comienza la incisión fluviátil de la Superficie Mera-Upano por los ríos
Pastaza y Upano (fig. 10c). Esta incisión está ligada a la actividad tectónica de la zona subandina
y a la propagación de fallas de corrimientos, que cortan y deforman la Superficie Mera-Upano.
Actualmente (fig. 10d), el megacono aluvial del Pastaza está afectado por un proceso de ero-
sión regresiva espectacular, que se traduce por un deslizamiento de 500 m de altura que separa la
zona subandina de la llanura amazónica. Este deslizamiento está ubicado a lo largo de las fallas
de corrimiento frontales de la zona subandina, cuya tasa de levantamiento es estimada a más de
1 cm/año. Esta importante actividad tectónica está corroborada por la fuerte actividad sísmica
y volcánica que caracteriza la zona subandina ecuatoriana (ver Legrand et al. y Barragán et al.,
en este libro). La propagación de las fallas de corrimiento, modificó considerablemente la red
hidrográfica de la región del Pastaza y del Upano.
Aparentemente, la Superficie Mera-Upano y las fuertes tasas de incisión fluviátil y de le-
vantamiento tectónico que la caracterizan, están restringidas a la zona subandina ecuatoriana.
Desaparecen al sur (en Perú) y al norte (en Colombia). La morfología de la zona subandina
ecuatoriana y su fuerte actividad tectónica, pueden ser interpretadas como el resultado de un
evento geodinámico mayor, tal como la subducción de la “Dorsal” oceánica de Carnegie, cuyos
efectos pueden aparecer en la cuenca amazónica a partir del Pleistoceno.

184
La superficie Mera-Upano: Marcador geomorfológico de la incisión fluviátil y
del levantamiento tectónico de la zona subandina ecuatoriana

REFERENCIAS CITADAS

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subandine équatorienne, haut bassin amazonien). PhD Thesis, University of Toulouse, 181 p.
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779 p.
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Geografía, 4, 5-38.
HALL M.L., ROBIN C., BEATE B., MOTHES P., MONZIER M., 1999 - Tungurahua Volcano, Ecuador:
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MONZIER M., ROBIN C., SAMANIEGO P., HALL M. L., COTTON J., MOTHES P., ARNAUD N.,
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TSCHOPP H.J., 1953. Oil explorations in the Oriente of Ecuador. A.A.P.G. bull., 37, 2303-2347.

185
El enjambre sísmico de Macas (Cordillera de Cutucú)

EL ENJAMBRE SÍSMICO DE MACAS


(CORDILLERA DE CUTUCÚ)

Denis Legrand (1), Patrice Baby P. (2), Francis Bondoux (3),


Catherine Dorbath (4), Séverine Bès de Berc (5), Marco Rivadeneira (6)

Resumen
La sismicidad de la región de Macas es comparada a la sismicidad global del Ecuador. Un
experimento con diez estaciones sismológicas de corto período fue realizado cerca de la ciudad
de Macas, en la parte sur del piedemonte subandino del Ecuador (Cordillera de Cutucú), entre
1999 y el 2000. Las ubicaciones de los terremotos registrados fueron comparadas y correlacio-
nadas con las estructuras geológicas. Algunos eventos están alineados en una dirección NNE-
SSO, que corresponde a la orientación de los planos nodales del mecanismo focal inverso del
terremoto de 1995 (Mw=7.0), pero muchos eventos más pequeños están alineados en dirección
NNO-SSE. Atribuimos estas dos orientaciones del enjambre sísmico de Macas a los corri-
mientos subandinos de basamento que provienen de la inversión tectónica de un rift abortado
del Triásico-Jurásico, orientado NNE-SSO, que fue levantado y parcialmente expuesto en la
cordillera de Cutucú.
El fraccionamiento de esta parte de la deformación subandina está controlado por fallas
normales preexistentes, de orientación NNE-SSO y de edad Triásico-Jurásico, que han sido
significativamente comprimidas en transpresión y reactivadas en fallas inversas. La mayor parte
de las fallas del rift estaban orientadas en sentido NNE-SSO, y corresponden ahora a algunos

(1)
NATIONAL AUTONOMOUS UNIVERSITY OF MEXICO · Department of
Vulcanology · Instituto Geofísica Mexico·Mexico City (denis@geofisica.unam.mx)
(2)
Géosciences-Environnements Toulouse, UNIVERSITÉ DE TOULOUSE; UPS
(SVT-OMP); CNRS; IRD; 14 Avenue Édouard Belin, F-31400 Toulouse, France.
Dirección Actual: IRD Perú, Casilla 18-1209, Lima 18, Perú (patrice.baby@ird.fr)
(3)
IRD, Lima, Perú (francisbondoux@gmail.com)
(4)
LMGT, IRD/CNRS/UPS, 38 rue des 36 ponts, 31400 Toulouse, France (catheri-
ne.dorbath@eost.u-strasbg.fr)
(5)
Séverine Bès de Berc,BRGM Réunion-Océan Indien (S.BesdeBerc@brgm.fr)
(6)
PETROAMAZONAS, (Marco_Vinicio_Rivadeneira@petroamazonas.ec)

187
corrimientos del Subandino, como lo confirma el mecanismo focal del terremoto de 1995,
localizado en el borde este (corrimiento frontal de Morona). En la Cordillera de Cutucú, la
orientación del enjambre actual de réplicas, puede ser interpretada como el resultado de la aco-
modación del desplazamiento del corrimiento frontal de Morona NNE-SSO, a lo largo de fallas
preexistentes NN-SSE que se encuentran dentro del sistema de rift invertido.

Palabras claves: Ecuador, tectónica de inversión, enjambre sísmico, zona subandina.

Introducción
Un terremoto de magnitud Mw=7.0, a una profundidad de 23.6 Km. (Engdahl et al.,
1998), ocurrió el 3 de octubre de 1995, cerca de la ciudad de Macas en el piedemonte suban-
dino meridional del Ecuador (Cordillera de Cutucú). Las réplicas más fuertes, determinadas
por Harvard, están básicamente alineadas en una dirección NNE-SSO, de acuerdo con el me-
canismo focal del terremoto principal. Pero, muchos eventos más pequeños, localizados por la
red sísmica ecuatoriana, estaban alineados en una dirección sorprendente NNO-SSE (Yepes
et al., 1996). Como la distribución de las estaciones de la red ecuatoriana está principalmente
orientada NO respecto al enjambre de Macas, la localización de estas réplicas pudo haber sido
afectada por la distribución de estas estaciones sísmicas. Para confirmar esta orientación, una
red portátil de diez estaciones, fue instalada alrededor del enjambre de Macas, entre noviembre
1999 y junio 2000.
Muchos estudios geológicos fueron realizados en el piedemonte subandino y en las tierras
bajas amazónicas del Ecuador, conocidas como la Cuenca Oriente (Tschopp, 1953; Canfield
et al., 1982; Dashwood and Abbotts, 1990; Baby et al., 1999; Christophoul et al., 2002a,b;
capítulo 2 de este libro), pero existen pocos análisis estructurales detallados sobre la cordillera
subandina de Cutucú, cuya fuerte actividad tectónica está evidenciada por el enjambre sísmico
de Macas y la deformación de los marcadores morfológicos recientes (Bès de Berc et al., 2003).
El propósito de este estudio es presentar y utilizar resultados geológicos y sísmicos para
caracterizar la deformación activa de la Cordillera de Cutucú y, para explicar el origen del en-
jambre sísmico de Macas.

1. CUADRO GEODINÁMICO

El Ecuador está ubicado en la frontera entre los Andes Centrales orientados SSE-NNO y,
los Andes Septentrionales orientados SSO-NNE (fig. 1). Esta posición particular en forma de
codo hace que esta región esté sometida a cambios de esfuerzos importantes y, por lo tanto,
puede ser responsable de la fuerte actividad sísmica y volcánica de Ecuador respecto a Perú o
Colombia. Por ejemplo, el Ecuador tiene más de 18 volcanes activos, mientras que en el norte
de Perú (norte de 14°S), el volcanismo activo es inexistente, y Colombia tiene 14 volcanes acti-
vos (Simkin and Siebert, 1994). Volcanes muy altos están ubicados en Ecuador (e.g. Mt. Chim-
borazo, 6.310 m; Mt Cotopaxi, 5897 m; Mt Cayambe, 5.790 m) y grandes terremotos (e.g. del
31/01/1906 Mw =8.8, del 12/12/1979 Mw =8.1, del 14/05/1942 Mw =7.8 y, del 19/01/1958
Mw =7.7), ocurrieron en la costa del Pacífico.
Específicamente, en los Andes Ecuatorianos, ocurrieron grandes terremotos superficiales en

188
El enjambre sísmico de Macas (Cordillera de Cutucú)

Fig. 1: Mapa de elevación de la curvatura norte de los Andes (Gtopo 30 DEM), y terremotos su-
perficiales (profundidad < 50 km) (Mw > 5.0), del catálogo de Harvard (1973-2000), que tienen
mecanismo focal para 10 regiones y los tensores de esfuerzos correspondientes (ver tabla 1). Los
círculos corresponden a los terremotos, que no fueron usados para la determinación de los tenso-
res de esfuerzos. Para el enjambre de Macas, tres eventos adicionales fueron incluidos (10/05/1963,
03/11/1963, 21/06/1967, ver figura 2). DGM = Dolores Guayaquil Megashear

la zona subandina (Mw= 7.1 1987 Baeza; Mw=7.0 1995 Macas), caracterizada también por la
presencia de volcanes activos como el Sumaco y El Reventador (reactivado en noviembre 2002).
La placa de Nazca subduce por debajo de la placa suramericana, a una velocidad de 58 ± 2
mm/año, en las latitudes de Ecuador (Trenkamp et al., 2002). Medidas GPS indican un mo-
vimiento en dirección este de la placa de Nazca respecto a la placa suramericana, considerada
como fija, que es oblicua a la fosa de Ecuador (Kellogg y Vega, 1995; Trenkamp et al., 2002)

189
y, que genera una compresión principalmente E-O (Ego et al., 1996; Gutscher et al., 1999a,
1999b). La deformación en los altos Andes Ecuatorianos fue básicamente relacionada con la
zona dextral de la megafalla Dolores Guayaquil (Dolores Guayaquil Megashear : DGM) (Win-
ter et al., 1993; Deniaud et al., 1999; Trenkamp et al., 2002), que marca la zona de sutura entre
el bloque costero ecuatoriano y el margen continental suramericano (Benítez, 1995; Jaillard et
al., 1995). Al este de la DGM, los Andes Ecuatorianos consisten en una faja plegada y corrida
hacia el este (Cordillera Oriental y piedemonte Subandino, donde el patrón estructural está
dominado por deformación compresiva y transpresiva (Aspden and Litherland, 1992; Baby et
al., 1999; Pratt et al., 2002).
Para tener una idea de los tensores de esfuerzos, les hemos calculado a partir de los mecanis-
mos focales de Harvard para eventos superficiales (<50 Km) de magnitud Mw > 5.0. La región
entera fue dividida en diez regiones, en las cuales se supone que existe un solo tensor de esfuer-
zos (figura 1). El comportamiento general de la tectónica puede ser deducido a partir del factor
de forma R (Rivera y Cisternas, 1990), del tensor de esfuerzos (R<0 para una compresión pura,
R>1 para una extensión pura y, 0<R<1 para un estado intermedio, tabla 1).
Algunos eventos no han sido tomados en cuenta porque sus mecanismos focales no eran
compatibles con el tensor de esfuerzos de la región (principalmente la costa de Colombia,

σ1 σ2 σ3 R
Región
strike dip strike dip strike dip Score
280.32 +/- 0.63 190.08 +/- 0.64 77.84 +/- 1.44 -1.51 +/- 0.09
1
5.88 +/- 0.63 2.29 +/- 0.14 83.66 +/- 0.60 0.996 +/- 0.00005
91.07 +/- 1.69 204.19 +/- 0.43 294.53 +/- 0.43 2.16 +/- 0.05
2
82.64 +/- 0.41 2.87 +/- 0.23 6.74 +/- 0.42 0.995 +/- 0.0002
265.17 +/- 0.20 174.42 +/- 0.19 54.24 +/- 1.12 -0.76 +/- 0.02
3
8.54 +/- 0.29 5.03 +/- 0.21 80.06 +/- 0.31 0.998 +/- 0.00002
40.50 +/- 0.82 131.20 +/- 0.85 284.89 +/- 1.11 -2.45 +/- 0.37
4
4.34 +/- 0.20 8.96 +/- 0.41 80.02 +/- 0.43 0.984 +/- 0.0004
251.08 +/- 0.52 341.43 +/- 0.47 88.82 +/- 2.29 -0.31 +/- 0.05
5
7.67 +/- 0.39 2.49 +/- 0.42 81.87 +/- 0.44 0.709 +/- 0.0003
318.25 +/- 0.34 228.25 +/- 0.34 281.65 +/- 2.36 -0.33 +/- 0.02
6
0.34 +/- 0.06 0.25 +/- 0.05 89.57 +/- 0.08 0.973 +/- 0.0007
92.93 +/- 0.99 184.98 +/- 0.94 293.99 +/- 0.58 -0.14 +/- 0.02
7
17.76 +/- 0.36 6.37 +/- 0.31 71.04 +/- 0.37 0.971 +/- 0.0004
104.02 +/- .044 6.24 +/- 1.02 197.50 +/- 0.51 0.17 +/- 0.14
8
5.20 +/- 0.49 55.61 +/- 0.90 33.84 +/- 0.94 0.944 +/- 0.00005
83.62 +/- 0.56 174.38 +/- 0.55 278.07 +/- 0.85 -1.84 +/- 0.08
9
13.09 +/- 0.37 3.25 +/- 0.16 76.50 +/- 0.37 0.991 +/- 0.0002
273.59 +/- 0.68 183.55 +/- 0.68 113.03 +/- 25.02 -1.39 +/- 0.06
10
1.33 +/- 0.59 0.68 +/- 0.34 88.49 +/- 0.68 0.845 +/- 0.0001
Tabla 1: Características de los tensores de esfuerzos promedio de las 10 mejores solucio-
nes. R es el factor de forma (ver texto)

190
El enjambre sísmico de Macas (Cordillera de Cutucú)

círculos de la figura 1). Todos los tensores de esfuerzos son compresionales (con un σ3 vertical,
figura 1, i.e. con R<0, tabla 1), excepto para dos regiones: la parte sur de la costa de Colombia
(región 2 con cruces de la figura 1), que es una pequeña región extensional (R>1, tabla 1). La
segunda región es el enjambre de Macas (región 8, con diamantes en la figura 1), que tiene un
tensor de esfuerzos de rumbo intermedio (0<R<1, tabla 1). Esta región de Macas es una zona de
transición entre dos regiones en compresión (norte del Perú y norte del Ecuador, figura 1, tabla
1), caracterizando una deformación compleja, en una región en forma de codo, entre el cambio
de orientación de las cordilleras del Perú y Colombia, mencionado antes. Estos resultados son
similares a los encontrados por Ego et al. (1996), excepto para la región 6 de Bogotá (estrellas en
figura 1) y para la región 8 de Macas (diamantes en la figura 1). Esta diferencia puede ser atri-
buida a que estos autores no pudieron tomar en cuenta el sismo de Macas de 1995, de magnitud
Mw =7.0, y sus réplicas, ni tampoco el evento de 1995 de Mw =6.5 y sus réplicas en la región de
Bogotá (estos eventos ocurrieron después de sus análisis). Esta situación particular de la región
de Macas será discutida en este artículo dentro de su contexto geológico.

2. CUADROS SISMOLÓGICOS Y GEOLÓGICOS

Un terremoto superficial de magnitud Mw=7.0 a 23,6 Km de profundidad, ocurrió el 3 de


octubre de 2005 a 2.768°S, 77.818°W (Engdahl et al., 1998; evento 7 en la figura 2), cerca de
la ciudad de Macas, en la cordillera subandina de Cutucú, que constituye la parte sur del piede-
monte oriental de los Andes ecuatorianos. La deformación subandina en Ecuador es compresiva
o transpresiva y es controlada por corrimientos de basamento de alto ángulo. El piedemonte
Subandino, está constituido por la culminación relativamente simple del antiforme Napo (Le-
vantamiento Napo) en el norte, y la estructura compleja de la Cordillera de Cutucú en el sur,
ambas separadas por la Depresión Pastaza, donde se desarrolló un abanico aluvial tropical y
húmedo a gran escala (Bès de Berc et al., capítulo 1 de este libro). La Cordillera de Cutucú esta
deformada significativamente por un complejo sistema de fallas inversas (figura 2), relacionado
a la inversión de tipo transpresivo de un rift abortado Triásico y Jurásico, de orientación NNE-
SSO (Baby et al., 1999; Christophoul, 1999; Díaz et al., capítulo 1 de este libro). Este sistema
de rift invertido desaparece en dirección noreste, bajo los depósitos terciarios de la adyacente
Cuenca Oriente de ante-país, como muestran los perfiles sísmicos de los campos de la Cuenca
Oriente (Rivadeneira et Baby, capítulo 2 de este libro). El núcleo de la Cordillera de Cutucú,
está constituido por la Formación Santiago (figura 3), que corresponde al relleno sedimentario
levantado a superficie del rift Triásico-Jurásico (Christophoul, 1999). Los marcadores geomor-
fológicos cuaternarios, como las terrazas aluviales del valle del Río Upano en la parte trasera
de la Cordillera de Cutucú, están deformados por fallas de corrimiento (Bès de Berc, 2003).
Estas deformaciones recientes, están de acuerdo con la importante sismicidad registrada en esta
región (figura 2).
Las réplicas más importantes del evento de 1995, registradas por el USGS, están alineadas
en una dirección NNE-SSO (figura 2), de acuerdo con el mecanismo focal del choque prin-
cipal. Sin embargo, muchas pequeñas réplicas (de magnitud local ML<4.0), fueron también
registradas en una dirección perpendicular NNO-SSE, pocos días después del choque principal
(Yepes et al., 1996; Alvarado et al., 1996) y hasta más de cinco años después (figura 4). El sig-
nificado de estas dos orientaciones será discutido posteriormente.

191
Fig. 2: Mecanismos focales de terremotos superficiales (profundidad < 50 km) de magnitud (Mw > 5.0),
del catálogo de Harvard (1973-2000), reportados (puntos amarillos) en el modelo numérico de relieve
(Savane software © IRD/MS, France) y, mapa estructural de la región de Macas. Tres sismos adicionales
fueron incluidos (10/05/1963, 03/11/1963, 21/06/1967). El evento 7 de profundidad 23.6 km de 1995
(estrella roja), tiene un mecanismo focal compatible con la deformación transpresiva del corrimiento
frontal de Morona. Las réplicas del sismo de 1995 de Macas (puntos azules), también están represen-
tadas (Catalogo de Harvard, excepto para el terremoto de Macas de 1995 para el cual usamos la locali-
zación de Engdahl et al. (1998) que es más precisa). Las réplicas están agrupadas, según una dirección
NNE-SSO, de acuerdo con el mecanismo focal del choque principal de 1995

192
El enjambre sísmico de Macas (Cordillera de Cutucú)

Fig. 3: Mapa geológico de la región de Macas

193
Fig. 4: Sismicidad registrada durante el experimento de 1999-2000, reportada en el mo-
delo numérico de relieve (software “Savane” © IRD/MS, Francia) y, mapa estructural con la
localización de las diez estaciones sísmicas (triángulos amarillos: 1: Cerro Bosco, 2: Mac2,
3: Mac3, 4: Mac4, 5: Mac5, 6: Mac6, 7: Mac7, 8: Yaupi, 9: Morona, 10: Miasal)

3. DESCRIPCIÓN DE LA CAMPAÑA SÍSMICA DE 1999-2000

Aprovechando la fuerte actividad sísmica cerca de Macas, en la Cordillera de Cutucú, se


realizó desde 1995, un análisis estructural y un experimento sísmico, para investigar el origen
del enjambre sísmico y comprobar su orientación NNO-SSE. Diez estaciones sísmicas (8 L4-
3D de tres componentes y 1 Hz, y 2 Mark Product vertical 2 Hz de un componente), fueron

194
El enjambre sísmico de Macas (Cordillera de Cutucú)

instaladas alrededor del enjambre de Macas, entre noviembre 1999 y junio 2000 (figura 4), para
precisar las ubicaciones de los hipocentros. Cada estación registraba el tiempo con un GPS pro-
pio. El intervalo de muestreo era de 50 Hz. Por la dificultad de acceso en la selva amazónica, dos
estaciones registraban de manera continua, con un sistema de adquisición “Reftek” (Miasal y
Yaupi). Las otras ocho estaciones eran de tipo “LEAS” con un sistema de disparo. Las estaciones
MC6Z y MC7Z, transmitían con telemetría al Cerro Bosco CBOS (figura 4).

4. LOCALIZACIÓN DE LOS EVENTOS DE 1999-2000

En una primera etapa, los eventos fueron prelocalizados con el programa “hypoellipse”
(Lahr, 1995). El modelo de propagación fue deducido de la información sísmica de la Cuenca
Oriente (cf. Rivadeneira et Baby, capítulo 2 de este libro) y comparado con un experimento
microsísmico realizado más al sur (cuenca peruana de Ucayali), para obtener una tomografía
estructural (Mallick B. y Drummond J., 1999). En una segunda etapa, localizaciones relativas
usando la técnica del Master Event (Spence, 1980; Besse, 1986), fueron realizadas con la infor-
mación a priori de los hipocentros dados por el programa hypoellipse. En una tercera etapa, se
hizo una determinación conjunta de la estructura de velocidad y de localización de los eventos
usando la última versión de “simulps12” (Evans et al., 1994) del método de Thurber (1983), y
empleando como datos de ingreso los tiempos de viaje de los eventos localizados previamente
con la técnica del master event. Gran parte de los eventos están ubicados entre 0 y 25 Km de pro-
fundidad. Otros eventos se encuentran a mayores profundidades, alcanzando los 180 Km, que
corresponde a la subducción de la placa de Nazca. Algunos eventos están alineados en la direc-
ción NNE-SSO, que a su vez corresponde a la orientación de los planes nodales del mecanismo
focal inverso del sismo de magnitud Mw =7.0 de 1995 cerca de Macas, pero la mayor parte de
los eventos en la cordillera de Cutucú (figura 4), están alineados en una dirección NNO-SSE.

5. INVERSIÓN TECTÓNICA Y DATOS SISMOLÓGICOS

Los hipocentros fueron reportados sobre un mapa geomorfológico y estructural de la Cor-


dillera de Cutucú (figura 4), obtenido a partir de la interpretación de imágenes satelitales, de
estudios de campo y de la revisión de mapas geológicos de la anterior empresa estatal Petropro-
ducción. Nuestro mapa estructural, muestra dos sistemas principales de fallas inversas y pliegues
de varios kilómetros. El primero tiene la orientación regional N-S a NNE-SSO, e incluye los
principales corrimientos que limitan la Cordillera de Cutucú.
El terremoto de 1995, sus réplicas y un pequeño enjambre registrado por nuestro experi-
mento, están ubicados en la parte frontal de la Cordillera de Cutucú (figura 4). El terremoto
de 1995, ubicado a 23,6 km de profundidad, ocurrió probablemente sobre el corrimiento de
basamento de dirección NNE-SSO, buzante hacia el oeste (figura 2), que emerge a 15 km al
este (corrimiento frontal de Morona). Hablaremos más adelante del origen de esta falla mayor.
El segundo sistema de pliegues y fallas inversas tiene una orientación NNO-SSE, similar a la del
enjambre actual de Macas confirmado por nuestro experimento.
El corte estructural de la figura 5 fue construido a partir de datos de superficie y de
los hipocentros obtenidos en nuestro experimento, e inspirado en las secciones sísmicas de
la parte noreste del rift abortado triásico-jurásico, invertido por transpresión y emergiendo

195
Fig. 5: Corte estructural perpendicular a la Cordillera de Cutucú (ver figuras 3 y 4): A. Datos super-
ficiales y sismicidad gravada durante el experimento de 1999-2000; B. Interpretación de la geome-
tría de las fallas definidas en base a la sismicidad, y perfiles de sísmica de reflexión en la extensión
noreste del rift invertido triásico-jurásico (Díaz et al., capítulo 2 de este libro); C. Reconstrucción
palinspástica, mostrando la geometría del rift pre-cretácico (estado de preinversión)

196
El enjambre sísmico de Macas (Cordillera de Cutucú)

actualmente en la Cordillera de Cutucú. Las cuencas invertidas y sus estructuras asociadas


han sido reconocidas en todos los continentes (Lowell, 1995), y la inversión tectónica de
rift es común en los Andes (Uliana et al., 1995; Branquet et al., 2002). Las localizaciones
de terremotos (figura 5A), muestran corrimientos de basamento de alto ángulo de acuerdo
con los datos regionales de sísmica de reflexión. En el este, limita en el corrimiento frontal
de Morona, donde está ubicado el sismo de 1995 a 23,6 km de profundidad. Esta falla in-
versa puede interpretarse como la inversión de una falla mayor normal del borde oriental
del rift Triásico-Jurásico (figura 5B). En el núcleo de la Cordillera de Cutucú, la orientación
NNO-SSE del enjambre sísmico, resulta probablemente de la reactivación de fallas inversas
profundas de buzamientos opuestos, orientadas NNO-SSE, y que interpretamos como fallas
normales invertidas, delimitando un horst de basamento (ver reconstrucción palinspástica de
la sección transversal de la figura 5C). Esta interpretación y la orientación NNO-SSE de fallas
normales preexistentes, dentro del sistema de rift orientado NNE-SSO, implican la existencia
de una tectónica sinestral y transtensional durante los tiempos triásico y tjurásico. En dicho
modelo, el desplazamiento del corrimiento de Morona (terremoto de 1995), es acomodado
por reajuste de fallas dentro del rift invertido, que induce la sismicidad orientada NNO-SSE
en la Cordillera de Cutucú.

6. CONCLUSIONES

El riesgo sísmico en la región de Macas es alto, como lo muestra el terremoto allí producido
de Mw=7.0 de 1995. En esta región (réplicas pos-1995), los temblores son sentidos frecuente-
mente, por muchos de los habitantes de la zona. Esta sismicidad está relacionada a la inversión
tectónica de un rift triásico-jurásico orientado NNE-SSO, que penetra oblicuamente en el
piedemonte subandino (ver figura 1) y emerge en la Cordillera de Cutucú. La partición actual
de esta parte de la deformación subandina, es controlada por la presencia de dos orientaciones
de fallas preexistentes del rift. Las fallas originales que delimitan el rift, tenían una orientación
NNE-SSO, y están actualmente reactivadas e invertidas por compresión-transpresión, como lo
confirma el mecanismo focal del terremoto de 1995, ubicado en la parte este del corrimiento
frontal de Morona. En la cordillera de Cutucú, la orientación actual NNO-SSE del enjambre,
puede ser interpretada como el resultado de la reactivación de fallas inversas NNO-SSE de
buzamiento opuesto, y heredadas del sistema de rift que acomoda el desplazamiento inicial del
corrimiento frontal de Morona (terremoto de 1995).

AGRADECIMIENTOS

Agradecemos a: A. Cisternas, por facilitarnos su programa para calcular el tensor de esfuer-


zos y a J. C. Ruegg por su programa del Master event; a IRD por ayudarnos con la red de sismó-
grafos portátiles; a la EXPETROPRODUCCIÓN y al Ejército Ecuatoriano, por su importante
apoyo logístico. D Legrand agradece al Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia (Minis-
tère des Affaires Etrangères) y al Instituto Francés de Estudios Andinos (IFEA), por auspiciarle
una posición de 2 años en Ecuador como investigador. Estas investigaciones fueron apoyadas
por el Proyecto IRD e INSU 99PNSE59.

197
REFERENCIAS CITADAS

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200
Evolución magmática actual de la zona subandina: Volcanes El
Reventador y Sumaco, modelos geodinámicos preliminares

EVOLUCIÓN MAGMÁTICA ACTUAL DE


LA ZONA SUBANDINA: VOLCANES EL
REVENTADOR Y SUMACO, MODELOS
GEODINÁMICOS PRELIMINARES

Roberto Barragán (1),


Patrice Baby (2)

Resumen
Los volcanes El Reventador y Sumaco, localizados a lo largo de la zona subandina norte de
Ecuador (levantamiento Napo), muestran una marcada variación petrográfica y geoquímica.
Esto, a pesar de estar desarrollados sobre un mismo basamento, correspondiente a la sección
fanerozoica de la Cuenca Amazónica Oriente, y de estar separados por solamente 50 km de
distancia el uno del otro a lo largo de un eje principal NNE-SSO.
El volcán Sumaco, localizado al sur del levantamiento Napo, es caracterizado por un
volcanismo alcalino shoshonítico, fuertemente subsaturado en sílice y enriquecido en elementos
incompatibles en una relación de al menos cinco a uno, con respecto a los contenidos observados
en el resto de volcanes andinos ecuatorianos.
El volcán El Reventador, localizado en la parte norte de la zona subandina, se caracteriza por
un volcanismo calco-alcalino con una cierta signatura adakítica, similar a la que presentan los
volcanes holocénicos Cayambe y Antisana de la Cordillera Real.
Radios isotópicos de 87Sr/86Sr y 143Nd/144Nd, obtenidos en ambos volcanes, excluyen los
procesos de asimilación de corteza como el principal mecanismo para explicar su variación
composicional. En su lugar, son los procesos de subducción y la interacción con la cuña
del manto, los que imparten el control principal para la generación de estos magmas y sus
diferencias. Proponemos preliminarmente la existencia de un límite volcanogénico, el mismo

(1)
Exploration SE Asia, HESS CORPORATION, Kuala Lumpur, Malaysia
(rbarragan@hess.com)
(2)
Géosciences-Environnements Toulouse, UNIVERSITÉ DE TOULOUSE; UPS
(SVT-OMP); CNRS; IRD; 14 Avenue Édouard Belin, F-31400 Toulouse, France.
Dirección Actual: IRD Perú, Casilla 18-1209, Lima 18 – Perú (patrice.baby@ird.fr)

203
que separa dos tipos diferentes de zonas de Benioff desplazadas por efecto de la subducción
subhorizontal de la Cordillera de Carnegie. Al norte, el volcán El Reventador estaría asociado
con procesos normales de subducción, y su signatura geoquímica reflejaría aún los efectos
metasomáticos adakíticos generados al oeste bajo el frente volcánico andino y, arrastrados
al este hacia zonas más profundas por corrientes convectivas en la cuña mantélica. Al sur, el
volcán alcalino Sumaco, reflejaría posiblemente el inicio de un proceso de slab roll-back como
consecuencia directa de la subducción de la Cordillera de Carnegie, la misma que bloquea y
disminuye el proceso normal de subducción. Su signatura geoquímica, sugiere un menor aporte
de la placa subductada y/o bajos grados de fusión parcial, como es sugerido por sus bajos radios
LIL/HFS y altos contenidos en elementos incompatibles. Su signatura alcalina también podría
reflejar la contribución de una fuente mantélica previa, tipo isla oceánica (OIB) modificada por
componentes de subducción.

Palabras Claves: shoshonitas, volcanismo alcalino, adakitas, fusión parcial, elementos


incompatibles, HFS, LIL

Introducción
Los Andes Ecuatorianos representan un segmento de la zona volcánica septentrional andina
(NVZ) (Thorpe et al., 1982), desarrollada a lo largo del margen noroccidental de Sudamérica
(fig. 1). Estos proveen una remarcable oportunidad para estudiar la naturaleza del magmatismo
asociado con la convergencia de placas y, por lo tanto precisar la relación entre subducción,
espesor y estructura interna de la litósfera continental por la cual atraviesan sus magmas.
Los Andes Ecuatorianos, caracterizados por dos cadenas montañosas principales (la
Cordillera Occidental al oeste y la Cordillera Real al este), presentan una tercera cadena
incipiente de volcanes desarrollada hacia la parte más externa del arco magmático actual, a lo
largo de la zona subandina norte (levantamiento Napo) (fig. 1). A pesar de estar desarrollados
sobre un mismo basamento, correspondiente a la sección fanerozoica de la Cuenca Oriente,
dichos volcanes subandinos presentan una fuerte variación composicional, tanto geoquímica
como petrográfica, desde magmas típicamente calco-alcalinos-andesíticos evidenciados en el
volcán El Reventador, a magmas fuertemente alcalinos tipo basanitas y fonolitas presentes en el
volcán Sumaco (Colony and Sinclair, 1928; Barragán et al., 1998).
Varios factores geológicos, presentes a lo largo del arco magmático andino ecuatoriano, son
considerados al comparar los volcanes El Reventador y Sumaco. Primero, los magmas generados
en ambos volcanes tuvieron que atravesar la misma sección litosférica, y por lo tanto cualquier
efecto de la corteza atravesada puede medirse. Segundo, ambos volcanes se localizan a la misma
distancia con respecto a la fosa ecuatoriana, y posiblemente tienen una misma relación con
respecto a la zona de Benioff, lo que permite probar el efecto que tiene la geometría de la
subducción con respecto a la generación de magmas y a las diferentes características de la placa
oceánica subductada.
El presente trabajo, por lo tanto, tiene como objetivo principal establecer un modelo
geodinámico para la evolución magmática actual de la zona subandina a través del estudio
vulcanológico, petrográfico, y geoquímico de los volcanes Sumaco y El Reventador. El mismo,
permite explicar las diferencias composicionales tan marcadas entre dichos volcanes a pesar de
estar separados solamente por 50 km de distancia el uno del otro, a lo largo del eje principal

204
Evolución magmática actual de la zona subandina: Volcanes El
Reventador y Sumaco, modelos geodinámicos preliminares

Fig. 1: Mapa de ubicación regional de la zona de estudio: (A) distribución de las zonas volcánicas
activas, a lo largo de la Cordillera Andina (modificado de Cas and Wright, 1988); (B) sistema de sub-
ducción actual Ecuatoriano-Colombiano, y su relación con la placa de Nazca (modificado de Mon-
zier et al., 1999); (C) zona subandina ecuatoriana, área de estudio (modificado de Baby et al., 1999)

205
N-S del Levantamiento Napo (fig. 2).
El modelo de evolución magmática de la zona subandina que a continuación se propone, se
enmarca dentro de un esquema coherente con la evolución geodinámica actual del arco andino
septentrional y del sistema de subducción noroccidental del margen sudamericano.

1. MARCO GEOLÓGICO REGIONAL

La evolución geodinámica de los Andes Septentrionales, desde el Neógeno está relacionada


con la subducción de la placa oceánica Nazca debajo de la placa sudamericana (Lonsdale &
Klitgord, 1978; Winter, 1990). La característica más significativa del sistema de subducción
actual, en los Andes Septentrionales, es su segmentación en distintas regiones sismo-
tectónicas (Hall and Wood, 1985), con ángulos de subducción altos (25-35°), alternada con
regiones asísmicas y segmentos de subducción horizontalizados, debido principalmente a la
heterogeneidad de la placa Nazca (Gutscher et al., 1999a).
Ecuador está localizado en una posición geológica privilegiada, debido a que en él se
encuentra la transición de algunas de estas regiones sismo-tectónicas y volcanogénicas activas
(fig. 1). Al sur de 2°S, la subducción de la placa Nazca, caracterizada por un ángulo menor a
15°, crea una zona amagmática (Hall and Wood, 1985; Barberi et al., 1988) y el comienzo de
una zona de subducción horizontal (flat-slab) (Gutscher et al., 1999b), que se extiende hasta
15°S en la parte sur de Perú.
Al norte de 2°S, se ubica el arco volcánico activo, donde la subducción de la litósfera
oceánica, define una zona de Benioff con ángulos entre 25° y 35° (Winter, 1990; Barazangi &
Isacks, 1976; Londslade & Klitgord, 1978). Recientemente, Gutscher et al. (1999a), propone
una subdivisión de la parte correspondiente al arco magmático ecuatoriano en dos segmentos
diferentes: la región entre 1°S y 2°S, caracterizada por un arco activo estrecho y una zona de
subducción con ángulos altos, orientada hacia el NE; y la región entre 2.5°N y 1°S, caracterizada
por un arco magmático ensanchado, con una signatura adakítica (Bourdon et al., 2001; Monzier
et al., 1997, 1999), directamente ligado a la fusión de la placa subductada correspondiente a la
subducción de la cordillera asísmica de Carnegie, cuya prolongación genera un efecto de flat
slab en la placa subductada (Gutscher et al., 1999a). Ambas regiones estarían separadas por
una zona de desgarre “tear zone”, separando la corteza oceánica Nazca al NW (<25 Ma), de la
corteza oceánica oligocénica Farallón al SE (>25 Ma) (fig. 1) (Pennington, 1981; Hall & Wood,
1985). Sin embargo, Garrison y Davidson (2003), cuestionan el efecto de flat slab asociado a la
subducción de la Cordillera de Carnegie propuesto por Gutscher et al. (1999a), debido a que
su configuración está basada únicamente en la distribución de un solo sismo, y por lo tanto, la
información geofísica disponible en la zona volcánica norte (NVZ), no es convincente.
Unívocamente, la colisión de la Cordillera de Carnegie, es un proceso continuo que
comenzó al menos desde hace 1 a 2 Ma (Lonsdade & Klitgord, 1978; Gutscher et al., 1999a),
y probablemente sea un proceso más antiguo según Spikings et al. (2001), que ha controlado
la evolución geodinámica andina hasta el presente, pero, ¿Es éste el mecanismo más relevante
para la generación de magmas en el arco septentrional andino ecuatoriano? Un transecto
orientado N-S, como el propuesto en el presente estudio, permite probar dichos efectos
en la producción de magmas tan diferentes en los volcanes holocénicos actuales activos El
Reventador y Sumaco, a lo largo de la zona subandina norte (Levantamiento Napo) (fig. 3),

206
Evolución magmática actual de la zona subandina: Volcanes El
Reventador y Sumaco, modelos geodinámicos preliminares

Fig. 2: Mapa geológico sintetizado de la zona subandina norte: Levanta-


miento Napo y ubicación de los volcanes Sumaco y El Reventador.

207
VOLCÁN REVENTADOR VOLCÁN SUMACO
REV-2 REV-11 3D2 GS-8
SiO2 58.46 55.062 47.56 54.33
Al2O3 18.36 18.284 18.89 19.72
TiO2 0.779 0.934 1.29 0.77
FeO* 5.78 7.298 8.99 6.36
MnO 0.117 0.152 0.32 0.22
CaO 6.43 7.796 8.63 6.05
MgO 3.41 4.646 2.49 1.68
K2O 2.02 1.575 4.43 4.06
Na2O 4.28 3.888 6.77 6.35
P2O5 0.367 0.366 0.64 0.46

Zr 137 124 441 406


Ni 17 28 4 10
Cr 26 42
Sc 10 18 1 1
V 138 176 292 130
Ba 1107 834 2563 2822
Rb 49 36 125 104
Sr 846 802 4059 2605
Y 13 17 49 35
Nb 8.7 9.2 82 53

87
Sr/86Sr 0.704538 0.704429 0.704243 0.704195

Nd/144Nd
143
0.512715 0.512756 0.512893 0.512894

Sc 12.7 19.0 2.5 3.57


Cs 1.36 0.92 2.21 2.8
La 32 24 173 138
Ce 52.55 50.57 302 240
Nd 24.64 24.36 121 88.7
Sm 4.98 5.22 18.5 14.4
Eu 1.47 1.64 5.03 3.79
Tb 0.55 0.65 1.59 1.12
Yb 1.26 1.57 4.67 3.67
Lu 0.20 0.25 0.63 0.52
Hf 3.98 3.28 6.65 6.91
Ta --- --- 3.54 2.78
Th 5.13 4.58 27.8 29.8
U 1.60 1.36 7.26 10.1

Tabla 1: Análisis geoquímicos representativos de elementos mayores, menores, trazas y radios iso-
tópicos de Sr y Nd para los volcanes EL Reventador y Sumaco.

208
Evolución magmática actual de la zona subandina: Volcanes El
Reventador y Sumaco, modelos geodinámicos preliminares

los mismos que se desarrollan directamente sobre la serie Jurásica-Cretácica de la Cuenca


Oriente (fig. 2), que a su vez yace sobre el cratón precámbrico sudamericano (Baldock, 1982;
Dashwood & Abbotts, 1990).
Estructuralmente, la zona subandina de Ecuador corresponde a la parte deformada de la
Cuenca Oriente, resultado de la inversión tectónica de estructuras preexistentes extensivas
precretácicas, asociadas al sistema de rift Tetiano Triásico Superior-Jurásico Inferior, de
orientación NNE-SSO (Balkwill et al., 1995; Baby et al., 1998; Christophoul, 1999; Díaz et
al., en el capítulo 1 de este libro). Esta franja deformada es más evidente en Colombia, donde
constituye un sistema autónomo denominado Cordillera Oriental. En Ecuador, el sistema
subandino se presenta en una forma más discontinua, formado por dos estructuras en flor
positivas en-echelón (Levantamiento Napo y Cordillera de Cutucú), desarrollas principalmente
durante el Mio-Plioceno y Cuaternario (Baby et al., 1999).

2. TRANSECTO PETROLÓGICO DE LA ZONA SUBANDINA

Esta sección describe brevemente las características físicas, petrográficas y geoquímicas más
significantes de los volcanes Sumaco y El Reventador, desarrollados hacia la parte más externa
del arco magmático ecuatoriano, en la zona subandina norte.
El contenido geoquímico representativo de elementos mayores, elementos trazas e isótopos
de los volcanes Sumaco y El Reventador, son presentados en la tabla 1.
Ambos volcanes son activos y registran períodos eruptivos históricos y recientes durante el
último siglo (Hall & Beate, 1991), y se caracterizan por mostrar posiblemente un mismo estilo
eruptivo explosivo, típicamente estromboliano-vulcaniano y una morfología cónica similar.

2.1. Volcán Sumaco


El volcán Sumaco está localizado en la parte sur del levantamiento Napo, a 105 km al este
de la ciudad de Quito. Es un estrato-volcán activo, caracterizado por un edificio volcánico
principal cónico y muy simétrico, que alcanza una altura máxima de 3.828 msnm (Hall,
1977). Es muy probable que este volcán haya tenido un período de actividad entre 1650–1895,
teniendo reportes de al menos tres eventos explosivos históricos, el más reciente en 1933 (Hall,
1977).
Debido a su composición geoquímica tan especial, el volcán Sumaco se diferencia del resto
de volcanes de los Andes Septentrionales. Las lavas del volcán Sumaco son distintivamente
alcalinas, caracterizadas por fonolitas, basanitas y tefritas feldespatoicas (Barragán, 1994). Estas
lavas son típicamente porfiríticas, conteniendo fenocristales de huaynita, noseano, leucita,
augita sódica y plagioclasa (An33-53). Olivino, apatito y magnetita, ocurren en la mayoría
de ejemplos. Pequeños cristales de nefelina ocurren en la matriz, típicamente con texturas
intersertales a pilotaxíticas.
El ensamblaje mineralógico alcalino, es reflejado en la composición de elementos mayores
en estas lavas, las cuales muestran una afinidad shoshonítica (fig. 3). El volcán Sumaco muestra
los valores más altos en los contenidos de K2O (3,2 –4,4 %), P2O5 (1-1,5%) y Na2O (4,4-6,9%),
y los valores más bajos en SiO2 (43-54%), comparado con el resto de volcanes de la zona andina
septentrional. Las lavas del volcán Sumaco, con respecto a los contenidos observados en el resto
de volcanes andinos de la zona volcánica norte (fig. 4), están enriquecidas fuertemente en todos

209
Fig. 3: Diagrama de variación de SiO2 vs. K2O. Los campos composiciona-
les fueron obtenidos de Peccerillo and Taylor (1976)

los elementos incompatibles (i.e., Zr ≈ 400-440 ppm; Ba ≈ 2.400-2.650; Rb ≈ 100-120; Nb ≈


53-82 ppm; Sr ≈ 2.550-4.000 ppm) y en tierras raras (i.e., La ≈ 138-173, Ce ≈ 230-300 ppm;
Nd ≈ 87-121; Sm ≈ 14-18 ppm). Sin embargo, su naturaleza calco-alcalina es reflejada en los
radios Ba/La (14,8-20) y La/Nb (2,1-2,6), y en la típica deflexión de Ta y Nb, como es evidente
en los diagramas de araña normalizados con respecto a valores de MORB (fig. 5).
Finalmente, a pesar de sus bajos contenidos en sílice y su apariencia máfica, los magmas
del volcán Sumaco son fuertemente evolucionados, sugerido por sus bajos contenidos en MgO
(1,6-2,4%), Cr (8-18ppm), Ni (4-30 ppm) y V (1-5 ppm).

2.2. Volcán El Reventador


El complejo volcánico El Reventador está localizado en la parte norte del Levantamiento
Napo, a 90 km al este de la ciudad de Quito, y a 50 km al norte del volcán Sumaco. Representa
uno de los volcanes más activos del Ecuador.
El complejo volcánico, está constituido por una secuencia de productos efusivos (flujos
de lavas extensos) y explosivos (avalanchas de escombros y flujos piroclásticos). Se ha podido
distinguir tres grandes unidades, correspondientes a otros tantos edificios volcánicos, que

210
Evolución magmática actual de la zona subandina: Volcanes El
Reventador y Sumaco, modelos geodinámicos preliminares

Fig. 4: Variación de algunos elementos incompatibles, para las lavas de los volcanes Sumaco y Re-
ventador, y de otros volcanes de los Andes Septentrionales Ecuatorianos

representan las principales etapas de evolución del complejo volcánico (INECEL, 1988).
Morfológicamente, El Reventador está constituido por un estrato-cono activo holocénico,
que alcanza una elevación de 3.500 msnm (Hall, 1977), y ubicado en el interior de un gran
anfiteatro producido por el colapso volcano-tectónico de al menos dos antiguos centros

211
Fig. 5: Diagramas de araña de elementos incompatibles normalizados con respecto a
MORB, para muestras representativas de cada volcán y de otros volcanes andinos, usados
como referencia en este estudio. Los factores y el orden de los elementos usados para la
normalización fueron obtenidos de Sun & McDonough (1989)

volcánicos, asociados con depósitos de avalanchas de escombros que rellenan el cauce del Río
Quijos (INECEL, 1988). El volcán Reventador ha tenido al menos 24 eventos eruptivos desde
1541, siendo su actividad eruptiva más reciente en 1972-1973, 1976 y 2002.
Petrográficamente, las tres secuencias estratigráficas del volcán El Reventador, presentan una
substancial similitud en sus características mineralógicas. Sus lavas están caracterizadas por una
sucesión de andesitas basálticas, andesitas, y dacitas. Estas lavas son típicamente porfiríticas,
con una paragénesis de fenocristales, cuyo contenido varía dependiendo del grado de evolución
en dichos magmas. Así, la paragénesis está dominada por fenocristales de plagioclasa (An85-
45)+clinopiroxeno ± olivino ± ortopiroxeno ± hornblenda ± magnetita, en una matriz
con texturas intergranulares a intersertales. Las lavas andesíticas frecuentemente muestran
inclusiones de xenolitos de rocas intrusivas gabróicas.
Geoquímicamente, las lavas de El Reventador evidencian una distribución regular en el
campo calco-alcalino, entre el límite composicional del tipo medio - alto en K2O (1.4 –2.2 %)
(fig. 3). La tabla 1 sintetiza la variación composicional representativa de elementos mayores,
trazas y radios isotópicos. El volcán El Reventador está caracterizado por contenidos altos Al2O3
(> 15%) y Sr (> 800 ppm), y por valores bajos de Y (13-17ppm) e Yb (< 1.57 ppm), además
de valores altos en radios de Sr/Y (> 47) y La/Yb (15-25), lo que sugiere una cierta afinidad
adakítica (Defant & Drummond, 1990, 1993) (tabla 2).
Las rocas de El Reventador, están caracterizadas por presentar un contenido de elementos

212
Evolución magmática actual de la zona subandina: Volcanes El
Reventador y Sumaco, modelos geodinámicos preliminares

incompatibles (i.e., Ba Sr, Zr ) y tierras raras (i.e., La, Sm), más elevado que aquellos
correspondientes a los volcanes de la Cordillera Occidental (i.e., Volcán Atacazo), similar a
los observados en el volcán Antisana (Cordillera Real), pero mucho más bajos que los valores
encontrados en el Volcán Sumaco (fig. 4).

