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SESION 18 CIENCIA Y TECNOLOGIA 3º (25/08/20)

“Comprendemos cómo se relacionan los hábitos alimenticios,


microbiota y bienestar físico y emocional”
Propósito:
Explica cómo la célula, a través de reacciones químicas, transforma los nutrientes y obtiene
energía necesaria para realizar las funciones vitales del ser humano.

Reto:
Explicar por escrito, cómo la alimentación influye en el microbiota intestinal y por qué
podría reflejarse en el estado de salud físico y emocional.
Presentaras tus evidencias en fotos al grupo de whatsapp de ciencia y tecnología. (Hasta
mañana las 9am)

Queridos estudiantes en la clase de hoy “Comprendemos cómo una variada alimentación


influye en el microbiota intestinal lo que se refleja en el estado de salud físico y
emocional”. A lo largo de la clase les ofrecere información que nos permitirá establecer la
influencia de nuestra alimentación en estos microorganismos que viven en el tubo digestivo y que
pueden tener influencia en las emociones y el comportamiento de las personas.
Pero antes quiero recordarles brevemente lo que trabajamos en la clase anterior:
En esa clase consideramos dos temas importantes:
 El origen del microbiota.
 Las funciones que cumple.
Respecto al origen del microbiota dijimos lo siguiente:
 La forma en que el bebé nace influye de forma determinante en el microbiota intestinal en
los primeros momentos de vida.
 Cuando el recién nacido nace empieza a ser colonizado por la microbiota intestinal y
vaginal de su madre.
 Sin embargo, cuando el niño nace por cesárea, primero está expuesto al microbiota
cutáneo de la madre y del entorno hospitalario.
 Al nacer, los bebés no solo recolectan microbios de sus madres, sino de cualquier persona
que los toque o de cualquier cosa con la que entren en contacto: la comadrona, el médico,
el personal sanitario, y también el padre, los abuelos y el resto de visitas. Los bebés que
nacen en casa estarán expuesto a microbios diferentes de los que nacen en el hospital.
 Nuestro microbiota intestinal evoluciona a lo largo de toda nuestra vida, de la niñez a la
vejez.
De las funciones que cumple el microbiota dijimos:
Las funciones del microbiota intestinal son múltiples:
La defensa:
 Nos defiende contra los microorganismos nocivos.
 Enseña al sistema inmunitario a distinguir entre amigos y enemigos.
 Degrada las toxinas.
La nutrición:
 Permite la digestión de ciertos alimentos (como las fibras alimentarias) que el hombre no
puede digerir.
 Cuando el microbiota intestinal descompone las fibras alimentarias, produce moléculas
importantes (ácidos grasos de cadena corta, por ejemplo) cuyos beneficios van más allá del
intestino.
 Facilita la absorción de minerales (magnesio, calcio y hierro).
 Sintetiza ciertas vitaminas esenciales como la biotina (vitamina B7), riboflavina (B2), ácido
pantoténico (B5), piridoxina (B6), cianocobalamina (B12) y vitamina K y aminoácidos (es decir,
los alimentos que componen las proteínas).
El comportamiento:
 Puede influir en el estado de ánimo y el comportamiento.

Teniendo en cuenta sus importantes funciones, los investigadores lo consideran en la actualidad


como todo un «órgano».

Tomando en cuenta lo mencionado por a continuación paso a comentarles el reto que tendremos
el día de hoy es: Explicar por escrito, cómo la alimentación influye en el microbiota
intestinal y por qué podría reflejarse en el estado de salud físico y emocional.

Para lograrlo seguiremos los siguientes pasos:


Paso 1: Tomar nota de las ideas importantes que iremos mencionando en el programa.
Paso 2: Realizar un cuadro o algún organizador visual para sistematizar la información.
Paso 3: Mencionar cantidades, porcentajes, clasificaciones, y tal vez algún autor o institución que
se mencione durante el programa ya que cualquier afirmación que hagas debe tener una
referencia que lo sostenga.
Paso 4: Con todos los datos anteriores, Escribirás un texto explicativo sobre cómo la
alimentación influye en el microbiota intestinal y por qué podría reflejarse en el estado de
salud físico y emocional.

