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Ley Sáenz Peña

Ley Sáenz Peña. Se conoce como la Ley Sáenz Peña o Ley 8.871 a la ley
General de Elecciones, sancionada por el Congreso de la Nación
Argentina el 10 de febrero de 1912, que estableció el voto secreto y
obligatorio a través de la confección de un padrón electoral, exclusivo
para nativos argentinos y naturalizados masculinos y mayores de 18
años.
Entre 1880 y 1916, en la Argentina, el gobierno estuvo controlado por
una elite, cuyos miembros estaban estrechamente vinculados entre sí,
por relaciones familiares y económicas. Se aseguraban el control del
poder político mediante la organización de elecciones nacionales y
provinciales en las que se practicaban el fraude y la coacción sobre los
votantes.

Algunas fuerzas políticas, como el radicalismo y el socialismo,


cuestionaron estas prácticas y exigieron una reforma electoral que
permitiese comicios libres y legítimos. Durante la presidencia de Roque
Sáenz Peña, en 1912, se sancionó la ley que estableció el sufragio secreto
y obligatorio para todos los varones mayores de edad conocida como la
“Ley Sáenz Peña”. Esta ley y la que dispuso la confección de nuevos
padrones electorales crearon condiciones favorables para el triunfo
electoral del candidato de la Unión Cívica Radical, Hipólito Yrigoyen.

Debe su nombre al hecho de haber sido sancionada durante la


presidencia de Roque Sáenz Peña, miembro del ala modernista del
gobernante Partido Autonomista Nacional e impulsor de la ley. Es
importante notar que el voto femenino sólo llegaría durante el primer
gobierno de Juan Domingo Perón en  1947; el universo de la Ley Sáenz
Peña sólo incluía a los hombres.
Con la nueva ley electoral, conocida como “Ley Sáenz Peña”, se
consideró electores a todos los ciudadanos, natos y naturales que
figuraran en el padrón electoral, desde los 18 años de edad hasta los 70.
A partir de esa edad, el voto era opcional.

En aquel entonces, se consideró afectados de incapacidad y privados de


ejercer el derecho de sufragio a los dementes declarados en juicio y los
sordomudos que no pudieran expresarse por escrito. Por su estado y
condición, se hallaban imposibilitados de votar los religiosos, los
soldados y los detenidos por juez competente. Además, por causas de
indignidad, los reincidentes condenados por delitos contra la propiedad
no podían sufragar durante cinco años después de cumplida la condena
y los penados por falso testimonio y por delitos electorales, por el
mismo lapso.

Las juntas escrutadoras de votos eran las encargadas del recuento de


las votaciones; se reunían en la Cámara de Diputados de la Nación o en
la Legislatura; estas juntas se constituían en cada capital de provincia.
Cada una estaba integrada por el Presidente de la Cámara Federal de
Apelaciones, el Juez Federal y el Presidente del Superior Tribunal de
Justicia de la Provincia. En la capital de la república la integraba el
Presidente de la Cámara Civil.

La ley Sáenz Peña se aplicó por primera vez en abril de 1912 en Santa Fe
y Buenos Aires; y en 1916 permitió que accediera al poder el candidato
por la Unión Cívica Radical, Hipólito Yrigoyen.

Cabe destacar que la ley fue sufriendo modificaciones a lo largo de los


años. El 29 de septiembre de 1947 se sanciona la Ley N° 13010, que
promulga el voto femenino y que es aplicada en las elecciones de 1951.
El 14 de diciembre de 2009 se sanciona la Ley N° 26571 de
Democratización de la representación política, la transparencia y la
equidad electoral; y el 14 de agosto de 2011 se realizan, por primera vez
en nuestra historia como país, elecciones primarias, abiertas,
simultáneas y obligatorias.

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