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INTERNO Y EXTERNO
14.1 Desarrollo interno frente a desarrollo externo
Una vez analizadas las distintas estrategias relativas a las direcciones de desarrollo que puede
seguir una empresa, es necesario plantear a continuación los métodos o vías a través de los
cuales alcanzar los objetivos de dichas estrategias. Estos métodos son el desarrollo o
crecimiento interno y el desarrollo o crecimiento externo. Mediante la utilización de estos
métodos la empresa puede conseguir cualquiera de las direcciones de desarrollo descritas en
los capítulos anteriores.
Se entiende por desarrollo interno el que la empresa realiza por medio de inversiones en su
propia estructura, de tal forma que consigue mayor tamaño mediante la construcción de
nuevas instalaciones, contratación de personal, compra de maquinaria, etc. Supone la inversión
en nuevos factores de producción que hacen aumentar la capacidad productiva de la empresa.
El desarrollo o crecimiento interno, denominado también <<crecimiento orgánico o natural>>,
es la forma convencional mediante la cual la empresa crece incrementando su tamaño.
Con esta alternativa, la empresa despliega sus competencias esenciales que pueden ser
dirigidas tanto hacia la ampliación de sus negocios actuales como hacia la introducción en
otros nuevos, cuando las inversiones se realicen, respectivamente, en la misma o diferente
industria en la que venía actuando con anterioridad.
Sin embargo, en las últimas décadas, en los países de economía de mercado más desarrollados,
asistimos a un proceso cada vez más importante y acelerado de concentración de empresas
mediante distintas formas de agrupamiento que se denominan de desarrollo o crecimiento
externo. Así el desarrollo externo es aquel tipo de crecimiento que resulta de la adquisición,
participación, asociación o control, por parte de una empresa, de otras empresas o de activos
de otras empresas que ya estaban en funcionamiento. La empresa consigue así un mayor
tamaño mediante la incorporación a su patrimonio de la capacidad productiva correspondiente
a la empresa o activos integrados. Al igual que ocurre con el desarrollo interno, con el externo
la empresa puede ampliar sus negocios actuales o introducirse en otros nuevos.
Muchos son los argumentos que justifican la importancia cada vez mayor que está teniendo el
desarrollo externo –fusiones, adquisiciones y alianzas- en el mundo occidental durante las
últimas décadas. Tales argumentos se basan en razones de muy diversa índole, que agrupamos
en las siguientes categorías:
El desarrollo externo puede ser la única forma de entrar en una industria y/o un país.
En efecto, la integración de una empresa ya existente puede ser la única o, en su caso,
la mejor manera de superar una barrera de entrada a una industria o a un país, ya que
puede ser muy difícil obtener internamente la habilidad o recursos necesarios para
competir en esa industria o país y adaptarse a las condiciones específicas del nuevo
entorno competitivo.
Cuando las fusiones y adquisiciones son de carácter horizontal, es decir, se integran
empresas que actúan en la misma etapa del ciclo productivo, un objetivo habitual es el
incremento del poder de mercado de la empresa resultante y, en consecuencia, una
reducción del nivel de la competencia en la industria. Esta reducción de la
competencia también se puede conseguir por la eliminación del competidor integrado.
3) Otros motivos, relacionados con los intereses de los directivos o como respuestas
político-administrativas:
Cumplimiento de los objetivos propios de los directivos, los cuales, a través del
desarrollo externo, pueden satisfacer más fácilmente su función de utilidad que está
relacionada con el aumento de retribuciones, el aumento de poder, la disminución del
riesgo empresarial, el reconocimiento social, etc, pero cuyo objetivo primordial no es la
creación de valor para el accionista. Este argumento ha sido denominado
genéricamente como la <<construcción de imperios>>.
En la práctica, se puede decir que difícilmente es un único factor el que motiva los procesos de
desarrollo externo, sino más bien una combinación de algunos de estos factores. Las industrias
en las que en los últimos años se vienen dando con mayor frecuencia fusiones, adquisiciones o
alianzas entre empresas son aquellas en las que se da alguna de las siguientes circunstancias:
presentan escasa diferenciación en sus productos, tienen problemas de sobrecapacidad
productiva instalada, los niveles de investigación exigen costes crecientes y dimensiones
mínimas en I+D o el riesgo de los cambios tecnológicos incita a compartir los riesgos.
Al ser el desarrollo interno y externo formas alternativas, se puede decir que las ventajas de
uno son los inconvenientes del otro y viceversa. Por este motivo, como criterio de exposición,
nos centraremos en la consideración de las ventajas e inconvenientes desde el punto de vista
del desarrollo externo.
