Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
“ENRIQUE C. REBSAMEN”
DESARROLLO INFANTIL Y DE LOS ADOLESCENTES. ASPECTOS GENERALES
GLOSARIO
resistencia a la insulina.
La insulina es una hormona secretada por las células beta del páncreas, la cual
tiene la función de mantener el azúcar en la sangre en niveles adecuados. Cuando
la insulina que secreta el páncreas no es efectiva para realizar esta función
adecuadamente se dice que existe una resistencia a la insulina, esto hace que el
páncreas secrete gran cantidad de esta hormona para compensar y
posteriormente se empiezan a presentar niveles elevados de azúcar en la sangre,
lo que conocemos como Diabetes Tipo 2. De Acuerdo con el protocolo clínico para
el diagnóstico y tratamiento de la diabetes de la Secretaría de Salud, la
Resistencia a la Insulina es fundamental para que aparezca un cuadro de
síndrome metabólico, por que predispone al organismo a desarrollar hipertensión,
obesidad, diabetes y problemas cardiovasculares.
Signos y síntomas.
Un adulto padece Síndrome Metabólico cuando cumple con dos o más de los
siguientes criterios: presión arterial igual o mayor de 140/90 mmhg, niveles de
triglicéridos mayor a 150 mg/dl y colesterol HDL menor de 35 mg/dl en hombres y
menor de 40 mg/dl en mujeres. De igual manera, este padecimiento se presenta
cuando hay microalbuminuria mayor a 20 microgramos/min, y obesidad o
perímetro de cintura mayor de 88 en mujeres y mayor de 102 en hombres.
Cabe señalar que los niños y adolescentes también pueden presentar Síndrome
Metabólico, por ello es de suma importancia que se monitoreen los niveles de
glucosa, triglicéridos, lipoproteínas de alta densidad y presión arterial,
principalmente en aquellos niños o adolescentes que presenten obesidad o un
abdomen prominente. Para conocer los criterios de diagnóstico del síndrome
metabólico en niños consulte a un profesional de la salud, él sabe lo que es mejor
para su salud, y tranquilidad.
Riesgos.
Se pueden presentar múltiples alteraciones en el estado de salud, destacan: los
daños al corazón, como infartos; angina de pecho, corazón crecido, daños a los
riñones, como insuficiencia renal, entre otras complicaciones que pueden causar
un gran deterioro en la calidad de vida y muerte temprana.