3. COMPARACIÓN GEOQUÍMICA DE LOS VOLCANES ESTUDIADOS

Las lavas holocénicas de los volcanes Sumaco y El Reventador, muestran una fuerte variación
composicional tanto en elementos mayores, trazas y en radios isotópicos. Básicamente, dos grupos
geoquímicos correspondientes a cada volcán son diferenciados: las lavas del Sumaco son de
afinidad alcalina, mientras que las lavas de El Reventador son típicamente calco-alcalinas (fig. 3).
Los contenidos de elementos trazas de los volcanes estudiados, junto con lo observado en
otros volcanes holocénicos del arco magmático actual, han sido graficados en los diagramas
de araña normalizado con respecto a valores de MORB (fig. 5). Una observación importante
es que la concentración absoluta de la mayoría de los elementos incompatibles y tierras raras
se incrementa fuertemente hacia el volcán Sumaco, siendo enriquecido en los mismos en una
relación de al menos cinco a uno con respecto al resto de volcanes andinos ecuatorianos, a pesar
de que sus lavas son subsaturadas en sílice (tabla 1).
Sin embargo, ambos volcanes presentan la característica deflexión en los elementos tipo HFS
(i.e., Nb, Ta), con respecto a los elementos tipo LIL (i.e., Ba, Rb, Sr), aunque la misma es menos
marcada en el volcán Sumaco (tabla 3). La deflexión en elementos HFS vs. LIL, es una típica
característica en magmas relacionados a procesos de subducción, y es considerado ser inherente
de los fluidos derivados en la litósfera subductada (Hickey et al., 1986). Estas características son
bien definidas en los diagramas de LIL/HFS vs. LIL (i.e., Ba/Nb vs. Ba) (fig. 6a).
Aunque las lavas del Sumaco son fuertemente enriquecidas en elementos incompatibles
(i.e., Ba, Rb, La, Sm, Nb), las mismas presentan valores más bajos en los radios LIL/HFS
(i.e., Ba/Nb≈ 31-53) y LIL/REE (Ba/La ≈ 13-20), similar al rango observado en basaltos de
islas oceánicas (OIB) (Barragán et al., 1998), sugiriendo una menor contribución de la placa

VALORES
ADAKÍTICOS ATACAZO ANTISANA REVENTADOR SUMACO
CARACTERÍSTICOS
Al2O3 (5 wt%) >15 15.41-17.05 15.79-18.79 17.37-18.57 15.82-19.74
Yb (ppm) ≤1.9 0.47-1.26 1-1.6 1.23-1.57 3.4-4.6
Y (ppm) ≤ 18 6-16 12-19 13-17 35-49
Sr/Y > 20-40 26-63.5 32.22-64.92 47.17-66.77 64.47-84.08
La/Yb > 20 4-12.5 10.6-33.9 15.28-25.39 36.7-37.05

Tabla 2: Signatura geoquímica esperada en adakitas, típicamente asociadas con fusión parcial de
basaltos metamorfizados, correspondientes a la litósfera subductada (modificado de Defant and
Drummond, 1990; 1993). Además, rangos de valores para los volcanes Atacazo, Antisana, El Reven-
tador y Sumaco, con el objetivo de mostrar la correspondiente signatura adakítica

213
Fig. 6: Diagrama de radios de elementos incompatibles: a) LIL/HFS vs. LIL (i.e., Ba/Nb vs. Ba) y (b) Ba/
Nb vs. La/Yb. Se muestra el posible modelo petrogenético, para las lavas de ambos volcanes y de
otros en los Andes Ecuatorianos Septentrionales. Los valores del 1 al 10% son hipotéticos

214
Evolución magmática actual de la zona subandina: Volcanes El
Reventador y Sumaco, modelos geodinámicos preliminares

subductada y/o consecuencia de la contribución de una fuente mantélica tipo OIB (Reagan
& Gill, 1989). Igualmente, los radios de La/Yb se incrementan hacia el Sumaco (fig. 6b),
sugiriendo que los magmas de este volcán son el resultado de bajos grados de fusión parcial de
la cuña mantélica, similar a lo observado por Hickey et al. (1986) en la zona volcánica sur de
los Andes.
Por otra parte, una de las características más sobresalientes es la clara signatura adakítica
que presentan las lavas del volcán El Reventador (tabla 2). Similares características se observan
en los volcanes Antisana y Cayambe de la Cordillera Real y en los volcanes del frente volcánico
de la Cordillera Occidental (i.e., Pichincha) (Burdon et al., 2001; Monzier et al., 1999).
Aunque dicha signatura no es evidente en el volcán Sumaco, Bourdon et al. (2001), sugiere una
afinidad de este similar a la de basaltos de alto Nb, que se encuentran de manera casi sistemática
asociadas con adakitas en numerosos arcos volcánicos (Sajona et al., 1996). Esta observación
no es convincente y es cuestionada por los valores altos en los radios Ba/La ( >20), La/Nb ( >2)
observados en el volcán Sumaco (tabla 3).
Los radios isotópicos de 87Sr/86Sr, obtenidos en las lavas de los volcanes Sumaco y El
Reventador, varían entre 0,704195-0,704538, similar a los valores observados en la zona
volcánica sur de Chile (Hawkesworth et al., 1993; Davidson et al., 1990; Francis et al., 1977),
valores dentro del rango para magmas generados en arcos insulares (White and Patchett, 1984).
De igual forma, los radios isotópicos de 143Nd/144Nd (0,512895-0,512715), confirman
dicha observación. Sin embargo, las lavas de El Reventador presentan contenidos más altos de
87Sr/86Sr (0,704538-0,704429) y valores más bajos de 143Nd/144Nd (0,512715-0,512756),
con respecto al volcán Sumaco (fig. 7).
Si bien esta relación isotópica sugiere que los magmas de El Reventador, probablemente
asimilaron algo de corteza continental (AFC), durante su ascenso a la superficie, el alcance
de dichos procesos fue posiblemente limitado. Por ejemplo, simple asimilación de corteza
continental con valores de 143Nd/144Nd de 0,5120, es requerida para bajar los radios de
143Nd/144Nd en magmas de 0,51288 a 0,51279, como ha sido sugerido por Barragán et al.
(1998), para explicar similares procesos de AFC observados en el volcán Antisana.

SUMACO REVENTADOR CAB (*) HNB(*) OIB(**) NMORB(***)

Rb/Sr 0.030-0.039 0.03-0.059 0.036 0.025 0.022-0.037 0.008


K/Rb 294-324 341-451 425 408 362-523 1060
Ba/Rb 20.05-27.13 22.6-23.2 23.4 23.6 13.9-22.7 12
Ba/La 14.81-20.94 24.75-42.27 20.1 12.5 9.9-14.4 4
La/Nb 2.6-3.7 2.1-2.6 2.5 1.2 0.8-0.9 1
Ba/Nb 31.25-53.24 90.65-127.24 50.25 15 7.92-12.96 4

Tabla 3: Comparación de varios radios de elementos incompatibles para diferentes ti-


pos de ambientes volcano-tectónicos (valores tomados de Cas and Wright., 1988). CAB:
Basaltos calco-alcalinos, HNB: Basaltos con alto Niobidium, OIB: Basaltos de Islas Oceá-
nicas, N-MORB: Basaltos de Dorsal mid-oceánica de tipo N.

215
Fig. 7: Variaciones de isótopos de Sr y Nd en las lavas de los volcanes Sumaco y
Reventador. Adicionalmente, y por efectos de comparación, se muestra el campo
composicional para la zona andina sur, centro y norte (SVZ, CVZ, NVZ)

Por otra parte, los procesos de asimilación, son descartados en los magmas del Sumaco,
porque muestran una relación opuesta a lo que se debería esperarse, si existieran realmente
efectos de contaminación de material de la corteza continental. Así, las lavas del Sumaco, a pesar
de atravesar una sección cratónica, son subsaturadas en SiO2 y presentan valores isotópicos de
Sr y Nd similares a lo observado en arcos insulares, con valores bajos en los radios de La/Yb
(37-35) y enriquecidos en los contenidos de Rb, U y Th.

4. DISCUSIÓN

Identificar el origen de los arcos magmáticos continentales, como el de la Cordillera Andina


Ecuatoriana, es un problema geoquímico muy complejo. Aún es más complicado, cuando la
geometría de la zona de subducción (zona de Benioff), es incierta debido a la falta de sismicidad
en la placa subductada (Garrison & Davidson, 2003). Sin embargo, la estructura física de la
zona de subducción, sugiere varias alternativas para explicar el origen de estos magmas, sea en
la cuña mantélica, en la litósfera oceánica subductada, y/o en la corteza, a través de la cual los

216
Evolución magmática actual de la zona subandina: Volcanes El
Reventador y Sumaco, modelos geodinámicos preliminares

magmas generados pasaron hasta llegar a la superficie.


Basándonos en las evidencias geoquímicas, tres son las posibles hipótesis que tenemos que
considerar, con el objetivo de explicar la variación composicional de los magmas generados en
los volcanes de la zona subandina ecuatoriana analizados, El Reventador y Sumaco:
• Ambos volcanes son alimentados por un mismo magma original, el cual sufrió
diferentes grados de interacción con la corteza continental.
• La variación geoquímica de estos magmas se relaciona a una misma zona de Benioff
sugiriendo que, aunque los procesos de subducción imparten el control principal para
la generación de estos magmas, su interacción con la cuña mantélica es la que controla
sus diferencias fundamentales.
• Los magmas primitivos en cada volcán provienen de fuentes que reflejan cambios
bruscos en la geometría de la placa subductada.

La primera hipótesis considera que las lavas alcalinas del volcán Sumaco pudieron haber
asimilado mayor cantidad de material enriquecido en álcalis, en relación con las lavas del volcán
El Reventador. Sin embargo, el basamento continental es el mismo para ambos volcanes, tanto
en espesor como en composición, y tiene afinidad continental silícea como es sugerido en la
mayoría de afloramientos expuesto en la zona subandina, contradiciéndose con la naturaleza
geoquímica de las lavas del Sumaco, las cuales son notablemente pobres en sílice. Además,
los datos isotópicos de Sr y Nd en cada volcán, muestran que los procesos de asimilación son
insignificantes, y no el principal mecanismo que pueda explicar su composición, sugiriendo que
esta hipótesis es inconsistente.
La segunda hipótesis considera que la variación composicional entre ambos volcanes, y
por lo tanto a lo largo de la zona subandina norte, estaría simplemente asociada a los procesos
de subducción e interacción con el manto, y no necesariamente asociado con un cambio
geométrico de las placas. La falta de evidencias geofísicas necesarias que prueben la presencia de
un límite volcanogénico o tear zone, como el propuesto por Gutscher et al. (1999a), sustentan
la validez de esta hipótesis. Simplemente, ambos volcanes estarían asociados a una misma zona
de Benioff, la cual habría interaccionado con una cuña mantélica afectada indistintamente por
diferentes procesos en cada volcán.
En el caso de El Reventador, su magmatismo y signatura adakítica estarían asociados a la
fusión parcial de un manto modificado por procesos metasomáticos, arrastrado hacia zonas más
profundas por los movimientos de convexión, como es sugerido por Bourdon et al. (2001),
en el modelo propuesto para el volcán Antisana. O simplemente, reflejaría la interacción
y fusión parcial de basaltos metamorfizados a nivel de la corteza inferior, lo cual explicaría
fácilmente su signatura adakítica, similar a lo propuesto por Garrison and Davidson (2003),
como un mecanismo alterno, para explicar la geoquímica tan peculiar de la zona Volcánica
Norte. En el caso del Sumaco, su signatura alcalina sería consecuencia de la contribución de
una fuente mantélica previamente enriquecida, de tipo isla oceánica (OIB) (Reagan & Gill,
1989), y evidenciada en esta zona al menos durante el Cretácico superior (Barragán et al., 1999;
Barragán y Baby, en el capítulo 1 de este libro). Sin embargo, la ubicación de estos volcanes
equidistantes con respecto a la fosa ecuatoriana, y separados a solo 50 km el uno del otro a lo
largo de un mismo eje longitudinal NNE-SSO, cuestiona la validez de que dichos volcanes
tengan una misma relación con respecto a la zona de Benioff, y por lo tanto un mismo ángulo

217
de subducción con respecto a la generación de magmas. Sin embargo, Garrison & Davidson
(2003), sugieren que la signatura geoquímica representada por adakitas no es una característica
única ligada a procesos de fusión de la placa oceánica subductada (en este caso la Cordillera de
Carnegie), y que bien pueden fácilmente explicarse por procesos de fusión parcial a alta presión
de basaltos húmedos localizados en zonas la corteza inferior (Drumond et al., 1995).
La tercera hipótesis puede asociarse con la existencia de un límite volcanogénico que
define dos zonas volcánicas distintas, y por lo tanto los magmas de cada volcán provendrían
de diferentes fuentes. Al norte, el volcán El Reventador estaría asociado con procesos normales
de subducción, pero su signatura geoquímica reflejaría aún los efectos metasomáticos de un
manto modificado por procesos adakíticos generados al oeste bajo el frente volcánico andino, y
arrastrados hacia zonas más profundas por los movimiento de convexión en la cuña mantélica,
como es sugerido por Bourdon et al. (2001), en el modelo propuesto para el volcán Antisana.
Al sur, por otro lado, el volcán Sumaco estaría asociado con otros procesos de subducción
con ángulos mayores que reflejan posiblemente el inicio de un proceso de slab roll back, como
consecuencia directa de la subducción de la Cordillera de Carnegie, la misma que bloquea
o disminuye el proceso normal de subducción. Su signatura alcalina tan especial, refleja la
contribución de una fuente mantélica previa tipo isla oceánica (OIB), modificada aún por
componentes de subducción o simplemente el inicio de un proceso de slab-window, o estaría
simplemente ligada a una menor contribución de la placa subductada y/o a bajos grados de
fusión parcial como es sugerido por sus bajos radios LIL/HFS, y altos contenidos en elementos
incompatibles. Por lo tanto, la subducción de la Cordillera de Carnegie alteró el proceso de
subducción normal, y generó esta zona de transición, que es un límite entre una zona de
subducción normal, caracterizada por un volcanismo calco-alcalino, y una zona de subducción,
donde el flat slab genera un efecto en el tras-arco andino tipo roll back y el posible inicio de un
slab-window.

5. CONCLUSIONES

Los volcanes Sumaco y El Reventador, muestran una fuerte variación composicional, a


pesar de estar desarrollados sobre un mismo basamento y espesor de corteza litosférica. Dos
grupos geoquímicos principales correspondientes a cada volcán son diferenciados. Las lavas del
Sumaco son de afinidad alcalina, mientras que las lavas de El Reventador son típicamente calco-
alcalinas con una signatura adakítica. Una asimilación progresiva de corteza continental, como
explicación para el incremento de la alcalinidad y concentración de elementos incompatibles en
ambos volcanes, es insignificante, como se evidencia por los datos isotópicos de Sr y Nd y, por
la naturaleza geoquímica del basamento.
Tomando en consideración la variación geoquímica a lo largo de la zona subandina,
específicamente en los volcanes El Reventador y Sumaco, proponemos la existencia de un límite
volcanogénico, el mismo que separa dos tipos diferentes de zonas de Benioff desplazadas por
efecto de la subducción subhorizontal de la Cordillera de Carnegie. Al norte, el volcán El
Reventador, estaría asociado con procesos normales de subducción, y su signatura geoquímica
reflejaría aun los efectos metasomáticos adakíticos generados bajo el frente volcánico andino
y arrastrado hacia zonas más profundas por corrientes convectivas. Al sur, el volcán alcalino
Sumaco reflejaría posiblemente el inicio de un proceso de slab roll-back, como consecuencia

218
Evolución magmática actual de la zona subandina: Volcanes El
Reventador y Sumaco, modelos geodinámicos preliminares

directa de la subducción de la Cordillera de Carnegie, la misma que bloquea o disminuye los


procesos normales de subducción. Su signatura geoquímica alcalina sugiere un menor aporte
de la placa subductada y refleja, sea la contribución de una fuente mantélica previa tipo isla
oceánica modificada aun por componentes de subducción, sea el inicio de un proceso de
slab-window.

AGRADECIMIENTOS

El presente trabajo es en memoria de Edwin León quien participó en los estudios de campo
en la zona subandina. Agradecemos a Dennis Geist por la revisión informal y discusión de las
ideas presentadas en este estudio.

219
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222
CAPÍTULO 2

HISTORIA DE LA EXPLORACIÓN,
RESERVORIOS Y CARACTERÍSTICAS
GENERALES DE ALGUNOS DE
LOS PRINCIPALES CAMPOS DE LA
CUENCA ORIENTE

Foto: Cortesía Petroamazonas


Breve reseña histórica de la exploración petrolera de la Cuenca Oriente

BREVE RESEÑA HISTÓRICA DE LA


EXPLORACIÓN PETROLERA DE LA
CUENCA ORIENTE

Marco Rivadeneira (1)*

Resumen
La exploración petrolera de la Cuenca Oriente se divide en cinco grandes etapas. La
exploratoria inicial, que empieza en 1922 y se prolonga hasta los años sesenta, durante la cual -si
bien no se descubren acumulaciones comerciales de crudo-, se establece su condición de cuenca
sedimentaria y su potencial petrolífero en base a la presencia de manaderos superficiales, al
importante espesor sedimentario, a la existencia de una potencial roca madre, a la presencia de
areniscas con buen potencial de reservorio, de roca cobertera y de una estructuración derivada
de la evolución andina. La mayor expresión de esta etapa es el enorme esfuerzo exploratorio de
Shell en una geografía inhóspita y desconocida, que culmina con el descubrimiento de crudo en
los reservorios Tena Basal del pozo Tiputini Shell 1 y en el reservorio Hollín del pozo Vuano 1.
En la segunda etapa (1967-1972), se confirma la existencia de un sistema petrolero en la cuenca y
la mayor incorporación de reservas de toda la historia petrolera nacional con el descubrimiento
de los campos Lago Agrio, de los gigantes Shushufindi y Sacha, y de Auca. Una tercera etapa
(1972-1992), marcada por el predominio de la actividad exploratoria de la empresa estatal CEPE,
cuyos mayores éxitos fueron el descubrimiento del campo Libertador, el cuarto por volumen
de reservas en la cuenca, y la capacidad de un país para explorar y producir su propio petróleo.
La cuarta etapa (1992-2012), de transición a la madurez exploratoria, tuvo como actores
principales a Petroproducción, a la Gerencia de Exploración y Producción de Petroecuador,
y a las compañías estatales y privadas internacionales, cuyo accionar exploratorio permitió
encontrar las quizá últimas grandes acumulaciones de crudo al este de la cuenca: el gran tren
de crudos pesados Ishpingo-Tambococha y Palo Azul. Finalmente, a partir del 2013, se inicia
una quinta y -quizá-, última etapa de plena madurez exploratoria, en un escenario dominado
por Petroamazonas, y acompañada por un grupo de empresas estatales y privadas que están
enfrentando la exploración de prospectos cada vez más escasos y de menores dimensiones que

PETROAMAZONAS, Gerencia de Exploración, Av. Naciones Unidas y Av. De los


(1)

Shyris. Quito, Ecuador. (Marco_Vinicio_Rivadeneira@petroamazonas.ec)

227
exige y exigirá esfuerzos tecnológicos y económicos cada vez mayores para obtener cosechas cada
vez más escasas, lo que llevará a intensificar la búsqueda de nuevos Plays como los reservorios
calcáreos y trampas con componente estratigráfico predominante, por lo que es evidente que la
probabilidad de grandes descubrimientos es muy baja.

Palabras claves: Cuenca Oriente, Historia, Exploración, Petróleo.

1. ETAPA EXPLORATORIA INICIAL

Esta etapa, se extendió hasta mediados de la década de 1960, y abarca el conocimiento


natural de las manifestaciones superficiales de hidrocarburos -manaderos-, conocidos desde
épocas ancestrales, pasando por los estudios de varios naturalistas hasta los trabajos exploratorios
iniciales.
Como resultado, se categorizó a la Cuenca Oriente como cuenca sedimentaria, con una
columna estratigráfica de espesor considerable que va del Paleozoico al Reciente, con rocas
porosas y permeables, con excelente potencial de roca reservorio, con arcillas y calizas negras,
bituminosas, cualitativamente susceptibles de ser consideradas como potenciales rocas madres,
con posibilidad de encontrar trampas ya que los niveles reservorio están cubiertos por capas
impermeables arcillosas y calcáreas, con un grado de estructuración importante relacionado
con la evolución histórica de la vecina Cordillera Andina, todo lo que permitió definir a la
Cuenca Oriente como potencialmente hidrocarburífera, y que se consolidó -aún más- con el
descubrimiento de crudo por parte de Shell en el reservorio Tena Basal del pozo Tiputini Shell
1, y pequeñas producciones en los reservorios Hollín y T del pozo Vuano 1. Sin embargo, en
esta etapa no se encontraron acumulaciones comerciales de crudo.

Fig. 1: Grabado de Manuel Villavicencio (páginas interiores de


su libro: “Geografía de la República del Ecuador”, Nueva York, 1858)

228
Breve reseña histórica de la exploración petrolera de la Cuenca Oriente

1.1. El trabajo de los naturalistas


Uno de los primeros indicios de que una nueva cuenca es potencialmente petrolífera es
la presencia superficial de hidrocarburos, indicativo de la existencia en profundidad de los
mismos, y el resultado de procesos de migración secundaria de los crudos que, al no encontrar
trampas en el camino, pueden alcanzar la superficie, si las rocas reservorio a través de las cuales
migra el crudo están expuestas, o una vez acumulados los hidrocarburos, las trampas pierden su
condición de tales, por aparición de nuevas fallas o reactivación de las existentes, las mismas que
si alcanzan la superficie pueden ser conductos de escape de crudo y/o gas.
La existencia de manaderos de asfalto y brea en la cuenca ya era conocida por los aborígenes
de la Amazonía, desde la profundidad del tiempo, quienes utilizaban el crudo para el calafateo
de sus canoas, así como posiblemente para encender sus antorchas y los shamanes (brujos) para
sus prácticas curativas. En 1858, el primero que documenta dichas emanaciones superficiales es
el geógrafo ecuatoriano Don Manuel Villavicencio (fig. 1), en su libro “Geografía del Ecuador”,
al señalar que “el Hollín tiene minas de brea mineral”.
El segundo descubridor de América y naturalista alemán Teodoro Wolf, quien fue
nombrado Geólogo del Estado y profesor de la Escuela Politécnica de Quito -como se llamaba
en ese entonces la actual Escuela Politécnica Nacional-, en su libro “Geografía y Geología

Fig. 2: Portada del libro Geografía y Geología del Ecuador,


publicado en 1892, conjuntamente con el mapa del Ecuador

229
Fig. 3: Portada de diario El Comercio del 22 de Setiembre de 1921, con un artículo sobre la polémica
por la presencia en el país de Leonard Exploration y su vinculación con la Standard Oil

230
Breve reseña histórica de la exploración petrolera de la Cuenca Oriente

del Ecuador” publicado en 1892 (fig. 2), hace una recopilación y revisión de observaciones
geológicas anteriores a él, incorporando sus propias observaciones y estudios de la Región
Oriental Ecuatoriana, de la cual elabora el mapa geográfico a escala 1:3’000.000.

1.2. El inicio de la exploración petrolera


En 1921, el Gobierno Nacional otorgó a la compañía norteamericana Leonard Exploration
Co., la primera concesión en la historia de la cuenca, en una extensión de 25.000 km2, que
abarcó gran parte del piedemonte entre el volcán Sumaco al Norte y la ciudad de Macas al Sur.
El plazo de dicho contrato era de 50 años (Gordillo R., 2003).
Esta fue la primera compañía petrolera en desarrollar trabajos de exploración petrolera
en la Cuenca Oriente, y a raíz de su llegada se instaló una polémica reflejada en la edición
del diario El Comercio del 22 de setiembre de 1921 (fig. 3), donde el articulista concluía
con una verdad siempre vigente: “Necesitamos negociar nuestra riqueza petrolera y no hay
mercader caballero hoy en día en asunto. Lo único que nos ha de librar de todo peligro
son la honradez administrativa y la justicia y propiedad de la ley de la materia…”. Esta
compañía concentró su actividad básicamente en estudios de geología de campo en el área de
su concesión. Como resultado, sus geólogos T. Watson, J. Sinclair y Colony se convirtieron en
pioneros de la estratigrafía de la cuenca, al describir y nombrar por primera vez los “basaltos y
tobas Misahuallí”, que subyacen a la arenisca “Hollín” y a las “calizas y lutitas Napo”, nombres
tomados de los principales ríos que atraviesan la parte sur del Levantamiento Napo. En sus
informes, describen además las “capas rojas y conglomerados” que sobreyacen a los sedimentos
Napo, y que posteriormente serían bautizadas como formaciones Tena y Tiyuyacu.
Esta compañía se retiró abruptamente del país, incumpliendo con casi todos los compromisos
contraídos con el gobierno, incluyendo la construcción de un tramo de ferrocarril entre Pelileo
y Baños, y un camino de herradura entre Baños y Mera (a ese tiempo no existían vías carrozables
que penetren hasta la Región Amazónica).

1.3. El trabajo geológico pionero de la Shell


En 1937, la Royal Dutch Shell recibió a través de la Anglo Saxon Petroleum Co. Ltda. una
concesión de diez millones de hectáreas que prácticamente cubría toda la Cuenca Oriente.
Luego, como consecuencia de los límites territoriales impuestos post guerra con Perú, el área
de esta concesión se redujo drásticamente. Su base de operaciones la estableció en Mera, cerca
al Puyo, en donde construyó un aeropuerto, por lo que, el nombre de dicha compañía quedó
impreso en el poblado, actualmente cantón, conocido desde entonces como Shell Mera.
En 1938, la Shell inicia su actividad exploratoria, que fue de lejos, la más importante de esta
etapa, al abarcar entre 1939 y 1946, con gravimetría, toda su concesión (el Subandino y gran parte
del resto de la cuenca), con 4.553 estaciones, definiendo con este método la forma de la cuenca, que
muestra una pendiente regional que va desde valores de +15 mgls cerca al borde este hasta -140 mgls
al pie de la Cordillera de los Andes en Mera al oeste (Bruyn J. en Tschopp J., 1953). Tschopp destaca
que con aquel método se definió el rasgo sobresaliente de “la flexura del Yasuní o estructura fallada”,
representada en el mapa, e indica que en general con este método no se logró definir estructuras
importantes de la cuenca, con excepción de la estructura Yasuní antes indicada (actualmente conocida
como tren ITT) y la zona subandina. La Shell efectúo además levantamiento aero-fotográfico en un
área de 33.000 km2, distribuida entre el Subandino y la parte central de la cuenca.

231
Fig. 4: Afloramiento de Lutitas de la Formación Napo en la carretera Baeza –Tena

Finalmente, entre julio de 1943 y agosto de 1949, se registró un total de 4.070 km de


líneas sísmicas divididos en varias campañas, iniciando con un levantamiento para definir el alto
Vuano, posteriormente probado con perforación exploratoria.
Los geólogos de campo de la Shell desarrollaron un trabajo sistemático de gran calidad
que, junto al efectuado por los geólogos de Leonard Exploration, sirvió para sentar las bases
de la estratigrafía y de la geología del petróleo de la Cuenca Oriente. H. J. Tschopp, geólogo
del Grupo Royal Dutch Shell y gerente -en ese entonces- de la Shell en Ecuador, publicó en
octubre de 1953, en el boletín (volumen 37), de la Asociación Americana de Geólogos del
Petróleo (AAPG por sus siglas en inglés), el artículo “Oil Exploration in the Oriente of Ecuador,
1938-1950”. En dicho artículo se describió -por primera vez- la estratigrafía completa de la
Cuenca Oriente, basada en los informes de los trabajos de campo realizados entre 1938 y 1948
por los geólogos de la Leonard Exploration, en la publicación de un artículo de Ribadeneira
Ch. aparecido en el Anuario “La Minería y el Petróleo en el Ecuador” de 1941, en donde por
primera vez se describen los nombres de algunas formaciones de la cuenca y, principalmente en
los informes de sus subalternos, los geólogos J. J. Dozy y K. T. Goldschmidt, quienes efectuaron
la primera descripción de las formaciones paleozoicas Macuma y Pumbuiza. Goldschmidt,
además, fue el primero en describir las formaciones jurasicas Santiago y Chapiza.
Otros geólogos que aportaron con informes derivados de sus trabajos fueron L. Dorsman,
K. Habicht, H. A. Haus, P. Hess, J. U. Kappeler; los paleontólogos H. Bagelaar, W.A. v. d. Bold,
M. Breistroffer, J. Brower y U. Haanstra; los geofísicos L. Barksdale y G. M. Ratliff de Petty
Geophysical Co. y los ingenieros de petróleo R. I. Baker y R. F. Madera
El mérito de Tschopp está en haber sistematizado y descrito la columna estratigráfica del

232
Breve reseña histórica de la exploración petrolera de la Cuenca Oriente

Fig. 5: Torre de la Cía. Shell, en la perforación del pozo Oglan Shell 1


(Tomado de Diario El Comercio de Quito, 4 de Febrero de 1948)

Paleozoico al Reciente, incluida la Formación Mesa del Plio-Pleistoceno, con excepción de


la Formación Orteguaza del Oligoceno, no conocida hasta ese entonces en afloramientos
del Subandino. Asimismo, Tschopp estableció los marcadores sísmicos más importantes, la
presencia de reservorios cretácicos y de una potencial roca madre: “La Napo, es una formación
bituminosa, la cual se extiende a través de todo el Oriente. Los numerosos indicios de petróleo
en el área aflorante testifican el carácter de roca madre de la Napo” (fig. 4).

1.3.1. Las primeras perforaciones exploratorias en la cuenca


Como resultado de su labor exploratoria, la Shell definió en la zona subandina las estructuras
Vuano y Oglan ubicadas en la Depresión Pastaza, al centro del Subandino, y las estructuras
Macuma y Cangaime, situadas en el flanco NNE del Levantamiento Cutucú, las que fueron
perforadas sin éxito con los pozos Macuma 1, y Cangaime 1 (fig. 6), igualmente exploró la
parte centro-oriental de la zona subandina, en donde probó las estructuras Oglan y Vuano; con
los pozos Oglan 1 (fig. 5), y Vuano 1, en el que obtuvo producciones mínimas de crudo pesado
en los reservorios Hollín: 10,6 barriles de petróleo por día (BPPD) de 14,8-16º API y T: 9,7
barriles de 20,2º API (El registro eléctrico de este pozo, se muestra en la fig. 7).
El 4 de febrero de 1948, el periodista Luis Banderas, escribe en el diario El Comercio que,
luego de su visita al campamento del Oglan 1 “La Compañía Shell está operando en el Ecuador
desde hace mucho tiempo, habiendo invertido dinero, en estudios y más trabajos previos a
la obtención de petróleo, hasta por una suma que pasa de 330 millones de sucres. Hasta el
momento no se han obtenido resultados positivos. Existe, eso sí, muchas probabilidades de
que en la zona ecuatoriana que explora la Shell sea encontrado el oro negro que transformaría

233
Fig. 6: Obreros de la Shell en la plataforma de la torre durante la perforación del
pozo Cangaime 1 (Tomado de Diario El Comercio de Quito, 4 de Febrero de 1948)

la economía de nuestro país.”. Años más tarde (1972), la Anglo Ecuadorian Oilfields efectuó
sísmica en el área y definió una estructura ubicada inmediatamente hacia el sur del pozo Oglan
1 de Shell, que fue probada con el pozo exploratorio Oglan A-1 y permitió descubrir el campo
de crudo pesado Oglan.
En la parte baja de la cuenca, algo más al este del Sistema de fallas del frente de empuje
que separa la Depresión Pastaza del resto de la cuenca, la Shell perforó el pozo Villano 1 en la
estructura del mismo nombre, convirtiéndose en el hecho más curioso de toda la etapa previa a
la confirmación de la Cuenca Oriente como petrolífera ya que, la Shell suspendió la perforación
del pozo en las areniscas Hollín Superior, prácticamente al tope de las areniscas de Hollín
Inferior o principal. En 1992 la compañía AGIP, con la perforación del pozo Villano 2, probó
con resultados positivos, la existencia del campo Villano con una acumulación de crudo de 755
millones de barriles de petróleo en sitio, y reservas de alrededor de 200 millones de barriles, que
lo ubican entre los grandes campos de la cuenca, por lo que la Shell estuvo a un paso de haber
cambiado la historia petrolera de la cuenca y del país.
Habrá que hurgar los archivos que se preservan, para definir las causas reales del porque del
abandono del pozo tan cerca de alcanzar las mejores areniscas con propiedades de reservorio.
¿Será verdadera la versión que circula entre algunos de los obreros y empleados de la Shell que
aun sobreviven, y de sus familiares, acerca de que la Shell si descubrió petróleo en la cuenca?.

1.3.2. La exploración del Eje Yasuní-Lorochachi


La Shell se adelantó en el tiempo. Se aventuró, ya en ese entonces, en la parte más oriental
de la Cuenca Oriente, la zona del actual ITT, en las cercanías de la población de Nuevo

234
Breve reseña histórica de la exploración petrolera de la Cuenca Oriente

Fig. 7: Registros eléctricos de la sección cretácica del pozo Vuano 1,


perforado por Shell y que tuvo producción marginal en las areniscas Hollín y T

235
Rocafuerte, en una real proeza logística y técnica para esos tiempos de grandes distancias, sin
vías de comunicación carrozable que comuniquen el Oriente con el resto del país, y de medios
de transporte aún no muy versátiles.
Los geólogos y geofísicos, junto a topógrafos y obreros, formaron parte de la avanzada,
adentrándose en territorios geológicamente desconocidos, inexplorados y temidos -en ese
entonces- por la presencia de los Huaoranis fieros defensores de su territorio, y quienes aún
permanecían integrados con los Tagaeris y Taromenanis.
Los geólogos de la Shell, basados en el levantamiento gravimétrico, detectaron la anomalía
positiva Bouguer del borde este de la cuenca, cercano a la frontera con Perú, que actualmente
constituye el forebulge de la cuenca (zona levantada de basamento como respuesta isostática
al levantamiento de la cordillera Real), en donde se encuentra el actual Proyecto ITT, el que
fue identificado inicialmente mediante la interpretación de fotografías aéreas, con las cuales
definieron la expresión positiva en el relieve actual del tren Yasuní y el desplazamiento lateral del
Río Napo en su intersección con el lineamiento superficial de la falla Yasuní, que limita el tren
ITT. Dichos elementos, junto al levantamiento sísmico y los trabajos de campo, permitieron a
los geólogos de Shell confirmar que dicho alto correspondía a un gran anticlinal fallado, como
se describe en el reporte final de la perforación del pozo Tiputini 1, según el que, los geólogos
Parsons H. E., y el célebre Goldschmidt K. T., (uno de los pioneros de la estratigrafía de la
Cuenca Oriente, como ya se mencionó), encontraron al efectuar el mapeo geológico a lo largo
del tren Yasuní, que entre el Río Yasuní al norte y el Río Nashiño al sur, se extienden sendos
anticlinales angostos con su flanco oriental corto y buzamientos comparativamente más fuertes
que los del flanco occidental, por lo que sobre la base de la correlación entre los mapas geológicos
generados por los geólogos antes nombrados y los mapas resultantes de la campaña sísmica
efectuada en la zona, la Shell pudo determinar la extensión del “Trend” Yasuní-Lorocachi entre
el Río Aguarico al norte y el Río Curaray al sur, limitada al este por la gran falla regional Yasuní.
El pozo Tiputini-1, como indica la Shell, en uno de sus reportes, fue programado como un
pozo estratigráfico para empatar la estratigrafía a encontrarse con la sísmica. La ubicación de
dicho pozo fue seleccionada “100 m al este del punto de disparo 4.005 de la línea sísmica I-1,
porque el punto estaba situado justo al oeste de la falla antes mencionada en el lado levantado, y
porqué este punto tenía la gran ventaja de estar situado cerca del banco del Río Napo, fácilmente
accesible para el aeroplano anfibio....” (Dorsman L., 1948 *).
La Shell perforó el pozo Tiputini-1 entre febrero y julio de 1948, siendo abandonado el 4 de
octubre de ese mismo año. Este pozo, conocido actualmente como Tiputini Shell-1, se perforó
con una torre aero-transportable “Houston” (la misma con la que se perforaron los pozos
Macuma1 y Vuano1, ubicados al este del Levantamiento Cutucú), “sobre el Levantamiento
Yasuní-Lorocachi…”, como indica el sumario del pozo. Se alcanzó los 5.595’ de profundidad, y
desde los 5.000’ se cortó núcleo continúo (lamentablemente, todo este material ha desaparecido
al presente o al menos está confundido en algún archivo pasivo, perdiéndose invalorable
información histórica del país por miopía o ignorancia). Este pozo produjo 836 BAPD y 4
BPPD de petróleo extrapesado (11.1º API, de 0.9922 de gravedad específica a 60º F). El análisis
de los registros de pozo muestra que la arenisca Tena Basal está totalmente saturada de crudo,
por lo que la compañía Shell pasa a ser la primera compañía en descubrir crudo en un pozo del

* Fecha no confirmada.

236
Breve reseña histórica de la exploración petrolera de la Cuenca Oriente

eje actualmente conocido como Proyecto ITT (Ishpingo, Tambococha y Tiputini), si bien en
cantidades no comerciales, mientras que las demás areniscas sólo presentaron trazas de crudo.
La campaña sísmica, desarrollada posteriormente en la década de 1970, por la compañía
Minas y Petróleos en esta área, demostró que el cierre norte de la estructura Tiputini se
encontraba aproximadamente a 1,5 km hacia el sur del sitio donde fue perforado el pozo de
Shell, confirmando además la existencia de petróleo pesado en dicha estructura. Demostrando
que la exploración de Shell dio resultados positivos en las estructuras Vuano, Oglan y Tiputini,
si bien en cantidades no comerciales, por los pocos barriles de crudo pesado obtenidos en
las pruebas de producción y el pequeño espesor saturado encontrado en los pozos, así como
debido a la lejanía de la infraestructura requerida, lo que sumado a las dificultades logísticas,
altos costos, poco atractivo, y bajo grado API, hizo que la Shell no continuara con su tarea
exploratoria en el gran alto estructural al que llamaron “Lorocachi-Yasuní trend”.
Esta compañía, como hemos visto, estuvo muy cerca de inaugurar -con anticipación- la
historia del país como productor de crudo.
En 1948, la Shell devuelve al Estado parte de su concesión, al no haber descubierto
acumulaciones comerciales de crudo y, abandona definitivamente el país a inicios de 1949.
Posteriormente, Galo Plazo Lasso, presidente ecuatoriano, basado en los aparentemente
infructuosos esfuerzos exploratorios desplegados hasta esta época en la Cuenca Oriente,
pronunció la célebre frase: “El Oriente es un mito. El destino ha querido que no seamos un país
petrolero sino agrícola” .

1.4. Otras compañías extranjeras obtienen concesiones


En 1948, se adjudica una concesión de cuatro millones de hectáreas al consorcio Standar
Oil (Esso), que curiosamente no realizó ningún trabajo exploratorio en el área asignada. En
1957, Leonard Exploration recibe una nueva concesión luego de que la anterior fuera cancelada
en 1937. En 1961, la compañía Minas y Petróleos del Ecuador obtiene una concesión de 4’350.
000 hectáreas, por un plazo de hasta 57 años. Como se verá más adelante, esta última compañía
tuvo una fuerte incidencia en una futura etapa.

2. ETAPA DE LOS GRANDES DESCUBRIMIENTOS (CONFIRMACIÓN DEL CARÁCTER PETRO-


LÍFERO DE LA CUENCA): 1966-1972

Como su nombre lo indica, es la etapa cumbre en la historia de la exploración petrolera de


la Cuenca Oriente, ya que en ella se confirma su carácter petrolífero. Esta etapa se extiende
desde mediados de los sesenta hasta inicios de los setenta, y está marcada por el boom petrolero
ecuatoriano, caracterizado por los descubrimientos de los mayores campos de la cuenca y por
ende, por la mayor incorporación de reservas en toda la historia petrolera del país.
Este hecho produce un quiebre en la historia del Ecuador, que de pronto se convierte en
el poseedor de una inmensa riqueza, de asimilación relativamente fácil y de grandes flujos
de capital que rompe los esquemas de un país pobre, con pocos ingresos, dueño de una
estructura agrícola tradicional con una muy incipiente industria. Con esa gran riqueza, el
país deja de lado su ropaje de país agrícola pobre, y se viste con las galas del nuevo rico que
pasa a engrosar las historias repetitivas de corrupción y dilapidación de un recurso de grandes
ingresos que, lamentablemente, jamás fueron ahorrados con visión responsable de futuro

237
como lo hace Noruega.
El papel estelar en esta etapa le correspondió al Consorcio Texaco-Gulf con una febril
actividad exploratoria, acelerada aún más luego del descubrimiento del campo Lago Agrio,
cuyas huellas cambian para siempre el frágil entorno ambiental y social de la Amazonía, al atraer
a miles de colonos que prácticamente liquidan la selva primaria en torno a los grandes centros
petroleros Lago Agrio, Sacha, Shushufindi y Coca.

2.1. La Texaco descubre petróleo en la vecina Cuenca de Putumayo


La Texaco Petroleum Co., con anterioridad a su incursión en la Cuenca Oriente, adquirió
una gran concesión de 1’600.000 hectáreas en la colindante cuenca colombiana de Putumayo,
en donde efectuó tareas exploratorias concentradas principalmente en la zona subandina, en la
que, en 1963 detecta la estructura Orito, que es probada con el pozo exploratorio Orito 1, que
dio una producción de 1.411 BPPD, de un crudo de excelente calidad: 37º API, que le permitió
confirmar el carácter petrolífero de esta cuenca.
Los estudios regionales desarrollados por los geólogos de Texaco, basados en los trabajos
pioneros de la Shell en la Cuenca Oriente, les permitió definir la analogía tectónica-estructural
y evolutiva entre ésta cuenca y la de Putumayo, derivada de una posición similar: en el tras-
arco – antepaís, lo que se reflejaba en una geología del petróleo muy pareja, con columnas
estratigráficas prácticamente idénticas, estilos estructurales iguales, y similares rocas madres de
edad cretácica representadas por calizas y lutitas negras ricas en materia orgánica, reservorios
cretácicos equivalentes, al igual que las edades de formación de las trampas estructurales:
Cretácico Tardío-Paleoceno, Eoceno Temprano y Mioceno-Plioceno, todo en el marco de
una evolución histórica paralela marcada por la influencia en el tiempo cretácico del cratón
Guayanés al este, con su aporte detrítico y el desarrollo de la vecina Cordillera de los Andes al
oeste y su marcada impronta tectono-sedimentaria en la cuenca a partir del Paleoceno. Todo
lo cual llevó a los geólogos de Texaco a proponer a sus ejecutivos extender la exploración en
dirección sur.

2.2. Texaco incursiona en la Cuenca Oriente


En 1961, Minas y Petróleos, mediante un contrato privado traspasa al Consorcio Texaco-
Gulf 650.000 hectáreas que eran parte de su concesión, sin contar inicialmente con el aval del
gobierno ecuatoriano, pero -como casi siempre sucede- con autorización posterior, mediante
Acuerdo Ministerial promulgado en diciembre del mismo año.
En 1964, el Estado ecuatoriano entregó al consorcio Texaco-Gulf un área de aproximadamente
1.4 millones de hectáreas, por un período de hasta 58 años, sin embargo en 1965 el área del
consorcio disminuyó debido a que el Estado ecuatoriano estableciera que los límites de las áreas
a ser concesionadas serían de 500.000 hectáreas para exploración y 250.000 para producción.
Texaco, operadora del Consorcio Texaco-Gulf, inició su tarea exploratoria con
campañas de geología de campo a lo largo de toda la zona subandina, que consistían
en mapeo geológico con levantamiento de columnas estratigráficas, las que estuvieron a
cargo de los geólogos B. D. Fasset, F. S. Stum y J. B. Taylor -entre los principales-. Dichos
trabajos le permiten detectar, entre otros, los anticlinales Bermejo y Payamino (estructura
ubicada al este del Levantamiento Napo, que no es precisamente la estructura del campo
Coca-Payamino situada hacia el centro-oeste de la cuenca). Y, desarrolló –además- grandes

238
Breve reseña histórica de la exploración petrolera de la Cuenca Oriente

Fig. 8: Torre de perforación del pozo Lago Agrio 1


(Diario El Tiempo, 31 de Marzo de 1967)

campañas de registro sísmico, 7.000 millas de aero-magnetometría y 17.680 millas


cuadradas de aerofotografía.

2.2.1. El pozo Lago Agrio 1


Como resultado de la interpretación sísmica, la operadora Texaco detecta varias estructuras,
siendo Lago Agrio, Sacha, Shushufindi, Auca y Cononaco las de mayores dimensiones. Entre
todas, se prioriza la perforación de la estructura Lago Agrio, y el 7 de noviembre de 1966, se
define la ubicación del pozo Lago Agrio 1, a 15,3 km del campamento base de Sta. Cecilia en
dirección N. 75º.
Esta ubicación, según un reporte del geólogo J. B. Taylor Jr., fue determinada, por R. D.
Hall en el flanco oeste de la estructura, sobre la base de un mapa sísmico “contorneado a un
probable horizonte de caliza Napo que muestra la cresta de la estructura algo más hacia el
Sur...”. Dicha ubicación fue cambiada hacia una posición estructuralmente más alta en 20’

239
Fig. 9: Mapa de concesiones año 1969 (modificado de E. Piedra)

y posteriormente por razones logísticas, según el informe antes indicado, se desplazó 350 m
en dirección Sur. En el programa de perforación del pozo, se define a la formación Hollín,
como objetivo primario y como objetivos secundarios a las areniscas y calizas Napo, y a los
conglomerados Tiyuyacu.
El pozo Lago Agrio 1 se perforó entre febrero y abril de 1967 con una torre heli-transportable
(fig. 8). Alcanzó los 10.175’ de profundidad y produjo a flujo natural de la Formación Hollín
2.955 BPPD de 29º API. Este descubrimiento confirmó definitivamente el potencial petrolífero
de la Cuenca Oriente, ya vislumbrado por la Shell con los resultados de los pozos Vuano 1 y

240
Breve reseña histórica de la exploración petrolera de la Cuenca Oriente

AÑO CAMPOS

LAGO AGRIO1
1967 BERMEJON 1
CHAPARA 1
PARAHUACU 1
1968
ATACAPI 1

SHUSHUFINDI 1
1969 SACHA 1
DURENO 1

AUCA 1
1970 YUCA 1
COCA 1

1971 PUCUNA 1

CUYABENO 1
1972 TORO 1
CONONACO 1

1973 CULEBRA 1

Tabla 1: Los mayores descubrimientos del Consorcio Texaco-Gulf

Tiputini 1, y marcó el inicio de una agresiva etapa de exploración que culminó en los años
siguientes con el descubrimiento de los más grandes campos de la cuenca.
El pozo Lago Agrio 1 produjo, hasta el 2003, alrededor de 9´600.000 barriles, de los cuales
el 99% del crudo proviene de la arenisca Hollín y el resto de “Zona Napo”, como consta sin
especificar de cuál de los reservorios Napo (práctica común en Texaco), en los reportes de
producción de Texaco de Julio de 1975, fecha en la que se realizó la última prueba en la zona
“Napo” sin obtener producción alguna.
Las últimas pruebas realizadas en este pozo, en el año 2003, arrojaron alrededor de 60 BPPD,
lo que indicaba que el mismo está a punto de ser cerrado y con él, el capítulo más importante de
la historia petrolera ecuatoriana, ya que las etapas posteriores marcan una notable diferencia en
cuanto a volúmenes de nuevas reservas incorporadas y a las dimensiones de los descubrimientos.

2.2.2. Los grandes descubrimientos


Una vez confirmada la Cuenca Oriente como un sistema petrolífero activo, y sobre la base
de la información sísmica registrada, el Consorcio Texaco-Gulf y posteriormente el Consorcio
Cepe-Texaco desarrollaron una intensa campaña de perforación exploratoria entre los años
1967 y 1973, marcando el pico histórico de reservas incorporadas en la cuenca, con alrededor
de 5.453 millones de barriles que representan alrededor del 63% de las reservas descubiertas

241
Fig. 10: Volúmenes de reservas anuales descubiertos en la Cuenca Oriente

hasta el 2010 en la cuenca, reservas que se acumulan en 16 campos (tabla 1), entre los que
están 3 de los cinco mayores campos en producción: Shushufindi, Sacha y Auca (fig. 10), siendo
1969 el año pico con 2.881 millones de barriles de reservas, que representan el 33% del total
descubierto, y si sumamos las reservas descubiertas entre los años 69 y 70: éstas representan casi
la mitad, con alrededor del 46% del total de reservas de la cuenca .

2.3. Otras compañías exploran la Cuenca Oriente


A más del Consorcio Texaco-Gulf otras compañías exploraron la cuenca, en un mapa
dominado totalmente por grandes compañías extranjeras como Texaco-Gulf, Amoco, Anglo
E. O., Minas y Petróleos, Cayman, entre otras (mapa de concesiones de la Cuenca Oriente de
1969 (fig. 9)), realizando importantes descubrimientos, algunos de los cuales, por su lejanía o
porque la información sísmica de ese tiempo les mostraba cómo estructuras más pequeñas de
lo que realmente resultaron ser, no fueron desarrolladas, ya que las evaluaciones económicas,
mostraron que su explotación no era viable para las condiciones del mercado de crudo a esa
época: 1.80 USD/BBL. Tal es el caso de los campos Yuturi, Tivacuno y Pañacocha.

