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¿Qué es?
Los trastornos del espectro autista (TEA) son una discapacidad del desarrollo que puede
provocar problemas sociales, comunicacionales y conductuales significativos. A menudo,
no hay indicios en el aspecto de las personas con autismo se diferencien de otras personas,
pero es posible que quienes tienen autismo se comuniquen, interactúen, se comporten y
aprendan de maneras distintas a otras personas. Las destrezas de aprendizaje, pensamiento
y resolución de problemas de las personas con autismo pueden variar; hay desde personas
con muy altos niveles de capacidad (dotadas, o gifted en inglés) y personas que tienen
muchas dificultades. Algunas necesitan mucha ayuda en la vida diaria, mientras que otras
necesitan menos.
Signos y síntomas
Las personas con un TEA a menudo tienen problemas con las destrezas sociales,
emocionales y de comunicación. Es posible que repitan determinados comportamientos o
que no quieran cambios en sus actividades diarias. Muchas personas con TEA también
tienen distintas maneras de aprender, prestar atención o reaccionar ante las cosas. Algunos
de los signos comienzan durante la niñez temprana y, por lo general, duran toda la vida.
Los niños o adultos con TEA podrían presentar las siguientes características:
No señalar los objetos para demostrar su interés (por ejemplo, no señalar un avión que pasa
volando).
Tener dificultad para relacionarse con los demás o no manifestar ningún interés por otras
personas.
Tener dificultades para comprender los sentimientos de otras personas y para hablar de sus
propios sentimientos.
Preferir que no se los abrace, o abrazar a otras personas solo cuando ellos quieren.
Parecer no estar conscientes cuando otras personas les hablan pero responder a otros
sonidos.
Estar muy interesados en las personas pero no saber cómo hablar, jugar ni relacionarse con
ellas.
Repetir o imitar palabras o frases que se les dicen, o bien, repetir palabras o frases en lugar
del lenguaje normal.
Tener dificultades para expresar sus necesidades con palabras o movimientos habituales.
Tener reacciones poco habituales al olor, el gusto, el aspecto, el tacto o el sonido de las
cosas.
Perder las destrezas que antes tenían (por ejemplo, dejar de decir palabras que antes
usaban).
Diagnostico
El diagnóstico del autismo puede ser difícil de hacer debido a que no existen pruebas
médicas, como un análisis de sangre, para diagnosticarlos. Para llegar a un diagnóstico, los
médicos observan el comportamiento y el desarrollo del niño.
A veces, el autismo pueden detectarse a los 18 meses de edad o incluso antes. A los 2 años
de edad, el diagnóstico realizado por un profesional con experiencia puede considerarse
muy confiable.1 Sin embargo, muchos niños no reciben un diagnóstico final hasta que son
mucho más grandes. Este retraso significa que hay niños con TEA que podrían no obtener
la ayuda temprana que necesitan.
Tratamiento
Actualmente, no existe una cura para los TEA. Sin embargo, las investigaciones muestran
que los servicios de tratamiento de intervención temprana pueden mejorar el desarrollo de
estos niños.2, 3 Los servicios de intervención temprana ayudan a los niños desde el
nacimiento hasta los 3 años (36 meses) de edad a aprender destrezas importantes. Estos
servicios pueden incluir terapia para ayudar al niño a hablar, caminar e interactuar con los
demás. Por lo tanto, es importante hablar con el médico de su hijo lo antes posible si piensa
que su hijo tiene un TEA u otro problema del desarrollo.
Además, el tratamiento de síntomas particulares, como la terapia del habla para los retrasos
en el lenguaje, no requiere que espere hasta recibir un diagnóstico formal de TEA.
No se conocen todas las causas de los TEA. Sin embargo, hemos aprendido que,
probablemente, existan muchas causas para múltiples tipos de TEA. Puede haber muchos
factores distintos que hagan que un niño tenga más probabilidades de tener un TEA,
incluidos factores ambientales, biológicos y genéticos.
¿A quiénes afecta?
Los TEA ocurren en todos los grupos raciales, étnicos y socioeconómicos, pero es 4.5
veces más frecuente en los niños que en las niñas.
Presentan ecolalia: repetición de ciertas palabras o frases que alguien más dice, pero es
posible que no conozcan las palabras para describir sus sentimientos. Debido a esto, el
lenguaje corporal, retraimiento, agitación u otras señales son importantes reconocerlas.
De acuerdo a Notbohm, es importante mostrarle a la persona con autismo cómo hacer algo
y no sólo decírselo. Asimismo, es esencial la repetición, ésta les ayuda a aprender lo
desconocido. Un cronograma visual representa una extraordinaria herramienta para aliviar
el estrés de tener que recordar lo que sigue. Esta representación gráfica es de suma ayuda
para la transición entre actividades.
Evitar las críticas, elogiar y mejorar las fortalezas y talentos. Como todo ser humano, es
difícil que las personas con autismo aprendan en un entorno de críticas, aunque sean
“constructivas”.
Aunque parezca que no quieren relacionarse socialmente, a las personas con autismo, se les
dificulta iniciar una conversación o unirse a un juego. Si las demás personas participan en
esta inclusión será más fácil. Para ellos es complicado leer expresiones faciales, el lenguaje
corporal o las emociones de los demás.
Contempla que los cambios radicales de humor suceden porque uno o varios de sus
sentidos se han sobresaturado.
Quiéreme sin condiciones, en especial si eres miembro de mi familia.
Ver el autismo de la persona como una habilidad diferente en lugar de percibirla como una
discapacidad.