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Profesor: Jorge Dotti


Fecha: 18/9/2000.
Tema: Hegel: Ciencia de la Lógica: Doctrina de la esencia.
TEÓRICO 6

Estudiante: Los textos de Hegel que entrarían para el parcial, ¿cuáles serían?
Profesor: Las posiciones del pensamiento frente a la objetividad, que es un texto de La Enciclopedia, y después,
de La Ciencia de la Lógica, hasta la dialéctica de lo finito y lo infinito, hasta la nota sobre el idealismo y todo
eso, de La Doctrina del ser. Y ahora vamos a empezar con La Doctrina de la esencia.
¿Cuál es la premisa de la doctrina de la esencia? Es bastante simple y obvia: la idea traspasa de su figura de ser a
la figura de esencia, tanto que se supone que la riqueza ontológica de la realidad no queda agotada en las
categorizaciones propias del ser. Habiendo la idea recorrido las distintas configuraciones propias de su condición
de ser, a lo que llega es a una situación en la cual la articulación entre la dimensión cuantitativa y la cualitativa
no logra superar una suerte de exterioridad entre ambas. El punto de cruce entre lo cuantitativo y lo cualitativo es
la medida. La figura de la medida es aquella que se corresponde con ese gesto de cuantificar una cualidad.
Medir es eso, cuantificar una cualidad. Y desde el punto de vista ontológico esto significa que ambas
dimensiones remiten una a la otra. Pero, esa remisión no logra superar una suerte de exterioridad que hay entre
lo cualitativo a la espera de la determinación cuantitativa que lo precise, o, viceversa, lo cuantitativo
indiferenciado, a la espera de la cualidad que le ofrezca la posibilidad a su vez de adquirir una precisión que si
no, no tendría. Lo cuantitativo debe aplicarse una cualidad, lo cualitativo debe ser cuantificado –‘debe’ en el
sentido de la marcha del proceso ontológico, no del deber ser moral ni mucho menos- pero entre ambas
dimensiones no hay una unidad dialéctica. El pasaje del retorno a lo cualitativo luego de haber recorrido lo
cuantitativo -y este retorno se produce cuando Hegel tematiza la situación tal por la cual las alteraciones
cuantitativas comportan alteraciones cualitativas, lo cuantitativo vuelve a lo cualitativo- no resuelve el dualismo,
más bien el dualismo entre estas dos dimensiones queda detenido, establecido, estabilizado. Pero el proceso
debería generar la impresión en el lector de que la verdad de la cosa no reside en la dimensión del ser en su
inmediatez, cualitativo y cuantitativo. Ahora Hegel lo que va a hacer es describir qué pasa cuando la idea pierde,
abandona, su configuración de ser y va a la búsqueda de su configuración de esencia, cuando el ser se derrumba
en búsqueda de lo que está por detrás. Para ello, de lo que se va a tratar es de pasar de la condición de
determinación a la condición de ser puesto, de ser determinado a ser puesto. Y todo el secreto de la doctrina de la
esencia está en la primera frase con la cual se abre, sencilla y hasta casi vieja como la filosofía misma, cuando
Hegel escribe: “La verdad del ser es la esencia”. De aquí en más se inicia un proceso por el cual Hegel va a
mostrar qué quiere decir esto de que la esencia es la verdad del ser. Un proceso por el cual el ser va a mantener
de algún modo su condición de inmediato que ya conocíamos en la doctrina del ser, el ser va a aparecer allí
como lo inmediato, pero precisamente de una inmediatez tal que atrás tiene una historia, una genealogía. Es una
inmediatez mediata. El proceso de génesis ontológica que el ser tiene por detrás no es ya más el proceso que
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lleva a cabo el ser mismo –nosotros ese proceso llevado a cabo por el ser mismo lo hemos seguido, solamente en
su primer etapa, pero lo suficientemente esclarecedora-, sino que va a ser una dinámica donde la mediación va a
consistir en reflexión o posición, poner. Entonces, el ser como inmediato va a ser el ser que aparece como
inmediato, y la mediación que está ‘por detrás’ del ser inmediato es la mediación peculiar del aparecer. Esa
mediación del aparecer se llama reflexión. Y la idea, en el momento en que opera reflexivamente, se llama
esencia. La esencia aparece, el ser es el aparecer de la esencia, La verdad del ser es la esencia quiere decir que la
verdad del ser consiste en ser el aparecer de la esencia. Ese es el núcleo de toda la doctrina de la esencia.
Pero se darán cuenta el paso adelante que ha dado Hegel, porque a diferencia de cuanto acontecía en el ámbito
ontológico donde la negatividad dinámica se presentaba como dialéctica entre determinaciones, donde entonces
la negatividad consistía en un determinar, y Hegel exponía qué quiere decir esto de que el ser sea determinación,
pero mientras que en el ser los componentes de este movimiento mantenían una relación de exterioridad, aquí en
la esencia, donde los términos de la relación son lo que aparece y el aparecer de lo que aparece, ya se ha logrado
una unidad. Tanto lo que aparece como el aparecer –o lo aparecido- de lo que aparece son lo mismo. Entre el
momento de lo que está apareciendo y el momento del aparecer de lo que está apareciendo no hay la
exterioridad, la separación ontológica que hay, en cambio, entre los seres determinados. Ya sea que la
determinación sea cualitativa, ya sea que sea cuantitativa, ya sea que el cruce sea el cruce de lo cualitativo y lo
cuantitativo, mientras estamos en el ámbito del ser hay una relación de exterioridad entre los distintos
determinados. Los quales y quantas determinados mantienen una relación de exterioridad. Ahora, en cambio, la
relación acontece –y esa relación es siempre lo mismo: la idea como movimiento de negatividad-, la relación
acontece entre momentos de algo que ya es unitario. El ser no es externo a la esencia, la esencia ha interiorizado
el ser, lo ha chupado, lo ha absorbido. Lo que antes llamábamos ser ahora lo tenemos que llamar fenómeno,
apariencia. Son categorías distintas a lo largo de la esencia, pero ahora, para entender en qué consiste la esencia,
no me interesa usarlos indistintamente. Lo que antes llamábamos ser ahora lo tenemos que llamar fenómeno. Yo
les decía: ‘la mesa es’, y la lógica que me permitía entender qué quiere decir predicar de algo que es, es la lógica
de la determinación, de la negatividad como determinación. Ahora yo ya no puedo decir: ‘la mesa es’, lo que
tengo que decir es: ‘esta mesa es el aparecer de la esencia mesa’. Pero tanto esta mesa como la esencia mesa son
lo mismo.
