Está en la página 1de 13

El paso del geocentrismo al

heliocentrismo *

GERMÁN GUERRERO PINO**

Resumen
En la presente exposición se quiere trazar
de manera muy gruesa las grandes directri-
ces que llevan de la concepción geocéntrica
del universo a la heliocéntrica sacrificando he-
chos históricos —sin duda importantes— para
una mejor comprensión de la tesis principal
que se defiende. Por ello me detengo básica-
mente en mostrar la transformación y el de-
bilitamiento de los principios básicos sobre
los cuales se montó el geocentrismo, de modo
que al mismo tiempo esto me permite desta-
car el proceso de consolidación de los presu-
puestos sobre los que va a descansar el helio-
centrismo. Por tanto, de este complejo proce-
so, se analiza principalmente los aspectos as-
tronómicos sin profundizar en los físicos, ma-
temáticos y socioculturales correspondientes.

Abstract
In this paper I show an analysis of the
principal guidelines that lead to geocentric
astronomy to heliocentric astronomy. I make
this sacrificing important historical fact for a
best understanding the main thesis that I pre-
sent. In this way I show the development of
the basic principles that support geocentric
astronomy, both its transformation and its
breakdown. This same analysis allows me
show the consolidation of the main assumptio-
ns that supports heliocentric astronomy. The-
refore, of this complex process, I show the
matters belong to astronomy alone, without
study in depth the physical, mathematical,
social and cultural aspects.

* Versiones anteriores de éste escrito las he presentado en Jairo Roldán, Yoav Ben-Dov y Germán Guerrero, LA COMPLEMENTARIEDAD: UNA FILOSOFÍA PARA EL SIGLO XXI, Programa Editorial Universidad del Valle,
2004.
** Ph.D Departamento de Filosofía
Universidad del Valle

98 El Hombre y la Máquina No. 22 • Enero - Junio de 2004


Germán Guerrero Pino El paso del geocentrismo al heliocentrismo

1. Introducción modo que al mismo tiempo esto nos


permite destacar el proceso de con-
La aparición de la ciencia mo-
derna es uno de aquellos fenóme- solidación de los presupuestos so-
nos que ha interesado tanto a cien- bre los que va a descansar el helio-
tíficos como a historiadores de la centrismo. Por tanto, se analizará,
ciencia, filósofos de la ciencia y sin dejar de lado cierto instrumen-
actualmente a los sociólogos de la tal técnico, los cambios que se die-
ciencia. El número de estudios en ron al pasar de una concepción
torno a la transición del pensamien- geocéntrica del mundo a una con-
to aristotélico al pensamiento mo- cepción heliocéntrica, atendiendo
derno cada vez se acrecienta más, principalmente a aspectos astronó-
existiendo tantos enfoques del tema micos sin profundizar en los físicos,
como intereses profesionales se sus- matemáticos y socioculturales co-
citan en torno suyo. Esto no quiere rrespondientes. A su vez, como se
decir que no se hayan logrado acuer- dijo, el mismo análisis y recorrido
dos significativos en la caracteriza- permitirá mostrar de alguna forma
ción de la ciencia moderna, en con- la modificación en la manera de tra-
traposición con las formas como el tar el estudio de la naturaleza: en
mundo griego pensó la ciencia y la general, se destacará cómo la física
desarrolló. El proceso de consoli- aristotélica dominada por la obser-
dación de la ciencia moderna vación directa, por la negación de
—como, en particular, el de cual- la importancia de las matemáticas
quier teoría— se torna suprema- en la investigación física y por una
mente rico puesto que en él no sólo reflexión cualitativa y especulativa
intervienen elementos internos de la es sustituida gradualmente por un
disciplina —que en el caso de la pensamiento que pretende, prime-
ciencia moderna serían la matemá- ro, encontrar leyes matemáticas que
tica, la física y la astronomía, que gobiernen los cielos —pues la na-
ya de por sí lo hacen complejo— turaleza es matemática— y, segun-
sino que también se encuentra em- do, trascender la observación inme-
parentado con elementos externos: diata a través de instrumentos.
filosóficos, religiosos, sociológicos
Debemos comenzar aclarando
y culturales.
que lo que vamos a llamar geocen-
De tal manera que abordar el trismo no se circunscribe propia-
tema de la aparición de la ciencia mente a la teoría astronómica desa-
moderna requeriría de un mayor rrollada por Ptolomeo (s. II d.c.) en
espacio del que estamos dispuestos el Almagesto. Este término englo-
a destinarle en el presente escrito. ba la astronomía aristotélica, la pto-
Aquí nos concentramos sólo en un lemaica y la interpretación que la
aspecto de este fenómeno: el paso escolástica hizo de los textos de la
de la teoría geocéntrica a la teoría antigüedad fusionando en forma
heliocéntrica. Se quiere trazar de ejemplar la cosmología y física aris-
manera muy gruesa las grandes di- totélica con la explicación celeste o
rectrices que llevan del pensamien- astronómica que alcanzó su máxi-
to geocéntrico al heliocéntrico sa- mo grado de precisión con Ptolo-
crificando hechos históricos, sin meo. Por su parte, para efectos de
duda importantes, para una mejor la reflexión general presente pode-
comprensión de la tesis principal mos considerar que el pensamiento
que se defiende. Por ello nos dete- cosmológico y físico griego se en-
nemos básicamente en mostrar el cuentra sistematizado en algunos de
debilitamiento y transformación de los escritos de Aristóteles (384-322
los principios básicos sobre los cua- a.C.) y que además éste tiene pecu-
les se montó el geocentrismo, de liaridades que lo distinguen del pen-
El Hombre y la Máquina No. 22 • Enero - Junio de 2004 99
Germán Guerrero Pino El paso del geocentrismo al heliocentrismo

