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Aplicar tecnicas de intervención de crisis en situaciones de emergencia para ayudar a las

personas afectadas, comenzando por la determinación de los antecedentes del accidente,


brindando apoyo inmediato para frenar la crisis y pasando las personas afectadas al
personal.

En diciembre de 2019, se informó de un caso de neumonía potencialmente mortal en


Wuhan, provincia de Hubei, China. A enero de 2020, la enfermedad denominada COVID-
19 se ha extendido a 19 países, con 11,791 casos confirmados y 213 muertes (Poudel et
al., 2020).
Los síntomas informados incluyen fiebre, tos, fatiga, neumonía, dolor de cabeza, diarrea,
hemoptisis y dificultad para respirar. Aunque la gravedad de los síntomas es baja, la
infección sigue siendo muy rápida, lo que significa que aunque el número de casos que
pueden volverse graves o fatales es relativamente pequeño, la rápida propagación puede
colapsar el sistema de salud. Brindan ayuda a los pacientes más graves. Además, si el virus
infecta a personas con otras enfermedades o ancianos, la enfermedad se agrava, por lo
que en estos casos se debe tener la precaución adecuada.
La enfermedad se está propagando rápidamente por todo el mundo, con miles de casos
confirmados y muertes, convirtiéndose en una pandemia y en un desafiante sistema de
salud pública. Todavía no existen vacunas o tratamientos científicamente probados, pero
se han establecido los comportamientos exactos que pueden prevenir la infección y la
propagación.

Nos enfrentamos a desafíos sanitarios, sociales, comunitarios, económicos, políticos y


culturales sin precedentes en la historia reciente de nuestro país que sacude gran parte de
nuestro plan en términos de cómo funcionan las cosas, la sociedad y nuestra propia
dinámica de vida. Además, todos estamos poniendo atención no solo en la medida en que
nos afecta el confinamiento, sino también en nuestra salud, economía, valores, hábitos y
seres queridos.

Algunas personas piensan que cambiar el comportamiento de las personas puede evitar
muchas enfermedades, y la psicología puede ayudar a explicar, prevenir e intervenir para
solucionar este problema. La psicología tiene evidencia científica que puede explicar todos
estos fenómenos, y esta evidencia debe ser enfatizada por los participantes en otros
campos del conocimiento, especialmente las mismas disciplinas disponibles para los
tomadores de decisiones.

Estos estados y conductas pueden dar pie a problemas en salud mental publica incluidas
reacciones de angustia, insomnio, ira, miedo extremo a la enfermedad incluso en
personas no expuestas, y de comportamientos riesgosos para la salud como mayor uso de
alcohol y tabaco y aislamiento social, trastornos específicos como trastorno de estrés
postraumático.
Debido a la naturaleza más reciente de la enfermedad, casi no hay evidencia, pero los
expertos han informado de una serie de reacciones y estados psicológicos observados en
la población, incluido el impacto en la salud mental. Por lo tanto, Shigemura, Ursano,
Morganstein, Kurosawa y Benedek (2020) informan que las respuestas emocionales
iniciales de las personas incluyen miedo e incertidumbre extremos. Por otro lado,
considerando el miedo y la percepción distorsionada de riesgos y consecuencias nocivas,
se reportan comportamientos sociales negativos.

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