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Existen diferentes posturas frente a la educación.

Así tenemos a Andrés Oppenheimer,

periodista argentino quien ha tenido la posibilidad de observar de cerca los sistemas

educativos de diversos países. Entre sus ideas expone la importancia de ser productores, es así

que afirma que se debe propender en los países en vías de desarrollo a optar por carreras

técnicas como ingenierías que son profesiones que ofrecen mayores posibilidades de generar

productos que permitan impulsar las economías y el desarrollo de una sociedad. Al respecto,

saltan algunas dudas al escuchar dichas ideas. Considero que no se deben descartar carreras de

carácter social, pues a través de este tipo de formación se forman generaciones más humanas

frente a los problemas que aquejan a la sociedad. Hoy por hoy las redes sociales dejan

conocer casos aberrantes de niñas y niños maltratados (física, emocional, sexualmente);

muerte de animales, vista como un modo de deleite y distracción. Tópicos que

indudablemente están causando laceraciones profundas en los seres humanos que cada vez se

vislumbran más indolentes, crueles e individualistas. Se necesita mayor sensibilidad en las

personas, he ahí la importancia de abordar temas eminentemente sociales que den lugar a

aflorar personalidades con mayor consciencia, solidaridad, empatía y responsabilidad.

Otro punto que aborda en su conferencia es la importancia de la educación al respecto de su

impacto en el desarrollo de una nación. Concuerdo plenamente en este punto, pues la

ignorancia hace de la gente presa fácil de dominación; genera un sentimiento de

desvalorización, ingenuidad e inutilidad que no ayudan en nada en el crecimiento individual y

por ende, le pone límites también al impulso colectivo. Lo que me deja un desazón es como

concibe el proceso educativo, más bien sobre quién recae la responsabilidad de garantizar una

educación de calidad. El señor Oppenheimer manifiesta que en países desarrollados son varias

generaciones (abuelos, papás) ahorrando para entregar a los jóvenes las mejores posibilidades

de educación. Me surge una interrogante: ¿qué pasa con las familias que con dificultad logran

solventar la necesidad básica de la alimentación? Y es que hay realidades muy complejas.


Hogares que no cuentan con recursos necesarios para vestirse, tener un lugar propio para

vivir; no les alcanza para cuestiones primordiales como entonces se pretende que ahorren bajo

esas condiciones. Bajo esas circunstancias, considero que la responsabilidad deja de ser de las

propias familias y es el Estado quien debe ser el emisor de las posibilidades de una educación

que permita superar esas enormes brecas sociales. Como dice el dicho enséñales a pescar y no

darles pescando, porque tampoco se trata de producir personas dependientes que poco o nada

aporten a su entorno.

Sin cuestionamientos, la educación es la llave que abre la puerta del éxito, pero una educación

que sea la fragua de corazones más humanitarios…

Por otro lado está la postura de Pierre Bourdieu, importante sociólogo que siempre ha estado

inmerso en temas educativos. Por supuesto, por la naturaleza misma de su profesión, tiene una

cosmovisión más humana de las cosas. Él planteada que hay cosas que no queremos saberlas,

que hay personas que tienen interés de no saber y que no se sepa. Totalmente cierto, desde mi

punto de vista hay segmentos dominantes que restringen el acceso a los conocimientos porque

quieren que siga existiendo gente desprotegida, de fácil dominio, sumisa y marcados por la

ignorancia que claro, terminan siendo mayoría; que sin darse cuenta son pilares

fundamentales para sostenerlos en el poder.

Otro planteamiento son los gustos, afirma que hay una estrecha relación entre la profesión de

los padres, el nivel de estudio de los hijos, ventajas sociales, económicas, etc. Premisas que

dan lugar para predecir los gustos de los individuos. Aspecto que me parece lógico, pues lo

que uno vive es determinante en la personalidad: s gustos, sueños y aspiraciones, etc. La

acumulación de experiencias puede conllevar a una apertura mental y crecimiento integral de

las personas. Grande será la diferencia entre quienes han vivido rodeados de libros, visitas a

museos y conciertos de música clásica y aquellos que jamás han tenido contacto. La
educación liberará a los pueblos, sin embargo, hay que ver si a las elites que manejan los

sistemas educativos les es conveniente pueblos libres.

Habla también de la dominación latente de los hombres hacia las mujeres. Una realidad que

en pleno siglo XXI sigue vigente. No se ha podido superar este grave problema. Es increíble,

pero incluso aún se conserva la situación de prevalencia masculina en sectores y profesiones,

que hay que recalcar que no son prohibidas para el conglomerado femenino; sin embargo, aún

la sociedad delimita y perfila hacia donde deben caminar las mujeres. Quienes a pesar de

optar por una “profesión de hombres” se les ve ejerciendo cargos de poca relevancia y/o con

menor remuneración. Estas cuestiones no se eliminarán por decreto. Es necesario seguir

trabajando arduamente para generar consciencia y que se pueda dejar de lado pensamientos

retrógrados. Vivimos aún en un mundo dominado por el machismo, se han avanzado en

derechos para las mujeres, pero aún hay mucha tela por cortar. La pregunta es ¿a quién le

corresponde luchar por cambiar esa realidad?

Finalmente, en el video del Marxismo y educación, expone la educación desde un punto de

vista de la izquierda. Todos los conferencistas concuerdan en la importancia de la educación

para superar el retraso de los pueblos del mundo, los abordan desde distintas perspectivas. En

la conferencia del Marxismo y Educación habla de una marcada discriminación entre los

sectores. Hay varias leyes que norman la igualdad, pero igualdad para quién… esa es la

cuestión. Existe igualdad, pero igualdad entre blancos, entre hombres… mientras que para los

negros, los pobres, las mujeres las cosas se ponen cuesta arriba. Una mujer puede ser

astronauta, militar, minero, etc. pero le es mucho más difícil cumplir con ese papel. Es muy

común, pues por ejemplo, en una familia que trabajan los dos (son maestros, doctores…) pero

es la mujer la que termina trabajando más, porque en la casa le corresponde mayores labores

domésticas. Es también una forma de explotación. No hay nada que le obligue al hombre a

trabajar de la misma forma tanto en el ámbito laborar como en el tema doméstico. En


cualquier lugar de cooperación puede existir explotación, se da cuando alguien da más de lo

que recibe.

Otro punto importante de resaltar es que hay una clase social que produce, que es el

proletariado; y, están quienes se sirven de dicha producción, viven de los proletarios porque

se quedan con un mayor segmento del “pastel”.

El Marxismo intentó alejar su teoría de la base moral y convertirla en una cuestión más bien

científica, a través de la formulación de los modos de producción. Aunque es algo

cuestionable – dice-.

La teoría Marxista dice que una persona debe recibir de acuerdo a su aporte, pero no hay

bases científicas que la sostengan. Habla de la importancia de una verdadera equidad, pero

sigue trabajando en un ámbito moral. No hay nada que obligue a la distribución equitativa de

aquello que se produce.

A modo de conclusión, lo cierto es que la desigualdad sigue existiendo, como seres humanos

no hemos logrado superar las pequeñas diferencias, que más bien nos han consumido. Nadie

ha dicho que la educación sea algo secundario ni mucho menos. Los conferencistas coinciden

en el papel trascendental que ésta tiene. Sin embargo, no logran bosquejar respuestas concisas

y certeras para superar las enormes brechas sociales. La educación podría ser la respuesta,

pero no llega a todos y si lo hace no en las mismas condiciones…

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