2.3.1. El Consorcio World Ventures operador de Minas y Petróleos del Ecuador S. A.


Minas y Petróleos, compañía representada por el austriaco Howard Strouth, obtuvo en
1961 una concesión gigantesca de alrededor de 4,35 millones de hectáreas por un período de 57
años, en condiciones totalmente adversas para el Estado ecuatoriano, al ser autorizado para que,
por su cuenta y riesgo pueda efectuar traspasos, asociarse o vender todo o parte de su concesión.

242
Breve reseña histórica de la exploración petrolera de la Cuenca Oriente

Este ciudadano austriaco, sobre el cual existe abundante literatura que lo describe como un voraz
hombre de negocios, capaz de moverse ágilmente en los entramados burocráticos de un estado pobre,
y con funcionarios que ganaban exiguos sueldos que para un capitalista sin escrúpulos era territorio de
fácil obtención de favores, suscribe en 1965 un contrato privado de traspaso de alrededor de 650.000
hectáreas de su concesión al consorcio Texaco Ecuadorian Petroleum y Gulf, asegurándose el pago
de regalías durante toda la vida de los yacimientos que se descubriesen. En ese mismo año, Minas
y Petróleos devuelve gran parte de su concesión remanente, reteniendo aún para sí unas 650.000
hectáreas. Posteriormente, adquiere la concesión Yasuní al este de la cuenca, en donde la Shell ya había
desarrollado trabajos exploratorios que, culminaron con la perforación del pozo Tiputini Shell 1. Con
esta nueva adquisición, el área a cargo de Minas y Petróleos llegó a ser de 840.000 hectáreas (fig. 9).
Minas y Petróleos, inició trabajos sísmicos en noviembre de 1968, registrando hasta 1972 un total
de 1.650 km, cuya interpretación le permite definir cuatro estructuras que resultaron productivas.
En 1970, perfora el pozo Tiputini Minas -1, al sur del pozo perforado en 1948 por la Shell,
en la parte norte del hoy mundialmente conocido tren estructural ITT. Se ubicó en el punto de
disparo 5.012 de la línea L-7, junto al Río Tiputini. El pozo alcanzó 5.340’ de profundidad y
produjo 228 BPPD de 15º API provenientes del yacimiento M1, con lo que descubre el campo
Tiputini, cuyas reservas y tipo de crudo no eran comerciales a esa época, pero que determinaron
presencia de crudo pesado en el eje ITT.
En el mismo año, perforan dos pozos más: el Tivacuno 1 descubridor del campo de igual
nombre, actualmente en producción y operado por Repsol, y el pozo Pompeya 1, seco, al sur
del campo Shushufindi, en la margen derecha del Río Napo.
En 1971, descubre el pequeño campo Primavera, situado al SE del campo Sacha, junto a la
margen derecha del Río Napo.
Y finalmente en 1972, perfora con éxito el pozo exploratorio Yuturi 1, descubridor del
campo Yuturi, ubicado en el centro-este de la cuenca, conocido actualmente como campo
Edén-Yuturi, desarrollado y operado inicialmente por Oxy y actualmente por Petroamazonas,
el mismo que está entre los diez mayores campos de la cuenca. Lo anterior muestra que el
aporte de nuevas reservas descubiertas por esta compañía: 768 millones de barriles (MMBL),
fue realmente importante en el tiempo.

2.3.2. Anglo Ecuadorian Oilfields


La compañía Anglo E. O., obtuvo en 1966 una gran concesión, que se extendía
transversalmente formando una franja latitudinal a lo ancho de la parte central de la cuenca.
En 1968 inicia trabajos de campo en la zona subandina, en las áreas de Baeza, Río Topo,
Tena y en la cordillera de Cutucú, quedando como resultado algunos aportes al conocimiento
estratigráfico de la cuenca. Anglo efectuó además levantamientos aero-magnetométricos, aero-
fotogramétricos y de radar lateral sobre toda el área del contrato.
Entre 1967 y 1973, registró 6.730 km de líneas sísmicas, que le permiten detectar 10
estructuras que fueron probadas con perforación exploratoria: tres con resultados positivos: Oglan
A-1, situado en la Depresión Pastaza del Subandino, Tiguino 1 en el centro de la cuenca y Nashiño
1 al este de la cuenca. Las otras siete estructuras resultaron secas y son de Este a Oeste: Autapi y
Guallino situadas al sur del campo Oglan, en la Depresión Pastaza, Toro 1, Águila 1, Guayusa 1,
en el centro, centro sur de la cuenca, Marañacu 1, y Cancrio 1 al este de la cuenca.

243
2.3.3. Grace Oil & Minerals
En 1968, da inicio a su actividad exploratoria. Entre 1971 y 1972, perfora los pozos
Pañacocha 1 descubridor del campo del mismo nombre y el Tangay 1 seco, ubicados en el
Centro Oriente de la cuenca. Posteriormente, Sun Oil Co. tomó a cargo las operaciones en
la concesión de Grace Oil, y perforó el pozo Sn. Roque 1, que presentó sólo trazas de crudo.
Finalmente, Cepco City perforó el pozo Lilian 1, seco, ubicado muy cerca al límite sur del
campo VHR.

2.3.4. Amoco
Esta compañía operó en una concesión en la zona Suroriental de la cuenca (fig. 9), la más
alejada de toda infraestructura a esa época y aún en la actualidad, en donde registró 1.650
km de líneas sísmicas, cuya interpretación le permitió definir dos estructuras probadas con la
perforación de los pozos Conambo 1, que resultó productivo, y Bobonaza 1, seco.

3. ETAPA INTERMEDIA DE PREDOMINIO DE LA EMPRESA ESTATAL CEPE: 1972-1982

Esta etapa, posterior a la seguidilla de grandes descubrimientos, puede ser calificada de


intermedia debido a que la cuenca aún contaba con un potencial exploratorio remanente,
derivado de la existencia de vastas áreas con limitada y nula cobertura exploratoria (sísmica 2D),
especialmente al Este, centro, centro-Este y Sur-Suroeste de la cuenca, habiéndole correspondido
a la joven empresa estatal CEPE ser la protagonista casi exclusiva de la exploración en esta etapa
de la historia de la cuenca.

Fig. 11: Desfile por el centro de Quito, con el primer barril simbólico de crudo
de exportación, escoltado por militares (foto tomada del Diario El Comercio del
archivo histórico sobre explotación petrolera del Ecuador)

244
Breve reseña histórica de la exploración petrolera de la Cuenca Oriente

Con la toma del poder por parte de la Junta Militar de Gobierno, encabezada por el Gral.
Guillermo Rodríguez Lara, cambia el manejo de la política hidrocarburífera ecuatoriana, al
producirse en el mes de junio de 1972 dos hechos fundamentales: la expedición de la Ley de
Hidrocarburos y, la creación de la Corporación Estatal Petrolera Ecuatoriana (CEPE).
En la Ley de Hidrocarburos, se establecen dos nuevas modalidades contractuales: 1) de
Prestación de Servicios, de Exploración y Explotación de Yacimientos Hidrocarburíferos y
Explotación de Petróleo; 2) de Asociación para Exploración de Yacimientos Hidrocarburíferos y
Explotación de Petróleo. Estos dos hechos históricos fundamentales que, respondían a la reacción
de los Estados ante el gigantesco poder de las grandes empresas petroleras internacionales,
les permitieron ejercer una soberanía efectiva mediante la capacidad de desarrollar tareas
empresariales en las diferentes fases de una industria de altísima rentabilidad, y al mismo tiempo
establecer marcos jurídicos que aseguren un mayor equilibrio jurídico y económico entre dichas
empresas y el estado.
Es así que, en este mismo año, se produce un hito en la historia económica del Ecuador: la
terminación del Oleoducto Transecuatoriano (actualmente denominado Sistema del Oleoducto
Transecuatoriano (SOTE), y con esto, la exportación del primer barril de crudo (fig. 11).

3.1. Compañías extranjeras en tareas de exploración


Junto a CEPE, tres compañías extranjeras exploran varias áreas de la cuenca, pero sólo
una de ellas (Cayman) obtiene los resultados positivos que dieron lugar a que dicho bloque
-actualmente conocido como Bloque Tarapoa- haya llegado a ser uno de los más productivos
entre los operados por las empresas extranjeras.
Cayman. En octubre de 1973, se cambia de la modalidad de concesión a la de un contrato
de asociación. Cayman continúa como operadora de un consorcio en el que además participan
City Investing y Southern Union Production Co. En el área asignada, situada en el NNE de
la cuenca, registró un total de 600 km de líneas sísmicas, con las que detectó seis estructuras
que fueron probadas entre 1972 y 1973 con los pozos Fanny 1, Tarapoa 1, Mariann 1, Joan 1 y
Vinita 1, con resultados positivos, mientras que el pozo Margaret 1 fue seco. En mayo de 1976,
Cayman es autorizada a retirarse del consorcio, y en junio de ese mismo año, las dos compañías
que continúan designan a la compañía SUPCO como nueva operadora. Finalmente, en mayo
de 1977, Southern Union se retira del consorcio.
OKC. A partir de noviembre de 1973, la corporación petrolera OKC, mediante un contrato
de asociación, obtiene un área de 291.150 hectáreas en el Nor-Noroeste de la cuenca, al Este y
Sureste del campo Bermejo, en donde efectuó 280 km de líneas sísmicas, cuya interpretación
le permitió perforar sin éxito los pozos Caja 1, Ochenta 1, Camino 1 y Pusino 1. En mayo de
1976, devuelve parte de su concesión y se queda con un área de 99.396 hectáreas.
Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Argentina (YPF). En enero de 1975, la empresa
estatal argentina YPF, suscribió un contrato de asociación para exploración en la Amazonía, en
un área ubicada en el centro sur de la Cuenca Amazónica, al Sur-Sureste del campo Tiguino,
en donde registra 770 km de sísmica 2D, en base a cuya interpretación, perfora en 1977 el
pozo Curaray X-1, que tuvo producción de crudo (no rentable para esa época al tratarse de una
acumulación menor de crudo y estar alejado de la infraestructura petrolera), y los pozos Entre
Ríos X-1 y Balata X-1 que resultaron secos.

245
Fig. 12: Torre con la que se perforó el pozo 18B-1, el primer pozo perforado por la Corporación Es-
tatal Petrolera Ecuatoriana CEPE en 1975

3.2. La exploración desarrollada por CEPE


Una vez creada la Corporación Estatal Petrolera Ecuatoriana CEPE en junio de 1972, entra
a participar en la producción de crudo al comprar el total del paquete accionario de Gulf
en el Consorcio Texaco-Gulf, equivalente al 62,5%. Inicialmente, en julio de 1974, adquiere
el 25% y en enero de 1976 el 37,5% restante, con lo que Gulf quedó fuera del consorcio,
constituyéndose así el nuevo consorcio CEPE-Texaco, en el que CEPE era el socio mayoritario,
y Texaco continuaba siendo la empresa operadora.
CEPE juega en esta etapa un rol predominante, y su accionar abarca casi toda la Cuenca
Oriente, desarrollando un amplio trabajo de geología de campo a lo largo del Subandino
Oriental, 54.000 km2 de radar que cubre toda la zona subandina, sísmica 2D y perforación
exploratoria.
En mayo de 1975, CEPE inicia la perforación de su primer pozo llamado 18B-1 (fig. 12),
para probar la estructura compartida con la empresa CEPCO, obteniendo resultados positivos.
En enero de 1976, la empresa estatal inicia trabajos de prospección sísmica. Y, en 1978,
centra su actividad exploratoria en el centro de la cuenca, al este del campo Auca, en donde
perfora el pozo Shiripuno 1, que pasa a constituirse en su primer pozo exploratorio, con el que
descubre el campo del mismo nombre con una modesta acumulación de crudo (alrededor de
2.5 MMBL). En 1978, un poco más al Sur, descubre un nuevo campo al obtener resultados
positivos en las pruebas del pozo Shiripuno Centro 1.
En 1980, entra en ejecución la fase de perforación del Proyecto Pungarayacu, nombre
tomado de un río de la zona, cuya traducción del quechua es Pungara (brea) y Yacu (río).

246
Breve reseña histórica de la exploración petrolera de la Cuenca Oriente

Fig. 13: Mapa con el que CEPE socializó a través de la prensa la perforación del
pozo Guarumo 1–descubridor del gran campo libertador, cuya ubicación muestra la flecha

El Proyecto fue creado con el fin de definir el potencial de esta gigante acumulación de
arenas bituminosas y crudo extrapesado (la mayor de la cuenca), ubicada en el Subandino
entre la Cordillera de Guacamayos al Norte y Puerto Napo al Sur, que constituye una
zona de manaderos y amplios afloramientos de las areniscas de la Formación Hollín en su
mayor parte saturada de brea, la misma que era conocida ancestralmente por los indígenas
de la zona. El Proyecto define dos acciones básicas: el mapeo geológico con levantamiento
de columnas a lo largo de los ríos y quebradas y, la perforación de 26 pozos de cateo con
muestreo continuo de núcleos, siendo su profundidad entre 377 y 1.239’. Como resultado,
se cuantifica el volumen de petróleo en sitio en alrededor de 7.000 millones de barriles,
cifra que fue reajustada con posterioridad en un estudio conjunto entre Arco Oriente y
Petroecuador a un valor aproximado de 4.000 millones de barriles. Para este proyecto no
se puede hablar de reservas mientras no se encuentre el método económicamente viable
para extraer el crudo.
En este mismo año, CEPE logra el mayor éxito de su historia con el descubrimiento del campo
Libertador, el tercero entre los mayores campos en producción con 432 millones de barriles de
reservas, sólo superado por los gigantes Sacha y Shushufindi, al obtener resultados positivos del pozo

247
Secoya 1. Sin embargo, sólo tres años después se supo que dicho pozo descubrió no el campo
Secoya sino el gran campo Libertador, ya que inicialmente, se consideraba que las estructuras
productivas Secoya, Shushuqui, Shuara y Pacayacu constituían campos independientes. Sin
embargo, en ese año, con la perforación del pozo Guarumo 1 y, rebautizado posteriormente
como Pichincha 1, perforado en el periclinal sur del campo (fig. 13), se confirmó que las cuatro
estructuras antes nombradas constituían un solo gran campo, cuyo nombre es un homenaje al
Libertador Simón Bolívar.
En 1982, CEPE orienta su esfuerzo exploratorio al Suroriente de la cuenca, a una zona
adyacente a la frontera con el Perú, totalmente alejada de la infraestructura petrolera. Allí
desarrolló una campaña sísmica, sobre la base de cuya interpretación define cuatro estruc-
turas: Amazonas, perforada en ese mismo año, Marañón, Huito, Balsaura perforadas al año
siguiente y Shionayacu en 1984. Todas fueron probadas con pozos perforados a través de
una torre helitransportable, única forma de acceder a esta zona, que como se indicó es muy
distante y cubierta completamente por selva virgen. El total de petróleo en sitio descubierto
por CEPE, fue de alrededor de 300 millones de barriles y las reservas del orden de los 40
millones de barriles.
Se debe destacar en esta etapa como un hecho histórico fundamental, la puesta en producción de
los campos de CEPE, ya que por primera vez, un equipo de técnicos y obreros nacionales, con el apoyo
de un grupo directivo, de gran dinamismo, pudo extraer crudo del subsuelo tanto de un grupo de
campos descubiertos por esfuerzo propio como fue el caso de los campos Libertador, VHR, Frontera,
Paraíso, así como de campos descubiertos por compañías extranjeras pero devueltos al Estado,
como es el caso de Cuyabeno, Bermejo, Charapa, Tiguino, entre otros, inaugurando toda una
época de la industria petrolera nacional.

3.2.1. CEPE Explora el Precretácico


En 1984, CEPE se plantea el reto de desarrollar exploración de alto riesgo en el “play”
potencial más profundo de la cuenca, constituido por las capas situadas bajo los sedimentos
cretácicos, generalmente agrupadas bajo el nombre de Precretácico, basado en dos premisas:
Que la Formación Santiago constituye una potencial roca madre que pudo haber generado
crudo; y que se determinó la presencia de un gran anticlinal situado bajo el campo Sacha con
potencial de trampa.
El riesgo geológico estaba en la existencia o no de rocas reservorio, y en la presencia
de una roca madre activa. Para probar el anticlinal antes mencionado, se perforó el pozo
Sacha Profundo 1, que llegó hasta sedimentos de la Formación Pumbuiza del Paleozoico,
constituyéndose en el pozo más profundo perforado en la cuenca, y en el primer esfuerzo
serio orientado a investigar los estratos paleozoicos y jurásicos, que actualmente consti-
tuyen el basamento económico de la cuenca. No se encontró ninguna roca reservorio, y
se determinó la ausencia de la Formación Santiago sensu strictu, es decir con sedimentos
marinos: calizas y lutitas negras y grises con intercalaciones de areniscas y en su lugar se
encontraron facies continentales del Triásico Tardío-Jurásico Temprano sin ninguna ca-
pacidad de generación de hidrocarburos, a la que se re-denominó como formación Sacha
(Rivadeneira M., 2008), resultando seco a nivel Pre-Cretácico, pero aportando una gran
información sobre la estratigrafía de la sección Paleozoica y Triásico-Jurásica.

248
Breve reseña histórica de la exploración petrolera de la Cuenca Oriente

4. ETAPA DE REAPERTURA A LA INVERSIÓN EXTRANJERA Y DE CAMBIO DE LA ESTRUC-


TURA DE LA EMPRESA ESTATAL

En esta etapa, que va desde el año 1985 donde se adjudica el Bloque 15 a Occidental bajo la
modalidad de Prestación de Servicios de Exploración y Producción, hasta el 2006, año en que
se produce la reversión del mencionado bloque al Estado ecuatoriano, marca un cambio en la
política estatal respecto a la inversión extranjera, que continuará con la reversión de los bloques
de Perenco y cambios en los contratos petroleros.

4.1. CEPE continúa su tarea exploratoria


La Cuenca Oriente es intensamente explorada en casi toda su extensión, quedando aún, en
etapa de relativa inmadurez exploratoria las áreas Sur, Sureste y Suroeste de la cuenca. CEPE,
posteriormente Petroproducción (Filial de Petroecuador), desarrolla una amplia actividad de
registro sísmico y perforación exploratoria, al igual que las compañías privadas que ingresan
nuevamente con fuerza en la tarea de exploración a través de contratos de Prestación de Servi-
cios de Exploración y Producción.
En 1987, descubre los campos Paraíso con 38 millones de barriles de reservas y Frontera
con 17 millones. En 1988, realiza su último descubrimiento como CEPE al encontrar crudo
en el campo Cantagallo con 51 millones de barriles de reservas, rebautizado luego como VHR
en homenaje póstumo a Víctor Hugo Ruales, ejecutivo de la compañía, quién fue uno de los
artífices de la puesta en producción de los primeros campos de la estatal petrolera.

4.2. Nace Petroecuador y toma la posta de CEPE


En septiembre de 1989, se crea Petroecuador en reemplazo de CEPE con tres filiales
permanentes, correspondiendo a la filial Petroproducción las tareas de exploración y producción.
Y, la filial temporal Petroamazonas para que sea la operadora del consorcio CEPE-Texaco en
representación del Estado ecuatoriano. El 7 de junio de 1993, mediante Decreto Ejecutivo Nº
851, se dispuso la fusión de Petroamazonas a Petroproducción, arrancando dicho proceso en
octubre del mismo año.
En 1990, Petroproducción inicia tareas de perforación exploratoria, como resultado de
lo cual, descubre el campo Chanange, catalogado como marginal por su pequeño monto de
reservas de alrededor de 2.4 millones de barriles. Por su parte, Petroamazonas descubre en 1991
los campos Pindo y Palanda.
En 1992, Petroproducción descubre el campo Ishpingo, el último gran campo descubierto hasta
la fecha en la cuenca, completando al año siguiente la exploración del Levantamiento Yasuní
con el descubrimiento del campo Tambococha, los que junto al campo Tiputini, descubierto
por Tiputini Minas en 1972, acumulan un monto de reservas que bordea los 1.000 millones de
barriles de crudo pesado de 12 a 16,5º API. Posteriormente, Petroecuador perfora dos pozos de
avanzada adicionales: el Ishpingo 3 y el Ishpingo 4 (fig. 14).
Con éste último descubrimiento, la empresa estatal se confirma como la empresa de mayor
éxito exploratorio luego del consorcio Texaco-Gulf. Con CEPE como descubridora del campo
Libertador, el cuarto de la cuenca en 1980 y, con Petroecuador con el campo Ishpingo en el 92. Estos
dos hechos destacan el rol exploratorio protagónico que tuvo la vapuleada empresa estatal, cuyo record de
descubrimientos reivindica totalmente su imagen, pero lamentablemente no tuvo la continuidad debida

249
Fig. 14: Pozo Ishpingo-4 (Foto proporcionada por C. Missura)

a través de una reforma estructural y societaria que le pudo haber dado categoría empresarial, sino que la
influencia política fue desdibujando su accionar.
Entre los años de 1992 y 1995, descubre 7 campos de pequeñas dimensiones: Auca Este en
1992, Conga en 1993, Biguno, Peña Blanca y Conga Sur en 1994, Huachito y Armadillo en
1995. El pozo Paujil 1, perforado luego del pozo Tambococha, resultó seco.
En 1997, Petroproducción descubre el campo Huamayacu con la perforación del pozo
Huamayacu 1, con reservas de 117 millones de barriles. Este campo, en noviembre de 1999, fue
redenominado por el Directorio de Petroproducción como campo MDC, en homenaje póstumo
a Mauro Dávalos Cordero, ex ejecutivo de CEPE, considerado como otro de los ejecutivos
artífices de la incorporación a la producción de los primeros campos de la corporación estatal,
y profesional destacado en la defensa de la Empresa Estatal.
Desde esa fecha hasta inicios del 2004, Petroecuador a través de su filial Petroproducción no
perforó ningún pozo exploratorio adicional. Lamentablemente la falta de una mínima racionalidad
en el manejo económico del principal recurso con el que contaba el Estado, llevó a la empresa estatal
a convertirse en una empresa sin recursos para explorar, ya que el presupuesto apenas alcanzaba
para cubrir los costos de operación, quedando un pequeño presupuesto para inversión, por lo que
las contadas torres de perforación no permitían -ni siquiera- mantener los niveles de producción.
En el 2004, Petroproducción reinicia la perforación exploratoria con el pozo Sansahuari
SW1, perforado en el occidental lado hundido de la falla que limita al campo Cuyabeno-
Sansahuari. Este pozo dio sólo una pequeña producción inicial y fue cerrado. En el 2006

250
Breve reseña histórica de la exploración petrolera de la Cuenca Oriente

descubre el pequeño campo Condorazo con alrededor de 10 millones de barriles. En el 2007


Petroproducción descubre el campo Drago, el más importante de esta última etapa exploratoria,
con aproximadamente 43 millones de barriles de crudo.

4.3. Los contratos para exploración y explotación de hidrocarburos


En agosto de 1982, se abre –nuevamente- la posibilidad de que compañías extranjeras
entren a compartir con CEPE la actividad exploratoria en la Cuenca Oriente, al legislarse una
nueva modalidad contractual a la que se le llama de Prestación de Servicios para la Exploración
y Explotación de Hidrocarburos, expedido por el Congreso Nacional mediante una Ley
reformatoria a la Ley de Hidrocarburos. Este contrato que, en su aplicación ha sido severamente
cuestionado, consistía en que la compañía contratada prestaba sus servicios durante las etapas
de exploración y explotación, y recibía a cambio el reembolso de costos y gastos más una tasa de
servicio. En la práctica, debido a que se declaró la comercialidad para campos marginales y se
privilegió los pagos a la compañía, el Estado -que quedaba al final del reparto- recibió montos
mucho menores que los inicialmente establecidos.
En noviembre de 1993, se promulga la Ley Nº 44, que introduce el Contrato de Participación
para la Exploración y Explotación de Hidrocarburos en la Ley de Hidrocarburos, según el cual,
el estado recibe un porcentaje fijo de participación de la producción de crudo, que generalmente
varía en función de los volúmenes diarios producidos. Con esta nueva modalidad contractual,
se buscaba evitar la experiencia del modelo anterior.
Entre 1983 y 1995, se efectuaron ocho Rondas de Licitación Internacional para la
Exploración y Explotación de Hidrocarburos en la Cuenca Oriente. Se convocó la Primera en
junio de 1983 y la Segunda en febrero de 1985. En los meses de mayo y agosto de 1986, se
convocaron la Tercera y Cuarta Ronda, ésta última dedicada exclusivamente a empresas estatales.
Casi un año después, en junio de 1987, se convocó la Quinta; la Sexta en enero de 1990; la
Séptima en enero de 1994; la Octava en junio de 1995, y la Novena Ronda en el 2001.

Primera Ronda Petrolera. Fue lanzada en 1983 y como resultado, se adjudicaron dos
bloques bajo la modalidad de Prestación de Servicios:
El Bloque 15 fue adjudicado a la compañía Occidental en enero de 1985, cambiándose
en mayo de 1999 a un contrato de participación. En 1985, ésta compañía, sobre la base de la
interpretación sísmica registrada, inicia los trabajos de perforación exploratoria con el pozo
Palmeras 1, que resultó seco. Al año siguiente, perfora el Pozo Indillana-Itaya 1, con el que
descubre el llamado Complejo Indillana. En 1996, perfora el pozo Edén 1 en el flanco noroeste
del campo Yuturi, aprobado por la Dirección Nacional de Hidrocarburos como pozo exploratorio,
el mismo que, como se indicó anteriormente, fue descubierto por Minas y Petróleos en 1972 y
pasa a ser un campo compartido con Petroecuador. En el año 2000, reinicia la perforación
exploratoria, descubriendo el complejo Yanaquincha.
El Bloque 8 se adjudica al consorcio Esso-Hispanoil en abril de 1985, el cual fue abandonado
en febrero de 1993 por no haberse descubierto acumulaciones comerciales de crudo.

Segunda Ronda Petrolera. Convocada en 1985, y da como resultado dos nuevas


adjudicaciones mediante la misma modalidad contractual que la primera:
El Bloque 7 fue adjudicado en diciembre de 1985 a British Petroleum (BP), que en

251
1986 descubre el campo Payamino, que posteriormente pasó a integrar el campo unificado
Coca-Payamino, compartido con CEPE. En 1987, descubre el pequeño campo Jaguar y
en 1988 el campo Oso. British Petroleum, en septiembre de 1990, transfiere la totalidad
de sus derechos a Oryx Ecuador Energy, la que descubre dos pequeños campos: Mono en
1988 y Lobo en 1989. En marzo del 2000, Oryx firma un contrato de Participación en
reemplazo del original, que era de Prestación de Servicios. Posteriormente, esta compañía
transfirió sus acciones a Kerr MacGee, la que a su vez cedió sus acciones a la compañía
Perenco Ecuador Ltd., que abandonó el bloque al declararse la caducidad del contrato.
El Bloque 16 se adjudica en enero de 1986 al consorcio Conoco-Nomeco-Diamod-
Sharmrok Opic. Conoco, como operadora, descubrió los campos Amo en 1987, Daimi y
Ginta en 1988 e Iro en 1989. Posteriormente, Conoco transfirió la totalidad de sus derechos
y obligaciones a favor de Maxus. En el segundo semestre de 1996, se negoció el cambio del
contrato de prestación de servicios por otro de participación. Con posterioridad, Maxus vendió
su participación a YPF, la que descubrió los campos Dabo y Wati en 1999. Posteriormente, YPF
fue adquirida por Repsol, pasando a formar la empresa Repsol-YPF, actualmente a cargo de la
operación del Bloque.

Tercera y Cuarta Ronda Petrolera. Lanzada en 1986, termina con la adjudicación de los
cuatro bloques siguientes:
El Bloque 14 se adjudica en abril de 1987 al consorcio Elf Aquitaine-Braspetro-YPF.
Posteriormente, el bloque fue cedido a Elf. Este contrato se cambió a contrato de Participación
en mayo de 1999. Elf Aquitaine, en 1989, descubre los campos Sunka-Wanke-Kupi y Yampuna,
y en 1995 el campo Nantú.
El Bloque 17 es entregado a Elf-Braspetro-Britoil, en el año de 1987. Al igual que en el
caso anterior, el bloque fue cedido con posterioridad a Elf, la que en 1991 descubrió el campo
Awant, y en 1996 el campo Hormiguero.
Elf cedió los dos bloques anteriores (14 y 17) a la compañía Vintage, la que en mayo del
2000 firma un contrato de participación en vez del original de Prestación de Servicios. Esta
compañía descubrió el campo Tapir en 1998. Vintage, en el 2003, cedió sus acciones en el
Bloque 14 al consorcio Encan Ecuador-YPF-Repsol, y en el Bloque 17, al consorcio Encan
Ecuador – OPIC.
El Bloque 12 se adjudicó en mayo de 1987 al consorcio Tenneco-Diamond-Yukong-CSX-
Maerck, el que fue revertido al Estado al no haberse descubierto acumulaciones comerciales de
crudo.
El Bloque 9 fue adjudicado en junio de 1987 a Petrocanadá, la misma que en noviembre
del mismo año, transfiere el 35% de su participación a las estatales ENAP de Chile y el 15% a
ANCAP de Uruguay, abandonando finalmente el país en abril de 1993 por la no comercialidad
de sus descubrimientos.

Quinta Ronda Petrolera. En 1987, se adjudicaron dos bloques:


El Bloque 13 es adjudicado en abril de 1988, mediante contrato de Prestación de
Servicios, al consorcio Unocal Ecuador-Union Pacific International Petroleum –Nedlloyd
Energy B. V. En diciembre de 1989, Unocal y Union Pacific transfieren parte de su
participación a Kyung Inn Energy Co. Limited. Y, En febrero de 1993, Unocal y sus

252
Breve reseña histórica de la exploración petrolera de la Cuenca Oriente

socias abandonan el país al no haber descubierto acumulaciones comerciales de crudo en


el bloque a su cargo.
El Bloque 10 fue adjudicado en marzo de 1993, a un consorcio integrado por
Arco, AGIP y Denison, mediante contrato de Prestación de Servicios para Exploración
y Explotación de crudo. Inicialmente, el bloque fue operado por Arco, la que descubre
los campos Moretococha y Villano, éste último -como se dijo anteriormente-, estuvo
a punto de ser descubierto por la Shell en los años 40. Arco se retiró del consorcio y
la operación pasó a cargo de AGIP, que es la única empresa de esa época que continúa
operando el bloque.

Sexta Ronda Petrolera. Fue convocada en 1990, adjudicándose dos bloques:


El Bloque 18 en diciembre de 1995, se firma el contrato de Participación para Exploración y
Explotación de dicho bloque con Amoco. Cayman pasa a operar este bloque en enero de 1988,
descubriendo en ese mismo año el pequeño campo Pata y en 1999 el campo unificado Palo
Azul. Este bloque fue operado posteriormente por la compañía. Argentina Perez-Companc, la
misma que vendió sus acciones a Petrobrás, la última operadora.
El Bloque 19 en febrero de 1995, se firma contrato con la empresa Triton Energy Co., para
su exploración, siendo abandonado por no encontrarse acumulaciones comerciales de crudo.

Séptima Ronda Petrolera. Del año 1994, en la que se adjudicaron siete bloques:
En 1995, se adjudica al consorcio Santa Fe Energy-Nippon Oil-Pedco-Korea Petroleum-
Yukong, el Bloque 11, que fue transferido luego a Lumbaqui Oil, que en el 2001, descubrió un
campo muy pequeño llamado Diamante. Posteriormente, la empresa china CNPC Internacional
(Amazon) Ltd. tomó a cargo de la operación del bloque, que luego fue revertido al Estado y
actualmente está a cargo de Petroamazonas.
El Bloque 21. En el mismo año, se firma contrato con el consorcio Oryx-Santa Fe Minerals-
Clapsa-Sipetrol para ese bloque, del que Oryx fue la operadora. Posteriormente cedió las
acciones a Perenco, que como operadora desarrolló el campo Yuralpa.
El Bloque 27. Se firmó contrato en marzo de 1995 con el consorcio City-Ramrod que, en
1998, descubre los pequeños campos Tipishca, Huaico. Posteriomente el bloque fue operado
por City Oriente, quién en octubre del 2006, planteó una demanda ante el CIADI, por US$
400 millones (MM) por la aplicación de la Ley 42 que establecía un impuesto adicional del
50% a las compañías petroleras que operaban en el país por las ganancias extraordinarias (que
luego se incrementó al 99%), llegando posteriormente a un arreglo formalizado mediante un
acta de finiquito, firmada el 31 de julio del 2008, que establecía un pago de US$ 68.9 MM a
la compañía, a cambio de lo cual dio por terminada su demanda y entregó el bloque al Estado
ecuatoriano, pasando Petroproducción a ser la operadora.
El Bloque 28. En marzo de 1995, se firma contrato con Tripetrol para éste bloque donde
la compañía efectuó una campaña de sísmica 2D, como parte de las obligaciones contractuales
que establecían adicionalmente la perforación de dos pozos exploratorios por US$ 5.5 MM;
US$ 650.000 en el plan de protección ambiental y US$ 400.000 en capacitación del personal
nacional. Sin embargo la compañía sólo ejecutó la prospección sísmica indicada, y con la quiebra
del banco de Préstamos la AGD reclamó el 50% de los derechos y acciones sobre el bloque, el
mismo que finalmente fue revertido al Estado luego de un largo proceso de caducidad.

253
Octava Ronda Petrolera. Se convocó en el año de 1995, ofertando bloques:
El Bloque 23 se adjudicó en julio de 1996 a CGS-San Jorge. En este bloque, las operaciones
de registración sísmica se suspendieron por fuerza mayor ante la oposición radical de las
comunidades indígenas a cualquier forma de actividad petrolera, posteriormente se dio por
terminado el contrato
El Bloque 31 fue adjudicado a Pérez Companc, descubriendo en el año 2000 los campos
de crudos pesados Apaika y Obe. Posteriormente, cedió sus acciones a Petrobrás, empresa que
en el 2008 devolvió el bloque al Estado, tomando posteriormente Petroamazonas la operación
a su cargo.
En abril de 1998, Arco suscribe un contrato de participación para el Bloque 24, el mismo que
luego fue adquirido por Burlington. En este bloque, igualmente las operaciones se suspendieron
por la oposición a los trabajos exploratorios por parte de las comunidades del lugar.

Novena Ronda Petrolera. Convocada en el 2001.


Se ofertaron 13 bloques, nueve de los cuales se encontraban en la Cuenca Oriente. Fue
declarada desierta en el 2004.

5. ETAPA DE MADUREZ EXPLORATORIA

Esta última etapa de la historia petrolera, se caracteriza por un alto grado de madurez
exploratoria, con excepción del área conocida como Suroriente, en donde si bien existe una
cobertura importante de sísmica 2D en la mitad oriental -pero con una baja densidad de
perforación exploratoria, hacia la parte occidental-, la sísmica es muy antigua y la malla muy
regional.

5.1. Petroamazonas EP se consolida como la única empresa estatal ecuatoriana en el


área de Exploración-Producción.
En el año 2006, con la reversión del Bloque 15 de Occidental al Estado ecuatoriano, se
inicia un cambio de estrategia en la política estatal. Luego de dos década de franca apertura
a la inversión extranjera en la que llegaron grandes y medianas compañías junto a varias
pequeñas, se redefine el marco jurídico y económico de los contratos, pasando a ser contratos
de Prestación de Servicios para la Exploración y Explotación Petrolera, mediante los cuales las
compañías reciben un pago por barril producido. Adicionalmente aparece la figura de economía
mixta con la creación de Río Napo, compañía conformada con acciones de EP Petroecuador
traspasadas a Petroamazonas EP y PDVSA, y una modalidad nueva de contratos de Prestación de
Servicios Específicos con Financiamiento para la Optimización de la Producción y Recuperación de
Reservas, con el Consorcio Shushufindi S.A. (Schlumberger, Tecpetrol, KKR), para el campo
Shushufindi-Aguarico y Pardaliservices S.A. (Tecpetrol Schlumberger, Canacol, Sertecpet), para
los campos Libertador y Atacapi.
En abril del 2010, mediante Decreto Ejecutivo Nº 315, Petroecuador, cambia su razón de
Empresa Estatal a Pública, sobre la base de la Constitución del 2008, cambiando su nombre a
Empresa Pública de Hidrocarburos del Ecuador EP Petroecuador, con lo que se extinguen las
Filiales de Petroecuador, y en particular la Filial Petroproducción, que pasa a ser Gerencia de
Exploración y Producción.

254
Breve reseña histórica de la exploración petrolera de la Cuenca Oriente

La Gerencia de Exploración y Producción, reinicia la actividad exploratoria en el año


2010, con la perforación de los prospectos exploratorios Cobra, ubicado al Este del campo
Shushufindi, Aguarico Oeste, situado inmediatamente al Oeste de la estructura Aguarico del
campo Shushufindi y Chonta Este, dentro del tren estructural Auca-Cononaco, los tres con
resultados positivos.
El 2 de enero del 2013, se extingue la empresa estatal original, luego de algo más de 40
años de su creación, lapso durante el cual evolucionó de CEPE a PETROECUADOR con
su filial Petroproducción y EP PETROECUADOR con su Gerencia de Exploración y
Producción, dejando un gran legado de reservas descubiertas y campos desarrollados con
personal exclusivamente ecuatoriano, al producirse el traspaso de la Gerencia de Exploración y
Producción de EP PETROECUADOR, junto a la Gerencia de Gas Natural y las acciones de
la empresa de economía mixta Río Napo a Petroamazonas EP (Decreto Ejecutivo Nº 1351-A).
La historia de Petroamazonas EP, se inicia en el 2006, con la reversión al Estado del Bloque
15, operado por la compañía Occidental, el 15 de mayo del 2006, tomando Petroecuador a su
cargo la operación del mismo, el que en el 2008 pasó a ser operado por Petroamazonas Ecuador S.
A. (con Petroecuador y Petroproducción como sus únicos accionistas), luego de su constitución
mediante escritura pública celebrada el 7 de abril del 2008, para finalmente constituirse en la
Empresa Pública de Exploración y Explotación de Hidrocarburos Petroamazonas EP, mediante
Decreto Ejecutivo Nº 314 del 6 de abril del 2010, la misma que a partir del 2 de enero del 2013,
se convierte en la única empresa estatal ecuatoriana a cargo de las actividades de exploración y
explotación de hidrocarburos.
Esta era petrolera puede ser caracterizada por la madurez tanto de la Cuenca Oriente cuanto de
la mayoría de campos descubiertos en dicha cuenca. Lo primero se refleja en el escaso aporte de
nuevas reservas por exploración, ya que como se verá posteriormente, las estructuras remanentes
son de pequeñas dimensiones, los campos están en clara declinación de producción, logrando
sostener la caída con la perforación cada vez más intensiva de pozos y la aplicación de métodos
de extracción más eficientes. La excepción de este panorama de declinación lo constituyen los
campos Shushufindi, Sacha, Auca y Oso, pero que requieren ya como casi todos los campos, de
procesos de recuperación mejorada, que permitan incrementar el factor de recobro, mediante
la aplicación de alternativas orientadas a sostener e incrementar la energía de los yacimientos
y/o a introducir compuestos químicos que permitan maximizar el flujo del crudo con respecto
al agua. Sin embargo es necesario estar conscientes de que esas alternativas de recuperación
mejorada solo pueden ser aplicadas a nivel de todo el campo si el o los pilotos, dan resultados
positivos

5.2. Últimas Rondas Petroleras


Décima Ronda Petrolera: En junio del 2011, se ofertan los campos marginales Armadillo,
Charapa, Chanangue, Eno-Ron, Ocano-Peña Blanca y Singue. Se adjudica los campos Ocano-
Peña Blanca al Consorcio Interpec-Petrosud, Eno-Ron al Consorcio Marañón y el campo
Singue al Consorcio DGC.

Undécima Ronda Petrolera: Lanzada el 28 de noviembre del 2012. Se licitaron 16 bloques


del Suroriente ecuatoriano, y el plazo para la entrega de ofertas fue hasta el 28 de noviembre
de 2013. Se recibieron ofertas de Andes Petroleum para dos bloques (79 y 83), de Repsol para

255
el bloque 29. Petroamazonas en consorcio con ENAP y Belorusneft ofertó el Bloque 28 en la
Depresión Pastaza.

6. POTENCIAL EXPLORATORIO REMANENTE

La Cuenca Oriente ha sido explorada por algo más de noventa años, y ha entrado en su etapa
de madurez, caracterizada por la cobertura sísmica regional en casi toda su geografía, y sísmica
tridimensional cubriendo prácticamente todas sus áreas productivas, con una importante
densidad de perforación exploratoria, lo que sumado a los datos geológicos obtenidos de los
estudios de afloramientos, ha permitido acumular al presente, un importante conocimiento de
su estructuración tectónica, de su arquitectura estratigráfica y de su sistema petrolero.
Tras una etapa de exploración infructuosa, desarrollada por la Shell en la década de 1940,
a partir de 1967, se producen en seguidilla los mayores descubrimientos históricos, declinando
luego los volúmenes de reservas descubiertas, para esporádicamente producirse fuertes
jalones positivos, marcados principalmente por el descubrimiento de los campos Libertador
y Pungarayacu en 1980, e Ishpingo en 1992 (fig. 10). Históricamente, se ha mantenido un
margen (colchón) importante entre reservas totales descubiertas y producción acumulada, pero,
es evidente que la pendiente de incorporación de nuevas reservas se hace cada vez más plana,
mientras la pendiente de producción se levanta más (fig. 15), acelerándose la reducción de la
brecha y consecuentemente acercándose al punto de intersección.
Ésta marcada desaceleración en la incorporación de nuevas reservas, permite prever que en
adelante irá reduciéndose el volumen de nuevas reservas por desarrollar. Al mismo tiempo, se

Fig. 15: Evolución histórica reservas descubiertas acumulativas totales, de campos


en producción vs. producción acumulada

256
Breve reseña histórica de la exploración petrolera de la Cuenca Oriente

extraerán cada vez más aceleradamente las reservas de crudos medianos y livianos, aprovechando
la gran capacidad de transporte disponible, y la posibilidad de una explotación intensiva, con
lo que se irá incrementando el peso de las reservas de crudos pesados y extrapesados, que
actualmente son de alrededor del 50% del total de reservas remanentes. El desarrollo de éstas
últimas reservas requerirá de tecnologías más complejas, y de un manejo ambiental muy estricto,
al encontrarse la mayoría de las mismas en zonas altamente sensibles, todo lo que volverá más
costosa su extracción y transporte, por lo que el país debe preparar una estrategia de mediano y
largo plazo, para enfrentar el desarrollo de este tipo de crudos.
Lo anterior plantea como urgencia el exigir a las compañías privadas de servicios y operadoras
a cargo de la inversión en los mayores campos de la cuenca, el cumplimiento estricto en tiempos
de los proyectos piloto de recuperación mejorada, como la vía principal para prolongar la vida
productiva de los campos.
La evolución de la gravedad API de los nuevos crudos a descubrirse muestra una tendencia
al dominio de los crudos pesados, lo que se compagina con las áreas de menor exploración
relativa que son las zonas más orientales y meridionales, vecinas a la frontera con Perú, tanto al
Este como al Sur, en donde se acumulan fundamentalmente crudos pesados.

6.1. Algunas ideas sobre el potencial remanente en prospectos tradicionales


La Cuenca Oriente, históricamente, presenta altos índices de éxito exploratorio: y es
comentario común en el mundo petrolero ecuatoriano el reconocer a esta pequeña cuenca
como una cuenca de clase mundial, prolífica en extremo, especialmente en su mitad centro y
norte, sin embargo, va experimentando la evolución propia de las cuencas maduras, en las que el
esfuerzo exploratorio será cada vez menos eficiente económicamente ya que la incorporación de
reservas por descubrimientos se irá reduciendo especialmente en las regiones ya desarrolladas,
y el avanzar hacia las zonas más alejadas y aun relativamente menos exploradas igualmente
exigirá mayores inversiones por barril incorporado, y por lo tanto los ingresos derivados de esta
actividad se irán reduciendo paulatinamente.
La exploración de la cuenca se caracteriza actualmente por enfocarse en los prospectos
remanentes que son cada vez más pequeños, cuyo bajo relieve estructural les vuelve altamente
riesgosos, ya que una mínima variación en el cálculo de las velocidades puede hacer que los altos
desaparezcan, o una vez descubiertos se inunden rápidamente de agua si se tiene un empuje
activo de fondo.

Evolución del porcentaje de éxito exploratorio:


Entre 1967 y 1976. Se desarrolla la Etapa de los grandes descubrimientos, que como su
nombre lo indica abarca el período exploratorio de mayor éxito en la historia petrolera nacional-
El Consorcio CEPE-Texaco (antes Texaco-Gulf ), jugó un rol predominante. En este período, se
descubrieron los mayores campos del país. Se perforaron 59 pozos exploratorios, de los cuales,
34 fueron productivos, lo que representa un 58% de éxito exploratorio.
Entre 1977 y 1985. Es la etapa con protagonismo central de la Corporación estatal Petrolera
Ecuatoriana –CEPE, que si bien históricamente se inicia en 1972, estadísticamente se considera
desde 1977, por cuanto recién en ese año, CEPE perfora su primer pozo exploratorio. Igualmente
si bien históricamente, esta etapa de predominio petrolero estatal, finaliza en 1982, año en el
que nuevamente se da apertura al capital extranjero, estadísticamente se lo extiende hasta 1985.

257
En total en la etapa se perforaron 26 pozos exploratorios, 17 de ellos productivos, lo que da un
porcentaje de éxito del 65%.

Entre 1986 y el 2006. En 1986 Occidental perfora su primer pozo exploratorio, con lo que
inaugura una larga etapa de amplio accionar de las compañías extranjeras, durante el que se
perforan 115 pozos exploratorios, 67 de ellos con producción comercial de crudo, lo que da un
porcentaje de éxito del 58%.

A partir del 2006, al 2011 (año hasta el cual se analiza la historia exploratoria en este
libro), se produce un nuevo cambio en el protagonismo exploratorio de la industria petrolera
nacional, en el que Petroproducción, Petroecuador y Petroamazonas en representación del
estado Ecuatoriano, retoman el liderazgo exploratorio en la Cuenca Oriente, en una etapa
de franca madurez exploratoria, durante la que se perforaron 8 pozos exploratorios, de los
cuales siete dieron resultados positivos, con lo que se obtiene un altísimo porcentaje se éxito
exploratorio: 88%. ¿Cómo entender este incremento en el porcentaje de éxito exploratorio, que
a simple vista parecería una contradicción?... Simplemente por el hecho de la Cuenca Oriente
es una cuenca que en sus pequeñas dimensiones es una cuenca petrolera de clase mundial, en
la que ya se conocen la mayoría de variables que controlan su sistema petrolero, y en la que
durante las migraciones de crudo se movilizaron tales volúmenes de crudo que permitieron
llenar prácticamente todas las trampas disponibles, por lo que la sísmica 3D es la herramienta
fundamental que ha permitido en esta etapa, detectar con un alto grado de fiabilidad trampas
de reducidas dimensiones.
La aseveración de que la Cuenca Oriente es una cuenca petrolera de clase mundial, se sustenta
en lo siguiente:
• El alto porcentaje histórico promedio de éxito exploratorio: 58%.
• Un volumen de Petróleo en Sitio de +/- 34.000 millones y reservas originales de 8.6
mil millones de barriles.
• 125 campos conocidos hasta el 2011, de los cuales dos son gigantes: Shushufindi
y Sacha y los tres siguientes tienen reservas sobre los 400 millones de barriles: 1)
Ishpingo, 2) Tiputini-Tambococha (si se comprueba que están integrados en un solo
campo), 3) Libertador y 4) Auca.
• La abundancia de crudo generado, y un timing perfecto, ya que la casi totalidad de
estructuras estaban formadas al fin del Eoceno Medio, determinándose con esto que
las migraciones (que tuvieron lugar entre el Eoceno Tardío y el Presente), movieron
volúmenes de hidrocarburos suficientes para llenar prácticamente todas las estructuras
existentes. Incluso hemos comprobado que incluso las estructuras post-eocénicas
contienen crudo (ej. estructura Huito), si bien pesado, ya que provienen de una roca
madre calcárea que generó y está generando crudo en un estado de madurez incipiente.