samiento astronómico alejandrino dremos detectar que no todo en el


consumado en la obra de Ptolomeo cielo se mueve de la misma forma.
(estas diferencias se mostrarán en Hay puntos luminosos que a sim-
lo que viene a continuación). ple vista no se distinguen de las es-
trellas y que si bien se mueven no
Considero que básicamente son
lo hacen con todo el conjunto de
dos los principios que sustentan la
estrellas. Es precisamente esta di-
teoría geocéntrica; en pocas palabras,
ferencia de movimientos la que per-
estos son: el principio de circulari-
mite distinguir entre planetas y es-
dad y uniformidad, y el principio de
trellas. En ocasiones estos puntos
diferencia entre mundo terrestre y
luminosos especiales se retrasan y
celeste. La tesis es, entonces, que
adelantan en relación con la cons-
romper con estos dos principios con-
telación en donde se encuentran,
lleva la caída del geocentrismo y la
describiendo una especie de bucle
instauración del heliocentrismo en
para continuar su travesía a lo largo
donde el mundo se hace infinito, no
de un grupo de constelaciones es-
hay una distinción entre mundo te-
peciales, las constelaciones del zo-
rrestre y celeste, y no se privilegia el
diaco. A este número reducido de
movimiento circular uniforme.
puntos luminosos, que no pasan de
2. Teoría geocéntrica cinco observables a simple vista, se
les dio el nombre de planetas (Mer-
La forma del mundo para el curio, Venus, Marte, Júpiter, Satur-
griego no se aleja mucho del senti- no); queriendo decir con ello que
do común o de la impresión que se son cuerpos vagabundos o errantes
lleva una persona al observar la no- respecto al movimiento ordenado de
che estrellada por un tiempo prolon- las estrellas, de las estrellas fijas
gado. El firmamento se nos presen- como se les decía. Las estrellas se
ta como una gran bóveda o semies- dice que son fijas precisamente por-
fera en la que se encuentran encla- que no hay movimiento relativo
vadas las estrellas y los planetas. Al entre ellas, sino que todas en con-
transcurrir los minutos detectamos junto se mueven (Figura 1).
que el conjunto de estrellas se mue-
ven al unísono manteniendo la con- Por otra parte, aunque los pla-
figuración existente entre ellas des- netas no tienen el movimiento re-
gular observado en las estrellas, es-
cribiendo semicircunferencias que
tos poseen cierta regularidad en su
tienen como centro nuestro punto de
movimiento a través de las conste-
observación, la Tierra. Esta corta
laciones del zodiaco, tardando un
observación nos permite compren-
tiempo determinado, fijo, para ubi-
der por qué las civilizaciones babi-
carse de nuevo en la constelación
lónica y egipcia, desde aproxima-
de partida. Este tiempo es el que se
damente el siglo VIII antes de nues-
conoce como año del planeta res-
tra era, para orientarse en este mar
pectivo. De tal forma que de todas
de estrellas convinieron en agrupar-
las observaciones precedentes no es
las en constelaciones y darles nom-
difícil concluir que los cielos tienen
bres de acuerdo con formas muy
la forma de una gran esfera que gira
familiares. Es así que los babilonios
uniformemente y que el grupo de
y egipcios hicieron un mapa de los
estrellas que desaparecen en el ho-
cielos definiendo las constelaciones
rizonte durante la noche completan
y dando su ubicación relativa.
el círculo de su recorrido viajando
Si continuamos nuestras obser- con un movimiento igualmente uni-
vaciones nocturnas durante varios forme sobre la otra cara que no ob-
días llega un momento en que nues- servamos de la Tierra y que a la
tra mirada se hace más aguda y po- noche siguiente podremos encontrar
100 El Hombre y la Máquina No. 22 • Enero - Junio de 2004
Germán Guerrero Pino El paso del geocentrismo al heliocentrismo

PRINCIPIOS DEL GEOCENTRISMO

CIRCULARIDAD Y UNIFORMIDAD DISTINCIÓN TIERRA-CIELO


El movimiento de los cuerpos celestes es cir- La naturaleza del mundo celeste es diferente
cular y uniforme; o una composición de ellos. a la del mundo terrestre.
1. Observación directa. 1. Observación directa.
2. Cosmología de la creación. 2. Religiosa.
3. Matemática.

Esfera celeste Esfera celeste


3 7 5
6
2 4 Planeta
8 Región
Luna celeste
1 Región
Planeta 9 Sol terrestre
Observador
11:00 p.m. Tierra

Figura 1
a este mismo grupo de estrellas en es todo. El mundo no requiere de
el firmamento1 (ver parte izquierda estos órganos porque más allá de él
de la figura anterior). no hay nada. Esta forma de conce-
bir el mundo a la manera de un or-
La justificación anterior del
ganismo era bastante característica
principio de circularidad y unifor-
de la física y la cosmología griega.
midad que dominó a la astronomía
Con las propias palabras de Platón:
geocéntrica recurre a la observación
directa, pero se encuentran otras “Diole (su constructor), por otra
justificaciones que no pueden con- parte, una figura adaptada y congé-
siderarse de menor importancia y nere con él. Mas a viviente que hu-
que son de interés; una de ellas in- biera de incluir en sí mismo todos
volucra aspectos cosmológicos so- los vivientes, la figura adaptada se-
bre la creación del mundo mezcla- ría la que comprendiera en sí todas
dos con elementos estéticos o ma- cuantas figuras hay. Por lo cual lo
temáticos. Tenemos, por ejemplo, torneó esferoide y circular —distan-
una bella descripción de la defensa te igualmente y por todas partes de
de la circularidad y uniformidad en medio a extremos— que es, de to-
el Timeo de Platón, en donde se das las figuras, la más perfecta y
plantea que el mundo debió ser crea- semejante a sí misma, creyendo ser
do por dios sin ojos, sin miembros, miles de miles de veces menor lo
sin oídos porque se autocontiene y semejante que lo desemejante. Ali-

