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582-595
DOCUMENTOS
1
Departamento de Cirugía, Universidad de La Frontera.
2
Centro Colaborador UFRO de la Red Cochrane Iberoamericana.
3
CIGES (Capacitación, Investigación y Gestión para la Salud Basada en Evidencia), Facultad de Medicina,
Universidad de La Frontera.
4
Programa de Magíster en Ciencias Médicas, Universidad de La Frontera.
5
Programa de Pos-Graduaçao em Morfologia, Escola Paulista de Medicina, Universidade Federal de Sao Paulo, Brasil
(UNIFESP).
Temuco, Chile.
582
CÓMO INTERPRETAR LOS “NIVELES DE EVIDENCIA” EN LOS DIFERENTES ESCENARIOS CLÍNICOS
forma de hacer medicina; pero que, por otra parte trumentos y escalas que clasifican, jerarquizan y
contradice el principio de simpleza y practicidad que valoran la evidencia disponible, de forma tal que en
inspiró al paradigma de la MBE. Esta situación pue- base a su utilización se pueda emitir juicios de re-
de confundir al clínico en la búsqueda de la mejor comendación.
evidencia aplicable a su realidad, debido a que, a lo Como grados de recomendación a una forma de
anterior se agrega la dificultad propia del lenguaje clasificación de la sugerencia de adoptar o no la
epidemiológico en que se expresa la información, adquisición o puesta en marcha de tecnologías sa-
siendo en ocasiones la comprensión de estos tópi- nitarias según el rigor científico de cada tipo de
cos, sólo privilegio de algunos. diseño 4-6.
El objetivo de este artículo es entregar informa- Dependiendo de los tipos de diseños de investi-
ción referente a los niveles de evidencia para cada gación clínica utilizados, podemos observar dife-
tipo de estudio según el escenario clínico o ámbito rentes niveles o gradación de la calidad de estos
de la práctica clínica que corresponda, interpretán- según el escenario de investigación clínica a la que
dolos en un lenguaje clínico comprensible, espe- se refiera. Por una parte, llama la atención que las
cialmente para quienes se acercan a la jerarquización intervenciones terapéuticas sean las más aborda-
de la evidencia y sus recomendaciones, desde la das desde esta concepción, situación que posible-
práctica clínica. mente no sea por azar, puesto que es un hecho que
entre el 50% y el 60% de las publicaciones versan
sobre el ámbito del tratamiento o los procedimien-
Clasificación de la evidencia y tipos de tos terapéuticos9-11. No obstante ello, es deseable
estudio que todo el quehacer en salud sea analizado bajo la
misma perspectiva. Lo anterior se relaciona al gra-
No todos los conocimientos provenientes de los do de avance que los diversos grupos de expertos
artículos científicos publicados, tienen el mismo im- (autores de clasificaciones de la evidencia), han ido
pacto o valor sobre la toma de decisiones en mate- adquiriendo y que han adecuado, paulatinamente,
ria de salud; por ello, se hizo necesario evaluar la estos fundamentos a los diferentes escenarios y
calidad de la evidencia. Esto es, en términos sim- diseños. Entonces, debemos advertir al lector que
ples, el análisis de la validez de los hallazgos en sólo las clasificaciones propuestas por Sackett,
virtud de la calidad metodológica de las investiga- National Institute for Health and Clinical Excellence
ciones que los soportan, garantizándonos por una (NICE) y el Oxford Centre for Evidence-Based Me-
parte un acercamiento a la veracidad científica; y dicine (OCEBM), consideran otras áreas de la in-
por otra, a que esta verdad pueda traducirse en vestigación clínica además de la concerniente a tra-
recomendaciones que a partir de la valoración críti- tamiento. De esta forma, NICE adiciona evaluación
ca de los estudios, nos permitan aplicarlas a la pro- de la evidencia para diagnóstico; mientras que
blemática clínica o evento de interés que nos ocu- Sackett considera cuatro grandes grupos temáticos:
pe. Resulta importante señalar, en este momento, terapia, prevención, etiología y daño; pronóstico e
que no todos los diseños tienen el mismo poder historia natural; diagnóstico; y estudios económi-
para formular una recomendación; y que más aún, cos. OCEBM, que es una modificación “comple-
un mismo diseño de investigación puede tener un mentaria” de la clasificación de Sackett, incluye te-
nivel de evidencia y grado de recomendación dife- rapia, prevención, etiología y daño en un subgrupo;
rente según el escenario clínico o ámbito de la prác- pronóstico e historia natural en otro; diagnóstico
tica clínica que corresponda. en el siguiente; diagnóstico diferencial y estudios
Por lo anteriormente expuesto, nos parece que de prevalencia en otro; y estudios económicos y
vale la pena aclarar algunos conceptos que segui- análisis de decisión en otro.