Estudiante: ¿La esencia corresponde al momento 1 y el ser al momento 2?
Profesor: ¿Qué entendés por 1 y 2? Porque todo es simultáneo acá.
Estudiante: Lo 1 es la idea, y lo otro de la idea sería el 2.
Profesor: Vayamos viéndolo. No me gusta mucho tal vez lo de 1 y 2, pero quizás te tendría que contestar que sí.
Estudiante: ¿Cuál es la mediación entre las dos?
Profesor: Bueno, es precisamente esa situación donde la inevitabilidad de la relación entre lo cuantitativo y lo
cualitativo, lo cuantitativo exige lo cualitativo y lo cualitativo exige lo cuantitativo en la medida que a su vez
remite a lo sin medida, o sea, una infinitud como lo desmesurado porque está reclamando algo más profundo,
entonces, ese reclamo de un sustrato ontológico más profundo que destrabe esa situación de remisión que no
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logra anular la exterioridad exige que el dualismo se plantee de otra manera. Si hay pasaje o no del ser a la
esencia, bueno, eso ya es todo Hegel, pero vamos a admitir que es así, que cuando yo me topo con algo
cualitativo y cuantitativo, a su vez estoy yendo hacia algo que está por detrás, que da sentido de ese cruce entre
lo cualitativo y lo cuantitativo, pero ese algo que está por detrás que da sentido al cruce entre lo cualitativo y lo
cuantitativo es algo que yo ya no lo puedo pensar más en términos de ser determinado, porque yo –yo, quiero
decir el lector de La Ciencia de la Lógica- ya agotó al ser determinado, y sin embargo quiere más, no le contenta
la explicación en términos de ser determinado. Poner un ser determinado atrás de otro ser determinado no va,
querés poner algo diferente. ¿Qué es lo que vas a encontrar? La esencia.
Estudiante: En la tradición más aristotélica, la esencia aparece como una cualidad más destacada, pero cualidad
al fin, aquello que hace que eso sea lo que es.
Profesor: Esto es Hegel, no es Aristóteles. ¿Qué quiere decir que la forma informe? Quiere decir que cuando vos
te topás con la inmediatez ontológica ésta no te satisface y querés poder definir la forma presente en eso que vos
estás pensando como sustancia. Más sencillamente podríamos decir: si yo quiero pensar esta mesa, llega un
momento que la determinación de la cualidad cuantificable mesa no puede quedar satisfecha con las categorías
del ser. Atravesás esta mesa concreta y buscás la mesidad. Porque todo lo que podés pensar de ella en términos
de ser se te revela como no sustancial.
Estudiante: ¿Cuál es la insatisfacción de la idea de ser?
Profesor: Digamos que la estructura ontológica de esto que vos llamás mesa no queda agotada por las relaciones
que mantiene esta mesa con todos los otros elementos finitos en virtud de los cuales ella es algo determinado y
cuantificable. Te es poco; si lo pensás en términos gnoseológicos, te es poco eso, querés saber más de la mesa.
Ya un anuncio de esto estaba en la verdadera infinitud donde la comprensión de lo finito era la de darse cuenta
que es la realización de lo infinito. Ese mismo mecanismo es el que te lleva a la esencia. La verdad de lo que es
está en lo esencial. Es muy simple, repito, el proceder gnoseológico es un proceder que no tiene que ver con la
lógica en el sentido de comprensión de la Ciencia de la Lógica misma, pero es ilustrativo para entender la cosa.
Digamos, yo quiero conocer la mesa, pero yo no conozco la mesa si me quedo en lo que de cualitativo o
cuantitativo tiene la mesa. Tengo que buscar, insisto, la mesidad como algo que es ontológicamente prioritario
respecto de la relación cualitativa y la determinación cuantitativa que tiene la mesa como mesa que está
inmediatamente frente a mí.
Estudiante: Lo que yo digo es que justamente esta cuestión de ver la esencia de la mesa nos serviría para decir
que esta determinación cualitativa y cuantitativa tiene que hacer que, en cuanto esencia, eso sea necesariamente
mesa y no otra cosa. Si nos quedáramos con las determinaciones solamente de cualidad y cantidad, no podríamos
saber por qué eso es mesa y no otra cosa.
Profesor: Está bien, entonces vamos a decirlo así: la necesariedad propia de lo que es exige un grado mucho más
comprometido de necesidad que el de la necesaria determinación. La necesariedad característica de todo lo que
es exige pasar a una vinculación de necesidad más fuerte que la necesaria cualificación y cuantificación de lo
que es.
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Estudiante: ¿Una manera de pasar a la esencia no tendría más que ver con que la esencia es un infinito pasaje de
lo finito a lo infinito?
Profesor: Sí, por eso digo, e incluso lo hemos leído en los textos donde dice: la comprensión de este movimiento
exige la esencia, porque la realización de lo infinito, el finitizarse de lo infinito, es el aparecer de la esencia, es lo
mismo.
Estudiante: Es lo mismo pero sin exterioridad entre las partes.
Profesor: Claro, porque se afianza la unidad. La alteridad ahora va a ser comprendida como resultado de la
posición, el movimiento de poner.
Estudiante: ¿Qué diferencia hay entre la posición y el presentarse como lo contrario de sí mismo?