En los últimos años, la sísmica 3D ha permitido detectar con un muy alto grado de
confiabilidad estructuras cada vez más pequeñas, que no fueron detectadas con la sísmica 2D,
lo cual ha hecho que el riesgo baje completamente. El riesgo que si tienen estas estructuras cada
vez más pequeñas en área y con relieves estructurales muy pequeños, como se dijo anteriormente
es el de que no existan, derivado de una ligera variación en las velocidades sísmicas utilizadas,

258
Breve reseña histórica de la exploración petrolera de la Cuenca Oriente

respecto a las reales y el otro riesgo es el de una rápida inundación del reservorio durante su
producción, sobre todo si el espesor del mismo es mayor que el cierre, ya que tendrá empuje
de fondo desde el inicio, y si nos manejamos con una estrategia maximalista de extracción, con
bombas de alto poder, la inundación será muy rápida.
Asimismo, conforme se incrementa la cobertura exploratoria de la cuenca, la probabilidad de
encontrar campos de medianas dimensiones va siendo cada vez menor, ya que por su longitud,
+/- 10 kilómetros, no pueden ser pasados por alto con la cobertura sísmica actual y mucho
menos con la sísmica 3D, por lo que habrá que esperar campos con reservas de 2 a 5 millones
de barriles en promedio.
Lo que si es factible que suceda es que estructuras pequeñas cercanas, aparentemente
independientes, vayan integrándose en campos medianos, conforme vayan siendo perforadas, y
se compruebe que pueden integrarse hidrodinámicamente dentro de un Límite Inferior Probado
(LIP), o dentro de un solo Contacto Agua Petróleo. Tal ha sido el caso de las estructuras
con control de basamento (conocidas como intracampos): Drago, Arazá; Culebra-Yulebra-
Anaconda, entre otras.

Madurez de la Cuenca Oriente:


Los campos gigantes en las distribuciones estadísticas típicas de todas las cuencas petrolíferas
a nivel mundial, constituyen un mínimo valor numérico, con una altísima concentración de
reservas. En el caso de la Cuenca Oriente, hay únicamente dos gigantes: Shushufindi y Sacha,

Fig. 16: Distribución de los campos descubiertos en la cuenca Oriente, en función de sus reservas
originales, en donde es evidente la concentración de la mayoría de reservas en pocos campos (En la
leyenda no aparecen todos los campos. Los dos primeros son Shushufindi y Sacha)

259
en número representan apenas el 1,6% mientras que en reservas contienen el 32% (fig. 16).
Los campos del rango siguiente: (entre 250 y 500 millones de barriles), son de menores
dimensiones longitudinales que los anteriores, pero igualmente siguen siendo relativamente
grandes: alrededor de 20 km por lo que siguen siendo relativamente fáciles de ser detectados
con mallas regionales 2D. En el ámbito de Cuenca Oriente, representan en número apenas el
4% del total de campos descubiertos.
Los campos que siguen en orden de magnitud: 125-250 millones de barriles, tienen
longitudes aproximadas de 10-12 km y representan el 6,4% del número total de campos de
la cuenca. Los campos con reservas entre 50 y 125 millones son en cambio ya importantes en
número: alrededor del 12,8%.
Los campos con reservas entre 50 y 125 millones son el 20,4% en número y los que tienen
entre 25 y 50 millones de barriles de reservas representan el 13%.
La tendencia a ir descubriendo conforme crece la madurez de la cuenca, campos de rangos
de reservas menores (ubicados hacia el extremo derecho de la (fig. 16), se confirma con las
estadísticas de los últimos 10 y 5 años que muestran que: los campos descubiertos con menos
de 25 millones de reservas, representan por número el 67 y el 50% respectivamente, seguidos
de los campos con reservas entre 50 y 125 con 16,7 y 20% respectivamente, mientras que en el
último quinquenio, se ha descubierto apenas un campo con reservas entre 125 y 250 millones
de Bls. y no ha sido descubierto ningún campo con reservas de más de 250 millones de barriles.

6.2. Los prospectos no tradicionales


Las trampas estratigráficas tienen un potencial por ser definido. Se ha confirmado que aparte
de las trampas estructurales existen trampas mixtas, es decir estructurales con un importante
componente estratigráfico que controla la acumulación dentro de la estructura. Hasta la fecha
se conoce pocos casos de trampas estratigráficas: campos Dorine, 18B-Fanny serían ejemplos
de este tipo de trampas, al igual que el campo Rayo y el Bermejo Este ubicados en el campo
Bermejo.
Probabilidades de entrampamiento estratigráfico existen en el centro y centro-oeste de la
cuenca, en donde las facies arenosas de T y U son reemplazadas por facies marinas, que provocan
el deterioro de las propiedades petrofísicas en dirección oeste. Igualmente en el centro-centro-
oeste de la cuenca, los cuerpos arenosos se tornan más discontinuos. Para el reservorio M1, una
potencial zona de entrampamiento estratigráfico podría ser la franja longitudinal en el límite
occidental del Play Capirón-Tiputini, marcado por la desaparición lateral de dicha arenisca.
Posibilidades adicionales podrían darse en los onlaps de Hollín superior contra el basamento
económico hacia el este de la cuenca siempre y cuando existan buenas condiciones de roca
sello y una estructuración adecuada. Las trampas que si tienen valor como aporte importante
de reservas, son las estratigráficas con componente estructural y que no constituyan sistemas
cerrados.
Las calizas tienen un potencial menor, ya que la porosidad (de lo que se conoce hasta el
momento en la Cuenca Oriente), es mayoritariamente secundaria por fracturas, por lo que
su exploración es difícil, al tener que definir zonas propicias para la creación de ese tipo de
porosidad, requiriéndose de modelos estructurales para predecir las zonas más aptas (es decir
zonas en las que existan fracturas abiertas).
El Preaptense, popularmente conocido como Precretácico, es un nuevo Play potencial de alto

260
Breve reseña histórica de la exploración petrolera de la Cuenca Oriente

Fig. 17: Secuencias genéticas definidas en la sección cretácica de la Cuenca Oriente

riesgo, en el que es importante definir inicialmente los elementos del Potencial Sistema Petrolero,
dentro del cual los factores críticos son: la calidad de la roca madre (madurez, riqueza orgánica,
tipo de materia orgánica), la ubicación de la cocina generadora, los reservorios y trampas. Para
lo cual se deberá efectuar una valoración definitiva de las arcillas y calizas Santiago como roca

261
madre y de la existencia de niveles con potencial de reservorio. Los estudios disponibles hasta
la fecha muestran que los niveles reservorio en afloramientos en la cordillera Cutucú, están
altamente afectados por mineralización que tapona poros y fracturas, que la Fm. Santiago sensu
strictu, es conocida solamente en el área SW de la Cuenca Oriente, desarrollándose ampliamente
en las cuencas Marañón y Santiago en el Perú, mientras que hacia el norte está representada
por las facies continentales de la Formación Sacha. Esto muestra que el estudio de este Sistema
Petrolero conocido como Precretácico, no será completo sin la integración de la información
disponible en las cuencas Marañón y Santiago del Perú.

6.3. Que está pendiente por hacerse en las Áreas de Exploración y Producción
Al tratarse de una cuenca con un grado de madurez importante, la exploración está ante dos
retos: explorar los prospectos de pequeñas dimensiones, cuya absoluta mayoría tienen control
de basamento. Esto exige afinar el seguimiento de los horizontes ya que los cierres estructurales
serán de relieves cada vez más menores. El otro reto es explorar prospectos estratigráficos
(combinados estructurales estratigráficos, por las razonas que se indicaron anteriormente), que
generalmente contribuirán a incrementar las reservas de las cuencas con velocidades mucho
menores a las de consumo de las reservas conocidas. Otro reto es investigar seriamente los plays
calcáreos: Calizas B, A y M2.
La necesidad de investigar prospectos con entrampamiento estratigráfico o combinado,
obliga a que se piense en una sísmica 3D regional, complementada con estudios regionales de
estratigrafía secuencial, utilizando la información de pozos y su extrapolación a las secciones
con inversión de la sísmica 3D, lo que permitirá una definición cualitativamente superior de
la evolución estratigráfica y sedimentaria en el tiempo, y espacio de los principales reservorios
integrados dentro de las secuencias genéticas T, U y M1 (fig. 17), como un medio de disminuir
el riesgo de la exploración de las trampas indicadas, y hacer más confiable la prognosis del
desarrollo de los reservorios arenosos, en donde la resolución sísmica lo permita o se defina
una señal sísmica que responda a los sitios con acumulación de crudo, como sucedió con el
caso de la trampa estratigráfica Rayo. Los estudios sísmicos a nivel de secuencias estratigráficas
genéticas, es decir las secuencias desarrolladas entre las superficies de máxima inundación: T,
U y M1, es la única forma por problemas de resolución sísmica de predecir las facies de interés
como reservorio a nivel regional, lo que necesariamente debe ser complementado con modelos
paleogeográficos y depositacionales de los reservorios T, U y M1, contenidos al interior de las
secuencias mencionadas.

262
Breve reseña histórica de la exploración petrolera de la Cuenca Oriente

REFERENCIAS CITADAS

ASESORES ALEMANES, 1975. Reporte Final del Grupo de Asesores Técnicos Alemanes Sobre los
Trabajos Efectuados en los años 1974-1975. Informe elaborado para CEPE.
BRISTOW C. R. & HOFFSTETER R., 1977. Léxico Estratigráfico Internacional. Vol. 5 – Ecuador.
Centre National de Recherche Cientifique. Paris.
GORDILLO R., 2003. ¿El Oro del Diablo? Ecuador: Historia del Petróleo. Corporación Editora
Nacional. Quito, Ecuador.
PETROECUADOR, 2003. Hitos de la Industria Petrolera. Publicación de la Unidad de Relaciones
Institucionales de Petroecuador. Quito, Ecuador.
PETROECUADOR, 2013 .El Petróleo en el Ecuador la Nueva Era Petrolera. Publicación de la
Coordinación General de Imagen Empresarial EP Petroecuador.
RIVADENEIRA M., 1990. Evaluación Histórica y Perspectivas Futuras de la Exploración de
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el Ecuador, pp. 257 a 285. Quito, Ecuador.
RIVADENEIRA M., 2008. La Formación Triásico-Jurásico Sacha de la Cuenca Oriente Ecuatoriana.
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SHELL CO. DEL ECUADOR, 1940. Geological Reconnaissance of the Middle and Macuma Area.
Informe Interno de Shell.
TSCHOPP H. J., 1953. Oil Exploration in the Oriente Ecuador. AAPG Bulletin, pp 2303 a 2347

263
Modelo geodinámico alternativo para el origen del sistema petrolero
en las cuencas de antepaís Oriente-Marañón Norte

MODELO GEODINÁMICO ALTERNATIVO


PARA EL ORIGEN DEL SISTEMA
PETROLERO EN LAS CUENCAS DE
ANTEPAÍS ORIENTE-MARAÑÓN NORTE

Roberto Barragán Talenti (1), Patrice Baby (2), Christian Nino (3)

Resumen
La cuenca prolífica de antepais Oriente - Marañón Norte (~ 45.000 millones de barriles de
crudo in situ), está asociada al mismo sistema petrolero cretácico Napo-Chonta. Sin embargo,
la roca madre Napo-Chonta es inmadura en la Cuenca Oriente (Ro ~ 0.3-0.6) y/o de mala
calidad (TOC <1%) en la Cuenca Marañón. El modelo geológico aceptado actualmente asocia
el origen de este sistema petrolero cretácico a una cocina situada al oeste a lo largo de la zona
interandina ecuatoriana actual (cocina “Quito”), ya exhumada/erosionada por la orogenia an-
dina. Esta hipótesis, es sin embargo, especulativa.
Un marco geodinámico a escala regional, combinado con una extensa base de datos
geoquímicos y gravimétricos, permite proponer un modelo alternativo que puede explicar
el origen de éste sistema petrolero cretácico. El mismo propone dos cocinas principales que
generan hidrocarburos durante dos etapas distintivas en la evolución Cretácica-Cenozoica de la
Cuenca Oriente-Marañón Norte. La primera cocina, corresponde a un depocentro localizado
en la actual Cuenca Santiago, desarrollado a partir del Cretácico Superior (-90 millones de
años (Ma)), en respuesta directa al primer levantamiento incipiente de la zona subandina
ecuatoriana norte (Altos de Napo y Cutucú). La generación y expulsión de hidrocarburos
tuvieron lugar desde finales del Paleoceno-Eoceno, asociado con la depositación de la sección
terciaria inferior, que registra el evento más importante de subsidencia en la Cuenca Santiago.

(1) Exploration SE Asia, HESS CORPORATION, Kuala Lumpur, Malaysia


(rbarragan@hess.com)
(2)
Géosciences-Environnements Toulouse, UNIVERSITÉ DE TOULOUSE; UPS
(SVT-OMP); CNRS; IRD; 14 Avenue Édouard Belin, F-31400 Toulouse, France.
Dirección Actual: IRD Perú, Casilla 18-1209, Lima 18 - Perú (patrice.baby@ird.fr)
(1)
Christian Nino

265
La presencia de un sistema de fallas pre-existentes e invertidas cretácicas, confinadas al corredor
tectónico transpresivo central (Sacha-Shushufindi en la Cuenca Oriente) y que se extiende hacia
la Cuenca Santiago facilitaron posiblemente una migración de larga distancia, desde dicho
paleo-depocentro hacia el norte en la Cuenca Oriente. La segunda cocina, corresponde a la
parte más profunda de la actual cuenca de antepaís, área de “Situche”. Se formó como una
respuesta flexural directa al levantamiento subandino y por lo tanto a la exhumación de la
cocina Santiago desde el Mioceno tardío (~ 10 Ma). Nuevos análisis geoquímicos confirman a
esta cocina como responsable de la generación y expulsión de hidrocarburos a partir de la roca
madre cretácica Napo-Chonta desde finales del Mioceno y relacionada con la depositación de
la sección mio-pliocena. La presente geometría de la cuenca de antepaís facilitó la migración
de estos nuevos crudos hacia el Este, a la zona de levantamiento flexural actual de la cuenca
(forebulge), el Arco de Iquitos.

Palabras claves: Andes Ecuatorianos, Cuenca Oriente-Marañón Norte (ONMB), inversión


tectónica, sistema petrolero cretácico, roca madre, generación, expulsión.

Introducción
Las cuencas Oriente y Marañón Norte (ONMB - siglas en inglés), de Ecuador y Perú res-
pectivamente, representan uno de los sistemas petroleros más prolíficos de Sudamérica, las mis-
mas que forman parte del sistema de cuencas asimétricas de foredeep del sistema actual de
antepaís subandino. Al presente, más de 10 billones de barriles de petróleo recuperable han
sido descubiertos (~ 45 Millones de barriles de crudo in-situ), en una área de aproximadamente
100.000 km2, que cubre la totalidad de la Cuenca Oriente y la parte norte de la Cuenca Ma-
rañón. Estas cuencas productivas, están asociadas al mismo sistema petrolífero-roca madre: las
lutitas y calizas marinas de la Formación Napo-Chonta, del Cretácico Superior.
Aunque la geología regional de dichas cuencas ha sido ampliamente descrita (ej., Tschopp,
1953; Faucher y Savoyat, 1973; Dashwood y Abbott, 1990; Balkwill et al, 1995; White et
al, 1995; Jaillard, 1995; 1997; Barragán, 1999; Christophoul, 1999; Baby et al, 2004; 2005;
2013), existen pocos trabajos referentes a la geoquímica de las rocas madre, petróleos y en
general a los sistemas petrolíferos en las cuencas subandinas Oriente-Marañón (Feininger,
1975; Dashwood and Abbots, 1990).
Biomarcadores geoquímicos regionales a lo largo del sistema ONMB soportan múltiples
cocinas y pulsos de generación, y por lo tanto, varias hipótesis, aun no probadas y sin mucho
sustento, han sido propuestas para explicar el origen de éste sistema petrolero prolífico. El origen
del sistema petrolero cretácico Napo-Chonta, es por lo tanto especulativo y polémico, sobre
todo porque aspectos de tipo geodinámico regional, no han sido ampliamente considerados,
peor aún, porque dichas cuencas y sus crudos han sido siempre tratadas por separado como
unidades independientes correspondientes sólo a sus límites geopolíticos.
El modelo geológico aceptado actualmente (Feininger, 1975), asocia el origen de éste sistema
petrolero cretácico a una cocina hipotética situado al oeste, a lo largo de la zona ecuatoriana
interandina actual, conocida como cocina “Quito”, ya exhumada/erosionada o metamorfizada
por la orogenia andina. Sin embargo, esta hipótesis es supuesta e implica una preservación de
crudos muy eficiente y un proceso largo de remigración.
El objetivo de éste estudio, por lo tanto, es el de definir un modelo alternativo que pueda

266
Modelo geodinámico alternativo para el origen del sistema petrolero
en las cuencas de antepaís Oriente-Marañón Norte

explicar su origen, sobre la base de un marco geodinámico que incorpora los principales
elementos tectono-sedimentarios a lo largo de las cuencas subandinas, junto con información
gravimétrica regional y un modelo de generación y migración de sus hidrocarburos, basados en
datos actualizados y regionales de geoquímica.

1. MARCO GEOLÓGICO

La Cuenca Oriente-Marañón Norte (ONMB), está compuesta por dos dominios-


fisiográficos-estructurales que han sido independientes entre sí a partir del Mio-Plioceno (Baby
et al., 2005). Al Oeste, la zona subandina constituye la zona deformada del sistema de cuencas
de antepaís, wedge top depozone según la subdivisión de DeCelles, P. & Giles, K. (1996), en el
borde oriental del orógeno andino e incluye las cuencas Santiago en el Norte de Perú, y los altos
del Napo y Cutucú en Ecuador (fig. 1). Están limitados al Este por el frente de cabalgamiento
subandino que la restringe del segundo dominio, la vasta Cuenca Oriente-Marañón o foredeep
actual de la cuenca de foreland, la cual se extiende hacia el este hasta la posición del Arco de
Iquitos, que representa la zona de levantamiento flexural o forebulge del sistema de antepaís
(Roddaz et al., 2005).

Fig. 1: Localización de la zona de estudio, cuencas Oriente-Marañón Norte,


noroeste sudamericano, mostrando los elementos estructurales más sobre-
salientes de este sistema subandino de cuenca de ante- país

267
La Cuenca Oriente y Marañón Norte (ONMB), preserva una espesa secuencia sedimentaria
Fanerozoica (cf. fig. 4, Introducción de este libro) (Tschopp, 1953; Fauchet y Savoyat,
1973; Pardo y Zúñiga, 1976; Dashwood y Abbott, 1990), desarrollada sobre un basamento
cratónico precámbrico. La misma puede subdividirse en tres mega secuencias (Dashwood and
Abbotts, 1990; Baby et al., 1999), con diferentes características sedimentológicas, tectónicas
y magmáticas, que reflejan las distintas etapas evolutivas de la cuenca e indican contextos
geodinámicos distintivos: la serie pre-Cretácica, y su sistema de rift continental permo–triásico
y el relleno de back arc de los sedimentos volcanoclasticos del Jurásico Superior (Romeuf et
al., 1997, Dashwood y Abbott, 1990); la serie sedimentaria cretácica, caracterizada por las
secuencias cíclicas de calizas, lutitas y areniscas depositadas en una plataforma estable a lo largo
de un depocentro orientado NO-SE y controlado principalmente por las variaciones del nivel
de base o eustático, durante el Cretácico Superior; finalmente, la serie sedimentaria cenozoica,
representa la sección detrítica molásica asociada al desarrollo del verdadero sistema de antepaís
andino (Christophoul et al., 2002).
Un resumen del contexto estratigráfico, estructural y de la evolución geodinámica de estas
tres mega secuencias está presentado tanto en la Introducción, como en los correspondientes
capítulos referentes de este libro.
Estructuralmente, la Cuenca Oriente-Marañón, se caracteriza por la sobreimposición de
sistemas compresivos y extensivos pre-Cretácicos, heredados, respectivamente, de paleo estructuras
de cabalgamiento del Paleozoico superior de orientación NO-SE y de paleo rifts Triásicos orientados
NNE-SSO; ambos sistemas estructurales han sido tectónicamente invertidos a lo largo de las
cuencas Oriente y Marañón a partir del Cretácico Superior (Barragán et al., 2008). No obstante,
los sistemas extensionales invertidos se desarrollan y limitan a lo largo de tres grandes dominios
estructurales o corredores transpresivos orientados NNE-SSO (Baby et al., 2005; Baby et al.,
2013), que han deformado principalmente el sistema de antepaís correspondiente a la Cuenca
Oriente, extendiéndose hacia la Cuenca Santiago (Baby et al., 2005). La presencia de estructuras
en flor y de pliegues orientados NNO-SSE o NO-SE, indica que los dominios estructurales se
deformaron en un régimen transpresivo dextral (Baby et al., 1999).

2. SISTEMA PETROLERO CRETÁCICO

La Cuenca Oriente - Marañón Norte (ONMB), constituye uno de los sistemas petroleros
más prolíficos de América del Sur. Sus principales reservorios corresponden a los sedimentos
fluvio-deltaicos y estuarinos de las formaciones Cretácicas Hollín (Cushabatay) y Napo-Basal
Tena (Raya/Chonta/Vivian) (White et al., 1995), entrampados en estructuras anticlinales de
bajo relieve, formadas principalmente a partir del Turoniano y en el Paleoceno-Oligoceno supe-
rior (Baby et al., 2004, 2013), y distribuidas a lo largo de los corredores o dominios estructura-
les en transpresión previamente mencionados.
Datos geoquímicos e isotopos de carbón, muestran una cercana relación entre las lutitas y
calizas cretácicas de la Fm. Napo/Chonta-Raya y los crudos de dichas cuencas (Bernal, 1998), por
lo tanto, son generalmente aceptados como la principal roca madre que origina sus crudos. La
materia orgánica de dichos sedimentos es de tipo marino, a lo largo de toda la Cuenca Oriente y
en parte hacia el noroeste de las cuencas Marañón y Santiago (Tipo II - II B; TOC comúnmente
hasta 3-4%), (Perupetro, 2000; Navarro et al, 2005.). Sin embargo, la roca madre cretácica Napo-

268
Modelo geodinámico alternativo para el origen del sistema petrolero
en las cuencas de antepaís Oriente-Marañón Norte

Fig. 2: Mapa regional de madurez (vintrinita-Ro) Cuenca Oriente-Marañon Norte al pre-


sente para el nivel Napo superior (~88Ma) usando facies Tipo II y II B (OrgFacies A-B
marino) . En la parte derecha, se detallan tres perfiles de historia de sobre enterramien-
to (subsidencia) y la reconstrucción térmica, modelaje calibrado con datos de tempe-
ratura, y reflectancia de vitrinita para a) pozo Oso-1, Cuenca Oriente Central; 2b) Pozo
Bobonaza-1, Cuenca Oriente Sur y, 2c) Situche Central-1 Cuenca Marañón Noreste

Chonta, se vuelve más terrestre y de mala calidad hacia la parte este de la Cuenca Oriente y a lo largo
de toda la Cuenca Marañón en el Perú (Tipo III, TOC de 0,5-1 por ciento) (Perupetro, 2000).
Análisis geoquímicos de crudos, a lo largo de las cuencas Oriente, Marañón Norte y
Santiago, reconocen varias familias, todas originadas a partir de la mismas roca madre cretácica
Napo-Chonta, pero asociadas a diferentes facies sedimentarias (series marinas carbonatadas,
niveles anóxicos, series parálicas o con influencia terrestre, etc.) y/o como resultado de mezclas
de crudos, biodegradación y remigración, todas remarcablemente diferentes tanto en términos
de origen como de madurez térmica y consistentemente asociados a un tipo específico de
reservorio (Geomark Research, 1994).
Modelaje geodinámico de subsidencia, erosión e historia térmica de la Cuenca Oriente-
Marañón Norte, tanto 1D como Pseudo-3D (ZetaWare Génesis and Trinity geomodeling
software respectivamente), fueron generados a nivel local y regional para determinar el tiempo
de generación de crudos, y principalmente para probar la existencia de un sistema petrolero/

269
cocina, dentro del sistema de cuenca de antepaís. El modelo de madurez fue calibrado usando
datos geoquímicos (ej., Ro, Tmax, biomarcadores y/o trazas de fisión), disponibles en varios
pozos a lo largo de la cuenca. Así, la información geoquímica correspondiente a las cuencas
Santiago y Marañón son principalmente de Navarro et al., (2005), Hermoza et al., (2005),
de varios reportes internos de PeruPetro y varias compañías petroleras privadas. Los datos
geoquímicos de la Cuenca Oriente, han sido recopilados principalmente de Bernal (1998).
De Norte a Suroeste, respectivamente, indicadores geoquímicos y modelos geológicos de madurez
sugieren que la roca madre cretácica Napo-Chonta, es completamente inmadura y que nunca ha
alcanzado la ventana de generación de petróleo a lo largo de la zona actual del sistema de foredeep
o foreland de la Cuenca Oriente (i.e., Pozo Oso) (fig. 2a). Sin embargo, es evidente la presencia de
estados de madurez temprana, en las roca madre cretácica alcanzados hacia la parte Sur de la Cuenca
Oriente (i.e., Pozos Bobonaza y Amazonas) (fig. 2b) y más importante aún, es evidente un pico
máximo de madurez y generación de crudo que dicha roca madre alcanza en la actualidad en la parte
más profunda de la cuenca de antepaís, en la zona correspondiente al actual foredeep de la Cuenca
Marañón, en el área noreste conocida como Situche (fig. 2c), y hacia la Cuenca Santiago (fig. 3).

Fig. 3: Mapas regional de madurez (vitrinita-Ro) para la cuencas Santiago y Oriente- Marañón Norte
al Eoceno (40 Ma) y al Mioceno (15 Ma) respectivamente para el nivel Napo superior (~88Ma) usan-
do facies Tipo II y II B (OrgFacies A-B marino). En la parte izquierda se detalla el perfil de historia
de sub-enterramiento (subsidencia) y la reconstrucción térmica, modelaje calibrado con datos de
temperatura, y reflectancia de vitrinita de varios pozos en la Cuenca Santiago y reconstruido en una
locación ideal parte central de la cuenca de acuerdo a la información en Navarro et al., (2005)

270
Modelo geodinámico alternativo para el origen del sistema petrolero
en las cuencas de antepaís Oriente-Marañón Norte

Sin embargo, éste pico de generación se logra en dos etapas diferentes en términos de
evolución geodinámica de las cuencas. El modelo de subsidencia y de historia térmica indica que
en la Cuenca Santiago la roca madre Napo-Chonta alcanzó la madurez y generación de petróleo
en el Paleoceno-Eoceno inferior (fig. 3). Sin embargo, en el área de Situche, al noroeste de la
Cuenca Marañón, las formaciones marinas cretácicas Napo-Chonta, alcanzaron su madurez,
únicamente a partir del Mioceno Tardío-Plioceno (8-5 Ma), después del levantamiento
subandino (exhumación de la Cuenca Santiago) (fig. 2), y durante la depositación de la espesa
sección marina y continental mio-pliocena de las formaciones Pebas-Ipururo y de la sección
pleistocena. Las mismas registran el mayor pulso de subsidencia a lo largo de esta nueva zona
de foredeep, formada a partir de la independencia y levantamiento de las cuencas subandinas.

3. IMPLICACIONES GEODINÁMICAS

El sistema de la Cuenca ONMB registra cambios geodinámicos drásticos a partir del


Turoniano (90 Ma), donde se evidencia la primera fase de inversión tectónica de las estructuras
pre-Cretácicas (Baby et al., 1999; 2013), contemporánea a la depositación de la sección
sedimentaria de las Fm. Napo Superior-Chonta (Barragán, 1999). Este evento tectónico es más

Fig. 4: Mapa isópaco de la sección Napo Superior/Chonta (Cretácico superior) y correlaciones de


pozos E-W, A-A’, B-B’ respectivamente (modificado de Barragán, 1999), mostrando evidencias del
primer evento tectónico y levantamiento regional ocurrido en la parte oeste de la Cuenca Oriente
(proto zona subandina, altos de Napo y Cutucu) y la consecuente condensación y/o no depositación
de la sección Napo superior hacia la zona subandina. Es evidente el desarrollo de un paleo depocen-
tro en la parte sur, actual Cuenca Santiago ligado a este levantamiento cretacico superior

271
Fig. 5: a) Mapas regionales y modelo de madurez térmica (vintrinita-Ro), Cuenca Oriente-
Marañón Norte, mostrando una secuencia de generación de crudos a partir de la cocina Si-
tuche desde los 10 Ma, 8 Ma, 4 Ma y al presente para el nivel Napo superior (~88Ma) usando
facies Tipo II y II B (OrgFacies A-B marino). En la izquierda mapa gravimétrico indicando la
ubicación de la nueva cocina Situche, noroeste Cuenca Marañón y un perfil NS que muestra
la geometría particular de estas cuencas

marcado a lo largo de la zona subandina ecuatoriana, donde se evidencia una condensación


y/o no depositación de la Fm. Napo Superior, como se corrobora en el correspondiente mapa
isópaco y correlación E-O de pozos a lo largo de la cuenca (fig. 4). La ausencia y/o condensación
de sedimentos, está relacionada con el inicio del levantamiento de la zona subandina ecuatoriana
(altos de Napo y Cutucú), limitándose a la parte oeste de la Cuenca Oriente (Jaillard et al, 1997;
Barragán, 1999), y produciendo una discordancia regional y un hiato sedimentario antes de la
depositación de las capas rojas continental de la Fm. Tena (Maastrichtiano- Paleoceno).
Aunque es objeto de controversia, el mecanismo que generó este primer levantamiento de
la Zona Subandina Norte, a partir del Turoniano y la sedimentación syn-tectonica asociada y
subsecuente condensación, en general puede atribuirse sea a la aparición y establecimiento del
sistema de antepaís, asociado a la orogenia andina propiamente dicha (Barragán, 1999. Baby et al,
2004, 2014); o, simplemente, asociado a una actividad magmática intra-placa magmatic underplating
(Barragán et al., 2013). Este último podría ser una explicación posible, y es corroborado por las
evidencias geoquímicas, isotópicas y edades radiométricas (Barragán et al., 2005), de una actividad
magmática atípica y significativa de tipo alcalino asociado a un punto caliente astenosférico que
se generó coincidencialmente durante el Cretácico Superior y particularmente en el Turoniano-
Campaniano en la parte central y occidental de la Cuenca Oriente (Barragán et al., 2005).

272
Modelo geodinámico alternativo para el origen del sistema petrolero
en las cuencas de antepaís Oriente-Marañón Norte

Fig. 6: Modelo geodinámico propuesto, dos cocinas generadoras de hidro-


carburos en diferentes estados de evolución de la cuenca: parte superior
Cocina Santiago activa en el Eoceno y probablemente hasta Mioceno. Parte
Inferior, Cocina Situche, activa desde el Plioceno hasta el presente

273
En cualquiera de los casos, es evidente ya un rasgo morfológico positivo muy distintivo
en la Cuenca Oriente desde el Cretácico Superior, específicamente a lo largo de la paleo-zona
subandina norte (fig. 4), diferente de su contraparte zona meridional, la actual Cuenca Santiago,
donde al contrario de lo que ocurre en Ecuador, la sección Napo superior-Chonta, se espesa
considerablemente, formando un paleo depocentro o zona de foredeep incipiente (fig. 3 y 4). Allí,
las condiciones son potencialmente más marina anóxicas y restringidas (Navarro et al., 2005)
y por lo tanto, se podría asociar a una roca madre más prolífica y la existencia de una posible
proto-cocina generadora. Por otro lado, los depósitos terciarios juegan un papel importante en
la historia de generación de hidrocarburos en la Cuenca Santiago. La depositación de una espesa
sección clástica correspondiente a las Fm. Yahuarango y Chambira del Paleoceno y Oligoceno
respectivamente (Navarro et al., 2005), representan los eventos más importantes de subsidencia
en la cuenca, lo que provocó la generación de hidrocarburos a partir de esta primera cocina
occidental correspondiente a la Cuenca Santiago.
El cambio en la configuración y geometría de la Cuenca Oriente-Marañón, a lo largo
del lado occidental, causado por la migración del frente de deformación andina, hacia el este
de la cuenca a partir del Mioceno tardío (Baby et al., 2005), produjo un segundo evento de
levantamiento de toda la zona subandina, que generó su separación e independencia y por
lo tanto la exhumación de la cocina Santiago hacia el Oeste. Trazas de fisión (fission tracks),
confirman este evento tectónico ocurrido hace 10 Ma (Álvarez-Calderón, 1999), el mismo
que produjo un cambio en la geometría de la cuenca y por lo tanto la formación de un nuevo
depocentro o zona de foredeep, a lo largo del lado este del nuevo frente de deformación, siendo
su parte más profunda la zona ubicada en el área de Situche, al noroeste de la cuenca de antepaís
Marañón, donde se formó una nueva cocina que generó hidrocarburos a partir del Plioceno y
es aun activa al presente (fig. 5).

4. MODELO ALTERNATIVO PROPUESTO

Se propone un modelo geodinámico alternativo para explicar el origen del sistema petrolero de
la cuencas Oriente y Marañón Norte, en el cual dos cocinas son responsables de la generación de
hidrocarburos durante dos etapas distintas en la evolución Cretácica-Cenozoica de la cuenca (fig. 6).
La primera cocina, la cocina “Santiago”, corresponde a un paleo-depocentro desarrollado
a lo largo de la parte sur occidental de la Cuenca del Marañón, actual Cuenca Santiago, a
partir del Cretácico superior (90 Ma), en respuesta directa a un primer levantamiento de la
zona subandina norte del Ecuador. La generación y expulsión de hidrocarburos, tuvo lugar a
partir del Eoceno inferior, en respuesta a la depositación de una espesa sección terciaria inferior
que registra el evento más importante de subsidencia en dicho paleo-depocentro. A partir
de esta cocina, se da una migración hacia el eje NNE de la Cuenca Oriente, potencialmente
facilitada por la geometría propia de la cuenca y más importante por la continuidad de la fábrica
tectónica Cretácico-Terciario Inferior, asociada al corredor central y originado durante el primer
evento de inversión en transpresion de los sistemas extensivos NNE-SSO preexistentes del
Triásico-Jurásico, los cuales se extienden hacia el norte, como parte del corredor central Sacha-
Shushufindi en la Cuenca Oriente. Coincidencialmente, la mayoría de los campos petroleros
gigantes o significantes en tamaños se localizan a lo largo de estas estructuras invertidas (ej.
Sacha, Sushufindi, Auca, etc).

274
Modelo geodinámico alternativo para el origen del sistema petrolero
en las cuencas de antepaís Oriente-Marañón Norte

La segunda cocina, “la cocina Situche”, corresponde a la parte más profunda de la actual
cuenca de antepaís subandina, localizada en la parte noroeste de la Cuenca Marañón, y
corroborado por los datos de gravimétricos. Se formó en respuesta directa al levantamiento
andino propiamente dicho, que exhumó la cocina Santiago en el Mioceno tardío (~ 10 Ma).
Nuevos indicadores geoquímicos confirman esta cocina como la responsable de la generación
y expulsión de hidrocarburos de la roca madre Napo-Chonta, desde el Mioceno tardío (8
Ma) hasta el presente, en respuesta a la depositación de la sección marina y continental Pebas-
Ipururo del Mio-Plioceno. La geometría actual de la cuenca de antepaís, facilitó probablemente
la migración de estos nuevos hidrocarburos hacia la parte este de las cuencas y hacia la zona del
levantamiento flexural o foregulge de la cuenca (arco de Iquitos).

275
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277
Características de los Reservorios Cretácicos de la Cuenca Oriente

CARACTERÍSTICAS DE LOS RESERVORIOS


CRETÁCICOS DE LA CUENCA ORIENTE

Marco Rivadeneira (1),


Paul Almeida (2)

Resumen
Las formaciones Hollín y Napo contienen los principales reservorios de la Cuenca Oriente:
Hollín, T, U y M1, todos ellos arenosos. Tena Basal es un reservorio detrítico de menor impor-
tancia. Reservorios marginales son la Arenisca M2 y las calizas A, B, M2 y M1.
El reservorio Hollín tiene su máximo desarrollo hacia el SO de la cuenca y hacia el sur en la
Cuenca Marañón, acuñándose hacia el E-NE. Los reservorios T Inferior y U Inferior, presentan
las mejores propiedades petrofísicas asociadas a facies fluviales y estuarinas, bien desarrollados
al SE y Este de la cuenca respectivamente, disminuyendo paulatinamente su espesor y calidad
hacia el centro de la cuenca, hasta desaparecer o estar representados por areniscas glauconíti-
cas-calcáreas de plataforma hacia el oeste, mientras que los cuerpos T Superior y U Superior,
con propiedades más pobres como reservorio que los cuerpos inferiores, se desarrollan hacia
la parte superior de la sección estratigráfica. La arenisca M1 es un reservorio que a diferencia
de T y U, está restringida a la zona oriental, alcanzando aproximadamente el centro-Este de la
cuenca, ya que al tiempo Campaniano, es evidente la presencia de esfuerzos compresionales que
levantaron los terrenos occidentales de la cuenca, convirtiendo a la parte Oeste en una zona de
paso y erosión, restringiendo la sedimentación hacia el Este.
Los reservorios de la cuenca presentan diferentes características petrofísicas, dependiendo
de las propiedades y el origen de cada uno de los reservorios. Este estudio se complementa con
el análisis de registros eléctricos de Triple Combo para cada reservorio y adicionalmente en los
reservorios U y T se incluyen registros avanzados de Resonancia Magnética y Registros Dieléc-
tricos. Para cada uno de los reservorios se describen las propiedades petrofísicas en base a los
registros eléctricos y en base a los análisis realizados a diferentes núcleos a lo largo de la cuenca
por parte de la Coordinación de Investigaciones Quito de Petroamazonas EP.


(1)
PETROAMAZONAS, Gerencia de Exploración, Av. Naciones Unidas y Av. De los
Shyris. Quito, Ecuador.(Marco_Vinicio_Rivadeneira@petroamazonas.ec)
(2)
SCHLUMBERGER, PetroTechnical Services (RAviles2@Slb.com)

279
Introducción
Las formaciones Hollín-Napo-Tena, están integradas en una secuencia de segundo orden,
desarrollada entre el Aptiano/Albiano y el Maastrichtiano, al interior de la cual se identifican
varias secuencias de tercer orden, las mismas que contienen, los principales reservorios de la
cuenca: Hollín, T, U y M1, formados durante los cortejos de bajo nivel (areniscas basales) y los
cortejos transgresivos (areniscas secundarias o superiores), (fig. 2).
Las erosiones de la base de los reservorios se producen durante la caída del nivel del mar,
y muchas veces pueden ser muy significativas, como es el caso de la erosión a la base de Hollín
Inferior que socava basamento cristalino, sedimentos paleozoicos y jurásicos según el sitio de la
cuenca, y en algunas ocasiones puede ser observado en las secciones sísmicas. En cuanto a T, U,
M1 y Tena Basal, la erosión de base afecta a las calizas y lutitas superiores de los cortejos de alto
nivel, pudiéndose observar la misma en correlaciones pozo a pozo.
Durante el cortejo de bajo nivel, con la subida de la línea base, la depositación inicial se
presenta con depósitos de lag (detritos erosionados del fondo y de las paredes de las canales),
evolucionando posteriormente a depósitos fluviales y fluvio-estuarinos apilados, pasando luego
a depósitos estuarinos con influencia mareal y rematando con facies platafórmicas, que consti-
tuyen la roca sello. Regionalmente el paisaje paleogeográfico evoluciona entre ambientes fluvia-
les-costero-estuarinos con influencia mareal, al E-SE y centro de la cuenca, y plataforma somera
dominante hacia el occidente.

Fig. 1: Sección típica de los reservorios Cretácicos, tomando como referencia


la Arenisca T, desarrollada sobre una superficie erosional y dos miembros que
corresponden a un cortejo de bajo nivel y a un cortejo transgresivo

280
Características de los Reservorios Cretácicos de la Cuenca Oriente

Fig. 2: Sección estratigráfica esquemática O-E, Hollín-Napo,


entre los pozos Pungarayacu 10 e Ishpingo 1

281
1. ARENISCA HOLLÍN INFERIOR (APTIANO? /ALBIANO TEMPRANO-ALBIANO MEDIO)

1.1. Litología y distribución


Hollín Inferior se desarrolla sobre una superficie peneplenizada pre-aptense (más conocida
como precretácica), y puede ser dividida en los siguientes cuerpos:
• Hollín Basal (marino-marginal)
• Hollín Inferior (continental a transicional)

1.1.1. Arenisca Hollín Basal


En varios pozos (Palo Rojo 1, Cononaco 1, Shiripuno Centro 1, Guayusa 1, etc.), se pre-
senta un cuerpo arenoso basal (fig. 2), separado del resto de Hollín por un cuello arcillo-limoso.
Este cuerpo se caracteriza por la deflexión negativa de la curva de potencial espontáneo (SP),
indicador de la presencia de agua salada, lo que le diferencia de Hollín Principal, cuya carac-
terística en cambio es la deflexión positiva (hacia la derecha) de la curva SP, producida por la
presencia de agua dulce de formación.
El espesor de estos depósitos según White J. H., es variable, desde 0 a 40 m, reflejando el re-
lieve topográfico original. Estos sedimentos reflejarían la presencia de una primera transgresión
cretácica, proveniente del sur y restringida a un callejón en el centro de la cuenca (Villagómez,
1996). En caso de tratarse de depósitos netamente continentales-fluviales (White J. H., et al.,
1995), de relleno de paleovalles, el carácter salino del agua de formación podría ser el resultado
del ingreso de aguas de formaciones marinas más antiguas (?), a través de las zonas en donde las
dos entren en contacto.

1.1.2. Arenisca Hollín Inferior


Los mayores espacios de acomodación al tiempo Hollín se encontraban en la Cuenca Ma-
rañón (Fm. Cushabatay), reflejado en los espesores que disminuyen hacia el norte y más fuerte-
mente hacia el Este y NE, hasta acuñarse (fig. 3).
Está constituida por areniscas micro-conglomeráticas, ocasionalmente con clastos de hasta
5-8 cm de diámetro a la base (White J. H. et al., define como un lag conglomerático granular),
que en el área del campo Pungarayacu yacen directamente sobre la superficie erosionada de la
formación vulcanogénica Misahuallí (observado en afloramientos). Sobre éstos se desarrollan
areniscas cuarzosas blancas, de grano grueso-medio a fino, a las que Beicip (1987), define como
una arenisca medianamente a poco seleccionada, en partes con estratificación cruzada (fig. 4),
submadura a madura, con una predominancia de cuarzo mono a policristalino, con escasos
clastos líticos, cherts, feldespatos y micas muy alteradas.
En el campo Pungarayacu (periclinal sur del domo del Napo), se diferencia un cuerpo ubicado
hacia la parte central de la formación, conocido por algunos autores como Hollín Media, marcado
por una caída en el nivel de energía del medio depositacional, que muestra una evidente disconti-
nuidad lateral y vertical de los cuerpos arenosos con calidad de reservorios, con predominio de los
sedimentos arcillosos y limosos (fig. 6), lo que significa una disminución del aporte arenoso, por
un posible alejamiento de la fuente, producto del avance transgresivo, pasando a facies más distales,
que las presentes en la sección inferior, con predominio de una depositación típica de llanura de
inundación, representada por arcillolitas grises, ricas en restos vegetales leñosos y hojas, con delga-
dos estratos de carbón y ámbar fósil. Beicip (1987), considera que este tipo de niveles continuos de

282
Características de los Reservorios Cretácicos de la Cuenca Oriente

Fig. 3: Mapa de espesor total de la Fm. Hollín

carbón, son característicos de ambientes pantanosos. Asimismo, se describen niveles calcáreos, que
según el mismo Beicip (1987), serían depósitos lacustres o pedogenéticos. Están presentes canales
fluviales de buen espesor pero discontinuos lateralmente, a diferencia de la sección inferior (fig. 6).
Beicip (1987), encontró similar surtido de circón y turmalina que en Hollín Inferior.
El cuarzo monocristalino predomina en las areniscas mientras que el cuarzo policristalino se
encuentra en menor proporción (White J. H., et al., 1995). Los feldespatos se hallan en pequeñas
proporciones y frecuentemente están afectados por disolución. Hay trazas de minerales pesados
entre los que predomina el circón. El cemento es silíceo. Las arcillas presentes son caolinita auti-
génica y moscovita. En los niveles carbonáceo-arcillosos se encuentra abundante ámbar y pirita.

283
Según Petrocanadá (1987), la caolinita de Hollín se formó antes de la migración de crudo
por cuanto está presente indistintamente tanto en la zona de crudo como en la de agua, y a su
vez, los sobrecrecimientos de cuarzo fueron anteriores a la precipitación de la caolinita (White
J. H. et al., 1995).

1.2. Ambiente depositacional


Las areniscas inferiores, según la mayoría de autores (Beicip 1987, White J. H. et al., 1995,
Jaillard E., 1997, etc.), se depositaron en un medio fluvial tipo braided (entrenzado), formando
cuerpos gruesos de canales apilados, que en afloramientos pueden observarse sobre el contacto

Fig. 4: Foto de un núcleo del reservorio Hollín Infe-


rior. Arenisca cuarzosa con estratificación cruzada

Fig. 5: Afloramiento de la Fm. Hollín, cerca al contacto con la Fm.


Misahuallí. Se puede apreciar un canal de origen fluvial

284
Características de los Reservorios Cretácicos de la Cuenca Oriente

Fig. 6: Columna estratigráfica de la Fm. Hollín de un pozo del campo Pungarayacu

con la infrayacente Fm. Misahuallí, como es el caso de los afloramientos de la carretera Ho-
llín-Loreto-Coca (fig. 5). En registros, representados por curvas de rayos gamma (GR) de forma
cilíndrica, con estratificación de tipo cruzada tabular y festoneada, y masiva. En la sección N-S
del campo Pungarayacu (fig. 6), se aprecia la buena continuidad lateral de los cuerpos arenosos
basales de Hollín Inferior. Hacia arriba, se observan ocasionales intercalaciones de arcillolitas
gris claras, rematando con una depositación de areniscas de grano fino, limos y arcillas, con
pirita y ámbar, depositadas éstas últimas en un medio depositacional de baja energía, que co-

285
Fig. 7: Registros eléctricos del reservorio Hollín Inferior

rresponde a depósitos de llanura de inundación y en casos podrían ser rellenos de canales aban-
donados (Beicip, 1987). En el río Misahuallí, Jaillard E. (1997), describe la parte inferior de
Hollín, con secuencias estrato y grano decrecientes, indicando una energía cada vez más débil
hacia arriba y sugiere un ambiente fluviátil por la presencia de micro-conglomerados a la base,
y de ámbar, carbón y pirita en el tope de esta secuencia, definiendo un tipo fluvial entrenzado,
con direcciones de paleo corrientes ONO y NNO.