rán utilizándose de aquí en adelante: A continuación se mencionan y describen las
Se define como diseño de investigación a los propuestas de jerarquización de la evidencia más
distintos tipos de estudios que con sus caracterís- utilizada en la actualidad (Tabla 1).
ticas metodológicas propias, permiten llevar a cabo
una investigación clínica8. Canadian Task Force on Preventive Health
Como escenario, ámbito o entorno, al ambiente Care (CTFPHC)2,12
en el que se desarrolla la situación clínica que se Esta propuesta de clasificación de la evidencia
está evaluando; es decir: tratamiento, prevención, busca generar recomendaciones de una manera
etiología, daño, pronóstico e historia natural, diag- práctica, adoptando una posición binaria, “hágalo
nóstico diferencial, prevalencia, estudios económi- o no”, pero sólo en el ámbito de la prevención.
cos y análisis de decisión. Este grupo de estudio generó su primer informe en
Como niveles de evidencia, a herramientas, ins- el año 1979, en el cual se divulgó el análisis de la
CTFPHC X
SACKETT X X X X X X X
USPSTF X
OCEBM X X X X X X X X
SIGN X
NICE X X
Grados de Interpretación
recomendación
evidencia hasta esa fecha para 78 enfermedades, lo 3. Niveles de evidencia clasificados según la vali-
que permitió ordenar y producir planes de salud dez interna o calidad metodológica del estudio,
para la población canadiense desde la perspectiva en buena, moderada e insuficiente (Tabla 4).
de “la prevención”. La metodología de este grupo
hace énfasis en el tipo de diseño utilizado y la cali- Como todo sistema de clasificación, este pre-
dad de los estudios publicados, basándose final- senta algunas debilidades que se mencionan a con-
mente en tres elementos claves: tinuación:
1. Un orden para los grados de recomendación, es- • No abarca toda la dimensionalidad de la proble-
tablecido por letras del abecedario donde, las mática de la “prevención”, respecto a las condi-
letra A y B indican que existe evidencia para ciones particulares de quienes son sujeto de la
ejercer una acción (se recomienda hacer); D y E aplicación de medidas preventivas.
indican que no debe llevarse a cabo una manio- • En su análisis no se incorpora el ámbito finan-
bra o acción determinada (se recomienda no ha- ciero para la factibilidad de las intervenciones
cer); la letra C, indica que la evidencia es “con- preventivas.
flictiva”, o sea, que existe contradicción. Y la • La propuesta sólo se basó en población cana-
letra I que indica insuficiencia en calidad y can- diense, por ende, el uso de las recomendaciones
tidad de evidencia para establecer una recomen- sólo puede ser extrapolada a poblaciones simila-
dación (Tabla 2). res a ésta; por ello, esta propuesta tiene un in-
2. Niveles de evidencia clasificados según diseño conveniente relacionado con su validez externa
de estudio de I a III, disminuyendo en calidad que ha de ser valorado al momento de pretender
según se acrecienta numéricamente. Para el nú- aplicarla en otros escenarios, pues de lo contra-
mero II se subdivide en números arábigos del 1 rio se corre el riesgo de incurrir en esfuerzos
al 3 (Tabla 3). económicos con resultados erráticos.