Profesor: Es lo mismo, en la dialéctica de la determinación el carácter de alteridad es necesario, pero es como si
el otro estuviera allí. Lo que va a mostrar la esencia es que el otro aparece como estando allí, pero lo importante
es que aparece, qué quiere decir que aparece. El movimiento de la determinación de algún modo no se pregunta
sobre una relación más intrínseca entre los determinados que no sea precisamente el de esta alteridad algo/otro,
finito/infinito. Ahí subsiste una exterioridad, mientras que ahora hay que pasar a comprender que el ser es un
momento de la esencia. Si yo miro sólo el ser, lo encuentro como cortado, y cada uno de los recortes es un algo
que es otro, todos forman la finitud, lo cual conlleva a una idea de infinitud, etc. Ahora, todo ese paquete que ya
vimos por dentro pasa a ser un momento de un proceso, el de la esencia.
Estudiante: El espacio y el tiempo, ¿entran en la categoría de medida, en lo cualitativo y cuantitativo, es decir,
son reservadas al ser, al fenómeno, o competen a la esencia? ¿Y cómo sería una esencia que no tiene medida, y
esta medida, cómo aparece?
Profesor: Lo que pasa es que las determinaciones espaciotemporales a mí entender tienen que ver más con la
naturaleza. O bien, con el espíritu subjetivo. Mientras que aquí no hay ni espacio ni tiempo. Uno podría decir: el
modo de razonar de la esencia es el modo en que razona Kant, sólo que Kant no se da cuenta y entonces no
razona bien en términos de esencia, razona de una manera incompleta. Hegel diría: en realidad no importa, el
razonar en términos de fenómeno y noúmeno son momentos de una unidad. Si vos ahí le metés el espacio y el
tiempo, no cambia mucho; lo que Hegel está diciendo es: yo explico la ontología de ese modo del que, como
modo de razonar, Kant es un ejemplo. Lo que Kant no ve es la ontología que respalda lo que él dice; como no la
ve, lo dice mal, y dice que el noúmeno es incognoscible sin ver que al conocer el fenómeno conocemos el
noúmeno, y que es absurdo plantear tal dualismo con aquello que es cognoscible porque aparece. Él está
analizando la ontología que respalda ese movimiento antes de que ese movimiento tenga en cuenta el espacio y
el tiempo.
Estudiante: Es decir que Kant podría haber dicho todo lo que dijo pero tendría que haber comprendido esto
primero.
Profesor: Para llegar a comprender esto Kant debió primero decirlo mal, para que yo venga y lo diga bien. Kant
se dio cuenta, lo que pasa es que, por el lastre empirista, visualizó el nexo esencial, pero en términos de su
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subjetivismo no logró superar el dualismo. Cuando en realidad el dualismo ya está superado por el mero hecho
de que fenómeno y noúmeno son momentos de una unidad. Y este movimiento es poner, reflexionar.
Entonces, si uno prescinde de considerar los puntos de partida diversos, la objeción de Hegel es sensata: vos
Kant, negando que sea cognoscible, estás mostrando que es cognoscible, y que en realidad, el modo de conocerlo
es entender qué tipo de unidad es esto que vos llamás fenómeno/noúmeno.
Estudiante: Cuando hablamos de esencia, por ejemplo, la esencia de la mesa, ¿es de la mesa o de esa mesa?
Profesor: Bueno, los ejemplos son malos porque yo estoy dando como ejemplo las cosas finitas en su
particularidad, lo que importa acá es qué quiere decir pensar algo en términos de. Si vos pensás algo en términos
de ser, desde el punto de vista de la predicación, vos decís: ‘esto es algo’, o ‘esto es finito’, o sea, ‘esto es el
hacerse finito de lo infinito’, y más de ahí no podés ir. Ahora, cuando vos decís: ‘esto es’, estás diciendo: ‘esto es
el aparecer de la esencia’. Y bueno, sea una cosa particular, es lo mismo porque todo lo que es es el aparecer de
la esencia. Es la diferencia que hay entre decir: ‘esto es’, a decir: ‘esto es el aparecer de esto’, lo que aparece.
Estudiante: ¿Para Hegel la esencia es lo que aparece del ser, mientras que para Kant es como para Spinoza,
fenómeno es aquello que aparece del ser a través de los sentidos?
Profesor: No, para Hegel la esencia –lo que pasa es que no he podido avanzar, yo les pediría que conozcan el
texto para hacer las preguntas, porque si no, no avanzamos más- la esencia es una totalidad, que incluye como
momentos aquellos cuya relación Kant planteaba mal, guiado por su intelectualismo. No es que Hegel apunte a
la esencia y Kant a lo que aparece, al decir ‘esencia’ está incluyendo, de otra manera, ambos momentos de lo que
también está en Kant, sólo que relacionado de una manera insuficiente, como noúmeno incognoscible y como
fenómeno cognoscible. Esos mismos elementos Hegel los relee desde otra perspectiva. Lo importante es darse
cuenta que la realidad es mucho más rica que lo que su figura determinación indica. Podríamos decir que la
lógica del determinar, que es una lógica del ser determinado, es una lógica de lo inmediato, o de lo horizontal.
Pero la riqueza ontológica de la realidad es tal, de lo que es es tal, que tiene que abrirse la dimensión vertical.
Tiene que abrirse otra dimensión, tengo que pasar de lo bidimensional a lo tridimensional. El ser es como lo que
pasa en una superficie, pero hay que penetrar, romper la pantalla y ver qué hay detrás de esa superficie, por eso
la verdad del ser es la esencia. El ser no tiene su verdad en sí mismo, su verdad plena, tiene una verdad -que es la
que estudiamos y la que Hegel expone en la doctrina del ser- ¿cuál es la verdad del ser? La verdad del ser es ser
determinación. ¿Y qué quiere decir ser determinación? Lo que vimos -y todo lo que no vimos-, ¿se agota la cosa
allí? No, hay algo más, porque eso que aparece como superficie tiene una historia. El término no es correcto,
pero para entendernos...
Estudiante: ¿Puede ser correcto decir, en lugar de ‘la esencia de la mesa’, ‘la esencia se mesea’?
Profesor: Sí, sí, es lo mismo, porque la esencia no es sino mesearse, es movimiento puro.
