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Importancia de la intervención de los jóvenes

en la elaboración de proyectos sociales.


Actualmente, se tiene la percepción que en la realización de un proyecto social solo intervienen personas
adultas. Sin embargo, es necesario que los jóvenes pueden ser partícipes de esta importante actividad.
Para poder realizar un proyecto social, y sea quien lo
realice (realizado por la comunidad, por iniciativa
propia o impuesto por el gobierno), no es
imprescindible que dispongamos de dinero o con
tiempo libre. El principal requisito para ser realizarlo
es la fuerza de voluntad. Con este requisito, podremos
ser capaces de participar activamente, y contribuir al
cambio de vida que obtendrá a través de dichos
proyectos.
Un proyecto social, define su sostenibilidad en el
tiempo con la ejecución del mismo. Si un proyecto
solo perdura 2 o 3 años no podrá ser sostenible. Pero
¿Por qué usualmente los proyectos sociales dejan de
existir con el paso del tiempo? La respuesta tal vez la hallemos uno de los elementos más importantes para la
ejecución de un proyecto social: El factor humano.
Inicialmente, un proyecto social nace gracias a la imaginación y el buen planeamiento de una persona, la cual
identifica un problema en su comunidad y propone una solución para que se pueda generar un cambio
beneficioso.
Todo participante de un proyecto cuenta con habilidades diferentes, esta diversidad de habilidades hace que el
proyecto se enriquezca. Cada integrante puede estar asignado a tiempo parcial o completo, ser de bajos o altos
recursos, pero lo que importa al momento de cooperar es el tiempo que se aporte. Es por ello que participar en
un proyecto de índole social es un acto solidario.
Liderar un equipo conlleva a una responsabilidad no solo para el éxito del proyecto, sino también para su
sostenibilidad futura. Los requisitos fundamentales son: personas con mentalidad madura, con gran sentido de
la responsabilidad y una estrategia organizacional. Así mismo, debe mantenerse vigilante a que el equipo
tenga un comportamiento adecuado, ético y profesional.
Ampliando la participación de la gente joven, ellos aportan energía y pasión que contribuye a que un proyecto
perdure con el tiempo. No es necesario dedicarse a tiempo completo a apoyar en un proyecto social. Basta con
dedicarle unas pocas horas. El tiempo realizado en este tipo de proyectos es una inversión para mejorar las
expectativas de vida de muchas familias a las cuales será dirigido el proyecto.
La Escuela Internacional de Posgrado, no es ajena a la realidad del país que en las últimas décadas, ha venido
sufriendo impactos debido a fenómenos naturales, así como malas decisiones tomadas por el gobierno, por lo
que se ha abocado a formar líderes en el campo de la Gerencia de Proyectos y de Programas Sociales, a través
de sus maestrías que imparten, si deseas más información sobre ella, ingresa al siguiente
enlace: https://eiposgrado.edu.pe/gerencia-de-proyectos-y-de-programas-sociales/

https://eiposgrado.edu.pe/gerencia-de-proyectos-y-de-programas-sociales/

 
¿Qué programas sociales falta en el Perú?

Nuestro país en la actualidad está en una incertidumbre


sobre lo que vendrá los próximos años y con ello nuevos
proyectos- y esperanzas de los cambios-, los diversos
problemas sociales que se viene arrastrando hace mucho
años son el descontento de las personas en el Perú en el día
a día, pero, ¿Qué proyectos sociales faltan en el Perú? Acá
brindaremos los primordiales programas que se requiere:

Planificación familiar
Se sabe que sin educación un país no puede surgir, pero se
ha olvidado de algo muy importante -o dejado para el
último-, quizás por tabú, pero la planificación familiar en un
país con una taza elevada de adolescentes embarazadas
(7’957,501 mujeres de 12 años a más, según INEI) Es
completamente una urgencia.
Esto quiere decir que: Desde el 2009 el porcentaje de embarazos de las chicas entre 15 y 19 años en
nuestro país se mantiene en 13%, según INEI. Además de la cifra de: cada día cuatro niñas menores de
15 años quedan embarazadas, en su mayoría son pobres. ¿Cómo es que se llegó a esto? nula educación
sexual y nula educación para la planificación familiar.
En el 2016, después de mucha lucha se logró que el Poder judicial ordenó un plazo de 30 días al el
Ministerio de salud distribuya sin ningún tipo de costo la píldora del día siguiente. Pero la realidad es
que aún hay ciertos problemas de “abastecimiento” y los centros de salud público no tienen la mejor
atención, ni mucho menos información para jóvenes que requieren de cuidarse adecuadamente.
Aquí y en cualquier país un embarazo a tan temprana edad limita las oportunidades, el 88% de madres
adolescentes en el Perú no accede a sus clases del secundario como cualquier persona. Nuestro país en
Sudamérica es el que tiene el mayor número de abandono escolar por los embarazos adolescentes.
¿Cómo un país puede surgir con el futuro de los jóvenes truncos? El Perú necesita campañas grandes por
todo el país – y en los lugares más vulnerables- sobre educación sexual y planificación familiar.
Nuestros jóvenes deben de saber que tener un hijo no es un juego, es un compromiso y que primero ellos
deben de tener una profesión y una pareja consolidada para dar un ambiente sano al niño o niña.
La educación sexual se debe enseñar desde el colegio para bajar la taza de embarazo adolescente. Un
ejemplo claro es el gran profesor Luis Miguel Bermúdez, profesor del colegio Gerardo Paredes, ubicado
en Bogotá. Él diseñó un currículo de educación sexual, logrando bajar la taza de embarazos adolescentes
a cero, en dónde se tenía un aproximado de 70 niñas cada año volviéndose madre.
¿Cómo lo hizo? “Me acerqué a los jóvenes sin juzgarlos y dejando de lado el discurso prohibicionista.
Se trata de entenderlos no de imponerse”, dice. El plan de este magnífico profesor fue enfocarse en
charlas de educación sexual y reproductiva. También les enseñó a exigir sus derechos. “Les negaban el
acceso a métodos de anticoncepción y aprendieron a reclamarlos”, indica Bermúdez.
El embarazo adolescente, según Unicef, “está asociado con la violencia de género en su sentido más
amplio: violencia física, simbólica, psicológica y económica”.
Educación inclusiva
Hace un par de años todo el Perú fue testigo como un niño con autismo tomó un micro, llegó a una
playa, se metió al mar y se ahogó. Sin ninguna persona que lo ayudará o pida auxilio por él. Entonces, la
pregunta es: ¿El Perú está capacitado para tener una educación inclusiva?
Todas y todos debemos de saber cómo tratar a una persona con autismo, síndrome de down, o con
cualquier discapacidad o particularidad que puede tener una persona. Eso es educación inclusiva, no
hacer que las personas se sientan distintos a los demás o “el otro” “la otra” del grupo social.
Autismo
En el Perú existe más de 7 mil 400 escolares que viven con el trastorno del Espectro Autista (TEA).
Dentro de los años 2003 y 2012 se determinó que todo niño/a con necesidades educativas especiales, las
cuales son incorporadas en los colegios regulares, deben de recibir sin ningún tipo de restricción
acciones y programas que puedan atender las necesidades, permitiendo tener un servicio de calidad
como el resto del alumnado.
Lastimosamente esto no es una realidad, especialistas y padres de familia denuncian carencias y un mal
servicio: ausencia de vacantes, problemas en las capacitaciones de los maestros, discriminación, poca o
nula información, etc. En este panorama se ven dos carencias muy alarmantes, en tanto existen padres
que no reconocen que sus hijos o hijas son autistas, los profesores no están capacitados para atender a
una persona con esta particularidad. Y en dónde se enfatiza “La inclusión no existe”.
Síndrome de Down
“Lamentablemente el único registro que tenemos en materia de personas incluidas en el campo
educativo es una encuesta realizada hace varios años. Esta es una barrera. No tenemos identificados
cuántas personas con Síndrome de Down hay en el Perú y ahí tenemos un reto en materia de estadística”,
indica la psicóloga educativa del área de educación inclusiva de la SPSD, Katherine Britto.
El coordinador del área de Inclusión Laboral del Centro Ann Sullivan del Perú, Enrique Burgos,
determina que si hay un aumento en el número de empresas que contratan a personas con Síndrome de
Down. Pero, indica que el proceso aún es demasiado lento y que no todas las empresas están cumpliendo
con la norma ya puesta.
Con estos datos se ve claramente la poca visibilidad a las personas que requieren de una educación
inclusiva, de oportunidades de trabajo y la deficiencia en la educación sexual. No sólo en los colegios se
necesita especialistas en los temas, sino también en la policía y toda persona. Todos y todas debemos
saber cómo tratar a una persona con estas condiciones, para no tratarlos con discriminación o miedo.
Por ello es importante la gestión pública en los programas sociales si es que se quiere un Perú inclusivo.
Escuela International de Pos Grado – Gerencia Pública
https://eiposgrado.edu.pe/blog/tag/problemas-sociales/

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