Tabla 3. Niveles de evidencia e interpretación de los tipos de estudio para intervenciones de prevención
(CTFPHC)12
Niveles de Interpretación
evidencia
Tabla 4. Validez interna e interpretación de los tipos de estudio para intervenciones de prevención
(CTFPHC)12
• No contempla la relación del paciente, sus ex- Ésta fue la primera propuesta que consideró
pectativas y su medio, para establecer las reco- otros escenarios clínicos o ámbitos de la práctica
mendaciones. clínica diferentes de la prevención. Incorporó los
• Puede inducir a errores al momento de valorar análisis económicos, el diagnóstico y el pronósti-
las recomendaciones para su puesta en práctica co.
en los sistemas estatales de salud, esto quiere Hasta hoy, ha sido ampliamente utilizada por di-
decir que una recomendación B puede ser me- ferentes grupos científicos. A cada ámbito o esce-
nospreciada pudiendo tener un beneficio impor- nario clínico le otorga el diseño de estudio más
tante para la población. apropiado para la elaboración de las recomendacio-
• No contempla otro tipo de áreas de investiga- nes. Así, en el escenario de terapia, los diseños
ción como tratamiento, etiología, daño, pronós- más puntuados corresponden a las revisiones sis-
tico, etc. temáticas (RS) de ensayos clínicos controlados con
asignación aleatoria (EC); en escenarios de pronós-
Clasificación de la Evidencia según Sackett 13 tico, los estudios de cohortes; en escenarios de
Esta sistematización propuesta por el epidemió- diagnóstico, los estudios de pruebas diagnósticas
logo David L. Sackett (la que se emplea general- con estándar de referencia, etc.
mente), jerarquiza la evidencia en niveles que van Presenta desventajas que son comunes a todas
del 1 a 5; siendo el nivel 1 la “mejor evidencia” y el las propuestas existentes, como que puede llevar a
nivel 5 la “peor, la más mala o la menos buena”, despreciar recomendaciones que se basan en evi-
según como se quiera leer (Tabla 5). dencias inferiores a las de nivel 1; por ejemplo un
estudio de nivel de evidencia 4, aún cuando se tra- actual” sea una serie de casos y no un EC; y dos
te de un artículo cuyo aporte sea novedoso. No meses después, aparezca un estudio de cohorte
obstante, los autores son enfáticos en que lo que prospectivo que dará “la mejor evidencia disponi-
debe valorarse es “la mejor evidencia disponible ble actual”.
actual”; pues “lo actual puede variar en el día a Esta clasificación fue pionera y ha servido de
día”; y de este modo puede ocurrir que ante deter- base para el desarrollo de clasificaciones más com-
minadas situaciones “la mejor evidencia disponible pletas, como la propuesta por el OCEBM14.
U.S. Preventive Services Task Force (USPSTF)15 menor riesgo de sesgos y errores aleatorios (Tabla
Este grupo de expertos jerarquizó y estableció la 7). Es interesante observar que la correlación entre
fuerza de sus recomendaciones a partir de la cali- la fuerza de la recomendación y el nivel de eviden-
dad de la evidencia y del beneficio neto; es decir, cia no es exacta; por ejemplo, puede haber un buen
beneficios menos perjuicios de la medida evaluada nivel de evidencia que no prueba que una inter-
para su aplicación en “exámenes periódicos de sa- vención es efectiva, como el caso de la mamografía
lud”. Por otro lado, analizó el coste-efectividad de en mujeres menores de 50 años; que recibe una
las intervenciones, por ende su aporte vino a com- recomendación “C”. Por otra parte una recomenda-
plementar lo que había generado el grupo de ción tipo “A” fue otorgada al Papanicolaou para
CTFPHC2,12. La fuerza de las recomendaciones va detección precoz de cáncer cérvico-uterino basado
desde la letra A hasta la E, otorgándose una A en el “costo de sufrimiento de la enfermedad” y un
cuando existe buena evidencia que respalda la re- nivel II de evidencia sosteniendo dicha interven-
comendación; y una E, que indica que existe buena ción14. Así, las recomendaciones permiten un cierto
evidencia que sustenta la recomendación de evitar grado de flexibilidad y se amoldan de acuerdo al
la intervención (Tabla 6). La calidad de la eviden- contexto imperante.