Entonces, ¿qué es ese pasado, esa historia que tiene el ser? La esencia. El idioma alemán ha conservado la
esencia en el tiempo pasado del verbo ser, en efecto, la esencia es el ser pasado pero -aclara Hegel algo que de
algún modo es innecesario pero es bueno que Hegel lo recuerde- pero el pasado intemporal; obviamente, aquí no
hay tiempo. En realidad, la traducción más adecuada debería ser no ‘esencia’ sino ‘sido’, la verdad del ser es el
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sido. Porque precisamente el término ‘esencia ‘es la raíz del participio pasado ‘sido’ en alemán, el término
esencia se dice Wessen, y sido se dice Gewessen, con el prefijo Ge. Entonces, ¿qué es esta genealogía del ser?
Esto quiere decir que comprender algo –pasando nuevamente a lo subjetivo- es rastrear qué hay por detrás de.
Mientras que si yo me quedo en el ser determinado, me quedo en la superficie de la cosa. Podríamos decir: no
alcanzo la pregunta ‘¿de dónde viene?’, no alcanzo a comprender el sentido fundacional de la pregunta ‘¿de
dónde viene?’, pero este ‘¿de dónde viene?’ no es espacial ni temporal, simplemente alude a que lo que es es
dinámica de la negatividad, sólo que ahora la dinámica de la negatividad no la tenemos que entender como saltos
o remisiones horizontales, sino como un salto vertical. Ahora, cuando entendemos eso, lo que era horizontal pasa
a ser el aparecer de algo que mantiene frente a eso una posición vertical, ya sea arriba o abajo, no interesa.
El ser, ahora, se va a revelar como un inmediato mediato. ¿Qué sabíamos del ser hasta ahora? Sabíamos que el
ser había resultado de la autoanulación del devenir. De la inmediatez indiferenciada se pasó al inmediato
diferenciado. Ahora vamos a saber que ese inmediato diferenciado es un mediato, es más, el ser es el resultado
de una mediación, el ser inmediato es el resultado de una mediación. Esa mediación que es capaz de producir,
mediatizar, un inmediato es la reflexión propia de la esencia.
Estudiante: ¿Esa reflexión de la esencia es lo que mediatiza al ser inmediato?
Profesor: La reflexión de la esencia es ese movimiento por el cual la esencia aparece como ser, pero ese ser es
esencia. Todo el movimiento de la esencia se entiende si uno comprende qué quiere decir mirarse en un espejo.
Eso es esencia, reflexión quiere decir especularse, mirarse en un espejo. Cuando nos miramos en un espejo la
imagen especular es ese inmediato que no es sino el aparecer de aquello que en esta imagen esta apareciendo,
pero tanto la imagen como lo que aparece son lo mismo. Sólo que ahora el ser no es más que momento de la
esencia. Si alguien entra al baño cuando nos levantamos y nos miramos y ve la imagen en el espejo, puede y
debe entender la lógica de la imagen en el espejo. Ese es el ser determinado. Pero no entiende lo que pasa si no
se da cuenta que todo eso que pasa en el espejo en realidad es imagen en un espejo. Tiene que entender la
relación, no ya sobre la superficie del espejo sino entre el espejo y aquello especulado. El ser, que es eso que está
en el espejo, no es sino un momento de una relación más amplia que se llama esencia y que consiste en aparecer.
Eso es la reflexión.
¿Conocen la Crítica del juicio de Kant? El abecé de la reflexión en Kant es lo siguiente: hablar de sí como si
hablara de otro. Es lo mismo, ¿qué es una imagen en el espejo? Es otro que soy yo mismo. En el espejo yo me
predico como si yo fuera otro de mí mismo. Me predico la barba, las ojeras, etc., como si yo fuera otro, pero no
soy otro. Soy yo como otro, eso es la esencia, eso es la reflexión.
Estudiante: Pero no lo ignoro.
Profesor: Bueno, está bien, ese es un problema de la conciencia. Hegel lo que hace es ver cuál es la ontología de
esa relación especular que se llama reflexión.
Estudiante: El aparecer indica una actividad de un sujeto.
Profesor: La esencia es el sujeto.
Estudiante: Pero reflejarse...¿en qué sentido?
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Profesor: Ese es el movimiento de la esencia, lo que Kant llama reflexión, la síntesis reflexionante, en el sentido
técnico. En realidad, en el sentido vulgar de reflexión es lo mismo, porque esa es una opinión. Cuando yo
reflexiono produzco opiniones, ¿y qué es una opinión? En realidad es poner lo mío para el otro. Lo que yo
presento como algo para el otro, en realidad, no es sino yo mismo. En castellano, el vehículo de la opinión suele
ser el ‘me parece’. O sea, yo estoy apareciendo de manera tal de ser otro. Emitir una opinión es producir un
juicio tal que otro pueda compartir. Me estoy alterizando, me estoy presentando de manera tal de poder ser otro.
Por eso en alemán es más claro, tiene la misma raíz que mío, Meinung se dice, es la misma raíz que mein, mío.
Entonces la opinión es ese peculiar aparecer de sí mismo en la forma de la alteridad, en lo que llamamos opinión
esa forma de la alteridad es la posibilidad de conformar un sentido común.
Bueno, volvamos para atrás, volvamos a la síntesis reflexionante y a la actitud de Hegel que universaliza ese
movimiento y dice no, acá lo que hay no es la subjetividad de un yo que se quiere hacer otro para poder ser yo,
sino que lo que hay es la idea operando ya unitariamente, eso es, habiendo absorbido el dualismo dentro de una
unidad. Esa unidad es la unidad, que ya hemos visto en la introducción a La Ciencia de la Lógica: “no hay nada
en el cielo ni en la Tierra que no sea inmediación y mediación”. Lo peculiar de la esencia es producirse como
inmediato.
Estudiante: Esencia e idea, ¿qué relación tienen?
Profesor: La idea es la totalidad en su pureza que ahora ha adoptado la figura de esencia. Como primero era ser,
ahora es esencia.
Estudiante: Pero en la categoría del ser no estaba tan totalizado.
Profesor: Siempre es la totalidad, lo que pasa es que ahora la totalidad se ha enriquecido. El ser no desaparece,
sigue presente, pero ¿cómo sigue presente? Como momento interno a la esencia.
Estudiante: ¿Este proceso se da en el devenir?
Profesor: Lo que se da aquí es que este ser inmediato en realidad es mediato.
