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Monumentos en espacio público Siglo XIX en Francia: entre el

orden social y lo urbano.

Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural Mueble


Universidad Externado de Colombia
Facultad Estudios del Patrimonio Cultural

Sara María Espitia Rincón


Octubre, 2017.
Bogotá D.C.
1. Estado de conocimiento

La Conservación y restauración como disciplina puede entenderse como un diálogo


con la obra de arte, y a su vez, como un ejercicio pragmático del objeto artístico en sus
valores culturales, artísticos e históricos [CITATION Mar01 \p 18 \l 9226 ]. En conexión con lo
anterior, el siguiente estado de conocimiento propone un acercamiento desde la
conservación – restauración al papel de los monumentos en el siglo XIX en su relación con
el orden social y urbano en Francia, específicamente en la ciudad de París, la cual para
entonces, se presenta como una de las principales capitales europeas con una amplia
elaboración de monumentos ligada a una transformación urbana que contempla las nuevas
necesidades a nivel cultural de la sociedad [ CITATION Gam03 \l 9226 ]. Cabe resaltar que la
orientación de este estado hacia el orden social y urbano obedece a que dichos referentes
están de manera directa asociados a ellos.

Para entender el papel de los monumentos en cuanto a lo urbano y lo social, se


toman en cuenta algunos trabajos puntuales que exponen o mencionan dicha relación.
Hernández, F. (2002) refiere en su libro El Patrimonio cultural: La memoria recuperada,
en el capítulo II, la aceptación del monumento en el siglo XIX añadiendo el atributo
“histórico”, que da cuenta de la reflexión de un contexto revolucionario en Francia, con
efectos vandálicos sobre los monumentos, permitiendo una nueva conciencia colectiva
sobre la conservación de dichos bienes. Por tanto, se infiere que, la parte social se vincula a
la preservación de estos bienes, través de una sensibilidad transmitida desde los mismos.

La autora señala también la influencia política que hay detrás de los monumentos en
cuanto al papel del Estado como custodio y administrador de estos, dando lugar a la
creación de instituciones y leyes que permiten una amplitud respecto a la conservación y
acceso público a ellos, teniendo en cuenta los lugares dispuestos en la ciudad para ese fin.

En el trabajo de Beltrami (2010): El monumento histórico a través del tiempo:


antecedentes y orígenes, reflexiona acerca del estudio del monumento ligado a un contexto
social particular representado por la burguesía capitalista del siglo XIX, apareciendo
progresivamente desde una significación y valoración colectiva que determinará el peso del
concepto de monumento y su relevancia a nivel social.

1.1. Monumentos: entre el orden social y urbano: contexto histórico

Una mirada acerca de la importancia y definición del monumento a nivel histórico se


sitúa en Francia, en el Siglo XVIII en relación con una instancia política, luego de la
Revolución Francesa, trayendo a colación que, es en ese periodo donde el monumento
cobra una valoración colectiva concreta alimentada de la conciencia que tiene la sociedad
de “recuperar, proteger y conservar” un legado histórico recibido con miras a transmitirlo a
otras generaciones [ CITATION Her02 \l 9226 ].

En París, el vandalismo que se cometía a los monumentos era reportado a través de la


prensa influenciando así la necesidad de impedir la destrucción de monumentos [ CITATION
Her02 \l 9226 ]. Desde la política, el Estado francés realiza una confiscación de bienes, tanto
a la monarquía como a la iglesia, convirtiéndose en custodio y administrador, previniendo
así los efectos destructivos y vandálicos de la Revolución como contradicción a la intención
de conservar, teniendo en cuenta que la destrucción también vino por parte del Estado en
pro de la construcción de nación, por ejemplo, la destrucción de las estatuas de Luis XIV en
la plaza de Vendóme y en la plaza de las Victorias (Fig. 1; Fig. 2 en Hernández Hernández,
2002, pág. 71). Pese a esto, el hecho de que el poder estatal se hiciera cargo de esos bienes
confiscados, dio origen al patrimonio nacional, dando lugar a unas políticas de
conservación de los bienes culturales franceses, en el que se destaca una definición más
clara de monumento histórico extendido no sólo a los edificios, sino a todos aquellos
objetos que hagan referencia a la historia nacional (Rüquer, 1913; pág. 180, en: Hernández
Hernández, 2002, pág. 81), y a una administración de los bienes con miras a la preparación
de instrumentos jurídicos y técnicos para su conservación (Choay, 1992, pág. 93, en
Hernández Hernández, 2002, pág.70).
Fig. 1: Destrucción de las estatuas de Luis XIV en la plaza de Vendóme