Si bien existe una estrecha relación entre los motivos que justifican el desarrollo externo y las
ventajas que presenta, trataremos éstas como resultado del análisis comparativo entre los dos
tipos de desarrollo considerados, alrededor de los siguientes puntos principales:
A medida que una empresa quiera introducirse en una nueva industria o país cuyas
características competitivas guarden menos relación con los que actuaba
anteriormente, parece más recomendable el desarrollo externo. Es decir, ante
procesos de diversificación no relacionada o internacionalización, la integración de
una empresa en funcionamiento en el sector o país de destino facilita la entrada y
reduce el riesgo del crecimiento dado que se conoce su trayectoria anterior y posibilita
la adquisición de nuevos recursos y capacidades para actuar en ese entorno
competitivo.
Desde un punto de vista temporal, el desarrollo externo puede permitir una mejor
selección del momento adecuado en el que entrar a una industria o a un país,
consiguiendo además empezar a competir desde el mismo momento en el que la
operación se lleva a cabo.
En las industrias maduras suele ser más fácil introducirse mediante desarrollo externo
ya que no se altera el tamaño total de la industria. En este tipo de industrias, en las que
la intensidad de la competencia es muy elevada, es más difícil conseguir cuotas
adicionales de mercado mediante desarrollo interno. Sin embargo, este es más
recomendable en industrias emergentes o en crecimiento.
Sin embargo, el desarrollo externo no está exento de ciertas dificultades que pueden provocar
con frecuencia resultados peores que los esperados. Aunque a veces, los objetivos económicos
y financieros que se persiguen con la integración de empresas estén muy claros, pueden surgir
algunos problemas que la perturben o, incluso, la hagan fracasar. Algunos de los principales
inconvenientes se exponen a continuación.
En primer lugar, a diferencia del desarrollo interno, el externo no permite optimizar las
decisiones en la gestión del proceso de crecimiento en aspectos como la adquisición de la
tecnología más reciente, sobre todo en lo que se refiere a los bienes de equipo y la
optimización de la localización industrial y de la distribución comercial, al construir las nuevas
plantas o instalaciones en lugares más adecuados para los objetivos de la empresa. Estas
decisiones vienen dadas en el desarrollo externo.
En tercer lugar, el desarrollo externo suele resultar más costoso que el interno, salvo en
determinadas ocasiones en las que el precio de compra sea reducido, debido a circunstancias
excepcionales como una mala gestión, problemas económicos y financieros, necesidad de
vender o situación de crisis de la empresa que se va a comprar. Los costes adicionales derivan
del proceso de negociación de la operación, de la aparición de activos duplicados y de la
necesidad de reestructuración de la empresa por la integración.
Pero además de cuestiones de coste, en las fusiones y adquisiciones suelen aparecer otros
problemas derivados de la necesaria integración de los sistemas productivo, organizativo y
cultural de las empresas que se unen que, con frecuencia se olvidan, pero que constituyen una
parte muy importante del posible éxito de la operación.
Por último, señalar que determinadas operaciones de concentración de empresas suelen estar
limitadas por las administraciones públicas en virtud de la preservación de la libre
competencia en los mercados.
Consideraremos como desarrollo externo todas aquellas alternativas al desarrollo interno, por
lo que se identifican los siguientes tipos, en función del método o procedimiento que se siga:
Las fusiones de empresas son uniones entre dos o más empresas, normalmente con la pérdida
jurídica de al menos un participante. Esta modalidad puede revestir diferentes formas.
a) Fusión pura
Una fusión pura se produce cuando dos o más empresas, generalmente de un tamaño
equivalente, acuerdan unirse, creando una nueva empresa a la que aportan todos sus recursos:
patrimonio –bienes, derechos-, y también deudas, disolviendo a continuación las empresas
primitivas. Según la figura, las empresas originarias (A y B) desaparecen para dar lugar a la
creación de una nueva empresa (C).
La fusión por absorción se produce cuando una de las empresas implicadas (absorbida)
desaparece, integrándose su patrimonio en la empresa absorbente. En este caso, la empresa
absorbente (A) sigue existiendo, pero acumula a su patrimonio el correspondiente a la empresa
absorbida (B)
La fusión con aportación parcial de activo se produce cuando una sociedad (A) aporta tan sólo
una parte de su patrimonio (a) junto con la otra empresa con la que se fusiona (B), bien a su
nueva sociedad (C) que se crea en el propio acuerdo de fusión, o bien a otra sociedad
preexistente (B), que ve aumentado así su tamaño (B`). Para que esta situación se dé, es
necesario que la sociedad que aporta los activos (A) no se disuelva.