286
Características de los Reservorios Cretácicos de la Cuenca Oriente

1.3. Características de reservorio


La porosidad intergranular es la predominante, con presencia poco significativa de porosi-
dad por disolución en feldespatos. Existen sobrecrecimientos cuarzosos. Las permeabilidades
horizontal y vertical son prácticamente iguales (White J. H. et al., 1995).
Las porosidades promedio del reservorio Hollín son variables. En los campos de Petroama-
zonas -de la ex-Petroproducción-, oscilan entre el 12 y 18% (Petroproducción-DNH, 1996);
mientras que, en el campo Coca-Payamino, White et al., (1995), reporta valores medios de
porosidad y permeabilidad de 18,6% y 1.013 mili Darcy (mD), respectivamente.
Según White J. et al., (1995), la arenisca se mostró intermedia en cuanto a tendencia de mojabi-
lidad al petróleo. Dashwood & Abbotts, 1990, reportan permeabilidades entre 20-2.000 mili-Darcy.
La formación es mayormente porosa y permeable, pero hacia el SO se vuelve más apretada
debido al incremento de la profundidad de la sobrecarga (Smith, 1989).
En Ecuador, Hollín Inferior es un reservorio que presenta características muy particulares.
Como fue descrito previamente, las propiedades litológicas de la formación son las que definen
directamente sus características petrofísicas. El tamaño de grano, el tipo de sorteo, la ausencia
de matriz y cemento, el muy bajo contenido de arcilla, hacen que Hollín Inferior sea una arena
con excelentes propiedades petrofísicas.
A partir de la interpretación del grupo de registros de Triple Combo, se busca describir las
características petrofísicas de Hollín Inferior. Predomina una arenisca limpia con valores gene-
ralmente bajos de rayos gamma (GR), aproximadamente 30-35 unidades API, con delgadas
intercalaciones de arcilla, reflejado en el incremento de los valores de GR (fig. 7). La presencia
de intercalaciones de arcilla en un reservorio arenoso, puede afectar en alguna medida la per-
meabilidad vertical y por tanto obstaculizar el movimiento vertical de los fluidos.
Las curvas de resistividad (fig. 7), muestran una separación entre ellas, lo que es un indica-
tivo de invasión del fluido de perforación hacia la formación. Este es un factor importante de
identificar, ya que el proceso de invasión solo ocurre, cuando la roca posee suficiente porosidad
y permeabilidad, como para permitir el movimiento de fluidos. Adicionalmente, en Hollín In-
ferior, el agua de formación tiene muy baja salinidad, alrededor de 2.000 a 3.000 ppm de NaCl,
por lo cual los valores de resistividad son altos. Por este motivo, y para definir la presencia de
crudo, en Hollín se utiliza siempre la herramienta de medición de resistividad con el principio
de Laterolog, ya que las herramientas de inducción se saturan a resistividades tan altas.
Los registros de Densidad (RHOZ), Neutrón (NPOR) se utilizan para determinar la porosi-
dad de la formación. El registro del Factor Fotoeléctrico (PEF) es muy útil en la identificación de
la litología. Es importante indicar que en la calibración de los registros eléctricos de esta sección, se
utiliza matriz caliza para la curva neutrón. Esto tiene un efecto visual en conjunto con el registro
de densidad y en el caso de atravesar una arenisca con buena porosidad, los registros se cruzan, lo
que se identifica con el color amarillo, como es el caso para los reservorios en el Ecuador (fig. 7).
La porosidad de la formación puede ser determinada a partir de mediciones de los registros
eléctricos por varios métodos. Para este estudio se utilizó el método interpretativo de combi-
nación de registros de densidad y neutrón. La porosidad promedio para el reservorio Hollín
Inferior en base a los registros eléctricos de varios pozos seleccionados, varía en un rango de
11 a 20%, dependiendo, por ejemplo, del volumen de arcilla, tamaño de grano, presencia de
matriz y cemento.
La permeabilidad es un parámetro dinámico, es decir que está relacionado con la roca y el

287
Fig. 8: Núcleos del reservorio Hollín Superior, a la izquierda, una arenisca cuarzosa,
con micas, cuarzo recristalizado, laminaciones planares. El núcleo de la derecha es
una arenisca cuarzosa con laminaciones arcillosas

Fig. 9: Lámina delgada de una arenisca de Hollín Superior

fluido que se desplaza a través de la misma. Los registros eléctricos de Triple Combo muestran in-
formación estática, por lo cual la permeabilidad obtenida a partir de estos registros siempre es una
estimación y dependerá de la calidad de los datos disponibles. Cuando se obtiene la permeabilidad
a partir de una evaluación petrofísica, esta depende de parámetros como la porosidad y saturación
de agua irreducible. Un factor importante que afecta la calidad de la permeabilidad es el tamaño
del grano, ya que mientras menor sea el tamaño del grano, menor será la permeabilidad. Hollín
Inferior posee muy buenas características petrofísicas, dentro de las cuales se resalta el tener alta
porosidad, y en base a la evaluación de los registros eléctricos de diferentes pozos a lo largo de la

288
Características de los Reservorios Cretácicos de la Cuenca Oriente

Fig. 10: Registros eléctricos mostrando la parte superior de Hollín Inferior y Hollín Superior

289
cuenca se ha determinado que para este reservorio se tiene un rango de permeabilidades que va de
15 mD a 1.500 mD, dependiendo de las propiedades y calidad de la roca.
Propiedades petrofísicas obtenidas del análisis de núcleos: El reservorio Hollín Inferior, en
análisis realizados en los Laboratorios de la Coordinación de Investigaciones Quito de Petroa-
mazonas EP (CIGQ), presenta rangos de porosidad que varían entre el 12 y 20%, y de permea-
bilidad entre 5 y 2.500 mD.

2. ARENISCA HOLLÍN SUPERIOR (ALBIANO MEDIO)

2.1. Litología y distribución


Conocida también por los geólogos del petróleo como Hollín Secundaria (fig. 2 y 6), consis-
te en una arenisca cuarzosa (fig. 8) y cuarzosa-glauconítica de grano fino a medio, en su mayor
parte calcárea, intercalada con lutitas negras igualmente calcáreas. Al igual que Hollín Principal,
se encuentra ausente en el borde ENE de la Cuenca Oriente (fig. 2).

2.2. Ambiente depositacional


Según varios autores (White et al., 1997; Etienne et al, 1997, y Shanmugan G., 1998),
la arenisca Hollín Superior marca el abandono del sistema fluvial de Hollín Inferior, dentro
del primer cortejo transgresivo cretácico, marcado por la aparición de facies marino-litorales,
deltaicas y estuarinas proximales a la base, con influencia de marea, pasando hacia arriba a una
shorezone (White et al., 1997), culminando con un ambiente marino neto en el que se depo-
sitaron las lutitas Napo Basal, que constituyen potenciales rocas madres y son el sello de las
areniscas Hollín.
Estas areniscas constituyen un reservorio de agua salobre a diferencia de Hollín, lo que junto
a la presencia de glauconita y niveles conchíferos confirma su origen transicional. En ciertos
núcleos se observa bioturbación en su parte superior, lo que con la presencia de microfósiles
marinos, permite a Jaillard E., (1997), interpretar como un ambiente litoral de barras arenosas
paralelas a la costa con influencia de olas.

2.3. Características de reservorio


La calidad de roca reservorio empeora en forma proporcional al contenido de glauconita y
cemento calcáreo por cuanto los mismos producen taponamiento de los poros. En la figura 9,
se muestra una lámina delgada de la arenisca Hollín Superior compuesta por: 90% de cuarzo y
10% de glauconita; así como también, porosidad en los espacios azules.
Éste es un reservorio de mediocre calidad. White et al. (1995), reporta para el campo Co-
ca-Payamino valores de 8,6% y 1,67 mD de porosidad y permeabilidad respectivamente. En
los campos de la ex-Petroproducción (Comisión DNH-Petroproducción, 1996), actualmente
operados por Petroamazonas EP, se determinaron porosidades promedio entre 11 y 14%.
Las características petrofísicas de Hollín Superior difieren sustancialmente de las propieda-
des antes indicadas para Hollín Inferior a lo largo de la cuenca, debido al notable aumento del
contenido de arcilla, y entre ellas la aparición de glauconita (fig. 9), indicadora de su origen
marino, por lo que es importante determinar la presencia de este mineral, para realizar la evalua-
ción petrofísica de este reservorio, por cuanto al tratarse de un mineral arcilloso con hierro en su
composición, provoca la disminución de los valores de resistividad, como muestran los registros

290
Características de los Reservorios Cretácicos de la Cuenca Oriente

correspondientes. En zonas con presencia de hidrocarburo la glauconita provoca la disminu-


ción de los valores de resistividad y en donde la resistividad debería ser alta, se muestra como
un fluido conductivo. Éste comportamiento anómalo tiene un efecto directo en la selección de
intervalos productores ya que al aparecer como una zona con un fluido conductivo se podría
ignorar posibles zonas candidatas a la contribución de la producción del pozo.
Cabe indicar que la presencia de glauconita no puede ser identificada directamente con los
registros eléctricos de Triple Combo. Es posible visualizar su efecto en los valores de resistivi-
dad, pero se requieren registros eléctricos avanzados para identificar la presencia y volumen de
glauconita en la formación. Los registros que permiten identificar glauconita son el Gamma Ray
Espectral, la Espectroscopia y el Registro de Sigma. En la figura 10, se evidencia la diferencia de
caracteristicas petrofisicas entre los dos reservorios.

Fig. 11: Mapa de espesor arenoso neto de la Arenisca T

291
Hollin Superior es un reservorio de inferior calidad que Hollin Inferior, por su mayor con-
tenido de arcillas, frecuente cemento calcáreo y tamaño de grano, lo que se evidencia en los
valores de GR para este reservorio que varian entre 60 y 120 unidades API (fig. 10).
Las curvas de resisitividad (fig. 10), dan valores promedio de 100 ohm-m, lo que se debe
principalmente a la baja salinidad del agua de formacion. En los intervalos de pequeño espesor,
donde se identifican cuerpos arenosos con inferior contenido de arcilla definidos por los cruces
de los registros de densidad y neutron, existiría la presencia de hidrocarburo, pero debido a las
condiciones petrofisicas antes indicadas, se requeriría de fracturamientos para iniciar la produc-
cion de este reservorio.
Los diferentes métodos para obtener la porosidad dan valores para este reservorio, que va-
rían en un rango de 3 a 15%. La permeabilidad intrínseca obtenida a partir de la evaluación
petrofisica es de 150 mD a 200 mD en promedio.
Las mediciones en núcleos de Hollín Superior realizadas en laboratorio dan valores de po-
rosidad de 5 a 16% y una permeabilidad de 1 a 250 mD.

3. LA ARENISCA “T” (ALBIANO SUPERIOR)

3.1. Litología y distribución


La arenisca T se desarrolla sobre una superficie erosiva, producto de una nueva caída del
nivel del mar. Su depocentro se ubica en el extremo SE de la Cuenca Oriente y es de orientación
SE-NO. Los máximos espesores de arenisca neta sobrepasan los 80 pies (fig. 11). La tendencia

Fig. 12: Foto de un núcleo del reservorio T Inferior. Arenisca cuarzosa café oscura a clara, con inclu-
siones de glauconita y mica, masiva, consolidada, sorteo regular, tamaño de grano medio a fino

292
Características de los Reservorios Cretácicos de la Cuenca Oriente

Fig. 13: Registros eléctricos del reservorio T Inferior

general muestra una disminución del espesor neto arenoso en dirección oeste y NO y una zona
de no depositación en el ángulo NE de la cuenca.
Los geólogos del petróleo le dividen en dos cuerpos denominados T Inferior y T Superior. Petro-
canadá (1987) y White et al., (1997), diferencian un tercer miembro al que White et al., denominan
arenisca T Basal, la misma que según él representa los depósitos clásticos iniciales que siguen al pa-
quete de lutitas de Napo Basal. Los remanentes de T basal según el mismo autor están constituidos
por una variedad de facies apiladas que incluyen lutitas marinas laminadas, lodos de “lagoon”, lodos
y areniscas mareales, sedimentos deltaicos y fluviales de planicie costera. Para Petrocanadá (1987),
este miembro representa el arranque de la depositación arenosa T, en aguas más profundas lejos del
depocentro. Estas areniscas donde estén presentes, constituirían el último depósito de la secuencia
progradante (si están bajo la superficie erosional), o un depósito del cortejo de bajo nivel.

3.2. Ambientes sedimentarios y paleogeografía


El ciclo T, representa un cortejo de bajo nivel, seguido de un cortejo transgresivo, que se
inicia con una caída del nivel del mar de hace 98 mma (curva eustática de Haq et al., 1987) o
100.6 Ma (Hardenbol et al., 1998; Wornardt W., 1999), que provocaron el desarrollo de un
sistema aluvial entrelazado de baja sinuosidad (ausencia de facies de desborde de canal), ali-
mentado desde el SE y con posibles aportes secundarios desde el NE. En el tiempo T inferior,
la línea de costa se desplazó hasta la franja centro-oriental de la Cuenca Oriente, que pasó a
constituir la zona transicional litoral-marina con desarrollo de un sistema estuarino, dominado
por mareas, extendiéndose hacia el Oeste la plataforma continental del mar cretáceo.

293
Fig. 14: Foto de un núcleo del reservorio T Superior, manchado de crudo. Arenisca cuarzo-
sa, café a gris oscura, de grano medio, con glauconita y laminaciones planares

Fig. 15: Foto de una lámina delgada del reservorio T Superior: Arenisca cuarzosa
(90%), con glauconita (8%) y opacos (2 %), los granos son subredondeados. Los
espacios azules grisáceos corresponden a los poros

3.3. T Inferior
Es una arenisca cuarzosa de grano medio a grueso, variando ocasionalmente a fino y en oca-
siones a microconglomerática, masiva (fig. 12), con estratificación cruzada y buena porosidad.
Presenta un importante contenido de feldespatos alcalinos. Se observan trazas de mica, minerales

294
Características de los Reservorios Cretácicos de la Cuenca Oriente

Fig. 16: Registros eléctricos comparativos de los reservorios T Superior y T Inferior

pesados y con frecuencia delgados niveles carbonáceos con ámbar. Según Petrocanadá (1987),
la abundancia de feldespatos alrededor de Águila y Tiguino -al igual que en el caso de Hollín-,
evidenciaría una fuente de aporte occidental subsidiaria, aunque la presencia de un volcanismo
basáltico, cuya traza al tiempo T se ubicaba entre Auca y Jivino, es que pudo haber sido la fuente
de aporte de los feldespatos descritos en la arenisca T. Ésta arenisca en las partes oriental y central
de la cuenca se presenta asociada con facies de canales y barras fluviales, litorales y mareales.

3.3.1. Características de reservorio


La mejor calidad de reservorio se encuentra en la arenisca T Inferior. Las facies de canales
y barras fluviales y mareales desarrolladas fundamentalmente en esta arenisca, presentan las
mejores propiedades petrofísicas.
Los registros eléctricos de Triple Combo tomados en el reservorio T Inferior (fig. 13), mues-
tran una arenisca con excelentes condiciones petrofísicas, que de lo observado en el carril de
GR, se presenta como cuerpos arenosos limpios, con un valor promedio de 20 API, con inter-
calaciones de cuerpos arcillosos, definidos por el incremento de los valores de rayos gamma que
alcanzan los 160 API. Muchas veces estos cuerpos arcillosos tienen buena continuidad lateral y
separan al reservorio en diferentes zonas, las mismas que deben ser claramente identificadas, con
el fin de determinar los mejores intervalos para iniciar la producción.
Las características petrofísicas de T Inferior determinadas, a partir de la evaluación de regis-
tros eléctricos de un grupo seleccionado de pozos son buenas, con una porosidad que varía de
7 a 15% y una permeabilidad promedio de 100 mD a 250 mD.
En núcleos, para la arenisca T en su conjunto, se ha definido una porosidad de 2 a 18% y
una variación de permeabilidad de 10 mD a 450 mD.

295
3.4. T Superior
Es una arenisca cuarzo-glauconítica (fig. 14 y 15) y glauconítica, generalmente grano-decre-
ciente, aparentemente más feldespática que T Principal, con capas ricas en conchas, y frecuente
cemento calcáreo. Constituye la fase distal transgresiva, del ciclo T, con pobres características
de reservorio. Presenta facies de llanura mareal, ambientes submareales y de plataforma, con
estratificación tipo “flaser” y lenticular. Con frecuencia se describe bioturbación (Shanmugan
G. et al., 1998). Solamente en la parte oriental de la Cuenca Oriente, y ocasionalmente en la
franja centro-este contiene facies fluviales.

3.4.1. Características de reservorio


Las facies de llanura arenosa mareal, de T Superior, tienen propiedades moderadas, mientras
que las areniscas de plataforma desarrolladas hacia el O-NO de la cuenca muestran muy pobres
-a casi nulas- condiciones de reservorio (White et al., 1997, Shanmugan G., 1998).
Entre los minerales arcillosos predomina la caolinita autigénica y son frecuentes los sobre-
crecimientos de cuarzo. Ambos factores dañan la porosidad primaria, que también es afectada
por la presencia de pelotillas pellets aplastadas de glauconita. Muchas veces se presentan concen-
traciones de siderita diagenética formada por precipitación de fluidos enriquecidos con hierro
derivado de la glauconita, lo que fue confirmado de la observación de un crecimiento de siderita
en una cavidad de glauconita (comunicación verbal del geólogo Guillermo Toala del Centro de
Investigaciones Geológicas de Guayaquil, 1999).
Porosidad secundaria se produce ocasionalmente por efecto de disolución de los feldespatos,
que en algunos casos llega a ser total.
El grupo de registros de la figura 16, permite diferenciar claramente los cuerpos de T
Inferior y T Superior y realizar una comparación de sus características petrofísicas. Una de
las principales características que diferencian a los dos reservorios es el espesor neto de arena.
El espesor de T Inferior es de 45 pies, mientras que el espesor de T Superior es de tan solo
5 pies. Existe un cuerpo arcilloso masivo que separa T Inferior de T Superior. Los valores de
GR son menores en T Inferior, lo que indica una mayor presencia de arcilla en T Superior.
En este reservorio las curvas de resistividad se basan en el método de medición de Inducción.
Las curvas tienen un comportamiento diferente en cada uno de los reservorios. En T Superior
la resistividad llega a valores de hasta 80 ohm-m, mientras en T Inferior los valores máximos
de resistividad son de 30 ohm-m.
La arenisca T posee una salinidad en un rango de 30.000 a 40.000 ppm de NaCl, valores so-
bre cuya base se identifica la presencia de hidrocarburo tanto en T Superior como en T Inferior.
El registro de la figura 17, muestra en conjunto los resultados de las mediciones de la herra-
mienta dieléctrica y una evaluación petrofísica completa. Las mediciones dieléctricas se basan
en la permitividad de la formación que se relaciona directamente con las propiedades físicas de
la roca. Con esta información se realiza un análisis de las características de la formación y del
fluido contenido en sus poros. De esta manera es posible estimar la porosidad con agua y su
saturación en la zona invadida. Se tiene una medición de resistividad somera y adicionalmente
se pueden calcular los factores de cementación (m) y saturación (n) y utilizando la ecuación de
Archie se puede obtener la saturación de la zona virgen.
En los carriles 8 y 9 de la figura 17, se realiza una comparación del cálculo de saturaciones
en base a la evaluación petrofísica y a la información del registro dieléctrico, observándose una

296
Características de los Reservorios Cretácicos de la Cuenca Oriente

Fig. 17: Registros eléctricos avanzados para los reservorios T Superior y T Inferior

297
buena correlación. En el carril 10, se muestra el cálculo de permeabilidad para el reservorio T y
se incluye un punto de movilidad obtenido a partir del registro Probador de Formaciones, con
el cual se obtiene la presión de la formación y datos de movilidad. Este punto se correlaciona
perfectamente con la permeabilidad de la roca.
En base a estos registros, se concluye que la permeabilidad no mantiene valores constantes y
varía en el orden de 5 mD. a 100 mD, en función del volumen de arcilla en la roca.

4. LA ARENISCA “U” (CENOMANIANO MEDIO)

4.1. Litología y distribución


La arquitectura del ciclo U, es similar a la descrita para el ciclo T (fig. 1). Consiste en una
arenisca desarrollada sobre una base erosiva, en cuya parte inferior se presenta un primer cuerpo

Fig. 18: Mapa de espesor arenoso neto de la Arenisca U

298
Características de los Reservorios Cretácicos de la Cuenca Oriente

Fig. 20: Arenisca cuarzosa (97%), con presencia de minerales opacos (3%), con
granos redondeados a subredondeados, con buena porosidad (resaltada por azul
de metileno). Lamina delgada del reservorio U Inferior

Fig. 19: Fotografía de una arenisca perteneciente a U Inferior, de color café oscuro, cuarzosa, de grano
fino a medio, bien sorteada, con saturación moderada de crudo. Abundantes laminaciones arcillo-
so-carbonáceas subhorizontales, muy finas, con trazas de raíces muy delgadas, y presencia de biotur-
bación. Ambiente continental distal de baja energía (Descripción cortesía de J. Toro, 2014)

299
Fig. 21: Registros eléctricos del reservorio U Inferior

300
Características de los Reservorios Cretácicos de la Cuenca Oriente

Fig. 22: Fotografía de un núcleo del reservorio U Superior, representado a la base


por arenisca de grano fino con cemento calcáreo en cuya parte superior se obser-
van grietas rellenas con calcita. Sobre ésta, una caliza micrítica gris-oscura

arenoso, que corresponde a facies de relleno de canal, sobre el que se desarrollan, facies trans-
gresivas de areniscas cuarzosas y cuarzo-glauconíticas, culminando hacia el techo con areniscas
glauconíticas con cemento calcáreo y lutitas de plataforma.
Tradicionalmente en el centro de la cuenca, se ha dividido a esta arenisca, en tres miembros
conocidos como U Inferior, U Media y U Superior, sin embargo consideramos que en la ma-
yoría de casos es suficiente la división en dos miembros: U Superior y U Inferior al igual que
para T y M1.
El mapa isópaco de la arenisca U total, muestra una distribución lobular, de clara orienta-
ción E-O (fig. 18), con espesores netos arenosos que sobrepasan los 50 pies, adelgazándose en
dirección al N y S y acuñándose hacia el Oeste en donde se desarrollan facies arcillosas y en
menor proporción calcáreas (fig. 2).

4.2. Ambientes sedimentarios y paleogeografía


Hace 94 millones de años, un nuevo evento eustático provocó una regresión generalizada, con
un nuevo desplazamiento de la línea de costa hacia la zona longitudinal centro-este de la cuenca,
iniciándose una depositación fluvial en la parte más oriental, pasando hacia el centro a facies
transicionales estuarinas (barras y canales), de playa y anteplaya, con influencia mareal, mientras
que hacia el Oeste se desarrollaban facies de plataforma marina. Las facies de areniscas de llanura
mareal, están frecuentemente afectadas por bioturbación. Esta arenisca, muestra un claro aporte
desde el este (fig. 18), con lo que se evidencia un desplazamiento con relación al tiempo T (Albia-
no tardío) de la zona de mayor aporte y acumulación la misma que se ubicaba al SE.

301
Fig. 23: Registros eléctricos comparativo de los reservorios U Superior y U Inferior

302
Características de los Reservorios Cretácicos de la Cuenca Oriente

4.3. U Inferior
Areniscas cuarzosas, bastante limpias, de grano grueso, con estructura homogénea, gra-
no-decreciente y grano-creciente, correspondientes a canales fluviales pasando a canales y
barras mareales en un medio estuarino. En la figura 19 se observa un pedazo de núcleo de esta
arenisca.

4.3.1. Características de reservorio


La U Inferior es una arenisca bastante limpia (fig. 20), encontrándose únicamente trazas de
caolinita, líticos, micas y minerales pesados. Las mejores características de reservorio al igual que
para la arenisca T, corresponden a depósitos de canales fluviales, de canales y barras de marea.
La porosidad promedio de los campos de la exPetroproducción (actual Petroamazonas),
varía entre el 9 y 20% (Comisión DNH-Petroproducción, 1996). Los análisis realizados en el
laboratorio de la Coordinación de Investigación Quito dan valores de porosidad entre el 10 y
22% y permeabildades de 50 mD a 1500 mD.
En la figura 21, se muestra un registro Triple Combo de la arenisca U Inferior. Se observa un
cuerpo basal con valores promedio de 60 unidades API, separado por un delgado estrato arci-
lloso en el cual las unidades API alcanzan las 100 unidades API, de un cuerpo arenoso superior
más limpio con valores de 40 unidades API.
Las resistividades muestran un perfil de invasión, lo que nos ofrece una imagen bastante
clara de las propiedades de porosidad y permeabilidad en la roca.
La salinidad varía en un rango de 35.000 ppm a 45.000 ppm NaCl y resistividades de hasta
100 ohm-m, definen que el reservorio está saturado de hidrocarburos.
Los registros de densidad y neutrón muestran un perfil característico de arenisca, debido
al cruce de las dos curvas. Es evidente que la curva de densidad mantiene un comportamiento
variable según los cambios en la litología de la roca. Se puede explicar y visualizar esto de mejor
manera al comparar las variaciones en el registro de densidad con el registro GR.

4.4. U Superior
La parte netamente transgresiva de U contiene glauconita y su cemento es carbonático. Pre-
senta un incremento en el contenido de caolinita y arcillas del tipo illita/smectita y está afectada
por bioturbación.

4.4.1. Características de reservorio


La presencia de matriz arcillosa y la bioturbación donde está presente, hace que la calidad
como reservorio de U Superior disminuya notablemente en comparación con U inferior.
En la figura 23, se observan los reservorios U Inferior y U Superior, entre los que se realiza una
comparación de sus propiedades petrofísicas. U Inferior muestra un menor volumen de arcilla en re-
lación a U Superior al tener valores menores de GR. U Inferior -en este caso- no se presenta como un
sólo cuerpo homogéneo sino que, está separado por intercalaciones de cuerpos arcillosos que indican
desactivaciones de la energía del medio depositacional. Si éstas lutitas tienen una importante exten-
sión lateral, pueden estar separando al reservorio U Inferior en diferentes unidades hidrodinámicas,
con variaciones de la presión de formación, lo que tiene un impacto importante al momento de
iniciar la producción. Al techo de U Inferior se presenta un estrato calcáreo, sobre el que se desarrolla
U Superior que muestra un mayor contenido de arcilla y probablemente glauconita.

303
Fig. 24: Registros eléctricos avanzados del reservorio U Inferior

304
Características de los Reservorios Cretácicos de la Cuenca Oriente

Los dos reservorios presentan valores altos de resistividad hacia el tope, lo que indicaría la
presencia de hidrocarburos, mientras hacia la base la resistividad disminuye, por lo que nos en-
contraríamos frente a una zona de agua. Las resistividades se basan en el principio de medición
de Inducción.
U Inferior tiene las mejores características petrofísicas, con valores de porosidad que varían
entre 15 y 20%, mientras que para U Superior el rango va de 10 a 18%. La permeabilidad de
los reservorios varía entre 30 y 850 mD.
Para U se presenta información complementaria a los registros de Triple Combo al incluir el
registro de Resonancia Magnética (fig. 24). Éste tipo de registro permite obtener información
sobre el tamaño de los poros y porosidad de la roca, así como del fluido ligado a la roca y del
fluido libre. En el carril 8 se puede observar la distribución del tamaño de los poros (mayor
tamaño de poro hacia la derecha). En las zonas donde existe un cruce del registro de densidad
y neutrón el tamaño de los poros aumenta. Al ser una arenisca transgresiva, se observa que el
mayor tamaño de grano se encuentra hacia la base del cuerpo arenoso lo que indicaría que
también los mayores valores de porosidad y permeabilidad se encuentran hacia la parte inferior,
disminuyendo hacia el techo.
En el carril 9 se ve la diferencia entre el fluido libre (color celeste) y el fluido ligado (color
azul). Esta diferencia permite identificar las zonas donde el fluido contenido en el reservorio po-
drá desplazarse cuando se inicie la producción. En la zona de mayor tamaño de poros, existe muy
poco volumen de fluido ligado, lo que representaría que prácticamente todo el fluido es móvil. En
este reservorio la zona con mejores movilidad y características petrofísicas está saturada por agua.
Las mediciones realizadas en el laboratorio de la CIGQ dan valores de porosidad entre 8 y
15%, y un rango de permeabilidad de 15 a 600 mD.

5. LA ARENISCA M2 (TURONIANO SUPERIOR)

Fig. 25: Foto de un núcleo del reservorio M2, con arenisca glauconítica,
verdosa a gris, de grano medio a grueso, y fino hacia la base, sorteo regular, masiva

305
Fig. 26: Registros eléctricos del reservorio M2

306
Características de los Reservorios Cretácicos de la Cuenca Oriente

5.1. Litología y distribución regional


La arenisca M2, es una secuencia arenosa del Turoniano Superior desarrollada al Este de la
cuenca, estratigráficamente ubicada entre las calizas A y M2, ambas del Turoniano. Consiste en
una arenisca glauconítica (fig. 25) y en partes de la cuenca, cuarzosa a subarcósica, con mica,
pirita y abundante glauconita. El cemento está compuesto por siderita, barita y calcita. La pre-
sencia de caolinita es escasa (Petrocanadá, 1987).
Su depocentro tiene una orientación NNE-S y abarca las áreas de Vinita, Mariann, Paña-
cocha, Yuturi y Záparo. Alcanza espesores netos de arena de algo más de 25 pies en el centro.

5.2. Ambientes sedimentarios y paleogeografía


Jaillard E. et al. (1987), para el núcleo de la parte inferior de M2 en el pozo Yuturi 1,
definen un ambiente transicional, con facies de ante playa, playa, canales de marea y plata-
forma clástica litoral. La curva de SP de dicho pozo muestra una tendencia inversa (estrato
y posiblemente grano-creciente). Las areniscas son bioturbadas y en la mayor parte muy
glauconíticas, con abundancia de bioclastos. Se describen varias superficies erosivas y suelos
endurecidos (Jaillard E. et al., 1997). En este pozo se tiene una secuencia progradante con-
firmada por la descripción del núcleo y por el carácter de los registros de pozo. No se cuenta
con más estudios de núcleos.
La primera inversión tectónica del Turoniano superior temprano, parece provocó relieves
diferenciados entre los Corredores Sacha-Shushufindi y Capirón Tiputini, evidenciado por el
control depositacional de la arenisca M2, circunscrita a los límites del Corredor Oriental Ca-
pirón Tiputini, en cuyas partes norte y centro parece imperaban condiciones continentales y
transicionales; mientras que hacia el oeste (Corredor Sacha-Shushufindi y zona subandina), se
extendía una plataforma calcáreo-arcillosa, con esporádicos aportes de areniscas y limos glau-
coníticos.

5.3. Características de reservorio


La importante presencia de glauconita, así como el cemento carbonático, hacen de ésta are-
na un reservorio de pobre calidad con excepción del área cercana al depocentro (Petrocanadá,
1987). Esta arenisca produce en Edén Yuturi, un pozo del campo VHR (porosidad promedio:
13%). Adicionalmente se ha reportado pequeñas producciones en Tipishca-Huayco, Vinita y
reservas en Pañacocha.
Las pobres características petrofísicas se evidencian con las evaluaciones de los registros eléc-
tricos de este reservorio, que muestran la presencia de abundante material calcáreo.
En reservorios con una litología compleja como es el caso de M2, los registros eléctricos
de Triple Combo no son suficientes para describir plenamente las condiciones petrofísicas del
mismo. En éste caso se debe utilizar registros avanzados (Dieléctrico, Resonancia Magnética,
Registro de Imágenes), para describir de mejor manera al reservorio.
El análisis del registro de rayos gamma (GR) (fig. 26), muestra la presencia de un paquete
arenoso inferior progradante, sobre el que se desarrollan areniscas más limpias con valores ba-
jos de GR, con forma de canales (mareales?). Al tope de éstos se desarrolla una arenisca sucia
transgresiva representada por estratos más delgados, marcados por valores más altos de GR que
indican la presencia de un mayor contenido de arcilla y posiblemente presencia de glauconita,
ya que a su vez la resistividad baja en este intervalo. Los registros de densidad y neutrón se cru-

307
zan levemente indicando más bien una zona de baja porosidad y presencia de material calcáreo.
En base al análisis petrofísico, la porosidad estaría en el orden del 10 al 15% y la permeabilidad
entre 2 y 50 mD.
Los resultados de las pruebas realizadas en diferentes núcleos de la arenisca M2, han dado
valores de porosidad de 1 a 12% y permeabilidad de 1 a 150 mD.

6. LA ARENISCA M1 (CAMPANIANO MEDIO)

6.1. Litología y distribución


La Arenisca M1 está constituida a su base por areniscas cuarzosas blancas, microconglo-
meráticas y de grano grueso a medio, con estratificación cruzada y masivas (fig. 27), pasando
a areniscas de origen transicional (barras, canales mareales, depósitos de playa y cercanos a la
playa, etc.); generalmente de grano fino a medio, con estratificación cruzada, bidireccional,
ondulitas, “flaser”, diques arenosos, etc. Éstas areniscas tienen menor continuidad lateral por la
presencia de planicies lodosas y rematan con areniscas transgresivas cuarzosas de menor tamaño
de grano y cuarzo-glauconíticas. Y en ocasiones con lutitas de plataforma, las mismas que tienen
buen desarrollo hacia el SSE y en el Perú, donde se las conoce como ¨lutitas cachiyacu¨, que
constituyen el sello del reservorio M1.
Esta arenisca, similar a M2, está restringida regionalmente al flanco Este de la cuenca, alcan-
zando marginalmente la parte central (fig. 28). Su depocentro está ubicado al SE de la cuenca,
similar al de las areniscas T: con una orientación NO-SE. Sus espesores alcanzan algo más de
40 metros.

Fig. 27: Fotografía de un núcleo del reservorio M1, representado por una
arenisca masiva, cuarzosa, de color gris-oscuro, de grano medio, con exce-
lente sorteo. Está saturado de crudo en todo el intervalo

308
Características de los Reservorios Cretácicos de la Cuenca Oriente

Fig. 28 - Mapa de espesor arenoso neto de la arenisca M1.

Fig. 29: Lamina delgada de una arenisca cuarzosa del reservorio M1 Inferior. De grano grueso a me-
dio, redondeados y buena porosidad visual (espacios grisáceos)

309
Fig. 30: Registros eléctricos del reservorio M1

310
Características de los Reservorios Cretácicos de la Cuenca Oriente

Fig. 31: Registros eléctricos comparativos de los reservorios M1 Superior y M1 Inferior

311
6.2. Ambientes sedimentarios y paleogeografía
Durante el tiempo Napo Superior (Coniaciano-Santoniano), en la Cuenca Oriente se pro-
dujo la mayor transgresión del mar cretáceo, tras la cual hace 80-85 Ma tuvo lugar una nueva
caída del nivel del mar, creándose condiciones continentales en la mayor parte de la franja
oriental de la cuenca, al igual que en los tiempos de T y U, convirtiéndose en una zona ex-
puesta con un sistema fluvial de tipo entrenzado y de dirección predominante SE-NO. Datos
de paleocorrientes medidos con ayuda de las herramientas de buzamiento de alta resolución y
de micro-imagen en los pozos de Maxus (actual Bloque de Repsol), confirman una dirección
predominante de transporte NNO (Young R. et al. 1995). Hacia la franja central de la cuenca
se desarrollaba un sistema estuarino-deltaico(?) influenciado por mareas.
Hacia el Oeste, movimientos transpresivos producidos por la inversión tectónica iniciada
en el Turoniano Tardío, provocaron ascensos diferenciados de los terrenos del Levantamiento
Napo, de la actual Depresión Pastaza y de gran parte del Levantamiento Cutucú (al menos de
su flanco oriental), que erosionaron parcial en unos casos y totalmente en otros al miembro
Napo superior (Barragán et al. este libro, plantea por su parte que la reducción de espesores
hacia el oeste es por condensación), lo que seguramente también se produjo. Dichos ascensos
restringieron la presencia de la arenisca M1 a la parte oriental y parcialmente a la parte central
de la cuenca.

6.3. M1 Inferior
Areniscas de origen fluvial y estuarino/del taico con influencia marial, representan las facies
más importantes como reservorio de crudo. Están representadas por areniscas de grano grueso
(ocasionalmente muy grueso) a medio. Predomina la estratificación cruzada. Son areniscas de
alta energía con una mínima preservación de finos (Young R. et al., 1995).

6.3.1. Características de reservorio


La porosidad primaria es intergranular (fig. 29) (con cierto desarrollo de la porosidad secun-
daria), la que varía entre el 15 y el 25%. Las permeabilidades oscilan entre 0.5 - 5 darcy. Young
R., et al., 1995, describen cemento silíceo en proporciones bajas a moderadas (hasta el 9%) y
arcillas autigénicas (menos del 5% de la roca), con predominio de caolinita y menos clorita,
illita y capas mezcladas illita/smectita. Finalmente en los pozos de Maxus se describen pequeñas
cantidades de calcita, dolomita, siderita y pirita.
Las areniscas formadas en ambiente mareal, son generalmente de grano medio a fino, pre-
sentan clastos arcillosos intraformacionales. Se considera que el ancho de los canales mareales es
pequeño (Young R. et al., 1995) y tienen la misma orientación general que los canales fluviales,
esto es NO-SE.
Su calidad de reservorio es variable y oscila entre 10 y 25% mientras que su permeabilidad
oscila entre 0.1 y 4 darcy.
La curva de rayos gamma (GR), corrida como parte de los registros de Triple Combo (fig.
30) nos muestra que la arenisca M1 investigada, está compuesta de dos cuerpos arenosos clara-
mente diferenciados: un cuerpo inferior granocreciente marcado por el aumento de los valores
de la curva de GR hacia la parte inferior, y un cuerpo superior constituido por arenisca limpia
con bajos valores de GR (algo menores a 40 unidades API), mostrando además una disminu-
ción del contenido de arcilla de la base al tope.

312
Características de los Reservorios Cretácicos de la Cuenca Oriente

La resistividad en el intervalo del cuerpo arenoso superior limpio, alcanza valores de 20 a


60 ohm-m, disminuyendo hacia la base (cuerpo arenoso estrato creciente), hasta alcanzar los 2
ohm-m. Existe acumulación de hidrocarburos en el cuerpo arenoso superior limpio, mientras
que hacia la base, la caída de resistividad puede estar mostrando una amplia zona de transición
crudo/agua afectado por la disminución de la calidad del reservorio marcado por el incremento
de arcilla y disminución del tamaño de grano hacia la base. Éste es un buen ejemplo de cómo
los cambios litológicos también afectan las mediciones y crean incertidumbre sobre la influencia
en la caída de la resistividad y del incremento en el contenido de agua frente al petróleo vs. el
incremento de la arcillosidad. Éste deterioro de la calidad del reservorio hacia la base se confir-
ma con el comportamiento de las curvas densidad y neutrón. De la interpretación de las curvas,
se obtiene una porosidad del reservorio M1 Inferior del orden del 25% y una permeabilidad
excelente en un rango de 1 a 5 darcy.
Estas excelentes condiciones petrofísicas de porosidad y permeabilidad, convierten a la are-
nisca M1 Inferior en un reservorio poco consolidado a no consolidado. Esto tiene un efecto
directo en la producción ya que se presentan arenamientos en los pozos, lo que afecta la pro-
ducción.

6.4. M1 Superior
Está constituida por areniscas marinas someras, con espesores menores y frecuentes intercala-
ciones arcillosas. El tamaño de grano varía generalmente entre fino y muy fino, en partes la arenis-
ca es glauconítica y ocasionalmente se presentan niveles con detritos conchíferos. Frecuentemente
están bioturbadas (Young R., et al., 1995). Sus cualidades de reservorio son las más pobres dentro
de las areniscas M1 por la presencia de glauconita y arcillas removidas por la bioturbación.

6.4.1. Características de reservorio


En los registros de pozo de la figura 31, se pueden diferenciar los cuerpos de M1 Superior
y M1 Inferior. El reservorio M1 Superior presenta propiedades petrofísicas de menor calidad a
las de M1 Inferior. Los valores de rayos gamma de 70 a 120 unidades API indican la presencia
de cuerpos arenosos con alto contenido de arcilla: del 20 al 30%. Las resistividades son bajas,
posiblemente debido a la presencia de glauconita, la cual es característica de este reservorio.
En el cuerpo superior los registros de densidad y neutrón, tienen leves cruces, confirmando
la presencia de los cuerpos arenosos, pero a la vez muestran pobres características de porosidad
del reservorio. Efectivamente, el alto contenido de arcilla y la presencia de glauconita, hace que
la porosidad de M1 Superior esté en un rango del 5 al 8% y la permeabilidad, entre 1 y 50 mD.
Los resultados de las pruebas realizadas en diferentes núcleos de la arenisca M1 determinan
una porosidad de 1 a 10% en M1 Superior y de 5 a 20% en M1 Inferior mientras que, la per-
meabilidad varía de 1 mD a 35 mD en M1 Superior y de 1mD a 2.500 mD en M1 Inferior.

7. LA ARENISCA TENA BASAL (MAASTRICHTIANO)

La Arenisca Tena Basal, marca el fin de la secuencia Cretácica de segundo orden (Alrededor de
50-60 mma). Son areniscas generalmente transgresivas desarrolladas sobre una superficie erosiva al
tope Napo, provocada por una caída del nivel del mar de hace 71 mma, y una posterior transgresión
del Maastrichtiano, eventos entre los cuales se produjo la depositación de las areniscas Tena Basal.

313
7.1. Litología y distribución
Está compuesta de areniscas arcósicas al Este, pasando hacia cuarzo arenitas, cuarzo arenitas
arcósicas, y cuarzo arenitas calcáreas en la parte central y Norte. Hacia la zona subandina se
mencionan microconglomerados con clastos de limolitas, brechas calcáreas, areniscas cuarzosas
(Jaillard et al., 1997) de grano grueso a fino como la de las figuras 32 y 33.
Esta arenisca se encuentra en toda la cuenca, formando cuerpos discontinuos y generalmen-
te de poco espesor.

7.2. Ambiente depositacional


Se definen ambientes fluviales: canales (fig. 33) y llanuras de inundación, canales y barras
mareales, en un contexto de transgresión.

7.3. Características de reservorio


Es un reservorio de poco espesor, que en general varía entre algo menos de un pie, hasta
unas pocas decenas de pies y que se encuentra presente en forma discontinua en toda la cuenca.
Sus propiedades como roca reservorio también varían notablemente desde condiciones pobres
a excelentes como la de la figura 34.
La arenisca Tena Basal, en la figura 35, tiene un espesor de +/-12 pies y se trata de una are-
nisca limpia, con valores de rayos gamma de alrededor de 30 unidades API, por lo que se puede
interpretar que posee un contenido de arcilla del 10% aproximadamente.
Los valores de resistividad llegan a los 300 ohm-m y con una salinidad del agua de forma-
cion para el reservorio Basal Tena entre 40.000 y 50.000 ppm de NaCl. Se interpreta la presen-

Fig. 32: Núcleo del reservorio Tena Basal, constituido por arenisca cuarzosa de grano medio, laminada a
masiva, en la parte inferior (con intraclastos?) y estratificación (laminación?) cruzada hacia la parte supe-
rior. La arenisca negra está saturada de crudo, hacia la parte superior se observa limolita laminada y lutita

314
Características de los Reservorios Cretácicos de la Cuenca Oriente

Fig. 33: Afloramiento de la Arenisca Tena Basal, en el que se observa claramen-


te la base erosiva de un canal con conglomerados a la base y areniscas de gra-
no grueso a medio sobre los depósitos Napo Superior

Fig. 34: Arenisca con cuarzo (55%) y feldespato (25%) alterado a arcilla (20%). Granos subangulares
y una excelente porosidad definida por el color azul (Lamina delgada del reservorio Tena Basal)

315
Fig. 35: Registros eléctricos del reservorio Tena Basal

316
Características de los Reservorios Cretácicos de la Cuenca Oriente

cia de hidrocarburos saturando la arena.


La separacion de las curvas de resistividad muestra un claro perfil de invasión, indicativo de
que se trata de una roca con buenos valores de porosidad y permeabilidad, como se confirma
con la evaluación de las curvas de densidad y neutron, que dan valores de porosidad promedio
entre el 8 y 15% y permeabilidad en un rango de 5 a 70 mD.
Por su lado, las mediciones realizadas en diferentes núcleos de Basal Tena en la CIGQ die-
ron un rango de porosidades del 5 a 12% y permeabilidades de 2 a 200 mD.

8. LAS ROCAS RESERVORIO CARBONATICAS

8.1. La Caliza B (Albiano superior)


En la mayoría de pozos de la Cuenca Oriente, se caracteriza por la presencia de una ano-
malía radioactiva de significado regional, que constituye una Superficie de Máxima Inundación
(SMI) y tiene su mayor desarrollo hacia el oeste de la cuenca mientras que, hacia el este se adel-
gaza paulatinamente hasta desaparecer, pasando lateralmente a ser reemplazada por litofacies
detríticas (fig. 2).

8.1.1. Litología y distribución


Son calizas predominantemente negras, y grises, con matriz micrítica (principalmente
mudstones y wackestones). La base ocasionalmente se encuentra interestratificaciones de ca-
liza masiva color gris-claro (Bermejo Sur 2). Hacia arriba predominan las calizas arcillosas
laminadas y masivas, ricas en pirita. Y, ocasionalmente se presentan intercalaciones de lutitas
calcáreas. En los núcleos estudiados (Charapa y Bermejo), hay -una casi total- ausencia de
bioturbación y predominio de fauna planctónica (foraminíferos). Se encuentran bivalvos, fi-
lamentos y restos de peces. La presencia de cantos fosfatados y bioclastos parece corresponder

Fig. 36: Registros del pozo Charapa 4, mostrando las Calizas B, A y M2 de la Fm. Napo

317
a pulsos transgresivos (Rivadeneira M, 1992). Ocasionalmente se describen niveles de carbón
y ondulitas. Las calizas presentan discontinuidades que podrían corresponder a niveles con-
densados. A la base de la caliza, en el campo Charapa, aparece una anomalía radiactiva que
corresponde a un suelo endurecido con glauconita y fosfatos (ésta anomalía está presente en
la mayor parte de la cuenca siendo un buen horizonte marcador correspondiente a una SMI).
Las arcillas presentes en margas y lutitas son del grupo illita/smectita (Rivadeneira M., 1992).

8.1.2. Ambiente depositacional


La depositación de la caliza B tuvo lugar en una plataforma lodosa, de poca profun-
didad y con baja velocidad de sedimentación, y en un medio anóxico (Rivadeneira M.
1992), como evidencia su riqueza en materia orgánica y la casi total ausencia de organis-
mos bentónicos. Condiciones de mayor anoxia al tiempo caliza B, prevalecieron en las
zonas centro y Noroeste de la cuenca actual, como muestra su mayor riqueza orgánica, lo
cual indica la posible existencia hacia el oeste de una barrera subaérea. Las facies menos
anóxicas que se encuentran en la sección estudiada, pueden corresponder a variaciones
eustáticas (Jaillard E. et al. 1997).

8.1.3. Características de reservorio


Esta caliza producía en el campo Charapa (fig. 36), a tasas bajas entre 50 y 120 BPPD, pero
constantes. Se trata de una caliza arcillosa (margosa) con zonas más limpias. Es un reservorio
fracturado, no habiéndose definido otro tipo de porosidad ni permeabilidad.
La gran riqueza en materia orgánica, junto a la arcilla presente, puede producir el tapo-
namiento de las áreas de drenaje de los fluidos, especialmente durante los tratamientos a
las calizas. Igualmente, la pirita diseminada podría provocar la formación de precipitados
de hidróxido de hierro ante la presencia de sistemas ricos en oxígeno y fluidos con iones
de Ca++, Sr++ y Ba++.
Desde el punto de vista petrofísico al hablar de reservorios en calizas (fig. 37), se los
puede clasificar como reservorios no convencionales. Esto se debe a que las propiedades de
la roca no son las más favorables para la producción directa de hidrocarburos. Las calizas
no son reservorios de alta porosidad, más bien se caracterizan por la presencia de porosidad
secundaria y una baja permeabilidad por lo que, para iniciar la producción es necesario
realizar operaciones de fractura, acidificación (considerando la riqueza orgánica, como se
indicó en el párrafo anterior), con el fin de mejorar las propiedades petrofísicas del reser-
vorio y así iniciar la producción.

8.2. La caliza A (Turoniano Inferior Tardío – Turoniano Medio)


La caliza A yace sobre la arenisca U (fig. 2) y tiene su mayor desarrollo hacia el oeste y espe-
cialmente hacia el centro-oeste de la cuenca.

8.2.1. Litología y distribución regional


La sección conocida como caliza A, está integrada por calizas arcillosas micríticas
negras (margas), laminadas y por mudstones, wackestones y packstones. Hacia la parte
inferior aparecen niveles lutáceos carbonosos. Ocasionalmente se presentan estratos de
caliza gris clara. Son frecuentes los niveles con amonites enanos (Jaillard E. et al., 1997).

318
Características de los Reservorios Cretácicos de la Cuenca Oriente

En núcleos se observaron superficies de desecación. Se reportan arcillas del grupo illita/


smectita (Rivadeneira M, 1992).

8.2.2. Ambiente depositacional


Se depositaron en una plataforma carbonática lodosa, en condiciones de muy baja energía
(sobre todo en el centro y Noroeste). Al igual que en el tiempo de la caliza B, se evidencia la
posible presencia de una barrera al oeste que creó condiciones anóxicas de fondo.
Según Jaillard E. et al. (1997), éstas calizas se encuentran organizadas en secuencias de pro-
gradación o agradación de plataforma.

8.2.3. Características de reservorio


Al igual que la caliza B, son reservorios fracturados, habiéndose encontrado indicios de
porosidad en cavidades vugulares (como resultado de disolución). La matriz micrítica de la
Caliza A (fig. 38) es incapaz de almacenar petróleo y sobre todo de permitir la movilidad del
crudo. Históricamente el único pozo productor de la Caliza A ha sido el Pozo Bermejo Norte 2.
Ésta caliza en la figura 39, se presenta con un cuerpo principal (La Caliza A propiamente
dicha), con intercalaciones arcillosas menores. En la parte inferior, se diferencia otro cuerpo
calcáreo que pertenece a la secuencia U, que culmina con una importante anomalía radioactiva
(fig. 39), definida a nivel regional como una Superficie de Máxima Inundación, que marca la
culminación de la secuencia genética U y constituye una línea tiempo y un buen marcador
regional sísmico. Ésta caliza tiene en promedio un 10 a 20% de arcilla. Al igual que la caliza
M2 las resistividades se saturan por lo que con este tipo de registros es imposible identificar la
presencia de hidrocarburos.
La porosidad a partir de las curvas de densidad y neutrón se encuentra entre el 3 y 6%. La
permeabilidad de la Caliza A es muy baja, por lo cual se requieren operaciones adicionales para
que éste reservorio pueda producir.

