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2 - Según la autora Luisa María Pérez Ynoa, ¿cuáles son las manifestaciones del ius puniendi?
3 - ¿Cuáles son los requisitos para que una acción sea presupuesto de un delito?
Para comenzar, se expone algunos conceptos que permitirán definir los requisitos.
Tradicionalmente se define delito como la acción y omisión penada por ley.
El código penal define al delito como las acciones u omisiones dolosas o culposas penadas por Ley (La acción
activa o pasiva es la base de la conducta punible).
La Dogmática Penal nos plantea que el delito es una conducta típica antijurídica y culpable, MIR PUIG, recogiendo
las ideas de VON LISZT y BELING, sostiene que el delito es el comportamiento humano típicamente antijurídico y
culpable, añadiéndose a menudo la exigencia que sea punible.
La teoría del delito, como bien lo explica la doctrina, es un sistema categorial clasificatorio y secuencial, en el que,
peldaño a peldaño, se van elaborando a partir del concepto básico de la acción, los diferentes elementos
esenciales comunes a todas las formas de aparición del delito.
Esta teoría, creación de la doctrina, aunque basada en ciertos preceptos legales, no se ocupa de los elementos o
requisitos específicos de un delito en particular (homicidio, robo, violación, etc.), sino de los elementos o
condiciones básicas y comunes a todos los delitos.
Considerando los conceptos precedentes podemos decir que: Los requisitos para que una acción sea un delito,
define la estructura del delito: La tipicidad, antijuridicidad y culpabilidad, son los tres elementos que convierten
una acción en delito.
Estos niveles están en una relación lógica necesaria, ordenados sistemáticamente y constituyen la estructura del
delito.
Cuando una conducta es típica y antijurídica estamos frente al injusto, pero el injusto no es suficiente para
imputar delito se requiere el test de culpabilidad.
TIPICIDAD: Es la verificación de si la conducta coincide con lo descrito en la ley (tipo) es una función que se le
denomina tipicidad.
Este proceso de imputación implica dos aspectos:
1. La imputación objetiva, identificar los aspectos de imputación a la conducta y al resultado.
2. La imputación subjetiva, verificación de los aspectos subjetivos del tipo.
ANTIJURIDICIDAD: Una conducta típica será antijurídica cuando no concurra ninguna causa de justificación.
Si concurre una causa de justificación la conducta no es antijurídica.
Las causas de justificación son disposiciones permisivas especiales que operan sobre cualquier forma básica de
hecho punible. (Art. 20° CP: La legítima defensa, el estado de necesidad y el ejercicio legítimo de un derecho).
La antijuridicidad implica una constatación negativa de la misma.
CULPABILIDAD (Imputación personal): Se realiza un análisis del individuo a fin de determinar su puede o debe
responder penalmente por su accionar.
Se debe verificar la:
1. Imputabilidad (que no tenga ninguna anomalía psíquica, grave alteración de la conciencia o de la percepción).
2. Conciencia de la Antijuridicidad (conocer el carácter antijurídico de su
conducta)
3. Exigibilidad de otra conducta (que no se le pueda exigir otra conducta)
El derecho penal surge de la necesidad de evitar la Ley del Talión, conocido comúnmente como “ojo por ojo y
diente por diente”.
Con el avance del tiempo, y un poco para morigerar las acciones y pasiones que surgían con la aplicación del
talión, apareció la “composición”.
A través de ella, se buscaba compensar obligatoriamente el daño recibido por el pago de una suma de dinero a
la víctima. De esta forma, el agresor estaba obligado a pagar con dinero el mal hecho y el ofendido podía aceptar
el pago y renunciar a la venganza, o simplemente ejecutar el “ojo por ojo”.
Con esta implementación buscase, que la venganza privada desaparece poco a poco, bajo las influencias de las
ideas de la Iglesia, al derecho de asilo, a la tregua de Dios y a un mayor y creciente poder público el cual brindaba
mejores garantías al individuo; asegurando por medio de la defensa pública la defensa de la sociedad e intentar
(aunque desde lo personal no se logra) satisfacer los deseos de venganza de los ofendidos.