1. Lo anterior, en palabras más técnicas, constituye la teoría de las dos esferas. La esencia de esta teoría Kuhn la describe así: «a partir del siglo IV antes de nuestra era, para la mayor parte de los filósofos y
astrónomos griegos la Tierra era una esfera inmóvil muy pequeña que estaba suspendida en el centro geométrico de una esfera en rotación, mucho mayor, que llevaba consigo a las estrellas. El Sol se
desplazaba por el espacio comprendido entre la Tierra y la esfera de las estrellas. Más allá de la esfera exterior no había nada, ni espacio ni materia. Esta no fue la única teoría sobre el universo mantenida
durante la antigüedad clásica, pero sí fue la que contó con mayor número de defensores» (La Revolución Copernicana, Barcelona, Ariel, 1978, p. 55).

El Hombre y la Máquina No. 22 • Enero - Junio de 2004 101


Germán Guerrero Pino El paso del geocentrismo al heliocentrismo

só en círculo y exactísimamente das y le proporcionó un movimien-


todo lo externo de ella, por muchas to que se conserva por siempre.
razones... Por no hacerle falta algu-
Ahora bien, en cuanto al segun-
na manos con que agarrar o defen-
do principio que sustenta la astro-
derse de algo, creyó El ser en vano
nomía geocéntrica, se tiene que los
añadírselas; lo mismo, pies o cual-
griegos expusieron un buen núme-
quier clase de aparatos para apoyar-
ro de razones para mostrar la natu-
se. Le asignó por movimiento el
raleza diversa de los cielos y la re-
apropiado a su cuerpo,... por esto
gión terrestre (ver parte derecha de
mismo haciéndolo rodar en el mis-
la figura anterior). Esta línea de
mo lugar y en sí mismo hizo que
pensamiento está claramente ex-
quedara revolviéndose con movi-
puesta por Aristóteles y entre las
miento circular.”2
razones que alega unas tocan con
Además, se pregunta Platón, la observación directa, mientras
¿cuál es la figura que es capaz de que otras caen en el campo teoló-
contener más en sí misma y que gico. En primer lugar, mientras la
puede mantener de manera indefi- región terrestre es el mundo de lo
nida el movimiento que se le pro- corruptible y cambiante, el cielo es
Los principios que sustentan porcione? No cabe duda que es la el mundo de lo inmutable, de lo
esfera. La circunferencia, cuyas pro- siempre constante. Pruebas del
la teoría geocéntrica; en piedades son extendibles a la esfe- cambio e inestabilidad del mundo
ra, además de ser la figura cuyos terrestre se encuentran en el naci-
pocas palabras, estos son: el puntos son equidistantes de un mis- miento, crecimiento y muerte de
mo punto tiene la siguiente propie- los hombres, los animales y las
principio de circularidad y dad matemática que para la época plantas, como también en los cam-
de Platón era bien conocida y de- bios climáticos y atmosféricos.
uniformidad, y el principio de mostrada: dado un perímetro deter- Este tipo de convulsiones, o algo
minado se pueden construir diver- semejante o alejado de ellas, no se
diferencia entre mundo sas figuras —triángulos y en gene- presenta en los cielos; en ellos el
ral polígonos, como también una número de elementos permanece
terrestre y celeste. circunferencia— con áreas muy igual e inmodificable y siempre en
variables, pero entre todas estas fi- las mismas circunstancias. En se-
guras la que tiene máxima área es gundo lugar, este modo de apreciar
la circunferencia. Esta propiedad el mundo es coherente con la creen-
matemática está acompañada de la cia en que la presencia del hombre
propiedad física de la inercia de la no es digna de ser igualada con la
esfera3 que mantiene por mayor de los demás seres que pueblan el
tiempo su movimiento sobre una mundo. El lugar asignado al hom-
superficie pulida en comparación bre por los dioses debe estar de
con cuerpos de otras formas; ade- acuerdo con su jerarquía y en tal
más, este movimiento de rotación posición que esté protegido por
de la esfera sobre su propio eje tie- ellos; como el mundo es esférico
ne la peculiaridad de asemejarse al tal lugar ha de ser el centro de la
reposo ya que la esfera girando so- esfera, la Tierra, y los dioses ocu-
bre sí misma no se traslada de un parán aquellos lugares que se co-
punto a otro. En otras palabras, el rresponden con su naturaleza divi-
creador del mundo recurriendo a su na, los lugares inmutables y per-
perfección le dio a éste la forma de fectos, la región celeste. A este res-
esfera que es la más perfecta de to- pecto Aristóteles manifiesta:

2. Platón, Timeo, 33b a 34a. Trad. Juan David García Bacca.


3. Claro está que los antiguos no expresaban esta propiedad de la esfera en términos de la inercia, tal como ésta se entenderá a partir de la mecánica de Newton y que es el sentido con el que se emplea aquí.