Estudiante: Mediato porque se determinó?
Profesor: Es mediato porque atrás tuvo una esencia. Y además, después, tanto el ser como la esencia se van a
revelar como que atrás han tenido el concepto. Y en realidad, lo que primero estuvo desde siempre es el
concepto. Si no se entiende esto, no se entiende la relación que hay en Hegel entre familia, sociedad civil y
Estado. Es así. Lo que aparece primero es siempre segundo ontológicamente. ¿Con qué fue con lo que nos
topamos primero? Con el ser determinado. Ahora, eso que se nos apareció de manera inmediata, ahora vamos a
saber que no es un inmediato, sino que es un mediato. Esto es, es algo que atrás tiene un proceso, sólo que ese
proceso produce algo que aparece como si fuera inmediato. Entonces, la idea en su dinámica, cuando esa
dinámica es tal que consiste en ponerse como no puesto, se llama esencia. Es mediatizarse como inmediato. La
reflexión es un movimiento tal por el cual el resultado de ese movimiento se presenta como si atrás no hubiera
tenido movimiento que lo generara. Porque ese movimiento es la negatividad.
Bueno, si en un primer momento lo absoluto fue determinado como ser, ahora esta determinado como esencia.
Esta es la idea, lo absoluto, sólo que apareció como ser, pero Hegel se olvidó de que apareció y mostró qué
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quiere decir ‘como ser’, pero ahora se ocupa de que apareció como ser, apareció como inmediato. Hay una
suerte de contradicción: ¿cómo algo inmediato aparece como inmediato? Si aparece es porque no es inmediato.
Entonces ahora va a mostrar en qué consiste este aparecer. A eso lo llama internarse, purificación de la
existencia inmediata.
Voy un poco rápido. O sea, Hegel va a demostrar en qué consiste decir o pensar que la esencia es el no del ser.
La esencia es el no del ser, pero ese no es puro movimiento. La esencia consiste en el movimiento de negarse a sí
misma para aparecer como lo otro de sí misma, pero simultáneamente, negar el aparecer de sí misma como lo
otro de sí misma y recomponerse como sí misma. La imagen del espejo me niega, pero yo niego la imagen de mi
espejo, y mi verdad está en esta negación que enhebra a mí y a mi imagen.
Estudiante: ¿Por qué la negación, por qué para ser otro hay que negar? Podría ser diferenciarse.
Profesor: Diferenciar es negar. Ontológicamente, todo movimiento es negar.
Estudiante: ¿En alemán él dice ‘negación’?
Profesor: Sí, pero además, ¿de qué otra manera podría ser? En su máxima pureza, lo único que hay es no.
Estudiante: Podría haber sí.
Profesor: Pero Hegel te dice que el sí es no. Porque el no es sí, es lo mismo.
Estudiante: Ahí hay un punto de arbitrariedad.
Profesor: Yo no sé si de arbitrariedad, porque no tenés otra manera más que ser el no de. Nada es afirmativo si
no es el no de. Si no priorizás la negatividad, la unidad es lo indiferenciado muerto, gris, opaco, nada. No pensar,
no hay racionalidad, te quedás en la intuición. Porque el nexo que une los polos de cualquier dualismo es que
uno es el no del otro. Es la cualificación básica de toda instancia propia de una relación dualista. Mínima, básica.
Si vos eliminás esa negatividad, no hay dualismo. Ahora, lo que Hegel busca mostrar es que esa negatividad, al
mismo tiempo reafirma y confirma la unidad de las instancias que conforman la relación de negatividad -porque
es el problema de la diferencia, la esencia es siempre no, ruptura, clivaje, nacimiento, decisión, corte, lo que
quieras, pero siempre es el no respecto de la unidad-, entonces, lo que Hegel muestra es que la verdadera unidad
es aquella cuyo movimiento consiste en el no, y sobre qué sino sobre sí misma podría ejercer. Acá en la esencia
alcanzamos una configuración donde se visualiza qué es esto de una unidad operando negativamente sobre sí
misma. Y operar negativamente sobre sí misma es reflejarse. Vos podés pensar la relación de especularidad en la
forma de los dibujitos animados donde en la imagen salen los puntitos del objeto que se está especulando y se
pega en una superficie. Bueno, eso es la negación, salir de sí. Pero toda la verdad de esa imagen es ser sí.
Entonces, en el momento en que se sale, se vuelve.
Por eso es un reflejo, golpea contra la superficie, genera la alteridad, pero, en el momento en que se sale de sí y
se pone a sí como lo otro de sí, confirma sí. Vuelve a sí misma. Esa es la integración. Todo el movimiento.
Ahora, Hegel aquí tiene que mostrar no sólo cómo opera la reflexión, esto es, cómo opera la idea qua esencia,
sino, al mismo tiempo, criticar al entendimiento porque el entendimiento es la comprensión de todo este
movimiento disociando sus componentes, separándolos. Y en última instancia lo que hace el entendimiento es
asumir la posición del tercero que separa y une arbitrariamente.
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Estudiante: Pero el entendimiento a la esencia no puede acceder.


Profesor: Depende qué entendimiento. El de Descartes o Liebniz sí. La metafísica precrítica sí. Ojo que hablás
desde Kant ahí, pero hay otros entendimientos que llegan.
Estudiante: Y unen una cosa con la otra pero sin entender el movimiento.
Profesor: Pensando que el movimiento lo pone el sujeto desde afuera. Y hay otros que a la esencia la llaman
nomen. También eso es entendimiento descreído. El entendimiento se piensa a sí mismo como aquél que realiza
el enlace. Y como aquél que realiza el enlace, cree que sabe cuándo separar, unir, etc. Mientras que ahora Hegel
tiene que mostrar que no es un tercero desde afuera sino que es la realidad misma la que va produciendo los
enlaces y las aparentes separaciones. Pero aquí ‘aparentes’ en el sentido fuerte del término. Aparentes
separaciones: aparecer como separado. Todo esta doctrina llamada de la esencia tiene ese nervio de ser aquello
donde más crítico es Hegel, porque tiene que liquidar al entendimiento como el sujeto que desde afuera compara,
enlaza, separa, abstrae, que dice: identidad sí pero contradicción no, y que le cabe al sujeto ser el regulador de la
diferencia incolmable entre identidad y contradicción. Y Hegel va a mostrar que no, que al decir identidad ya
decimos contradicción, y al decir contradicción, decimos identidad. Eso es a lo que él aspira. Porque es el
movimiento de la cosa misma lo que lo lleva.