La Ley de Sociedades Anónimas define las condiciones en que deben ser llevados a cabo los
procesos de fusión y absorción de empresas en España, abordando entre otras las cuestiones
relevantes que han de ser tenidas en cuenta en estos procesos: clases de fusión (pura o
absorción) y efectos respecto de la disolución de alguna de las sociedades, proceso de canje de
las acciones de las empresas a extinguir por las de la resultante; informe de expertos y de los
administradores sobre el proyecto de fusión; información a los accionistas sobre la fusión; y,
derechos de oposición e impugnación a la fusión.
14.2.2 Las adquisiciones
La participación o adquisición de empresas tiene lugar cuando una empresa, mediante diversos
procedimientos, compra una parte del capital social de otra empresa, con la intención de
dominarla bien sea total o parcialmente. En este proceso, normalmente ninguna empresa
pierde su personalidad jurídica, por lo que tanto la empresa adquirente como la adquirida
siguen existiendo.
La institución compradora que lanza el LBO suele estar formada por uno o más inversores, que
pueden ser los mismos directivos de la empresa a adquirir: en este caso nos encontramos ante
lo que se conoce como compra por la dirección o Management Buy-out (MBO). El motivo
principal por el que estos grupos, especialmente los directivos, se deciden a lanzar una oferta
sobre la empresa en la que trabajan, no es tanto la creación de valor inmediata, sino el poder a
la empresa en una dirección adecuada. En este sentido, se ha observado cómo el MBO impulsa
a la empresa hacia un aumento de su valor, al reducir los conflictos de intereses entre la
dirección y los accionistas.
La oferta pública de adquisición de acciones (OPA), se produce cuando una empresa realiza una
oferta de compra, de todo o parte del capital social, a los accionistas de otra empresa cotizada
bajo determinadas condiciones, generalmente de precio, porcentaje de capital social de
compra y tiempo.
Si las condiciones de la OPA son aceptadas por la dirección de la empresa objetivo, se dice que
es una OPA pactada. En caso contrario, se dice que es una OPA no pactada. Esta última
situación es muy frecuente cuando entre los objetivos de la compra está la sustitución del
equipo directivo de la empresa comprada, por lo que también se la conoce como OPA hostil
hacia dicho equipo. Cuando se producen OPAS hostiles, el equipo directivo puede utilizar
tácticas de defensa como:
Buscar otra empresa que haga una oferta superior, como amistosa. A esta empresa se
la denomina el <<caballero blanco>>.
Para que una OPA tenga éxito, el grupo oferente suele ofrecer un sobreprecio sobre el valor de
mercado a los accionistas actuales de la empresa objetivo, como forma de hacer atractiva su
intención de venta. Ello supone un coste adicional para la empresa compradora que debiera
estar compensado en el futuro con el proyecto de creación de valor resultante de la operación.
Además, mediante una OPA se obtiene, en el caso de tener éxito, el control inmediato y en el
porcentaje deseado de la empresa comprada.
La segregación aparece cuando una parte del patrimonio (a) de una sociedad existente (A) se
desgaja en una o varias partes para formar otras tantas sociedades jurídicamente
independientes, aunque la totalidad de sus acciones se hallen en poder de la sociedad primera
o matriz.
De igual forma que para los procesos de integración de empresas, la Ley de Sociedades
Anónimas define las condiciones en que deben ser llevados a cabo los procesos de
desconcentración de empresas en España, abordando similares cuestiones como el canje de
acciones, los informes de expertos y derechos de oposición.
Ello puede ser debido a la aparición de distintos factores que condicionan el éxito de la F/A.
Agruparemos dichos factores en torno a los cuatro siguientes aspectos: búsqueda y selección
de la empresa objetivo, integración de los sistemas organizativo y cultural, integración de los
sistemas productivos y aspectos relacionados con la defensa de la competencia.
El primer problema con el que se enfrentan las F/A es la búsqueda y selección de la empresa
con la que se puede llevar a cabo la operación. Las características de la empresa candidata
dependerán evidentemente de los objetivos que se pretenden conseguir con la F/A, de acuerdo
con lo expuesto en el primer apartado de este capítulo. De esta forma, si lo que se persigue es
crear valor, reforzar la posición competitiva u otros objetivos, el perfil deseado de la empresa
candidata deberá ajustarse a tales requerimientos. Tres problemas se relacionan con la
búsqueda y selección de la empresa objetivo: la obtención de información, la fijación del precio
y la elección de la forma de financiación de la operación.