102 El Hombre y la Máquina No. 22 • Enero - Junio de 2004


Germán Guerrero Pino El paso del geocentrismo al heliocentrismo

Nuestra teoría parece confirmar matemática del movimiento de los la primera mitad del siglo II de nues-
la experiencia común y ser confir- astros de manera hipotética. Esta in- tra era por Ptolomeo, el astrónomo
mada por ella. Pues todos los hom- quietud parece que ya había sido for- más distinguido de la segunda es-
bres tienen alguna concepción de la mulada anteriormente por Platón cuela alejandrina. Ptolomeo en el
naturaleza de los dioses, y todos los quien supuestamente fue el primero Almagesto recurre a construcciones
que creen en la existencia de los dio- en plantear la cuestión, tal como lo geométricas que superponen círcu-
ses, bárbaros o griegos, coinciden en menciona Simplicio en su Comen- los sobre círculos, en la medida en
que el lugar más elevado correspon- tario a los cuatro libros «Sobre el cie- que sean necesarios. Construccio-
de a la deidad, presumiblemente por- lo» de Aristóteles: nes tales como epiciclos, excéntri-
que suponen que las cosas inmorta- cas y ecuantes funcionan como va-
Platón parte de la suposición de
les se pertenecen unas a otras.”4 riantes del principio de circularidad
que los cuerpos celestes están dota-
y uniformidad. En este sentido, el
El mundo o región terrestre, que dos de un movimiento circular, uni-
interés de los alejandrinos no era
Aristóteles llama región sublunar, se forme y siempre regular, y plantea
explicar cómo están constituidos los
extiende hasta los límites de la ór- entonces a los matemáticos el si-
cielos, y por ello no recurren por
bita lunar y de allí en adelante has- guiente problema: ¿qué movimien-
ejemplo a las esferas celestes, sino
ta las estrellas fijas se halla el mun- tos circulares, uniformes y perfec-
proponer los movimientos circula-
do celeste o región supralunar. La tamente regulares habría que adop-
res que es necesario considerar ma-
teoría aristotélica de los elementos tar como hipótesis para poder sal-
temáticamente para describir los
se construye a partir de este princi- var los fenómenos planetarios? [II,
movimientos de los planetas, sin
pio, siendo el fuego, el aire, el agua 12; p. 488]”5
que esto quiera decir que tales mo-
y la tierra elementos de la región su-
La respuesta al interrogante pla- vimientos son a los que realmente
blunar y el éter o quintaesencia
tónico es dada en forma acabada en están sometidos (Figura 2).
—un elemento sutil, incorruptible
y, en definitiva, divino— compone
los cuerpos celestes como las estre-
llas y planetas. Los cuerpos celes-
tes, de acuerdo con Aristóteles, es-
tán enclavados en esferas cristali- 1
nas que son su soporte físico para
permanecer en sus órbitas y no caer
a la Tierra. Por su parte, las esferas
Epiciclo
cristalinas gozan de una transparen- 2
cia absoluta ya que están compues-
tas de éter. Así pues, bajo este es- 3
quema de pensamiento es interesan-
te ver que los cometas no provie- Deferente 6
7
nen del mundo incorruptible sino
que se originan en el límite de la 5 4
región supralunar y sublunar, ya que
el carácter de cambio que tiene la
presencia de un cometa es incom- Tierra
patible con el hecho de que los cie-
los sean inmaculados.
Los progresos en la astronomía
alejandrina se gestaron por una for- Movimiento
ma de pensar que hizo caso omiso retrógrado de
de las especulaciones cosmológicas los planetas
griegas y asumió como preocupación
de primer orden dar una descripción Figura 2

4. Toulmin, S. y Goodfiell, J. La Trama de los Cielos, trad. Néstor Míguez, Buenos Aires, Eudeba, 1963, p. 121.
5. Citado en Elena, A. Las quimeras de los cielos, Madrid, Siglo XXI, 1985, p. 14.

El Hombre y la Máquina No. 22 • Enero - Junio de 2004 103


Germán Guerrero Pino El paso del geocentrismo al heliocentrismo

Esta forma de asumir la tarea de una heliocéntrica vale la pena pre-


la astronomía se suele calificar de ins- guntarnos qué aspectos impidieron
trumentalista. Uno de los promoto- la aceptación de una estructura he-
res de esta interpretación fue Pierre liocéntrica del universo en la época
Duhem en su famoso ensayo Sózein antigua. El pensamiento antiguo no
tà phainómena. Essai sur la notion fue ajeno a la posibilidad de pensar
de théorie physique de Platon à Ga- un mundo sin centro en la Tierra e
lilée (1908); pero como bien plantea infinito; todo este tipo de conside-
A. Elena este enfoque de la astrono- raciones eran posibles dentro de un
mía alejandrina corresponde, desde pensamiento altamente especulati-
un punto de vista epistemológico, más vo como el griego.
bien a una suerte de escepticismo jus- La escuela pitagórica, dentro del
tificado que a un instrumentalismo siglo V antes de nuestra era, fue la
consecuente, puesto que «en ningún primera en proponer un universo no
caso se entendió el programa salvar centrado en la Tierra. Su ideal de
los fenómenos como una invitación a que todas las cosas están goberna-
buscar una fórmula arbitraria para pre- das por los números y la armonía
decir los fenómenos celestes, inde- los llevó a postular como centro del
pendientemente de toda posible res- mundo a una gran bola de fuego, el
tricción física».6 Altar de Zeus, que irradia luz en
Es así que la teoría geocéntrica todos los sentidos y en donde resi-
de Ptolomeo explica, por ejemplo, el de el principio de la actividad cós-
movimiento retrógrado de los plane- mica. Adicionalmente propusieron
tas (ver la figura anterior), uno de los la presencia de «la anti-tierra» en
fenómenos astronómicos más impor- una posición opuesta a la Tierra, con
tantes a explicar, junto con la varia- el propósito de ajustar a 10 los cuer-
ción del brillo de los astros, recurrien- pos celestes divinos, puesto que
do a una circunferencia llamada de- para los pitagóricos el 10 (la tetrac-
ferente que tiene como centro la Tie- tys) es el número perfecto. De tal
rra y a un epiciclo que es otra circun- manera que la estructura del mun-
ferencia de radio menor cuyo centro do sería como sigue: limitado exte-
se ubica sobre el deferente. Los pe- riormente por el Olimpo, el lugar de
ríodos de rotación del deferente y del los dioses; los 10 cuerpos divinos
epiciclo se ajustan de acuerdo con el se mueven dando vueltas entre el
movimiento del planeta que se quie- fuego central y la esfera del Olim-
re explicar, de tal manera que produ- po; el primero de estos cuerpos, el
cen los bucles correspondientes al más externo, corresponde a la esfe-
movimiento retrógrado. La técnica de ra de las estrellas fijas, a la que le
epiciclos y deferentes no sólo da cuen- siguen los cinco planetas, luego vie-
ta del movimiento retrógrado de los ne la Luna, después la Tierra y, por
planetas sino que también del aumen- último, cerca al fuego central «la
to del brillo del planeta en el momen- anti-tierra». Durante este mismo si-
to de la retrogradación, causado pre- glo la concepción atomista de Leu-
cisamente por el acercamiento del pla- cipo y Demócrito, que defendía la
neta a la Tierra. idea de un universo compuesto de
átomos en movimiento y separados
3. Heliocentrismo antiguo por regiones vacías, implicaba que
la Tierra era uno más entre los cuer-
Antes de ver el paso de una con- pos celestes, que no estaba en repo-
cepción geocéntrica del mundo a so y no era el centro del universo.