8.3. La Caliza M2 (Turoniano Tardío)


Es una caliza aún poco estudiada, pero la importancia económica de estos estratos, impul-
sará su conocimiento.

8.3.1. Litología y distribución regional


Esta caliza, en el Pungarayacu 10 según Etiennne Jaillard (1997), está representada por una
secuencia estrato creciente de margas y calizas que remata con un cuerpo de calizas. En el río Mi-
sahuallí, el mismo Jaillard E., define dos cuerpos: uno inferior, de margas arenosas y glauconíticas
que hacia arriba pasaban a margas y a calizas, así como otro cuerpo superior, conformado por mar-
gas y calizas estratocrecientes. En la parte superior contiene lumaquelas como la de la figura 40.

8.3.2. Ambiente depositacional


Esta caliza se depositó en un medio progradante, en el que las lumaquelas (fig. 40) indican
un medio muy somero, intermareal, que rematan en la zona subandina con figuras de deseca-
ción que marcan un posible límite de secuencia. Sin embargo hacia arriba en el campo Cono-
naco, se observa una nueva transgresión que culmina en un medio anóxico que más arriba se
profundiza a un medio pelágico.

319
Fig. 37: Registros eléctricos de la Caliza B

320
Características de los Reservorios Cretácicos de la Cuenca Oriente

Fig. 38: Caliza de tipo Packstone con calcita microcristalina (90%) e inclusiones ferruginosas y opa-
cos (10%). Lamina delgada de la Caliza A

8.3.3. Características de reservorio


La Caliza M2 en la figura 41, se muestra como un cuerpo calcáreo masivo, con bajos valores
de Gamma Ray (GR) debido al bajo o casi nulo contenido de arcilla en la roca.
Estas calizas tienen muy baja porosidad y permeabilidad por lo cual los registros de resisti-
vidad se saturan y muestran valores elevados. Esto no necesariamente indicaría la presencia de
hidrocarburos.
Para discriminar la presencia de hidrocarburos en una caliza es necesario utilizar el registro
Dieléctrico y/o de Saturación, los cuales permiten hallar una saturación, independientemente
de los valores de resistividad y litología de la roca.
Como se ha mencionado antes, los registros de densidad y neutrón se encuentran en matriz
caliza, por lo cual en el registro se observa una curva sobre la otra y por la ubicación de la curva
neutrón se tienen valores de porosidad muy cercanos a 0%.

8.4. La Caliza M1 (Coniaciano – Santoniano)


Se trata de un cuerpo calcáreo-arcilloso poco estudiado. La ausencia de las mismas en el
levantamiento Napo y en la Depresión Pastaza (Subandino Central) y afloramientos no cono-
cidos en el Subandino Sur- Levantamiento Cutucú, son la causa.

8.4.1. Litología y distribución regional


Esta es una zona más que un sólo cuerpo calcáreo; constituida por una alternancia de ca-
lizas, calizas arcillosas (margas) y lutitas. Las calizas son mudstone, packstone y wackestone,

321
Fig. 39: Registros eléctricos de la Caliza A

322
Características de los Reservorios Cretácicos de la Cuenca Oriente

Fig. 40: Coquina perteneciente a la Caliza M2 (Afloramiento en la carretera


Pto. Napo-Puyo, en la margen izquierda del Río Napo, junto al Puente Nuevo)

gris-oscuras, negras, gris-oscura moteadas con crema, cremas y gris-claras.


La zona M1 está presente en casi toda la cuenca, no habiéndose determinado su presencia en el
Levantamiento Napo y Depresión Pastaza, en donde, la sección de Napo Superior tiene un espesor
entre 30 y 150’ aproximadamente, siendo lo más probable que estén presentes solamente las luti-
tas Napo Superior. Sin embargo, entre los bioestratígrafos se discute la presencia o no de la Caliza
M1 Inferior (bajo la anomalía radioactiva), (erosión, condensación?). En el Subandino Norte, en
cambio, está presente y ha sido objeto de estudios por los fosfatos pelloidales que contiene.
Representa posiblemente la mayor transgresión del cretácico en toda la Cuenca Oriente y
está asociada con una fuerte anomalía de la curva de rayos gamma (fig. 42), que podría repre-
sentar la Superficie de Máxima Inundación (SMI), de mayor alcance del mar cretácico, ya que
presenta el máximo avance hacia la parte más oriental de la cuenca (Eje ITT).

8.4.2. Ambiente depositacional


El ambiente es de plataforma marina y hacia la zona del campo Bermejo posiblemente re-
presenta facies muy distales de plataforma-borde de plataforma.

8.4.3. Características de reservorio


La caliza M1, como se indicó, a diferencia de la caliza M2 muestra un mayor contenido de arci-
lla e intercalaciones de cuerpos de lutita, esto es corroborado por los altos valores de rayos gamma.
Las resistividades se saturan, lo que es un indicativo de valores muy bajos de porosidad y
permeabilidad. Esto se lo confirma a partir de los registros de densidad y neutrón ya que se
observa que en ciertos intervalos, donde se presenta un mayor contenido de arcilla, la porosidad
aumenta, pero en los cuerpos calcáreos la porosidad es muy cercana a 0%.
Aún con la presencia de hidrocarburos en éste reservorio, se requerirían trabajos de fractu-
ramiento para aumentar la permeabilidad de la roca.

323
Fig. 41: Registros eléctricos de la Caliza M2

324
Características de los Reservorios Cretácicos de la Cuenca Oriente

Fig. 42: Registros eléctricos de la Caliza M1. Se observa la anomalía radioactiva, presente en toda la
cuenca y que aparentemente constituye el límite Coniaciano-Santoniano (Jaillard E., 1997)

325
REFERENCIAS CITADAS

BOWEN D. G. – Formation Evalulation and Petrophysics. pp 3 a 35


CRAFT B. C. – Applied Petroleum Reservoir Engineering. Second Edition. pp 210 a 213
ELLIS D. & SINGER J. – Well Logging for Earth Scientists. Second Edition. pp 351 a 378
JAILLARD E., 1997. Síntesis Estratigráfica y Sedimentológica del Cretáceo y Paleógeno dela Cuenca Oriental
del Ecuador. Convenio Petroproducción-Orstom. Publicación de la Unidad de Relaciones Públicas de
Petroproducción. Quito
LABORATORIOS DE LA COORDINACIÓN DE INVESTIGACIONES QUITO DE PETROAMAZONAS
EP (CIGQ) – Reportes de análisis de contenido de fluidos y convencional de núcleos de corona
PETROCANADÁ, 1987. The Eastern Oriente Basin in Ecuador. Petroleum Geology & Hidrocarbon Potential.
Informe inédito, preparado para CEPE.
RIVADENEIRA M, 1992. Los reservorios calcáreos de la Cuenca Oriente. Informe Interno de CEPE.
SCHLUMBERGER – Log Interpretation Charts. 2009 Edition. pp 211 a 226
SHANMUGAN G., POFFENBERGER M. Y ALAVA T., 1998. Tide-Dominated Estuarine Facies in the
Hollin and Napo (“T” and “U”) Formations (Cretaceous), Sacha Field, Oriente Basin, Ecuador. 1998
AAPG Annual Convention Abstract. Salt Lake City, Utah, may 17-28, 1998
WHITE H. J., SKOPEC R. A., RAMIREZ F. A., RODAS J., BONILLA G., 1995. Reservoir Characterization
of the Hollin and Napo Formations. Western Oriente Basin, Ecuador, in Petroleum Basins of South
America, AAPG. Memoir 62, pp 573-596.

326
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

CARACTERÍSTICAS GEOLÓGICAS
GENERALES DE VARIOS DE LOS
PRINCIPALES CAMPOS PETROLEROS
DE PETROAMAZONAS

Marco Rivadeneira (1)


Patrice Baby (2)

Resumen
La Cuenca Oriente contiene las mayores acumulaciones de crudo dentro de la provincia pe-
trolera Putumayo-Oriente-Marañón, con alrededor de 33.000 millones de barriles de petróleo
en sitio (POES), acumulados en 125 campos. Al norte y centro de la cuenca, se diferencian al
menos tres plays petroleros individualizados, con características propias de sus trampas, crudos y
reservorios (actualmente está en proceso una nueva definición de los plays de la Cuenca Oriente,
sobre la base del conocimiento último de familias de crudos y control tectónico de las esructuras).
El play Occidental, adyacente a la cordillera Real de los Andes, se caracteriza por la presen-
cia dominante del reservorio Hollín Inferior, con el 98% de crudo en el sitio y acumulaciones
menores en Tena Basal, Hollín Superior, Calizas A y B. Los reservorios T y U, allí donde están
presentes, constituyen reservorios de muy pobre a nula calidad ya que corresponden a facies
distales de areniscas de plataforma: glauconíticas y muy calcáreas, de grano fino. En este play, la
estructura gigante del campo Pungarayacu se diferencia por ser la mayor acumulación de crudo
de la cuenca, concentrado en las areniscas bituminosas del reservorio Hollín. Es un play en
proceso de destrucción por el levantamiento provocado por la última orogenia andina, que ha
afectado las trampas, formadas en la primera etapa de la inversión tectónica (Cretácico Tardío-

(1)
PETROAMAZONAS, Av. Naciones Unidas y Av. De los Shyris. Quito-Ecuador
(Marco_Vinicio_Rivadeneira@petroamazonas.ec)
(2)
LMTG, IRD/CNRS/UPS, 38 Rue des 36 ponts, 31400 Toulouse, France. (patri-
ce.baby@ird.fr)

Colaboración de: PETROAMAZONAS EP, SCHLUMBERGER /Jorge Vega, RÍO


NAPO, Pablo Cisneros.

329
Paleoceno), provocando la degradación de los crudos, con excepción del campo Bermejo. Este
play contiene el 16% del petróleo en sitio de la cuenca.
El play Central, el más rico, y con las mayores reservas de crudos livianos, evoluciona a partir
del rift jurásico no evolucionado y se caracteriza por la presencia de fallas transcurrentes invertidas
a partir fallas extensionales profundas que según Baby P. et al. (2013), limitan las estructuras
de los principales campos. Estas fallas se desarrollaron como resultado de dos inversiones tectó-
nicas: una cretácica tardía-paleocénica, y otra eocénica temprana. Las reservas se concentran en
los reservorios U (+/-35%), Hollín Inferior (+/-29%), y T (+/-26%), con facies predominantes
de tipo estuarino. En él están los mayores campos de la cuenca y entre ellos, los campos gigantes
Shushufindi y Sacha. Contiene el 54% de petróleo en sitio (POES), de la cuenca.
El play Oriental es el segundo en importancia con el 30% del POES de la cuenca, concen-
trando en la arenisca M1, su principal reservorio, con alrededor del 59% del petróleo en sitio
del play, seguido de U (+/-28%). Contiene un campo gigante: Ishpingo. Sus estructuras se de-
sarrollaron sobre semigrabens jurásicos como resultado de una inversión tectónica del Eoceno
Temprano -aunque parece que en el Cretácico Tardío ya se produjo una primera inversión-. Es
un play con predominio de crudos pesados.

Palabras claves: Cuenca Oriente, plays, geología, campos petróleros.

1. OPORTUNIDADES (PLAYS) PETROLEROS


La Cuenca Oriente (fig. 1) constituye el segmento más prolífico de la provincia petrole-
ra Putumayo-Oriente-Marañón. A diciembre del 2010, contaba con un volumen original de
petróleo en sitio de alrededor de 33.000 millones de barriles y reservas originales (probadas +
probables) de 8.600 millones de barriles, contenidas en 125 campos de crudo, descubiertos hasta
el 2011, los cuales habían producido hasta finales del 2010 alrededor del 53% de las reservas
originales (4.600 millones de barriles), que equivalen al 14% del petróleo en sitio.
Esta cuenca ha sido segmentada en tres unidades tectónicas (cf. Introducción de este libro
fig. 1), con características particulares de sus trampas, reservorios y crudos.

1.1. El Corredor Occidental (Sistema Subandino)


Contiene apenas seis campos: tres desarrollados en la estructura Bermejo: los campos
Bermejo, Rayo y Bermejo Este (los únicos en producción), y los campos, Pungarayacu y Oglán,
aún no desarrollados. En este corredor se acumulan 5.400 millones de barriles que represen-
tan el 16% del total de petróleo en sitio de la cuenca. La característica económica principal de
este play es la alta densidad y viscosidad de los crudos Pungarayacu que impide el cambio a la
categoría de reservas.
Tiene un patrón de máxima concentración de crudo con respecto a los otros corredores: El
84% del total de su petróleo en sitio se encuentra en el campo Pungarayacu, con un volumen
que varía entre 4.000 y 7.000 millones de barriles según Rose et al. (1995) y Almeida et al.
(1983), respectivamente. Esta es la mayor acumulación de crudo de la Cuenca Oriente, superior
a la de los gigantes Shushufindi, Sacha e Ishpingo.
Este es un corredor casi exclusivo de crudos extrapesados y pesados, acumulados en los cam-
pos Pungarayacu de areniscas bituminosas (6-10º API) y Oglán 11-16º API (fig. 1). Los únicos

330
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

Fig. 1: Esquema Tectónico de la Cuenca Oriente, mostrando los Corredores Estructura-


les que constituyen a su vez sendos Plays exploratorios

crudos livianos conocidos en este play se encuentran en los campos Bermejo y Rayo (30-34
o
API), localizados cerca a la frontera con Colombia (fig. 1).
Su ubicación distal, respecto a la fuente de aporte detrítico, hace que sea el corredor con
menor cantidad de reservorios arenosos: Hollín Inferior, que es de lejos el principal reservorio
con el 98% del total de petróleo en sitio, acumulaciones marginales se encuentran en Tena
Basal y Hollín Superior. “T” y “U” están ausentes o representados por facies detríticas finas y/o
calcáreas de calidad mala a nula como reservorio.
Los campos Bermejo y Oglán están asociados al sistema de transpresión dextral del Frente
de Empuje subandino, cuya morfología en flor puede ser claramente observada (ver campo
Bermejo en el 5.1. de este artículo). El campo Pungarayacu se ubica en el periclinal sur del gran

331
anticlinal Napo-Galeras, el mismo que al tiempo Cretácico-Tardío (Santoniano-Campaniano),
empezó a actuar como una estructura positiva, como muestran los espesores mínimos de la
sección post-Turoniana desarrollada sobre el techo de la caliza M2, evidenciado en registros de
pozos y en los afloramientos del Levantamiento Napo y Depresión Pastaza, ubicados al norte
y centro de éste Corredor. Ésta tendencia positiva de la estructura desde el Cretácico Tardío y
el encontrarse en una de las áreas de carga favorables permitió la gran acumulación de crudo.
La gran movilidad tectónica del área derivada de la última crisis andina que va del Mioceno
hasta nuestros días, según muestran los levantamientos de las terrazas aluviales (Bes de Berc S.
et al., 2001 y capítulo 1 de este libro), provocó en muchos casos la destrucción parcial o total
de las trampas, exponiendo al reservorio Hollín a condiciones de superficie como es el caso de
la parte norte del campo Pungarayacu, cuyo crudo ha experimentado un grado de degradación
extrema. Es un Corredor afectado directamente por la orogenia andina, cuyo resultado es el le-
vantamiento de los terrenos subandinos, con la consecuente exposición de los crudos a procesos
incrementales de biodegradación.

1.2. El Corredor Central (Corredor Sacha-Shushufindi)


Es el más prolífico de la cuenca y concentra el mayor volumen de petróleo en sitio (17.900
millones de barriles), que constituye alrededor del 54% del total descubierto en la cuenca.
Éste, corredor también presenta una altísima concentración del volumen de petróleo en
sitio en sus cuatro mayores campos: Shushufindi, Sacha, Libertador y Auca (fig. 1), los mismos
que acumulan el 51% del total del petróleo original en sitio de toda la cuenca.
El crudo de éste corredor se agrupa en dos grandes familias: la familia Norte y Centro-
Norte en su gran mayoría de campos con crudos livianos y medianos posiblemente, de orí-
gen detrítico ; y la familia Centro-Centro y Sur con crudo de mediano a pesado, de orígen
carbonático.
U es el reservorio con los mayores volúmenes de petróleo en sitio de este corredor (+/-35%),
seguido de Hollín Inferior (+/-29%) y T (+/-26%). Los Reservorios secundarios son  : Tena
Basal y Hollín Superior. Escasas acumulaciones se encuentran en las calizas A y B.
Las estructuras de los campos de éste corredor, se agrupan en dos grandes familias: la más
importante relacionada con las grandes fallas triásico-jurásicas invertidas representadas por las
estructuras Sacha, Shushufindi, Lago Agrio, Auca, Cononaco entre las principales ; y la segunda
familia de campos menores de bajo relieve estructural, ubicada entre las grandes fallas antes
mencionadas y asociada a lineamientos transversales de basamento de direcciones preferenciales
NO-SE y SO-NE.
A pesar de ser un play maduro desde el punto de vista exploratorio, su prospectividad sigue
siendo alta, pero de trampas pequeñas y de -cada vez más- bajo relieve, las mismas que en su
totalidad son trampas antiguas (del Cretácico Tardío-Paleoceno y Eoceno temprano), por lo que
cualquier estructura menor mapeada dentro de su dominio tiene una muy alta probabilidad de
ser productiva.

1.3. El Corredor Oriental (Sistema Capirón-Tiputini)


Se ubica en el borde oriental de la cuenca (fig. 1). Acumula alrededor de 10.000 millones de
barriles, que equivalen aproximadamente al 30% del petróleo original en sitio de toda la cuenca.
El campo de crudo pesado Ishpingo (fig. 1), es el mayor de este corredor (2.336 millones
de barriles de petróleo en sitio), seguido en orden descendente por los campos Tambococha-

332
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

Tiputini y Yuturi, con 2.000 y 1.062 millones de barriles de petróleo en sitio respectivamente,
sumando entre los tres el 54% del total de las reservas de este Corredor, demostrando que pre-
senta una alta concentración de su POES.
La calidad de los crudos del corredor presenta una cierta distribución areal, con predominio
de los crudos medianos hacia el NNO y de los crudos pesados en dirección centro, E y SSE.
El principal reservorio -que además está desarrollado casi exclusivamente en este corredor-
es la arenisca M1, siendo U el segundo en importancia. Acumulaciones menores se encuentran
en Basal Tena, T, M2 y muy marginalmente en Hollín Inferior.
Las estructuras petrolíferas al igual que en el Corredor Central están integradas en dos
grupos: el primero con las mayores estructuras y POES, relacionado con anticlinales fallados,
desarrollados sobre hemigrabens jurásicos (ver Díaz et al., Capítulo 2 de este libro), producto
de las inversiones tectónicas del Cretácico Tardío-Paleoceno y Eoceno Temprano, o de reacti-
vaciones múltiples en el tiempo, como es el caso del trend Ishpingo-Tambococha-Tiputini, que
experimentó una primera inversión eocénico-temprana y otra reciente (cf. Díaz et al., Capitulo
2 de este libro), como indica el cambio de dirección del Río Napo asociado a la falla Yasuní que
lo limita y que está actuando en transpresión dextral. La mayoría de fallas son lístricas, con un
nivel de despegue relacionado con una zona de debilidad del basamento según parece indicar
la información sísmica (Balkwill et al., 1995; Rivadeneira & Baby, 1999). Y el segundo grupo,
con estructuras menores asociadas a lineamientos (fracturas, fallas?) profundos de basamento.

2. ROCAS RESERVORIOS

2.1. Ambientes Sedimentarios


La base de los reservorios Hollín, T, U y M1 está asociada a descensos en el nivel del mar,
correlacionables con los ciclos eustáticos de Haq et al. (1997) que corresponden a límites de
secuencias de segundo y tercer orden, de hace 112 Ma para Hollín, de 97-98 Ma para T, de 94
Ma para U y 80 Ma para M1 (ver Rivadeneira M. & Almeida P. capítulo 2 de este libro). Estas
caídas, según White et al. (1995) habrían originado incisuras de pequeño relieve en la platafor-
ma marina cretácica, debido a la suave pendiente de la misma, que se constituyeron en varios
casos en valles muy poco profundos, en los que se formaron estuarios y ocasionalmente deltas
con fuerte influencia mareal, depositándose facies de areniscas aluviales en las partes proximales
de la cuenca (hacia el este), pasando por areniscas de canales y barras de marea, culminando en
las partes distales (hacia el oeste) con areniscas glauconíticas intercaladas con lutitas y calizas de
plataforma marina.
Para Shanmugan et al. (1998), todos los reservorios tienen un desarrollo cíclico similar ya
definido y plantean una evolución deposicional semejante a la antes indicada para los reservorios
Hollín, T y U del campo Sacha, pero no está de acuerdo con que éstos se desarrollaron en valles so-
cavados generados por un descenso del nivel del mar. Adicionalmente, M1 presenta una evolución
similar a la de los reservorios antes indicados, con la particularidad de que está restringida hacia la
franja oriental de la Cuenca Oriente (cf. capítulo 2 de este libro. Rivadeneira M. & Almeida P.).
Scientific Software Intercomp (SSI) por su parte, definía anteriormente modelos deltaicos
con influencia aluvial y mareal para los reservorios T y U de Shushufindi, Libertador, Atacapi,
Parahuacu y Cuyabeno-Sansahuari. Igual modelo planteaba CMG para el campo Cononaco.
Mientras que, Petroproducción (1995), también proponía un modelo similar para las areniscas

333
T y U del campo Libertador, sin embargo es evidente que las facies dominantes son estuarinas,
desarrolladas en cortejos transgresivos dentro de ciclos de tercer orden.

2.2. Calidad de los reservorios


En la mayoría de casos la calidad de los reservorios está ligada a los subambientes sedimen-
tarios, deteriorándose sus propiedades petrofísicas de los de mayor energía (canales aluviales,
canales estuarinos y canales mareales) a los de menor energía (barras, llanuras arenosas y are-
niscas de plataforma) y, al estar los principales reservorios (Hollín, T, U y M1) relacionados
prinicipalmente con los cortejos transgresivos, la mejor calidad de los mismos se encuentra a en
la parte inferior, degradándose generalmente en dirección hacia el techo (cf. capítulo 1 de este
libro. Rivadeneira M. & Almeida P.).
Procesos diagenéticos de disolución mejoran marginalmente la calidad del reservorio. Hay
procesos de cementación y formación de arcillas autigénicas que afectan las propiedades petro-
físicas. Las arcillas presentes en las areniscas en orden de importancia son: caolinita (en la gran
mayoría), esmectita, la illita y la clorita.
La porosidad predominante es intergranular, encontrándose en pequeña escala porosidad
intragranular (especialmente en los feldespatos como efecto de su disolución).
Las calizas B, A, M2 y M1 son reservorios marginales cuya única porosidad es de fracturas ya
que las mismas son mayoritariamente mudstones y wackestones (cf. este capítulo Rivadeneira
M. & Almeida P.).

2.3. Edad y Composición Litológica de los reservorios


Los principales reservorios productivos de la cuenca son Hollín del Aptiano (?)-Albiano
Medio, T del Albiano Superior, U del Cenomaniano Superior y M1 del Campaniano (Jaillard
E., 1997). Están conformados en sus partes inferiores -como ya se indicó-, por areniscas cuar-
zosas, generalmente limpias con porcentajes menores de feldespatos. Hacia arriba, las litofacies
areno-limosas transgresivas se tornan cuarzo-glauconíticas y calcáreas. Un reservorio arenoso de
menor importancia es la arenisca Tena Basal del Maastrichtiano, que igualmente forma parte de
un cortejo transgresivo. Reservorios marginales constituyen la caliza B del Albiano Tardío, cuya
única producción comercial de un crudo de 29-30º API, se obtuvo en el pozo Charapa 1. La
caliza A del Turoniano, produjo crudo de 29º API en un pozo del campo Bermejo y, la arenisca
M2 del Turoniano tuvo producción de crudo de 31º API en un pozo del campoVHR y en
varios pozos del Corredor Oriental. Adicionalmente la caliza M2 y la Caliza M1 (?), producen
en el campo Puma crudos de 14oAPI y 15oAPI respectivamente (DNH, 2010).

3. FORMACIÓN DE LAS ESTRUCTURAS Y ACUMULACIÓN DE CRUDO

Las estructuras petrolíferas de la Cuenca Oriente se desarrollaron en tres etapas:


• Coniaciano-Santoniano-Campaniano-Maastrichtiano-Paleoceno, (sincrónico a la de-
positación de la sección Napo Superior-Tena)
• Eoceno inferior (sincrónico a Tiyuyacu inferior)
• Se ha definido para dos estructuras de un campo y un pre-prospecto del Suroriente una
edad Miocénica a Reciente
A partir del Paleoceno inferior Tardío, es decir al final de la primera etapa de estructura-

334
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

ción, la casi totalidad de anticlinales productivos estudiados del Corredor Sacha-Shushufindi


y varios otros de los demás Corredores estaban en capacidad de acumular hidrocarburos. Hay
varios campos que recién se estructuran en la segunda etapa, es decir en el Eoceno Temprano,
lo que indica que al tiempo Eoceno Tardío, absolutamente todas las estructuras de los campos estu-
diados podían acumular crudo, por lo que Bernal C. (1998) lo define como el momento crítico del
Sistema Petrolífero Napo de la Cuenca Oriente, ya que los tres flujos migratorios generados entre
el Eoceno Tardío y el Reciente (uno, proveniente de una cocina con rocas detríticas que movió
el crudo de mayor madurez ; otra, migración posiblemente posterior generada en una cocina
con rocas predominantemente calcáreas: calizas y margas marginalmente maduro, y una tercera
migración que estaría actuando hasta el presente, con un flujo de un crudo inmaduro prove-
niente de rocas madres predominantemente calcáreas, evidenciado en el Suroriente.
En el Plioceno se inicia la última reactivación tectónica que se continúa en la actualidad, pro-
vocando una deformación adicional de varias de las estructuras petrolíferas: Ishpingo, Tiputini,
Tambococha del Corredor Oriental; Bermejo y Oglán del Corredor Occidental; Yuralpa y otras
ubicadas entre los Corredores Central y Occidental. Ésta deformación reciente provoca –como
se indicó anteriormente-, la destrucción de trampas en el Corredor Occidental, como es el caso
del campo Pungarayacu, que por efecto del levantamiento iniciado hace 10 millones de años y
acentuado hace cinco, sufrió la erosión de gran parte de la roca cobertera, quedando al descu-
bierto en su parte norte el reservorio Hollín, lo que produjo la degradación del crudo por efecto
de la oxidación del mismo y biodegradación por acción de las aguas meteóricas.

4. ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DE LOS CRUDOS

En el Corredor Occidental Subandino se diferencian claramente dos familias de crudos: una


al norte representada por el crudo Hollín del campo Bermejo que es el crudo de mayor calidad
de la cuenca tanto por su gravedad API (tabla 1), cuanto por tener el menor contenido de azu-
fre (0,32-0,44%) en peso, níquel (1.7-3.8 ppm.) y vanadio (1.3-10.1 ppm.); y la otra el crudo
del campo Rayo (entrampamiento estratigráfico del reservorio Tena Basal) que representan una
familia de crudos generados en una cocina Napo-equivalente más evolucionados térmicamente
que la otra familia de crudos del sur, representados por el crudo Oglan del reservorio Hollín,
que es un crudo pesado (13.16o API), proveniente de una familia derivada de rocas madre cal-
cáreas (margas y calizas), menos evolucionadas térmicamente (Geomark, 1994).
En el Corredor Central Sacha-Shushufindi los crudos livianos y medianos con mayor evolución
térmica provenientes de rocas madres silicico-clásticas predominan en el norte, destacándose los cru-
dos del reservorio T de Secoya, Atacapi, Frontera, Shushufindi y Shuara por su bajo contenido de azu-
fre (tabla 1). Los crudos pesados, menos maduros y generados por rocas madre calcáreas se desarrollan
en dirección sur, evento que se corresponde con el incremento en el contenido de azufre, inversamente
proporcional a la disminución de la gravedad API, encontrándose crudos altamente sulfurosos (>2%)
en el reservorio T de Cononaco y en los reservorios U de los campos Culebra-Yulebra-Anaconda y
Auca. La tabla 1 muestra las características principales de los campos de cada corredor, los mismos que
están ubicados de arriba hacia abajo con cierta equivalencia geográfica N-S. Éstos crudos más pesados
del sur, provenientes de rocas calcáreas muestran a su vez, una zonificación longitudinal, diferencián-
dose por su mayor o menor grado de biodegradación. En la parte central de la cuenca hay campos con
crudos mezclados, producto de la acumulación de crudos de las dos migraciones

335
Tabla 1: Calidad de los crudos Oriente, agrupados en Corredores y
geográficamente de N a S en cada corredor

En el norte del Corredor Oriental (fig. 1, tabla 1), predominan los crudos medianos con
menos del 1% de azufre, mientras que, en dirección Sur y Este del Corredor, se desarrollan los
crudos pesados (Bogui-Capirón, Apaika, Amo, Tiputini, Ishpingo, Tambococha), con alto con-
tenido de azufre: sobre el 2%. Los crudos Sur al igual que en los otros corredores, corresponden
a crudos con variación en los procesos de biodegradación, provenientes de una roca madre cal-
cárea. Hay pocos análisis de crudos del Norte, pero aparentemente tendrían una zonación igual
que los otros dos corredores, es decir provendrían de una roca silicicoclástica más evolucionada
térmicamente que la roca madre calcárea de los crudos del Sur (Geomark, 1997).

5. CAMPOS DEL CORREDOR OCCIDENTAL (SISTEMA SUBANDINO)

5.1. El Campo Bermejo


5.1.1. Breve Reseña Histórica
El campo Bermejo fue descubierto por Texaco, operadora del Consorcio Texaco-Gulf, con
la perforación del pozo Bermejo Norte 1 que arrancó el 29 de abril de 1967. Éste alcanzó la pro-
fundidad de 4.310’ y fue completado el 25 de mayo de ese mismo año. Tuvo producción de gas
de Hollín Superior, y 1.010 BPPD (Barriles de Petróleo Por Día) de 36º API de Hollín Inferior.
Su incorporación a la producción se produce en agosto de 1984, con 329 BPPD (prome-
dio mensual). A enero de 1986 cuando era operado por CEPE y Petroproducción alcanzó su

336
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

Fig. 2: Campo Bermejo: mapa estructural

337
Fig. 3: Campo Bermejo: sección sísmica CP321

Fig. 4: Campo Bermejo: sección sísmica CP88-4010

338
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

pico máximo de producción con 7.625 BPPD. A julio de 1999 producía 3.769 BPPD. Tras su
calificación como campo marginal es entregado a una compañía privada, quién logró elevar la
producción hasta niveles que bordeaban los 7.000 barriles de petróleo por día. Actualmente es
un campo muy maduro en declinación con una producción de alrededor de 2.500 BPPD, de
los cuales, el 57% proviene del yacimiento Hollín Inferior, el 31% de Tena Basal y el 12% de
Hollín Superior. La caliza A está produciendo alrededor de 10 BPPD, que representa menos
del 1% de la producción total del campo. Adicionalmente, hay producción de trampas de tipo
estratigráfico: campos Rayo con alrededor de 500 BPPD y Bermejo Este con +/- 40 BPPD.

5.1.2. La estructura Bermejo y su evolución


Los anticlinales Bermejo constituyen la parte occidental de una estructura en flor (fig. 2 y 3)
asociada a la gran falla del Frente Subandino. La estructura tiene una edad maastrichtiana como
evidencia el cambio de espesores entre su parte oriental alta y el lado occidental hundido, que
indica un crecimiento sin-sedimentario de la misma al tiempo Tena Inferior (fig. 4). El levanta-
miento Bermejo está siendo afectado con la última reactivación tectónica que ha provocado la
erosión hasta niveles Terciarios.
El anticlinal principal conocido como Bermejo Sur está limitado por una falla con forma de
media luna, de orientación NNE-S-SSE, y el anticlinal Bermejo Norte está limitado al occiden-
te por otra falla paralela que se extingue en dirección sur (fig. 2).

5.1.3. Ambientes sedimentarios de los principales reservorios


La Formación Hollín se depositó en un ambiente fluvial a la base, pasando a un medio depo-
sitacional de planicie costera con presencia de estuarios influenciados por mareas (Souza Cruz,
1988; White et al., 1995; Barragán et al., Capítulo 2 de este libro), rematando con depósitos de
plataforma marina, característico de los núcleos y afloramientos del Sistema Subandino.
La caliza A, que constituye un yacimiento de crudo en el pozo Bermejo N-2, fue descrita
en núcleos de los pozos Bermejo N-6, Bermejo N-16 y Bermejo N-19 (Rivadeneira M, 1994,
Jaillard et al., 1997). Se depositó en un ambiente anóxico de muy baja energía, como refleja el
alto contenido de materia orgánica de las calizas y margas, predominantemente de color negro y
la ausencia de organismos y actividad bentónica. El medio de depositación fue bastante somero,
como atestiguan las frecuentes estructuras de desecación que hablan de períodos de exposición
subareal de las calizas, lo que evidencia que si a la base de la caliza A se define una superficie de
máxima inundación –SMI, el cuerpo principal se depositó en un medio regresivo, progradante
y que según Jaillard (1997) constituye el depósito de alto nivel de la secuencia.

5.1.4. Características de los Crudos


Es un campo de crudos livianos con una gravedad API de 34º del crudo Hollín, de 31º del
crudo proveniente del reservorio caliza A, y de 30º del crudo de Tena Basal. Los contenidos de
azufre del crudo Hollín de las muestras analizadas son bajos: varían entre 0,32 y 0,44% en peso
(tres muestras), igual el de la caliza A con un 0,58%, mientras que dos crudos analizados del
reservorio Tena Basal dieron valores más altos: 0,89 y 0,94% en peso.
La relación pristano/fitano en dos muestras del crudo Hollín es de 1,36 y 1,50, lo que indica
un fuerte componente terrestre en la roca madre generadora.

339
5.1.5. Volcanismo
Existe una amplia actividad volcánica, representada por una serie de cuerpos ígneos loca-
lizados en Napo Medio (Turoniano) y Napo Superior (Coniaciano-Campaniano) y por tobas
localizadas cerca al contacto entre las formaciones Tiyuyacu Inferior y Superior, las mismas que
permitieron definir para el intervalo cercano a dicho límite una edad de 46 +/-0,4 millones de
años (MMa) (40Ar/39Ar –fig. 4 de la Introducción de este libro). Se ha definido la presencia de
varios cuerpos basálticos que en el caso del pozo Bermejo N-16, está localizado al nivel de la
caliza A y es de tipo olivínico, hipoabisal, mientras que en el pozo Bermejo 4, parece tratarse
de un flujo de lava ubicado estratigráficamente en la parte inferior de Napo Superior. En la lo-
calidad La Pizarra, a orillas del Río Aguarico, se describen tobas en una sección silicificada bajo
el contacto Napo-Tena, que puede corresponder a la zona M1 (Rivadeneira et al., 1995). En la
sección correlativa del pozo Bermejo N-2 se describen varios cuerpos volcánicos.

5.2. El campo Pungarayacu


5.2.1. Breve Reseña Histórica
Este campo contiene la mayor acumulación de crudo en el subsuelo (POES) de la Cuenca
Oriente. La etimología de varios nombres geográficos locales como el del campo fue tomado
de uno de los ríos que lo cruzan y cuyo significado en quechua, la lengua de los aborígenes de
la zona, es río (yacu) de brea (pungara); el Río Hollín nominado así posiblemente por el color
negro de sus abruptas márgenes en las que aflora la formación Hollín de areniscas bituminosas,
presenta manaderos de brea, la misma que era utilizada para el calafateo de las canoas y posible-
mente para el encendido de mechas.
CEPE (Corporación Estatal Petrolera Ecuatoriana), antecesora de Petroecuador, realizó en-
tre finales de los años setenta e inicios de los ochenta del siglo pasado, el levantamiento geoló-
gico del área y con el fin de cuantificar la acumulación de crudo existente, procede a perforar
a inicios de los ochenta 26 pozos de cateo con muestreo contínuo de núcleos, variando sus
profundidades totales entre 377 y 1.239’. Posteriormente, el 8 de octubre del 2008, se adjudica
el campo a la empresa Ivanhoe, la misma que perforó tres pozos, el último de los cuales penetró
a niveles precretácicos, atravesando un gran espesor de depósitos volcánicos, capas rojas, al-
canzando lutitas negras posiblemente de edad paleozoica. Esta empresa no logró determinar el
potencial método para extraer crudo de las arenas bituminosas de dicho campo.
Este campo tiene la mayor acumulación de crudo en sitio de la cuenca con alrededor de
4.000 millones de barriles según un estudio desarrollado por la compañía Arco en 1992, pero
la transformación de ese crudo en reservas será cosa del futuro, debido a que en la actualidad
parecería que el único método sería la explotación a cielo abierto de la parte norte del campo, lo
cual es una posibilidad muy remota por encontrase el campo cruzado por una ampla red de ríos
que confluyen al Napo, mientras que para la parte Sur aún está pendiente la definición del mé-
todo térmico que podría utilizarse, lo que deberá definirse mediante proyectos pilotos previos
que demuestren la posibilidad económica y ambiental de empleo de alguno de dichos métodos.

5.2.2. La Estructura del Campo


Pungarayacu se ubica en la provincia de Napo, extendiéndose entre la Cordillera de
Guacamayos al norte y Puerto Napo al sur (fig. 1), es decir en el periclinal sur del Levantamiento
Napo (fig. 5) que constituye una gran estructura positiva (fig. 6) cuya formación arrancó con

340
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

Fig. 5: Ubicación del campo Pungarayaco en el hundimiento sur del Levantamiento Napo (modelo
numérico de relioeves, construido a partir de datos SRTM de la NASA, 2000)

Fig. 6: Campo Pungarayacu: sección sísmica PE-92-4350-A

341
Fig. 7: Corte estructural N-S de campo Pungarayacu

la primera inversión tectónica conocida en la cuenca como indica la brusca disminución del
espesor de la sección suprayacente al techo caliza M2, respecto al espesor encontrado en los po-
zos, ubicados al norte (campo Bermejo) y sur (campo Oglan). Esta posición elevada respecto al
resto de los terrenos orientales a partir del Cretácico Tardío, permitió que este alto permanente
en el tiempo desde la primera inversión cretácica, haya sido el sitio de confluencia de un gran
volumen migratorio de crudo, que lamentablemente, por efecto de la última inversión, levantó
el terreno del Domo Napo, somerizando el reservorio y erosionando toda la roca cobertera hasta
dejar expuesta la parte norte del campo, visible en los afloramientos de la formación Hollín
Inferior, lo que provocó la biodegradación del crudo como efecto de lo cual fue destruida su
fracción liviana, quedando sólo la fracción más pesada (6-10o API). Hacia el sur, el reservorio
Hollín se profundiza paulatinamente (fig. 7) con lo que la gravedad de los crudos contenidos en
esta formación, mejoran ligeramente, alcanzando aparentemente el límite inferior de los crudos
pesados (10 - 11o API).

5.2.3. Ambientes Sedimentarios de los Principales Reservorios


La Formación Hollín, el principal reservorio de este campo, se depositó sobre los terrenos
volcánicos Misahuallí, en un medio aluvial. A la base de los canales desarrollados sobre la su-
perficie erosional son comunes los conglomerados, al igual que la estratificación cruzada pla-
nar y tabular. Jaillard E. (1997), obtuvo en los afloramientos de la cantera del Río Misahuallí
(ubicada a unos pocos kilómetros río arriba a partir de la desembocadura en el Río Napo),

342
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

Fig. 8: Afloramiento de arenisca bituminosa de Hollín Inferior. (Carretera Hollín-Loreto-Coca)

direcciones predominantes de paleocorrientes ONO y secundarias NNO. En la parte media de


la formación, la energía del medio decrece y parece se instaló una llanura aluvial con depósitos
de arcillas, limos y presencia frecuente de restos de plantas y ámbar. Hacia la parte superior se
observa una nueva reactivación de la energía del medio con areniscas de un ambiente de planicie
costera, con presencia de estuarios influenciados por mareas (Souza Cruz, 1988; White et al.,
1995; Barragán et al., capitulo 1 de este libro).
La arenisca conocida como Hollín Superior, el segundo reservorio de este campo, es simi-
lar al resto de la cuenca, esto es areniscas glauconíticas calcáreas con intercalaciones de lutitas
negras. Jaillard E. (1997), describe además hacia el techo areniscas calcáreas pasando a calizas
arenosas glauconíticas con bivalvos gruesos. La depositación se produce en un ambiente marino
marginal, probablemente muy somero que remata con el depósito de la caliza C y de las lutitas
Napo Basal en un ambiente neto de plataforma.

5.2.4. Características del Reservorio Hollín


Hollín Inferior y Medio: Beicip (1987), presenta valores de CEPE (1983) y muestras aisladas
del Beicip, definiendo los siguientes parámetros de roca y fluidos.
Parámetros Petrofísicos: Porosidades entre 17 y 38%, con un valor medio del 26%,
Permeabilidades entre 500 y 3.300 mD
Hollín Superior: Beicip (1987) reporta porosidades de 16,5 y 19% medidas en dos pozos.
Arenisca T: Medidas tomadas por CEPE en 4 pozos: porosidades entre 10 y 28% con una
media de 18%.

5.2.5. Características de los crudos


No se han realizado mediciones, pero se calcula una gravedad de 6º API para la parte norte

343
somera y de 10.5º en el Pozo Pungarayacu 16, ubicado al sur del campo (en Puerto Napo, junto
al río del mismo nombre). Esta gravedad de 10o API es deducida del hecho de que, en el registro
de resistividad del pozo mencionado, se observa ya una segregación entre el crudo y el agua de
formación, con presencia de un contacto agua-petróleo, lo que indica que este crudo es ligera-
mente más liviano que el agua. En éste último pozo, fluyó algo de crudo con agua.
En un sólo análisis conocido se tiene una relación Pristano/Fitano de 0.94 que indica un
crudo de origen marino con importante aporte terrestre.

6. CAMPOS DEL “CORREDOR CENTRAL SACHA-SHUSHUFINDI

6.1. El Campo Shushufindi-Aguarico


6.1.1. Breve Reseña Histórica
El campo Shushufindi fue descubierto en 1969 con el pozo Shushufindi 1, cuya perforación
arrancó el 4 diciembre de 1968 y alcanzó una profundidad de 9.772’. Las pruebas efectuadas a
partir del 10 de enero de 1969, arrojaron 2.621 BPPD (barriles de petróleo/día) de 32.5º API
y 2.496 BPPD de 26,6º API de los reservorios T y U respectivamente.
En la recomendación de perforación realizada por los geólogos de Texaco (1968), se esta-
blece como principal objetivo a la formación cretácica Hollín, basados en los resultados del
pozo Lago Agrio 1 y, sólo como “objetivos atractivos secundarios” las areniscas U y T. Además,
sobre la base de un significativo “draping” de los sedimentos Tiyuyacu del Eoceno sobre la falla
oriental de la estructura, deducen un origen pre-eocénico de la misma, considerando que éste
“crecimiento estructural temprano” es el factor clave para la acumulación de hidrocarburos en
la Cuenca Oriente (presunción que demostró ser cierta).
La producción del campo arrancó en agosto de 1972 alcanzando su pico en agosto de 1986
con un promedio diario para ese mes de 126.400 barriles.
Shushufindi como indica Rivadeneira M. (2002), es el verdadero dorado tras el que se
lanzaron Pizarro y sus huestes, el mismo que se escondía no en un reino mágico sino en las
entrañas de la amazonía, dorado que sería descubierto varios siglos después. Shushufindi está
entre los gigantes mundiales y, la perfección de su sistema le ha permitido entregar a Ecuador la
mayor riqueza natural, sobrepasando en los primeros meses del año 2002 los 1.000 millones de
barriles de producción acumulada en su extraordinaria historia de alrededor de 42 años. Para el
año 2013, sobrepasaba ya los 1.200 millones de barriles (tabla Nº. 2), provenientes en orden de

PRODUCCIÓN
ACUMULADA
YACIMIENTO %
(MBPPD)
(Dic. 2012)
U 421.075 35%
T 784.450 65%
TB 6.191 1
Total 1'211.716 100%
Tabla 2: Distribución por reservorios de la producción acumulada del campo

344
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

Fig. 9: Campo Shushufindi: mapa estructural base Caliza A (J. Vega 2014)

345
importancia del reservorio T (65%), U (35%) y Tena Basal (<1%).
En este campo, a Mayo 2014, se han perforado alrededor 230 pozos, varios de los cuales han
acumulado una producción individual de más de 20 millones de barriles, estando entre ellos
el pozo estrella de toda la Cuenca Oriente: el Shushufindi-20 que cuenta con una producción
acumulada de alrededor de 40 millones de barriles.
Este campo tuvo reservas iniciales probadas de 1.592 millones de barriles, reservas que
representan alrededor del 18% de todas las reservas de la Cuenca Oriente. Su producción total
equivale al +/-20% del total producido en el país. Éste campo está ya en su etapa de madurez,
tras producir como un reloj perfectamente engranado sobre los 100.000 BPPD hasta abril de
1994, luego de lo cual, tuvo una declinación marcada en su producción hasta cerca de 50 mil
BPPD, para recuperarse a partir del año 2013, cuando produjo en promedio 60.800 BPPD.
Históricamente este campo no ha dado mayores problemas en su operación gracias a la
nobleza de los reservorios y a la perfección de su sistema hidrodinámico, sin embargo, en la
actualidad plantea un reto mayor, determinar cuál es el régimen óptimo de producción y recu-
peración mejorada para su etapa de madurez.
A principios del año 2012 se inicia un proceso de optimización de producción mediante la
perforación de más de 60 pozos (julio, 2014), y varios trabajos de reacondicionamiento logran-
do un incremento de producción de 43.000 BPPD a 75.000 BPPD (julio, 2014).Así también,
se espera que gracias a diferentes estudios obtenidos de análisis de núcleos y nuevas tecnologías
en recuperación secundaria y terciaria, se alcance una producción de alrededor de 90 mil barri-
les de petróleo por día.

Fig. 10: Campo Shushufindi: sección sísmica PE95-2096, mostrando la me-


gaestructura en flor Sacha-Shushufindi

346
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

Fig. 11 – Campo Shushufindi: sección sísmica PE92-2200, mostrando un


onlap sobre la caliza A en el extremo sur de la estructura Shushufindi.

Fig. 12: Campo Shushufindi: sección sísmica PE92-270

347
6.1.2. La Estructura Shushufindi y su Evolución
El anticlinal Shushufindi se desarrolló como resultado de la inversión tectónica del Cretácico
Tardío y se ubica en el flanco este del graben jurásico. Este anticlinal presenta evidencias de
afectaciones estructurales del basamento, que muestran ciertos lineamientos NO-SE que se
continuan hacia el oeste y controlan el campo Drago.
El anticlinal Shushufindi tiene una orientación N-S y tres culminaciones principales: dos den-
tro de lo que se conoce como anticlinal Shushufindi y una tercera denominada Aguarico, dispuesta
en echelón que cambia su dirección a NO-SE (fig. 9). Su flanco oriental está limitado por un sis-
tema de fallas en transpresión dextral, las mismas que son parte de una gran estructura en flor (fig.
10) de raíz muy profunda (Baby et al., 1998). El salto de falla alcanza valores cercanos a los 200’.
A la base de la caliza A del Turoniano, la estructura tiene una longitud aproximada de 35 km y
un ancho entre 6 y 7 km. Su máximo cierre estructural se ubica en el alto Shushufindi Sur con de
371’, le sigue el alto Shushufindi Norte con 341’ y, finalmente, el alto Aguarico con 223’ (fig. 9).

Fig. 13: Registros de pozo tipo, mostrando los principales reservorios (J. Vega 2014)

348
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

Fig. 14: Coloración diferencial por cementación calcárea en litofacies Sp,


reservorio Arenisca T. AG-14D (J. Vega 2014)

La formación de la estructura se produce en la primera etapa de inversión tectónica, es decir,


durante Coniaciano–Maastrichtiano-Paleoceno, evidenciada en el periclinal sur de Shushufindi
por la presencia de un «onlap» sobre el reflector caliza M2 (fig. 11) y por deformación sin-tec-
tónica de los sedimentos Napo Superior y Tena (fig. 12).

