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“El conflicto armado interno dejó más de 148 mil víctimas en dos décadas,
entre muertos, desaparecidos, torturados y desplazados por la violencia"
También estableció que la jornada única con mayor cantidad de muertos fue el
16 de julio de 1984. Aquel día, Sendero Luminoso, que asesinaba a lo largo y
ancho del bucólico valle de Huanta y de las montañas de Cangallo y La Mar,
perpetró una de sus operaciones más salvajes: la matanza de Soras, un pueblo
del sur de Ayacucho.
Entre las 33 mil víctimas mortales que hemos identificado en el RUV (24 mil
fallecidos y 9 mil desaparecidos) figuran afectados en los mayores casos de
violaciones de los derechos humanos de la época: las ejecuciones
extrajudiciales y entierros clandestinos en el cuartel del Ejército Los Cabitos
(1983-1985) y las masacres de poblaciones enteras en las localidades de Putis
y Soras (ambas en 1984 en Ayacucho), así como el arrasamiento militar en el
río Huallaga (en Huánuco, 1993) y la matanza en el valle de Tsiriari en
Mazamari (en Junín, 1993).
Al cruzar información del RUV, con los casos de la CVR y los expedientes del
Poder Judicial se confirma que otras fechas con gran cantidad de víctimas
fatales ocurrieron entre los años 1983 y 1993. Las mismas que coinciden con
masacres conocidas como Lucanamarca y Accomarca (Ayacucho), y otras de
notoriedad menor como las ocurridas en Anco, Umasi, Huayao, Chungui,
Socos y Acosvinchos, ubicadas en la misma región; al igual que Tsiriari (Junín).
La data rescata del olvido hechos y momentos que apenas son recordados en
el calendario oficial del país. En estos tiempos, solo los deudos cargan el luto
durante estas fechas.
BIBLIOGRAFÍA