6. Elena, A., Ibíd., p. 5. Uno de los propósitos de este libro de A. Elena es precisamente rechazar la tesis de Duhem respecto a la interpretación del «problema de Platón», de modo que su libro está lleno de
argumentos que abonan su tesis (ver especialmente pp. 21-39; 145-148). Que la teoría astronómica de Ptolomeo se construye sobre premisas físicas está muy bien destacado por Galileo en su Consideraciones
sobre la opinión copernicana (1615) (en Copérnico, N., Digges, T. y Galilei, G., Opúsculos sobre el movimiento de la Tierra, Trad., intr. y notas de Alberto Elena, Madrid, Alianza, pp. 80-81).

104 El Hombre y la Máquina No. 22 • Enero - Junio de 2004


Germán Guerrero Pino El paso del geocentrismo al heliocentrismo

HELIOCENTRISMO ANTIGUO

PITÁGORAS ARISTARCO
1. El número 10 es perfecto 1. Mediante mediciones as-
2. Fuego central tronómicas encontró las
3. Anti-tierra distancais relativas:
Tierra-Luna; Tierra-Sol;
Luna-Sol y sus tamaños
HERÁCLIDES relativos.
Copérnico lo cita como prede- 2. Lo más pequeño debe
cesor de sus ideas girar en torno a lo más
grande.

¿POR QUÉ NO PROSPERÓ EL HELIOCENTRISMO?

¿Qué pasaría con el vuelo de los pájaros,


Los cuerpos sobre una tierra en movi-
el movimiento de las nubes y los cuerpos
miento saldrían expelidos de ella.
lanzados hacia arriba?

Observación directa: se «ve» que el sol y ¿Qué sería de la posición privilegiada del
las estrellas son los que se mueven. hombre si la Tierra no fuera el centro del
mundo?

E1

A PARALAJE
ORBITA E2
El brillo y tamaño de E1 y E2 vistas des-
TIERRA de A deberían ser mayores que vistas
desde B. Pero esto no se observa.
SOL
B

Figura 3

Heráclides de Ponto en el siglo del Sol y la Luna respecto al de la


IV antes de nuestra era hace ver que Tierra, encontrando que el Sol es
el movimiento de los cielos puede mucho mayor que la Tierra. Si tan-
ser originado no por el movimiento to el Sol como la esfera de las es-
de la esfera de las estrellas sino por trellas fijas son más grandes que la
un movimiento de rotación de la Tierra, se planteaba Aristarco, no es
Tierra; además aseguró que tanto posible que lo mayor gire en torno
Venus como Mercurio no giran en a lo más pequeño sino que debe dar-
torno a la Tierra sino en torno al Sol. se lo contrario. De lo anterior surge
Dentro de la escuela alejandrina y entonces la pregunta: ¿por qué no
acorde con su propuesta de hacer se arraigó el heliocentrismo en la
una descripción matemática de los antigüedad?
cielos, Aristarco de Samos a media- El argumento de Aristarco es
dos del siglo III antes de nuestra era bastante atractivo y en parte sopor-
propuso un mundo centrado en el tado en mediciones astronómicas,
Sol, conclusión que obtuvo no a la pero puede decirse que las razones
manera especulativa de los pitagó- en contra del heliocentrismo fueron
ricos sino llevado por el cálculo de más convincentes para la época. No
las distancias relativas entre Sol- sólo se daba que el pensamiento
Tierra y Luna-Tierra, al igual que antiguo no estaba preparado para
del cálculo de los tamaños relativos aceptar una idea de este tipo sino
El Hombre y la Máquina No. 22 • Enero - Junio de 2004 105
Germán Guerrero Pino El paso del geocentrismo al heliocentrismo