“La esencia es lo que es, no por medio de una negatividad que le es extraña, sino por la que es suya
propia, por el infinito movimiento del ser.”
Aquí ‘ser’ quiere decir ‘lo que es en general’. Ahora, es como si aquello que, a nivel de la percepción empírica
podría ser calificado como movimiento en términos distintos que meramente negar, a nivel ontológico más puro
no podría ser caracterizado sino como negación lo que en otro ámbito se puede llamar movimiento. Cierto que
vos podés tomar el movimiento como negación y decir: moverse es negar la quietud, etc., pero ahí suponés el
sustrato sobre encarnaciones sensibles del movimiento. En su pureza, moverse es negar, marcar diferencia, negar
la unidad.
Estudiante: No tiene sentido preguntar por la negación porque es preguntar por qué la idea, en su ser de idea,
siente la necesidad de negarse a sí misma.
Profesor: No, porque acá yo ya me tengo que salir de Hegel y decirte: porque Hegel es racionalista. Lo que está
haciendo es pensar hasta sus últimas consecuencias qué quiere decir la racionalidad de las cosas; y la
racionalidad de las cosas para Hegel es unidad, diferencia, y unidad de la unidad y la diferencia, eso es lo que
para Hegel quiere decir la racionalidad de las cosas, y todo ese juego es negatividad. Lo que pasa es que
entonces tenemos que ver en qué consiste esta negatividad. Y esta negatividad consiste en poner. Por lo demás
entiendan esto porque ‘ley’ en alemán se dice ‘puesto’, ‘poner’ se dice setzen, y ‘ley’ se dice Gesetz. El
participio ‘puesto’ es lo mismo con una t después de la z. Hegel dice: ¿Qué es la ley? La ley es el ponerse de la
razón. La racionalidad se pone, eso es la ley.
Estudiante: ¿Ley, en el sentido jurídico?
Profesor: Ley. No viene de hacer la conexión de, no viene de dividir, repartir, nemein, sino que viene de ponerse.
La razón impera porque se pone, aparece, existe. Entonces, hay que ver qué quiere decir ‘ponerse’. La relación
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negativa consigo mismo equivale a ponerse como lo otro de sí. Pero en el momento en que la idea como esencia
se pone como lo otro de sí, se recompone como unidad. Porque es poner-se como lo otro. Entonces, el poner
vincula sí -o se- y otro; sí es sí porque se alteriza, pero ese otro es sí. Ese ir y venir, que ya lo vimos desde el
comienzo de La Ciencia de la Lógica, ahora se llama reflexión.
Estudiante: ¿El ponerse de la esencia sería el aparecer del ser?
Profesor: Claro, el ser como el aparecer de la esencia. El ponerse de la esencia es el aparecer de la esencia, ¿y
cómo se llama? Ser. Es decir, la esencia es dos instancias: es sí misma como fuerza de la negatividad apareciente
–vamos a inventar la palabra como un participio presente-, y es sí misma como aparecido. El término aparición,
la desinencia ‘ción’ en español alude al movimiento de, pero también al resultado del movimiento. Si yo digo: la
aparición del sol, nos lo imaginamos moviéndose, y si yo digo: esta es la aparición de..., nos imaginamos una
figura que ha aparecido. Si ustedes quieren, la esencia es aparición en el doble sentido, de sí misma como
aquello que está apareciendo, como fuerza que impulsa el movimiento del aparecer, y sí misma como el
resultado, lo aparecido; sí misma como poner y como puesto. ‘Poner’ como verbo y ‘puesto’ como momento de
detención del verbo. Pero, en tanto que ese ‘puesto’ es sí misma, la detención es efímera, porque apenas nos
preguntamos qué es lo que está apareciendo, nos vamos de lo aparecido a lo que está apareciendo. Este continuo
ir y venir es la esencia.
Entonces, a lo largo de esta Doctrina de la esencia Hegel va a explicar la verdad de todos esos dualismos propios
de la historia de la filosofía: sustancia/accidente, noúmeno/fenómeno, etc. ¿Qué son los accidentes? El aparecer
de la sustancia. ¿Qué es el fenómeno? El aparecer del noúmeno. Pero no son uno respecto de otro total, con un
dualismo ontológico fuerte, son lo mismo.
Les leo la Filosofía del Derecho de Hegel; el momento fundamental de toda esta visión política de Hegel es el
pasaje y la relación, por ende, entre sociedad civil y Estado. Dice Hegel:
“La ciudad y el campo, aquélla –o sea, la ciudad- como sede de la industria burguesa –y ahora va a
aclarar, va a ver el fundamento ontológico de qué es la ciudad y la industria. Entonces, retomo la cita:- La
ciudad y el campo, aquella como sede de la industria burguesa, de la reflexión que sale de sí mismo y se
particulariza.”
Digo, un texto como este, o lo entendemos o no lo entendemos. Yo puedo tener una lectura ingenua de esto y
decir: ¿qué quiere decir con esto? Entonces digo: ¡Qué bien, Hegel se dio cuenta que las industrias están en las
ciudades! ¿Y qué descubrimiento es ese? Lo importante es que Hegel someta la lógica de la producción
industrial a la lógica de la reflexión.
“Esta, la familia, sede de la eticidad basada en la naturaleza, -salteo, después lo vamos a retomar esto-
[...] constituye los dos momentos todavía ideales de los que surge el Estado como su verdadero fundamento.”
Ustedes ven que aquí hay una relación entre la unidad inmediata, la familia; la reflexión, que es lo que acontece
en las ciudades; y después el Estado, que aparece como el fundamento de ambos. Van a ver la vez que viene que
aparecen las mismas categorías porque son el soporte ontológico de esto.