cia es valorada en buena, justa o insuficiente en la Esta clasificación tiene la ventaja que contempla
fuerza de las recomendaciones y se basa en la con- nuevos aspectos que condicionan la elaboración
sideración sistemática de tres criterios: el concepto de recomendaciones ya no sólo a la calidad de la
de “costo de sufrimiento de la condición estudia- evidencia (siempre controversial) sino también al
da”, las “características de la intervención” y la beneficio neto y al “costo de sufrimiento de pade-
“efectividad de la intervención” demostrada en in- cer el evento de interés en estudio”, aproximándo-
vestigaciones clínicas publicadas; recibiendo un se a una perspectiva más global que emerge desde
especial énfasis la efectividad de la intervención. la posición de quien padece la condición de salud
En la revisión de los estudios clínicos, se utilizan o evento de interés en estudio. Dentro de las des-
criterios estrictos para la selección de la evidencia ventajas podemos señalar que sólo se consideran
admisible y se otorga un acento especial en la cali- estudios para diagnóstico y, aún resultan insufi-
dad de los diseños de los estudios. Para jerarquizar cientes los aspectos abordados para establecer las
la calidad de la evidencia, se otorga mayor peso a recomendaciones; por ejemplo no se considera la
aquellos diseños que metodológicamente ofrecen factibilidad de cobertura de salud estatal.
Tabla 6. Recomendaciones a partir de calidad de evidencia para exámenes periódicos de salud (USPSTF)15
Recomendación Interpretación
Tabla 7. Niveles de evidencia e interpretación de estos para exámenes periódicos de salud (USPSTF)15
Evidencia Interpretación
Buena La evidencia incluye resultados consistentes a partir de estudios bien diseñados y realizados
en poblaciones representativas que directamente evalúan efectos sobre resultados de salud
Moderada La evidencia es suficiente para determinar efectos sobre resultados de salud, pero la fuerza de
la evidencia es limitada por el número, la calidad, o la consistencia de los estudios individua-
les, la generalización a la práctica rutinaria, o la naturaleza indirecta de la evidencia sobre los
resultados de salud
Insuficiente La evidencia es insuficiente para evaluar los efectos sobre los resultados de salud debido al
número limitado o al poder de estudios, defectos importantes en su diseño o realización,
inconsistencias en la secuencia de la evidencia, o falta de información sobre resultados de
salud importantes
C 4 Serie de casos, Serie de casos y estu- Estudio de casos y Series de casos Análisis sin
estudios de dios de cohortes de controles, con esca- o estándares análisis de sensi-
cohortes, y de pronóstico de poca sos o sin estándares de referencia bilidad
casos y con- calidad de referencia inde- obsoletos
troles de baja pendiente
calidad
GPC: Guía de práctica clínica. Estudios con homogeneidad: Se refiere a que incluya estudios con resultados comparables y en
la misma dirección.
Tabla 9. Niveles de evidencia para estudio de tratamiento con análisis cuantitativo (SIGN)17
Nivel de Interpretación
evidencia
1++ Meta-análisis de alta calidad, RS de EC o EC de alta calidad con muy poco riesgo de sesgo
1+ Meta-análisis bien realizados, RS de EC o EC bien realizados con poco riesgo de sesgos
1– Meta-análisis, RS de EC o EC con alto riesgo de sesgos
2++ RS de alta calidad de estudios de cohortes o de casos y controles. Estudios de cohortes o de
casos y controles con riesgo muy bajo de sesgo y con alta probabilidad de establecer una
relación causal
2+ Estudios de cohortes o de casos y controles bien realizados con bajo riesgo de sesgo y con
una moderada probabilidad de establecer una relación causal
2– Estudios de cohortes o de casos y controles con alto riesgo de sesgo y riesgo significativo de
que la relación no sea causal
3 Estudios no analíticos, como informes de casos y series de casos
4 Opinión de expertos
Los estudios clasificados como 1- y 2- no deben usarse en el proceso de elaboración de recomendaciones por su alto
potencial de sesgo.