que también los partidarios de la al ámbito teológico. Se tiene cono-


teoría geocéntrica presentaban argu- cimiento, por ejemplo, de que
mentos poderosos como los que si- Cleantes acusó a Aristarco de im-
guen. piedad «por poner en movimiento
el hogar del universo».7
Primero, en una Tierra en mo-
vimiento los cuerpos sobre su su-
4. Elementos básicos de la
perficie no presentarían la quietud
teoría heliocéntrica
que manifiestan sino que saldrían
expelidos por los aires; además, las La tradición escolástica hereda
nubes y pájaros en su vuelo se ve- los trabajos de Aristóteles y Ptolo-
rían retrasados o adelantados desde meo, interpretándolos de acuerdo
la Tierra ya que no comparten el con sus propios intereses religiosos,
movimiento de ésta; y, por último, desarrollando así una simbiosis en-
al lanzar un cuerpo verticalmente tre la concepción aristotélica y la
era de esperar que éste no retornara ptolemaica sin aparentes contradic-
de nuevo al lugar desde donde se ciones para el momento pero que se
lanzó. harán evidentes posteriormente.
Este tipo de contradicciones se en-
En segundo lugar, aparte de las cuentra por ejemplo al pretender
anteriores objeciones físicas, diná- mantener al mismo tiempo la exis-
micas, se encuentra una objeción tencia real tanto de las esferas cris-
astronómica como la del paralaje talinas como la del mecanismo de
(ver parte inferior de la figura ante- relojería dado por los epiciclos y
rior): ¿cómo es que desde la Tierra deferentes.
girando en torno al Sol no se obser-
va ningún cambio tanto en el brillo Nicolás Copérnico (1473-
y tamaño de las estrellas como en 1543), como bien plantea Kuhn, es
las figuras de las constelaciones?, el último antiguo y el primer mo-
pues es claro que en cierto tiempo derno en cuestiones astronómicas.
la Tierra estaría más cerca a un gru- Copérnico fue llevado a plantear su
po de estrellas y tiempo después, por modelo heliocéntrico, entre otras
cosas, por la diferencia de opinión
ejemplo al cabo de seis meses, es-
existente entre los matemáticos del
taría en una posición más distante.
momento sobre la estructura del
De hecho este efecto de paralaje
universo y porque para ese enton-
existe, pero es tan sumamente pe-
ces los desfases en el calendario
queño este cambio que sólo se pudo
eran bastante notorios y se hacía
observar hasta tres siglos después
necesario la elaboración de uno nue-
que Copérnico propusiera la teoría
vo, tarea que se emprendió y cul-
heliocéntrica.
minó con la realización del calen-
Finalmente, una tercera obje- dario gregoriano en 1582, el cual no
ción tenía que ver con la observa- fue propiamente elaborado por Co-
ción directa: el sólo hecho de ver pérnico pero sí basado en sus
que el Sol y las estrellas son las que cálculos. Copérnico era consciente
se mueven es razón suficiente para que las fallas presentes en el calen-
inferir que realmente deben estar en dario no eran de carácter puramen-
movimiento. Aparte de estas obje- te técnico sino que su origen se en-
ciones se pueden extraer otras de contraba en la concepción astronó-
tipo cultural; por ejemplo, ya se dijo mica ptolemaica que lo soportaba.
que el geocentrismo no sólo se fun- Otro aspecto que también motiva-
damenta en ideas cosmológicas y ba a Copérnico, ya no práctico como
físicas sino que también trasciende el anterior, era el de la búsqueda de

7. Cf. Toulmin, Op.Cit., p. 141.

106 El Hombre y la Máquina No. 22 • Enero - Junio de 2004


Germán Guerrero Pino El paso del geocentrismo al heliocentrismo

una armonía geométrica que debía


traducirse en una simplicidad en los
cielos y que debía estar presente en
el nuevo modelo de explicación.

LA GRAN RUPTURA: COPÉRNICO

Con el Sol como centro, la explicación del movimiento


retrógado de los planetas es más natural y más simple

4
4 2
4
3 3
Sol 3
1
2
2

1 1

Tierra Júpiter Esfera


celeste

Estrella MOVIMIENTOS
Polar DE LA TIERRA
1. Rotación
2. Traslación
3. Precesión o cónico

Sol
No rompe con el principio de circularidad
y uniformidad

Figura 4

Un aspecto importante que pre- recurrir a los epiciclos (ver Figura


ocupaba especialmente a Copérni- 4). Se presenta, por ejemplo, el
co del modelo ptolemaico era la for- movimiento retrógrado de un pla-
ma compleja de cómo a partir de un neta superior, como Júpiter, cuan-
buen número de epiciclos se expli- do la Tierra se va aproximando a él
caba el movimiento retrógrado de y lo traspasa porque su velocidad
los planetas. Impulsado por su es- es mayor. En el caso de los planetas
píritu platónico de un mundo inferiores, Venus y Mercurio, suce-
geométrico, ordenado y simple, de lo contrario: son estos los que se
Copérnico encuentra que la retro- mueven más rápido que la Tierra y
gradación de los planetas se vuelve se detecta su retrogradación desde
una conclusión natural si la Tierra la Tierra cuando se están acercando
se mueve en torno al Sol, de modo a ella. De esta forma queda igual-
que ya no hay necesidad alguna de mente explicado el aumento de bri-
El Hombre y la Máquina No. 22 • Enero - Junio de 2004 107
Germán Guerrero Pino El paso del geocentrismo al heliocentrismo