En todo el proceso de búsqueda y selección de la empresa objetivo puede ser decisivo el papel
que juegan los bancos de inversión que actúan como intermediarios entre los participantes
facilitando la solución de los problemas antes señalados, así como otras cuestiones legales,
publicitarias o fiscales. El banco de inversión puede actuar tanto para localizar una empresa
que se desea adquirir como para encontrar comprador a una empresa que se desea vender.
a) Obtención de la información
Parece conveniente realizar este proceso de búsqueda de información con relativa discreción,
ya que cualquier filtración al mercado al mercado de la existencia de indicios de una
compraventa suele implicar un aumento en la valoración de la empresa objetivo.
La fijación del precio implica la valoración económica de las empresas involucradas, es decir, la
identificación de una cantidad monetaria representativa del valor real de las empresas en ese
momento. En el caso de las fusiones, la valoración afecta a las dos empresas que se
concentran, las cuales deberán estimar el precio de cada una para proceder, normalmente, al
canje de las acciones de las empresas antiguas por las de la nueva empresa, en la proporción
adecuada según las valoraciones respectivas. En el caso de las adquisiciones, sólo es necesaria
la valoración de la empresa objetivo, salvo que se pague total o parcialmente la compra con
acciones de la empresa compradora.
La fijación del precio es un problema habitual que, a veces, pone en peligro la viabilidad de la
propia operación de F/A. Tanto en el caso de las adquisiciones como en el de las absorciones,
se tiende a pagar en la práctica un sobreprecio por la empresa objetivo que puede hacer muy
difícil su rentabilización futura. Se produce una transferencia extraordinaria de rentas hacia los
accionistas de la empresa objetivo que pone en cuestión el éxito de la empresa resultante. Este
sobreprecio puede derivar de la valoración de los intangibles de la empresa, las expectativas de
creación de valor o de la llamada <<prima de control>> o cantidad extra pagada por el
comprador para conseguir el control de la empresa objetivo.
Efectivamente, una parte considerable del precio de la empresa objetivo corresponde al
llamado fondo de comercio o good-will, constituido por el valor de los intangibles que no
aparecen en el balance contable. Con ello, una parte de la rentabilidad futura del negocio ya se
está descontando en el valor de la compraventa, en el momento de la inversión. Además, está
la dificultad de la valoración de los intangibles, tal como vimos en el capítulo 7.
Además, en general, cuando una empresa hace una oferta de compra o integración de otra, el
valor de mercado de la empresa objetivo tiende a subir ante las nuevas expectativas de
creación de valor derivadas del propio proceso. Ello obliga a la empresa compradora a pagar un
sobreprecio respecto del valor actual de mercado. Tal es el caso de la mayoría de las ofertas de
compra de acciones (OPA) que impulsan la cotización de la empresa objetivo para acercarse al
precio ofrecido.
Sin embargo, ocurre con frecuencia que el sobreprecio pagado no atiende a la realidad. Roll
atribuye este hecho a la arrogancia de la alta dirección de la empresa, lo que denomina la
Hipótesis Hubris, por un sentido exagerado de las capacidades de los directivos ante el
proyecto de creación de valor derivado de la unión de empresas y que, en muchas ocasiones,
no se confirma en la realidad.
c) Forma de financiación.
La forma de pago de la operación puede ser por pago en efectivo, canje de acciones, emisión
de obligaciones o cualquier otra fórmula financiera. También se pueden combinar las formas
anteriores. Para financiar el pago, la empresa adquirente puede recurrir a su situación de
tesorería, a ampliaciones de capital o a endeudamiento. En todos los casos, es relevante
evaluar el nivel de riesgo en el que se incurre por el volumen de inversión a realizar y por el
nivel de endeudamiento, especialmente cuando se recurre a financiación externa.
Uno de los aspectos más importantes a la hora de contemplar los problemas que pueden surgir
como consecuencia de los procesos de concentración es sin duda el impacto que dichas
operaciones puedan tener sobre los sistemas organizativo y cultural de las entidades que
intervienen. En efecto, éste ha sido un tema muy poco tratado en la literatura específica pero
que, sin embargo, adquiere una gran importancia a la hora de juzgar el éxito de la integración.