Llegó el momento de iniciar la aventura de acercarte al mundo de la ciencia y la tecnología desde


la casa y reconocer cómo este conocimiento puede hacer mejor tu vida, y también comprender el
funcionamiento del mundo en el que habitamos.
Por eso será importante que prestes atención a la conversación que tendremos ya que iré
comentándote ideas que te servirán para que puedas lograr la meta de la clase de hoy.

Queridos estudiantes, en esta clase lo desarrollaremos en dos partes,


 En la primera parte consideraremos la relación que hay entre la alimentación y el
microbiota.
 En la segunda parte hablaremos de las pruebas que los científicos están presentando de la
relación entre el microbiota y el estado de salud físico y emocional.
En la clase anterior, te plantee las siguientes preguntas: ¿Qué pasaría si hay un desequilibrio en
nuestro microbiota? ¿Cómo influiría en el ser humano?
Responder estas preguntas antes de desarrollar las dos partes de nuestro programa es muy
importante.

Hasta ahora, ya sabemos que el cuerpo humano alberga en sus diferentes partes (intestino,
piel…) grupos de microorganismos vivos –bacterias, hongos, virus, etc.– llamados microbiotas
que, cuando se encuentran en equilibrio nos ayudan a mantener una buena salud.
Pero cuando este equilibrio se rompe (hablamos entonces de “disbiosis”), pueden asociarse a
diferentes tipos de trastornos según la localización del microbiota afectado. Por ejemplo, la
gastroenteritis (infección de la mucosa intestinal, Los síntomas más comunes son diarrea,
calambres, náuseas, vómitos), la enfermedad de Crohn (ocasionar dolor abdominal, diarrea,
pérdida de peso, anemia y fatiga), algunos cánceres gastrointestinales pero también la depresión,
la diabetes, algunas alergias o incluso enfermedades de la piel como el eccema (afección en que
la piel se vuelve roja, escamosa, irritada y con picazón), podrían estar asociados a desequilibrios
de las microbiotas.
¡Así que necesitamos comprender qué es la disbiosis y cómo afecta la salud de las personas!
La disbiosis es un desequilibrio, tanto cuantitativo como cualitativo, que se produce en la
variedad de bacterias que habitan en los intestinos y que afecta a su función metabólica y a su
correcta distribución por el intestino. Este desequilibrio puede tener su origen, como se verá más
adelante, en causas muy diversas, como trastornos dietéticos provocados por un elevado
consumo de proteínas animales — especialmente carne roja—, azúcares simples, estrés o una
administración abusiva de fármacos.
Según menciona Miguel Ángel Almodóvar en su libro “El segundo cerebro”, la disbiosis, es decir,
Estos cambios en la concentración bacteriana intestinal provocan el desarrollo o el
empeoramiento de distintos trastornos, que pueden ir desde la simple hinchazón
abdominal, ocasionales migrañas o el reflujo esofágico, a problemas de mayor
envergadura, como son el estreñimiento crónico, la enfermedad inflamatoria intestinal o la
artritis reumatoide.

Entrando en algunos detalles más, Miguel Ángel Almodóvar menciona otros síntomas de la
disbiosis:
Entre los síntomas más comunes que alertan sobre una posible disbiosis intestinal cabe
citar: flatulencia; lengua blanca, alergias alimentarias; estreñimiento; escozor frecuente en
ojos, nariz y/o ano; agitación y nerviosismo; dolor en las articulaciones sin motivo aparente;
dolores de cabeza y migrañas; infecciones en las mucosas; problemas en la visión;
bajones anímicos; problemas para conciliar el sueño; intolerancia a sustancias químicas;
cansancio crónico; agujetas o problemas musculares repetidos y sin causa aparente;
inflamaciones de vejiga, infecciones repetidas de vejiga, síndrome premenstrual y
calambres en el abdomen inferior, para las mujeres.
Pero ¿por qué se produce la disbiosis? ¿Qué dicen los científicos? les comentare al
respecto.

