Un virus muy peligroso, no tenía cura ni sabían cómo actuaba, esto
generaba miedo, pocos salía en un pueblito.
En muchos países habían laboratorios especiales para investigar el virus y como matarlo. Entre ese amplio personal había un científico llamado Tomas él quería sanar a las personas infectadas y crear la vacuna, pero no podía. El científico Tomas se caracterizaba por el siguiente lema “nunca perder la es paranza” y él nunca la perdía de la mente y se motivaba a seguir investigando. Trabajo y trabajo; aunque algunas veces se cansaba de trabajar y de ver familia morir, amigos y desconocidos, no dormía, no comía, no iba a su casa y no veía a su mujer, el científico no podía más. Este hombre que se conocía como perseverante, recordaba la frase de nunca perder la esperanza. Tomas el científico acepto la propuesta de su esposa de ir a casa a descansar, empezó a guardar sus elementos de trabajo y al echar una última revisada al laboratorio, vio un rayo de luz sobre una cepa del virus. Que le permitía observar el virus claramente dándose cuenta que era muy peligroso. Aplico un poco más de gotas de jabón al experimento sobre la capa de grasa de protección que forraba al coronavirus, observo que esta capa se desbarataba con el jabón. Corrió a la oficina del director del laboratorio y le dijo lo que había descubierto. El director del laboratorio y el científico decidieron llamarlo depredador, porque este mismo atacaba a las células blancas y debilitaba más a la víctima pero todo no es alegría, un día le llegó un mensaje a su teléfono, era el padre de su esposa, le dijo que la mujer de él estaba infectada. El científico tenía cara de terror, al instante llego el presidente con cara de loco, miró fijamente al científico y lo invito a una reunión, el presidente con preocupación, porque el país quería una cura. El presidente de inmediato le pregunto cómo se comportaba este virus y replico quiero ya resultados de la vacuna o cierro el laboratorio. El científico decidió ir a su casa, vio una foto de su mujer, con tristeza dijo que voy hacer. Pasaron dos días y el científico no tenía nada de información sobre la cura del virus. Cuando se dirigía al salón de reuniones, donde lo esperaba el director del laboratorio y el presidente de la nación de estados unidos cuando iba al salón, Vio un rayo de luz que a apuntaba a una señora que llegó con síntomas raros, anoto todo lo que dijo la señora en una pequeña libreta que tenía a mano. Tomaron muestra, al analizarla salió positiva; tenía claro las síntomas por la experiencia con la señora que llego al laboratorio. La señora desapareció, no estaba, pregunto pero nadie sabía. Nuevamente al salir sonó los altavoces diciendo científico Tomas solicitado a la sala de reuniones. Era el presidente, dijo bueno no cerrare este laboratorio puedes seguir la investigación. El científico sintió un alivio pasaron los días, cuando por fin tenía la cura, paso un accidente, se le cayó y se derramo. El científico no habia dormido mucho por la preocupación de investigar. El director le dijo por tu culpa, la cura se botó y lo despidió. El científico se fue desempleado, no pudo pagar el arriendo de su casa ni la cuenta del hospital. Apenas pudo pagar una pensión y ahí trajo a su mujer. Tomas consiguió un nuevo trabajo, donde su jefe era un demonio con él, lo humillaba frente de todos lo trataba como un perro, lame botas. Días después, alguien buscaba a Tomas para darle trabajo en robótica, El científico se asombró diciendo yo no sé nada de eso. Carlos quien era el que lo buscaba, sonrió amigablemente y le dijo tu eres científico investigador, estoy seguro que puedes crear robot con materiales resistentes para nuestras investigaciones. Carlos insistente y seguro le ofrecía comodidades a Tomas, casa lujosa de habitaciones grandes y parte de la compañía. ¿Qué dice? Pregunto Carlos, Tomas acepto con voz quebrantada, tenía dudas de lo que iba a hacer; pero sin dudarlo se fue con Carlos. Este socio lo trato bien investigaron en equipo, crearon un robot que les permitiera estudiar el virus. Nuevamente apareció el rayo de luz que le permitió ver cómo crear la vacuna con la ayuda del robot. Crearon la vacuna. Sanó a su mujer y a todos los seres vivos. Así vivió muy feliz con su mujer.