Especialmente en las fusiones y absorciones, en las que la empresa objetivo desaparece
jurídicamente al quedar integrada su dirección y empleados, de que no se respetarán su
identidad cultural y sus sistemas organizativos. Igualmente puede ocurrir en las adquisiciones
de empresas cuando se llevan a cabo de forma no pactada.
No son muy numerosos los trabajos que han tratado de profundizar en esta cuestión, pero en
todos ellos se pone de manifiesto la importancia crucial del factor humano y cultural para
llevar a buen fin el proceso de integración empresarial. En este sentido, los aspectos relevante
de la integración son:
1) A medida que las organizaciones implicadas en las F/A tienen más historia detrás de si,
habrán generado culturas, identidades y lealtades tenderán a persistir pese a los
intentos formales de mezclar o crear una cultura o identidad común. En este sentido,
hay que destacar que los aspectos más importantes de la cultura y la identidad de una
organización derivan de la naturaleza de su tecnología central y la personalidad de sus
fundadores. Cuanto más nueva y compleja sea la tecnología, mayor será la dificultad de
<<fusionar>> empresas, porque buena parte de los procesos básicos del negocio está
vinculada a la propia tecnología. De la misma forma, cuanto más acentuada sea la
personalidad de sus fundadores mayores problemas de integración aparecen. El
choque cultural suele hacerse más evidente todavía cuando las empresas que se unen
pertenecen a distintos países.
5) Existe el peligro del éxodo masivo de aquellas personas que, aunque siendo muy
valiosas para la nueva etapa, abandonan la organización por no sentirse vinculadas
moralmente o fracasadas en sus expectativas ante el proceso de integración. Ello
implica habitualmente a altos directivos de la empresa comprada o absorbida que,
ante la duplicación de determinados puestos de trabajo y la sensación de inferioridad
relativa, optan por abandonar la nueva empresa o simplemente son expulsados de la
misma.
Por tanto, se hace necesario un proceso de ajuste organizativo que trate de analizar el grado de
compatibilidad existente entre los sistemas organizativo y sociocultural de las dos empresas
originarias. Un modelo de ajuste organizativo debería valorar las siguientes variables de la
empresa:
Trataremos en este apartado los problemas de integración de los sistemas productivos, que son
especialmente relevantes en el caso de las fusiones y absorciones. Esta integración tiene por
objetivo primordial la reducción de los costes operativos que, en último término, ocasionen un
incremento en la creación de valor. Sin embargo, un problema importante surge de inmediato:
la duplicación de activos, tales como las instalaciones productivas, oficinas, equipos, recursos
humanos, departamentos de I+D, servicios informáticos, etc.
Para que esta compatibilidad de procesos se pueda realizar de la mejor manera posible es
preciso planificar el proceso adecuadamente, pero, sobre todo, transmitirlo con suficiente
transparencia a los grupos de interés implicados, principalmente internos, para que lo acepten
y lo hagan suyo.
Por último, cabe además señalar que el tiempo suele correr en contra de la consolidación de
las F/A. Es recomendable, por tanto, actuar con la máxima rapidez posible en la resolución de
los problemas, clarificando las situaciones originales de incertidumbre, ya que las decisiones
que se toman en las primeras etapas, que pueden ser semanas o meses, después del acuerdo
suelen ser de vital importancia en el devenir futuro de la operación.
Las fusiones y adquisiciones, principalmente aquellas que lo son entre empresas competidores
entre sí (horizontales), están sujetas a la normativa establecida para preservar la libre
competencia en sus mercados. Por ello, las empresas deberían ser cuidadosas respecto a la
aceptación de estas operaciones por parte de los poderes públicos.
El argumento que justifica la existencia de este tipo de normativa radica en que el poder
político debe intentar preservar la libre competencia en su sistema económico como garantía
de una igualdad de oportunidades entre los agentes implicados y en beneficio de los
consumidores finales. De tal forma que cuando algunas concentraciones de empresas, en
virtud de una elevada cuota de mercado de la entidad resultante pudieran poner en peligro
estos principios, estas concentraciones debieran ser prohibidas o, al menos, limitadas.
Sin embargo, ante los argumentos anteriores se puede planear también que las autoridades
públicas deben facilitar la eficiencia empresarial y potenciar la existencia de empresas sólidas
capaces de competir en el ámbito internacional, lo cual se puede conseguir de forma más
rápida mediante procesos de desarrollo externo. Ante la disparidad de argumentos, la
autoridad pública suele tener un margen de discrecionalidad para decidir lo que considere más
oportuno en cada caso en el que se ponga en peligro la libre competencia en el sector.