Tabla 10. Grados de recomendación para estudios de tratamiento con análisis cuantitativo (SIGN)17
Grados de Interpretación
recomendación
teriores respecto a la importancia otorgada a las RS la aplicación de un ejemplo. Para ello se utilizará
al momento de generar las recomendaciones (Ta- una publicación de interés nacional, pues a partir
blas 11-14). Presenta el inconveniente que hace una de ella se generó el protocolo que ha sido incorpo-
relación tan directa entre calidad de la evidencia y rado en algunos hospitales chilenos como trata-
grado de recomendación que puede generar confu- miento del cáncer gástrico. Se trata del estudio pu-
sión sobre esos constructos. blicado por JS Macdonald y cols19, y que dice rela-
ción con los resultados obtenidos con el uso de
cirugía y quimioradioterapia comparado con cirugía
Ejemplo exclusiva en pacientes con adenocarcinoma gástri-
co y de la unión esofagogástrica; por ende, se trata
Una forma de ejemplificar el modus operandi de de un escenario de tratamiento, razón por la que se
las distintas propuestas analizadas, es a través de aplicarán las propuestas concernientes a dicho es-
cenario. Para ello, se construyó una tabla que per- o pronóstico). La población blanco es heterogénea,
mite comparar las clasificación del estudio según la incluye pacientes con cáncer gástrico y gastroeso-
propuesta con que se analice (Tabla 15). fágico. La intervención está claramente descrita
Es así como se puede comentar que el artículo cirugía+quimioradioterapia (CQR), no así la varia-
no se orienta a una pregunta claramente definida ble de interés (no se explicita si es morbilidad, mor-
pues esta sólo se puede suponer (de hecho puede talidad, supervivencia global, supervivencia libre de
tratarse de un escenario de tratamiento, prevención enfermedad, efectos tóxicos, etc). No se describe
Nivel de Interpretación
evidencia
Grados de Interpretación
recomendación
A Al menos un meta-análisis, o un EC con asignación aleatoria categorizados como 1++, que sea
directamente aplicable a la población diana; o una RS o un EC con asignación aleatoria o un
volumen de evidencia con estudios categorizados como 1+, que sea directamente aplicable a la
población diana y demuestre consistencia de los resultados. Evidencia a partir de la apreciación
de NICE
B Un volumen de evidencia que incluya estudios calificados de 2++, que sean directamente
aplicables a la población objeto y que demuestren globalmente consistencia de los resultados, o
extrapolación de estudios calificados como 1++ o 1+
C Un volumen de evidencia que incluya estudios calificados de 2+, que sean directamente aplica-
bles a la población objeto y que demuestren globalmente consistencia de los resultados, o
extrapolación de estudios calificados como 2++
D Evidencia nivel 3 o 4, o extrapolación de estudios calificados como 2+, o consenso formal
D (BPP): Un buen punto de práctica (BPP) es una recomendación para la mejor práctica basado en la experiencia del grupo
que elabora la guía. IP: Recomendación a partir del manual para procedimientos de intervención de NICE.
Nivel de Interpretación
evidencia
Tabla 14. Grados de recomendación para estudios diagnóstico qué método de asignación aleatoria
(NICE)18 fue utilizado, sólo se especifica que
281 pacientes fueron asignados a
Grados de Interpretación
CQR y 275 a cirugía exclusiva (CE);
recomendación lo que ocurrió en el postoperatorio;
tampoco se menciona si es que se
A (EPD) Estudios con un nivel de evidencia Ia o Ib mantuvo oculta la secuencia de
B (EPD) Estudios con un nivel de evidencia II
asignación. Por otra parte, los pa-
cientes fueron analizados en los
C (EPD) Estudios con un nivel de evidencia III grupos a los que fueron asignados,
D (EPD) Estudios con un nivel de evidencia IV pero el seguimiento sólo se com-
pletó en el grupo de CE (35,6% de
EPD = Estudios de pruebas diagnósticas los pacientes del grupo de CQR no
completó tratamiento y se desco-
noce qué ocurrió con ellos).
