Está en la página 1de 1

En la clase baja, se supone que el Estado les ofrece unas ciertas herramientas para que puedan

progresar como son: los bonos, escuela pública, etc. La realidad es que la corrupción sigue muy
arraigada a nuestra idiosincrasia por lo que muy raramente “los bonos o becas benefactoras”
llegan a las personas que más lo necesitan. También, hablemos del centralismo que persigue a
nuestro país desde hace mucho, muchas personas que nacen en nuestra sierra se ven
obligadas a venir a Lima puesto que creen que solo aquí encontraran la oportunidad de surgir y
lograr tener una mejor economía, cuando la dura verdad es que muchas veces consiguen
empleos en los cuales se les explota, pagándoles dinero insuficiente por sus horas de trabajo, y
si llegan a conseguir un empleo bueno no pueden conseguir un ascenso por la falta de
educación. Es verdad que hay colegios en las zonas rurales del país pero la educación no es
muy buena y como muchas veces pasa los profesores que manda el Estado hablan castellano y
no el lenguaje que la comunidad a la que imparte clases habla como: el aimara o el quechua,
por lo que existe dificultad para que los alumnos aprendan lo que provoca que se rindan, no
vayan a clases y terminen ayudando a sus padres en la chacra o en algún pequeño negocio
familiar. También está el tema de los servicios como el agua, electricidad y desagüe, muchas
comunidades de la sierra o incluso de la costa no tienen servicios básicos, las empresas señalan
que sus zonas están muy lejos y es imposible poder llegar, esto provoca enfermedades puesto
que no se tiene la higiene necesaria. No solo en la sierra ocurren estas diferencias, en la capital
la vida de la gente de clase baja también es dura, a pesar de que poseen más oportunidades de
trabajo y se podría decir que reciben una mejor educación en las escuelas públicas, muchos de
estos jóvenes terminan abandonando el colegio porque se dan cuenta que en su casa no hay
suficiente dinero así que empiezan a trabajar desde temprana edad o en los peores casos a
cometer actos delincuenciales puesto que es la forma más fácil y peligrosa de ganar dinero.
Debido a la sobrepoblación de Lima mucha gente vive en los cerros, lo cual es peligroso y muy
pocas veces tienen servicios básicos, algunos con un dinero extra pueden construir una casa
con material noble pero a otros que no les alcanza tienen que hacerlo con triplay lo que
empero su salud y tenga que comprar medicinas o tengan riesgo de muerte por exponerse a
esos climas tan helados. También, sin la adecuada educación sexual muchas de estas familias
llegan a tener 3 o 4 hijos cuando ni siquiera les alcanza para criar a uno solo por lo que su
situación económica empeora. Por lo que he relatado vemos que incluso hay una distinción
entre los pobres como lo son: los que viven en zonas rurales, bajas oportunidades de conseguir
un buen trabajo y un buen futuro y los que viven en zonas urbanas, mejor educación y más
oportunidades de trabajo. Esto es muy similar como en lo que veíamos en la republica
aristocrática en la cual la clase baja también se dividía en dos, mas aquí el Estado
verdaderamente no se preocupaba de ofrecer educación y los trataban como animales para
explotar. En el Oncenio de Leguía como en la actualidad se les dio una importancia a la clase
baja, no señalo que Leguía las haya defendido solo que con los actos que hizo; como reconocer
los derechos de la clase trabajadora, la ley de las comunidades indígenas, etc.; trato de
incluirlas luego de ser ignoradas por tanto tiempo.

También podría gustarte