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El existencialismo es un humanismo. Jean Paul Sartre.

Jean Paul Sartre es un filósofo, dramaturgo, novelista y periodista francés,


es denominado uno de los principales representantes de la corriente filosófica
llamada “el existencialismo”. En las siguientes líneas hablare un poco de esta
corriente, siguiendo la postura de Sartre. Intentare explicar la relación entre
humanismo, libertad y mala fe, que son conceptos que predominan en su texto.
El existencialismo es la doctrina que hace posible la vida humana y declara
que toda verdad y toda acción implica un medio y una subjetividad humana. La
tesis central de esta corriente es: la existencia precede a la esencia, es decir que
el hombre comienza por existir, se encuentra, surge en el mundo y posteriormente
se define, es responsable de lo que es, no hay naturaleza, cosa contraria a lo que
nos decía Mounier, que todo estaba predestinado.
Sartre menciona hay dos especies de existencialistas: los primeros, que son
cristianos, entre los cuales colocara a Jaspers y a Gabriel Marcel, de confesión
católica; y, por otra parte, los existencialistas ateos, entre los cuales esta
Heidegger, y también a los existencialistas franceses y a el mismo. Lo que tienen
en común es simplemente que consideran que la existencia precede a la esencia,
o, si se prefiere, que hay que partir de la subjetividad. Y definiendo a la
subjetividad describe que: “el hombre no es otra cosa que lo que él se hace.” Es
decir, nos da a entender que el hombre debe de tener una percepción y
valorización personal, única, que no esté predestinado por nada.
El existencialismo ateo pretende ser coherente con la idea de que Dios no existe.
La desaparición de Dios implica que hay al menos un ser cuya existencia no está
definida de antemano: es el hombre. El hombre está arrojado al mundo y se define
por sus acciones. En esto coinciden Heidegger y Sartre.
Dentro de su conferencia plantea: “El hombre, tal como lo concibe el
existencialista, si no es definible, es porque empieza por no ser nada. Sólo será
después, y será tal como se haya hecho. Así, pues, no hay naturaleza humana,
porque no hay Dios para concebirla.”  Se refiere a que el hombre debe
interpretar por sí mismo todos los signos y decidir hacia dónde encaminar
su proyecto de vida. Es cada hombre quien decide cómo interpretar los signos y
circunstancias del mundo.
Ahora bien, para confrontar su tesis declara: “Pero si verdaderamente la
existencia precede a la esencia, el hombre es responsable de lo que es”. En
este punto es donde le da una gran importancia al hombre, diciendo que
sobre él recae toda la responsabilidad de su existencia; para esto
argumenta que existen dos sentidos de la palabra subjetivismo, por una
parte, quiere decir elección del sujeto individual por sí mismo, y por otra,
imposibilidad para el hombre de sobrepasar la subjetividad humana. El
segundo sentido es el sentido profundo del existencialismo. Es decir, el
subjetivismo no implica individualidad, cuando tomo una decisión no
implica solo a mí, sino a todos.
Para reafirmar más su postura menciona: “Si una voz se dirige a mí,
siempre seré yo quien decida que esta voz es la voz del ángel; si considero que tal
o cual acto es bueno, soy yo el que elegiré decir que este acto es bueno y no
malo”. Como ya lo mencionaba antes da mucha responsabilidad al hombre en sus
actos, no hay nada predestinado, todo lo realizo yo, y soy yo quien elige. No hay
un orden superior que lo determine. El hombre debe asumir responsabilidad de su
propia conciencia, escoger sus valores y tomar sus propias decisiones. El
existencialismo busca:” poner a todo hombre en posesión de lo que es, y
asentar sobre él la responsabilidad total de su existencia”. Pero esto implica
también que el hombre toma sus decisiones de manera responsable
respecto a toda la humanidad. Por ello, Sartre invita a tomar decisiones
ejemplares: elijo qué tipo de persona quiero ser, y, al hacerlo, debo elegir de
manera responsable respecto al resto de la humanidad.
Otro punto muy importante en la conferencia es la elección. La elección es
posible en un sentido, pero lo que no es posible es no elegir. Puedo siempre
elegir, pero tengo que saber que, si no elijo, también elijo. Esto quiere decir que
siempre estamos eligiendo, no podemos dejar de no elegir, todo es porque
nosotros lo elegimos.
Utiliza el termino mala fe para referirse a todo hombre que se refugia
detrás de la excusa de sus pasiones, todo hombre que inventa un
determinismo, es un hombre de mala fe. Quiere decir simplemente que los
actos de los hombres de buena fe tienen como última significación la
búsqueda de la libertad como tal. Se refiere a la mala fe como aquella
conducta en donde nos intentamos ocultar bajo un dominio. La mala fe
también se muestra en la elección: cuando elegimos no elegir, cuando
renunciamos a tomar una decisión, o nos excusamos indicando que no podemos
menos de hacer lo que hacemos, nuestra conducta es de mala fe.
 Para entender la presencia de la mala fe hay que recordar la tesis esencial
del existencialismo: lo que somos es una consecuencia de nuestra decisión,
hemos elegido ser como somos y tener lo que tenemos. Sartre propone una
filosofía de la acción, no promueve el quietismo, cada quien busca su fin
último.
El existencialismo es un humanismo: pero no un humanismo que valore a la
humanidad por la excelencia de alguno de sus miembros, ni por la supuesta
bondad de la humanidad en su conjunto; es un humanismo por declarar que no
hay otro legislador que el hombre mismo, por afirmar la libertad y la
necesidad de trascender, de superarse a sí mismo, por revindicar el ámbito
de lo humano como el único ámbito al que el hombre pertenece.
Como conclusión de la conferencia Sartre menciona que no es que
creamos que Dios existe, sino que pensamos que el problema no es el de su
existencia; es necesario que el hombre se encuentre a sí mismo y se
convenza de que nada pueda salvarlo de sí mismo, así sea una prueba válida
de la existencia de Dios. En este sentido, el existencialismo es un optimismo,
una doctrina de acción, y sólo por mala fe, confundiendo su propia desesperación
con la nuestra, es como los cristianos pueden llamarnos desesperados. Este
argumento es muy fuerte para los cristianos, sin embargo, en mi opinión en parte
tiene mucha razón, el hombre debe aprender a estar en acción, obtener y sacar
todo de sí, ser responsable de sus actos, aprender a elegir bien y que sus
decisiones giren en torno a los demás.
El humanismo, la libertad y la mala fe van de la mano, Sartre no busca un
humanismo en donde al hombre se le vea como fin y como valor superior, Sartre
afirma que este tipo de humanismo es absurdo ya que supone tomar al hombre
como fin, cuando, en realidad, es algo que siempre está por realizarse, y si a esto
le agregamos la mala fe que vimos anteriormente, el hombre esta cayendo en un
determinismo le podemos llamar al hombre “incrédulo”, Si por el contario
buscamos un humanismo donde el hombre este continuamente fuera de sí mismo,
es decir, proyectándose y haciéndose fuera de sí mismo ya que todo hacer implica
novedad y tenemos buena fe podemos decir que el hombre se esta realizando.

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