Los investigadores mencionan diferentes factores para que una persona desarrolle una disbiosis,
entre ellos mencionan:
 Cambio brusco del entorno y de la dieta. El escaso consumo de fibra y alimentos
fermentados y un elevado consumo de carne, harinas, grasas vegetales y comida rápida
en general.
 Toma de medicamentos (antibióticos...), especialmente la automedicación o el abuso del
consumo de antibióticos que disminuye las poblaciones de bacterias beneficiosas,
favoreciendo el incremento de las bacterias oportunistas.
 Consumo de alcohol y de tabaco
 Infecciones bacterianas, virales o parasitarias
 Estrés, la sobre carga de trabajo, de tareas escolares, la crisis económica o los problemas
familiares inadecuadamente manejados.
 Higiene excesiva, el abuso de útiles de aseo bactericidas.
La disbiosis de la microbiota intestinal de esta manera ha sido vinculada a una amplia variedad de
enfermedades humanas, a lo que se suma que otras investigaciones científicas ya sacaron a la
luz una conexión entre intestino y cerebro en el pasado.

Ahora que ya tenemos una imagen panorámica de lo que es la disbiosis y los efectos que puede
tener en la salud de las personas podemos comenzar a revisar la relación que hay entre la
alimentación y el microbiota.
Rina María González y Gabriela Bravo Ruiseco de la Universidad Autónoma Metropolitana
Unidad Xochimilco; en su artículo "La microbiota del humano", publicado el año 2017,
dicen:
La dieta es un factor determinante para la composición del microbiota intestinal, desde la
primera etapa de la vida y hasta la edad avanzada.

Se calcula que a lo largo de toda una vida una persona puede acabar comiendo 60 toneladas de
alimento, que pasan a través de su intestino. A lo largo de millones de años, los microbios
intestinales han coevolucionado con nuestro propio cuerpo para juntos hacernos cargo de
semejante cantidad de comida. Se trata de una compleja relación de mutuo beneficio.
Los microbios de nuestro intestino tienen una gran actividad metabólica y sintetizan una enorme
cantidad de compuestos distintos que pueden tener efectos sobre ellos mismos y sobre su
hospedero (antes se llamaba huésped). Nuestros microbios influyen en el control de nuestro
metabolismo, en cómo digerimos y en cómo almacenamos los nutrientes.

La comida que comemos no solo afecta directamente a nuestros cuerpos, sino que también
influye en tu microbiota. Nuestra comida también es alimento para nuestros microbios y diferentes
dietas pueden influir en la comunidad microbiana: el tipo de dieta puede ser crucial para tener un
microbiota sano. La actividad de nuestros microbios, hace que algunos nutrientes sean más
fácilmente asimilables por nuestro intestino. Se calcula que el 10 % de las calorías que absorbe
nuestro cuerpo dependen de nuestros microbios.

Ahora cabe preguntarse, ¿cómo se reflejaría entonces un cambio en el microbiota


intestinal en el estado de salud físico y emocional?

Presten atención a lo que te comentare a continuación:


En una clase anterior, dijimos que el tracto digestivo posee su propia red de neuronas llamada
“sistema nervioso entérico”, el cual está vinculado a su vez al cerebro a través del nervio vago.
Este eje facilita la comunicación bidireccional entre el intestino y el cerebro, que ejercen entre sí
una influencia mutua: si bien nuestras emociones actúan sobre nuestro intestino, las bacterias
intestinales producen moléculas químicas que pueden ejercer un efecto en la pared intestinal y
transmitir mensajes al cerebro. Las bacterias intestinales influirían, por tanto, en nuestro
comportamiento a través del sistema nervioso entérico.

Los neurotransmisores producidos por las bacterias intestinales podrían ejercer su acción en las
células de la pared intestinal haciendo que éstas transmitan el mensaje al sistema nervioso
central por conducto de las neuronas del tracto digestivo conectadas con el cerebro.
Investigadores de la Universidad Católica de Lovaina (UCL), en Bélgica, han observado que
la mayoría de las bacterias intestinales humanas producen neurotransmisores, sustancias
químicas como la dopamina y la serotonina que permiten a las neuronas (las células nerviosas
del cerebro) comunicar entre ellas. Ya se sabe que estos neurotransmisores influyen en nuestro
estado de ánimo y en nuestro comportamiento.

