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Díaz Mejía Frederick Y.

UNPRG

DE LA SOCIEDAD DE LA
INFORMACIÓN A LA
SOCIEDAD MÓVIL
Superadas las consecuencias sociales de la revolución industrial y la posmodernidad, nos
encontramos en la Sociedad de la Información, llamada así precisamente por la relevancia
que adquiere la comunicación y por su influencia en la sociedad, tanto en los grandes
procesos como en la vida cotidiana

Esta ascensión empezó a gestarse después de que finalizase la segunda guerra mundial. Fue
en la década de los 90’s que la expresión “sociedad de la información” se impuso, con
carácter de evidencia, en los medios de comunicación. La “sociedad de la información”
constituye una categoría preestablecida y adoptada sin mayores cuestionamientos por parte
de los ciudadanos (la irrupción de Internet como red de acceso público dinamito sus
alcances).

El proyecto de sociedad de la información se convierte en nuevo imperativo industrial. Se


vuelca al campo de las políticas públicas. En los años 1970, con la primera crisis del
petróleo, poco tiempo después se convierte en la brújula de los grandes países
industrializados que ven en la “relación” entre computadoras y telecomunicaciones una
salida estratégica para afrontar la crisis. Crisis que afectaba la “gobernabilidad de las
democracias occidentales”, su modelo de crecimiento y el modo de acumulación capitalista.

Entonces dominar las redes era (o es en la actualidad) una clave de la independencia


nacional. Los años 1980 desestabilizan la idea de política pública en el marco del Estado-
nación y del Estado de bienestar. La edad de la información acompaña a la dupla de la
globalización y desreglamentación. Ambas dan inicio al proceso de privatización y de
concentración que va a desembocar en la constitución de mega grupos económicos que
acaparan y abastecen no solo sus mercados, sino también los de todo el mundo. En los años
1990, se cristaliza un proyecto de reordenamiento del mundo por intermedio de las redes.
El G7 estrena en 1995 la noción de “sociedad global de la información” junto con la de
“nuevo orden mundial de la información”. Su vitrina: los proyectos de auto-rutas de la
información.

Posteriormente la sociedad de la información gestaría en no más de 30 años a su nueva


sucesora, la sociedad móvil, dicha sociedad se caracteriza por tener dispositivos y

Lambayeque/2020
Díaz Mejía Frederick Y. UNPRG

aplicaciones móviles las cuales han transformado la vida. El hardware y software,


mantienen a la sociedad sumida en un vértigo de información y entretenimiento, donde
reina lo inmediato y todo está vinculado.

Los dispositivos móviles son una suerte de “virus”. Aparecieron hace unos treinta años y
comenzaron a reproducirse de forma exponencial, atípica con respecto a otro tipo de
tecnologías. El contagio fue inmediato entre los usuarios, todos querían tener uno sólo
después de mirar su “magia”. Primero fueron los jefes, luego sus empleados, padres y
madres, adolescentes y en seguida los más pequeños. Hoy el “virus” está en todas partes,
vive en nosotros en su quinta o sexta generación, y pronto participará en simbiosis perfecta.

Estos dispositivos participan de una economía propia centrada en mercados de aplicaciones.


En esos mercados las aplicaciones son entes vivos que nacen, se reproducen, mutan y quizá
mueren. Aplicaciones que transforman los dispositivos en plataformas de juegos,
herramientas de salud, entretenimiento y sobreinformación. También conviven en un
proceso de enseñanza aprendizaje donde los instructivos no existen. Donde el concepto de
experiencia de usuario (usabilidad, interfaz de usuarios, responsividad) es el lenguaje
automático-universal entre el hombre y la pequeña máquina. El aprendizaje invisible
emerge aquí para amenazar la enseñanza tradicional. La educación tradicional de leer-
memorizar a largo plazo queda desplazada por la educación disruptiva de interactuar y
remezclar la realidad.

Lambayeque/2020

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