6.1.3. Características Litológicas y propiedades petrofísicas de los Principales Reservorios


Arenisca T (fig. 13) es de grano medio a grueso con ocasionales finos, con idénticos minera-
les accesorios que U. La matriz es caolinítica y en menor proporción clorítica. La porosidad to-
tal, igual que en U, es intergranular y esporádicamente intragranular con un valor promedio del
18%, mientras que la porosidad efectiva se de alrededor del 15%. La zona con mejores valores
de permeabilidad y porosidad se ubica generalmente a la base de la arenisca (la permeabilidad
absoluta varía entre 300-600 mD)
En el pozo AGU-14D, entre 10.244’ y 10.254’ de profundidad, se identificó cementación
calcárea con una distribución irregular que tapa los poros dañando el reservorio, evidenciado
por el contraste de coloración entre el blanco de las áreas cementadas y el de las areniscas im-
pregnadas (fig. 14). Procesos diagenéticos como éste, podrían eventualmente ayudar a explicar
la ocurrencia de compartimentación en algunas partes del campo combinada con otros meca-
nismos como el mencionado anteriormente.
Arenisca U (SSFDI A-68). Es una arenisca cuarzosa, con presencia ocasional de feldespatos
y fragmentos líticos. Entre los minerales accesorios se describen circón, muscovita y glauconita.
La caolinita es la arcilla predominante. Presenta cemento silíceo (SSI, 1991). La porosidad des-
crita es intergranular y ocasionalmente intragranular por disolución de los feldespatos. Tiene
una porosidad total promedio de alrededor del 19% y una porosidad efectiva del 15%, con una
permeabilidad absoluta entre 250 y 400 mD.

349
Fig. 15: Registros de un pozo Shushufindi, mostrando la arenisca Tena Basal (J. Vega 2014)

Tena Basal. Es un reservorio de menor importancia, que generalmente muestra una estruc-
tura grano decreciente y espesores menores, como indica la curva de rayos gamma (fig. 15). Su
porosidad promedio es de alrededor del 15%.

6.1.4. Ambientes Sedimentarios de los Principales Reservorios.


En el estudio de simulación matemática desarrollado por la consultora SSI (1991) se define
para los reservorios U  y T un modelo deltaico influenciado por olas, con barras de desembo-
cadura de orientación N-S y subambientes de relleno de canal, barras de marea y depósitos
lobulares de grietas de desborde (crevasse). Se describe la presencia de abundantes fósiles y bio-
turbación, ocasionales escamas de peces y dientes de tiburón.
Otros estudios (Dashwood et al, 1990; Barragán et al., 2000 y Forney et al, 2003), conside-
ran que los reservorios T y U son el resultado de caídas en el nivel del mar, que dieron lugar a
valles socavados, sobre los que se depositaron secuencias arenosas generalmente retrogradantes,
producto de episodios transgresivos, que evolucionan desde un ambiente fluvial-estuarino has-
ta culminar en areniscas glauconitas y lodos de plataforma marina somera. La calidad de reser-
vorio de las areniscas en mención se deteriora en dirección hacia el techo, al ser más frecuentes
las intercalaciones arcillosas, e incrementarse el contenido de glauconita, las bioturbaciones y el
cemento calcáreo. Basal Tena es un reservorio de menor importancia, que generalmente mues-
tra una estructura grano decreciente.
En el 2013, se realizó una nueva interpretación sedimentológica de varios núcleos existentes
donde se propone el modelo depositacional, que se indica a continuación:
Arenisca T (fig. 16). La arenisca T Inferior (en color amarillo y verde oliva en la figura indi-
cada) presenta secuencias agradacionales de cuarzoarenitas, depositadas en ambientes interma-
reales y submareales superior e inferior (foreshore-upper and middle shoreface complex), que

350
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

Fig. 16: Modelo sedimentológico de plataforma marina somera propuesto para el reser-
vorio Arenisca T (J. Vega 2014)

351
representan las facies reservorio principal del campo y son estratos amalgamados de areniscas
cuarzosas, con excelentes propiedades petrofísicas. En varios pozos se encuentran intercala-
ciones de areniscas bioturbadas, facies finas y heterolíticas, de espesores variables, distribuidas
irregularmente dentro de los paquetes de areniscas (color verde oliva en la fig. 15), depositadas
en llanuras mareales lodo-arenosas.
Las areniscas T Superior, que suprayacen al complejo anterior, son de grano fino a muy fino,
bioturbadas, glauconíticas con cemento calcáreo, acumuladas en ambientes submareales infe-
riores (lower shoreface) zonas de transición a plataforma, identificadas en color marrón claro, a
las que suceden litofacies más profundas, de plataforma mixta calcáreo-silicicoclástica en color
azul, rematando hacia el tope con sedimentitas finas acumuladas en los ambientes marinos más
profundos de toda la secuencia transgresiva, identificadas en la figura 16 con color verde claro,
correspondientes a plataforma interna y externa.
Localmente en el campo se ha identificado algunos estratos de menor espesor, granulome-
trías más finas, con mayor proporción de bioturbación, desarrollados en la parte más interna
del estuario, o más cerca al continente como indica el mayor contenido de materia orgánica
carbonosa, altos contenidos de ámbar (fig. 17) y detritos de carbón presentes en algunas secuen-
cias que corresponden a depósitos que pudieron ser acumulados por mecanismos de migración
lateral de barras de meandro en canales mareales o estuarinos de menor magnitud.
Importantes cambios en las presiones de algunos pozos en un sector del campo (información
proporcionada por J. Vega 2014), podrían estar asociados, entre otros, a desarrollos de facies
finas y heterolíticas, acumuladas en ambientes de llanuras mareales mixtas con distribuciones
irregulares de difícil predicción (fig. 18), mientras las sedimentitas acumuladas en ambientes in-
termareales–submareales superior a medio (foreshore-upper, shoreface-middle, shoreface complex),
submareal inferior (lower shoreface) y en plataforma (interna+externa+tormentitas), tienen dis-
tribuciones más o menos regionales, de patrones regulares subparalelos a la paleolínea de costa.
Arenisca U (información proporcionada por J. Vega 2014). En la zona ubicada entre los
pozos AGU-002 y SSF-015B, al norte del campo, se presentan secuencias parecidas a las des-
critas en la Arenisca T (fig. 19). El intervalo correspondiente al miembro U Inferior, pintado
en amarillo está conformado por paquetes amalgamados de cuarzo-arenitas laminadas y biotur-
badas, correspondientes a barras arenosas sub-mareales (tidal sand wave), constituyendo com-
plejos intermareales-submareales superior a medio (foreshore-upper, shoreface-middle, shoreface
complex). Igualmente se presentan algunos niveles de facies finas heterolíticas, intercaladas con
areniscas cuarzosas, asociadas a ambientes de llanuras mareales lodo-arenosas, representadas en

Fig. 17: Láminas finas de carbón y ámbar, reservorio Arenisca T. AGU-14D (J. Vega 2014)

352
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

Fig. 18: Litofacies heterolíticas lodolita–arenisca, bioturbadas, acumuladas de ambientes sin cali-
dad de reservorio de planicies mareales mixtas. Arenisca T, pozo SSF-135D (J. Vega 2014)

color verde claro.


U Superior suprayace con sedimentitas de plataforma mixta calcáreo-siliciclástica, represen-
tadas en la figura 19 en color aguamarina. Estos paquetes de sedimentitas se acuñan tanto hacia
el sur como hacia el norte. Continúan gruesos paquetes de facies finas de plataforma siliciclás-
tica (interna-externa) con algunos depósitos de tormentitas y plataforma proximal y distal. El
color de éstas secuencias es verde oscuro. Hacia el tope de la Arenisca U Superior, se desarrollan
capas finas, medias y gruesas de areniscas y limolitas bioturbadas, acumuladas en ambientes de
anteplaya inferior a zonas de transición (lower shoreface to transitional zone). Finaliza al techo
nuevamente con sedimentitas acumuladas en ambientes de plataforma mixta calcárea-siliciclás-
tica, en color aguamarina.
En el sector comprendido entre los pozos SSF-074 y SSF-082 se definió en U Inferior, un
pequeño valle inciso, relleno con sedimentitas acumuladas posiblemente en ambientes estuarinos
de pantanos (marsh), barras mareales arenosas (tidal sand bars) y con canales de marea (tidal chan-
nels - tidal creeks). En el pozo SSF-074 se reportó la presencia de capas finas y muy finas de carbón
y abundantes fragmentos de materia vegetal carbonosa, acumulada en ambientes de pantanos.

6.1.5. Volcanismo
El intrusivo presente en el flanco occidental de la estructura Aguarico (información pro-
porcionada por J. Vega 2014), según se puede ver en las secciones sísmicas (fig. 20), rompe la
sección sedimentaria bajo la caliza B y deforma los niveles superiores, por efecto de la compac-
tación diferencial. El cuerpo principal se desarrolla entre Hollín y la Secuencia T pero su base
se observa hasta los niveles superiores Pre-aptianos, identificándose su vía de ascenso por fallas
profundas, acorde a lo explicado por Barragán y Baby (cap. 1, este libro). Acorde a su relación
con los estratos, este volcánico tendría una edad albiano tardía.
6.1.6. Características de los Crudos
El crudo del yacimiento T fluctúa entre 26º y 32º API y el de U entre 24º y 31º con predo-

353
Fig. 19 : Modelo sedimentológico de plataforma marina somera
propuesto para el reservorio Arenisca U (J. Vega 2014)

354
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

Fig. 20: Sección sísmica compuesta W-E que muestra la culminación Norte del intrusivo Aguarico
Oeste (cuerpo en rojo en el mapa inferior derecho) (J. Vega 2014)

minio de los crudos de menos de 30º API. El contenido de azufre de T oscila entre 0,52-0,64%
en peso, muy inferior al crudo más agrio de U, cuyo contenido es de 1,10-1,22%. En resumen,
el crudo del yacimiento T es de mejor calidad que el de U, y a su vez, el crudo de U superior
tiene mejores características (menor contenido de Ni y V) que el de U Inferior.
El crudo U proviene de una roca madre depositada en ambiente marino, como muestran las
relaciones pristano/fitano en su mayoría inferiores a uno, con pocos casos ligeramente superio-
res, que pueden responder a influencias ocasionales de aportes terrestres.

6.2. El Campo Sacha


6.2.1. Breve reseña histórica.
La estructura Sacha fue probada con el pozo exploratorio Sacha 1, perforado con una torre
helitransportable a partir del 21 de enero de 1969. Alcanzó los 10.160’ de profundidad y produjo
1.328 BPPD de 30º API provenientes del yacimiento Hollín. Este pozo se encuentra produciendo
a una tasa de 427 BPPD (3% de BSW) de U Inferior, con un acumulado a julio 2014 de 10’538
MBbls, provenientes en un 70% del yacimiento Hollín y el 30% restante de U Inferior.
El campo fue puesto en producción el 6 de julio de 1972 a una tasa promedia diaria para
ese mes de 29.269 barriles por día, incrementándose hasta un promedio de 117.591 BPPD en
noviembre de ese mismo año, que es la producción máxima registrada en la vida del campo. La
producción con altos y bajos se mantuvo por sobre los 60.000 BPPD hasta el año 94, luego de lo
cual venía declinando hasta situarse en el año 2009 con una producción de 50.000 barriles diarios.
Desde noviembre del 2009 se encuentra operado por la compañía mixta Operaciones Río Napo
CEM. Durante éste periodo de operación el campo experimentó un incremento de producción
del orden del 53%, hasta un pico de 75.080 BPPD, en agosto del 2013. La producción promedio

355
PRODUCCIÓN
ACUMULADA
YACIMIENTO %
(MBPPD)
(Dic. 2012)
H 472.440 58%
TI 107.146 13%
UI 214.099 26
TB 20.668 3
Total 814.353 100%
Tabla 3: Distribución por reservorios de la producción acumulada del campo

del mes de junio de 2014 fue de 71.020 barriles de petróleo por día. Al 2012 acumulaba 814,3
millones de barriles de crudo (tabla 3).

6.2.2. La estructura Sacha y su evolución


Sacha es un anticlinal de dirección NNE-SSO (fig. 21) cortado en su flanco oeste por una falla trans-
presional dextral. Se localiza en el flanco occidental del Play Central (Corredor Sacha-Shushufindi).
Tiene un ancho de 4 km al norte y alrededor de 7 km al centro y sur, y una longitud aproximada de
33 km. Presenta un cierre vertical máximo de alrededor de 240’ a la base caliza A (culminación en el
área del pozo Sacha 1), y un área de 32.167 (treinta y dos mil ciento sesenta y siete) acres.
Bajo la estructura Sacha de edad cretácica se desarrolló el anticlinal «Sacha Profundo”, de
una posible edad jurásico inferior-tardío a medio (fig. 23) que plegó los depósitos paleozoicos
(Fms. Pumbuiza y Macuma) y triásico-jurásicos de la Formación Sacha (Santiago-equivalente),
el mismo que fue probado con el pozo Sacha Profundo-1 sin resultados positivos.
La estructura Sacha, al igual que Shushufindi, se formó en la primera etapa de inversión tectó-
nica, o sea entre el Turoniano Terminal y el Maastrichtiano como muestra la variación de espesor
de las formaciones Napo Superior y Tena entre el flanco occidental y el alto de la estructura (fig.
24).

6.2.3. Características Litológicas y Petrofísicas de los Reservorios.


Hollín Principal. Consiste en una arenisca cuarzosa, de grano medio a grueso (fino en menor
proporción) con porosidad de alrededor del 18% en promedio, con ocasionales intercalaciones
de niveles limosos y arcillosos.
Hollín Superior (o arenisca Napo Basal). Corresponde a una arenisca cuarzosa-glauconítica,
calcárea, de grano fino a medio, con una porosidad media del 14% con intercalaciones lutáceas.
T Principal. Forma la sección arenosa de mayor continuidad vertical y lateral dentro de la
secuencia genética T (fig. 22). Su espesor total varía entre 20 y 90’ y se encuentra más desarro-
llada en la parte central del campo, disminuyendo su espesor hacia el norte y sur del mismo.
T Superior. Su espesor total oscila entre 30 y 100’, siendo más discontinua y heterogénea que
T principal ya que presenta frecuentes intercalaciones arcillosas y menos calcáreas.
Arenisca U. Es una arenisca cuarzosa con feldespatos y fragmentos líticos en menor pro-
porción. Entre los minerales accesorios se describen circón, muscovita y glauconita. La matriz

356
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

Fig. 21: Campo Sacha: mapa estructural tope Hollín

predominante es caolinítica y tiene cemento silíceo (SSI, 1991). La porosidad descrita es in-
tergranular y ocasionalmente intragranular con disolución y porosidad móldica; su valor pro-
medio es del 17%. U Inferior es la arenisca más desarrollada y de mayor continuidad, mientras
que U Superior es una unidad más discontinua y al igual que T Superior al encontrarse en pleno
cortejo retrogradante, presenta frecuentes intercalaciones arcillosas y ocasionales carbonatos,
resultado del paulatino alejamiento de la fuente detrítica.

357
Fig. 22: Sección Estratigráfica Hollín-Napo-Tena Inferior, con secuencias genéticas

358
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

6.2.4. Ambientes Sedimentarios de las Rocas Reservorio.


Los niveles de areniscas reservorio se depositaron en ambientes estuarinos desarrollados
sobre superficies erosionales-límites de secuencias, y generalmente la depositación se inicia con
canales y barras estuarinas proximales, generalmente apiladas, que corresponden a las areniscas
inferiores (U Inferior y T Inferior), que culminan con una superficie transgresiva que da inicio
a la depositación marina, marcada en la mayoría de casos por la aparición de areniscas glauco-
níticas, intercaladas con lutitas negras, agrupadas en las areniscas superiores (T Superior y U
Superior), que culminan en una superficie de máxima inundación (SMI) (fig. 22).
Tanto para Hollín como para T y U, Shanmugan et al. (1998), han definido un ambiente
estuarino dominado por mareas, sobre la base de la presencia de los siguientes subambientes y
estructuras: canales de marea con canales fluviales asociados, estratificación cruzada con lamina-
ción lodosa (que indica un ambiente protegido de estuario según Shanmugan), facies heterolí-
ticas inclinadas, capas dobles de lodo, estratificación cruzada bidireccional (espina de pescado),
dispuestas en secuencias transgresivas.
La depositación de Hollín se produjo en varias etapas: (1) canales fluviales menores (co-
rrientes de baja sinuosidad) y estuario común dominado por mareas durante el tiempo Hollín
Inferior; (2) estuario dominado por mareas bien desarrollado y ambiente platafórmico durante
el Hollín Inferior y Superior; (3) estuario dominado por mareas inundado durante el Hollín
Superior (encontrado en el núcleo de Hollín Superior del pozo Sacha 126); (4) ambiente plata-
fórmico bien desarrollado (o sea completamente inundado), con areniscas glauconíticas y lodos
durante la fase final de Hollín Superior. Para T y U, Shanmugan et al. (1998) encuentran que se
repiten las etapas (2), (3) y (4) descritas para Hollín, las mismas que a éste tiempo se desarrollan
sobre facies de plataforma, sin evidencias de erosión en los núcleos analizados.
Lo indicado por Shanmugan et al., respecto a T y U presenta una sola discrepancia con
otros investigadores (Dashwood et al, 1990; Barragán et al., 2000), y es que mientras que para
Shanmugan et al. no hay evidencias de erosión, para los segundos sí existe dicha erosión que per-
mitió la formación de valles de incisión, confirmada por la presencia de lags al fondo de los canales.
El hecho es que el área del campo Shushufindi, al tiempo de la caída del nivel de mar que da inicio
a las secuencias T y U, se ubicaba bajo la línea base, es decir los procesos de erosión estuvieron
ausentes o fueron temporales y parciales por lo que los núcleos que estudiaron Shanmugan et al.
seguramente no presentaban bases erosivas. Sin embargo, en varios núcleos cortados en la base de
dicha areniscas en otras partes de la cuenca, sí se puede observar figuras erosivas, a la base de los
canales trabajados sobre un lecho de sedimentos de plataforma marina y, los lags producto de la
erosión de dichos sedimentos. En general, la depositación de los principales reservorios evolucionó
al igual que en la mayor parte de la cuenca, en secuencias transgresivas retrogradantes, a partir de
un ambiente fluvio-estuarino a la base, culminando en un ambiente franco de plataforma marina.

6.2.5. Características de los Reservorios


La Formación Hollín presenta un espesor promedio de arena neta de 270 pies, con porosi-
dades entre 10 y 19% y saturaciones de agua entre 8 y 58%. En éste reservorio se ha identificado
una variación del contacto agua-petróleo original, mostrando un suave buzamiento hacia el
este del campo, ésta inclinación va de oeste a este y es de 13 pies/km en su zona central (comu-
nicación geólogos de ORN).
Los cuerpos arenosos presentes en el reservorio T Inferior presentan promedios de arena

359
Fig. 23: Campo Sacha: sección sísmica SS-2 (78-272), que muestra el anticlinal Sacha Profundo (mo-
dificado de Díaz et al., capítulo 1 de este libro)

Fig. 24: Campo Sacha: sección sísmica PE-92-2200

360
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

neta, entre 24 y 70 pies, porosidades entre 8 y 18% y saturaciones de agua entre 25 y 50%.
Para T Inferior, ORN ha identificado una compartamentalización, reflejada en la variación de
los contactos de agua-petróleo,que puede ser simplificada dividiéndola en dos zonas: la Zona
Norte con un contacto de agua-petróleo a -8.932 pies y la zona Centro Norte hasta el Sur con
un contacto de agua-petróleo a -8.880 pies.
El reservorio U Inferior presenta promedios de arena neta entre 20 y 73 pies, con porosida-
des entre 8 y 19% y saturaciones de agua entre 15 y 50%. Las altas saturaciones corresponden
a pozos donde -los ingenieros de ORN- consideran llegó el efecto de la inyección de agua. En
la unidad U inferior no se identifica un contacto agua-petróleo.
El reservorio Tena Basal es discontínuo a nivel de campo y allí donde está presente, el es-
pesor de arena neta varía entre 5 y 23 pies, la porosidad entre 8 y 14% y la saturación de agua
entre 10 y 56%.

6.2.6. Características de los Crudos.


La gravedad de los crudos de los yacimientos Hollín Principal, Hollín Superior, T y U varían
entre 27 y 29º API mientras que, para Tena Basal se reporta un crudo de 24o API (SHE, 2013).
El contenido de azufre del crudo Hollín varía entre 0,40 y 1,10% en peso, del crudo T en
alrededor del 0,90% en peso y del crudo U de 1,20% en promedio.
Los contenidos de S, Ni y V en los crudos del yacimiento T en general, tienden a ser meno-
res que los de U y Tena Basal, mientras que dos muestras analizadas de crudos Hollín muestran
resultados muy disímiles, con una fuerte variación en el contenido de dichos elementos, a pesar
de tener la misma gravedad.
Los crudos Hollín presentan relaciones pristano/fitano cercanas a uno (0.92-1.18), lo cual
indica que pueden proceder de sedimentos depositados en condiciones marino marginales,
anóxicas con fuerte aporte de materia orgánica terrestre.

6.3. El campo Libertador


6.3.1. Breve Reseña Histórica.
En 1980, la Corporación Estatal Petrolera Ecuatoriana (CEPE) perfora las estructuras
Secoya, Shuara y Shushuqui, con los pozos Secoya 1 entre enero y febrero; Shuara 1 entre febre-
ro y marzo, y Shushuqui 1 entre octubre y noviembre (tabla 4).
Las primeras interpretaciones sísmicas mostraban a las tres estructuras antes nombradas
como independientes, sin embargo, interpretaciones posteriores, sustentadas en la información
aportada por los pozos perforados, así como nuevos datos de velocidades, permitieron elabo-
rar un nuevo modelo estructural que integraba las estructuras Shushuqui, Pacayacu, Shuara
y Secoya en un sólo campo. Esta hipótesis se confirmó en 1983 con el pozo Guarumo 1,
rebautizado posteriormente como Pichincha 1, perforado en el periclinal sur del gran campo
Libertador. Sin embargo cada estructura tiene características diferenciadoras como productivi-
dad, calidad de reservorios, y variaciones en la evolución estructural.
El campo Libertador comenzó a producir en julio de 1982. En agosto de 1992 alcanzó su
máximo pico de producción promedio diaria con 56.651 BPPD, a partir del cual comenzó a de-
clinar. Al año 2004, tenía una producción diaria promedio de alrededor de 32.000 barriles y un
acumulado de producción de 297.6 millones de barriles, mientras que al 2010, la producción
acumulada sumó los 331 millones de barriles y al 2012 ascendió a 339.2 millones de barriles

361
PRODUCCION GRAVEDAD PROFUNDIDAD
POZO
(BPPD) (OAPI) TOTAL
Secoya 1 6.121 29 - 33 9.510
Shuara 1 9.965 28 - 33 9.810
Shushuqui 1 1.593 34 9.620
Pichincha 1 10.659 29 10.294

Tabla 4: Campo Libertador: Resultados de los pozos descubridores

PRODUCCIÓN
YACIMIENTO ACUMULADA %
(Dic. 2012)

TI 912 27%
TS 3,5 1%
UI 213,8 63%
US 26,6 8%
TB 42 1%
TOTAL 339,2 100%

Tabla 5: Distribución por reservorios de la producción acumulada del campo

siendo el yacimiento U el de mayor aporte con el 71% -como se muestra en la tabla 5-, mientras
que T aportó con el 28%, y el yacimiento Tena Basal el 1% restante.
El 31 de enero del 2012 el gobierno ecuatoriano firmó contrato con Pardaliservices S. A.
para la optimización de la producción de los campos maduros Atacapi y Libertador. Su produc-
ción en el año 2013 estuvo alrededor de 12.7 mil BPPD.

6.3.2. La estructura Libertador y su evolución


La estructura del campo Libertador tiene forma de cajón (fig. 25) con 4 sub-estructuras
alineadas en dos ejes N-S. En el eje oriental se alinean las estructuras Pacayacu y Shuara, y en el
occidental las estructuras Shushuqui y Secoya (fig. 25 y 27), fusionándose hacia el sur confor-
mando el periclinal Pichincha-Carabobo (fig. 25).
Tiene una longitud de alrededor de 21 km y un ancho de 6-6.5 km. Su cierre estructural
máximo es de 240’ y corresponde al alto Secoya; el alto Shushuqui tiene 180’, Shuara 200’ y
Pacayacu 140’. El flanco oriental está limitado por una falla transpresional dextral acompañada de
varias fallas transversales de orientación NO-SE que afectan las estructuras del campo.
Las estructuras del campo Libertador se formaron en dos etapas: en el Turoniano Terminal-
Maastrichtiano, con una reactivación posterior en el Eoceno Temprano (segunda etapa), lo que
se evidencia por deformación sin-tectónica de los sedimentos de Napo Medio-Superior-Tena y
Tiyuyacu Inferior (fig. 26 y 27).

362
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

Fig. 25: Campo Libertador: mapa estructural tope Hollín

363
Fig. 26: Campo Libertador: sección sísmica CEP-332, con el pozo Pichincha 1

Fig. 27: Campo Libertador: sección sísmica CEP-329, que muestra la estructura
Secoya y el pozo descubridor

364
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

Un elemento tectónico transversal de basamento de orientación E-O-NO, de extensión


regional, que atraviesa el campo Libertador, y separa las estructuras Secoya y Shushuqui, debe
haber jugado un papel importante en su desarrollo tectono-sedimentario, debido a que está aso-
ciado a uno de los dos principales sistemas transversales de basamento definidos en varios otros
lugares de la cuenca y que controlan campos pertenecientes al play de basamento.

6.3.3. Características Litológicas de los Reservorios


Arenisca T Inferior (fig. 28). Es una arenisca cuarzosa en secuencias grano decreciente de
grano grueso a muy fino, con estratificación cruzada e intercalaciones lutáceas (Labogeo, 1995).
Tiene un importante contenido de glauconita, la misma que aparece ya en la parte media y
superior del cuerpo T inferior.
Arenisca T Superior (fig. 28). Labogeo (1995) define areniscas cuarzo-glauconíticas de grano
muy fino, masivas a onduladas, con bioturbaciones. Tiene importante presencia de cemento
calcáreo.
Arenisca U Inferior (fig. 28). Es una arenisca cuarzosa, en partes algo micácea (Labogeo,
1995), grano decreciente, limpia, masiva, con estratificación cruzada a la base y laminada al
techo.
Arenisca U Superior. Tradicionalmente se consideraba un miembro medio de U, sin embar-
go por consideraciones geológicas (estratigráficas, depositacionales, características de reservorio)
y petroleras (fluidos y régimen hidrodinámico), se cree que es adecuado separar U en dos reser-
vorios al igual que para el resto de la cuenca: U Inferior y U Superior (fig. 28). Es una arenisca,
con estratificación cruzada, planar, ondulada y en partes masiva hacia la base (Shuara 26), con
delgadas intercalaciones lutáceas y ocasionalmente delgados estratos calcáreos. Se describe fre-
cuentes bioturbaciones. Generalmente es una arenisca grano decreciente, sin embargo en partes
se desarrollan parasecuencias grano-crecientes y en otras partes grano-crecientes en la parte
inferior y grano-decrecientes en la mitad superior.
Las arcillas presentes en la matriz de las areniscas T y U, se describen a continuación por
reservorios y en orden de importancia:
• Arenisca T: caolinita, illita, clorita y esmectita
• Arenisca U Inf. : caolinita, esmectita, clorita e illita
• Arenisca U Sup. : caolinita, esmectita, illita y clorita

6.3.4. Ambientes Sedimentarios de los Reservorios.


Las areniscas reservorio se desarrollan sobre superficies erosionales conocidas como límites
de secuencias, formadas durante una caída del nivel del mar que erosiona los depósitos marinos
basales del cortejo progradante. Generalmente la depositación se inicia con canales y barras estua-
rinas proximales, generalmente apiladas, que corresponden a las areniscas inferiores (U Inferior y
T Inferior), que culminan con una superficie transgresiva que marca el inico de la depositación en
ambiente marino, de las areniscas superiores (T Superior y U Superior), con areniscas con glauco-
nita en proporción variable, generalmente incremental hacia el techo, cemento calcáreo e interca-
laciones de lutitas negras, que rematan con una superficie de máxima inundación (SMI - fig. 28).
Arenisca T. La arenisca T a la base contiene areniscas estuarinas proximales con influencia
fluvial, pasando por barras y canales de marea con glauconita y bioturbaciones, culminando en
la parte superior con una arenisca muy glauconítica y bioturbada, marina somera. Los ambien-

365
Fig. 28: Sección Estratigráfica Hollín-Napo-Tena Inferior, de un pozo Pichincha, con secuen-
cias genéticas de tercer orden

366
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

tes predominantes son : areniscas canalizadas a la base, generalmente apiladas, pasando a facies
estuarinas transicionales para rematar con la caliza B y lutitas negras, depositadas en un medio
marino somero. Los sub-ambientes predominantes son canales estuarinos proximales, canales,
barras y planicies de marea.
Arenisca U. Presenta también un ambiente estuarino con influencia mareal y presencia de
sub-ambientes de canales y barras de marea, pasando hacia arriba a areniscas más distales de
llanura mareal y arcillas-lutitas de llanura lodosa, rematando en un máximo de inundación a la
base de la caliza A, que marca el establecimiento de condiciones de la plataforma carbonatada
del Turoniano.
La distinción de las areniscas T y U, en dos miembros es importante ya que las facies de
los miembro inferiores tienen las mejores características como reservorio (areniscas bastante
limpias, con buenos valores de porosidad y permeabilidad horizontal y vertical), que forman
una unidad hidrodinámica, caracterizada por el empuje de un acuífero fuerte, mientras que el
miembro superior está conformado por areniscas cuarzo-glauconíticas con menor calidad de
reservorios, y que generalmente presentan cemento calcáreo, lo que produce discontinuidad
vertical y mayor variabilidad lateral. Estas areniscas superiores, debido a sus propiedades petro-
físicas, por lo general más pobres que las areniscas inferiores, frecuentemente requieren de algún
tipo de tratamiento (fracturamiento, acidificación), para mejorar su permeabilidad.

6.3.5. Características de los Reservorios


Arenisca T Inferior. El espesor de arena neta promedio es de 30’ con porosidades entre 10
y 18% y saturaciones de agua entre el 7 y 50%. El contacto en T inferior no es único, lo que
indica una clara compartamentalización (comunicación Cisneros P., 2014).
Arenisca T Superior. Muestra un espesor neto muy variable desde 4 hasta 25 pies. La porosi-
dad se encuentra en el rango de 8 a 12%. La saturación de agua muestra valores entre 20 y 50%
(comunicación Cisneros P., 2014).
Las permeabilidades, para este reservorio (SSI, 1996), varían entre 2.4 y 1.100 mD (media:
39 a 348.5).
Arenisca U Inferior. Exhibe un espesor promedio de 30 pies de arena neta, con porosidades
entre 8 y 16% y saturaciones de agua entre 10 y 50% (comunicación Cisneros P., 2014). Las
permeabilidades (SSI, 1996), varían entre 6.6 y 3.221 mD (media: 69 – 326 mD).
Arenisca U Superior. Muestra una distribución areal muy variable. Los espesores netos pro-
median los 18 pies. La porosidad varía considerablemente dependiendo del sector del campo:
hacia el norte los valores van del 8 al 15%, mientras que hacia el sur se encuentran entre el 6 y
el 12%. La saturación de agua se encuentra en el orden del 15 al 45% (comunicación Cisneros
P., 2014). La permeabilidad (SSI, 1996), va de 0.1 a 2.188 mD. (media: 199.6 mD.).

6.3.6. Características de los Crudos


La producción de este campo proviene de los reservorios, T y U y marginalmente de Tena
Basal. El crudo tiene en promedio 30º API.
El contenido de azufre es bajo. Para cuatro muestras de crudo de T, se obtuvieron valores
entre 0,49 y 0,97% en peso, dos muestras del crudo U de la estructura Secoya dieron valores de
0,82 y 0,88 %, una muestra de Shuara: 1,01%, dos muestras de Shushuqui 0,89 y 1,33% y un
crudo de la estructura Pacayacu : 1,17% en peso.

367
Al punto de burbuja, las viscosidades del crudo son de 1.520cp para T y 1.253cp para U.
La relación pristano/fitano de los crudos T varía entre 0.95 y 1.24, mientras que la de los
crudos U entre 0.82 y 1.05, lo que indica que los crudos del reservorio T tienen un mayor
aporte de materia orgánica terrestre que los crudos U.

6.3.7. Volcanismo
En el pozo Shuara 4, a 9.167,5’ que corresponde al techo de la secuencia “T”, se encontró
un cuerpo ígneo granudo de 10 cm de espesor, compuesto fundamentalmente por feldespato
potásico y con menos del 10% de cuarzo, al que Labogeo (1995) define como sienita.

6.4. Campo Auca-Auca sur


6.4.1. Breve Reseña Histórica
Este campo fue descubierto con la perforación del pozo exploratorio Auca 1, la misma que
arrancó el 16 de febrero de 1970, y fue completado el 30 de marzo del mismo año. Alcanzó
una profundidad total de 10.578’. Su producción fue de 3.072 BPPD de los reservorios Hollín
(31º API) y T (27º API). El costo del pozo fue de alrededor de 300.000 USD (Informe Interno
de Texaco).
En la recomendación, el geólogo de Texaco sustenta la necesidad de perforar el pozo por la
gran dimensión de la estructura, por estar ubicada en el tren productivo Sacha y por la necesi-
dad de evaluar el potencial en la parte sur de la concesión Coca.
La producción de este campo se inició en abril de 1975, con 6.752 BPPD. Posteriormente,
la producción fue incrementándose con altibajos hasta alcanzar en julio de 1994, una producción
promedio de 24.367 BPPD. Al año 2013 produjo un promedio aproximado de 36.240 BPPD.
Este es un campo que aún no ha alcanzado su pico de madurez ya que sigue incrementando su
producción, y ampliando su área productiva hacia el flanco Este y SE. Su producción proviene
principalmente de Hollín (HS+HI), T y U, con 39,35 y 22% respectivamente (tabla 6).

6.4.2. La Estructura Auca y su Edad.


Es un anticlinal bastante simétrico, lineal, de aproximadamente 23 km de longitud, elonga-
do en dirección NNO-S que se ensancha en dirección norte (fig. 29), con muy poca alteración
tectónica a la base de la Caliza A. El ensanchamiento septentrional responde a la influencia de
un lineamiento transversal de basamento de dirección NO-SE, que marca el cambio a la zona

PRODUCCIÓN
YACIMIENTO ACUMULADA %
(Dic. 2012)

HI 44,8 19%
H6 47,8 20%
T 82,8 35%
U 52,8 22%
TB 10,4 4%
TOTAL 238,6 100%
Tabla 6: Distribución por reservorios de la producción acumulada del campo.

368
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

Fig. 29: Campo Auca: mapa estructural

369
Fig. 30: Campo Auca: sección sísmica 83-314 (Ubicación en la fig. 29)

regional transversal del Río Napo, en la cual se desarrolla el campo Culebra-Yulebra-Anaconda.


Las fallas observadas en las secciones sísmicas alcanzan Hollín y Napo Basal (fig. 30). Su
límite occidental está marcado por una falla de salto menor que alcanza los 250’ (PAM, 2013).
La estructura Auca se formó durante el Maastrichtiano-Paleoceno, como se evidencia en la
sección sísmica CP-83-314 (fig. 30), que muestra deformación sin-tectónica de los depósitos
de la Formación Tena.

6.4.3. Características de los Reservorios.


Hollín Inferior. Es una arenisca masiva de cuarzo, no pudiéndose realizar una descripción
más detallada por carecer de núcleos. El espesor neto promedio es de 26’ (PAM 2013). IRIS
(2011), reporta una permeabilidad promedio para Hollín de 551 mD.
Hollín Superior (fig. 31). Se trata de una arenisca cuarzosa de grano fino, con contenido
medio a alto de glauconita, e importante presencia de material carbonáceo. El espesor promedio
neto es de 17’. La porosidad promedio es del 14%.
Arenisca T (fig. 31). Es una arenisca cuarzosa, limpia de grano fino, con esporádicas capas de
arcilla. Los poros en algunas muestras se encuentran rellenos con illita y caolinita. Su porosidad
es del 12% en promedio. Hacia arriba se desarrolla la arenisca T Superior: cuarzosa-glauconítica
de grano fino, en partes con fuerte bioturbación.
Arenisca U (fig. 31). El reservorio U Inferior es el más limpio y desarrollado, constituído por
una arenisca cuarzosa de grano fino a medio, limpia, masiva, con estratificación plana laminar a
cruzada de bajo ángulo. Abundantes detritos carbonáceos y láminas lutíticas carbonáceas. Drapes
arcillosos y superficies de truncación observables en núcleos. Hacia arriba láminas cruzadas, defi-

370
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

Fig. 31: Sección Estratigráfica Hollín-Napo-Tena Inferior, con secuencias genéticas

371
nidas por una granulometría bimodal. Estructuras bidireccionales (herring bone), estratificación
tipo flaser y rip ups. Hacia el techo, se encuentran limolitas en estratos delgados (White et al.,
1995). La arenisca U Superior, es una arenisca cuarzosa-glauconítica de grano fino a muy fino,
dispuesta en capas delgadas, con importante bioturbación, ocasional estratificación tipo flaser. En
promedio, la artenisca U presenta una porosidad del 13%.
Arenisca Tena Basal (fig. 31). Se trata de una arenisca cuarzosa redondeada, de grano grueso
a medio, con un promedio de porosidad del 19%.

6.4.4. Ambientes Sedimentarios de los Reservorios.


Las arenisca Hollín se depositó en un ambiente fluvial evolucionando a un ambiente estua-
rino, con influencia mareal.
Las areniscas T y U, fueron depositadas luego de una importante regresión marina con
un desplazamiento de la línea de costa en dirección Oeste, a partir de la cual se desarrollaron
ambientes estuarinos con ingresos fluviales afectados por mareas, canales mareales, a los que se
les asigna como areniscas inferiores y facies menos desarrolladas de barras, litofacies de llanura
lodosa y areniscas glauconíticas de plataforma marina somera, dentro del cortejo netamente
transgresivo de las areniscas definidas como superiores.
Al tiempo Tena Basal, se describen rellenos de canal con clastos gruesos, conglomeráticos a
la base, posiblemente de origen fluvial. En partes se observa influencia mareal.

Fig. 32: Secciónes transversal y longitudinal mostrando el cuerpo volcánico Auca Sur, ubicado entre
las calizas M2 y M1. La distribución areal de los cuerpos volcánicos, se muestra en el mapa del
ángulo inferior derecho que corresponde al sur del campo Auca

372
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

6.4.5. Características de los Crudos


El crudo de Hollín Inferior es de 27-30º, el de Hollín Superior de 27-32º, el de T y U de
24-29º y el de Tena Basal de 20-22º.
Una muestra de crudo Hollín dio un valor de 1,13% en peso de azufre. Dos muestras de
crudo T presentaron contenidos de azufre de 1,17% y 1,38% en peso, dos muestras de U de
1,57% y 2,16% en peso y una muestra de un crudo Tena Basal de 1,07%.
Las relaciones pristano/fitano de un crudo Hollín arrojaron un valor de 0,99, de T de 0,93,
de U de 0,98 y de Tena Basal de 1,11. Esto puede indicar que los crudos de las formaciones
Hollín y Napo provienen de rocas generadoras formadas en condiciones marino-marginales,
mientras que el crudo Tena Basal tiene un mayor aporte terrestre. Cabe destacar el alto conte-
nido de azufre en el crudo U, que podría deberse a una roca madre con importante contenido
calcáreo.

6.4.6. Volcanismo
Este campo experimentó una actividad volcánica muy importante, con facies tanto extrusi-
vas como intrusivas, reflejada en la gran cantidad de cuerpos ígneos detectados por sísmica (fig.
32) y en los pozos perforados. Los mayores cuerpos se localizan al sur del campo (Petroamazonas
2014), separando la parte conocida tradicionalmente como Auca al Norte de la parte meridio-
nal conocida como Auca Sur.
Facies extrusivas. Tobas basálticas con vidrio volcánico, depositadas en condiciones acuosas,
fueron determinadas en los pozos Auca 3 (9.160-9.420’) ; Auca 15, Auca 22 (9.297’-9.351’)
y Auca 20 (8.351’- 8.405’). Todos los cuerpos están ubicados sobre la caliza M2 y la datación
existente de uno de ellos da 91.2 +/-4.6 Ma (Barragán et al., 1997; cf. Barragán et al., Capítulo
1 de este libro), más exactamente entre la Caliza M2 y M1 (Comunicación Garrido J., 2014),
por lo que tendrían una edad coniaciana, en caso de que se trate de cuerpos extrusivos.
Facies intrusivas. Fueron detectadas en los pozos Auca 20 (9.059’-9.074’); Auca 16 (9.940’-
9.955’) y Auca 23 (10.023’-10.033’), y son diques de basalto olivínico, ubicados en T Inferior.

6.5. Campo Lago Agrio


6.5.1. Breve Reseña Histórica
Texaco, como operadora del consorcio Texaco-Gulf, perforó con una torre helitransportable
el pozo Lago Agrio 1, entre febrero y abril de 1967, alcanzando los 10.175’ de profundidad.
Este pozo dio una producción a flujo natural de 2,955 BPPD de 29º API, provenientes de la
formación Hollín y seguía produciendo a inicios del 2003, a una tasa de aproximadamente 85
BPPD. La ubicación del pozo, según el reporte del geólogo J. B. Taylor Jr., fue definida el 7
de noviembre de 1966 por él y R. D. Hall, en el flanco oeste de la estructura determinada por
sísmica, sobre la base de un mapa “contorneado a un probable horizonte de caliza Napo que
muestra la cresta de la estructura algo mas hacia el Sur”, y ubicado a 15.3 km del campamento
base de Sta. Cecilia en dirección N. 75º E. Dicha ubicación fue cambiada unos 350 m hacia el
sur, por logística y por encontrarse estructuralmente mas alta en 20’. En el programa de perfo-
ración se define como objetivo primario la formación Hollín y como secundario las areniscas
y calizas Napo y, los conglomerados Tiyuyacu. Este primer descubrimiento confirmó el potencial
petrolífero de la Cuenca Oriente, y fue seguido de una agresiva etapa de exploración que culminó en
los años siguientes, con el descubrimiento de los más grandes campos de la cuenca.

373
PRODUCCIN
ACUMULADA
YACIMIENTO %
(MBPPD) (Dic.
2012)

HI 113,877.06 71%
HS 32,366,15 20%
TI 3,489.08 2%
TS 1,574.73 1%
UI 2,702.79 2%
US 1,612.16 1%
TB 5,372.73 3%
TOTAL 160,994.7 100%

Tabla 7: Producción acumulada a dic. 2012 y aporte por yacimiento

Lago Agrio fue el primer campo de la Cuenca Oriente, que se incorporó a la producción en
mayo de 1972, con una producción promedio diaria para ese mes de 10.450 barriles de crudo.
Durante los primeros años, mostró una producción errática con fuertes altibajos. En noviembre
del 73, el campo alcanza su máximo pico de producción histórica con 53.618 BPPD en promedio,
la producción sigue inestable hasta marzo del 75 en que cae a 4.893 BPPD, incrementándose
al mes siguiente hasta 30.210 BPPD. Recién a partir del año 80 empieza a mostrar una decli-
nación paulatina uniforme. Al 2013, tuvo una producción diaria de alrededor de 4.070 Bls.
Como se desprende de la Tabla No 7, la gran producción del campo provino del yacimiento
Hollín: 91% (71% de Hollín Inferior y 20% de Hollín Superior).

6.5.2. La estructura Lago Agrio y su evolución


La estructura Lago Agrio, forma parte del eje estructural Charapa-Lago Agrio-Palo Azul, ge-
néticamente asociado a la falla transpresional que corta el flanco oriental de dichas estructuras,
como se observa en el mapa estructural a la base de la caliza A del campo en estudio, en donde
la falla tiene rechazos variables, alcanzando el mayor salto (80 mseg.), en la parte más alta de
la estructura. El anticlinal Lago Agrio tiene una orientación NNE-SSO y una longitud aproxi-
mada de 11 km con un ancho promedio de 4.5 km. Muestra un Alto Norte de mayor relieve y
desarrollo areal, con un cierre estructural a la base caliza A de 55 mseg. (Petrotech, 1995) y, un
Alto Sur de menores dimensiones y menor relieve estructural (fig. 29).
La estructura Lago Agrio como resultado de esfuerzos transpresivos que reactivan su falla
oriental crece en dos etapas, dando inicio a la formación de la estructura en el Maastrichtiano,
contemporánea a la depositación de Tena Inferior y parece que en el Mío-Plioceno (fig. 30), se
produce la ultima reactivación tectónica que provoca el flexuramiento de las capas que alcanza
horizontes cercanos a la superficie.

374
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

Fig. 29: Campo Lago Agrio: mapa estructural

375
Fig. 30: Campo Lago Agrio: seccción sísmica PE-92-352 (ubicación en la fig. 29)

6.5.3. Ambientes Sedimentarios de los Reservorios.


Hollín. Principal reservorio del campo. La poca información disponible no permite desa-
rrollar un modelo del mismo, pero por correlación con afloramientos y sobre la base de pocos
registros de pozos de este campo que atravesaron la sección completa de Hollín se deduce -al
igual que para el resto de la cuenca- un ambiente de depositación fluvial. Según White et al.
(1995), Hollín se desarrolló en paleo-valles formados por erosión del sustrato pre-Hollín, sobre
los cuales se instaló un ambiente tipo braided (entrenzado), representado por canales apilados
con estratificación cruzada festoneada y planar, con intercalaciones menores de lutitas carbo-
náceas con abundantes fragmentos leñosos y limolitas, culminando con depósitos de llanura
costera posiblemente en un ambiente estuarino dominado por mareas. Finaliza el ciclo con la
depositación de Hollín Superior en un ambiente netamente transgresivo de plataforma, corres-
pondiente al fin del ciclo Hollín.

6.5.4. Características de los Hidrocarburos


Los crudos tienen los siguientes rangos de gravedad: Hollín: 28-32º; T: 29-34º; U: 29-31º
y Tena Basal: 28-29º. Este campo tiene uno de los mejores crudos de la cuenca para el yaci-
miento Tena Basal.
Los contenidos de azufre de tres muestras de crudo Hollín son bajos y están en el orden de
0,29; 0,51 y 0,57% en peso, mientras que una muestra de T y otra de Tena Basal dieron valores
de 0,53 y 0,94% en peso, respectivamente.

376
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

Fig. 31: Sección estratigráfica Hollín-Napo-Tena Inferior, con secuencias genéticas

La relación pristano/fitano para los crudos Hollín en una muestra analizada es de 1,17 que
indica una materia orgánica depositada en condiciones marino-marginales con gran compo-
nente terrestre.
El gas de este campo tiene un importante contenido de CO2, como se indica en la tabla

377
RESERVORIO CO2 (%) C1 & N2 (%) C2 - C6 C7+

Hp 52 27 21 0.12
Hs 34 29 37 0.3
T 11 38 50 0.3

Tabla 8: Composición del gas del campo, a condiciones de separador de 45 psia y 75oF

PRODUCCIÓN
ACUMULADA
YACIMIENTO %
(MBPPD) (Dic.
2012)
HI 90.640,1 78%
HS 19.649,2 17%
T 4.115,7 4%
U 2.545,5 2%
| 116.950,5 100%
Tabla 9: Producción acumulada a diciembre 2012 y aporte por yacimiento (SHE, 2012)

8, lo que es característico de los campos que se ubican cerca al borde occidental de la cuenca
(Bermejo, Caja), estando pendiente la definición del orígen del dioxido de carbono.

6.6. Campo Cononaco


6.6.1. Breve reseña histórica
El campo fue descubierto por el consorcio Texaco-Gulf con el pozo Cononaco 1 (fig. 32),
cuya perforación arrancó el 26 de octubre y fue completada el 19 de diciembre de 1972. Alcanzó
una profundidad de 11.233’ y dio una producción de 1.341 BPPD a flujo natural de las arenis-
cas Hollín Inferior y Superior, con una gravedad de 34º API. Adicionalmente, se recuperaron
por pistoneo y reversa 21 barriles de petróleo de 13º API del reservorio T y 110 barriles de 17º
API del reservorio U.
Este campo fue puesto en producción en octubre de 1983 con un promedio de 930 BPPD,
incrementándose aceleradamente. En febrero de 1986 se registra el máximo incremento histórico
de producción con alrededor de 22.100 BPPD. A inicios del 2003, mantenía un incremento
sostenido de producción que viene desde mediados del 2001, con una producción de algo más
de 11.000 BPPD. En el año 2013, produjo un promedio aproximado de 12.300 BPPD. El
mayor aporte en la producción histórica del campo es del yacimiento Hollín con el 95% (78%
de Hollín Inferior y 17% de Hollín Superior), como se muestra en la tabla 9.