Tabla 15. Niveles de evidencia y grado de recomendación del estudio Por otra parte, es evidente que
de Macdonald19, según clasificación los resultados no pueden ser apli-
cados en el cuidado de mis pacien-
tes, debido a que existen diferen-
Clasificación Nivel de Grado de
cias biodemográficas evidentes en-
evidencia recomendación
tre la población estudiada y la chi-
Tabla 2. CTFPHC12 — C lena (la población de raza negra,
asiática y anglosajona en nuestra
Tablas 3 y 4. CTFPHC 12
II-1 Insuficiente (validez)
realidad es escasa; y el grupo de-
Tabla 5. Sackett 13
2b B nominado “otros” por Macdonald
Tabla 6 y 7. USPSTF 15
Moderada C
y que representa la población lati-
na es sólo el 4% de la muestra);
Tabla 8. OCEBM 14
2b B más del 50% de las lesiones son
Tabla 9 y 10. SIGN 17
1- No recomendable de localización antral, y en nuestro
medio un porcentaje mayoritario
Tabla 11 y 12. NICE 18
1- No recomendable son de fondo gástrico; al mismo
tiempo, en nuestra realidad existe una baja preva- estandarizar la valoración de la evidencia, para la
lencia de lesiones T1 y T2 (mayoritaria en el artícu- aceptación de trabajos científicos. Entendemos la
lo en evaluación). necesidad de simplificar y aunar criterios, incluso
Tampoco fueron considerados todos los resul- sería deseable que las recomendaciones que nacen
tados de importancia clínica en el estudio, pues va- de la valoración de la evidencia tuvieran un carác-
riables como calidad de vida, efectos adversos de ter universal, pero el generalizar también trae consi-
la terapia en evaluación, mortalidad por efectos go algunos inconvenientes. ¿Por qué hay políticas
deletéreos, morbilidad y mortalidad quirúrgica y cos- de salud que fracasan aún cuando han contempla-
tos involucrados no fueron consideradas (al me- do en su elaboración la evidencia disponible? Una
nos no aparecen consignadas en el reporte del es- de las tantas razones es que algunas recomenda-
tudio). No se reporta información sobre complica- ciones basadas en la evidencia pueden no ser apli-
ciones quirúrgicas; por otra parte, un 36% de pa- cables a nuestro contexto latinoamericano. De esta
cientes no completaron el esquema asignado, por forma, al momento de acercarnos a la evidencia es
lo que las estimaciones finales se realizan en base necesario considerar la existencia de características
al 64% de los pacientes del grupo de CQR; lo que propias de nuestra región, tanto poblacionales, cul-
dificulta la valoración de potenciales beneficios o turales, económicas, tecnológicas como ambienta-
efectos deletéreos del esquema CQR al compararlo les; es decir, darle relevancia al concepto de vali-
con CE. dez externa y no “importar” todo lo que parece que
En resumen, se trata de un EC multicéntrico, sin resulta en otras latitudes sin probar previamente en
asignación aleatoria precisa, ni enmascaramiento; nuestra realidad; en otras palabras dejar de pensar
cuya validez interna se encuentra afectada por lo que “todo lo que brilla es oro”. No obstante lo
que su nivel de evidencia es 2b. Por otra parte, en anterior, sorprendentemente vemos que se hace
relación a la validez externa; si se omitiesen los pro- poco esfuerzo por establecer sistemas de valora-
blemas relacionados con la validez interna, se cons- ción de la evidencia aplicada a nuestra propia po-
tata que la inferencia de los resultados sólo aplica- blación y contexto. Por otro lado, la enseñanza de
ría a poblaciones de características similares a las las ciencias médicas no incentiva la validación de
del estudio. En este caso, no a la población chilena instrumentos extranjeros para la valoración de la
o a otras similares20. lectura crítica, ni menos la creación de los propios.
