Juan 6, 61-70

Quien se acerca a Jesús, con frecuencia tiene la impresión de

encontrarse con alguien actual y muy cercano a sus problemas, hay
gestos y palabras de Jesús que tocan el nervio y las fibras de las
preocupaciones, son gestos y palabras que se actualizan y se resisten al
paso del tiempo, y de eso podemos ser testigos, que los siglos han
transcurrido y no han amortiguado la fuerza y la vida que estas encierran.

Por eso en esta semana los invito y me invito a profundizar, en la

centralidad de la palabra, por medio de cada uno de los ponentes y de
las experiencias pastorales que nos irán mostrando cómo la Palabra de
Dios es viva, actual y que compromete al ser humano a ser constructor
del Reino de Dios. Para que así sintamos lo expresado por Pedro: “¿a
quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna”

Salmo 39
HAZNOS NUEVOS, SEÑOR
Somos torpes, Señor
y no acabamos de aprender tu lección.
Pero en ti, tercamente confiamos:
Tú, Verdad, Camino, Vida,
que haces todo nuevo en la mitad de la noche,
harás nuevo por tu amor
nuestra existencia.
Harás que nuestros sentidos
escuchen tu palabra,
atiendan a tu voz.
Nuestra senda en la vida
se oculta, se hace extraña.
Los cantos de sirena
nos tientan, nos engañan.
Cuantas veces caminamos,
ignorantes, indecisos,
sintiendo el frío de nosotros mismos.
Tú, fecunda fuente de sabiduría
nos librarás de esta trampa.
 Vigilante, permanente,
darás acierto a nuestros pasos,
tu presencia está en nuestro camino.
Tu aliento de vida, nos empuja a romper la noche,
a rasgar las tinieblas que oscurecen el corazón.
Tu claridad de luz y fuego
nos lleva incesantemente a la recuperación.
Haznos nuevos, hoy, Señor.
¡Gloria al padre, al Hijo y al Espíritu Santo!