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un árbol (balso negro) que sirve de sombrío a los cafetales contribuye a la muerte de
las abejas, porque su forma es una verdadera trampa mortal.
Gracias a una investigación de campo, se descubrió que no solo abejas sino también
hormigas, avispas, polillas, escarabajos, saltamontes, colibríes y otros insectos se
encontraban ahogados dentro del néctar de las flores del árbol “balso negro”, que hace
parte del programa de sombrío del café en el país y que fue escogido para ser plantado
por parte de los asesores de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia.
Según Tello, su revisión da cuenta de que las flores deben producir por lo general medio
centímetro de néctar y hasta menos, por lo que el balso debe ser polinizado por
murciélagos. “Sin embargo, en esta región del país los murciélagos son escasos porque la
gente los mata”.
Los expertos se dieron cuenta de que esta flor es una trampa natural. “El insecto no
puede aferrarse a ella, sino que se resbala como en un tobogán y cae en esa gran
cantidad de néctar. De esta manera, se ahogan, las alas se quedan pegadas y luego cae
otro y así sucesivamente”.
En el estudio se han contado hasta 30 insectos por flor, entre abejas nativas, Apis,
africanizadas, hormigas, avispas, polillas, escarabajos y saltamontes.
El problema es que el balso negro ha sido plantado sin control por parte de los
caficultores. De forma natural, se encuentra un árbol por hectárea, pero según este
estudio hay 80 por hectárea, lo que lo convierte en un monocultivo y en un potencializador
de sobreoferta de néctar para la fauna de la región.