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El caballo y el asno

Un hombre tenía un caballo y un asno.


Un día que ambos iban camino a la
ciudad, el asno, sintiéndose cansado,
le dijo al caballo:
- Toma una parte de mi carga si te
interesa mi vida.

El caballo haciéndose el sordo no dijo


nada y el asno cayó víctima de la
fatiga, y murió allí mismo.

Entonces el dueño echó toda la carga


encima del caballo, incluso la piel del
asno. Y el caballo, suspirando dijo:

- ¡Qué mala suerte tengo! ¡Por no


haber querido cargar con un ligero
fardo ahora tengo que cargar con todo,
y hasta con la piel del asno encima!
Cada vez que no tiendes tu mano para
ayudar a tu prójimo que honestamente
te lo pide, sin que lo notes en ese
momento, en realidad te estás
perjudicando a ti mismo. 

Si conoces alguna otra fábula para


niños y quieres compartirla con
nosotros y los demás padres,
estaremos encantados de recibirla.
El mono y los pescadores

Una mañana propicia para la pesca,


animo a un grupo de amigos a salir
muy temprano como siempre lo hacían.
Llegado el momento se dirigieron al río,
y se alistaron a lanzar sus grandes
redes. Ninguno de ellos noto la
presencia de un mono que se hallaba
en lo alto de un árbol observando todo
lo que hacían los pescadores en el
transcurso de esa mañana.
Una vez logrado una buena pesca y de
llenar sus cestas, los amigos partieron
a sus hogares a la hora del almuerzo
dejando sus redes, pues vivían cerca y
pronto regresarían. Como todos
sabemos, el mono es uno de los
animales que más imita entre todos, así
que ni bien se alejaron todos el mono
bajo del árbol y tomo las redes
observándolas por unos instantes.
Luego de verlas recordó como hicieron
los pescadores y de pronto las lanzo al
agua sin darse cuenta que por la forma
en que lo hizo se enredaba en ellas
siendo arrastrado por la corriente de
agua mientras se iba hundiendo y
saliendo de a pocos, perdiendo las
fuerzas y casi el conocimiento.
Mientras el mono se ahogaba, aun
consciente se decía a sí mismo:
-Esto me lo tengo bien ganado y me lo
merezco, quien me manda a mí a
meterme donde no debo y hacer cosas
que no entiendo? acaso yo sabía algo
de pesca? querer un pescado no es
suficiente.
Un niño entra a una óptica y le dice al
vendedor:
- Quiero comprar una gafas, por
favor.
El vendedor le pregunta:
- ¿Para el sol?
Y el niño responde:
- No. ¡Para mí!
En el cole la profesora pregunta: 
- María, dime un apalabra que tenga
muchas “o”.
Y María responde:
-Goloso, profe.
- Muy bien, María. Ahora tú Pepito.
Pepito se queda pensando y dice…
-Goooooooooooooooooooool.
Un niño le pregunta a su madre: 
- Mamá, mamá, que tienes en la
barriga?
-Es un bebé hijo. 
Y lo quieres mucho?
-Si hijo, lo quiero mucho. 
Ahm… ¿Y por qué te lo comiste?
Mamá, mamá
- Mamá, mamá, en la escuela me
dicen interesado.
- ¿Quién hijo?
- ¡si me das 5 pesos te lo digo!

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