Queridos estudiantes, es importante tener en cuenta que además, los científicos, bajo la
dirección del microbiólogo Jeroen Raes (Profesor, Facultad de Medicina, Instituto Rega de
Bélgica), coautor del estudio publicado en Nature Microbiology, han descubierto que la
microbiota intestinal de los pacientes con depresión carece de dos bacterias: Coprococcus y
Dialister.
Sin embargo, el hecho de que estas dos bacterias no se encuentren en el microbiota de las
personas depresivas no significa sin embargo que esto sea la causa de la depresión. Los
científicos se muestran cautos a la hora de interpretar estos resultados. Podría simplemente
explicarse porque las personas depresivas se alimentan de forma diferente, lo cual alteraría la
composición de su microbiota intestinal. Para evaluar esta causalidad, sería necesario llevar a
cabo nuevos estudios.

La pregunta de ¿Qué hacer para tener un microbiota sano? Cae por su propio peso.
Según hemos comentado la “disbiosis” es el mal estado del microbiota, así que todo lo contrario
debe significar que se está bien.
En ese sentido Paul Cotter Microbiología, Universidad Nacional de Irlanda, dice: Un
microbiota intestinal sana se compone de diferentes tipos de microorganismos (como bacterias,
hongos y virus) que producen miles de potentes compuestos, y coexisten armoniosamente en el
hábitat del intestino hospedador.
Según Paul Cotter, una alta diversidad microbiana siempre es deseable, no solo en el caso del
ser humano, sino también de otras especies (bovinos, cerdos, caballos, peces, insectos), del
entorno (suelos, fábricas de tratamiento de residuos, …) o de los alimentos artesanales
fermentados.

Este mismo investigador recomienda:


Comer variado para conservar la diversidad del microbiota intestinal a lo largo de toda nuestra
vida.
Adaptar nuestro estilo de vida y comer variado nos permite mantener la diversidad de nuestro
microbiota. Una alimentación variada incluye gran cantidad de frutas y verduras, ricas en
vitaminas, nutrientes, fibras y antioxidantes. Aporta además un equilibrio entre productos de
origen vegetal y animal.
Y no hay que olvidar a nuestros grandes aliados, los productos fermentados, algunos de los
cuales contienen probióticos o prebióticos, las fibras que alimentarán a las bacterias de nuestro
microbiota, que a su vez producirán ácidos grasos de cadena corta. Estos prebióticos se
encuentran en las cebollas, el ajo, los plátanos, las legumbres y las patatas cocidas y frías. Los
datos presentados por el American Gut Project revelan que el consumo semanal de más de 30
alimentos variados de origen vegetal está vinculado con un microbiota intestinal ampliamente
diversificada.
Y, por último, es importante hacer ejercicio regularmente, el que se prefiera, dormir bien,
gestionar el estrés e hidratarse convenientemente.

Antes de terminar te explicare qué son los probióticos y los prebióticos.


 Probióticos: Son microbios vivos que pueden agregarse a la fórmula de muchos diferentes
tipos de productos, incluyendo alimentos, medicamentos y suplementos dietéticos. Por
ejemplo, el yogurt, el suero de la leche, algunos tipos de quesos, pepinillos y berenjenas
encurtidos.
 Prebióticos: son sustancias de la dieta que nutren a grupos seleccionados de
microorganismos que habitan en el intestino. Favorecen el crecimiento de bacterias
beneficiosas por sobre las peligrosas. Por ejemplo, Las fuentes principales son el ajo, la
cebolla, las alcachofas, los plátanos y otras frutas, la miel, el trigo, la avena y otros cereales, la
soja y demás legumbres, los espárragos, la achicoria y otros.

Ahora luego de haber escuchado estos comentarios podrás responder al reto de hoy. Prevean
todo lo necesario para proceder con la siguiente etapa del trabajo.

Ya casi estamos a punto de terminar, pero es necesario que nos detengamos un momento y
recordemos al reto de hoy:

Explicar por escrito, cómo la alimentación influye en el microbiota intestinal y por qué
podría reflejarse en el estado de salud físico y emocional.

Nos despedimos hasta la siguiente clase en esta misma Red social. Hasta la próxima.

Dios los Bendiga

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