Bueno, volvamos a La ciencia de la Lógica:
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“Este determinar –y aquí está hablando de la negatividad como característica de la esencia- es de una
naturaleza diferente del determinar en la esfera del ser -la determinaciones de la esencia tienen un carácter
diferente que las determinaciones del ser-. La esencia es unidad absoluta del ser en sí y del ser para sí.”
La esencia es en sí misma esa fuerza que está apareciendo, y la aparición que se sabe dar la esencia, esto es, el
aparecer o lo aparecido del en sí, es el para sí. Claro, la esencia es la unidad del en sí y el para sí. En sí, la
esencia no es un universal abstracto muerto, sino que es un universal dinámico porque es pura negatividad. Ese
dinamismo del aparecer consistente en negarse a sí misma -en sí se niega a sí- conlleva darse una apariencia,
darse un para sí. La imagen del espejo es el para sí de mi en sí. Cuando nos miramos en un espejo nos estamos
dando un para sí de lo que somos en sí. Pero no es simplemente accidental o fortuito, sino que nuestro en sí
puede ser lo que es porque se da un para sí, y en ese sentido es la necesariedad que vos hablabas. En el momento
en que alcanzamos la dimensión esencial, nuestra identidad esencial se constituye como tal sólo en virtud de la
autonegación. Si no fuéramos capaces de mirarnos en un espejo, no tendríamos identidad; esto es, si no fuéramos
capaces de, negándonos a nosotros mismos, darnos un para sí o una imagen, o sea, un fantasma, que no es sino
nosotros negados, no podríamos ser idénticos a nosotros mismos. Entonces, todo el ciclo ‘vital’ de la esencia es
la secuencia de los sucesivos modos como lo en sí aparece para sí. Cuando el para sí -la imagen- es tal que la
circulación es perfecta, donde el para sí y el en sí coinciden plenamente, llegamos al concepto. Eso es el
concepto, donde todo lo real es el aparecer de lo racional, y donde todo lo racional aparece como real, sin
residuos. La totalidad ahora, como concepto, es plena. Eso es Hegel.
Estudiante: ¿En ese último momento la esencia se niega a sí misma para ser concepto?
Profesor: Claro, porque la esencia supone el aparecer, pero en el momento en que ya no queda nada por aparecer,
todo lo que tiene que aparecer apareció; ya la situación no es más esencial, sino que es conceptual, de plenitud.
Estudiante: ¿Ese movimiento también se puede ver en el lenguaje?
Profesor: Ya se pierde un poco, porque el término es como en latín, tiene que ver con la idea de agarrar, de
cerrar. Greisen, que es la raíz de Begriff, quiere decir ‘agarrar’, ‘aprehender’ que quiere decir las dos cosas. En el
lenguaje más coloquial: ‘¿agarraste esto?’ en el sentido de: ‘¿lo entendiste?’. Ahí se pierde un poco.
Lo que va a mostrar Hegel es que la esencia contiene estos dos lados. ¿Qué es estos dos lados? Sí misma como
fuerza apareciente y sí misma como el aparecer de la fuerza apareciente. La dinámica es la negatividad,
autonegándose, aparece. El movimiento, negándose a sí mismo de detiene, pero negando la negación se
recompone. Es como si el especularse consistiera en preguntarse ‘quién soy’, primera negación, porque si yo me
miro al espejo, el aspecto por el cual me pregunto ‘quién soy’ es negarme, y la negación de la negación equivale
a decir: ‘soy yo’. Pero yo no podría decir ‘soy yo’ si antes no dijera ‘quién soy’, y a su vez, decir ‘quién soy’ no
tendría sentido si no pudiera responder ‘soy yo’. Las dos cosas son simultáneas. El ejemplo es excelente y
pésimo a la vez, es para tratar de entender. Lo que Hegel hace es exponer la ontología de esta situación
cotidiana, por así decir.
Para poder tener una identidad plena me tengo que cuestionar ‘quién soy’, porque la identidad plena la voy a
tener cuando, ante el cuestionamiento de ‘quién soy’, pueda responder ‘soy yo’. Eso es la identidad. Lo que
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Hegel va a mostrar es que el momento de esta simultaneidad de cuestionamientos e identificación es la


contradicción. La contradicción es el momento de convivencia de la máxima afirmación y la máxima negación.
Ya ven adónde apunta la idea de contradicción. Para poder alcanzar el máximo de identidad tengo que
desarrollar la contradictoriedad máxima. Y eso es de lo que el entendimiento –Hegel ironiza- tiene miedo,
porque tiene miedo que el proceso se le escape, que no cierre, que no haya recomposición. Por eso el terror;
frente el miedo de que no haya recomposición, imponer arbitrariamente la recomposición.
Estudiante: ¿En términos políticos ese sería el terror de Estado?
Profesor: Bueno, la fase más rayé de los jacobinos.
Estudiante: ¿Para Hegel los jacobinos se habrían quedado en el terror?
Profesor: Sí, sí, es como un paroxismo del entendimiento.
Voy salteando mucho...
“La negatividad de la esencia en la reflexión y las determinaciones son reflejadas, establecidas por la
esencia misma y permanecen en ella como superadas.”
¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que todo lo que desde el ser era visto como determinaciones, ahora son
resultado de la reflexión. Entonces, el ser es reflejo de la esencia. Ahora, que sea reflejo no quiere decir que no
tenga un status ontológico fuerte, lo único que quiere decir es que no es un otro radical frente a otro radicalmente
otro, sino que es un momento interno a una unidad dinámica llamada esencia.
Estudiante: ¿El lenguaje adónde aparecería?
Profesor: El lenguaje es la manera como la verdad se habla a sí misma, y el lenguaje pertenece al espíritu.
Porque si vos esto lo tomás desde el punto de vista del lenguaje, tenés que hacer un metadiscurso y pensar ‘¿qué
es ese libro llamado Ciencia de la Lógica?’. Pero nosotros estamos ahora dejando de lado el hecho de que se
trata de páginas de un libro de filosofía y es como si miráramos por la cerradura y viéramos el ser, lo que es, y
vemos esto.