llo del planeta en el momento de la Pero antes de continuar con es-


retrogradación. tos dos grandes pensadores (Kepler
y Galileo) debemos detenernos en
El heliocentrismo copernicano
Tycho Brahe (1546-1601). La con-
no rompe aún con el principio de
tribución de Brahe en la consolida-
circularidad y uniformidad, pero el
sólo hecho de desplazar la Tierra del ción del heliocentrismo no tiene el
centro del mundo invita a pensar carácter teórico, matemático y re-
que ésta no es de naturaleza dife- flexivo de Copérnico, Kepler y Ga-
rente a la de los demás planetas y lileo, sino que está fundada en la
cuerpos celestes, tema sobre el que observación meticulosa y detallada
Copérnico no se manifestó explíci- de los cielos. La actitud de Brahe
tamente. Copérnico, al mantener la es comparable a la de los babilonios
circularidad, es heredero también de y egipcios, en cuanto que ellos fue-
las esferas cristalinas y, como es ron los primeros en organizar el
natural, concluye que la Tierra se mapa de los cielos, base para los tra-
halla unida a una de ellas. De for- bajos en astronomía hasta práctica-
ma tal que Copérnico se ve forzado mente la época de Tycho; en tanto
a involucrar un tercer movimiento que éste tuvo la posibilidad de cons-
en la Tierra, el de precesión, ade- truir y dirigir un gran observatorio
más del movimiento de rotación astronómico sin igual en el momen-
sobre su propio eje y el de trasla- to, lo que le permitió reelaborar y
ción en torno al Sol. El movimien- completar el mapa de los cielos
to de precesión de la Tierra es, en como también construir tablas as-
otras palabras (ver parte inferior de tronómicas bastante precisas sobre
la figura anterior), el movimiento la ubicación de los planetas en di-
cónico del eje terrestre que hace que ferentes momentos del año. Todo
el eje siempre esté apuntando hacia esto lo hizo Brahe sin el empleo del
un mismo punto del firmamento, un telescopio que sería usado por pri-
punto muy próximo a la estrella mera vez por Galileo para escrutar
polar. Dicho movimiento permite de el cielo.
esta manera explicar el cambio en Con objeto de detectar las rup-
las estaciones; puesto que si la Tie- turas que Brahe produjo en los dos
rra no tuviera este movimiento de principios del geocentrismo, vale la
precesión y se encontrase firme- pena destacar de sus observaciones
mente agarrada a la esfera cristali- entre las múltiples que realizó. La
na, su superficie quedaría expuesta primera tiene que ver con el lugar
a los rayos solares siempre de la de donde proceden los cometas. Fue
misma forma, de modo que no ha- claro para Brahe, a raíz de sus ob-
bría cambio de estación. servaciones, que los cometas no
Los planteamientos copernica- provienen de la superficie última de
nos estuvieron también sometidos la región sublunar, tal como plan-
a una dura crítica, muy semejante a teó Aristóteles, sino que estos se
la que soportaron los de Aristarco aproximan a la Tierra desde regio-
por parte de los defensores de una nes bastante alejadas de los plane-
Tierra estática, pero a diferencia de tas pertenecientes a la región celes-
este último, las ideas de Copérnico te. Una consecuencia de este hecho
estaban dominadas por un ideal de es que no pueden existir esferas cris-
armonía geométrica y de simplici- talinas pues al ser atravesadas por
dad cualitativa. Estos dos elemen- los cometas se producirían graves
tos serán muy tenidos en cuenta por efectos que de ninguna manera son
Kepler y Galileo, quienes igualmen- constatados aquí en la Tierra. La
te cultivaban este ideal matemáti- segunda ruptura tiene que ver con
co-platónico. el hecho de que Brahe fue uno de
108 El Hombre y la Máquina No. 22 • Enero - Junio de 2004
Germán Guerrero Pino El paso del geocentrismo al heliocentrismo

los primeros astrónomos que se de- sibilidad de que las órbitas sean
leitó presenciando un cambio elípticas, aprovechando así el pro-
abrupto en los cielos: en sus memo- greso que en este momento se es-
rias está consignada la aparición de taba dando en el tratamiento mate-
una nueva estrella. Este fenómeno mático de la elipse y progreso en
ya había sido observado por los chi- el que él mismo había contribuido.
nos desde tiempos muy remotos, Al considerar la órbita elíptica de
pero esto no hace parte de la me- Marte, cosa que hizo también para
moria occidental. Tanto la proce- los demás planetas, encontró que
dencia de los cometas como la apa- las discrepancias con las tablas de
rición de una nueva estrella dejan Brahe se reducían notoriamente, y
sin piso aquél presupuesto griego de por esta razón elevó a ley el
un cielo incorruptible y siempre enunciado que dice que las trayec-
perfecto, en oposición a una región torias de los planetas son elipses
terrestre mutable. con el Sol en uno de sus focos; El heliocentrismo
enunciado que se conoce como pri-
Las investigaciones astronómi- mera ley de Kepler.
cas de Brahe fueron muy bien co- copernicano no rompe aún
nocidas por Johanes Kepler (1571- Esta primera ley viola la prime-
1630) quien fue uno de sus cola- ra parte del principio de circulari- con el principio de
boradores. Con Kepler asistimos a dad-uniformidad, viola la circulari-
dos avances de interés dentro del dad; en tanto que la segunda ley de circularidad y uniformidad,
heliocentrismo: rompe definitiva- Kepler viola la segunda parte del
mente con el principio de circula- principio, la uniformidad: los pla- pero el sólo hecho de
ridad y uniformidad, y es el prime- netas en su camino elíptico no se
ro en enunciar leyes matemáticas mueven uniformemente sino que lo
hacen más rápido en las cercanías
desplazar la Tierra del centro
que gobiernan el movimiento de
los planetas. El ideal platónico de del Sol logrando la máxima veloci- del mundo invita a pensar que
Kepler lo empuja a buscar regula- dad en el perihelio y se mueven más
lentamente en las posiciones más
ridades matemáticas en los cielos
alejadas obteniendo su mínima ve-
ésta no es de naturaleza
que son muestra de la grandiosidad
locidad en el afelio. En cuanto a la
de Dios. La creación del mundo
tercera ley de Kepler, que también
diferente a la de los demás
obedece a un proyecto claramente
se enmarca dentro de las inquietu-
establecido, con reglas enteramen-
des de este pensador, va mucho más planetas y cuerpos celestes,
te precisas, expresadas en el len-
allá de la simple ruptura con la tra-
guaje matemático.
dición griega; en ella logra expre- tema sobre el que Copérnico
En un primer momento Kepler sar no una regularidad general tan
busca estas regularidades asocian- simple como la primera, ni una re- no se manifestó
do cada una de las órbitas de los gularidad a la manera como se hace
planetas con un sólido regular, pero en la segunda ley con las velocida- explícitamente.
finalmente encuentra que este ca- des de cada planeta, sino que per-
mino es infructuoso. En un segun- mite relacionar de manera general
do momento busca las regularida- todos los planetas entre sí. La ley
des a partir de las órbitas circula- armónica —la tercera ley— relacio-
res de los planetas, pero se encuen- na los períodos de revolución de los
tra conque las posiciones de Mer- diferentes planetas con su distancia
curio derivadas de los cálculos promedio al Sol, mostrando que esta
matemáticos no coinciden en for- relación es la misma, constante, para
ma significativa con los valores todos. Esta tercera ley, de acuerdo
consignados en las tablas de Bra- con Kepler, manifiesta la unidad o
he. Dada su gran confianza en es- armonía presente en el mundo; lo
tas tablas, Kepler deja de lado las cual constituyó una de sus princi-
órbitas circulares y explora la po- pales preocupaciones iniciales.
El Hombre y la Máquina No. 22 • Enero - Junio de 2004 109
Germán Guerrero Pino El paso del geocentrismo al heliocentrismo