Fig. 2: Destrucción de las estatuas de Luis XIV en la plaza de las Victorias

En cuanto a lo que señala Martinez Justicia (2001), los avances científicos aportarán de
manera preponderante a una visibilización de la restauración como disciplina en la segunda
mitad del siglo XVIII, en un clima de tensión entre el racionalismo de la Ilustración y el
sentimiento romántico del siguiente siglo. A nivel social se está dando una progresiva
aceleración en cuanto al quehacer humano, el avance de la burguesía y la llegada paulatina
de la civilización industrial, mientras que, a nivel cultural, aparece una actitud nueva frente
a obras y monumentos históricos, que hace una ruptura con “la continuidad del pasado
dominante”, integrando funcionalmente las obras al contexto social, generando también un
anclaje de la creación artística con la producción artesanal[ CITATION Mar01 \l 9226 ].

En lo que respecta al emplazamiento de los monumentos en la ciudad parisina en el


siglo XIX, se encuentra directamente asociado con la configuración arquitectónica de la
ciudad, entendiendo el “espacio público” como un término netamente urbano, que, en
conjunto con fenómenos como el asenso de la burguesía, una política liberal, los procesos
de industrialización, crecimiento económico y la conformación de estados-nación,
conllevan a responder de alguna manera las nuevas necesidades sociales que requieren una
atención en cuanto a educación, salud, comercio y cultura [ CITATION Gam03 \l 9226 ].

En esta medida, los monumentos hacen parte de un “amoblamiento urbano”, que según
Gamboa Samper (2003) proporciona la esteticidad del lugar donde se ubique en función de
nuevas formas de socialización, representando la apertura total de la ciudad a todos sus
habitantes.

De esta manera, los fenómenos sociales del siglo XIX dan cuenta de una concepción
materialista en cuanto a que los monumentos cobran sentido mediante la significación y
valoración de un colectivo, evidenciando un pasado materializado, con la necesidad de
conservarlo para su transmisión al futuro. Respecto a la discusión con el pensamiento de
Marx, cabe resaltar que, según Borja (1989, pág. 204) citado en Universidad de Antioquia
(s.f.):

La ciudad es una realidad doblemente histórica. Es un producto de la historia y es el


lugar de la historia. Su existencia y su futuro se explican por un conjunto de factores
complejos: económicos, demográficos, sociales, culturales, políticos y administrativos.
Pero esos factores se manifiestan en forma de conflictos sociales, de confrontaciones
ideológicas, de iniciativas urbanísticas y económicas y de cambios políticos que ocurren
en la ciudad (…) La ciudad de Marx no es producto de una historia deshumanizada,
sino la historia misma hecha carne y movimientos, de trabajo convertido en piedra y de
memoria que es cultura.

(Borja 1989, pág. 204, citado en Universidad del Antioquia, s.f.)


Aplicado al monumento en el espacio público parisino, se puede dar cuenta de una
necesidad de representación cultural a nivel urbano, una esteticidad al espacio donde se
emplaza que entra en discución con la prevalencia de la estética o la historia y las
desiciones y criterios para su conservación y restauración.

Bibliografía

Beltrami, M. (Mayo de 2010). El monumento histórico a través del tiempo: antecedentes y


orígenes. Recuperado el octubre de 2017, de Contribuciones a las Ciencias Sociales:
http://www.eumed.net/rev/cccss/08/mb.htm

Brandi, C. (1993). Teoría de la restauración. Madrid: Alianza Forma.

Gamboa Samper, P. (20 de Febrero de 2003). El sentido urbano del espacio público.
Recuperado el octubre de 2017, de Bitácora 7. Revistas UNAL:
https://revistas.unal.edu.co/index.php/bitacora/article/viewFile/18775/19669

Hernández Hernández, F. (2002). 1.6.1. Los orígenes de la Revolución Francesa y el inicio


del concepto de patrimonio. En F. Hernández Hernández, El patrimonio cultural: la
memoria recuperada (pág. 69). España: Ediciones Trea.

Martínez Justicia, M. J. (2001). Historia y Teoría de la Conservación y Restauración


artística. Madrid: Editorial Tecnos.

Universidad del Antioquia. (s.f.). La Escuela francesa de sociología urbana. Recuperado el


octubre de 2017, de Biblioteca digital CEO, Facultad de Ciencias Sociales:
http://bibliotecadigital.udea.edu.co/bitstream/10495/2650/1/CentroEstudiosOpinion
_escuelafrancesasicologiaurbana.pdf

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