Ahora, tu pregunta retrotrae la cuestión al tema del saber absoluto y de la filosofía como grado máximo de
autoexpresividad del espíritu. El espíritu es logos, su expresión por excelencia y más pura es lógica, en el sentido
de discurso racional. La filosofía es eso. Pero ya nos sacás del plano ontológico puro, nos llevás al espíritu.
Hegel da ejemplos, pero es otra dimensión.
Yo acá tenía un par de textos donde cito a Hegel comparando esencia y concepto...
“El gran paso adelante respecto de la esencia y el concepto –en la filosofía política de Hegel,
obviamente la familia ocupa el lugar del ser, la sociedad civil el de la esencia y el Estado el del concepto. La
diferencia radica en la absoluta libertad autoproductiva, de autopoiesis, de la idea como concepto respecto de la
idea como esencia. Porque en la idea como esencia todavía el movimiento tiene la finalidad de ir perfeccionando
el aparecer del en sí, el para sí del en sí; mientras que en el concepto, el concepto muestra su potencia una vez
que el aparecer y lo aparecido coinciden.
Estudiante: ¿El concepto aprehende la esencia?
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Profesor: El concepto tiene a la esencia como uno de sus momentos, es unidad de ser y esencia. Es la verdad del
ser y de la esencia. El concepto es totalidad como idea cuando acontece que todo el ser es el aparecer de toda
esencia. Entonces, entre ser y esencia hay una circulación sin obstáculos.
Antes teníamos sólo ser, ahora estamos viendo que el ser es el aparecer de la esencia; al final de la esencia
tenemos que todo el ser es el aparecer de la esencia y que toda la esencia aparece como ser: el concepto.
Entonces, la esencia es negación del ser y el concepto surge de la negación de la negación. Vean el § 160 pág.
527 de mi edición de La Enciclopedia, La doctrina del concepto, el capítulo llamado “Del concepto en general”,
el punto final del capítulo llamado “Del concepto en general” que se llama “División”. Ahí leemos lo siguiente:
“El concepto fue considerado antes como la unidad del ser y la esencia; la esencia es la primera
negación del ser, el cual se convierte en apariencia; el concepto es la segunda negación, la negación de la
negación, es el ser restablecido pero como infinita mediación y negatividad de este ser en sí mismo.” -de este
ser pleno.
Estudiante: ¿Cómo infinita negación del ser determinado?
Profesor: El concepto es ser pleno porque ha superado y mantiene como momentos al ser determinado y a su
negación, la esencia.
Estudiante: Pero no entiendo lo de infinita negación.
Profesor: Claro, en el sentido de que todo es infinita negación, la idea es infinita negación: la idea es ser, es
esencia y es concepto. Ahora, sólo como concepto es idea plenamente desplegada y así es infinita negatividad.
Estudiante: ¿Hay una categoría que es superior a lo que comúnmente llaman síntesis?
Profesor: En realidad es un término que Hegel no usa.
Estudiante: Pero utilizan ‘síntesis’ como sinónimo de negación de la negación.
Profesor: Pero no es un buen término.
Estudiante: Esa negación de la negación no es una nueva tesis, sino que hay otra cosa que abarcaría a la negación
de la negación como uno de sus momentos, que es la idea.
Profesor: Bueno, la vida de la idea consiste en presentarse, autonegarse y autonegarse como negación. Todo eso
a la vez. Entonces, si alguien quiere usar la palabra síntesis, no lo tiene que inventar como un momento al mismo
nivel, sino como esa unidad englobadora que ‘contiene’ todo eso.
Estudiante: No veo cómo se llenaría esto de un contenido... [no se entiende]
Profesor: Precisamente, si yo llegué al momento final donde comprendo el concepto, ya no tengo dudas respecto
de qué es eso que tengo adelante, porque lo conozco. Es así, no puede ser de otra manera. El grado de variación
permitido por cada figura tiene que ver con lo accidental: podrá tener tres patas en vez de cuatro, pero lo que
pasa es que no vale para objetos particulares en su máxima particularidad, vale para las grandes configuraciones
del espíritu.
Estudiante: Hegel no se refiere tanto al aspecto gnoseológico, sino que va a lo ontológico.
Profesor: Esto es ontología, no gnoseología, más allá de que Hegel incluya dentro de las categorías ontológicas
aquella que es el sustrato o respaldo ontológico del momento gnoseológico. Hay un momento gnoseológico
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consistente en reflexionar, hay una categoría ontológica que es el correlato y al mismo tiempo el soporte de ese
momento gnoseológico que se llama reflexión externa. Entonces, si hacés tu pregunta desde el concepto, no tiene
sentido porque ya lo conocés.
Estudiante: Pero esto es un análisis formal que le falta eso que quiso llenar con la esencia. Es inaplicable, salvo a
través de la fenomenología.
Profesor: Vuelvo a la primera clase. La totalidad es a la vez pura e impura y purificada como unión –y acá el
término de casualidad me salió adecuado: ‘como unión’, es decir, ‘comunión’- de lo puro y lo impuro. Ahora
estamos hablando de la totalidad en su pureza. Después, esa totalidad al mismo tiempo es materia; entonces la
totalidad no se llama idea sino naturaleza. Pero la totalidad no puede ser sólo idea y naturaleza, porque le faltaría
el ‘tercer’ momento consistente en la verdad de ambos. Entonces la totalidad es espíritu. Entonces, si vos querés
la carne, esperá. Una vez que terminás la Lógica vas a pasar a la naturaleza, y una vez que terminás la naturaleza
vas a pasar al espíritu. Ahí tenés lo que vos ahora estás reclamando. Después podés rechazar a Hegel, eso es otra
cosa. Lo que Hegel acá está haciendo es mostrar a nivel ontológico puro qué es la totalidad. La vez anterior les
leí esa frase donde él habla de la idea como el pensamiento de Dios antes de la creación del mundo; ese ‘antes’
quiere decir: de su estructura ontológica
Estudiante: No temporal.
Profesor: No temporal.
Bueno, vean el agregado al § 171 de La Enciclopedia y la vez que viene, si tengo tiempo, escribo y se los doy y
empezamos con la Filosofía del Derecho, y si no tengo tiempo, seguimos un poco más con esto.

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