Las contribuciones más impor- tió a Galileo observar también fa- ble que los planetas y la Tierra ten-
tantes de Copérnico y Kepler per- ses en Venus; fases semejantes a las gan constitución semejante y que
tenecen al campo de la astronomía, que se producen en la Luna y que las estrellas sean otros soles muy
este no es el caso de Galileo quien no pueden ser explicadas sino su- distantes. Así, en todo caso, la na-
hizo grandes aportes tanto en la fí- poniendo que el planeta gira en tor- turaleza de los planetas y estrellas
sica terrestre como en la celeste. no al Sol y no a la Tierra. En Júpiter no puede considerarse divina.
Aquí nos interesa principalmente se halló con un microsistema solar, No se completaría el panorama
los que Galileo produjo en este se- pequeñas lunas girando en torno al que hemos querido dibujar si no se
gundo dominio. Ya habíamos dicho, planeta que hacía las veces de Sol. dice algo de Sir Isaac Newton
y es bien conocido, que Galileo se Al observar Saturno, el poder de (1643-1727). Grosso modo, si es
inscribe dentro de la tradición pla- resolución del telescopio le impidió posible asociar el inicio de la revo-
tónica, aunque este aspecto no sea ver claramente sus anillos observan- lución heliocéntrica en la moderni-
especial y directamente notorio en do dos protuberancias opuestas al dad con Copérnico, la etapa de con-
sus aportes astronómicos. planeta interpretándolas como lunas solidación de dicha revolución se
de Saturno. Y, por último, al orien- logra con los Principios matemáti-
Galileo (1564-1642) aunque no
tar Galileo el instrumento hacia las cos de la filosofía natura (1687) de
fue propiamente quien descubrió el
estrellas se halló con un universo Newton. Tanto Kepler como Gali-
telescopio sí fue el primero en diri-
infinito: puntos que a simple vista leo produjeron un cambio concep-
gir el telescopio hacia el cielo para
aparecían como una estrella al ser tual al poner a pensar en un solo
hacer un estudio detallado de éste,
observados a través del telescopio universo en donde no hay privile-
por lo que dedicó tiempo al puli-
se presentaban como un número in- gios de ningún tipo: ya no hay un
mento de lentes y a mejorar la po-
menso de ellas, pudiéndose distin- mundo dividido en dos regiones, la
tencia del telescopio. Escudriñó to-
guir claramente que unas estrellas sublunar y la supralunar. Además,
dos los rincones del firmamento: la
estaban más alejadas de las otras; Kepler por su parte obtiene leyes
Luna, Venus, Júpiter, Saturno, el Sol
además detectó que regiones en las matemáticas que dan cuenta del
y las estrellas.
que no se observa nada a simple vis- movimiento de los planetas y Gali-
Al dirigir Galileo su telescopio ta se poblaban al ser observadas por leo hace lo correspondiente en el
a la Luna observó regiones obscu- el telescopio. mundo terrestre; pero aún hace fal-
ras y claras las cuales interpretó, a
En síntesis, las interpretaciones ta encontrar leyes matemáticas que
las primeras, como cráteres o valles
que hizo Galileo de sus observa- expliquen al mismo tiempo los fe-
y a las segundas como montañas. nómenos terrestres y los celestes.
ciones reafirman y dan mayor peso
Esto puesto que las montañas al ser Esta tarea es precisamente la que
a las ideas heliocéntricas defendi-
más altas que los valles son suscep- acomete Newton en los Principia.
das por sus antecesores. La Tierra
tibles de ser iluminadas por el Sol
es un planeta más, gira en torno al La ley de gravitación de
lo cual impide que la luz llegue a
Sol, y en el sistema solar hay pe- Newton, en conjunción con las le-
los valles. Galileo concluye enton-
queños sistemas análogos a él que yes de la mecánica, expuestas en los
ces que la Luna es tan accidentada,
tienen como centro a los planetas Principia, se aplican tanto a fenó-
con valles y montañas, como la Tie- y como lunas a cuerpos más peque-
rra; luego es de esperar que su cons- menos terrestres, como la caída de
ños girando alrededor de estos. El una hoja, como a fenómenos celes-
titución sea semejante y no esté mundo se hace infinito y es posi-
compuesta por una materia divina tes. En las leyes de Newton están
ble que existan otros sistemas se- contenidas y superadas las leyes de
y etérea como se suponía. Acciden- mejantes al nuestro, que tengan
tes, no de esta naturaleza sino man- Kepler y la ley de la caída de los
como centro las estrellas que ob- cuerpos de Galileo. De modo que
chas encontró Galileo al observar el servamos. No hay tal privilegio de con la obra de Newton se cierra un
Sol a través del telescopio, lo que una Tierra en el centro, ni tal pri- capítulo importante de la creación
indica que este no es del todo per- vilegio de cielos perfectos. No se científica que ha de ser muy tenido
fecto como también se suponía. conoce con absoluta certeza la en cuenta para la elaboración de
Este aumento de poder de la vis- constitución de los planetas, el Sol otros cuantos.
ta a través del telescopio le permi- y las estrellas, pero es muy proba-

110 El Hombre y la Máquina No. 22 • Enero - Junio de 2004

También podría gustarte