6.6.2. La estructura Cononaco y su evolución


A la base de la caliza A, el flanco Oeste del anticlinal Cononaco está cortado por una falla
transpresional. Tiene una orientación N-S (ligeramente NNE-SSO), a lo largo de aproxima-
damente 10.5 km. Su parte más ancha se ubica en la zona central con 3 km, adelgazándose en

378
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

Fig. 32: Campo Cononaco: mapa estructural

379
Fig. 33: Campo Cononaco: seccción sísmica PE-91-2356 (ubicación en la fig. 32)

dirección norte y sur (fig. 32). Su cierre estructural es algo mayor a los 125’.
La estructura se formó en las dos etapas de reactivación reconocidas en la cuenca: en el Turoniano-
Tardío-Paleoceno y en el Eoceno Inferior, como muestra la deformación sin-tectónica de los sedi-
mentos de Napo Superior-Tena y Tiyuyacu Inferior (fig. 33), experimentando deformación adi-
cional con la última reactivación tectónica del Mio-Plioceno, evidenciada por un flexuramiento
que alcanza niveles cercanos a la superficie.

6.6.3. Litología y Ambientes Sedimentarios de los Reservorios.


Hollín. Se dispone del análisis de un sólo núcleo de Hollín (pozo Cononaco 20), compuesto
por arenisca cuarzosa de grano y energía ligeramente decrecientes. Según Jaillard E. (1997),
puede corresponder a depósitos aluviales entrenzados de mediana energía. En general y por
correlación con datos de otros campos y de afloramientos, podemos asimilar para Hollín un
ambiente fluvial que evoluciona a estuarino, con influencia mareal, culminando con sedimentos
correspondientes a Hollín Superior, depositados en un ambiente estuarino distal y de platafor-
ma marina somera.
Arenisca T. White H. y Barragán (1997) analizaron tres núcleos (Cononacos 4, 20 y 24),
definiendo un ambiente de canales fluviales a deltaicos (canales distributarios), que evolucionan
a un ambiente de llanura mareal rica en lodo y arena, culminando con un ambiente de plata-
forma marina. Los sub-ambientes definidos son relleno de canales y sand flats. Jaillard E. (1997)
analiza el núcleo del pozo Cononaco 20, y define una secuencia que se someriza hacia arriba,
es decir define una progradación de un sistema clástico de tipo deltaico, con una evolución
que va de pro delta distal a la base hasta una llanura deltaica al techo. Sin embargo, todos los
estudios posteriores muestran que este reservorio, al igual que U, se desarrolló en un ambiente
estuarino proximal fluvial con influencia mareal, con canales mareales y llanuras mareales (T y

380
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

U Inferior), que en un cortejo transgresivo retrogradante evolucionó a un ambiente estuarino


distal (barras y llanuras arenosas y lodosas mareales), en el que se depositaron las areniscas T y
U Superior.
Arenisca U. White H. y Barragán (1995), definen una arenisca de grano fino a muy fino con
laminación planar y particiones planares.

6.6.4. Características de los Crudos


La gravedad del crudo del yacimiento Hollín es de 30-34º API, con un porcentaje en peso
de azufre de 1,03% (un análisis). El crudo de T es de 16-23º API con un contenido de azufre
en una muestra de 2,0% P, y el petróleo de U es de 20-22º API.
Se tiene un sólo valor de pristano/fitano de 1,14 para un crudo Hollín, que indicaría un
crudo con fuerte aporte terrestre.

6.7. El Campo Culebra-Yulebra-Anaconda


6.7.1. Breve reseña histórica
En la etapa de Exploración fueron definidos tres prospectos considerados independientes en
aquella época: Culebra, Yulebra y Anaconda.
Texaco perforó el pozo Culebra l el ocho de noviembre, siendo completado el 17 de
diciembre de 1973. Alcanzó los 10.625’ de profundidad y produjo por pistoneo 60 Bls de
crudo Hollín, cerca de 100 Bls de 26º API de T, y alrededor de 360 BPPD de 19º API del
reservorio U.
En 1980, la misma Texaco perforó el pozo Yulebra 1, que alcanzó 10.345’ de profundidad y
arrojó 1.803 BPPD de los reservorios Tena Basal (1.614 BPPD, 23º API), Hollín (189 BPPD,
27º API), obteniendo además por pistoneo alrededor de 252 Bls de 20º API de U y 63 barriles
de 22º API de una caliza situada sobre la caliza M2 (caliza M1 ?).
En 1991, Petroamazonas perforó el pozo Anaconda 1, que alcanzó los 10.403’ de profundi-
dad y dio una producción sumatoria de 1.488 BPPD, de los reservorios Hollín Principal (423
BPPD, 24º API), Hollín Secundaria (451 BPPD, 26º API) y U (614 BPPD, 20º API).
En la etapa de desarrollo se siguió considerando a cada uno como campo individualizado.

PRODUCCIÓN
ACUMULADA
YACIMIENTO %
(MBPPD)
(Dic. 2012)
HI 5.521 9.3%
HS 244 0.4%
T 744 1.3%
U 41.133 69.6%
TB 11.438 19.4%
TOTAL 59.079 100%
Tabla 10: Producción acumulada a diciembre 2012 y aporte por yacimiento (SHE, 2012)

381
Petroproducción, con un nuevo modelo geológico y los trabajos de simulación desarrollados
entre 1997 y 1998 (Peñaranda R.), define que Culebra-Yulebra-Anaconda constituyen un sólo
campo.
El campo fue puesto en producción con 131 BPPD en promedio en febrero de 1981.
Muestra una tendencia incremental contínua en el tiempo, estabilizándose entre 7 y 8.000
BPPD a partir de diciembre del 95 hasta el primer trimestre del 2003. En junio del 97 el campo
alcanzó su producción histórica más alta con 8.328 BPPD. Al año 2013 tuvo una producción
diaria promedio algo superior a los 7 MBPPD.
Este campo al 2012 tuvo un acumulado de producción algo superior a los 59 millones de
barriles (tabla 10), proveniente en su mayoría del yacimiento U con cerca del 70%, seguido de
Tena Basal con un aporte de +/-19%.

6.7.2. La estructura y su evolución


Es una estructura de orientación O-E-SE (fig. 34), compuesta por tres altos conocidos como
Culebra, Yulebra y Anaconda. El cierre en los altos varía entre 30 y 40’. Esta dirección estruc-
tural constituye una anomalía regional transversal de basamento, que se continúa hacia el Este
con las estructuras Indillana-Itaya y Laguna y marca un límite entre los plays fairways del Norte
y centro de la cuenca.
En las figuras 35 y 36, sobre la base de la deformación sin-sedimentaria de los depósitos
Tena, se define una edad maastrichtiana para este anticlinal. Igualmente se observa una reac-
tivación menor en el Eoceno. En la sección de la figura 35, se confirma la presencia (observada
en otros campos) de una fase extensiva albiana. La falla oriental de la estructura Culebra no está
completamente invertida y presenta todavía un juego normal.

6.7.3. Características Litológicas de los Reservorios


No se cuenta con descripciones de los reservorios Hollín U y Tena Basal por carecer de
núcleos.
Arenisca T. Sobre la base de unos pocos pedazos de núcleo, se describe una arenisca cuarzo-
sa, con estratificación cruzada a la base, sobre la que se desarrollan areniscas de grano fino con
estratificación tipo flaser, grano-decreciente hasta un cambio abrupto a una lodolita laminada.

6.7.4. Ambientes Sedimentarios de los Reservorios


Arenisca T. Se analizaron pedazos remanentes de núcleo del Yulebra 1, definiendo (White
et al. y Barragán R., 1997), un ambiente de marea (sub-ambiente de banco de marea), que evo-
luciona hacia una plataforma marina lodosa o a lodos de lagoon distales. Indica que este perfil
se puede también atribuir a un complejo de canal de marea (barra de punta), con un ambiente
lagunar similar cercano a la línea de costa.

6.7.5. Características de los Crudos


Hollín tiene un crudo de 24-29º API con 0,99% en peso de azufre (una muestra); el crudo
T tiene 20º API ; el crudo U 19-21º API, con alto contenido de azufre (1,95 y 2,15% en peso;
dos muestras); y Tena Basal contiene crudos de 17-23º API y un contenido de azufre de 1,59%
en peso.
La relación pristano/fitano para una muestra de crudo U es de 0,98 y para una de Tena

382
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

Fig. 34: Campo Culebra-Yulebra-Anaconda: mapa estructural

383
Fig. 35: Campo Culebra-Yulebra-Anaconda: seccción sísmica 78-276 (Ubicación en la fig. 34)

Fig. 36: Campo Culebra-Yulebra-Anaconda: sección sísmica 3D, entre Culebra-Yulebra- Anaconda Yuca

Basal de 0,96, que indican una fuente marina con cierto aporte terrestre de la materia orgánica
generadora.
El alto contenido de azufre y el perfil del cromatograma de los crudos U muestran una pér-
dida de las partes livianas, lo que indica que éstos crudos se encuentran biodegradados.

384
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

6.8. El Campo Guanta-Dureno


6.8.1. Breve reseña histórica
La perforación del pozo Dureno 1 se inició el 7 de junio y fue completado el 15 de julio
de 1969. Alcanzó los 10.292’ de profundidad. Las pruebas de producción dieron un total de
592 BPPD, provenientes de los yacimientos Hollín (348 BPPD, 31º API) y T (244 BPPD, 32º
API).
El 15 de diciembre de 1985 comenzó la perforación del pozo Guanta 1, ubicado al sur del
Dureno 1, el que fue completado el 11 de febrero de 1986, arrojando una producción de 6.261
BPPD de los reservorios T (1.968 BPPD, 29º API), U (3,576 BPPD, 30º API) y una produc-
ción menor de los reservorios Hollín Inferior y Superior (717 BPPD, 29º API).
Las interpretaciones sísmicas iniciales, al igual que en otros campos, hacían suponer la pre-
sencia de dos campos independientes, pero luego de la perforación de Guanta 1, se determinó
la aparente continuidad de los yacimientos Guanta y Dureno, lo que se confirmó en junio de
1986 con la perforación del Guanta 2 situado aproximadamente a la mitad de distancia entre
los pozos antes mencionados.
Este campo inició su vida productiva en septiembre de 1984, con 699 BPPD, producción
que se incrementó en forma sostenida hasta alcanzar su máximo de producción histórica de 9.771
BPPD en abril de 1988. A partir de entonces empezó a declinar hasta abril del 2000, produ-
ciendo un promedio de aproximadamente 2.800 BPPD. La producción promedio a inicios del
2003 fue de +/- 5.000 BPPD, y en el 2013 se situó en alrededor de 3.400 BPPD.
La producción acumulada de éste campo al 2012 fue de alrededor de 48 millones de ba-
rriles, de los cuales el 56% provino del reservorio U Inferior, el 20% de T Inferior, seguido de
Hollín Superior con el 11% y Tena Basal con alrededor del 9% (Tabla 11).

6.8.2. La Estructura Guanta-Dureno y su Evolución


Es una estructura lineal cuyo eje se extiende en dirección N-SSO a lo largo de 15 km. Se
ensancha en dirección centro (fig. 37). Su flanco Este se limita contra una falla inclinada hacia
el oeste, la que afecta hasta el reflector caliza M2.

PRODUCCIÓN
ACUMULADA
YACIMIENTO %
(MBPPD)
(Dic. 2012)
HS 5.469 11.4%
TI 9.720 20.2%
TS 120 0.2%
UI 26.927 56.0%
US 1.717 3.6%
TB 4.159 8.6%
TOTAL 48.112 100%

Tabla 11: Producción acumulada a diciembre de 2012 y aporte por yacimiento (SHE, 2012)

385
Fig. 37: Campo Culebra-Yulebra-Anaconda: mapa estructural.

386
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

La edad de la estructura es Turoniano Terminal - Campaniano, evidenciada por deformación


sin-sedimentaria de los estratos de Napo Medio-Superior (fig. 38).

6.8.3. Litología y Ambiente Sedimentario del Reservorio U


Se cuenta con escasa información del reservorio U, e información únicamente de ripios de
perforación de los otros reservorios: Hollín, T y Tena Basal.
Arenisca U. Un núcleo del pozo Guanta 10, analizado por E. Jaillard (1997), muestra arenis-
cas grano-crecientes con restos vegetales. El medio fue interpretado en su parte basal como de
playa dominada por olas, pasando hacia arriba a playa de alta energía y ante-playa con biotur-
baciones, a lo que sigue un medio transgresivo con lutitas negras, y sobre éstas un nuevo ciclo
grano y estrato-creciente de progradación de plataforma clástica.
White et al, 1995, describe el núcleo de U Inferior del Guanta 6, como areniscas de grano
fino, ocasionalmente medio, con estratificación planar y cruzada, con ocasionales estratos
delgados de areniscas muy finas a limolitas con estraificación de ripples (ondulada). Hacia el
techo abundantes laminaciones arcillosas y carbonáceas. U Superior en la parte del núcleo
está representada por areniscas de grano fino, con laminación ondulada (ripples), bioturba-
ción frecuente, detritos carbonáceos, drapes arcillosos. Para U Inferior, White et al (1995)
define un ambiente fluvial influenciado por mareas, pero parecería más tratarse de canales

Fig. 38: Campo Guanta-Dureno: seccción sísmica PE-92-1113 (Ubicación en la fig. 37)

387
mareales de estuario con menor influencia fluvial, mientras que para U superior define una
llanura mareal arenosa.

6.8.4. Características de los Crudos


El crudo Hollín es de 31º API ; T de 32º, U de 33º y Tena Basal de 28º API. Mientras
que el contenido de azufre analizado para tres muestras de T, U y Tena Basal es de 0.60; 0,88 y
1,35% en peso, respectivamente.

6.9. El Campo Yuca


6.9.1. Breve reseña histórica
Este campo fue descubierto en 1970 con la perforación del pozo Yuca 1, que se inició el 31
de octubre y fue completado el 12 de diciembre del mismo año, alcanzando 10.426’ de profun-
didad total. Produjo 1.044 BPPD de los reservorios Hollín Superior (340 BPPD, 23º API); T:
520 BPPD, 30º API y U: 184 BPPD, 27º API.
Este campo inicia su vida productiva en diciembre de 1980 con 1.150 BPPD y entra en
una fase acelerada de incremento de producción, que le permite rebasar los 6.000 BPPD (fe-
brero-agosto del 81). En mayo del 89 luego de un período de declinación por falta de inversión
en perforación, cae hasta los 1.166 BPPD. En los años noventa del siglo pasado, se produce
la reactivación del campo, con lo que en mayo de 1997 alcanza el record histórico de 8.304
BPPD, declinando hasta 4.200 BPPD en julio 2000. La última reactivación a inicios del 2003,
encuentra al campo con producciones superiores a los 7.000 BPPD. En el 2013, la producción
promedio diaria fue de alrededor de 3.200 barriles.
El campo hasta finales del 2012, produjo alrededor de 54 MM de barriles provenientes
principalmernte de los yacimientos U (55%) y T (40%) (Tabla 12).

6.9.2. La Estructura Yuca y su evolución


Se trata de una estructura de orientación N-S integrada por dos altos, el mayor de ellos ubi-
cado al norte con un cierre estructural cercano a los 70’ y el del sur con un cierre de alrededor de
30’ (fig. 39). En la figura 40 se presenta como una anticlinal de relieve muy suave, algo asimé-
trico, desarrollado en el Maastrichtiano-Paleoceno, como evidencia la deformación sin-tectónica
de la Formación Tena.

PRODUCCIÓN
ACUMULADA
YACIMIENTO %
(MBPPD)
(Dic. 2012)
HI 2.183 4.0%
HS 494 0.9%
T 21.691 39.9%
U 30.014 55.2%
TOTAL 54.382 100%
Tabla 12: Producción acumulada a diciembre de 2012 y aporte por yacimiento (SHE, 2012)

388
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

Fig. 39: Campo Yuca: mapa estructural

389
La Formación Hollín está afectada por fallas normales sin-sedimentarias las mismas que,
fueron parcialmente invertidas durante el episodio de transpresión cretácico.

6.9.3. Litología de los Reservorios


Lamentablemente, en este campo la información de las características de las rocas reservo-
rio T y U es muy escasa, por cuanto de los pocos núcleos tomados se ha conservado sólo una
pequeña parte.
Arenisca T. En el remanente del núcleo del Yuca 10, se describe una arenisca de 10’ de espe-
sor de grano fino a medio con laminación planar y “ripples”. Hay abundantes detritos carboná-
ceos. En el Yuca 12 se presenta una arenisca glauconítica y un complejo laminado de lodolita/
limolita (White et al., 1995).
Arenisca U. White et al, 1995 describe una arenisca cuarzosa, de grano medio, con estra-
tificación cruzada planar a posible festoneada, bimodal (fina y gruesa). Abundantes láminas
carbonáceas y ocasionales superficies truncadas. Petrotech (1995) identifica sobre la base de la
información de secciones sísmicas un cambio lateral de facies detríticas a calcáreas.

6.9.4. Ambientes Sedimentarios del Reservorio T


Arenisca T. White y Barragán (1997) examinaron los núcleos de los pozos Yuca N-2 y Yuca
10, definiendo sobre la base de la escasa información de pedazos remanentes de núcleo del Yuca
10, un ambiente depositacional cercano a la línea de costa, con influencia mareal y fluvial (aun-
que en la descripción se define a los cuerpos arenosos como barras de desembocadura, indica
que igualmente pueden ser definidos como bancos de marea o facies de canal). El núcleo del
Yuca N-2 indica un ambiente neto de plataforma marina.

6.9.5. Características de los Crudos


El crudo de Hollín es de 28º API; el de T de 29º y el de U de 19º API. Se cuenta con un

Fig. 40: Campo Yuca: seccción sísmica PE-91-2234 (Ubicación en la fig. 39)

390
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

análisis del contenido de azufre para el crudo Hollín de 1,45% en peso, y uno del crudo T de
1,05 % en peso.
Se determinó una relación pristano/fitano de 0.99 para una muestra de crudo del reservorio
T que indicaría una proveniencia de sedimentos marino marginales.

6.10. El Campo Parahuacu


6.10.1. Breve Reseña Histórica
Este campo fue descubierto por el consorcio Texaco-Gulf con la perforación del pozo
Parahuacu 1, que arrancó el 4 de octubre de 1968 y fue completado el 17 de noviembre del
mismo año, alcanzando la profundidad de 10,173’. Dio una producción de 448 BPPD de 31º
API del reservorio T.
Este es un campo que presenta ciertas dificultades productivas, debido a su baja presión y
a la calidad de sus reservorios. Hasta el 2012, produjo alrededor de 20 MM de barriles, prove-
nientes en su absoluta mayoría (69%), del yacimiento T Inferior (Tabla 13).

6.10.2. La estructura Parahuacu y su evolución


Es una estructura anticlinal de orientación N-S, de 13 km de largo, con un ancho promedio
de 2 km (fig. 41), limitada al este por una falla inversa de alto ángulo.
En el dominio de esta estructura se evidencia una primera fase extensiva, también identificada
en las estructuras Charapa y Culebra-Yulebra-Anaconda, de edad albiana (contemporáneas a la
depositación de Hollín y Napo basal), definida por un conjunto de fallas normales sin-sedimen-
tarias que no sufrieron inversión posterior (fig. 42).
La fase compresiva que formó la estructura es del Turonian Terminal - Campaniano y produjo
una deformación sin-sedimentaria sincrónica con la depositación de Napo - Superior - Tena (42).

6.10.3. Litología y ambientes sedimentarios de los reservorios


Areniscas T y U. SSI (Scientific Software Intercomp) en 1994, definió para las areniscas T y
U un ambiente deltaico con predominio de influencia fluvial y menor influencia mareal. Más
concretamente, sub-ambientes de canales distributarios con direcciones NNE-SSO y barras de
desembocadura con orientación NNE-SSO, con presencia menor de barras de desborde (spi-
ll-over bars) y depósitos de crevasse splay.  El ancho de los canales definido por SSI (1994), sobre

PRODUCCIÓN
ACUMULADA
YACIMIENTO %
(MBPPD)
(Dic. 2012)
TI 13.977 68.7%
TS 1.570 7.7%
UI 3.471 17.1%
TB 1.318 6.5%
TOTAL 20.336 100%
Tabla 13: Producción acumulada a diciembre de 2012 y aporte por yacimiento (SHE, 2012)

391
Fig. 41: Campos Atacapi y Parahuacu: mapa estructural

392
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

la base de presiones, varía entre 130-420’ para T y 900’ para U. Estudios posteriores redefinie-
ron un ambiente estuarino proximal para las areniscas inferiores y transgresivo neto-estuarino
medio a distal con influencia mareal, con presencia de glauconita y cemento calcáreo para las
areniscas superiores.
Las secuencias arenosas T y U son cuarzosas en sus partes basales y, contienen abundante
glauconita en sus porciones superiores, lo que se corresponde con una etapa transgresiva neta.
Las lutitas negras y los cuerpos calcáreos A y B, depositados sobre la secuencia, se desarrollaron
en un ambiente de plataforma.
Arenisca Tena Basal. Fue depositada rellenando canales erosionados, de tendencia SE y según
SSI (1994); tienen un ancho entre 140 y 250’.

6.10.4. Características de los crudos


Los crudos se tornan más pesados yendo de los yacimientos más profundos a los más some-
ros, así T tiene 30º API, U 28º y Tena Basal 20º API, siendo sus contenidos de azufre de 0,62;
0,67 y 1,05 % en peso, respectivamente.

6.11. El Campo Atacapi


6.11.1. Breve reseña histórica
El campo Atacapi, un campo extraordinario, fue descubierto por Texaco con el pozo Atacapi
1, cuya perforación se inició el 6 de Agosto de 1968. Alcanzó los 9.848’ de profundidad y fue
completado el 28 de septiembre del mismo año. Produjo un total de 3.800 BPPD (1.960 BPPD
de 29º API del yacimiento U y 1.840 BPPD de 34º API de T).
Hasta el 2012 produjo un total de 41 millones de barriles, de los cuales el 93% proviene de
dos yacimientos: U Inferior (+/-67%) y T Inferior (+/- 27%) (Tabla 14).

Fig. 42: Campo Parahuacu: Sección sísmica PE-92-352 (Ubicación en fig. 41)

393
PRODUCCIÓN
ACUMULADA
YACIMIENTO %
(MBPPD)
(Dic. 2012)
TI 10.995 26.7%
TS 1.706 4.1%
UI 27.473 66.6%
US 1.052 2.6%
TOTAL 41.226 100%
Tabla 14: Producción acumulada a diciembre de2012 y aporte por yacimiento (SHE, 2012)

Fig. 43: Campo Atacapi: sección sísmica PE-92-352 (Ubicación en fig. 41)

6.11.2. La estructura Atacapi y su evolución


Es una estructura asimétrica de orientación N-SSE, de 17 km de longitud y 2 km de ancho
aproximados (fig. 41), limitada al este por una falla que desaparece en la parte sur del campo.
La estructura se desarrolló en el Maastrichtiano-Paleoceno, con deformación sin-tectónica de
los depósitos Tena, cuya variación de espesores refleja el crecimiento de la estructura (fig. 43).

6.11.3. Ambientes sedimentarios de los reservorios


Areniscas T y U. SSI (1994) asigna un ambiente deltaico marino con influencia fluvial, con
sub-ambientes de canales distributarios de dirección NNE-SSO y barras de desembocadura,
principalmente con ocurrencias menores de barras de rebalse y depósitos de “crevasse splay”.

394
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

Estudios posteriores definieron ambientes estuarinos para los dos reservorios.


 
6.11.4. Características de los crudos
Los crudos de los reservorios T y U son de 32º y 23º API respectivamente, con bajos con-
tenidos de azufre de 0,51 para el primer reservorio (una muestra) y 0,62; 0,71% en peso para
el segundo (dos muestras).
La relación pristano/fitano para una muestra de crudo U dio 0,93, que indica una roca
fuente marina con algo influencia continental.

6.12. El Complejo Tapi-Tetete


6.12.1. Breve reseña histórica
Este complejo está conformado por dos campos independientes: Tapi y Tetete (fig. 44). El
campo Tetete fue descubierto con la perforación del pozo Tetete 1 en julio de 1980, el mismo
que alcanzó los 9.400’ de profundidad y dio una producción sumatoria de 1.645 BPPD, de los
reservorios T (1,315B PPD, 30º API) y U (330 BPPD, 29º API). Entre septiembre y octubre
de 1985, se perforó la estructura Tapi con el pozo Tapi 1, el cual llegó a los 9.183’ de profundi-
dad y produjo un total de 2.045 BPPD de los reservorios T (1.333 BPPD, 29º API) y U (712
BPPD, 28º API).
Este campo arranca su producción en abril de 1984 y alcanza su máximo histórico en sep-
tiembre de 1994, con cerca de 7.500 BPPD promedio. A inicios del 2003, producía cerca de los
4.900 BPPD, encontrándose en el 2013 con una producción promedio anual de +/- 2.200 BPPD.
Este campo ha producido de U Inferior (73%) y T Inferior (27%) (Tabla 15) con un acu-
mulado aproximado de 33 millones de barriles al 2012. Tiene una producción marginal de
Tena Basal.

6.12.2. La estructura Tapi-Tetete y su evolución


No constituye un solo campo como tradicionalmente ha sido designado, sino más bien un
complejo integrado por tres estructuras independientes: las dos estructuras lineales Tapi de me-
nores dimensiones, ubicadas al noroeste, con una orientación NNE-SSO, y la estructura Tetete,
la de mayores dimensiones, constiuída por altos de basamento alineados en dos ejes, con una
orientación general NNE-SSO, ubicado al SE (fig. 44).
La estructura Tapi se desarrolla entre el Coniaciano y el Eoceno inferior sobre un alto de basa-
mento constituido por gabro metamorfizado, que fue datado por Texeira (1989) en el pozo Tapi
1, dando una edad proterozoica entre temprana y media (1.600 +/- 48 millones de años). Baby

PRODUCCIÓN
ACUMULADA
YACIMIENTO %
(MBPPD)
(Dic. 2012)
TI 8.724 26.6%
UI 24.090 73.4%
TOTAL 32.814 100%
Tabla 15: Producción acumulada a diciembre de 2012 y aporte por yacimiento (SHE, 2012)

395
Fig. 44: Campos Atacapi y Parahuacu: Mapa estructural

396
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

Fig. 45: Campo Tapi: Sección sísmica PE-91-149W (Ubicación en fig. 44)

P., sin embargo, considera que la estructura se desarrolla sobre una isla volcánica (fig. 45), con
onlap de la Formación Napo sobre ella.
En este complejo, los reservorios productores son: T inferior, T superior y U inferior.
• T inferior tiene espesores netos de pago promedios de 7 pies (Tetete), y 9 pies (Tapi)
y porosidades promedio de 13% (Tetete) y 15% (Tapi).
• T superior, tiene espesores netos de pago promedios de 7 pies (Tetete), y 5 pies (Tapi)
y porosidades promedio de 13%  (Tetete y Tapi).
• U inferior presenta espesores netos de pago promedio de 21 pies (Tetete) y 17 pies
(Tapi) y porosidades promedio de 14 y 19% en Tetete y tapi respectivamente.

6.12.3. Características de los crudos


El crudo del reservorio T tiene una gravedad de 28º API y un contenido bajo de azufre de
0,42% y 0,71% en peso (2 muestras), y el de U de 29º API y 0,76 y 0,79% Peso (2 muestras).

6.13. El Campo Charapa


6.13.1. Breve reseña histórica
Texaco descubrió el campo Charapa con la perforación del pozo Charapa 1, la misma
que se inició el 12 de agosto de 1967, obteniéndose 200 BPPD de 30º API de una prueba
conjunta de Hollín Principal y Hollín Secundario. Posteriormente, la caliza B probó ser
petrolífera, y durante 15 años produjo alrededor de 1’400.000 de barriles prácticamente
sin agua. La producción a finales de la década de los noventa oscilaba alrededor de los 100
BPPD, pero con la entrega como campo marginal a una compañía extranjera, ésta imple-
mentó cambios tendientes a lograr una mayor producción. Pero en su lugar el campo dejó

397
Fig. 46: Campo Charapa: Mapa estructural

398
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

de producir del único pozo que tenía y desde entonces permanece cerrado.

6.13.2. La estructura Charapa y su evolución


La estructura en planta tiene la forma de cajón (fig. 46) y se extiende en sentido NNE-SSO
a lo largo de 5 km, con un ancho promedio de 2-2.5 km. Está limitada por dos fallas sub-ver-
ticales, la oriental de tipo transpresivo y, la occidental, derivada de la anterior, forman una
pequeña estructura en flor. El cierre estructural a la base de la caliza A es de alrededor de 150’.
La estructura Charapa forma parte de un eje limitado y generado por la falla en flor que cor-
ta su flanco este y que hacia el norte se interna en territorio colombiano y hacia el sur continúa
con las estructuras Lago Agrio y Palo Rojo-Palo Azul.
En esta estructura se puede diferenciar deformación sin-sedimentaria por extensión en el tiem-
po Hollín-Napo Basal que atestiguaría la presencia de eventos distensivos en el Albiano (fig. 47),
mientras que la inversión tectónica es evidente inmediatamente después de la depositación de
la caliza A, como atestigua el onlap sobre el reflector de dicha caliza. Por lo tanto, esta estructura
pertenece al grupo de las estructuras de formación temprana: Turoniano Terminal-Maastrichtiano,
presentando una reactivación menor en el Neógeno, como muestra el flexuramiento de los
estratos superiores de la columna sedimentaria (fig. 47).

6.13.3. Litología del reservorio Caliza B.  


La caliza B, estudiada en dos núcleos, está representada por calizas oscuras a negras, en
partes pasando a margas bituminosas de grano fino, tipo mudstones, en partes laminadas ricas
en pirita con restos de peces, bivalvos finos pelágicos (filamentos) y foraminíferos. Hacia la
parte inferior de uno de los núcleos, se describe una caliza brechosa oscura con clastos de caliza
bioclástica. Se presentan delgadas intercalaciones de carbón.

Fig. 47: Campo Charapa: Sección sísmica CP-153 (Ubicación en fig. 46)

399
6.13.4. Ambiente sedimentario del reservorio Caliza B.
La caliza B, según Rivadeneira (1994) y Jaillard (1997), se depositó en un medio anóxico
que se profundiza hacia arriba, con temporales cambios a un medio algo oxigenado como ates-
tiguan niveles con fauna bentónica y el color gris-claro. En uno de los núcleos, se definieron tres
discontinuidades que parecen corresponder a condensaciones producidas durante transgresio-
nes menores y una correspondiente a la superficie de máxima inundación (SMI), caracterizada
por una anomalía radiactiva.

6.13.5. Características de los Crudos


El crudo de la caliza B, era de 30º API, con un contenido de azufre de 0,68%.

7. CAMPOS DEL PLAY ORIENTAL (SISTEMA CAPIRÓN – TIPUTINI)

7.1. El Campo Cuyabeno-Sansahuari


7.1.1. Breve reseña histórica
Las interpretaciones estructurales iniciales mostraban dos estructuras independientes:
una septentrional a la que se denominó Sansahuari y otra meridional llamada Cuyabeno. El
Cuyabeno 1 fue perforado a partir del 23 de octubre, siendo completado el 24 de noviembre de
1972, llegando a los 8.157’ de profundidad total. Su producción fue de 648 BPPD de 26º API
de U, mientras que de la arenisca Tena Basal, sólo se obtuvieron trazas de crudo pesado. El pozo
Sansahuari 1, fue perforado entre el 25 de octubre y el 12 de noviembre de 1979, alcanzó una
profundidad de 8.268’ y produjo 2.098 BPPD de 23-26º API del reservorio U.
En 1996, una nueva interpretación sísmica y geológica integra las dos estructuras en una
sóla, lo que se confirmó con la perforación de los pozos Cuyabeno 21 y Sansahuari 10.
Este campo es puesto en producción en enero de 1984, con 806 BPPD en promedio. En
agosto de 1997, llega a los 14.157 BPPD. A inicios del 2003, su producción estaba en alrede-
dor de los 9.600 BPPD, mientras que el 2013 este campo se encontraba con una producción
cercana a los 16.800 BPPD.
Hasta el 2012 acumuló una producción de 102 millones de barriles, provenientes del yacimiento
U con el 68% y T con el 32%, mientras que Tena Basal tiene un aporte muy marginal (Tabla 16).

PRODUCCIÓN
ACUMULADA
YACIMIENTO %
(MBPPD)
(Dic. 2012)
TI 1.122 1.1%
TS 31.398 30.8%
UI 43.680 42.8%
US 25.655 25.1%
TB 186 0.2%
TOTAL 102.041 100%
Tabla 16: Producción acumulada a diciembre de 2012 y aporte por yacimiento (SHE, 2012)

400
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

Fig. 48: Campo Cuyabeno-Sansahuari: Mapa estructural

401
Fig. 49: Campo Cuyabeno-Sansahuari: Sección sísmica PE-91-3028 (Ubicación en fig. 47)

7.1.2. La Estructura Cuyabeno-Sansahuari y su evolución


Se trata de una estructura elongada en dirección N-SSE, con una longitud aproximada de
16 km, que se ensancha en dirección sur (fig. 48). Presenta al menos cinco culminaciones o altos
a nivel de la base de la caliza A, y su máximo cierre estructural es de algo más de 50’.
El campo está limitado al oeste por una falla regional que, a nivel de la base caliza A alcanza un
salto máximo de alrededor de 400’. Al norte (estructura Sansahuari), corta hasta los sedimentos Tena
(fig. 49). Hacia el sur, en el campo Cuyabeno se extingue verticalmente a la altura del reflector M2.
La estructura se formó como resultado de la inversión tectónica del Eoceno Temprano a Medio,
evidenciada en las figuras 49 y 50, por deformación sin-tectónica de los depósitos de Tiyuyacu
inferior, reflejada en un importante cambio de espesor.

7.1.3. Litología de los Reservorios


La información litológica de las areniscas T y U es escasa y se basa únicamente en la des-
cripción de ripios.
Las curvas de rayos gamma muestran que tanto la arenisca T como la U, se ubican al inicio
de sendas secuencias transgresivas, que de abajo hacia arriba están compuestas por cuerpos
arenosos de cuarzo, limpios bien desarrollados, pasando hacia arriba a areniscas de tamaño más
fino, intercaladas con lutitas, rematando en sedimentos arcillosos y calcáreos.
Un núcleo de la arenisca Tena Basal del pozo Cuyabeno 2, presenta un conglomerado con
matriz de arenosa gruesa y cemento calcáreo, con cantos de cuarzo, calizas fosfatadas y otros,
depositados en un contexto transgresivo.

7.1.4. Ambientes sedimentarios de los Reservorios


Por el carácter de los registros de pozo y por correlación con áreas cercanas de la cuenca,
parece que a la base de las areniscas inferiores de T y U, se desarrollaron canales (ambiente

402
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

Fig. 50: Campo Cuyabeno-Sansahuari: Sección sísmica CP-108

fluvial-estuarino superior), en algunos casos, posiblemente sobre valles de incisura, trabajados


durante una regresión generalizada (cortejo de bajo nivel). A estos depósitos les suceden en el
tiempo: los depósitos de las areniscas superiores (T y U), depositadas en un medio menos ener-
gético transicional (planicies arenosas, lodosas), depositándose areniscas glauconíticas, como
se observa en ripios de perforación sobre las que se desarrollan lutitas y calizas de plataforma.

7.1.5. Características de los Crudos


El crudo del yacimiento T tiene una gravedad API promedio de 29º y el de U de 25º, varia-
ción que se refleja directamente en el contenido de azufre, cuyo porcentaje en peso varía entre
0,84 y 1,03% (tres análisis) para T, y entre 0,86 y 1,48% (4 análisis) para U.

7.2. El Campo Víctor Hugo Ruales (VHR)


7.2.1. Breve reseña histórica
El campo se llamó inicialmente Cantagallo, y con ese nombre se perforó el primer pozo
–Cantagallo 1, entre el 17 de junio y el 18 de julio de 1988. Alcanzó una profundidad de
8.330’y dio una producción sumatoria de 10.617 BPPD, desglosada así: T: 1.008 BPPD,
33º API ; U: 8.617 BPPD, 32º API; M2: 442 BPPD, 32º API y Tena Basal: 550 BPPD,
20º API.
En 1991, a raíz del fallecimiento de Víctor Hugo Ruales, ejecutivo de CEPE y uno de los
artífices del arranque de la producción de los primeros campos de la empresa, se lo rebautizó
con su nombre.
Este campo inició su vida productiva en marzo de 1991. A mayo del 2002, alcanza su máxi-
mo histórico de producción con alrededor de 7.400 BPPD, iniciándose luego una declinación que
a inicios del 2003 llega a 5.600 BPPD. Al 2013, se reportó una producción diaria aproximada
de 6.700 barriles.

403
PRODUCCIÓN
ACUMULADA
YACIMIENTO %
(MBPPD)
(Dic. 2012)
TI 1.974 4.5%
TS 560 1.3%
UI 10.287 23.6%
US 21.435 49.1%
M2 2.730 6.3
TB 6.637 15.2%
TOTAL 43.623 100%

Tabla 17: Producción acumulada a diciembre de 2012 y aporte por yacimiento (SHE, 2012)

Éste prolífico campo al 2012, tenía un acumulado de más de 43 millones de barriles, el 72%
de los cuales provienen de U y el 15% de Tena Basal (Tabla 17).

7.2.2. La Estructura VHR y su evolución


La estructura VHR es un anticlinal asimétrico (fig. 51 y 52) con fuerte buzamiento de su flanco
oriental, cortado por una falla de rumbo, transpresional en el tiempo Eoceno Superior, lo que se evi-
dencia por deformación sin tectónica de los sedimentos de la formación Tiyuyacu Inferior (fig. 52).

7.2.3. Litología del Reservorio U


Arenisca U. Jaillard (1997), estudió los núcleos existentes y en correlación con los registros
eléctricos analizados con Dávila C., definió una secuencia desarrollada sobre una base erosiva,
definida por el tipo abrupto de contacto, evidenciado en la curva de rayos gamma. Sobre ésta
base erosiva, está presente un cuerpo arenoso basal cuarzoso bien desarrollado, de estructura
masiva, grano grueso, en secuencias grano decrecientes, con frecuentes bases erosivas, corres-
pondiente a U Inferior. Encima, se encuentra una arenisca de grano más fino, glauconítica, con
fosfatos y presencia de bioturbaciones, intercaladas con lutitas, asignada a U Superior.

7.2.4. Ambientes Sedimentarios del Reservorio U


La sección de la arenisca U (Jaillard et al., 1997), se inicia con depósitos canalizados proxi-
males de delta (estuario?), desarrollados sobre paleovalles, que representan una transgresión
inicial que cambia a una progradación (regresión) local con sistemas clásticos litorales al tiempo
de la depositación de la parte superior del cuerpo masivo basal. Sigue una reactivación de la
transgresión que parte de depósitos gruesos que culminan con depósitos de lutitas marinas de
la parte media de la secuencia U.
Una nueva transgresión se produce con calizas de plataforma abierta muy somera, seguida
de una progradación de plataforma clástica, para culminar con una reactivación final de la
transgresión que se inicia con depósitos gruesos fluvio-deltaicos en la parte superior de U. Esos
depósitos fluvio-deltaicos pasan a medios costeros, y culminan con un ambiente de plataforma
marina carbonatada, en la que se desarrolla la caliza A.

404
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

Fig. 51: Campo Víctor Hugo Ruales -VHR: Mapa estructural

405
Fig. 52: Campo VHR: Sección sísmica CP-1020 (Ubicación en fig. 51)

7.2.5. Características de los Crudos.


Este campo produce de los reservorios T, U, M2 y Tena Basal, y sus crudos son de 29º, 25º,
20º y 20º API, respectivamente.
Los contenidos de azufre determinados para tres muestras del reservorio U varían entre 0,52
y 0,59% en peso, y para una muestra de M2 se obtuvo un valor de 0,73% en peso.

7.3. Los campos Ishpingo, Tambococha y Tiputini (Trend ITT)


Los campos Ishpingo, Tambococha y Tiputini se localizan en el extremo este de la Cuenca
Oriente (fig. 1), dentro del Play Oriental definido por Baby et al. (1997). Son acumulaciones de
crudo pesado entre 12 y 16º API, con un volumen original de petróleo en sitio de alrededor de
3.400 millones de barriles, que constituye la mayor acumulación de crudo pesado de la Cuenca
Oriente.

7.3.1. Breve reseña histórica


Shell perforó en 1949 el pozo Tiputini 1, el primer pozo de éste trend. Fue programado
como pozo estratigráfico para empatar la estratigrafía a encontrarse con la sísmica, como se

406
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

indica en uno de los reportes de la mencionada compañía. No resultó productivo por lo que
fue abandonado el 4 de octubre de ese mismo año. Este pozo, conocido actualmente como
Tiputini Shell-1, alcanzó los 5.595’ de profundidad, y produjo solamente 4 BPPD de petróleo
extrapesado (11º API).
Posteriormente, en los años setenta del siglo pasado, la compañía Minas y Petróleos realizó
una campaña sísmica, sobre la base de cuya interpretación, detectó un alto que fue probado con
el pozo Tiputini Minas 1, en mayo de 1970, siendo completado en junio de ese mismo año a la
profundidad de 5.340’. Dio una producción de 228 BPPD de 15º API, con lo que se descubrió
el campo Tiputini, convirtiéndose en el primer campo descubierto en el área.
CEPE retoma la exploración sísmica, con cuatro campañas que cubren el área del cam-
po Tiputini y se extendieron hacia el norte y sur, siguiendo el posible eje estructural que
mostraban las interpretaciones anteriores. Dichas campañas se desarrollan en 1978, 1983,
1984 y 1991, cubriendo un total de 1.746 km. La interpretación de las secciones obteni-
das le permite a la petrolera estatal definir tres nuevas estructuras: una ubicada al NNO
de Tiputini, a la que denominó Imuya que no pudo ser perforada por consideraciones
ambientales, así como otras dos estructuras ubicadas al sur del campo Tiputini, a las que
se denominó Tambococha e Ishpingo. La estructura Ishpingo (fig. 53) fue probada con el
pozo Ishpingo 1, perforado a fines de 1992 hasta una profundidad de 6.190’, dando una
producción sumatoria total de 5.479 BPPD de los yacimientos U, M2, M1 y Tena Basal.
Finalmente, entre abril y mayo de 1993, se perfora el pozo exploratorio Tambococha-1,
en la estructura del mismo nombre, obteniéndose una producción total de 6.067 BPPD.
Resultados extremadamente exitosos, que permitieron descubrir la mayor acumulación de
crudos pesados de la Cuenca Oriente.

7.3.2. Las Estructuras y su evolución


El trend estructural Ishpingo-Tambococha-Tiputini-Imuya es un sistema transpresio-
nal dextral, asociado a la falla regional Yasuní de orientación NNE-SSO (fig. 53), que a
la altura de la estructura Imuya -al norte, presenta un fallamiento de orientación NNO-
SSE. La falla principal es de alto ángulo hacia superficie, disminuyendo su buzamiento y
tornándose lístrica bajo la secuencia cretácea (fig. 54 y 55). El anticlinal Tiputini muestra
una dirección NNO de su eje, divergente a la orientación de la falla principal NNE-SSO,
mostrando la morfología típica de un pliegue en echelon, formado en un contexto trans-
presivo dextral.
Son estructuras antiguas como muestra la deformación sin-sedimentaria de Tiyuyacu infe-
rior (en algunas secciones, se observan indicios de una primera reactivación Cretácico tardía,
que afecta Napo Superior y la Formación Tena). La última reactivación se inició probablemente
en el Mio-Plioceno, y se continúa hasta el presente, ya que la falla alcanza la superficie como
se observa en varias secciones sísmicas (fig. 54 y 55), deformando los depósitos mas recientes
y además se comprueba su dextralidad por el cambio abrupto en la dirección del Río Napo,
coincidente con la traza de la falla en superficie.
El trend se desarrolló por efecto de la inversión tectónica antes indicada sobre un sis-
tema de semi-grabens discontínuos, formados en el Jurásico Temprano, posiblemente
posterior al rift abortado desarrollado en el Corredor Sacha-Shushufindi (ver Díaz et al.,
capitulo 1 de este libro).

407
Fig. 53: Trend Ishpingo – Tambococha - Tiputini: Mapa estructural

408
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

Fig. 54: Campo Tiputini-Tambococha: Sección sísmica PE-91-38 (Ubicación en fig. 53)

7.3.3. Algunas características estratigráficas de estos campos


La ubicación de estos campos, cerca al borde oriental de la Cuenca Oriente, ha creado con-
diciones particulares en su sección estratigráfica:
• En el pozo Tambococha-1, Díaz M., (Capítulo 1 de este libro), agrupa la facies mari-
no-marginal encontrada bajo los sedimentos Napo, en una nueva formación a la que
denomina Tambococha, y a la que las dataciones bioestratigráficas de Labogeo (1993)
asignan una edad Jurásico Medio - Cretáceo Temprano, como la más probable. Esta
formación tendría una extensión regional restringida ya que no ha sido documentada
en ninguna otra parte de la cuenca.
• La Formación Hollín está ausente en el área, por lo que la Formación Napo yace direc-
tamente sobre las formaciones pre-aptenses.
• Es difícil mantener la tradicional división en unidades de la sección situada bajo la ca-
liza M2 de la formación Napo, al pasar casi todas las facies arcillosas y calcáreas a facies
arenosas, desapareciendo los marcadores conocidos en el resto de la cuenca: Caliza T,
Caliza B y Caliza A. El techo de la zona caliza M2 continúa siendo un excelente mar-
cador regional, al igual que el marcador radioactivo L ubicado en la caliza M1.
• Por estar ubicados en el borde Este de la cuenca, todas las formaciones cretáceas y
terciarias disminuyen su espesor, en especial la Formación Tena.

7.3.4. Características Litológicas de los reservorios


Reservorio U. Es una arenisca cuarzosa, hialina, con feldespatos, de grano medio-fino a grue-
so, ocasionalmente muy grueso a micro conglomerática, grano decreciente, con estratificación
cruzada y festoneada, alteración de caolinita en las superficies de estratificación. Se describe
también estratificación y laminación paralela con estructuras flaser. Hacia el tope, tiene cemen-

409
Fig. 55: Campo Tiputini-Tambococha: Sección sísmica PE-91-75 (Ubicación en fig. 53)

to calcáreo. Se presentan ocasionales niveles de lutitas negras y tobáceas blancas.


Arenisca M1. Es el reservorio de mejor calidad. Se trata de una arenisca cuarzosa, muy limpia
que grada desde micro-conglomerados hasta arenisca de grano medio a fino y muy fino, con
sólo ocasionales intercalaciones lutáceas/arcillosas, que culmina hacia el techo, con arcillolitas y
lutitas gris-oscuras y limolitas ocasionalmente calcáreas. En los núcleos, se describe estratifica-
ción cruzada. Es una arenisca.
Arenisca Tena Basal. Es una arenisca cuarzosa, de grano grueso a medio, en ocasiones fino,
suelta a la base y con cemento calcáreo hacia el techo.

7.3.5. Ambientes Sedimentarios de los Reservorios.


La Arenisca U, según la mayoría de autores, se depositó en un ambiente fluvial de canales,
evolucionando hacia el techo a un ambiente transicional de canales retrabajados por marea
(White et al., 1997). El Laboratorio de Petroproducción describe barras litorales (1993).
Beicip - Franlab (1995) define en cambio un ambiente deltaico-estuarino, con influencia
mareal.
El ambiente de depositación de la Arenisca M1 hacia la base, parece corresponder a canales
fluviales, lo que se confirma por la ausencia total de fósiles marinos en varias muestras analiza-
das. Labogeo (1993), sugiere un ambiente transicional. Es una arenisca transgresiva que culmi-
na con lutitas de ambiente marino somero reductor
El reservorio M2 es de muy pobre calidad y se desarrolló en condiciones marino-marginales.
Tena Basal, parece fue depositada en un ambiente fluvial, evolucionando a marginal marino.

410
Características geológicas generales de varios de los principales
campos petroleros de Petroamazonas

7.3.6. Características de los Crudos


La gravedad varía entre 12 y 16º API y un porcentaje en peso de azufre que va de 2,4 a 3%.
Todos los crudos analizados, sobre la base de las relaciones pristano/fitano, pristano/C17 y
fitano/C18 son de origen marino, variando la importancia del aporte continental en mayor o
menor grado. La única excepción constituye el extracto del reservorio U del pozo Ishpingo 2,
que muestra una relación Pr/Fi mayor a uno, que indica un mayor aporte terrestre en la com-
posición de la materia orgánica generadora del crudo. Las tendencias de madurez termal de los
crudos varían entre bajas y moderadas, y muestran un grado variable de degradación, estando
la mayoría severamente degradados, como muestran sus cromatogramas de gases, en los que se
observa una pérdida casi completa de las fracciones livianas. Los extractos de Tena Basal mues-
tran un grado menor de degradación.

411
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