Así, nos vemos obligados no sólo a traducir el len-
guaje epidemiológico desde el inglés, sino que tam-
Discusión bién a adaptar e implementar esas traducciones a
las problemáticas sanitarias regionales.
La evidencia ha tenido un desarrollo diacrónico Es cierto que el análisis de la evidencia incluye
marcado por el interés de la comunidad científica sutilmente, la adaptación a diferentes realidades;
por ordenar y valorar de una manera exhaustiva el pero, complicando un poco más la contingencia
conocimiento, siendo uno de los objetivos primor- ¿qué repercusiones podemos tener en el ámbito le-
diales el contestar preguntas clínicas surgidas del gal? De a poco vamos observando cómo la lex artis
quehacer médico diario. En principio, la idea princi- ya no se basa en opiniones de expertos, cada día
pal fue dar directrices para que el conocimiento más se hace más próxima a la MBE, lo cual implica la
válido sea conseguido de manera expedita por el contemplación de recomendaciones al momento de
clínico. Paradójicamente, el desarrollo de múltiples fallos judiciales, pero ¿cómo nos aseguraremos que
propuestas de clasificar la evidencia y formular re- el acercamiento sea justo y se considere la realidad
comendaciones y el lenguaje epidemiológico em- local? Necesitamos establecer recomendaciones ba-
pleado, ha llevado consigo confusión e incompren- sadas en estudios propios. No podemos pretender
sión por parte de los clínicos, quienes ven en esta que las recomendaciones establecidas por científi-
gran variedad de opciones más conflictos que ayu- cos con distinto grado de desarrollo tecnológico y
da al desarrollo de la práctica profesional. En este de habilidades, puedan ser entendidas por quienes
artículo hemos presentado y desarrollado de forma ejecutan las leyes sin el riesgo de creerlas como
somera algunas de las clasificaciones existentes, uti- definitorias.
lizando como criterio de selección, el nivel de utili- Siguiendo con nuestro análisis nos pregunta-
zación de cada cual, el que se asocia directamente mos: ¿Cuál es el nivel de influencia de la evidencia
con el grado de aceptación de ellas por parte de la en el quehacer médico en Chile? ¿Entendemos bien
comunidad científica. lo que es la evidencia, sus niveles e interpretacio-
El problema de la jerarquización de la evidencia nes? ¿Cuál de las propuestas de clasificación de la
también ha planteado desafíos a los comités edito- evidencia es más adecuada para nosotros? Desde
riales de las revistas biomédicas respecto de cómo nuestro punto de vista, destacamos la clasificación
ofrecida por OCEBM por sobre las otras, por ser Chil Cir 2005; 57: 500-507.
capaz de asignar una valoración más completa de 10. Manterola C, Pineda V, Vial M, Losada H; the MINCIR
la evidencia según cada tipo de escenario. Sin em- Group. What is the methodologic quality of human
bargo, es absolutamente imprescindible entender therapy studies in ISI surgical publications? Ann Surg
que las recomendaciones, son consejos desde la 2006; 244: 827-832.
más alta perspectiva científica, no importa cuál pro- 11. Manterola C, Busquets J, Pascual M, Grande L. What
puesta usemos sino cómo las empleemos, qué jui- is the methodological quality of articles on therapeutic
cios hagamos y cómo interrelacionamos la eviden- procedures published in Cirugía Española? Cir Esp
cia con los factores propios de nuestro entorno. 2006; 79: 95-100.
El propósito de los autores es a través de este 12. Task Force Revitalization Process (CTFPHC).
artículo, acercar las clasificaciones de la evidencia Evidence-Based Clinical Prevention, Updated August
y sus recomendaciones a quienes se aproximan a la 17, 2005. Available from: http://www.ctfphc.org. Vi-
jerarquización de la misma e invitar a reflexionar res- sitado el 22 de junio de 2009.
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www.cebm.net/index.aspx?o=1025. Visitado el 22 de
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